Poder Judicial de la Nación

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2010 - Año del Bicentenario
Causa
44.490
“Barraganes,
Juan
Manuel y otros s/procesamiento”
Juzgado N° 11
Secretaría N° 21
Reg. N° 816
////////////nos Aires, 26
de agosto de 2010.
Y VISTOS Y CONSIDERANDO:
Llegan las presentes actuaciones a conocimiento de este
Tribunal en virtud de haberse concedido los recursos de apelación interpuestos,
contra la resolución obrante a fs. 1/208, por las defensas técnicas de: Juan
USO OFICIAL
Manuel Barraganes, contra el punto I; Romina Verónica Conde, contra el punto
IV; Lucas Adrián Elena, contra el punto XXVIII; Jorge Leonardo Elena, contra
el punto XXII; Nancy Mariel Primavera, contra el punto XXV; Juan Lewczuk,
contra el punto X; Víctor Alberto Elena, contra el punto XIII; Daniela
Rodríguez, contra el punto XVI; Rodrigo Elena, contra el punto XIX; Infante
Berardi, contra el punto XXXIX; Eduardo Luis Sadrinas, contra los puntos VII y
IX; Juan Manuel Di Rosa, contra los puntos XXXIV y XXXVI; Fernando Omar
Alvarez, contra los puntos XLIII y XLV; y Juan Ramón Moreno, contra el punto
XXXI.
A todos ellos se les imputa el haber conformado una
asociación ilícita, junto con otras personas, para confeccionar moneda de curso
legal apócrifa en todas sus denominaciones y, luego, ponerla en circulación,
principalmente a través de conductores de taxis. Esta organización habría
contado con una estructura jerarquizada y habría operado, aproximadamente,
entre el mes de agosto del año 2008 y el 15 de abril de 2010.
A Víctor Alberto Elena se le atribuye su jefatura por dar las
directivas atinentes a las actividades desplegadas y como principal encargado de
la confección de la moneda espuria, como así también de la posterior
distribución; todo ello con la participación de Jorge Leonardo Elena, Juan
Manuel Barraganes e Infante Berardi –cuyo procesamiento se encuentra firme-.
El proceso de distribución se habría desarrollado a partir de sus domicilios
particulares, contando para ello con la cooperación de los respectivos grupos
familiares de los tres primeros mencionados, a saber: Daniela Rodríguez y
Rodrigo Elena; Nancy Primavera y Lucas Elena; y Romina Conde;
respectivamente.
A su vez, el ingreso de papel moneda en el mercado que fuera
elaborado por aquéllos habría tenido sus puntos de venta en la estación de
Servicio YPF y en el restaurante “Desiderio”, por otra parte y, como antes se
señalara, se habrían valido de sus contactos con distintos conductores de taxis,
tales como: Fernando Alvarez, Guillermo Geiger, Eduardo Sadrinas, Juan
Lewczuk, Juan Ramón Moreno y Juan Manuel Di Rosa. Ellos no sólo habrían
entregado billetes falsos a sus pasajeros –particularmente a turistas-, amén de
haber intervenido, también, en el segundo eslabón de la cadena de circulación,
teniendo como destinatarios otros conductores de vehículos de alquiler.
Nulidad e inconstitucionalidad:
El Dr. Daniel De Mare señala que la actividad jurisdiccional
desplegada en la causa se apoya casi exclusivamente en escuchas telefónicas y
que se ha violado el derecho a la intimidad consagrado por el artículo 19 de la
Constitución Nacional desde que se han dispuesto las interceptaciones
desatendiendo los requisitos exigidos por el ordenamiento jurídico a partir del
modo en que se han iniciado las actuaciones. En tal dirección, solicita se aplique
la doctrina del fruto del árbol venenoso pues entiende que la frondosa
intervención telefónica desplegada en autos ha sido el único medio para obtener
elementos para una probable investigación y que ha significado un método de
prueba ilegal desde que, según afirma, ni siquiera se conocían los hechos que se
estaban investigando (ver fs. 348/53 del presente).
Al respecto, cabe recordar que el sumario tuvo inicio a partir
de la extracción de testimonios ordenados en el expte. Nro. 11.150/07. En esta
causa el Sr. Juez instructor tomó conocimiento de posibles hechos delictivos
como consecuencia de la intervención telefónica del abonado 15-53034998 –
utilizado por un tal “Coli”- distintos de los investigados en esos autos por lo que
decidió instruirlos por separado a fin de darle autonomía a la nueva pesquisa y
evitar el retraso de aquélla (ver fs. 4). Luego de llevarse a cabo las primeras
medidas de prueba se advirtió que Juan Manuel Barraganes –alias Coli- podría
dedicarse, también, a la falsificación y puesta en circulación de billetes de curso
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legal con la colaboración de taxistas, lo que motivó a que el Ministerio Público
Fiscal ampliara el objeto de investigación –ver fs. 58/vta.-.
A partir del impulso fiscal, el Señor juez de grado ordenó la
prórroga de la interceptación telefónica cuestionada con estricta sujeción a las
previsiones contenidas en los artículos 123 y 236 del código ritual.
Así, tal como lo ha expuesto la Señora Fiscal General Adjunta
al momento de contestar el traslado para expedirse sobre este asunto, se advierte
de la orden jurisdiccional en cuestión que el magistrado lo ha llevado a cabo
exponiendo una relación precisa de las constancias del sumario que relacionaban
al imputado con el hecho investigado y la necesidad de tal medida, por lo que no
se advierte violación a garantía constitucional alguna que permita acarrear la
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sanción solicitada por la defensa (ver fs. 5, 15/17vta. y 409/11).
Respecto de los imputados Víctor Elena, Daniela
Rodríguez y Rodrigo Elena:
Si bien el Dr. Eduardo Rigotti, a cargo de la defensa de estos
tres imputados, ha interpuesto recursos de apelación -a fs.292/4vta.- contra los
procesamientos con prisiones preventivas de ellos, habiendo concedido el Señor
juez instructor respecto de los puntos XIII, XVI y XIX, el letrado no ha
comparecido en esta instancia a la audiencia fijada para el día 8 de julio ppdo.,
por lo que habrán de tenerse por tácitamente desistidos los recursos en los
términos que estipula la ley 26.374 modificatoria del código de rito (conforme
art. 454 del C.P.P.N.).
I- En relación al delito de asociación ilícita:
En primer lugar, cabe señalar que no obstante lo expuesto
respecto de los imputados Víctor Elena, Daniela Rodríguez y Rodrigo Elena, al
momento de tratar este delito se los mencionará a fin de dar mayor ilustración a
la operatoria de la asociación que deberá analizarse respecto de sus consortes de
causa.
Las distintas asistencias letradas cuestionan la existencia de
suficientes elementos probatorios en la causa para poder conformar este delito
que se les enrostra a sus defendidos. Algunas señalan que no se ha verificado el
requisito de acuerdo previo, pluralidad de planes delictivos ni la comprobación
de perjuicio alguno a turistas y/o jubilados. En el caso de los imputados Alvarez
y Sadrinas, su letrada ha planteado que no se les ha secuestrado elemento alguno.
Todo ello nos lleva a tener que realizar algunas precisiones acerca de esta figura.
Al respecto, cabe considerar que “...la configuración de una
asociación ilícita debe reunir distintos requisitos, que ...son señalados por
Carlos Creus, como ‘la de tomar parte en la asociación...’ indicando que esa es
la acción típica que la constituye, exigiéndose además ‘estar intelectualmente en
el concierto delictivo que se forma o unirse al ya formado...para ello basta el
acuerdo, sin que sea imprescindible...ninguna forma corporal de expresión
voluntaria; no es necesario el trato directo entre los asociados, ni siquiera que
se conozcan entre sí...’ (Conf. autor citado, Derecho Penal -parte especial-,
Tomo 2, pág. 111, edit. Astrea, 6ta. edición actualizada y ampliada)” (ver de esta
Sala, causa n° 38.850 “Maidana”, del 20/06/2006, reg. n° 585).
Asimismo, también esta Sala ha señalado (causa n° 28.208
“Cataldi”, rta. el 27/12/96, reg. n° 1161 y causa n° 36.441 “Canavessi” del
27/12/2005, reg. n° 1573), que los requisitos exigidos por el tipo penal de
asociación ilícita eran el acuerdo permanente de voluntades, el número mínimo
exigido por la norma y la indeterminación de planes delictivos.
A partir del fallo “Stancanelli” de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación (Fallos 324:3952) se precisaron los alcances del requisito
de la indeterminación delictiva. Concretamente, la dificultad en torno a este
punto radica en si ese elemento se refiere al tipo de delitos o a los planes para
ejecutarlos.
En el fallo citado, la Corte señaló que “... la asociación ilícita
requiere pluralidad de planes delictivos y no meramente pluralidad de delitos...’,
pues al tratarse de un acuerdo permanente de voluntades, sus integrantes deben
estar dispuestos a realizar –durante el lapso que se encuentre vigente– una
cantidad indeterminada de delitos, lo que diferencia esta figura del acuerdo
criminal.
Por otro lado, esta Sala ha sostenido que ‘... para cumplir con
ese requisito, en una asociación ilícita debería estar indeterminado el tipo de
delitos a cometer (esto es, que no podría estar constituida sólo para realizar
únicamente delitos que atentaran contra un bien jurídico determinado), no sería
compatible con la naturaleza de la figura. Es que a través de ella se busca
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proteger el orden público; y el riesgo que implica, para toda la sociedad, que un
grupo de personas, organizado y durante un espacio temporal, pueda cometer
varios delitos, no nace únicamente cuando esa asociación está constituida para
la comisión de hechos que puedan afectar a varios bienes jurídicos, sino que
está latente aún cuando se trate de un único tipo de delitos. Lo que se exige,
entonces, es que sus miembros puedan elaborar diferentes planes delictivos que
lleven a diversos resultados y que pueden o no afectar a diferentes bienes
jurídicos. En otras palabras, en cuanto a los hechos que una organización puede
llegar a llevar a cabo, la norma exige que no estén cuantitativamente
determinados antes de su formación (cualquiera sea la diversidad de los tipos de
delitos involucrados), pero no que se ejecuten diversos tipos de delitos....” (ver
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causa n° 38.247 “Fraile, Alejandro y otros s/ procesamiento”, reg. n° 1298, del
09/11/2005 y Perla, Miguel Angel y otros s/procesamiento”, rta. 25/3/10, reg.
211 de esta Sala y sus citas).
Además, se exige que los planes delictivos se vayan
generando dentro del lapso de duración de la organización, sin importar, para la
tipicidad, que éstos lleguen o no a materializarse (en este sentido, confr. Ziffer,
Patricia S., Lineamientos básicos del delito de asociación ilícita, LL 2002-A,
1210).
En el caso concreto todos los requisitos típicos del delito se
encuentran reunidos desde que a lo largo de la instrucción se ha podido
constatar, en forma suficiente para la etapa procesal que se transita, la
corroboración de la imputación indicada ut supra.
La causa se inició en virtud de haberse extraído testimonios,
el día 19 de agosto de 2008, en el marco de la causa 11.150/07, y si bien en
principio fue requerida la instrucción por parte del Ministerio Público Fiscal ante
indicios de que un sujeto individualizado como “Coli” o “Chiqui” (a la postre,
Juan Manuel Barraganes) comercializaría estupefacientes, posteriormente, se
amplió el objeto procesal de las presentes actuaciones pues, a partir de la labor
probatoria, surgió la posibilidad de que participaría, también, de operaciones de
falsificación de moneda, proveyendo de billetes falsos a taxistas que operarían en
los barrios de Retiro, San Telmo y Puerto Madero de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
A través de las distintas tareas investigativas, se logró
determinar que Juan Manuel Barraganes habría desarrollado sus actividades en la
estación de servicio correspondiente a la firma Y.P.F., sita en la intersección de
las avenidas Córdoba y Madero, de esta ciudad; por otra parte, Alberto Elena y el
identificado como “Tano” –Infante Berardi-, quien se presentaría como la mano
derecha de Alberto, lo harían desde el comercio “Desiderio”; en ambos casos se
dedicarían al intercambio de dinero falso por fidedigno (ver informe de fs. 351/8
y declaraciones testimoniales de fs. 373vta.). Según surge de la declaración de fs.
750/vta., las veces que se llevaron a cabo las tareas de vigilancia en este último
local advirtieron que en todas esas ocasiones se encontraron una persona llamada
“el Tano”, otra llamada Alberto Elena, y los siguientes, apodado “el colorado”
Álvarez y Guillermo. Los cuatro se encontraban sentados en la misma mesa y
que el día del procedimiento estaban todos menos Elena, quien al advertir ello no
llegó a ingresar al lugar. Las veces que fueron vigilados comían, tomaban café y
conversaban. Durante ese período otras personas –siempre taxistas- pasaban y se
sentaban a la mesa con ellos, tomaban algo y luego se iban, siempre se sentaban
detrás de una columna. En una oportunidad paró un taxi sobre la calle
Esmeralda, el conductor aguardó adentro y “el Tano” subió a la parte trasera del
taxi y, luego de cinco minutos sin que el vehículo se moviera, descendió y el
rodado se retiró del lugar. En otra ocasión, vieron la misma maniobra.
De las declaraciones testimoniales de los empleados del
restaurante “Desiderio”, ubicado en Av. Sante Fe 801, surge que los detenidos
siempre estaban juntos, iban al local entre las 10:00 y 12:00 hs. a comer y tomar
café, y se retiraban cuando el restaurante cerraba, durante ese tiempo los iban a
ver otros taxistas. El encargado del lugar manifestó que nunca vio que levantaran
pasajeros, los cargaban porque nunca trabajaban pero cuando pagaban tenían la
billetera llena de plata (ver 404/vta., 405/6 y 407/8).
Por otra parte, de la declaración testimonial de Alejandro
Roldán a fs. 373/vta. surge que al momento en que los imputados se encontraban
investigados, Juan Manuel Barraganes desarrollaba sus actividades en la
Estación de Servicio Y.P.F., sita en Av. Córdoba y Madero, entre las 23:00 y
03:00 hs. En dicho lugar se llevaba a cabo el intercambio de dinero falso por
fidedigno. Paralelamente, Alberto Elena llegaba al local “Desiderio” en horas de
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la noche y permanecía allí junto con “Tano” –Infante Berardi según surge de fs.
534- hasta la 1:30 hs. cuando el local cerraba sus puertas a las 00:00 hs; desde
allí o desde el exterior, hacían lo mismo que Barraganes desde la Y.P.F. Además
manifestó que Tano se presentaba como “la mano derecha de Alberto Elena”.
Finalmente, manifestó que Juan Manuel Di Rosa conducía el taxi en horario
nocturno.
De los allanamientos llevados a cabo en la estación de
servicio de Y.P.F –intersección de la Av. Córdoba y Eduardo Madero de esta
ciudad- y el restaurante “Desiderio” –Av. Santa Fe 801 de esta ciudad-, surge
que
en el primero de los lugares mencionados se detuvo a Juan Manuel
Barraganes y, en el segundo, a Infante Berardi, a Guillermo Geiger, y a Fernando
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Álvarez (ver fs. 571/91 y 533/93, respectivamente), a quienes, con excepción del
último, se les secuestró dinero presuntamente apócrifo.
Por otra parte, de los allanamientos llevados a cabo en los
domicilios de los imputados se han secuestrado, entre otras cosas, gran cantidad
de billetes presuntamente apócrifos, impresoras, filminas que rezan “50BCRA,
20BCRA, 10BCRA y 5BCRA, planchas de papel con billetes impresos,
guillotinas, botellas de acrílicos decorativos, transparencias para chorro a tinta en
el cual contiene los rostros de Manuel Belgrano, Julio Roca, Juan Manuel de
Rosas y Faustino Sarmiento, computadoras, etc. (cfr. de la calle Florentino
Ameghino 1648 P.B. Dto. 4 de esta ciudad correspondiente a Víctor Elena y
Daniela Rodríguez –ver fs. 424/46-; Belgrano 5276, Caseros, correspondiente a
Jorge Elena y Nancy Primavera –ver fs. 424/39-; Alfredo Palacios 1985, Lanús,
Provincia de Buenos Aires, correspondiente a Juan Manuel Barraganes y Romina
Conde –ver fs. 499/522-; Olavarría 2101, piso 4°, dto. 28, Villa Celina, Provincia
de Buenos Aires, correspondiente a Juan Moreno –ver fs. 595/605-; Diógenes
Taborda 1040 de esta ciudad correspondiente a Juan Lewzuck –ver fs. 636/50–;
los domicilios correspondientes a Pilar 1654 y Larrazabal 2494, ambos de esta
ciudad, correspondientes a Juan Manuel Di Rosa –ver fs. 672/89 y 694/704,
respectivamente- y el domicilio de la calle Cartagena 489, Morón, Provincia de
Buenos Aires. Así también, se tendrán en cuenta los peritajes técnicos obrantes a
fs. 1092/93 y 1179/1181).
A su vez, las profusas intervenciones en las comunicaciones –
telefónicas y radiales- de los imputados avalan la hipótesis delictiva que se les
endilga, respecto de las cuales el magistrado ha hecho referencia en forma
extensa en el auto sujeto a consideración de esta alzada, por lo que tomaremos
aquéllas que a nuestro criterio resultan las más significativas, a saber:
Entre Barraganes (1.) y otro N.N. (2.) –cfr. escuchas
telefónicas glosadas a fs. 44 del principal-:
(2.) Para la semana, a otro le di diez, a otro le di diez, que me
lo paguen en la semana viste, me quedé con treinta billetes,…”
Entre Eduardo (1.) y Coli (2.) –cfr. escuchas telefónicas
glosadas a fs. 44vta. del principal-:
(2) “Decime qué precisas…”
(1) “Eh?”
(2) “…pero nombrame de otra manera lo que queres…”
(1) “Ta bien vistes, viste el color es medio”
(2) “Sí”
(1) “…eso de siete?” “…traeme diez”
Entre Coli (1.) y N.N. –Magiber- (2.) –cfr. escuchas
telefónicas glosadas a fs. 44vta. del principal-:
(2) “…dentro de 20 minutos estoy ahí llego y preparame asi
cuando te llamo estoy afuera me lo traes y me voy rápido eh…”
(1) “Bueno”…
(2) “20 colorados y 10 del medio”.
(1) “Bueno, dale…”
Entre Coli (1.) y N.N. –Matambre- (2.) –cfr. escuchas
telefónicas glosadas a fs. 44vta. del principal-:
(2) “Marrón dame dos o tres viste o dame cinco marrones y
algún colorado de esos que tenes medio feo”.
(1) “Esta bien yo te mando un paquetito”.
En las transcripciones subsiguientes se advierte la insistencia
de Barraganes porque se nombren de otra manera los pedidos, en algunas
oportunidades le requieren cemento, yeso, cerámica rosa, caños, etc; otras se los
distinguiría por colores como el ejemplo antes apuntado, también se
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identificarían los pedidos por números -vgr. Eduardo pide a Barraganes:
“Necesitooo uno, dos , tres y cuatro… del uno trenita, del dos veinte, die y die y
cinco… Mas o menos, treinta, veinte, diez y cinco…” –fs. 67 pto. E)- (cfr. fs.
44/7 y 66/71)-.
Otra conversación donde se revelaría la operatoria de entrega
de billetes a taxistas es la que surge, por ejemplo, a fs. 98:
Entre (1) Masc. Turco y (2) Juan Manuel Barraganes:
(1) “Qué hacés Coli?” “... Recién ahora estoy acá en le Dassa
para entregarle a los muchachos viste, sino podemos entrar con nada, te dan
vuelta todos los autos, te revisan todo, es un kilombo boludo. Abrieron la boca…
“ Y se prudrió el rancho…” “Cuánto me podés hacer? Me preguntaron No! Mil
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de cien. Se llevan cuatrocientos ahora cuatrocientos dentro de diez días y otro
así…”
(2) “Y te lo hagoooo eee seis mango, sis mangos”.
(1) “Buenos listo, yo le voy a pasar un precio mas o manos
como pa que lleve porque tiene que ganar otro viste!”
También se encuentran glosadas conversaciones entre Juan
Manuel Barraganes y su esposa, Romina Conde, donde se hablaría de la
confección de los billetes por parte de los dos, por ejemplo (ver pto. h a fs. 98):
(1) Entre Juan Manuel Barraganes y (2) Romina Conde:
(2) “Hola, eee escuchame, que tengo que hacer los
colorados?”
(1) “Sí”
(2) “Igual hice de todos pero, me falta un montón todavía, no
termino mas pusiste un montón de cosas!”
Por otra parte, existen diálogos telefónicos transcriptos entre
Víctor Alberto Elena y su mujer, Daniela Rodríguez, que darían cuenta de una
similar situación (vgr. cfr. fs. 274).
a. Entre (1) Daniela y (2) Alberto Elena:
(2) “hola negra, perdoname que te joda negra eh, si llegas a poder me podrás
cortar algo? porque está por pasar Picachu para casa y le tengo que dar un
poquito de cada cosa nada mas, pero dos, tres paquetitos de cada cosa…”
(1) “…sí quedate tranquilo ya estoy haciendo lo que
necesitas…”
En igual sentido, en la causa se reproducen conversaciones
que vincularían a Nancy Primavera, pareja de Jorge Elena, y su hijo Lucas en la
confección de billetes, conjuntamente con aquél. En tal sentido, y más allá de lo
señalado por el juez de la causa, a modo de ejemplo (ver fs. 11/12 del legajo de
transcripción correspondiente al abonado Nro. 15-5428-0215 del día 08/09/09):
Entre (1) Alberto Elena y (2) Jorge Elena:
Hora 11:18:28
(1) “Preciso uno del uno eh uno no tres del dos y dos del tres
medio del cuatro y medio del cinco”.
(2) “Bueno esperá un cachito ya lo llamo”.
(1) “Dale listo y yo lo …entrego hoy a la noche”.
Hora 11:56:27
(1) “Jor está eso al final.”
(2) “Mira ahí se estaba fijando Luca porque Nancy estaba con
Yamila eh ahora terminan y se fijan, creo que va falta algunas cositas porque no
tengo mas papel y estoy por acá y no puedo ir a comprar pero eh la gran mayoría
va a estar”
Hora 12:02:40
(2) “Al vos lo precisas para ahora …. Yo en cuanto llego eh lo
terminamos porque no lo saben pintarlo bien y yo lo llevo tipo ocho…”
Hora 13:08:57
Entre (1) Alberto Elena y (2) Lucas.
(1) “Sí Lu si tio”
(2) “Escuchame lo que vos necesitas en cuarenta minutos
cuarenta y cinco mas o menos ya esta listo vos vas a pasar o como arreglaste con
mi viejo hacelo tranquilo.”
Otra transcripción que daría cuenta de la colaboración que
Rodrigo Elena habría prestado a “la actividad familiar”, podría hallarse un
ejemplo a fs. 310:
Entre (1) Alberto Elena y Toti (hijo de Alberto Elena):
(2)“Si?”
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(1) “me, me alcanza un de tres? Un paquetito del tres”
(2) “Un paquetito del tres (inaudible)”
(1) “Del tres Toti”
(2) Un paquete del cuatro no?” … “Listo ahí voy”
En consecuencia, las transcripciones correspondientes a la
pareja de Jorge Elena y Primavera, la de Rodríguez y Víctor Elena (en estos
casos con la colaboración de Lucas Elena y Rodrigo Elena -ambos primos-), así
como también la de Conde y Barraganes, sumado a los hallazgos en sus
domicilios respectivos, dan cuenta que se dedicarían a la falsificación de los
billetes desde sus hogares.
De las distintas transcripciones correspondientes a diálogos
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entre Alberto Elena y Jorge Elena, se desprendería que hablan de cantidades que
se precisarían (cfr. fs. 167/77 y declaración testimonial de fs. 151/vta). En una
ocasión, Jorge habría expresado que ya estarían casi listos pues sólo faltaría
pintarlos, que estaban atrasados porque recién la noche anterior había traído el
papel y un poco se lo habría llevado Daniela (ver fs. 168). Hablan que tienen que
entregar a un tal Eduardo y Alacrán, y respecto de las deudas de cada uno de
ellos por entregas ya efectuadas (fs. 173). También hablan de una maquinita que
hace el plateado (fs. 175).
Del informe de fs. 176 surge que Eduardo Sadrinas, taxista,
conseguiría los billetes apócrifos de parte de Barraganes y Alberto Elena.
Un ejemplo que refleja la actividad desplegada por aquél (cfr.
fs. 261, pto 2. a.:
Entre (1) Eduardo Sadrinas y (2) NN masc.:
(2) “… si pasas por la estación, me dejas unos billetes?
(1) “Dale, donde estás?” … “Ya voy en diez minutos” …
“Qué necesitás?”
(2) “De cincuenta y de veinte”
(1) “Cuántos?”
(2) “Y cuatro de cincuenta, y cinco, seis de veinte”
Otra conversación, a fs. 262, punto b.
Entre (1) Eduardo Sadrinas y (2) NN masc.:
(2) Preparame cien como siempre, pero esta vez poneme
yapa, escuchaste, no me cargue, eh?
Por demás elocuente resulta la conversación entre Alberto
Elena y Juan Moreno en la que se estarían preparado para un evento
internacional en el que participaban muchos extranjeros y, por ello,
manifestaron: “se podría mover mucha mercadería” por lo que Moreno le solicitó
a Elena que “mande toda su gente al Hilton”:
Entre (1) Alberto Elena y (2) Juan Moreno (fs. 173, pto. 1):
(2) “Yo ya cargué el primer viaje hablé con uno que era no se
del Océano Pacífico de una isla que se yo, 25 hasta el Obelisco no tiene idea de
nada”.
(1) “A la mierda ahora mando gente”
(2) “Claro, avisale así tenes para, para mover mucha
mercadería”.
Resulta particularmente significativo lo apuntado en el auto
de mérito respecto de otra conversación mantenida entre Moreno y un
desconocido donde éste le pide que le arme un paquete variado de “tres gambas”
y aquél le dice: que se lo iba a armar con “media gamba” porque es con lo que
iban a salir esa semana con todos los cruceros que iba a haber. A lo que el
desconocido le respondió que era para una persona que más que nada “quería de
los rojos”.
Por otra parte, referente a un diálogo telefónico entre Moreno
y Geiger en donde, además de hablar de cuántos billetes iba a comprar a aquél,
Geiger le dice que los dólares los tenía separado por lo que le había dicho “que
se puede llegar a hacer, ir practicando con eso” (cfr. transcripciones obrantes a
fs. 163 y 164 del presente, respectivamente).
Asimismo, existen numerosas constancias en la causa de
conversaciones entre ellos como así también entre Moreno con “Tano”, donde el
primero realiza los pedidos, generalmente nombrándolos mediante números –ver
Legajo “D.2”-, por ejemplo “quince número cuatro y cinco número cinco” –fs.
15 de ese legajo-.
Así, de los domicilios antes sindicados saldrían los billetes
confeccionados en forma espuria para ser repartidos entre los taxistas imputados,
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los que, a su vez, también pasarían a otros colegas; finalmente todos ellos los
pondrían en circulación a través de su actividad laboral, entregándolos a
pasajeros, particularmente a extranjeros.
En tal sentido, respecto de Juan Lewczuk o “Polaco”, si bien
ha planteado que por su lesión física no ha podido trabajar con el taxi durante
parte del período investigado, surgen conversaciones entre él y Barraganes en la
que se queja de que no puede salir a la calle. Sin embargo, hace referencia a que
alguien habría encargado “una caja de yeso como siempre” –ver fs. 67vta-. En
otra oportunidad Barraganes le habría preguntado qué le llevaba y él respondió:
“y lo que está ahí”, uno de eso (consintió cuando se lo habría preguntado
Barraganes) “porque es para ese muchachito” –ver fs. 69/70, pto. a-. Ello
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descartaría que su dolencia le habría impedido llevar adelante su actividad ilícita,
aún, desde su domicilio. En otra conversación aparecen Lewczuk y un tercero,
donde éste le habría encargado a aquél en clave billetes, así surgiría de fs. 70,
pto. B):
(N.N) “…mirá tengo que empesa a labura hoy yo y bueno toy
cero, cero de todo lado. Si se puede hacer una astencion por un día viste, que
labure hoy y mañana, por ahí paso ya de nuevo” –sic-.
(Lewczuk) “Y lo que pasa es que tengo poquito margen
viste”.
(N.N.) “No bueno para moverme viste, no se, aunque sea dos,
dos y dos viste como para arrancar”
Respecto de Juan Manuel Di Rosa, taxista, también existen
numerosas transcripciones de los mensajes de texto pertenencientes a su celular 15-5428-0215- y que obran en el Legajo correspondiente señalado como “C.2”,
en las que le solicitan billetes; por ejemplo, “Hola, tenés billetes para hoy…”
”…Bueno preparame 30 de 20. 20 d 10. 20 d 5” (ver fs. 103 de dicho legajo);
como así también de las demás conversaciones señaladas específicamente en el
auto que se critica.
Todo ello, sumado a la preocupación de los hermanos Elena
porque Di Rosa hablara desde que lo habían detenido en otra causa por haber
sido “agarrado con la fotocopiadora y ciento veinte mil pesos” –ver fs. 169/171-,
dan cuenta de un trabajo en equipo.
Por lo demás, puede citarse a fin de ilustrar la adquisición de
dinero apócrifo por otro de los taxistas, Pablo Geiger, a Alberto Elena y/o a
Berardi -lo que surgiría de una conversación telefónica llevada a cabo entre
Alberto (1) y aquél (2)- (ver legajo de transcripciones “D.3” fs. 3 y 1171 y
1177/vta. de la causa principal):
(1) “Ya esta ya lo estoy terminando Guille”
(2) “Te aviso porque los del Tano murieron no hay mas”
(1) “Listo, listo yo ya tengo lo tuyo toy justamente toy con
toy terminando los rojos tuyos el resto está todo”
(1) “Dijo el Tano si te volvíamos a buscar pasamos por aca
tomamos un café en la Petrobras tomamos un café charlamos y te doy lo tuyo”
Finalmente, respecto de Fernando Álvarez quien aparece
como “Virulana”, además de lo mencionado por el Magistrado a fs. 149/vta./155
del presente, cabe señalar, a modo de ejemplo, la siguiente transcripción que lo
involucrarían con el hecho investigado (ver fs. 1567):
Entre (1) Alberto Elena y (2) Virulana (quien sería Alvarez
según consta a fs. 1177/vta.-:
(2)“Me tenes que dar una mano loco”
(1) “Dale”
(2) “Me tenes que dar una mano enredame en algo que ando a
arruinado.
(1) “Dale, dale, listo
(2) “Que me dijeron que usted es el hombre que tiene la plata
es el unico”
Todo lo hasta aquí expuesto refleja un cuadro probatorio
suficiente para la etapa procesal que se transita que demuestra la existencia de
una organización delictiva dotada de estabilidad, permanencia y de una
estructura integrada por más de tres personas que desempeñaban determinadas
funciones dentro de ella, y cuyo accionar se dirigía a la planificación y
realización de una pluralidad de actividades relacionadas con la falsificación y
puesta en circulación de moneda de curso legal apócrifa.
Ahora bien, determinada la existencia de la asociación ilícita,
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corresponde tratar por separado los delitos que han sido considerados en el auto
de procesamiento apelado.
En este sentido, cabe recordar lo sostenido por la doctrina, en
relación a la comisión de un delito desde la organización. Así se señala que “bien
puede constituir… la prueba de la preexistencia de la asociación, cuya
penalidad deberá concurrir materialmente con las que correspondan a los
hechos ya consumados (…). Con respecto a estos, sin embargo, rigen siempre
los principios comunes de participación: no todo miembro de la asociación
responde necesariamente de los delitos efectivamente consumados por algunos
de sus miembros” (Soler Sebastián, Derecho Penal Argentino, Tomo 4, Ed. Tea,
Bs. As., 2000, p. 717).
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Siendo ello así, a continuación se pasará a tratar los agravios
vinculados a tales delitos.
II- En relación a la falsificación de moneda de curso legal,
introducción, expendio y/o puesta en circulación:
El tipo penal en cuestión, normado en el artículo 282 del
Código Penal, reprime a quien: “…falsificare moneda que tenga curso legal en
la República y el que la introdujere, expendiere o pusiere en circulación”.
La doctrina enseña, en punto a las acciones punibles, que “en
el caso de falsificación de papeles, el delincuente crea totalmente de la nada,
podría decirse la apariencia de un valor…””El hecho queda consumado tan
pronto como está completa y en condiciones de expendibilidad una pieza de
moneda o papel” …”La ley coloca al mismo nivel de la acción de falsificar las
de introducir, expender o poner en circulación. La totalidad del artículo
constituye una ley compleja alternativa…” “Introducir moneda es hacerla
penetrar efectivamente en el territorio del Estado… Expender se refiere al acto
de hacer aceptar como moneda buena las piezas falsificadas” “...poner en
circulación…envuelve un concepto mucho más amplio, ya que hay maneras de
hacer salir la moneda de poder del falsificador sin emplearla en actos
específicos de pago, con la expresa y personal aceptación de alguien, y
cumpliendo con el poder cancelatorio” –por ejemplo: introducir moneda en una
alcancía pública- (Sebastián Soler, Derecho Penal Argentino, T° 5, pág. 388 y
ss, ED. Tea, ed. 1987).
En lo que hace a este evento típico, la conducta analizada de
los procesados habría consistido en haber intervenido en el proceso de imitación
de la moneda auténtica, sea desde la compra de los elementos necesarios para
lograr la confección de los billetes falsos en cuestión como hasta el corte de las
plantillas ya impresas, pasando por el scaneo de los billetes, pintura de estos
mismos, inserción de las medidas e hilo de seguridad y de las transparencias, y
demás actos relacionados; y, por otro lado, la recepción de paquetes de billetes
falsos a sabiendas de su falsedad para ser distribuida entre otros colocadores –
otros conductores de taxis- y/o llevarla a manos de terceros. Ello, durante el
período comprendido entre, aproximadamente, agosto de 2008 y 15 de abril de
2010.
Los agravios expresados por quienes ejercen la defensa
técnica de los procesados, básicamente, se sustentan en la carencia de pruebas
suficientes para atribuir a sus defendidos la falsificación y/o puesta en
circulación del dinero apócrifo. Sin embargo, no logran desvirtuar el
temperamento recurrido. Contrariamente a lo señalado por ellos, el plexo
probatorio acumulado y valorado por el juez de grado permite confirmar los
episodios descriptos en el auto de mérito controvertido, resultando suficiente
para tener por acreditado, con el grado de probabilidad requerido para esta
instancia, tanto la materialidad de los hechos investigados como la intervención
y responsabilidad que en ellos les cupo a cada uno los apelantes.
Efectivamente, coincidimos con el Señor juez instructor que
de las constancias de la causa –señaladas en el punto anterior- surge que quienes
intervenían en la propia falsificación de los billetes habrían sido: Nancy
Primavera, Lucas Elena, Juan Manuel Barraganes y Romina Conde, en lo que
aquí interesa.
En lo referente a la posterior distribución de la moneda ya
falsificada, o sea, su puesta en circulación, a los ya nombrados deben agregarse:
los taxistas Luis Sadrinas, Juan Ramón Moreno, Fernando Alvarez, Juan Manuel
Di Rosa y Juan Lewczuk, en lo que concierne a los incidentistas.
En los casos específicos de Sadrinas y Álvarez, en punto a lo
referido por su defensa respecto de que no se les han secuestrados billetes
falsificados, ello no logra conmover la opinión de los suscritos desde que existen
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pruebas en la causa, debidamente valoradas por el Señor juez de la causa,
algunas de la cuales fueron señaladas en el punto I, que indican que habrían
solicitado billetes para ser colocados entre sus clientes.
Finalmente, cabe recordar que será la etapa de juicio oral y
público la oportunidad en la que los procesados podrán cuestionar con mayor
amplitud los extremos fácticos relativos a los hechos que se les endilgan, así
como la intervención que eventualmente pudieron haber tenido en cada uno de
ellos.
III- En relación al delito de encubrimiento que se les
enrostra a Juan Manuel Barraganes y Romina Conde:
La defensa de ambos indicó que respecto de las chapas
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patentes -a nombre de Russo- que fueran secuestradas en su domicilio no se ha
llamado a declarar a aquél en forma testimonial en la causa para que explique en
qué circunstancias extravió o, en su caso, probablemente entregó las chapas
patentes a sus defendidos.
La conducta prohibida por la norma legislada en el Código
Penal, artículo 277, inc. 1°, apartado c), reprime el: adquirir, recibir u ocultar
dinero, cosas o efectos provenientes de un delito.
Ahora bien, de las constancias de la causa surge que las
chapas patentes que fueron secuestradas del domicilio de ambos imputados correspondientes al dominio RTZ 505- no han sido “extraviadas” como sugiere
la defensa, desde que obran en autos actuaciones certificadas que dan cuenta que
el camión, donde se hallaban colocadas, había sido sustraído con fecha 4 de abril
de 2006. Asimismo, cabe señalar que no surge de aquellos actuados que los aquí
imputados hayan sido sospechados por ese evento investigado –ver fs.
1464/1483-. Por lo demás, surge de la causa que las chapas son auténticas -según
peritaje técnico de fs. 1106/1117-.
Así, entendemos que el Señor Juez de grado ha analizado
correctamente el hecho investigado como también los elementos de juicio
colectados, conformando, con las pruebas reunidas hasta el momento, un cuadro
probatorio que, valorado en su conjunto, genera un grado de probabilidad
suficiente para la etapa que se transita en cuanto a la responsabilidad de ambos
por la conducta concerniente al encubrimiento que se les atribuye suficiente para
el dictado del juicio de mérito que prevé el artículo 306 del código ritual.
IV- En relación a la alteración de la numeración de un
objeto registrado de acuerdo con la ley:
La defensa se agravia respecto de la conducta endilgada a su
pupilo, Jorge Elena, referente a haber colocado un trozo de caucho color negro
en la primera letra de la placa patente colocada en la parte delantera del vehículo
marca “Fiat”, modelo Fiorino, dominio EPQ-103, por lo que la letra “E” se
habría transformado en la “F”. Al respecto, indicó que la camioneta la utilizaba
para trabajar en Correo Argentino y que sólo podía ingresar a su lugar de trabajo
mediante la verificación del automotor por lo que resulta impensable evitar la
correcta identificación del vehículo por parte de su asistido. Además, señaló que
sólo una de las dos chapas detentaban tal alteración -ver fs. 266/75vta-.
Respecto de este delito, normado en el artículo 289, inc. 3, del
Código Penal, cabe recordar que se trata de un delito de mera actividad por lo
cual se consuma con la realización de la acción típica, en este caso, la de
“alterar”.
Sentado ello, la duda introducida por la defensa respecto a la
autoría de tal conducta típica que se le intenta enrostrar a su pupilo, no logra
alterar la posición de los suscriptos -coincidente con la del Señor juez instructordesde que no se advierte quién, además de él, podría llegar a beneficiarse con
una incorrecta identificación del vehículo.
V- Embargos:
Finalmente, en lo que respecta a los embargos trabados en
autos, el Dr. Edmundo Picón ha interpuesto recurso de apelación contra el monto
del embargo dispuesto sobre los bienes de su asistido, Infante Berardi, por
considerarlo excesivo.
Por su parte, la Sra. Defensora Oficicial apeló en igual sentido
la decisión cautelar respecto de Eduardo Sadrinas, Fernando Alvarez y Juan
Manuel Di Rosa.
Ahora bien, al ingresar a las razones esgrimidas por el Sr.
Magistrado para dar sustento a los montos cuestionados, se advierte que no ha
hecho ninguna referencia concreta a cada caso en particular para justificar su
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decisión. Y ello pues, la mera alusión a los conceptos que ese instituto busca
tutelar y a generalidades del conjunto de los imputados, sin indicación del caso
específico, no logra exhibir la debida motivación de la que debe gozar toda
decisión judicial para ser válida y que, por tanto, conduce a declarar la nulidad
de la resolución adoptada en tal sentido de conformidad con los artículos 123,
518 y cc. del código de rito (cfr. Perla, Miguel Angel y otros s/procesamiento”,
rta. 25/3/10, reg. 211 de esta Sala y sus citas).
Por todo lo expuesto, el Tribunal RESUELVE:
I- NO HACER LUGAR a los planteos articulados –nulidad
e inconstitucionalidad- por el Dr. Daniel De Mare a fs. 348/53 vta.
II- TENER POR DESISTIDOS los recursos por el Dr.
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Eduardo Rigotti, a cargo de las defensas de Víctor Elena, Daniela Rodríguez y
Rodrigo Elena, a fs. 292/4vta. del presente, contra los puntos XIII, XVI y XIX
de la resolución de fs. 1/208.
III- CONFIRMAR los puntos I, IV, VII, X, XXII, XXV,
XXVIII, XXXI, XXXIV y XLIII de la resolución obrante fs. 1/208 del presente
incidente, en todo cuanto decide y fue materia de apelación.
IV- DECLARAR la nulidad parcial
de los puntos IX,
XXXVI, XXXIX y XLV de la resolución aludida en cuanto manda trabar
embargo sobre los bienes de Eduardo Sadrinas hasta cubrir la suma de quince
mil pesos ($15.000), de Juan Manuel Di Rosa hasta cubrir la suma de quince mil
pesos ($15.000), de Infante Berardi hasta cubrir la suma de cincuenta y cinco mil
pesos ($55.000), y de Fernando Álvarez hasta cubrir la suma de quince mil pesos
($15.000) –arts. 123 y 518 del C.P.P.N.-, debiendo el a quo dictar un nuevo
pronunciamiento sobre el particular.
Regístrese, hágase saber al Ministerio Público Fiscal y
devuélvase a la anterior instancia, junto con la causa principal y los legajos de
escuchas telefónicas, a fin de que se practiquen las notificaciones que
correspondan.
Sirva la presente de muy atenta nota de envío.
Fdo: Dres. Jorge Luis Ballestero, Eduardo Freiler y Eduardo Farah.
Ante mí: Eduardo Nogales –Prosecretario de Cámara-.
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