Por su parte, Inglaterra, que vacilaba en comprometerse con sus aliados, reaccionó al exigir Alemania a Bélgica paso libre para sus tropas. EL PLAN SCHLIEFFEN Los alemanes contaban con deshacerse enseguida de Francia y dirigir luego sus golpes contra Rusia. Su confianza se basaba en el Plan Schlieffen para rodear el poderoso sistema francés de fortificaciones. El plan preveía que el ala derecha, que concentraba el grueso de las fuerzas alemanas, efectuara un avance arrollador a través de Bélgica, mientras el ala izquierda, mucho menos potente, incitaría al enemigo al ataque. Al pasar los franceses a la ofensiva contra el ala izquierda, harían funcionar el dispositivo como una puerta giratoria: cuanto más presionara, con tanta mayor violencia giraría el ala derecha a la zaga. Sin embargo, el plan fracasó, los frentes llegaron a estabilizarse y las trincheras se extendieron desde la frontera suiza hasta el canal de la Mancha. En febrero de 1916, el alemán Falkenhayn desencadenó un violento ataque contra Verdún, que ocasionó una verdadera carnicería en ambos ejércitos y no se tradujo en éxito alguno para los atacantes. FRENTE ORIENTAL E INTERVENCIÓN ESTADOUNIDENSE. Entretanto, en el otro extremo de Europa se iba despejando la incógnita. A despecho de la pérdida de Galitzia por los austríacos, del revés alemán en Gummbinnen (agosto 1914) y del avance ruso por Prusia Oriental, Hindenburg y su jefe de Estado Mayor, Erich Ludendorff (foto) , lograron aplastar a las fuerzas del zar en Tannenberg (26-30 agosto). En 1917 Berlín reanudó la guerra submarina total, lo que acarrearía la entrada de Estados Unidos en la contienda (6 abril 1917).Los alemanes desencadenaron el 21 de marzo de 1918 una serie de embestidas que rompieron varias veces el frente aliado en San Quintín, Lys y el Aisne; pero, pese a tan brillantes resultados, se produjo el agotamiento de las energías germanas. El 3 de octubre, el príncipe Max de Baden, canciller del Reich,