el hermano bueno - Wolfgeist Publishing

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LA AVENTURA DE LA HISTORIA N0 138
ROBIN HOOD RUSSELL CROWE ENCARNA AL BANDIDO MEDIEVAL DE MEJOR CORAZÓN
HISTORIA
LA AVENTURA DE LA
ALBERT, EL HERMANO BUENO DE HERMANN GOERING RUSSELL CROWE ENCARNA A ROBIN HOOD ANA DE AUSTRIA GADIR
AÑO 12 · Nº 138 · 3,90 €
CON PELÍCULA 8,95 €
ESPECIAL
BICENTENARIO
4ª ENTREGA
LA EMANCIPACIÓN
DE CHILE
ANA DE AUSTRIA
LA REINA
DE LOS TRES
MOSQUETEROS
GADIR
LA PUERTA
FENICIA
AL ATLÁNTICO
EXCL
USIVA
EL HERMANO BUENO
DE GOERING
LA LISTA DE LOS 34 JUDÍOS Y OPOSITORES
QUE EL INGENIERO ALBERT GOERING
SALVÓ DE LAS SS Y LA GESTAPO
ALEMANES FRENTE AL NAZISMO
ALBERT,
EL HERMANO
BUENO DE
GOERING
CARTEL DE
PROPAGANDA
de 1938. Albert
Goering
despreció a los
nazis, a los que
auguraba que
acabarían mal.
SALVÓ A DECENAS DE JUDÍOS Y OPOSITORES AL NAZISMO
VALIÉNDOSE DE SU PARENTESCO CON EL MARISCAL DEL
REICH, PERO EN NUREMBERG SU APELLIDO LE
CONDENÓ. WILLIAM
HASTINGS BURKE
ENTREVISTA A LOS TESTIGOS DE SU INTERVENCIÓN Y
DESAGRAVIA A UN SÍMBOLO OLVIDADO DE LOS
ALEMANES QUE ODIARON A HITLER
WILLIAM HASTINGS BURKE. AUTOR DE THIRTY FOUR.
�
UN EJECUTIVO RICO,
CONFIADO Y
VIVIDOR. Albert
Goering en su
despacho, en los
años treinta, en
una fotografía
reproducida por
cortesía de la
editorial Wolfgeist.
LAS CLAVES
HERMANOS DISTINTOS. De fa-
milia aristocrática, Albert despreciaba a los nazis mientras Hermann se encandiló con Hitler.
UN SCHINDLER OLVIDADO.
Tras salir de la cárcel, en 1947,
Albert no quiso cambiar su apellido y se condenó al ostracismo.
LA INVESTIGACIÓN. El autor
rastreó archivos en los EE UU
y Europa y buscó fuentes orales
para reconstruir la biografía de
un hombre difícil de encasillar.
anunciaba a toque de
“TENGO UN HERMANO EN ALEMANIA QUE ESTÁ
cuerno de caza, el serviMEZCLADO CON ESE CABRÓN DE HITLER, Y ENCIMA VA A
cio se adornaba con perifoTERMINAR MAL SI CONTINÚA POR ESE CAMINO”
llos medievales y tenían
a su disposición un ejército de juglares. Cuando Von Epenstein en alemán) había hecho de Hermann su zó a comprobar su parecido físico con
visitaba a la familia en Burg Veldens- ahijado favorito, pero después del na- aquel padrino medio judío. Albert tenía
tein, siempre exigía que se le reserva- cimiento de Albert fue al pequeño al el mismo color castaño oscuro de ojos
ra la mejor de las 24 habitaciones de que siempre le consentía todo”, recuer- que Von Epenstein y la fisonomía típila fortaleza y sus breves visitas a la ha- da Olga Rigele, la hermana de ambos.
ca de los centroeuropeos, mientras que
bitación de Fanny a altas horas de la nosu hermano Hermann era el heredero
che, que alimentaban los rumores de RUMORES Y SECRETOS. Los rumores indudable de los penetrantes ojos azuque había algo entre ellos.
se intensificaron a medida que Albert les y los rasgos arios de su madre.
“Nunca albergamos la menor duda fue creciendo y todo el mundo empeHermann era un chico rebelde. Siemal respecto –afirma
pre a disgusto en los
el profesor Hans
pupitres de los lateThirring, que pasaba
rales de las aulas, no
los veranos con los
hacía más que ir roGoering–. Todo el
dando de internado
mundo que se hosen internado. En el
pedaba en Mauúltimo en el que esterndorf aceptaba
tuvo, antes de darse
aquella situación,
a la fuga, cortó las
que por otra parte no
cuerdas de todos los
parecía que perturviolines y violoncebara en nada a Herlos de la banda �
mann ni a los demás
niños Goering”.
ADOLF HITLER y
También se daba
Hermann Goering, en
la terraza de
por hecho que AlObergalzberg, en una
bert era el hijo natufotografía de 1939. El
mariscal del Reich
ral de aquella relasentía pasión por el
ción. “Pate (padrino,
Führer.
HERMANN, OBEDIENCIA PERRUNA AL FÜHRER
Hemann Goering (1893-1946),
aviador con 22 victorias y jefe del
más famoso grupo de caza alemán de la Gran Guerra, era un
tipo espectacular: Hitler le vio con
su uniforme de capitán y el pecho
cubierto de condecoraciones en
el otoño de 1922, en un mitin antiversalles. Goering también se
fijó en aquel tipo de ojos llameantes y curioso bigotito; al día siguiente acudió a oírle y se afilió al
partido nazi.
Para Goering, fue el descubrimiento de su vida. Once años después, era uno de los personajes
más poderosos y esperpénticos
del III Reich. Inteligente, simpático, petulante y presumido, vivió y medró a la sombra del Führer, a base del cumplimiento perruno de las órdenes y de intuir
lo que Hitler necesitaba oír.
Controló el Reichstag para Hitler,
encarceló a cuantos comunistas
halló la noche del incendio del
Reichstag, le entregó el poder absoluto y fundó la Luftwaffe. Cuando le preguntaron por qué su
aviación no disponía de bombarderos pesados dio una respuesta tan simple como sincera: “Uno pesado cuesta tanto
como cuatro ligeros y Hitler me
va a preguntar cuántos tenemos,
no si son bombarderos pesados”.
Tras la Noche de los Cristales Rotos, dio muestra tanto de su habilidad como de su perversión antisemita. Pidió a los judíos que
evaluaran las pérdidas, mil millones de marcos, y les obligó a ingresarlos en las vacías arcas del
Plan Cuatrienal, presidido por él,
en concepto de indemnización
por las pérdidas alemanas en
los disturbios provocados por el
asesinato en París del diplomático Von Rath; a las aseguradoras, las ordenó que cubrieran los
daños sufridos por los judíos y
el dinero también terminó en la
tesorería del Plan.
Mientras declinaba la Luftwaffe,
cazaba, se construía palacios decorados con las más bellas pinturas rapiñadas por toda Europa.
Con todo, mantenía el aprecio del
Führer, porque sabía lo que necesitaba. Ante el cerco de Stalingrado, Hitler, persuadido por la
Wehrmacht, iba a ordenar la retirada, pero llegó Goering y garantizó el abastecimiento aéreo: dos
meses después, Paulus se rindió,
perdiendo un cuarto de millón de
hombres.
Alemania hubiera podido tener
centenares de cazas a reacción
LA AVENTURA DE LA
HISTORIA
23
en 1944, pero el programa se retrasó un año porque Hitler quería
bombarderos. Goering trató inútilmente de complacerle.
Pero al final, su lealtad no llegó a
tanto como para quedarse en la
Cancillería a morir con el Führer:
vació sus palacios y se largó a Baviera con el fruto del latrocinio.
Sus delirios de grandeza eran
tan excesivos que cuando el III
Reich agonizaba trató de convertirse en Führer, poniendo en
marcha el mecanismo de sustitución previsto por el propio
Hitler que, rabioso, desde el
búnker, ordenó a las SS su asesinato. La llegada de los norteamericanos prolongó su vida
hasta el otoño de 1946, cuando, condenado a muerte en Nuremberg, prefirió el cianuro a
la soga. � DAVID SOLAR
ALEMANES FRENTE AL NAZISMO
� de música del colegio. La gambe-
rrada tuvo como consecuencia que lo
enviaran a una escuela militar en la que
su espíritu belicoso tuviera posibilidades de desarrollarse. Tiempo después
se distinguió como un as de la aviación,
pilotando cazas durante la I Guerra
Mundial.
LO CONTRARIO DE HERMANN. De Albert
se decía que era un niño tristón que prefería los libros y la seguridad de la vida
en el hogar. En la escuela se sentaba
en la parte de atrás de la clase. No parecía que a su hermano y él les uniera algo
más que el hecho de compartir el mismo apellido. “Siempre ha sido la antítesis de mí mismo”, dijo el propio Hermann al doctor Leon Goldensohn, el
psiquiatra norteamericano que se entrevistó con él con ocasión del juicio de
Nuremberg por crímenes de guerra
en 1946.
LA LISTA DE ALBERT GOERING
1. Matrimonio Alsegg
2. Alfred Barbarsch
3. Matrimonio Benaroya
4. Matrimonio Benbassat
5. Prof. Dr med. Bauer
6. Prof. Dr med. Charvat
7. Prof. Dr med. Divis
8. Procurador Gratien
9. D. Ing. W. Grüss
10. Michael Hohensinn
11. Ing. Vilem Hromadko
12. Archiduque José Fernando
de Habsburgo.
13. Ing. Georg Kantor
14. Dr med. L. Kovaks
15. La esposa de Franz Lehár
16. Fräulein M. Likar
17. La esposa del Director V. Maschek
18. Dr med. Medvey
19. La señora de Montmollin
20. Dir. Jan Moravek
21. La señora de Hans Moser
22. Familia Serge Otzop
23. Inspector Pernkopf
24. Familias Pilzer
25. Familia Pollak
26. El esposo de Henny Porten
27. Dr Kurt v. Schuschnigg
(antiguo canciller de Austria)
28. Gen. Dir. Bruno Seletzky
29. Mayor Frank Short
30. Franz Simonek
31. Hans Stahl
32. Gen. Dir. Karel Staller
33. Dr Vilem Szekely
34. Dir. Franz Zrno
JUDÍOS OBLIGADOS a
to estudiantil del futuro
“No estaba interesado en
fregar de rodillas las
nada que tuviera relación calles de Viena tras nazismo.
la anexión de
Aparentemente, Albert
con la política o el ejército
Austria. Albert
seguía demostrando un
–manifestó Hermann–; yo,
Goering salvó en
sí. Era callado, solitario; a mí esos días a un grupo nulo interés por la polítide mujeres de una
ca, aunque en realidad esme gustan las multitudes y
afrenta similar.
tudió con suma atención a
la compañía. Él era melancólico y pesimista; yo soy optimista. Eso sus futuros enemigos.
Entretanto, Hermann, un héroe de
sí, no es un mal tipo este Albert”.
A medida que los hermanos empe- guerra privado de derecho al voto, emzaban a recorrer caminos separados en pezó a frecuentar las cervecerías más
sus vidas, sus idiosincrasias de adoles- populares de Munich y era todo oídos
centes cristalizaron en un abismo a las diatribas en contra del régimen
ideológico. Tras servir como ingeniero de Weimar y las compensaciones imde comunicaciones en la I Guerra puestas a Alemania en la posguerra por
Mundial, Albert se matriculó en 1919 el Tratado de Versalles. En 1922, se quedó especialmente
en la Universidad
impresionado por
Técnica de Muun orador llamado
nich para estudiar
Adolf Hitler. Suringeniería mecágió en él una infanica. Allí se come pasión y, como
deó con los futuen las clásicas hisros dirigentes del
torias de amor, se
III Reich, entre
le exigió una prueotros, con Heinba de su devoción
rich Himmler,
incondicional. La
por aquel entonocasión llegó con
ces un estudiante
el putsch de la cerde agronomía que
vecería, en 1923, la
se movía mucho
primera intentona
en los círculos esde Hitler por hatudiantiles, un
cerse con el poder
caldo perfecto de
LA ESVÁSTICA barre Alemania de la
comunista, judía, capitalista y
arrebatándoselo al
cultivo para el na- “escoria”
foránea, en este cartel nazi de
Gobierno legal.
ciente movimienpropaganda de 1930.
LA AVENTURA DE LA
HISTORIA
24
GALANTE Y
Las heridas de bala
ELEGANTE. Albert
que recibió en la incayó en
gle y en la cadera le el alcoholismo al
salir de la cárcel
sirvieron para deen 1947. Su
mujer, Mila, le
mostrar el auténtico
abandonó y se
compromiso que ha- fue con la hija de
ambos a vivir a
bía adquirido, pero
Perú.
el golpe fue aplastado rápidamente y él se dio nuevamente a la fuga.
A este episodio siguieron cuatro años
de exilio en difíciles condiciones. Hermann se convirtió en adicto a la morfina, perdió la cabeza y fue internado en
una institución para enfermos mentales en Suecia. Esta etapa de su vida
marcó, asimismo, el comienzo de doce
años de incomunicación entre ambos
hermanos.
RECHAZO Y PREMONICIÓN. Albert expe-
rimentaba repulsión hacia Hermann y
sus ideales políticos. Se sentía traicionado como hermano y como representante de la familia Goering. “¡Ay! Tengo un hermano en Alemania que anda
mezclado con ese cabrón de Hitler –comentó Albert en cierta ocasión a su
amigo íntimo Albert Benbassat– y encima va a terminar mal si continúa por
ese camino”. Tiempo después, Hermann daba sus razones para explicar
el distanciamiento: “Nunca hablamos
entre nosotros por culpa de la actitud
de Albert hacia el partido (nazi). Ninguno de los dos estaba enfadado con
el otro. Fue una separación achacable
a la situación”.
El Anschluss de 1938, anexión de Austria por Alemania, y la inminencia de
la guerra terminaron con el distanciamiento entre los dos hermanos. Ambos se vieron en el pabellón de caza
que Albert tenía en la apacible localidad de Grinzing, al noroeste de Viena. Albert estaba agotado hasta la exasperación. Desde que había visto aparecer en Viena la primera cruz gamada,
había desplegado una actividad frenética para conseguir visados de salida
del país y dinero a sus amigos judíos.
Se había enfrentado personalmente en
Viena con los matones nazis, saliendo en defensa de ancianas judías, a
las que hacían objeto de sus burlas y
a las que obligaban a fregar de rodillas las calles adoquinadas de la ciudad.
Por el contrario, Hermann rebosaba
entusiasmo. Acababa de llegar a �
34. EL LIBRO
ARTURO ARNALTE
Mezcla de biografía, ensayo histórico, inta de las 34 personas o familias a las que
vestigación, reportaje periodístico, libro de
Albert Gunther Goering ayudó durante el
viajes y casi relato autobiográfico, Thirty
régimen nazi y que esgrimió como prueFour es la osadía juvenil de un veinteaba de su inocencia en Nuremberg, William
ñero australiano con amHastings Burke lleva al
bición de comenzar su
lector desde los verdes
UNA FRESCA Y
carrera académica con
suburbios de Carolina del
HETERODOXA
una aventura iniciática.
Sur a las cervecerías de
Esta heterodoxa fórmula
Freiburg, donde se emFORMA DE
de escribir Historia, prácplea como camarero para
ESCRIBIR
ticamente inédita en la
financiarse la aventura. Y
HISTORIA,
historiografía española,
entretanto va tejiendo el
tiene la ventaja de dirigirtapiz en el que se dibuja
ENRIQUECIDA
se con éxito a un públiel retrato del “hermano
EN PRIMERA
co más amplio que el esbueno” de Goering, un
trictamente interesado
PERSONA
ejecutivo vividor, eleganen el género, ya que se
te y, sobre todo, indepenenriquece con la frescura de alternar el rediente, que logra instrumentalizar sus colato principal con los avatares personales
nexiones familiares a favor de terceros y
que sufre quien emprende un largo viaje
muestra que, como escribiría Jean-Paul
alrededor del mundo para visitar archivos
Sartre poco después de la II Guerra Muny, sobre todo, entrevistar personalmente
dial en El existencialismo es un humaa los testigos del momento. Avatares que
nismo, todo el mundo tiene en cualle enfrentan tanto con las crónicas
quier circunstancia la posibilicarencias económicas del estudad de elegirse moralmente. �
W. HASTINGS BURKE, Thirty
diante como con los desafíos del
Four. Editado por Wolfgeist,
aprendizaje de idiomas, en su caso
Thirty Four tiene una página web:
el alemán, que el autor encara con
www.34thebook.com que merece
humor.
la pena visitar.
Partiendo de Washington con la lisLA AVENTURA DE LA
HISTORIA
25
ALEMANES FRENTE AL NAZISMO
� Austria entre
grandes
manifestaciones de prepotencia y había pronunciado
un discurso escalofriante en
el que incitaba al antisemitismo sistemático. Desbordado de entusiasmo por su
política arrolladora, anunció
a los miembros de su familia que les concedería un deseo. Tanta efervescencia se
le cortó en seco cuando su
hermano Albert y su hermana Olga le suplicaron que intercediera por el archiduque
José Fernando de Austria, el
último de los príncipes de
Toscana, de la familia Habsburgo, por entonces recluido
en el campo de concentración de Dachau. “Hermann
se sintió muy incómodo. No
obstante, al día siguiente el
Habsburgo preso fue puesto en libertad”, contó Albert
a su antiguo amigo Ernst Neubach.
AMNESIA FAMILIAR. Este dato de su re-
lación me sumió en el desconcierto.
Los hermanos, no se sabe muy bien
cómo, eran capaces de dejar a un lado
sus papeles públicos cuando coincidían
en el ámbito más íntimo de la familia.
Era como si el vínculo de la fraternidad
despertara en Albert una amnesia que
le permitiera dejar transitoriamente a
un lado la ira y la pena que le provoca-
DENUNCIA ALIADA DE LA
REPRESIÓN. Durante la guerra
hubo cuatro órdenes de
detención de Albert Goering.
Las burló gracias a su hermano
y, en 1944, logró huir a Praga.
ba el régimen del que su hermano era
un importante capitoste.
Albert aprovechaba esta especie de
pacto en su beneficio y en el de otras
personas. “No cabe duda de que estaba en condiciones de ayudar a otras personas en apuros, bien él mismo en los
aspectos financieros, bien mediante sus
influencias personales –afirma Edda
Goering, sobrina suya e hija única de
Hermann–. Sin embargo, cuando hacía
falta la intervención de autoridades o
altos cargos de mayor rango,
tenía que contar con el apoyo de mi padre, que desde
luego se lo daba”.
Albert acudía frecuentemente al despacho de su hermano en Berlín para solicitar su mediación en favor de
amigos judíos o de prisioneros políticos, para lo que cultivaba el ego de Hermann y
hacía valer su sentido del deber para con la familia. En
este aspecto, Hermann representaba para Albert todo
un seguro de vida. A medida
que Albert iba haciendo gala
de una audacia cada vez mayor en sus actividades clandestinas, crecía la montaña
de informes de la Gestapo en su contra.
En el transcurso de la guerra se emitieron contra él cuatro órdenes de detención; no obstante, nunca le detuvieron. Su poderoso hermano siempre salió en su ayuda, por perjudicial que el actuar así pudiera ser en el plano político para él.
En 1944, se emitió una orden de ejecución de Albert, en virtud de la cual se
instaba a su eliminación física sin limitaciones. Entonces fue él quien se dio a
HERMANOS Y OPUESTOS
Desde el bíblico relato de Caín y
Abel, la oposición entre hermano malo/hermano bueno que
ejemplifican los Goering, se ha repetido en la Historia. Aquí presentamos algunos ejemplos españoles a partir de la Edad Media.
RAMÓN BERENGUER II, CAP
D’ESTOPA, Y BERENGUER RAMÓN, EL FRATRICIDA. Ambos
hermanos heredaron, en 1076,
las posesiones del conde de Barcelona Ramón Berenguer I. Sus
continuos enfrentamientos terminaron cuando el primero apareció asesinado cerca del Montnegre, en 1086. Se atribuyó al
segundo la inducción al crimen.
Fernando, en 1833, estalló la Primera Guerra Carlista.
SANCHO II Y ALFONSO VI DE
CASTILLA. El reparto de los te-
rritorios de Fernando I de Castilla, en 1065, dio lugar a cruentas luchas entre sus hijos e hijas,
saldadas a favor de Sancho. Pero
en 1072, en Zamora, propiedad de Urraca, partidaria de su
hermano Alfonso, pereció Sancho II. El Cid pidió cuentas a
Alfonso VI de esta muerte en el
Juramento de Santa Gadea.
ANTONIO Y MANUEL MACHADO.
Ambos poetas, habían colaborado en algunas piezas de teatro
y la calidad de Antonio le convirtió en figura clave de la Generación del 98. La Guerra Civil les
separó. Antonio se mantuvo fiel
a la República y murió exiliado
en Collioure en 1939. Manuel se
avino al franquismo y dedicó al
final del conflicto un poema Al
sable del Caudillo.
FERNANDO VII Y EL INFANTE
CARLOS DE BORBÓN. La revoca-
ción de la ley Sálica por Fernando
para que su hija Isabel pudiera heredar el trono enfrentó a los dos hijos de Carlos IV. Tras la muerte de
CONSTANCIA Y MARICHU DE LA
MORA. Nietas de Antonio Maura, representan “las dos Españas”. Constancia (1906) se casó
LA AVENTURA DE LA
HISTORIA
26
con el aviador comunista Hidalgo de Cisneros; afiliada al PCE,
fue la portavoz republicana ante
los corresponsales extranjeros
durante la Guerra Civil y murió
en el exilio. Marichu (1907) fue
amiga de José Antonio, pionera
de la Sección Femenina, acompañante de Pilar Primo de Rivera y musa de Dionisio Ridruejo. Evolucionó a posturas democráticas y murió en 2001.
FRANCISCO Y RAMÓN FRANCO.
El General tenía un hermano republicano, aviador famoso que
acabó sumado a la sublevación
y pereció misteriosamente en un
vuelo sobre Mallorca, en 1938.
biendo a alguien que no me quela fuga, ocultándose en Praga. Herría? Eso lo tenía yo muy claro. No
mann hizo todo lo que pudo por
me quería”.
salvarlo. “Mi hermano me dijo que
No obstante, da la impresión de
era la última vez que podía hacer
que la mujer y la hija de Albert sealgo por mí, que su posición se esguían sintiendo respeto y, quizá,
taba tambaleando y que tenía que
cariño por él. “Hay una cosa que
solicitar personalmente a Himmler
tengo que puntualizar –añade Eli–ministro del Interior del Reich
zabeth–. No tengo ni idea de lo
por entonces– que dejara estar
que ocurrió entre ellos ni de cuántodo aquel tema”, según el testito tardó mi madre en tomar la demonio que Albert prestó en NuANTE UN MISMO TRIBUNAL por llevar el mismo apellido.
cisión de divorciarse o lo que fueremberg.
En Nuremberg, Albert elaboró una lista de las
personas a las que había salvado para probar que
ra, pero mi madre y mi abuela nunLos hermanos se vieron por últihabía luchado contra los excesos del nazismo.
ca dijeron una sola palabra contra
ma vez en mayo de 1945, en una
cárcel de Augsburgo, en la que el diri- ring. Cayó en la depresión, el alcoho- él”. Albert, según ella, fue el único alegente nazi estaba preso de camino a lismo y, posteriormente, en la infideli- mán por el que su abuela checa expreotra. Hermann era uno de los peces gor- dad. Su mujer, Mila, de origen checo, le saba respeto.
Albert murió el 20 de diciembre de
dos capturados por los Aliados mientras pidió el divorcio y se llevó con ella a la
que Albert había sido detenido por el única hija de ambos, Elizabeth, a vivir 1966 como un paria, sin un céntimo, sin
simple hecho de ser su hermano. En a Perú. Albert nunca volvió a ver a su una sola medalla colgada de su pecho
el patio de la prisión, ambos se abra- hija, ni a hablar con ella, ni respondió a y sin ningún reconocimiento oficial. Su
zaron y Hermann le dijo: “Siento mu- ninguna de las cartas que ella le remitió. cadáver fue enterrado en el panteón de
Próxima a cumplir los setenta años, la familia Goering en Munich. A Hercho, Albert, que seas tú quien tenga
que sufrir por mí. Pronto te soltarán. convertida en una empresaria de éxi- mann no le fue concedido tal honor.
Ocúpate de mi mujer y de
mi hija. ¡Que te vaya LOS DOS HERMANOS SE VIERON POR ÚLTIMA VEZ EN MAYO
bien!”. Dos años después,
Hermann fue declarado DE 1945, EN LA CÁRCEL DE AUGSBURGO. “SIENTO QUE SEAS
TÚ QUIEN TENGA QUE PAGAR POR MÍ”, DIJO HERMANN
culpable de crímenes de
guerra y contra la humanidad, pero se burló de la soga del ver- to con dos hijos muy inteligentes, Eli- Como criminal de guerra, sus cenizas
dugo al ingerir una cápsula de cianuro zabeth parece haber aceptado con re- fueron arrojadas a un canal en la misma
que le habían pasado bajo mano.
signación su infancia sin padre. “Nun- ciudad. No obstante, aun después de
ca sentí rabia; nunca sentí nada –afir- muerto Hermann ha seguido apropiánma–. Mi madre me obligaba a escri- dose en exclusiva del apellido Goering,
DOS AÑOS EN PRISIÓN. Albert purgó dos
años en prisión porque no fue capaz birle hasta que cumplí diez años, más o que ha quedado manchado para siemde convencer de su inocencia a quienes menos... Él nunca respondió, ya ve us- pre con sangre por su despiadada ideole interrogaron. Según un informe, “los ted, ¡nunca, nunca respondió! En fin, logía y sus actos sanguinarios.
De pie ante la tumba de Albert, se
resultados del interrogatorio de Albert ¿por qué iba a tener yo que seguir escrime ocurre que esto va a ser lo más cerGoering, hermano del Reichsmarschall
ca que esté de quien ha sido mi acomHerman (sic), constituyen uno de los
pañante a lo largo de tres años. Albert
casos más astutos de justificación y lame ha llevado con él a oscuros cabavado de cara que el SAIC –Seventh
rets llenos de humo y a cafés bohemios.
Army Interrogation Center, o Centro
Me ha introducido en medio de una
de Interrogatorios del Séptimo Ejérturba incontrolada de airados vieneses.
cito– haya visto jamás. La falta de suHe estado en el despacho de Hermann
tileza de Albert Goering es sólo compacuando él suplicaba su intervención en
rable al peso de su obeso hermano”.
el caso de un colega, con la Gestapo
El apellido que con anterioridad le hapisándole los talones. Grabado en la
bía servido a Albert para salvar a cenbase del túmulo está el lema de la famitenares de víctimas del nazismo se halia Goering: Wirsindnichtvon denen die da
bía convertido al final en una carga en
weichen sondern von denen die da glauben
su contra.
(“No somos de los que se rinden sino
Incluso después de haber sido puesde los que creen”). Echo una última mito en libertad en 1947, Albert no pudo
rada y llego a la conclusión de que fue
sacudirse de encima la sombra de su
H. GOERING Y OTROS JERIFALTES NAZIS,
Albert el único que ha hecho honor a
hermano. Nadie quería darle trabajo. Se
el juicio de Nuremberg. Hermann
ese compromiso. (The Guardian, trad.:
negó a optar por una salida fácil como durante
fue condenado a la horca, pero se suicidó
con cianuro antes de la ejecución.
Miguel Morer.) �
habría sido renunciar al apellido GoeLA AVENTURA DE LA
HISTORIA
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