La pastora, el cóndor y el picaflor El rapto de una joven atacameña Estaba la pastora tejiendo cuando se acercó un cóndor disfrazado de hombre. Se subió a la espalda del joven atacameño, quien inició una caminata. Poco a poco los brazos del joven se transformaron en grandes y fuertes alas. Luego emprendió el vuelo por los cerros cordilleranos y dejó a la pastora en una cueva. El cóndor deseaba casarse con la muchacha pero ella estaba triste: extrañaba a su comunidad y sentía hambre, pues rechazaba comer la carne cruda que le ofrecía el ave. Un día en que el cóndor estaba fuera, apareció un picaflor que le dijo a la joven: -Te llevaré de regreso siempre y cuando me regales tu collar verde. Así lo hicieron y al regresar a su comunidad, la pastora contó lo sucedido a su familia. Decidieron esconderla, convencidos que el cóndor la buscaría por todas partes. Al poco tiempo se presentó el ave y el padre de la pastora le quemó la cara y el cuello con agua hirviendo: desde entonces los tiene pelados. Desde entonces el picaflor lleva un collar verde en el cuello y el cóndor tiene el cogote pelado. Ilustración: Carmen Cardemil Fuente: Gómez Parra, Domingo, Cuentos de nuestra tierra, Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad de Antofagasta, 1994. The shepherdess, the condor and the hummingbird The kidnapping of a young Atacameñan girl The shepherdess was knitting when a condor disguised as a young man approached. He invited her to go for a walk and she joined him. However as they walked, his arms turned little by little into wings and he grabbed her and flew away over the mountains with her, leaving her in a cave. The condor wished to marry the girl, but she was sad; she missed her family and friends and was hungry because she refused to eat the raw meat that the condor brought her. One day the condor was away and a hummingbird appeared and said to the girl - I will take you back to your village if you give me your green necklace in exchange. So the girl gave him the necklace and she returned to her village. When she told her family what had happened, they decided to hide her, certain that the condor would look everywhere for her. Sure enough, the bird showed up and the father of the girl scalded his face and neck with boiling water. The condor was angry with the hummingbird and ate him, but as he was so small, he came out the other end. Ever since, the hummingbird has had a green collar and the condor has had a bald head and neck from the boiling water. Ilustration: Carmen Cardemil Source: Gómez Parra, Domingo, Cuentos de nuestra tierra, Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad de Antofagasta, 1994.