TEMA MONOGRÁFICO LUMBALGIAS Historia y exploración físicas A. Rodríguez Cardosoa, M. Herrero Pardo de Donlebúnb y M.L. Palomo Pinto MFyC. aCentro de Salud de Loranca. Fuenlabrada. bArea 6. cMedicina Interna. C.S. de Majalahonda. Madrid. S e debe otorgar la mayor importancia a la evaluación inicial de un paciente con lumbalgia ya que, si se realiza de forma sistematizada, proporciona los datos fundamentales para orientarnos sobre su patología. Rara vez los síntomas y signos descritos y explorados nos permitirán llegar a un diagnóstico etiológico, pero serán suficientes para clasificar la lumbalgia en mecánica o no mecánica y descartar una enfermedad orgánica potencialmente grave. HISTORIA CLÍNICA Mediante una anamnesis dirigida, se debe permitir que el paciente exprese con sus propias palabras todos los aspectos relevantes del dolor de espalda1,2: Historia actual del dolor Localización. Pedir al individuo que señale el punto o área donde nota el dolor y su irradiación. Anotar si está centrado en la línea media o lateralizado y si es lumbar alto o lumbosacro (por encima de D12 hay que pensar en otra patología). En caso de extensión dorsal al abdomen, glúteos, ingles o piernas, nos fijaremos si el dolor es de mayor intensidad en estas localizaciones y si posee características radiculares. Inicio de los síntomas. Dolor brusco, agudo o progresivo, insidioso. En el primer caso, hay que preguntar por un sobresfuerzo, un traumatismo previo u otro desencadenante. Tiempo de evolución. Lumbalgia aguda, subaguda o crónica. La duración de cada fase varía de unos trabajos a otros: < 6 semanas, 6 semanas-3 meses, > 3 meses, respectivamente. Algunos autores prescinden del término “subaguda” e introducen los de “aguda recidivante” y “crónica reagudizada”. Tipo o patrón del dolor. Mecánico: originado en las estructuras de la columna y las paraespinales, en relación con los movimientos; mejora en reposo. Tiende a la resolución espontánea y a la recurrencia. No mecánico: engloba la patología inflamatoria de la columna y los dolores referidos. Es de instauración gradual y de curso persistente, sufre un empeoramiento progresivo y no cede con el reposo. Esta división, aunque artificial y nada categórica, simplifica el enfoque posterior no sólo de la lumbalgia sino de cualquier afección osteoarticular. Cualidad. Las características del dolor hacen referencia a la estructura nerviosa o anatómica implicada3, limitando, por tanto, las posibilidades diagnósticas (tabla I). Intensidad. Existen diferentes escalas de medida, como la analógica visual o los cuestionarios de impacto. Lo principal es averiguar en qué medida interfiere el dolor en la actividad diaria, incluida la posible incapacidad laboral. Modificadores. Hay que interrogar al paciente sobre aquellos factores que alivian o incrementan la lumbalgia (típicamente la postura corporal); por ejemplo, el dolor mecánico cede con el reposo y se agrava con la actividad; las maniobras de Valsalva exacerban el compromiso radicular por aumento de la presión del líquido cefalorraquídeo (LCR). Síntomas acompañantes. Afección de otras articulaciones, partes blandas, otros órganos, fiebre, cuadros infecciosos previos o concomitantes, síntomas psicosomáticos. Datos personales La edad de aparición y el sexo, por su relación con determinadas causas de lumbalgia, son datos útiles para guiarnos hacia una u otra patología. –Historia laboral. Es necesario conocer si la actividad que desempeña el sujeto puede ser el origen de su dolor, si relaciona ambos sucesos o mantiene expectativas al respecto (incapacidad, compensación, etc.). –Actividad física. Sedentarismo o ejercicio habitual. –Los hábitos tóxicos favorecen la aparición de enfermedades asociadas al dolor lumbar, como ocurre con el alcohol y la osteoporosis o con la drogadicción y las infecciones. El tabaco es un factor de riesgo independiente para la lumbalgia. Antecedentes patológicos Personales. Episodios previos de lumbalgia, diagnósticos, tratamientos y respuesta a los mismos. Alteraciones de la estática cor- TABLA I Categorías de dolor lumbar Categoría Estructura anatómica (Etiologías) Cualidad Somático superficial Somático profundo Piel, tejido celular subcutáneo (celulitis, herpes zoster, sinus pilonidal) Músculos, fascias, periostio, ligamentos, articulaciones, vasos (contractura, artrosis, artritis) Raíz espinal (hernia de disco, cola de caballo, estenosis espinal) Nervios periféricos (neuropatía diabética, meralgia parestésica) Vísceras abdominales y pélvicas, aorta (a través de nervios vegetativos) Corteza cerebral (trastorno de conversión, somatoforme, depresión) Dolor localizado, agudo, ardor Difuso, sordo, penetrante. Contractura asociada, se modifica con la posición Dolor irradiado, lancinante, latigazo, parestesias Quemazón, persistente, intenso Intermitente, cólico, profundo Variable Radicular Neurógeno Visceral, referido Psicógeno TEMA MONOGRÁFICO LUMBALGIAS Apófisis espinosa Sacro Coxis Historia y exploración físicas A. Rodríguez Cardoso, M. Herrero Pardo de Donlebún y M.L. Palomo Pinto Intervertebral L4-L5 15 cm Cresta ilíaca 10 cm Espina ilíaca posterosuperior L5 L5 Tuberosidad isquiática Trocánter mayor Figura 1 Estructuras palpables. Figura 2 Prueba de Schober. poral. Enfermedades reumáticas y sistémicas conocidas. Intervenciones quirúrgicas lumbares y en extremidades inferiores. Familiares. De lumbalgia y enfermedades reumáticas. trocantérea5. A veces, la palpación de puntos gatillo en síndromes miofasciales simula el recorrido de una ciática. EXPLORACIÓN FÍSICA En todos los pacientes realizaremos una exploración física básica, profundizando en aquellos aspectos sobre los que nos ha orientado la anamnesis. Es importante planificar la secuencia de actuación para evitar movilizaciones innecesarias al enfermo dolorido. Inspección Comienza desde que el sujeto entra en la consulta, pues su comportamiento nos informa sobre la gravedad del cuadro, las posturas antiálgicas, la actitud ante el dolor… Ha de estar de pie, desnudo, con los pies separados unos 10 cm, los brazos colgando y de espaldas al explorador4. En la visión posterior se valorará la presencia de: lesiones cutáneas como lipomatosis, neurofibromas e hipertricosis que sugieran patología subyacente; asimetrías con distinta altura de las crestas ilíacas, pliegues glúteos o flexuras de las rodillas; incurvaciones laterales (p. ej., D1 no está centrada sobre el sacro), ya sea por actitudes antiálgicas con desviación del tronco hacia un lado o por escoliosis, con rotaciones vertebrales sobre el eje vertical. Lateralmente, nos fijaremos en la posible rectificación o el aumento de la lordosis fisiológica lumbar y en las otras incurvaciones anteroposteriores de la columna. Palpación Con el paciente inclinado hacia delante y apoyado sobre una mesa o en decúbito prono se deben palpar las apófisis espinosas y tejidos circundantes (fig. 1). Esta maniobra permite localizar con exactitud el dolor y sospechar ciertos procesos. Un “escalón” entre las espinosas sugiere una espondilolistesis. Un ensanchamiento puede significar una cifosis secundaria a una fractura vertebral anterior, una espina bífida o un proceso invasivo. Este último también se manifiesta como un dolor apofisario localizado muy intenso. La ciatalgia se reproduce mediante la presión sobre los puntos de Valleix: glúteo, pliegue interglúteo, cara posterior del muslo, hueco poplíteo, peroné y región plantar media. El hallazgo más frecuente es el espasmo o aumento de tono de la musculatura paravertebral relacionado con alteraciones mecánicas. En ocasiones, la palpación sirve para diferenciar patologías irradiadas o próximas al área lumbar, como la coxigodinia (dolor a la palpación del coxis, sobre todo mediante tacto rectal), bursitis del isquión (“nalgas del tejedor”, dolor en la tuberosidad isquiática), síndrome iliolumbar (dolor en la cresta ilíaca) y bursitis Movilidad lumbar Respecto a la flexibilidad, dadas las variaciones producidas por la edad y la constitución de cada individuo, no es tan importante la cuantificación como la simple observación de las limitaciones y de aquellas maniobras que desencadenan dolor. En la flexión ventral hay que pedir al paciente que se incline hacia delante sin doblar las rodillas. Participan también las articulaciones coxofemorales, por lo que en vez de fijarnos en la distancia al suelo alcanzada, lo haremos sobre la lordosis: los sujetos sin alteraciones, al flexionarse, invierten la curvatura lumbar hasta convertirla en cifosis; si existe un problema mecánico, persiste la lordosis. En general, el dolor producido por la flexión proviene de elementos anteriores del raquis, incluida la patología discal. La prueba de Schöber (fig. 2) es una medida de la flexión lumbar. Se marca a la altura de la apófisis espinosa de L5 y 10 cm por encima; después se mide la distancia entre los dos puntos, con el enfermo realizando una flexión forzada6. Se considera normal si con la flexión la distancia aumenta a 15 cm. La extensión de la espalda, de unos 30°, es difícil de valorar. Se contrae la musculatura paravertebral, intensificando la lumbalgia mecánica simple. El dolor originado por la extensión sugiere alguna alteración en las estructuras posteriores, incluidas las articulaciones interapofisarias. Con las flexiones laterales, la línea de las espinosas describe curvas de 40-50°. Están menos limitadas por el espasmo muscular (contralateral) y reproducen el dolor de las articulaciones apofisarias del mismo lado de la flexión. La torsión del tronco se explora mejor con el paciente sentado. Exploración radicular En el dolor lumbar irradiado, existen diversas maniobras que pretenden desencadenar el dolor mediante la tracción de la duramadre que cubre la raíz dañada. No todo dolor producido es concluyente: si es descrito más como distensión muscular que radicular (urente, tirón, hormigueo); cuando no sigue la distribución de una raíz; si se exacerba el dolor lumbar local pero no irradiado. Asimismo, una prueba negativa no descarta un compromiso nervioso y, de hecho, a medida que aumenta la edad del paciente disminuye la proporción de resultados positivos. Algunas de estas maniobras son7, 8: Lasègue. Consiste en la elevación de la pierna extendida con el paciente en decúbito supino (fig. 3). Es positiva cuando el dolor es de carácter radicular, desencadenado en el territorio ciático, cuan- TEMA MONOGRÁFICO LUMBALGIAS Historia y exploración físicas A. Rodríguez Cardoso, M. Herrero Pardo de Donlebún y M.L. Palomo Pinto do la pierna está elevada entre 30 y 70°. No es significativo el dolor limitado a la región lumbar o a la nalga o la sensación de tirantez en la cara posterior del muslo. Lasègue contralateral. Se produce el dolor en el lado afectado al elevar la otra pierna. Esto sugiere una herniación central del disco. Lasègue posterior (fig. 4). Con el enfermo en decúbito prono, se eleva la pierna con la rodilla flexionada. Ocasiona dolor si existe un compromiso de las raíces altas (L2-L4). Bragard. Si el Lasègue es positivo, se baja lentamente la pierna hasta que cesan las molestias, y se realiza una dorsiflexión forzada del pie que reproduce el dolor. Figura 3 Maniobra de Lasègue. Neri. Por el mecanismo anterior de estiramiento de la raíz, se provoca el dolor mediante la flexión de la cabeza hacia el tórax, con las piernas colgando en sedestación. Todas las maniobras de Valsalva encaminadas a aumentar la presión intraabdominal (esfuerzo defecatorio, toser, estornudar, prueba de Déjerine) e intratecal (compresión sobre las yugulares, prueba de Naffzinguer-Jones) exacerba el dolor radicular. El resto de la exploración neurológica confirmará si se trata de una radiculopatía y cuál es el tronco nervioso implicado (diagnóstico topográfico). En la figura 5 aparecen los hallazgos exploratorios correspondientes al compromiso de cada raíz en el examen de: Musculatura. Si existe pérdida de fuerza, hipo o atrofia de algún grupo muscular, hay que valorar la posible incapacidad o dolor para la dorsiflexión, la flexión plantar, la inversión o la eversión del pie y la dorsiflexión del primer dedo. Las dos primeras también se exploran pidiendo al paciente que camine sobre los talones y de puntillas. Sensibilidad. En caso de presentar hipoanestesia o parestesias, comprobaremos su correlación con algún dermatoma. Reflejos osteotendinosos: rotulianos y aquíleos. El cuadro de dolor lumbar irradiado más común es una ciática secundaria a una hernia discal, pero no hay que olvidar otras causas, como la estenosis del canal raquídeo (explorar si existe claudicación neurógena tras el ejercicio), una cruralgia (raíces L2-L4, Lasègue posterior positivo) o la meralgia parestésica (algoparestesias limitadas a la cara lateral del muslo). Para descartar un síndrome de cola de caballo, en toda lumbalgia se debería examinar la sensibilidad del periné y los genitales. También hay que valorar la respuesta extensora plantar (Babinski) si nos queda alguna duda de una afección del tracto largo. Exploración de las articulaciones sacroilíacas El origen de un dolor lumbar puede hallarse en las articulaciones sacroilíacas, por lo que hay que estar familiarizados con su exploración. La inspección, dada su profundidad, es de escaso valor y cuando está afectada, puede doler a la palpación de un punto situado bajo la espina ilíaca posteroinferior. Aunque ninguna es muy precisa y la mayoría requieren la integridad de las caderas, existen numerosas maniobras para movilizar las sacroilíacas7 y comprobar si está en ellas el origen de la lumbalgia: Maniobras de apertura y cierre. Tracción con ambas manos de las espinas ilíacas anteriores hacia fuera y abajo (apertura), o compresión de las crestas (cierre de la pelvis). Figura 4 Maniobra de Lasègue posterior. Fabere. Flexión, abducción y rotación externa del muslo, de modo que el tobillo descanse sobre la rodilla contralateral adoptando las piernas la forma de un 4. Se sujeta el ilíaco opuesto mientras se fuerza la rodilla flexionada hacia la camilla (fig. 6). Lewin. Con el enfermo en decúbito lateral sobre el lado sano, se presiona sobre la cresta ilíaca. Maniobras de cizalla. a) hiperflexión del muslo sobre el tronco y la otra pierna extendida, en decúbito supino, y b) hiperextensión forzada del muslo con la rodilla flexionada, en decúbito prono. Pruebas para la detección de simuladores Cuando sospechamos un componente psicógeno, la búsqueda de compensación, o los datos obtenidos en la exploración no concuerdan con las molestias expresadas por el paciente, existen maniobras9 que demuestran el componente funcional de la lumbalgia. El test de Waddell está constituido por cinco pruebas: 1. Dolor o hipersensibilidad ante un contacto superficial. 2. Prueba de simulación: dolor lumbar al realizar una presión axial sobre el cráneo. 3. Prueba de distracción: si una maniobra específica (p. ej. Lasègue) es negativa para el dolor por distraer al paciente. 4. Incongruencia entre la localización de las alteraciones y la neuroanatomía conocida. 5. Expresión o reacción desproporcionada ante el dolor. Es positivo si se dan tres o más de las cinco pruebas. Otras maniobras específicas de lumbociática son: –Test de Hoover: se colocan las manos en los talones del enfermo y se le pide que levante la pierna afectada; si existe alteración, presionará con la opuesta hacia abajo para ayudarse. TEMA MONOGRÁFICO LUMBALGIAS Localización de la lesión Historia y exploración físicas A. Rodríguez Cardoso, M. Herrero Pardo de Donlebún y M.L. Palomo Pinto Distribución del dolor Pérdida de fuerza Inversión del pie Disco L3-L4 Raíz L4 Dorsiflexión del dedo gordo Disco L4-L5 Raíz L5 Eversión del pie Disco L5-S1 Raíz S1 Figura 5 Síndromes radiculares más frecuentes. flejos rotulianos y plantares, movimientos del pie y dorsiflexión del dedo gordo); tumbado (maniobras de tracción radicular, reRotuliano flejos aquíleos, sensibilidad del periné, movilidad de rodillas y caderas). Ésta es la exploración básica que se debe llevar a cabo ante toda lumbalgia. Si los datos obtenidos sugieren una radiculopatía, ampliaremos el examen neurológico. Cuando sospechemos una afección no mecánica o el paciente no responda al tratamiento en el plazo esperaReflejos intactos do, habrá que realizar una exploración sistémica, incluido un tacto rectal. Casi todos los procedimientos descritos tienen un valor relativo en función de la edad del enfermo y la afección de otras articulaciones3. Si además están basados en un Aquíleo dato subjetivo, como el dolor, los hallazgos exploratorios presentan baja reproducibilidad. Tampoco existe siempre una correlación entre estos hallazgos y los obtenidos de las pruebas de imagen en lo que respecta a procesos patológicos como la artrosis o el resultado de la cirugía de la hernia discal en las lumbociáticas. Sin embargo, la exploración es la principal herramienta de que disponemos para valorar a estos enfermos, y nos debe proporcionar un diagnóstico de aproximación. Reflejos afectados Bibliografía Figura 6 Maniobra de Fabere. –Levantar su pierna cuando el individuo esté sentado; sospechar si no se inclina o apoya hacia atrás. –Dorsiflexión del tobillo; no debería dolerle si la realizamos con la rodilla flexionada. Comentarios. Necesidad y validez de la exploración Como hemos mencionado previamente, es muy importante seguir una sistemática en el examen físico, que puede ser: de pie (inspección, exploración de la movilidad lumbar, marcha de talón y de puntillas); de pie, apoyado hacia delante (palpación); sentado (re- 1. Moyá Ferrer F. Lumbalgia. En: Andreu JL, Barceló P, Figueroa M, HerreroBeaumont G, Martín Mola E, Olivé A et al, editores. Manual de enfermedades reumáticas de la Sociedad Española de Reumatología. Madrid: Mosby/Doyma S.A., 1996. 2. Muñoyerro ME, Castell MV. Síndromes dolorosos de la columna vertebral. En: Ruiz de Adana R, editor. Manual de diagnóstica y terapéutica médica en atención primaria (2.a ed.). 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