Jean Phlippe Rameau (1683-1764) Zoroastro, suite del ballet.

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Jean Phlippe Rameau (1683-1764)
Zoroastro, suite del ballet.
No es fácil explicar por qué Rameau ha sido tan poco apreciado por la
posterioridad, pues este contemporáneo de Bach y Haendel es no solamente
el compositor francés más importante del s. XVIII, sino, además, el
fundador de la teoría moderna de la Armonía. Siempre que se oyen sus
obras se pregunta uno por qué no se interpreta su música con más
frecuencia.
Nació el año 1683 en Dijon, donde su padre trabajaba como organista de la
catedral. Se dice que a los 7 años podía leer cualquier pieza de música para
clave.
Viajó a Italia a los 18 años; a su vuelta a Francia trabajó como organista en diferentes ciudades,
sobre todo en Clermont-Ferrand, donde permaneció hasta 1722, año en que escribió su Tratado de
Armonía, obra que constituye la primera gran síntesis de la armonía. En este tratado por primera
vez aparece la idea de la inversión de los acordes (mi-sol-do y sol-do-mi son el mismo acorde que
do-mi-sol y así sucesivamente). En 1723 se trasladó a París para enseñar clavicémbalo y teoría
musical. Fue el maestro de clave más reconocido y se convirtió, además, en organista en el
noviciado de los jesuitas y en la iglesia de Sainte Croix de la Bretonnerie.
Sus primeras composiciones incluyen piezas de teatro, música sacra y música para clavicémbalo.
En 1731 fue nombrado director de la orquesta privada de un rico financiero y mecenas musical,
Jean Jacques de la Pouplinière, lo que le permitió, ya con 50 años, dedicarse a la ópera.
Entre las 30 óperas que compuso Rameau se encuentran obras maestras del teatro lírico francés
como las tragedias Hipólito y Aricia (1733), Cástor y Pólux (1737), Dárdano (versiones de 1739 y
1744); las óperas-ballets Las Indias galantes (1735), Las fiestas de Hebé (1739) y La princesa de
Navarra (1745), así como la comedia Platea (1745) y Zoroastro (1749). Tanto su orquestación
como su forma de utilizar la armonía para conseguir efectos dramáticos son intensas e
innovadoras.
Rameau se vio involucrado en diferentes polémicas cuando su música fue atacada primero por
entusiastas de Jean Baptiste Lully, que pensaban que su obra, por ser demasiado moderna,
traicionaba el legado de este compositor; y más tarde, en la década de 1750, fue atacado por los
modernistas como Jean-Jacques Rousseau, que defendían la ópera italiana de Gian Battista
Pergolesi. Pero su éxito personal estaba garantizado desde que en 1745 pasó a ser Compositeur de
Cabinet de rey Luis XV.
Sus Piezas de clave en forma de concierto (1741) para dos violines y clavicémbalo se encuentran
entre las primeras obras que confieren al teclado un papel solista en lugar de limitarlo al
acompañamiento, como había sido lo habitual.
Los libros teóricos de Rameau, que él consideraba su producción más importante, sistematizan las
prácticas armónicas de los 100 años anteriores a él y los conceptos teóricos codificados que han
seguido siendo básicos para la armonía europea hasta 1900. Todo ello le ha valido el sobrenombre
de “el Descartes de la música”. Rameau falleció el 12 de septiembre de 1764 en París.
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Zoroastro, suite del ballet
Para introducir mejor este Zoroastro de Rameau resulta obligatorio conocer quién es el personaje
que inspira la obra.
Zoroastro, también llamado Zaratustra, fue un profeta, una “manifestación de Dios”, que nació en
Persia (actualmente Irán) en fecha no del todo aclarada, pudiendo ser entre unos 500 ó 600 años
antes de Cristo. Se dice que nació de una madre virgen de quince años de edad, hecho que su
familia y su pueblo consideraron como un milagro de Dios.
A los 15 años Zoroastro realizó valiosas obras y fue conocido por su gran bondad hacia los pobres
y hacia los animales. A los 20 años dejó su hogar y pasó siete años en la cueva de una montaña;
luego regresó a su pueblo y a los 30 años comenzó la revelación Divina. Zoroastro encontró muy
difícil convertir a la gente a su nueva religión. Fue perseguido y hostilizado por los sacerdotes.
Los príncipes rehusaron darle apoyo o protección y lo encarcelaron porque su nuevo mensaje
perturbaba la tradición y creaba confusión en las mentes de sus seguidores.
Zoroastro logró influir al Rey Vishtaspa, quien fue un ferviente seguidor suyo, afianzando así el
comienzo de la difusión de la religión llamada Zoroastrianismo y de la gran reforma que trajo
consigo. Las Escrituras Sagradas de Zoroastro se llaman "Zend Avesta" que significa "comentario
sobre el conocimiento". Zoroastro profetizó que en un futuro lejano, el Espíritu de Dios se
manifestaría otra vez en un Mesías que aparecería en Persia. Dijo que de la raza persa se
levantaría, el "Shah Bahram”, el Salvador del Mundo, el Gran Hacedor de Paz, y que en su época
el bien triunfaría sobre el mal y sobrevendría una era culminante del reino de la luz.
Esta suite está basada en la tragedia lírica Zoroastro que Jean-Philippe Rameau compuso sobre el
libreto de Louis de Cahusac. Como en las otras piezas escénicas del autor y en el resto de la
producción operística francesa de la época, la presencia de la danza es determinante y conforma la
columna vertebral en torno a la cual se arma la estructura de la obra. Pero en Zoroastro, además,
Rameau consigue que la integración del baile dentro de la trama argumental sea más profunda y
armónica que en sus creaciones escénicas precedentes.
El libreto de Cahusac es algo simplista: plantea una trama a base de la lucha entre el bien y el mal,
la verdad y la mentira, la luz y las tinieblas. Todo queda reducido a una historia de amor algo
pobre, mejorada por la refinada partitura de Rameau.
El argumento de la ópera-ballet, dividida en cinco actos, se desarrolla en la ciudad de Bactra,
localidad que hoy corresponde al norte de Afganistán, en los tiempos no precisados en que vivió el
personaje central.
El malvado brujo Abramán pretende sacar provecho de la intempestiva muerte del rey de Bactra
ayudado por Erinice, despechada por el desprecio de Zoroastro: desea enviar al exilio a Zoroastro
y así apartarle de Amelita, presunta heredera del trono de Bactra.
Zoroastro se lamenta de estar alejado de Amelita, cuando aparece Oromases que pregona a los
cuatro vientos que Zoroastro liberará al mundo de las fuerzas del mal para cuya misión recibe un
preciado talismán y es elevado a un estado superior de conciencia y conocimiento.
Los demonios atormentan a Amelita mientras Erinice le pide que renuncie al trono. Pero aparece
Zoroastro y éste y Amelita reafirman su amor. Amelita es presentada por Zoroastro al pueblo, que
celebra la liberación de la legítima heredera.
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Abramán retoma sus planes y prepara una emboscada. Al alba, cuando Zoroastro, Emelita y sus
seguidores llegan a presentar sus oraciones ante el Ser Supremo, aparece Abramán descendiendo
en un carruaje en llamas. El pueblo huye y los espíritus se llevan a Amelita desvanecida cuando el
fuego envuelve la ciudad.
Junto a un altar cubierto de sangre, Abramán invoca los espíritus del mal: el Odio, la
Desesperanza y la Venganza; una estatua de Zoroastro aparece en el altar, pero los sacerdotes
lanzan conjuros y la estatua se desvanece en medio de llamas. En medio de los cantos de los
sacerdotes se prepara la batalla.
Abramán aparece sobre una nube de fuego y pide la rendición a Zoroastro. La nube se abre y deja
ver a Amelita encadenada. Pero Zoroastro invoca a los cielos, de donde surgen relámpagos que
lanzan a Abramán y sus sacerdotes a las entrañas de la tierra.
Oromases, el Rey de los Genios, aparece sobre una resplandeciente nube y rodeado de los
espíritus de los elementos muestra a Amelita rescatada. En medio del regocijo general, se ordena
la coronación de la feliz pareja de Zoroastro y Amelita.
El estreno de esta tragedia lírica tuvo lugar en la Academia de Música (lo que posteriormente se
convertiría en el Teatro de la Ópera) de París, el 5 de diciembre de 1749, con críticas
desfavorables, pero con una serie de funciones abarrotadas de público.
Duración aproximada: 40 minutos
PROPUESTAS DIDÁCTICAS PARA EL AULA
Trabajo de indagación:
) A partir de mediados del siglo XIX, la suite de extractos recuperó prácticamente la
popularidad que había disfrutado en el siglo XVII. Los compositores se limitan a veces a
agrupar fragmentos coherentes de obras más extensas, como ballets, o pueden entrelazarlos
dentro de un todo continuo, realizando los cambios de tonalidad y orquestación que sean
necesarios. Loa alumnos pueden buscar información a cerca de este término en sus
distintas acepciones: qué es una suite, la suite anterior al s. XVII, la suite a solo barroca, la
suite orquestal barroca, la suite de cámara barroca, la suite de mediados del s. XVIII…
) Los alumnos pueden buscar información sobre el compositor y su época relacionando la
música con la literatura y el pensamiento (Montesquieu, Voltaire, Rousseau, Diderot…),
las artes y las ciencias (Tiépolo, Sabatini, D’Alambert, Lavoisier…), las Historia (Guerra
de Sucesión Española, Ley Sálica, Tratado de Utrech…).
Estas NOTAS DIDÁCTICAS han sido elaboradas por Gumersindo Díaz Lara.
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