Doble Moral de las Organizaciones

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LA DOBLE MORAL DE LAS ORGANIZACIONES
Capítulo 1 - Puntos de partida
1.1. Introducción
Cuando hablamos de sistemas perversos, hacemos referencia a pautas de
relación y modelos de pensar.
Los sistemas perversos representan la practica de la inmoralidad y son la
manifestación de un orden destructivo. Lo perverso no es algo absoluto y no puede
decirse de una misma conducta que en cualquier lugar será siempre ilegal, destructiva o
egoísta. La perversidad es una definición que requiere ser contextualizada. No hay
organizaciones que sean perversas en si mismas. Lo invariable para cualquier situación
es la relación circular y la existencia de requerimientos contradictorios (Ej. ser juez y
parte en un mismo proceso).
La perversidad tiene su lógica su racionalidad destructiva, una relación de
fuerzas establecida, la moral de la hipocresía, los círculos viciosos que se fomentan en
un ambiente de complicidad e impunidad. Los sistemas perversos profundizan sus
desviaciones incapaces de tomar conciencia y corregirse por si solos. Desde el lugar de
los actores sociales ellos no admiten que un sus actos exista algo desviado o destructivo.
El vector de la perversidad se trata de un modelo conceptual que exhibe los
posibles puntos de ruptura en los comportamientos sociales, respecto del ideal de los
principios morales y la transparencia en las relaciones. Las diferencias criticas en el
proceso, se producen entre el pensar-decir (hipocresía y mentira), entre el decir-hacer
(falso discurso), entre el pensar-hacer (actos irracionales) o el decir cambiante, el doble
discurso. Se trata de explicar porque los participantes "no piensan lo que dicen que
hacen" en forma deliberada.
Los principios éticos se refieren entre otros a la justicia, la libertad, solidaridad.
La ética se refiere al deber ser que contiene en sí mismo la razón para actuar. Habla de
las reglas o principios que no requieren otra justificación que su solo enunciado, tienen
una fuerza justificante.
Para el enfoque heterónomo de la perversidad las normas morales de evaluación
se encuentran fuera de la organización, y son externas a la voluntad de los participantes.
No aceptamos el argumento de que cada situación es específica o relativa para
con ello justificar acciones que se oponen al margen ético y moral.
Desde el paradigma de la complejidad, el orden destructivo puede ser algo
normal. La perversidad no se exhibe como error o accidente, sino como un rasgo
recurrente en ciertas organizaciones.
No existen organizaciones perversas, sino ciertos procesos o situaciones que se
califican como destructivos cuando los miramos desde lo moral y lo ético. Es un
emergente de una relación en un medio determinado.
Desde el interior de la organización algunas desviaciones pueden considerarse
racionales. Ocurre cuando se las explica en el contexto de las ideologías, la figura del
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fundador, los mitos y otras creencias infundadas y solo destinadas a conservar lo
existente.
La visión de lo perverso es sincrónica. Aparece como una apreciación del
conjunto de fuerzas que están actuando en un momento determinado. No es posible
hablar de una involución o degeneración del sistema. Lo perverso no crece ni decae
durante un proceso. Es una evaluación en el marco del orden instituido.
Una de las desviaciones ideológicas más peligrosas en la explicación de las
organizaciones consiste en la indebida proyección del modelo de selección natural a las
realidades sociales. Otra es la estrategia del cambio cultural deliberado.
Las limitaciones propias del lenguaje también hacen posible las comunicaciones
perversas. Es el caso de la paradoja y los mensajes que contienen requerimientos
contradictorios.
1.2. El vector de perversidad.
Llamamos vector al signo metalingüístico que muestra las conexiones entre el
pensar, el decir y el hacer, tomados como objetos de nuestro acto de referencia. La
perversidad se instala por las incongruencias entre dichas fases de las practicas sociales.
Cuando no se dice, se oculta o deforma lo que se piensa, utilizamos el concepto
de hipocresía. Cuando se dice con intención de engañar usamos el de mentira. Cuando
se dice de diferentes maneras contradictorias lo que se piensa, utilizamos el de doble
discurso o doble mensaje. Cuando hay diferencias intencionales entre lo dicho y lo que
se piensa, hablamos de ideologías o promesas incumplidas.
Este signo es metalingüístico por el nivel de complejidad de los signos que lo
componen.
El vector destaca que la desviación es intencional, que ocurre en el nivel de lo
consciente de quienes lo promueven, que hay una voluntad de perversidad y que las
relaciones en la cual dicha voluntad se manifiesta configuran un vinculo social de
carácter habitual o recurrente.
Desde lo ético y lo moral estudiamos la perversidad en tres dominios de la
realidad organizacional: lo lingüístico. La intencionalidad o voluntad de los
participantes y las practicas sociales. Los procesos políticos y de poder sustentan y
otorgan permanencia a las relaciones entre estos dominios.
Las fases del vector donde se encuentran las desviaciones son tres: el pensar,
decir y hacer.
Cuando se califica ciertas situaciones como manifestaciones de la doble moral lo
hacemos desde lo considerado como el deber ser en su medio social más amplio. El
vector de la perversidad tiene significación en un contexto determinado y conocido por
sus participantes.
Los hechos perversos se articulan en círculos viciosos en que los efectos
realimentan las condiciones de origen. El vector marca una dirección pero la realidad
es la circularidad.
mentira
por que
hacen
hipocresía
que dicen
2
piensan
NO
por que
LO
piensan
QUE
que dicen
ideología
hacen
doble discurso
Capitulo 2 - Etica de las organizaciones
2.1. La Etica social aplicada
La primera acepción de ética es descriptiva y utiliza metacriterios para explicar
el sentido de los vocablos y enunciados éticos. Estos metacriterios se usan para
distinguir lo bueno de lo malo, etc. Este enfoque desde la propia ética estudia el
significado de los valores y de los juicios de valor en el plano de lo simbólico, es decir,
que significan dichos principios para los individuos que coexisten en el sistema. Estas
líneas ideológicas llevan a la construcción de la identidad corporativa. La desviación
consiste en confundir una construcción social (valores) para tratarlos como si fuesen
algo impuesto, inevitable.
Una segunda orientación en el estudio de ética esta vinculado con los contenidos
normativos o restrictivo del comportamiento. Es el ámbito de la moral positiva, el deber
ser. (igualdad, libertad). Conceptos que sirven para definir las culturas socialmente
aceptadas. La desviación perversa consiste en la imposición de valores que los
miembros no reconocen como propios.
Por ultimo, esta la ética de las desigualdades, que es la ética aplicada en
situaciones o contextos específicos. (discriminación) La desviación tiene que ver con la
corrupción, hipocresía.
Diferentes tendencias respecto del alcance de las definiciones de la ética:
1)Mantener los valores como algo absoluto, sin considerar el contexto o las
consecuencias de su aplicación. La desviación consiste en ignorar las desviaciones
sociales y culturales, o las diferencias de poder entre los miembros.
2) El relativismo moral que reconoce límites culturales y se basa en las tradiciones, los
usos y las costumbres aceptados en un determinado lugar y momento histórico. Se
considera como desviación perversa la cambiante interpretación personal de los
códigos morales según la conveniencia de los participantes y las necesidades del
momento.
3)La conciencia moral como algo autónomo que permita valorar los actos como
correctos o incorrectos, con lo que es considerado como un hecho irracional. La moral
subordina a los dictámenes del poder social. La desviación perversa es pensar sólo en
términos de represión, vigilancia y castigo.
La ética social, se refiere a la existencia de metacriterios para la guía y la
evaluación de los comportamientos del hombre en sociedad. Criterios tales como la
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bondad, justicia y la libertad. Considerando estos metacriterios como éticos en tanto son
conocidos y compartidos en la vida de las organizaciones y grupos sociales. Los
analizamos como condición para la existencia y continuidad de dichos sistemas.
También en el interior de la organización se construyen conjuntos de valores y
creencias que definen lo permitido y lo deseable para sus integrantes. En ellos
encontramos un ethos o sistema de valores congruentes compañía la misión
institucional.
A la vez, dichos establecimientos funcionan dentro de un marco. Las
consideraciones éticas y morales atraviesan las organizaciones y se proyectan sobre su
entorno con diferente grado de adhesión.
Lo inmoral se refiere al incumplimiento en la organización de los principios
cohesivos, del "deber ser" social, de los valores que sostienen y articulan la sociedad.
La ética social implica un conjunto de principios que trascienden a lo particular y
que permiten a las organizaciones sociales coexistir en un medio mas amplio, sin por
ello dejar lo que tienen de diversas y de autónomas.
La ética no es una simple decisión acerca de los criterios para la elección de
estrategias de comportamiento, sino que es un encuadre que define los valores en juego,
los mandatos sociales a considerar en la situación.
Conocer las razones de lo que está ocurriendo no significa que esas mimas
razones avalen lo que en el sistema se considera moralmente justo o correcto. El tema
de lo ético no se agota con el decir la verdad, sino en reconocer si hay opción o libertad
en ese decir y cuales son los efectos sobre los derechos de los demás.
2.2. Querer, poder y deber ser
En un determinado contexto histórico, social y cultural, ciertas actitudes,
creencias o juicios, son calificadas de morales porque son extensibles a las
organizaciones como integrantes de la sociedad y por su carácter imperativo. Sobre estas
proposiciones no se discute su verdad, sino si son valiosas o no valiosas. En el estudio
de la perversidad en las organizaciones sociales, hablaremos de la ético como las
razones del deber ser, de los mandatos que se autojustifican porque llevan las razones en
si mismos y no requieren ser demostrados para exigir (moralmente) su cumplimiento.
La ética se sitúa en la perspectiva del deber ser, en la visión de la función social
de las misiones y de los roles de la organización. Para ello la ética se basa en el
concepto de imperativos categóricos o universales.
Un imperativo categórico es un concepto a priori que explica un deber, una ley
moral.
El contenido de la perversidad, la desviación concreta la define el observador
externo. El formula una definición heterónoma, es decir, que confrontan la acción o
situación concreta con un principio, mandato o valor que a los efectos de su evaluación
toman como referencia de los justo, lo bueno, lo verdadero. La diferencia con los
actores de la perversidad es el encuadre o marco de referencia de la acción.
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La ética social aplicada se refiere a un conjunto de metaprincipios acerca de los
temas que los juicios morales deberían respetar.
En el plano de la ética social se discuten los criterios externos, aquellos que los
integrantes toman como referencia para dar validez moral a sus acciones o para definir
su sentido de la responsabilidad. Dado que no es factible ordenar lo moral en una
jerarquía de valores, el problema de la ética es el alcance, la prioridad, y coherenci
entre principios que afectan otros principios.
No se puede hablar de la perversidad como si se tratara de algo absoluto o
invariable, sino que cada situación necesita definirse por referencia a la ética, es decir,
los valores que van a hacerse prioritarios.
2.3. La ética autoritaria
Se ven 2 desviaciones en el plano de lo ético: el relativismo y el autoritarismo.
En el primero se observa un estado de confusión moral en la cual se admite en lo
cotidiano que los juicios de valor acerca de la responsabilidad social son asunto de
preferencia arbitraria. No existen afirmaciones objetivamente validas.
La ética autoritaria sostiene que las organizaciones son instrumentos sociales. La
búsqueda de sus metas justifica ejercer todo el poder necesario incluyendo el recurso a
lasa fuentes irracionales de la autoridad, como el temor, ansiedad e impotencia. Las
organizaciones con relaciones perversas le temen a la critica y buscan la sumisión
emocional de sus integrantes. Se establece el culto a la obediencia debida típica de
sistemas totalitarios.
Los códigos éticos requieren para su plenitud la libre adhesión de los actores
sociales, supone una voluntad de los actores de hacer el bien en libertad, no una
imposición.
En cambio, la moral la moral implica una contextualización y se refiere a
ciertos valores, usos y costumbres en la comunidad. A través de la moral, en las
organizaciones se busca la adhesión, pero a ciertos proyectos, credos o valores
específicos.
Frente a lo autoritario se encuentra la ética humanitaria. (defensa de la vida)
2.4. El ethos de la organización
El ethos de una institución no es lo deseable fijado desde la exterioridad sino algo que
se construye en lo interno, una representación que a la vez es modelo. Es el modelo de
organización que se define en el nivel del control intrínseco del sistema social para
orientar la conducta de sus integrantes. Este modelo no es una decisión de gobierno, es
lo que emerge y esta respaldado por las practicas cotidianas en la organización. Es un
rasgo cultural y no un diseño formal.
El ethos es sólo el nombre para un sistema de preferencias que los integrantes
tienen en cuenta como criterio para orientar sus acciones y como modelo para la
interacción cotidiana en el marco de la organización.
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El ethos de la organización no es un esquema rígido porque se realimenta con el
resultado de la experiencia. No estamos hablando de objetivos o metas, sino de rasgos
que identifican la organización, las premisas articuladoras que los integrantes aplican
sin ser replanteadas en lo cotidiano.
El concepto de catástrofe es aplicable a los procesos perversos cuando ellos
cuestionan o ponen en peligro estos valores de la organización con manifestaciones que
los contradicen.
2.5. La misión no cumplida
El sistema de valores y creencias tiene una función articuladora de los grupos y
organizaciones, sostiene la cohesividad en las acciones de sus integrantes. Dicha función
se ubica en el "metacontrol" del sistema. Es el nivel donde se formula el ethos
organizacional. El concepto de control en este metacontrol no implica vigilancia o
imposición.
El ethos es el modo de decir por el cual los integrantes interpretan y dan un
sentido compartido a sus relaciones con los otros, y el exterior de la organización.
La perversidad puede entenderse como una desviación que para el observador
afecta el ethos, el modelo de organización construido en el nivel de control del sistema.
Aparecen realidades contradictorias que impiden tener en claro cuales son las acciones
consideradas organizacionalmente legitimas.
Cuando el sistema admite las desviaciones, decimos que hay una redefinición de los
valores en el nivel de metacontrol. Aparecen valores y lógicas contradictorias (doble
discurso) que normalizan las acciones desviadas.
La perversidad esta presente por el uso de la estructura vigente, por la
intencionalidad, por los prejuicios, por la impunidad y por los refuerzos ambientales que
esta desviación recibe desde otras dirigencias políticas, sindicales, empresariales y
gubernamentales.
Capitulo 3 - Lo Moral, Inmoral y Amoral
3.1. Religión, Política y Moral
Se consideran acá la presencia y el sentido de lo moral en las actitudes religiosas.
Ellas establecen la virtud como el modo de lograr la salvación y la felicidad. Los temas
religiosos dominantes son la culpa, el pecado y la subordinación a los preceptos divinos.
La moral religiosa se acerca y aleja de la moral mundana.
Se ve la intolerancia como actitud perversa. Los directivos intolerantes presentan
su propia fe religiosa como si tuviera que ser valida para todos, por ser verdadera. El
rechazo se considera irracional.
En las organizaciones atravesadas por las creencias religiosas de sus integrantes,
la perversidad se presenta como una mutua desviación entre las llamadas leyes naturales
(divinas) respecto de los sistemas racionales basados en la racionalidad o recto juicio.
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Lo perverso es obligar a los integrantes a optar por las creencias religiosas
fijadas por la organización, cuando ellos no tienen razón o voluntad para hacerlo. La
creencia es parte de la libertad humana, una manifestación de la autonomía.
3.2. La moral relativa
Las normas éticas no pueden ser universales y aplicables a todas las situaciones.
No pueden existir valores como algo absoluto, ellos serán siempre relacionados con el
criterio del sujeto. No es posible llegar a principios normativos objetivamente validos, a
saber que es bueno y que es malo. Pero las normas y valores son básicos para la
cohesión de grupos y organizaciones.
Al analizar lo perverso en lo moral, se relaciona al sujeto con el suceso a través
del proceso de valoración , ubicando la situación en su contexto social. En el proceso de
valoración intervienen el modo de conocer la realidad, los factores cerrados de su
personalidad y experiencia.
El deseo de encumbrar lo relativo a la dimensión de un valor social es una
estrategia destructiva de los social. La estrategia se relaciona con la falta de ideología y
también con la anomia (falta de normas). Ésta es un concepto que se refiere a un estado
social caracterizado por el cambio arbitrario y por la incongruencia en los principios y
reglas que guían las acciones de los participantes.
El relativismo muestra un doble discurso. Por un lado se niega la ideología en
el sentido de evitar la crítica o el pensar en los fundamentos racionales de las prácticas
cotidianas. Pero además, se propone el ser pragmático, que es otra ideología que
propone el resultado como idea legítima.
Como actitud moral, el relativismo es un enfoque que otorga argumentos o
fundamentos a los razonamientos perversos. Son los discursos que sostienen que todo es
valido si cambian las circunstancias. El relativismo lleva a aceptar que cada uno tiene su
propio patrón de medida respecto de las acciones que afectan la organización.
Lo perverso es el cambio no explicitado de valores que sustentan la elección
para llegar a una situación que es la preferida antes del discurso.
3.3. Lo moral, lo inmoral y lo amoral
La moral es un conjunto de principios y reglas sociales acerca de los
comportamientos de los actores sociales, que son coherentes en el sentido de no
presentar contradicciones en sus definiciones. (es el deber ser)
Lo moral es el marco de referencia para afirmar que existe un comportamiento
desviado (perversidad).
La fragmentación y proliferación de preceptos es amoral.
Los comportamientos morales no son una opción para los actores, sino uno de
los atributos que permiten relacionarse dentro de la organización y con los integrantes
de otras instituciones del medio.
Los principios morales no son obtenidos inductivamente de la experiencia, sino
que son mandatos incondicionales (no relativos), principios a priori.
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Las reglas morales se hacen para enjuiciar actos y no para describirlos.
Contienen en si mismas una fuerza justificante.
Lo moral se refiere a las convenciones y creencias generales y no discutibles en
un medio social determinado, que guían las practicas cotidianas. Las acciones pueden
ser calificadas como virtuosas o viciosas, buenas o malas. Lo moral es una evaluación
que supera las conveniencias, los deseos y placeres individuales. En esta evaluación
están presentes los efectos sobre los demás.
En el plano de las organizaciones sociales, no todas las ideas, creencias y
valores son de carácter moral. Ej. competitividad.
En una organización lo moral es un factor de cohesión, pero no de uniformidad.
Es posible que existan diversas fuentes de preceptos o múltiples interpretaciones y
espacios internos donde los valores se aplicar con diferente intensidad.
Los preceptos morales son una construcción cultural.
Los valores que constituyen lo moral no están sujetos a las circunstancias del
momento y son válidos en lapsos prolongados.
El mismo razonamiento moral no puede tener justificación exterior a sí mismo,
no puede fundarse sólo en la conveniencia o el provecho personal, y lo correcto debe
hacerse en virtud de sí. Lo moral consiste en distinguir entre la noción de deber y las
inclinaciones personales, en reducir la libertad absoluta de opción.
Las desviaciones y lo inmoral tienen su propio sentido y coherencia (para
producir el mal) en cada contexto cuya sucesión constituye la historia de la
organización. Las perversidad es inmoral.
Un precepto moral no puede ser modificado de manera aislada por los miembros
de la organización.
Desviarse de lo moral significa la existencia de un conjunto de acciones que son
estructuradas y que producen daño a los demás componentes de un sistema social.
Lo amoral niega el deber ser, la responsabilidad social, los imperativos
categóricos, los mandamientos de los dioses y los dogmas de la religión. Los
sentimientos tienen razones que la propia razón desconoce.
Las personas se desentienden y consideran que su libertad esta más allá de los
deberes y obligaciones sociales. Los valores se consideran como componentes
culturales pasivos, se mantienen en el orden de lo simbólico.
3.5. La voluntad de lo perverso
Se refiere a la voluntad como el estado interno o la disposición para hacer algo.
En los actos perversos existe un previo conocimiento de los hechos, y motivos
personales que hacen que esta disposición se ponga en marcha. Lo perverso solo
requiere una conciencia de las partes acerca de la relación que comparten como actores
y víctimas. La voluntad es la presencia en dicha relación de motivos para pensar y
actuar, pero sin discutir sobre las razones mas profundas. Lo perverso no es accidental.
En lo perverso lo voluntario está presente, pero no como un acto individual sino
en el marco de una trama que lo mantiene.
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Lo perverso respecto de la víctima es la falta de alternativa, pero no lo
involuntario o desconocido, porque hay algo en el que lo mueve a quedarse.
Para mostrar los diferentes grados y sentidos de la participación en la relación
se habla de actores, víctimas, cómplices y testigos.
Algo puede ser voluntario, destructivo, y socialmente legítimo.
La vida es una lucha por prevalecer y no sobrevivir, llevando a la perversa
conclusión que el estar vivo implica estar dominando a otro. Esta es la desviación, por
lo inmoral, presente en el concepto de la "voluntad de poder".
Capitulo 4 - Las desviaciones perversas
4.1. Raíces de la desviación
La desviación consiste en que los actores consideran sus beneficios individuales
pero no aquellos efectos que actúan sobre el conjunto social.
Este pacto perverso es desigual y establece una red de obligaciones ajenas a los
principios y las leyes de los social. Lo perverso no es "algo", sino una distinción del
observador.
En el marco de las organizaciones, se estudia la existencia de acciones, procesos
y estructuras que en la realidad de la organización presentan desviaciones respecto de
los siguientes marcos de referencia:
- Lo instituido en forma de ideologías, valores de un medio sociocultural mas
amplio.
- La misión de la organización.
- Las normas y valores habituales de los grupos organizacionales.
- Las pautas religiosas o morales, propias de los grupos organizacionales.
Lo perverso se afirma o denuncia desde una observación ética y moral y desde
allí también puede calificarse como irracional, anormal o ilegitima en términos sociales.
También se confronta y define en los siguientes marcos de referencia: el lenguaje, lo
racional, el orden (misión), lo natural, lo normal y lo moral.
4.2. La metáfora de lo perverso
Se la utiliza como metáfora a lo perverso, en un sentido figurado y diferente del
que le es propio.
Lo perverso no es un suceso o evento de la naturaleza, sino que resulta de la
evaluación de un cierto modo de relación entre las acciones de personas como miembros
de una organización social. El marco de referencia, las normas o valores, son parte de la
definición de la perversidad. De manera que lo perverso cambia con el contexto de su
definición.
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Desde una perspectiva autónoma, no hay una transgresión sino una ampliación
de lo habitual, lo convencional, lo permitido.
En el plano de las acciones sociales la perversidad tiene una presencia
estructural, como una "variación", pero continuada. El autorrefuerzamiento de las
situaciones perversas permite distinguirlas como círculos viciosos.
En el estudio de perversidad se distinguen distintos niveles de análisis.
- Org. sociales cuyo medio social les reconoce funciones especificas. Hospital
- Marco normativo oficial, pautas culturales y relaciones en la organización.
- Procesos organizacionales relacionados con el abuso del poder. Amiguismo
- Cultura organizacional. (manipulación)
Lo perverso incluye relaciones destructivas que son establecidas en el nivel de lo
simbólico y cultural. En cuanto al lenguaje, se refiere a la utilización de signos y
producción de significados, con el fin de condicionar el comportamiento de los
receptores.
4.4. El orden destructivo
Si consideramos la función social de las organizaciones en su medio, decir que
sus acciones son perversas significa afirmar que por razones estructurales están
produciendo lo contrario a lo esperado.
Desde los procesos recurrentes que hacen al funcionamiento de la organización,
la perversidad significa una desviación en:
- Las relaciones de influencia
- Las comunicaciones que se estructuran para el engaño u ocultamiento
- En las regulaciones o controles
- En las actividades políticas.
Desde la perversidad, existe desorden cuando: la organización se ubica en una
situación fuera de lo moral o ético y cuando la organización permite la aparición y
subsistencia de relaciones injustas como también perjuicios a sus clientes.
Dichas instituciones se desnaturalizan como instituciones cuando las
confrontamos con la misión para la que fueron concebidas, o con su propia función
social.
Desde lo social, se considera como desorden el desplazamiento en los propósitos
fundacionales o la transformación de los medios en fines. Se encuentra en la perversidad
una coexistencia del orden y desorden.
Los procesos y relaciones perversas son parte del orden establecido cuando se los
explica desde la visión autónoma de sus ejecutores.
4.4. Acerca de lo anormal- normal
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Lo normal es la manera en que se espera que ocurran las cosas, se acepta en el
plano de lo social. Es el punto de referencia respecto del cual se ve la transgresión o
desviación.
La normalidad y las transgresiones se entienden con referencia a las acciones,
procesos, y respecto del orden instituido en el medio social. Dicho orden se manifiesta
en un conjunto de practicas, enunciados portadores de símbolos e ideologías y de
objetos instituidos. La anormalidad no implica perversión.
Se usan conjuntamente tres criterios para definir lo normal:
a) La existencia de un consenso sobre las características consideradas deseables
y que se reiteran como rasgos predominantes en organizaciones análogas.
b) La relación entre los rasgos analizados y las condiciones de supervivencia de
la organización, que le dan continuidad y estabilidad.
c) Valoraciones y preferencias adoptados por la organización en forma explícita.
Aparecen en la misión, modelos de decisión y declaraciones de principios.
4.5. El criterio de la salud - enfermedad
Otra de las referencias para denunciar a un proceso o relación como perverso es
afirmar que es parte de una enfermedad. Se analizan dos marcos de referencia: la falta
de adaptación al medio y la presencia de desfuncionalidades en la dinámica interna de la
organización, que afectan a su supervivencia.
Respecto de la adaptación, lo perverso no es enfermedad porque las
organizaciones pueden estar enfrentando agresiones externas o ser instituciones cuya
razón de ser es el cierre o aislamiento.
Respecto de la disfuncionalidad, la perversidad puede provenir de la
deformación burocrática que desvincula a la organización de su razón de ser, abortando
sus funciones productivas y provocando el desplazamiento de fines. Lo perverso es que
los miembros están atrapados por sus contratos laborales y amenazados con la
desocupación.
El marco conceptual es decisivo para marcar la relación entre la definición de lo
enfermo y lo perverso. Lo perverso, igual que lo enfermo, depende de lo considerado
normal o sano. En el caso de lo perverso la referencia es el orden instituido, lo moral.
4.6. Los hacedores de la ley
Las partes interesadas en mantener la situación perversa imponen un dispositivo
que incluye su propia ley o norma y también su propia verdad, en el sentido que son
contratos y reglas de juego internas a la relación, no discutibles por las víctimas,
atrapadas por una relación que impone penalidades y sacrificios. El perverso cree estar
en lo cierto.
El contrato perverso desconoce las leyes de convivencia escritas por los demás y
utiliza el concepto de ley que mas le conviene en términos de su placer.
En las organizaciones fetichistas se instituye y sacraliza la adoración por los
ídolos y la lucha por los símbolos del estatus social. Los integrantes se someten a los
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objetos de la organización (productos). Firman el contrato perverso por temor a la
desocupación.
4.7. Desnaturalizar lo social
Son naturales los comportamientos y procesos que ocurren según lo esperado, de
acuerdo con las expectativas de los participantes y considerando las condiciones
históricas de producción del hecho.
Desde una perspectiva heterónoma, lo natural en la vida social son las uniformidades en
procesos que son compartidos en la sociedad (justicia, educación).
Son naturales también las consecuencias derivadas de la fuerza de la naturaleza y
de los hechos sociales.
La naturaleza se relaciona con la misión fundacional, la razón de ser, los rasgos
de identidad de un proceso, institución u organización social. Acá, la perversión es una
desviación a la naturaleza de la organización. A veces, la perversión consiste en tratar de
mostrar como algo natural procesos que no son inevitables ni necesarios para la
supervivencia de la organización.
Capítulo 5 - Transparencia y opacidad
5.1. Practicas de la perversidad. Ejemplos de perversidad sobre relaciones sociales. Se
pueden incluir situaciones, procesos, pautas de relación, instituciones.
5.2. Rasgos recurrentes en lo perverso
1. Desviación en los comportamientos de los actores respecto de lo habitual o
normal.(orden instituido)
2. Carácter destructivo de los efectos sobre la organización, actores y sobre medio
ambiente.
3. Impunidad, aunque no delito.
4. Recurrencia de las situaciones perversas, automantenimiento.
5. La actitud intencional por parte de los actores.
6. Las practicas perversas pasan a coexistir con las situaciones normales.
7. Los actores no reconocen la inmoralidad de sus actos.
8. Desigualdad entre las partes de la relación perversa.
Ciertas formas estructurales son mas permisivas en cuanto a la presencia de
transgresiones.
Existen desviaciones que se califican como perversas no por sus contenidos o
consecuencias, sino por lo que significa aceptar su existencia. Es el caso de lo inmoral.
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5.3. Tipología de las desviaciones perversas
a) Desviaciones en las misiones de la institución social. La org. transgrede o abandona
los propósitos de su fundación o los que se espera de ella desde su contexto social. La
perversión esta en la privación que sufren los actores sociales que necesitan de la
función social que esta siendo desplazada o incumplida.
b) Desviaciones provenientes de los excesos en el uso de las prerrogativas del poder. El
efecto perverso consiste en la impunidad del transgresor y los daños para los indefensos.
c) Las desviaciones que vienen de la influencia del aparato burocrático. La transgresión
consiste en hacer prioritario el cumplimiento de normas sobre los servicios que la
organización ofrece a la comunidad.
d) Las desviaciones que provienen de la hipocresía, el engaño deliberado, la mentira
convencional en las instituciones sociales. Se lleva a los actores sociales a realizar actos
que los perjudican o destinados a favorecer fines no declarados en los mensajes.
e) Las formas de inhibición y fijación cultural que componen el propio sistema
organizativo. Rigidez en los valores y creencias que llevan al cierre de la organización.
5.4. El síndrome de la perversidad
Se hable del síndrome de la perversidad como un conjunto significante, estable y
regular, que remite a un significado que siempre es el mismo. Se convierte en signo
cuando se lo incorpora en un proceso de significación y de connotación, por ejemplo,
con su confrontación con principios éticos y morales.
No existe palabra por si sola, suficiente para denunciar lo perverso. Se trata de
una combinación de términos en el contexto de la observación, que equivale a la sintaxis
de los signos en una oración.
5.5. Lo estructurado-estructurante
La perversidad en los procesos puede estar apoyada en los estatutos y reglas
organizacionales de manera que no se puede hablar de ilegalidad. Existe también una
pauta estructural que explica la recurrencia de procesos perversos. Los procesos
perversos que emergen de las condiciones estructurales de la propia organización
pueden definirse como autodestructivos. Ellos muestran la incapacidad lógica del
sistema para superar las limitaciones de su diseño. Estos procesos pueden analizarse con
el par conceptual estructurado(marco) - estructurante (procesos internos), donde el significa "lleva hacia y es provocado por".
El carácter estructural de la perversidad y su recurrencia debe ser evaluada desde
la óptica de la misión institucional y la razón de ser de la organización.
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Capitulo 6 - Con razón y sinrazón
6.1. Actores, víctimas y cómplices
Rasgos recurrentes que implican que una realidad organizacional tiene
componentes perversos: evaluación que se realiza desde la perspectiva del observador
social, la existencia de una desviación respecto de lo normal o natural, la presencia de
algo negativo e inevitable para los damnificados, la intencionalidad de las acciones, el
carácter esquemático y recurrente en el contenido de los actos, la impunidad o falta de
castigo hacia los promotores y cómplices, la transgresión respecto de principios morales
y éticos sustentados en el contexto social. En las relaciones perversas existe también
asimetría y desigualdad.
Viendo los efectos sobre las víctimas una situación perversa es una demostración
de la negatividad del poder y sus implicancias destructivas. Los afectados la reciben
como una sanción injusta, desproporcionada.
Una desviación se caracteriza por ser una situación buscada, una destrucción
razonada, características no compartidas con la metáfora de la salud - enfermedad.
Se utiliza el concepto de complicidad para mostrar la impunidad debida al
ocultamiento y la falta de denuncia de los componentes del sistema.
Desde lo interno, los participantes no siempre pueden discriminar lo moral o
inmoral de sus acciones.
(Perversión o desviación es ocultar algo ilegal en la organización)
6.2. La intencionalidad de los actores
Los fines de los actores no van mas allá del beneficio propio, se trata de una
"voluntad perversa". Lo perverso consiste en tomar las consecuencias sobre los demás,
pensar en ellos con un sentido utilitario y compulsivo. Los actores se preocupan por la
misión organizacional pero solo al efecto de conocer las sanciones por incumplimiento y
la medida en que esa misión coincide con sus fines personales. Los actores hacen una
visualización anticipada de los efectos buscados.
En lo perverso la estructura de la comunicación lingüística se orienta a ejercer
una influencia sostenida sobre el oyente. Las partes se adhieren al "contrato significante"
aun siendo desigual.
La intencionalidad implica que hay una falta de transparencia entre lo dicho y lo
que se pretende conseguir. El discurso de la mentira es una forma de perversidad. La
intencionalidad no siempre implica querer perjudicar a alguien en especial.
Existen procesos destructivos en que la intencionalidad no aparece claramente.
Dichos procesos están mas cerca de los impulsos, la agresión y la irracionalidad, que de
los actos perversos.
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6.3. Racionalidad y sistema de ideas
Las organizaciones buscan y necesitan ser racionales. Lo racional es el pensar y
actuar de modo previsible y sobre bases conocidas. La racionalidad también significa
actuar dentro de un sistema de ideas y valores propios de la organización y de acuerdo
con las creencias compartidas.
Existen aspectos distintivos para entender la racionalidad de las organizaciones:
carácter subjetivo, relativo y autoreforzante. Lo primero significa que lo racional no
equivale a lo real, objetivo. Los actores al decidir incorporan su propia visión del
mundo. Segundo, la racionalidad se entiende en un marco dado por el observador, existe
un contexto normativo. Tercero, la experiencia de los integrantes y su estructura de
pensamiento los lleva a ser recurrentes, a repetir soluciones y explicar los sucesos con lo
conocido. La organización se cierra para proteger su racionalidad.
Lo irracional no significa necesariamente negativo o indeseable. Se ve la relación
racional - irracional presente en la organización en un mismo momento. Lo irracional
tiene su lógica, que es el desorden o lo destructivo.
Existen 2 tipos de racionalidad: decisoria y en las acciones. Ninguna es superior
a la otra sino que sirven a distintos propósitos. Existe también una irracionalidad
constructiva (no se consideran ni evalúan distintas alternativas) y la destructiva
(perversidad)
Puede decirse que las ideologías - sistema de ideas - pueden ser negativas porque
los integrantes deben tomarlas como siempre ciertas. Las ideologías funcionan como
mínimo en orden a la conservación y legitimación de lo existente. Es un sistema de
pensamiento cerrado, factor de rigidez en los comportamientos individuales y grupales.
6.4. La irracionalidad de lo perverso
Las decisiones y acciones no racionales tienen fuentes múltiples; incertidumbre,
imprevisión, los errores y equivocaciones ingenuos y deliberados. No todo lo irracional
es sinónimo de destructivo o negativo para la organización, ni se relaciona con actos
ilegítimos.
Aun cuando exista un proceso decisorio racional, es posible que lo irracional
aparezca en el momento de la acción organizacional.
Es necesario contextualizar el concepto de lo irracional, pero no implica
reconocer la posibilidad de una interpretación positiva de la irracionalidad en todos los
campos. Puede ser destructiva en una situación (perversidad) y constructiva en otro,
pero no siempre es así.
6.5. Mecanismos de defensa perversos
Al hablar de síntomas de perversidad en la cultura organizacional vemos que
ellos se producen en el marco de los procesos de poder y dominación. Procesos que
refuerzan la trama y que impiden su revisión por parte de los integrantes. Esos rasgos
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culturales son destructivos porque lo hacemos desde la visión de observadores externos.
Tomamos como lo normal lo establecido en el orden institucional. Debemos observar el
contexto determinado en que se producen y mantienen las desviaciones.
Lo perverso no es natural en las organizaciones, pero puede apoyarse en las
practicas cotidianas. Al hablar de esta conexión entre la desviación y lo habitual,
remarcamos que en las defensas y en las inhibiciones hay intencionalidad y no solo
enfermedad o destino (fatalismo)
(La defensa cultural seria aquellos mecanismos impuestos por los integrantes que
protegen lo perverso en la organización utilizando rasgos culturales)
Capitulo 8 - Círculos viciosos y virtuosos
8.4. Autoorganizacion y perversidad
La autonomía de las organizaciones sociales se expresa con el concepto de
autoorganizacion. Esta conceptualización de la realidad muestra a las organizaciones
sociales produciendo y manteniendo ellas mismas las condiciones que necesitan para
seguir funcionando. Lo hacen a través de las regulaciones y controles internos que
mantienen sus variables criticas dentro de los limites admitidos para la supervivencia.
Bajo dichas regulaciones también procesan los cambios en el contexto.
Permite explicar como ciertos sistemas funcionan alejados de sus misiones como
instituciones sociales. Permite ver que la supervivencia visto desde lo interno, no
incluye necesariamente el logro de los propósitos que reclaman otras instituciones del
medio externo. Es una desviación pero no necesariamente destructiva o visible para los
demás.
En su complejidad la organización contiene diferentes grupos de intereses con
proyectos propios y existe por lo tanto posibles desviaciones en el sistema. Es parte de
la complejidad en cada sistema social, de un orden que presenta desigualdades y
contradicciones.
8.5. Antipoiesis. Lo perverso se reproduce
Lo perverso esta sostenido en ideologías, premisas y procesos recurrentes y no en
actos aislados. Vemos procesos destructivos como parte de las pautas de relación
instituidas. (ej: contaminación de fabrica en ambiente y obreros) Estas desviaciones no
son accidentales o impensadas, sino que son estructurales, tienen que ver con los
propósitos. Vemos como se articulan los fines de ciertos grupos internos, sus fuentes de
poder, la impunidad de sus acciones y el carácter recurrente de las transgresiones.
La ineficacia de los procesos judiciales no es una cuestión cultural, sino parte de
un sistema construido de forma perversa, en base a intereses. Cada ciclo perverso se
anida en su contexto con otros sistemas a través de conexiones.
Existe una antipoiesis en la perversidad. Se incluyen los efectos destructivos de
los procesos constitutivos de la propia organización. Por la dependencia y desviación
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que generan las propias organizaciones es posible hablar de procesos de perverso adicción. La perversión se transforma en algo recurrente. Se sustenta en la pasividad de
quienes ven las desviaciones como algo inevitable, formando parte del sistema cultural.
La perversión en si misma es activa porque consiste en la realización de acciones.
Alejándose del estado ideal buscado, los círculos viciosos en lo social consisten
en buscar mas del mismo tipo de perfección, acrecentando con ello la perversidad de las
imperfecciones. Desde lo heterónomo, la perversidad consiste en organizaciones
estabilizadas en un punto alejado de sus misiones. Antipoiesis se usa para identificar
este proceso destructivo en las organizaciones.
Capitulo 9 - Perversión en la cultura
9.5. El manejo estratégico de la cultura
Se estudia el concepto de que la cultura es uno de los factores que debe
manejarse al definir la estrategia de relación con el contexto.
La cultura, como valores y creencias, en lo que tiene de externo y no controlable
puede ser un obstáculo para las prioridades de la propia organización. Se desarrollan
pautas culturales especificas que incluyen nuevas practicas, ceremonias, símbolos, mitos
y leyendas, que son construidas y sostenidas por los propios integrantes individuales y
grupales de la organización. El intento de manipular procesos espontáneos o que
requieren el consenso de los integrantes es un indicador de la perversidad de este modo
de pensar. Es trivial considerar a la cultura como una capacidad manejable para
aumentar la rentabilidad. Es una simplificación y un perjuicio ideológico adjudicarle un
rol formalizado o reglamentado a las pautas culturales, subordinándolas al diseño
estratégico. Los valores, ideas y creencias no son recursos sino elementos constitutivos y
emergentes de las relaciones sociales en la organización.
El arte de dirigir se convierte entonces en una forma de control ideológico. Se
modela y se instrumenta la cultura, actuando sobre las apariencias. Con esta actitud
arbitraria y perversa se invierte el sentido natural y mas profundo de las significaciones,
dado que ellas seguirán siendo construcciones de los participantes.
9.6. La contracultura: Todo vale
Para concretar los fines, los estrategas inmorales necesitan partir de un concepto
de cultura que sea amplio o ambiguo, tal que les permita calificar como culturales aun a
las actividades de naturaleza egoísta o destructiva. Detrás de la acepción del termino se
halla una trama perversa, una pretensión ideológica de adjudicar a las desviaciones en
los comportamientos una explicación social. Es la intención de asignarle a lo destructivo
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una motivación grupal cuando se trata de desigualdades que provienen de la impunidad
y el ejercicio del poder.
Se utiliza el concepto de contracultura para referir a la disposición estratégica de
utilizar el saber y manejar la opinión publica para legitimar formas de violencia social.
La contracultura se refiere a las modas sectarias, el esnobismo intelectual y los
movimientos de ideas primitivas que constituyen una amenaza para la permanencia y la
renovación de los valores consagrados por la tradición social. Es la disposición negativa
orientada únicamente a destruir el conocimiento existente o impedir su creación. Lo
perverso es también que este ataque interesado parte de aquellos que por su posición
social deberían ayudar a renovar o reconstruir los modos de saber y pensar.
(El todo vale es contracultura)
Capitulo 12 - Epilogo: el quehacer constructivo
12.1. La fuerza de lo positivo
La visión de esta obra sobre las desviaciones se ha realizado desde la perspectiva
de una coexistencia del par orden-desorden en el marco de una realidad compleja. Se
habla de lo perverso alejándose de los planes y programas oficiales (orden) y sin aceptar
lo que ocurre, porque ocurre (desorden). Es una trama interactiva.
Se habla de coexistencia de racionalidades opuestas sin afectar por ello la
viabilidad de la institución.
No se formuló un modelo de dinámica de organizaciones sino de la fractura en
las estructuras en el aquí y ahora (sincronismo).
12.2. Revalorizar y reconstruir la organización
Existen distintas manifestaciones de la perversidad en el marco de las
organizaciones sociales.
a) La voluntad perversa. (acción intencional de destruir) Lo constructivo seria
redistribuir el poder sobre bases equitativas, desarticular las formas autoritarias e
incorporar modos participativos en el gobierno de las organizaciones.
b) Los rasgos culturales represivos (mundo que se da por sentado formado por prejuicios
y mitos impuestos en momentos históricos distintos a los actuales perdiendo vigencia)
Solución: toma de conciencia, educación de los participantes sobre el ambiente que se
esta viviendo, reflexión conjunta acerca de las pautas de relación que terminaron por
inhibir a sus propios actores. Repensar las cosas en conjunto.
c) Las desviaciones minimizables, inevitables, que se derivan del avance de las
tecnologías deshumanizadas y de la explotación industrial de recursos naturales no
renovables. Hay que evaluar proyectos desde la perspectiva del ecosistema, de las
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implicaciones sociales y políticas, del efecto de los cambios sobre los restantes niveles
de recursividad del sistema social involucrado.
d) Los modos perversos de pensar instalados en los actores sociales, como el relativismo
en los valores, el egoísmo y las doctrinas como la lucha competitiva de vencer o morir.
También la actitud de justificar las realidades malignas solo porque son recurrentes y
habituales. Puede desarmarse y reconstruirse mostrando sus componentes ideológicos,
es decir, los intentos no declarados de justificar discriminaciones y desigualdades
preexistentes o buscadas. Desenmascarar los estereotipos y falsas premisas sobre las que
se asienta el orden destructivo.
Se trata de encontrar o promover una brecha en el cierre organizacional. Producir
una perturbación externa movilizadora, romper desde el afuera el aislamiento en lo que
tiene de maligno cuan en el proceso cotidiano se reconoce todo valor que no sirva a la
recurrencia de lo perverso. Reinstalar un circulo virtuoso.
El nivel de lo maligno es el aislamiento ignorante del contexto, el desacople
entre las capacidades de la organización y los requerimientos ambientales y el
desplazamiento transgresor de sus misiones institucionales.
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