El día que el hijo de Mussolini atacó Valencia

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El día que el hijo de Mussolini atacó
Valencia
Bruno Mussolini, el hijo del Duce, perpetró el segundo bombardeo más sangriento
que sufrió Valencia durante la Guerra Civil al matar a medio centenar de personas
en un ataque que destruyó 160 casas de los poblados marítimos el 3 de octubre de
1937.
Roberto Pla - Rafel Montaner
Benito Mussolini y su hijo Bruno, en la foto que ilustraba la portada del Times donde se relataba
su accidente mortal
La guadaña de muerte que Mussolini y Hitler pusieron al servicio de Franco durante
la Guerra Civil en forma de bombardeos aéreos y navales segó al menos 1.500
vidas en la Comunitat Valenciana, dos tercios de las cuales cayeron bajo la
tempestad de acero que convirtió a Valencia, con más de 825 muertos, en la
tercera ciudad española donde más sangre vertieron los ataques italogermanos
después de Barcelona y Madrid, con 2.500 y 2.000 fallecidos respectivamente.
Esa mortífera daga estuvo empuñada durante tres semanas por el mismo hijo del
Duce, Bruno Mussolini, un joven piloto de apenas 19 años recién cumplidos que
arrojó 5.250 kilos de bombas sobre la Comunitat Valenciana hace ahora 71 años. El
tercer vástago del dictador italiano fue durante 20 días de octubre de 1937 una de
las alas negras de La Pava, nombre que daba la población de la retaguardia
republicana a la Aviazione Legionaria italiana y que todavía aún estremece a
muchos octogenarios valencianos, entonces niños pequeños, que sobrevivieron a
sus zarpazos.
A los mandos del letal Sparviero -gavilán, en castellano- de la aviación fascista, los
italianos bautizaron con este sobrenombre a su avión estrella, el trimotor SavoiaMarchetti SM 79, el bombardero más veloz de la época, el joven teniente Mussolini
participó en cinco incursiones aéreas sobre Valencia, Alacant, Dénia y Peñíscola que
dejaron un reguero de sangre de más de medio centenar de muertos y casi 100
heridos.
El hijo del Duce llegó a Mallorca con el XXVIII Grupo del octavo Stormo di
Bombardamento Veloce, su unidad aérea, el 27 de septiembre de 1937. Bruno
permaneció 24 días en ese gran portaaviones que fueron las Baleares, tiempo
suficiente para intervenir en ocho ataques aéreos en los que dejó caer 32 bombas,
que pesaban un total de ocho toneladas, sobre la retaguardia republicana. Casi dos
tercios de esa carga mortal, 21 bombas de 250 kilos cada una, impactaron en suelo
valenciano puesto que en sólo tres de dichas incursiones voló lejos de la
Comunitat, atacando Barcelona, Roses y Cartagena.
El joven Mussolini eligió Alacant, ciudad que atacó dos veces, para su bautismo de
fuego en tierras españolas. Fue el 30 de septiembre de 1937. El historiador José
Miguel Santacreu, en el tomo XIV de la obra La Guerra Civil en la Comunitat
Valenciana editada por Levante-EMV, relata que la ciudad del Benacantil hacía casi
un año que no sufría ningún bombardeo. Bruno acabó con esa calma a las 11 de la
noche de ese último día de septiembre. Pilotaba uno de los seis aviones de la
formación que "arrojó 40 bombas que cayeron en el puerto y las playas del
Postiguet, la Albufereta y San Juan. No causaron ningún muerto, solamente seis
heridos".
Bruno volvería a poner su punto de mira sobre la capital de l´Alacantí el 8 de
octubre. Esta vez llegaron de día, conscientes de que sus gavilanes negros eran
inalcanzables para defensa antiaérea republicana. El Mussolini aviador estaba a los
mandos de uno de los cuatro SM 79 que comandados por el capitano Moscatelli
atacaron el puerto alicantino. Al igual que en su primer vuelo sobre Alacant, Bruno
vació por completo el oscuro vientre de su gavilán: una tonelada de bombas. Este
segundo bombardeo "causó un muerto y 12 heridos", apunta Santacreu.
La carga máxima del Sparviero, 1.250 kilos de bombas, se la había reservado el
hijo del dictador para Valencia, que por aquel entonces era la capital de la
República. A las 10 de la mañana del domingo 3 de octubre, apenas dos días
después de que el mismo Jefe de Gobierno de la República, Juan Negrín, abriera la
sesión inaugural de las Cortes españolas en la Lonja, cinco aviones de La Pava
teñían el Cap i Casal de sangre.
La formación en la que volaba Bruno Mussolini acababa de perpetrar el segundo
bombardeo más sangriento de los 463 ataques aéreos y navales que sufrió Valencia
durante toda la Guerra Civil al matar a medio centenar de personas y herir a otras
78 en este ataque que destruyó 160 casas de los poblados marítimos. Entre las
víctimas mortales de este zarpazo hay al menos seis niños de menos de 10 años,
entre ellos están los hermanos Emilia, María, Carmen y Joaquín Velasco Ortega, de
entre 9 y cuatro años, y los también hermanos Antonio y María Ombuena Gimeno,
de seis y cuatro años, según consta en los libros del Registro de Enterramientos del
Cementerio General de Valencia y del camposanto del Cabanyal.
Sin embargo, está no sería la muesca más grande que marcaría Bruno en la
carlinga de su avión, ya que apenas 48 horas antes, el viernes 1 de octubre, había
participado en un ataque sobre Barcelona que se cobró la vida de 55 civiles. Entre
estas dos dentelladas no hubo tiempo para el reposo del guerrero, ya que el
pequeño Duce atacaría al día siguiente el puerto de Dénia, donde arrojó otra
tonelada de bombas. Los bombardeos de la Guerra Civil causaron 17 muertos en la
capital de la Marina Alta.
Mussolini hijo se despidió de su periplo mortal por España el 20 de octubre de 1937
al frente de uno de los cinco bombarderos que atacaron el puerto de Peñíscola.
Atrás quedaban 25 horas de vuelo en las que sembró la muerte y el terror desde
Roses, en Girona, hasta Cartagena. Sobre la precipitada vuelta de Bruno a Italia, la
revista Time, apuntaría unos años después, en 1941, que el Duce le había hecho
regresar "porque parecía que los rojos iban a la caza del chico".
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