LAS SUBDELEGACIONES DE LA INTENDENCIA DE VERACRUZ Mi interés en este proyecto se centra en estudiar las subdelegaciones que integraron la intendencia de Veracruz, que son a saber: la Antigua, Xalapa, Córdoba, Orizaba, Tuxtla, Cosamaloapan, Acayucan, Xalacingo, Misantla, Papantla, Tampico y el gobierno militar de Veracruz. La intendencia de Veracruz tuvo un lugar geopolítico fundamental dentro de los planes de reforma de la monarquía borbónica debido a que albergó el puerto marítimo más importante de la América Septentrional, en las villas de Orizaba y Córdoba dio cobijo al estanco del tabaco, vivió un importante despliegue militar a lo largo de la costa y en los centros de población, se abrió al libre comercio, y vio nacer un nuevo Consulado de Comerciantes en la ciudad de Veracruz que contrastó el poder del consulado de la capital novohispana. Para este proyecto he decidido privilegiar el análisis en las subdelegaciones localizadas en el centro de la intendencia, como son Xalapa, Córdoba, Orizaba, La Antigua, Xalacingo y la gobernación de Veracruz. Eventualmente haré referencia al resto de las jurisdicciones. La razón que me llevó a tomar esta determinación es porque ofrecen mayores posibilidades para la investigación derivada del hecho de haber contado con la mayor concentración demográfica, con una importante cantidad de pueblos de indios, con tres ayuntamientos de españoles, y un mosaico muy variado de población mestiza y afrodescendiente. La presencia de estos factores permite explicar en parte los múltiples conflictos que se originaron en los pueblos de indios a raíz de la disputa por la tierra, las fragmentaciones territoriales al interior de las repúblicas, las tensiones políticas entre indios y españoles, las reivindicaciones corporativas de la población afromestiza, y el rechazo o aceptación que los ayuntamientos de españoles expresaron hacia la presencia de los subdelegados dentro de los espacios municipales. Las dinámicas arriba mencionadas no se podrían concebir integralmente sin la presencia y el papel mediador de los subdelegados. En este sentido, mi proyecto de investigación trata de buscar explicaciones a los siguientes problemas relativos a las repúblicas de indios: los esfuerzos por disciplinar a la sociedad rural a través de diversas medidas encaminadas a sujetar a los hombres en los pueblos; la movilización de los pueblos de indios en torno a la demanda de restitución u otorgamiento de tierras; el proceso de fundación de nuevas repúblicas, ya sea por medio de la segregación de los sujetos de sus cabeceras, o producto de la congregación de indios y castas que vivían dispersos por los campos; y las iniciativas de la monarquía española enfocadas a reglamentar el manejo de los bienes corporativos de los pueblos. El éxito o el fracaso de estas políticas estuvieron siempre sujetos a los métodos de negociación o imposición empleados por los subdelegados. Las fuentes de archivo también me han sugerido introducirme en el estudio de la compleja y a veces tensa relación que existió entre los ayuntamientos de españoles y los subdelegados, a raíz de la entrada en vigor de la Ordenanza de Intendentes para la Nueva España, en 1787. No se pueden entender los conflictos que las villas de Xalapa, Orizaba y Córdoba vivieron con las repúblicas de indios sin la intermediación de aquellos jueces. Tampoco puede concebirse la relación que los ayuntamientos de españoles entablaron con el rey a partir de la última década del siglo XVIII sin el papel de los subdelegados, cuya presencia generó diferentes posturas políticas por parte de los vecinos principales, que oscilaron entre el rechazo ante la invasión del espacio jurisdiccional que por derecho natural correspondía a los alcaldes ordinarios; o por el contrario, se ganaban la simpatía de las élites locales y, en consecuencia, las relaciones con la corporación municipal se suavizaban. La implantación del régimen de intendentes y subdelegados fue un proceso complejo que obligó a la Corona a veces a negociar con los municipios y otorgarles privilegios jurisdiccionales, y en otras ocasiones a retirárselos o negárselos, a pesar de que el vecindario se justificara con sus méritos y la costumbre local. Me atrevo adelantar que dentro de este juego de negociaciones, Xalapa resultó ser el municipio más favorecido con la instauración de los subdelegados porque después de un largo rechazo a la orden de que estos jueces tuvieran poder dentro del distrito de la villa, le fueron otorgados los privilegios de tener jurisdicción sobre los indios y que la designación de los subdelegados debía recibir el beneplácito de los vecinos. Mientras tanto, Córdoba y Orizaba no accedieron a estas prerrogativas a pesar de que las reclamaron. No en todas partes causó conflictos el sistema de gobierno introducido por la Ordenanza de Intendentes. Por lo menos en la ciudad de Veracruz la relación con su gobernador-intendente se llevó en términos más amables. Hasta la primera década del siglo XIX no se vislumbraron competencias jurisdiccionales. Más bien, predominó la cooperación.