Vladi bajo la lupa de Monsiváis. Una entrevista con Carlos

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«Vladi» bajo la lupa de Monsiváis
Una entrevista por Carla Colona
- ¿Qué comentarios le merece la difusión de videos que muestran a
Vladimiro Montesinos en plena corrupción de figuras públicas?
- La impresión que tengo de estos días robustece mi intuición de lector de
noticias sobre el Perú. Se vive la catarsis de haber padecido a Fujimori y
Vladimiro Montesinos. La referencia ética y moral es la predominante, se
reivindica a la moral después de sentir que ésta ha sido pisoteada y envilecida
por un grupo que se jactó con prepotencia de la impotencia de los demás. Eso
me recuerda, por la similitud, lo que pasa en México tras la derrota del PRI.
Siempre se dice que eso no volverá a ocurrir, que la corrupción que representó
Carlos Salinas es, para nuestra fortuna, irrepetible. No estoy comparando
personas. Entiendo la singularidad de Montesinos, que es un personaje
excepcional por ese afán de convertirse en el delator de sus aliados o de sus
adquiridos. Pero sí, ciertamente el énfasis en la ética y en la moral es muy
característico de dos países que han vivido pesadillas. Ahora, en cuanto a los
ofrecimientos de campaña, son sólo eso. Ese es un género universal, y resulta
muy difícil innovar. Es muy difícil que alguien diga «soy de origen asiático, me
propongo quedarme para siempre en el poder y llevarme todo el dinero que
pueda». O «soy del PRI; tengo un hermano que va a hacer los negocios en mi
nombre y nos los vamos a repartir aprovechando que me presentaré con el
emblema de la modernidad». Eso no lo va a decir ningún candidato. Sería
interesante que ocurriese, pero no se da; todos los discursos de campaña
suenan igual.
- Esto último parece ser un patrón cultural latinoamericano.
- No distingo el discurso público latinoamericano por zonas, regiones o
países. Es el mismo lenguaje, las mismas reacciones, la misma adaptabilidad a
la moda, el mismo saqueo de los publicistas norteamericanos, los politólogos
italianos, los expertos en políticas públicas. Si alguien duda de que existe una
cultura latinoamericana que oiga a sus políticos, porque todos hablan igual con
las diferencias que introducen las palabras vernáculas. Unos dirán pata, otros
dirán
cuate,
pero
hay
una
homologación
poderosísima
porque
la
americanización ha logrado que se considere al candidato como producto, a la
campaña como venta del producto y a los ciudadanos como consumidores.
- En ese lenguaje mercadológico, la idea de posicionamiento es
fundamental. Ahora todos están preocupados por posicionar lo ético.
- Tendrían que estarlo. Todos sienten que en algún momento podían haber
sido llamados a una oficina para cualquier cosa y ser grabados en el momento
en que extendían la mano para saludar a la otra persona y recibían billetes de
ésta. Todos sienten que en algún momento pudieron ser objeto de una trampa
televisiva y eso los irrita. Para los políticos reaccionar desde la ética es decir
«yo no hubiera ido a verlos». Desde hace tiempo muchos de los políticos han
sido muy claros en sus pronunciamientos contra Fujimori y Montesinos. Tienen
toda la razón. El horror de la sociedad peruana no es escénico, no es teatral. El
horror de la sociedad mexicana ante el PRI a veces puede ser teatral. Es real,
desde luego, pero el PRI ha durado tanto que muchas veces es teatral. Acá
hay una recuperación de diez años de pesadilla mediante el estremecimiento
moral. Sin estremecimiento moral no se iniciaría esa recuperación. Fujimori no
sólo fue el descalabro y el saqueo. También fue el fin de Sendero Luminoso y
el combate a la inflación. Eso postergó ese shock que ahora se multiplica,
porque finalmente el razonamiento en México es «si permitimos tantos años del
PRI es porque el PRI ya estaba dentro de nosotros». Eso vale para cada país.
- Obviar al indígena en el discurso político de la cultura latinoamericana
también parece ser algo que se repite, es permanente.
- Lo invisible no permite alusiones. En todo caso algún saludo meramente
nominal, porque no tiene la menor importancia. México está cambiando, no diré
que drásticamente, no diré que esencialmente, pero ha cambiado desde la
emergencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Allí lo indígena está
muy presente y con reivindicaciones muy claras; es inútil tratar de ocultarlo. Por
eso la resistencia a que vayan los zapatistas a ciudad de México, porque por
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más que hablen de la impostura del subcomandante Marcos, lo que hay allí son
reivindicaciones indígenas e indígenas que no se han resignado a la posición
invisible a la que los destinaban, al posicionamiento en el vacío al que se
condenó y se sigue condenando aún a lo indígena.
- El discurso noticioso, informativo, tiende a uniformarse. Y eso parece
ocurrir tanto en el Perú como en México.
- Pasa lo mismo en todas partes. Hay una uniformidad que viene de los
medios masivos, de la masificación de las universidades, de la literatura
sociológica y de best sellers, de los libros de autoayuda. Éstos se han
convertido en el modelo clásico de la suplantación de personas por
instituciones efímeras: «tú eres imperfecto y debes leerme, una vez que me
leas serás perfecto hasta que la siguiente semana salga otro libro en que igual
descubrirás que sigues siendo totalmente imperfecto y debes leerlo hasta el
final para remediar tus dolencias psíquicas».
- Estamos como condenados a una especie de psicoanálisis de
supermercado.
- Es un psicoanálisis de supermercado y es la multiplicación del Manual de
Carreño. Éste fue el libro indispensable del siglo XIX en toda América Latina.
Ahora lo son los manuales de autoayuda.
- Manuales complementarios o cercanos al discurso político.
- Sí, pero no ponen tanto énfasis en organizar la vida de los ciudadanos. Eso
quizá sea en una etapa posterior. Ponen mucho énfasis en que los ciudadanos
vean cómo alguien organizó su vida de modo ejemplar. Tienen un discurso
coherente y una visión de conjunto, que se ofrecen como las demostraciones
palpables de una mentalidad organizada y ejemplar. Después alguien que leyó
los manuales de autoayuda suficientes se presentará como el resultado de una
normatividad interior, que no se propone como ejemplo sino como convocador
de los votos. El político no está diciendo «todos deben ser como yo», porque
no pueden ser candidatos. Está diciendo «todos deben reconocer que para ser
como yo tienen que votar por mí».
Lo primero que hizo el presidente Fox al tomar posesión del cargo en
México, fue un seminario de autoayuda macro con todo su gabinete sobre los
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siete pasos que tienen que dar las empresas. Porque si ves que la nación es
una empresa, entonces todos tienen que dar esos siete pasos, que se supone
son mágicos, o su equivalente
- ¿Cómo se llama el libro?
- Se llama Siete pasos para lograr el éxito en su empresa. Y bueno, yo no
tengo empresa, a menos que me considere a mí mismo una empresa, y acabe
considerándome a mí mismo una empresa con tal de aspirar a leer ese libro y a
organizarme. En la medida en que uno se sienta empresario está faltando a las
reglas de juego. Uno debe considerarse empresa, no empresario. El
empresario es un instrumento de la empresa y uno no puede ser instrumento
de sí mismo. Entonces, uno debe ser empresa, ese es creo uno de los puntos
de unificación. No sólo vamos a tener una América Latina de empresarios, sino
una empresa por cada una de las personas. Yo me imagino que llegará el día
en que todos traeremos puestos los anuncios de nosotros mismos y que habrá
un registro de marcas, que en el caso de los que se llamen García, González,
López o Hernández va a ser complicado por la repetición.
- En América Latina la manifestación estética de nuestras culturas se
termina igualando.
- Depende de los genios. Vallejo no es igualable, Rulfo no lo es, Neruda no lo
es, Paz no lo es, Borges tampoco. Y eso es lo que ha constituido hasta ahora
parte fundamental de la visión estética; el modo en que personalidades, seres
únicos, permiten el adelanto de una comunidad que se reconoce y se
desconoce en ellos.
o
En la estética de lo masivo sí somos iguales.
- Ahí sí somos iguales en todo el mundo, no solamente es un problema de
América Latina. Quiero decir: qué país se ha salvado de Darth Vader.
- Pero ahora lo necesitamos para que nos salve.
- Pero no sabemos si cuando se quite el casco estará Montesinos también.
Ese es un problema muy serio, que se hizo la cirugía plástica para parecerse a
Darth Vader.
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- Eso como que pone a la gente todo el rato sospechando del vecino,
del amigo, del que está al frente, ¿no?
- O, de pronto, confiando todos porque de otra manera ellos mismos se
vuelven desconfiables, allí no hay reglas; lo que es cierto es que un régimen
policíaco, semipolicíaco o parapolicíaco si no engrendra la desconfianza no ha
cumplido su cometido.
- En los medios de comunicación hemos asistido a todas las
ceremonias de cambio de mando en Estados Unidos y al reemplazo de la
imagen juvenil de Clinton por la señorial de Bush.
- Señorial no; feudal.
- Sus alusiones a la América Latina han sido casi cero. ¿Lo ha visto?
- Ha sido imposible no verlo.
- Está más presente que Vladi…
- No es tan interesante como Vladi. Un vladivideo siempre es una maravilla,
un vladivideo es una película expresionista de los años 30, de principios de los
años 30 del fallecido siglo XX, cuando había un cerebro diabólico que espiaba
al mundo.
- Para controlarlo, además.
- Y hacía que nada fuera lo que parecía. Una pared no era una pared sino el
velo de un estudio desde donde un ser diabólico espiaba; un teléfono no era un
teléfono sino la trampa en la que caía el desdichado que no se daba cuenta de
que no tenía un interlocutor sino una grabadora; un mendigo no era un
mendigo sino un espía del supermaligno, que estaba espiando para ver si al
depositar la limosna lo hacía de buen corazón o había hipocresía. Entonces,
todo era una trampa. Montesinos es un personaje que no habíamos tenido, es
el político corrupto con ansiedad de convertirse en El Maligno. Montesinos era
al mismo tiempo Mefistófeles y Fausto; se vendía a sí mismo el poder ilimitado
a cambio de mantenerse en la oscuridad; no se permitía fotos pero sí se
permitía grabar a todo aquél que lo saludaba.
- De qué género son esas películas
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- Expresionistas, pero yo creo que aquí llegamos al gótico masificado.
o
¿Y narrativamente?
- Son lineales, y no porque estén hechas de fragmentos de vida, aquí lo que
tiene mucho sentido es que Montesinos va sembrando a su paso cadáveres
inminentes.
- Zombies…
- No; cadáveres inminentes, gentes que al aceptar el soborno, aceptan no
sólo la degradación sino el exterminio moral. Son seres adquiridos para la
causa del mal y seres adquiridos para la vitrina del desprestigio.
- ¿Y no será, más bien, que ahora todo es más visible que antes?
o
Porque hay video.
o
No es una tecnología nueva, digamos.
- Hoy hay toda la vigilancia electrónica que antes no existía, y el testimonio
de los espías de la corte no era tan poderoso como introducir un video y
presentarlo en la televisión. Si los espías de la corte, en el caso de Luis XIV,
pudieran haber tenido video, la Du Barry sólo hubiera durado dos semanas en
su puesto de gran cortesana.
desco / Revista Quehacer Nro. 129 / Mar. – Abr. 2001
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