“¿jugar?, ¿sólo eso? ¡eso es perder el tiempo!” los tiempos

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ERRANCIA
LITORALES
MARZO 2014
“¿JUGAR?, ¿SÓLO ESO? ¡ESO ES PERDER EL TIEMPO!”
LOS TIEMPOS LÓGICOS EN EL JUEGO DEL NIÑO.
UNA APROXIMACIÓN AL TRABAJO EN LA CLÍNICA
PSICOANALÍTICA
YAHVÉ RIVERA ARTEAGA
Resumen: El texto se propone como un aporte y/o aproximación desde el psicoanálisis con
niños a partir de la experiencia que en el juego se despliega. Resalta la importancia de que
la apuesta será diferenciar a qué tiempo nos referimos cuando hablamos del “tiempo en el
juego” al interior de la clínica con niños. De manera general se aborda el tiempo
cronológico y el tiempo lógico como construcciones en la clínica psicoanalítica de niños.
Palabras clave: juego, dispositivo clínico, tiempo, tiempos lógicos, escena, acto analítico,
sujeto, objeto.
“...el penar es amortiguado por la certeza de que, en primer
lugar, es otro el que está ahí, en la escena, actúa y pena, y en
segundo lugar, se trata sólo de un juego teatral que no puede
hacer peligrar su seguridad personal”.
S. Freud1
Al acudir los padres a las sesiones iniciales con la demanda (Institucional, Paterna, Materna, Otro)
de un “tratamiento” para sus hijos, uno de los cuestionamientos es el procedimiento mediante el
cual los “trataremos”, ¿pruebas?, ¿estudios?, ¿exámenes?, claro está que la respuesta ante esto será
respondida o no, más allá de la postura teórica de la formación del “clínico”, o a saber de su
“saber”, sin embargo, yo desde el psicoanálisis contesto: Jugar. ¿Jugar? O bien, en otro momento,
1
Sigmund Freud. Obras completas. Tomo VII. “Personajes psicopáticos en el escenario” (1942 [1905 o 1906].
Buenos Aires. Amorrortu. 2003. pág. 277
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por referencia del niño en alguna sesión, éste informa el desagrado de sus padres ante la
“confesión” sobre su quehacer o actividad durante el tiempo de sesión: ¿¡jugar!? ¡No pienso pagar
para que vayas a perder el tiempo en jugar!
Es evidente que el juego fuera del dispositivo clínico ha cambiado, (a reserva de las
múltiples opiniones sobre el cambio “necesario” dentro del dispositivo, más allá de
“modernizarnos”, pienso que el tiempo durante de la sesión es otro tiempo, en donde los
objetos materiales serán el medio de construcción, deconstrucción, destrucción,
transformación o creación. Sin embargo, no son necesarios para la producción) éste
responde a tiempos del Capitalismo y Globalización, en los cuales nos encontramos sujetos,
tiempos que se reproducen como “avances tecnológicos” que generan demandas tendientes
al juego solitario o virtual, mismos que ofertan objetos, “objetos de valor en el tiempo”. No
pretendo realizar un análisis o crítica del juego o los juguetes, sino una aproximación
teórica de lo que ocurre en el juego durante el dispositivo clínico y los tiempos lógicos que
producen efectos dentro y fuera de él.
Tiempo Cronológico-Tiempo Completo
Pensar en el tiempo generalmente está ligado a la cronología, al tiempo medible, observable
por sus materializaciones, por sus movimientos y cambios en lo visible del cuerpo, es
pensar entonces en un tiempo que hay que ocupar y llenar con algo que sirva. Es que el
tiempo nos ocupa, nos invade con sus exigencias, el tiempo que nos cuentan, el tiempo que
nos dan, el tiempo que damos, sólo sí éste da resultados, de lo contrario, será tiempo
perdido. Es así como los padres o lo adultos se apropian y valoran el tiempo del niño, como
tiempo que sirve o no. “¡Si, si juego con él, una o dos horas cuando tengo tiempo!”, es
decir, dos tiempos, uno: el que ofrece o le sobra, siempre a merced del que lo ocupa y dos:
el que no existió, el tiempo de presencia, invadido por la demanda de los padres ante la
cura.
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El tiempo cronológico es el tiempo completo, el que llena y se llena para dar certeza de que
no pasa en vano. El que permite observar en el espacio que algo se ocupa y muy a pesar del
sujeto, aunque nunca sea consciente de esto, es el que se vive como frustración ante su
imposibilidad de detenerlo, de no ofrecerle “algo” (¿a alguien?), de no pertenecerle, pues
éste existe con o sin él, éste solo pasa.
Entonces surge la interrogante, ¿cómo hacer para que ese padre-madre, se dé cuenta que el
tiempo del juego es más que no hacer nada?, por ahora sólo puedo responder que será sólo
a partir de los efectos de las intervenciones en lo Real. Perder el tiempo enfrenta ante la
falta, al hueco, al vacío.
Tiempos Lógicos- Tiempos de falta
El niño durante la sesión, rompe el esquema de la temporalidad y se apropia de un tiempo,
creando la escena misma en donde jugará y jugaremos con el universo de significantes que
lo atrapan y le permiten su significación o lugar de sujeto u objeto. “El que trabaja con
niños, sea educador o terapeuta, tendría que poder arriesgarse a atravesar sus propios
modelos y “clisés”, para comprender la infancia... Si se desea ubicar a la teoría o a la
práctica como ideales, el niño las desmiente en sus producciones escénicas, pues nos señala
en su esencia la disarmonía constitutiva de su desarrollo. El niño en su infancia no se
completa al jugar, más bien inventa y construye un escenario, un espejo donde, al circular
su deseo, la insatisfacción, lo impulsa a seguir jugando, a continuar escenificándose y
representándose en la escena”2 El tiempo del niño durante el dispositivo, será un tiempo
vacío, un tiempo en falta que le permitirá mediante el juego, el vaivén de los tres registros
(imaginario, simbólico y real) en donde las intervenciones, le posibilitarán su lugar en ese
otro tiempo del que se apropia. “El analista advertido de lo imposible, lejos de caer en la
2
Levin, Esteban. “La función del hijo. Espejos y laberintos de la infancia”. Buenos Aires. Nueva Visión.
(2013). pág. 15.
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impotencia del acto analítico, logra apuntar a un acto posible.”3 Un acto en donde se
presenta su angustia, sus elaboraciones y demanda.
La escena que Freud nos presenta consta de tres personajes principales: padre, madre, hijo,
(Complejo de Edipo), escena dramática, trágica o negada que enfrenta a la castración.
N: -“Mamá, ¿por qué no te casas?, busca un novio y vete, anda, yo te doy permiso.”
Y: -“¿Y tu papá?,”
N: -"¡No, él no se va a casar, él es mío!”
(Discurso de una niña durante el juego en sesión de análisis)
“Tengo que contarte lo que la pequeña me dijo ayer. Aún no salgo de mi asombro. La
prima Emily estaba diciendo que tomaría una vivienda. Entonces la nena expresó: Sí Emily
se casa, tendrá un bebé. Quedé muy sorprendida, y le pregunté: ¿De dónde sabes eso? Y
respondió: Y... cuando alguien se casa, siempre tiene un bebé. Yo repetí: Pero, ¿cómo
puedes saberlo? Y la pequeña: ¡Oh!, sé muchas cosas más, sé también que los árboles
crecen en la tierra (in the ground). ¡Mira tú la rara asociación de ideas! Era justamente lo
que me proponía decirle algún día para su esclarecimiento. Pero ella continuó todavía: Sé
también que el buen Dios crea el mundo (makes the world). Cuando le escucho decir tales
cosas, me cuesta creer que apenas tiene cuatro años”4
La clínica psicoanalítica con niños nos permite reiteradas veces encontrar la repetición de
esta escena, sin embargo, me parece limitado para el analista-testigo-espectador y sus
intervenciones ubicarlo sólo en personajes; les propongo unir a esto las “funciones” que se
representan o representaciones que se personifican (castración, muerte, sexualidad) durante
el juego que el niño nos invita a jugar.
3
Flesler. Alba. “El niño en análisis y las intervenciones del analista”. Buenos Aires. Paidós. (2011). pág. 62
4
Sigmund Freud. Obras completas. Tomo XVIII. “Asociación de ideas de una niña de cuatro años”. (1920)
pág. 261.
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“Las funciones del padre y de la madre se juzgan según una tal necesidad. La de la Madre:
en tanto sus cuidados están signados por un interés particularizado, así sea por la vía de sus
propias carencias. La del padre, en tanto que su nombre es el vector de una encarnación de
la Ley en el deseo”.5
A partir de retomar el aporte de Lacan, planteo a continuación los tiempos lógicos que
aparecen en el juego del niño, cabe aclarar que estos no ocurren en un número determinado
de sesiones o incluso en una sesión, ya que sólo a partir de la nueva escena se podrá inferir
que se ha llegado al momento de concluir.
Instante de la mirada
Momento de precipitación en donde el niño se adelanta creando la escena, en donde ya
interpreta un personaje (humano, animal, inanimado, objeto) y a medida de ese primer
instante en donde se asume reconocido por el otro en tanto presencia, se permite el
movimiento, de ahí el despliegue de significantes que darán paso a la historia que en ese
justo momento habla, no pierde el tiempo en vacilar. Su lugar en el tiempo es ya su apuesta
por su posición subjetiva. Se nombra ahí, llena de colores, formas y objetos la escena que le
irá dando paso a las construcciones que ante la danza de lo imaginario, simbólico y real, lo
colocan ante el desfiladero del deseo, acompañado sin duda del analista-testigo, en donde a
partir de la transferencia se permita escuchar la demanda.
Esta precipitación es el movimiento de atribución que le permite “ser y poseer” y mediante
el movimiento que haga de los demás, irá el desfiladero amor-odio, este será siempre a
partir de asumirlos como parte de la historia que dará continuidad o discontinuidad.
El tiempo para comprender
5
Lacan, Jaques. “Dos notas sobre el niño”. Intervenciones y Textos 2. Buenos Aires. Manantial. (2010).
pág.56.
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Es el tiempo que permite la repetición, la asociación de los movimientos que el niño hace
de los otros, para enfrentarse a su límite. Mismo que volverá a traer a la escena, en
apariencia sin movimiento alguno. “la inercia de su semejante, la clave de su propio
problema”6
Comprender para enfrentarse a lo que le hace “sufrir”, creando objetos, nombres y escenas
que se rompen, se vuelven a construir para la salida de lo que no sólo el cuerpo
inconsciente y el cuerpo físico deposita, sino los “cuerpos” de los Otros que lo arrojan al
mundo.
Momento de concluir
Momento en el que ubica su lugar, el cual puede poner en duda y regresar, repetir para
comprender, así quedar liberado ante la atribución de su diferencia con los otros. No
cronológico ni determinado en el número de sesiones o el tiempo de sesión, momento en
donde el niño pone punto final.
“Tú eres mi mamá, y jugamos a que me quieres mucho ¿si me quieres mucho verdad?,
entonces juntas hacemos la comida, te vas a trabajar, me dejas aquí sola pero yo no me
pongo triste porque jugaré con los perros, si algo necesito te llamo a tu celular, ¡ah!, de
regreso del trabajo pasabas al mercado y me comprabas una muñeca, será sorpresa...
Ahora es hora de dormir, me regañabas porque me quito los zapatos y piso el suelo frío,
¿me cuentas un cuento? uno que sólo tú sepas, el de Blanca Nieves, Caperucita roja o de
princesas ya me los sé, esos no, quiero que me cuentes uno que sólo me cuentes a mí. ¡Qué
bonito mamá!, ahora abrázame y tápame. Buenas noches”. (Elaboraciones de una niña
durante el juego en la sesión de análisis)
6
Lacan, Jaques. “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma”. Escritos 1. Siglo
XXI. Editores. (2007). pág. 195.
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Otro caso clínico:
Capítulo 1: “Ella es Arenita, él patricio, y Bob, están en la luna, Arenita ha roto el
equilibrio, Spiderman, Batman, el Duende Verde y Osborn atacan y solo el que tenga el
equilibrio de las palabras mágicas los salvará, ¿quién?: “mi papá”. Mientras arma un
lego, desarma uno que estaba construido, intervengo, ¡mira! ¡qué le paso!, "lo rompieron,
yo no fui, fue Tete, está aquí a mi izquierda, nos está viendo y me dice que dibuje, (dibuja
un humano con garras y colmillos grandes y le nombra, mundosaurio), “yo soy este
mundosaurio.”
Capítulo 4: Arenita que ahora vive en un castillo embrujado atacada por Gasper, llama a
Harry Potter, él encuentra un espejo y se asombra, es el espejo en donde ve monstruos, en
donde Arenita insiste en entrar pero el espejo la regresa, sólo Harry puede ver en el espejo
a sus padres quienes están en el cielo porque han muerto, de repente Harry se desmaya y
dice: “creo está muerto, lo mata lo que ve en el espejo, son monstruos insoportables,
espera, lo podemos revivir, llegará una flor, esta flor, (una flor que siempre está en el
consultorio) ¡esta lo salva, mira, ya viste! . Harry no tiene lentes, por eso no ve, ¿me
ayudas a hacerle unos lentes? le entrego unos lentes que hago en una hoja de papel, él le
pega los lentes en la cara y me dice, ¡oye te faltaron las pupilas, y le dibuja a los lentes un
punto negro! después toma la armadura de Harry y se la pega con cinta adhesiva ¡ahora
ya tiene armadura para defenderse, también ya ve! y la historia continua....."
(Fragmentos de elaboraciones de un niño durante el juego en sesiones de análisis)
Atemporalidad- Lógica de lo inconsciente
¿Qué niño habla en psicoanálisis?, El adulto padre-madre que lleva a su hijo a que
desaparezcan los síntomas, es inocente al pensar que es “problema del niño”. Las
construcciones y actos a partir del juego de los tiempos lógicos, tiempos de falta, que se
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verán “cambiados” en el tiempo cronológico, los llevará en algún momento a enfrentar lo
sintomático en la estructura familiar.
Lo atemporal se juega no sólo en las construcciones del niño en análisis, también se juega
en su demanda inconsciente que justo da lugar el despliegue significante, sin embargo, el
trabajo con niños está acompañado de la lógica inconsciente de quienes ocupan la función
paterno-materna, los cuales lo han ubicado en una escena previa a su nacimiento, su lugar y
función “hijo”, lo cual lo llevara a “representar” dicho personaje. Ahora bien, ante la
demanda de amor constante del niño, ¿no acaso su cuerpo inconsciente, responde a la
demanda de amor de quienes le posibilitan o no ese ser hijo? ¿Qué me quiere?
Mamá: “Yo quiero que este nuevo bebé sea niño, porque yo quiero ser la única niña de
papá” (Respuesta de una madre ante el cuestionamiento sobre el nuevo hijo que tendrá)
La lógica de lo inconsciente será su atemporalidad que se manifestará mediante los juegos
del niño en análisis. La atemporalidad, a partir del desfiladero significante, se representará
en las escenas que le permitirán subjetivar y objetivar su falta. Falta que,
independientemente de que sea niño o adulto, construirá para hacer de lo imposible, lo
posible.
Bibliografía
Flesler, A. (2011). “El niño en análisis y las intervenciones del analista”. Buenos Aires. Paidós.
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Freud, S. (2003). Obras completas. Tomo VII. “Personajes psicopáticos en el escenario”. Buenos Aires.
Amorrortu.
Freud, S. (2003). Obras completas. Tomo XVIII. “Asociación de ideas de una niña de cuatro años”. Buenos
Aires. Amorrortu.
Levin, E. (2013). “La función del hijo. Espejos y laberintos de la infancia”. Buenos Aires. Nueva Visión.
Lacan, J. (2007). “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma”. Escritos 1.
México. S. XXI.
Lacan, J. (2010). “Dos notas sobre el niño”. Intervenciones y textos 2. Buenos Aires. Manantial
http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v8/litorales_9.html
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