DE ISLA EN ISLA POR LAS RÍAS BAIXAS

Anuncio
Vista panorámica desde la isla de Monteagudo, archipiélago de Cíes
Escapada al paraíso
DE ISLA EN ISLA POR LAS RÍAS BAIXAS
TEXTO: Paula Velasco Pedrosa
U
na mañana soleada cualquiera una
gaviota patiamarilla comparte roca
con un pequeño grupo de
cormoranes moñudos en una de las islas
gallegas más conocidas: Ons. Salvo alguna
pequeña trifulca acerca de quién se llevará
ese pescado recién capturado, no parecen
tener demasiados problemas. No obstante,
la gaviota despliega las alas y alza el vuelo
hasta alejarse en el horizonte. ¿Cuál será
su siguiente destino? Tal vez otra isla.
Las Rías Baixas son un hervidero de
ínsulas: más grandes o más pequeñas,
cubiertas por vegetación o solamente
islotes
pedregosos,
habitadas
o
deshabitadas. En concreto, la zona cuenta
con el Parque Nacional de las Islas
Atlánticas, así nombrado en el año 2002 y
que incluye los archipiélagos de Cíes, Ons,
Sálvora y Cortegada en las rías de Vigo,
Pontevedra y Arousa, a las que se pueden
añadir otras islas de mayor o menor
tamaño en las mismas rías , pero con una
importancia y una relevancia histórica y
natural destacable, como es el caso de la
isla de A Toxa, Arousa, Tambo y San Simón.
Mapa de las Rías Baixas y localización de sus islas
TERMALISMO Y PLAYAS DE ARENA FINA
En la isla de A Toxa (conocida como
La Toja en castellano y por otros nombres
en gallego) ya lo decía Santiago Ramón y
Cajal: " El arte y la ciencia, trabajando de
concierto, han realzado en La Toja la obra
de la naturaleza".
". Situada en O Grove,
Pontevedra, pueblo con el que se comunica
a través de un puente del siglo XIX, es el
centro neurálgico del turismo termal de la
zona. Hoteles de lujo con spas de las
mejores cadenas hoteleras, antiguas
fábricas de jabones
ones y cosméticos, un
puerto deportivo, un campo de golf,
casino, pistas deportivas y urbanizaciones
confluyen en esta pequeña isla de algo más
de un kilómetro cuadrado para ofrecer el
mejor servicio a los turistas exigentes y a
los novios que deciden celebrar
cele
su
matrimonio en alguno de los hoteles de la
isla.
A Toxa ofrece además una
gastronomía tradicional, cuya máxima
expresión tiene lugar en octubre durante la
fiesta del marisco, y la posibilidad de
practicar deportes náuticos como la vela o
el buceo y de disfrutar de travesías en
barcos de visión submarina que llevan al
visitante a lo largo y ancho de la ría de
Arousa a la que la isla pertenece, para
admirar su espléndido entorno natural,
flora y fauna y a su isla hermana más
pequeña. Cabe destacar la capilla de A
Toxa, que se encuentra en el centro de la
isla y quee está enteramente recubierta por
conchas de vieira.
Algo más al norte, lla isla de Arousa,
la más poblada de todas con casi 5 000
habitantes concentrados
centrados en un istmo y
situada
da en la ría que lleva su nombre,
enlaza con tierra firme por un puen
puente
construido hace casi treinta años. En ella se
pueden encontrar once kilómetros de
playas de arena fina y blanca, rocas
esculpidas en un sinnúmero de caprichosas
formas, un islote, un ffaro, artes
tradicionales de pesca y dornas
(embarcaciones típicas de los marinero
marineros),
un mirador, poblaciones de garza real, una
gran diversidad de ecosistemas desde
sistemas dunares hasta marismas, animales
y plantas de todo tipo y hasta un Parque
Natural, el de Carreirón. Todo el
ello en la
superficie de apenas siete kilómetros
cuadrados que conforman
n el Ayuntamiento
más reciente de Galicia y el único insular.
El olor a salitre y a pescado fresco
acompañan al visitante en su trayecto por
la isla, en donde podrá
drá realizar actividades
náuticas, senderismo y actividades de
aventura, degustar los mejores platos de la
gastronomía
tradicional
gallega
o
broncearse al sol en alguna de las
magníficas playas que la isla ofrece. Para
alojarse existen varios recintos de camping
e incluso cabe la posibilidad de alquilar
casas o apartamentos, o bien alojarse en
hoteles, ya sea en la propia isla o en sus
alrededores.
PIRATAS, LAZARETOS Y LA GUERRA CIVIL
ESPAÑOLA
Sin embargo, otras de las islas de la
costa gallega tienen en general un pasado
más convulso y una historia muy rica en
leyendas y acontecimientos dramáticos.
Este es el caso de las islas de Tambo y San
Simón.
Situada en el centro de la ría de
Pontevedra frente a la costa de la villa de
Marín y al municipio de Poio y cubierta
enteramente de árboles, la pequeña isla de
Tambo perteneció a la Marina hasta el año
2002 y no se podía visitar, ni siquiera
aproximarse a menos de 200 metros de
ella. En la actualidad se puede, pero hay
que pedir autorización al Ayuntamiento de
Poio para poder hacerlo.
Isla de Tambo desde el aire
Históricamente la isla posee los
restos de un asentamiento castreño y un
monasterio benedictino del siglo VI, que,
siendo ya priorato, fue destruido por el
pirata inglés Francis Drake, quien se
ensañó con la isla y con algunas otras de
las Rías Baixas. En Tambo, Francis Drake
arrojó al mar una imagen de Santa María
de Gracia proveniente del monasterio y
que fue rescatada por los pescadores del
vecino pueblo de Combarro, quienes la
mantuvieron oculta entre sus redes y
posteriormente la trasladaron a la capilla
de A Renda, santuario construido en
Combarro donde aún se conserva la
imagen en la actualidad. En el siglo XIX se
construye un lazareto para cuarenta
personas, ya que la villa de Marín comienza
a cobrar importancia como puerto, pero
dicho lazareto no dura mucho tiempo en la
isla debido a las protestas de los vecinos de
Pontevedra. Por este motivo, el lazareto
pasa a situarse en la isla de San Simón, en
la ría de Vigo.
Dicha isla, San Simón, posee la
historia quizá más dramática de todo el
litoral gallego. Además de las infinitas
leyendas de monjes templarios, corsarios,
batallas, tesoros ocultos, galeones
hundidos y las cantigas de los trovadores
medievales gallego-portugueses que le
rinden homenaje, la isla fue testigo de los
horrores de la Guerra Civil española al ser
centro de reclusión de presos políticos y
represaliados y abrió así su peor capítulo.
Lo que antaño fuera un lazareto marítimo,
que recogió el testigo del de la isla de
Tambo, y un monasterio de la Orden del
Temple, se convirtió en una prisión durante
la época de la guerra y la dictadura
franquista.
Hoy en día, la isla donde recaló el
capitán Nemo en Veinte mil leguas de viaje
submarino ha visto reformadas todas sus
instalaciones previas para dar lugar a una
cafetería, un restaurante, piscina, terraza,
aseos, la Casa de la Cultura y del Deporte,
cuartos para la escuela de vela, aulas,
laboratorio, biblioteca, spa y auditorio
multiusos, entre otros. El lugar (junto con
la isla de San Antonio, justo al lado, y los
islotes Cobreiras y Pena Branca) se ha
convertido en un estandarte por la
memoria histórica en la que se realizan
multitud de eventos, charlas y exposiciones
de diversos temas. Por otra parte, desde el
año 2012 se realiza en la isla un festival de
música alternativa de la mano de Estrella
Galicia, el Festival Sinsal, que no hace sino
fomentar las actividades culturales y
transformar un lugar que fue el símbolo de
la represión franquista.
entre otros y por unas setenta y ocho
personas hoy en día, incluye a la isla de su
mismo nombre, la más extensa de las islas
atlánticas, a su compañera Onza, de menor
tamaño y que no tiene una línea de
transporte regular, y algunos islotes.
Ensenada de San Simón
En términos de flora y fauna, cabe
destacar la riqueza ambiental y paisajística
de la isla, ya que allí conviven especies tan
diversas como castaños de Indias, acacias,
eucaliptos, cedros del Atlas o camelias
japonesas con una huerta y un vivero, y en
la ensenada se pueden observar grandes
colonias de patos, garzas reales,
cormoranes y pescar moluscos varios.
EL PARQUE NACIONAL DE LAS ISLAS
ATLÁNTICAS A VISTA DE PÁJARO
Pero sin duda las estrellas
indiscutibles de las Rías Baixas son las islas
pertenecientes al Parque Nacional de las
Islas Atlánticas: esas ínsulas que sirvieron
de parapeto, de barrera natural durante la
catástrofe del petrolero Prestige y que
sufrieron las devastadoras consecuencias
de la marea negra. De sur a norte el viajero
observa el archipiélago de Cíes, el
archipiélago de Ons, Sálvora y Cortegada.
Las islas Cíes, antiguamente
habitadas por monjes benedictinos y
atacadas también por Francis Drake, están
situadas en la ría de Vigo y constan de tres
islas, dos de las cuales se encuentran
unidas por una lengua de arena: isla Norte
o Monteagudo, Faro e isla Sur o San
Martiño, además de pequeños islotes.
Apodadas "islas de los dioses" por
Ptolomeo, cuentan con la mejor playa del
mundo según el periódico The Guardian: la
playa de Rodas en la isla de Monteagudo.
El archipiélago de Ons, de nuevo blanco de
corsarios y piratas y habitado también
desde tiempo inmemoriales por monjes
Playa de Rodas, la mejor playa del mundo según
The Guardian
Se pueden visitar únicamente en
en Semana Santa y temporada estival, y el
número de visitantes diarios está limitado
por ser parque natural. Saliendo desde
distintos puertos de las Rías Baixas, las
navieras trasladan a los turistas para que
pasen el día disfrutando de las paradisíacas
playas y de las rutas de senderismo que
ofrecen las islas o para pernoctar una o
varias noches. En las islas Cíes solamente
hay un camping con restaurante y único
lugar para pasar la noche, hasta un máximo
de quince días; por el contrario, en Ons hay
un camping, algunos pequeños hotelitos y
varios restaurantes que ofrecen las
especialidades de la isla, esto es, marisco y
pescado fresco de su misma costa, y el
plato estrella: la caldeirada de pulpo.
La flora y fauna de ambos
archipiélagos está protegida. La zona aloja
una importante colonia de aves marinas,
entre las que se encuentra el cormorán, la
chova piquirroja o la gaviota patiamarilla, y
cabe destacar que en Cíes anida la mayor
colonia de gaviotas de Europa y quizás del
mundo, unas 15 000 parejas. Tan
acostumbradas están al turista que no se lo
piensan dos veces a la hora de meter la
cabeza en las bolsas de comida aun con el
propietario presente. Además, habitan allí
pequeños animales y la fauna marina va
desde el delfín común hasta el cachalote.
Para avistarlos, nada mejor que realizar
alguna de las rutas de senderismo
propuestas, que en Ons pasan por enclaves
tan conocidos como O burato do inferno,
un enorme agujero de cien metros de
profundidad en un acantilado que cae
directamente en el mar.
Acantilado de la isla de Ons
Volando hacia el norte, la isla de
Sálvora y sus islotes hermanos no se
pueden visitar, salvo en rutas organizadas
por distintas empresas navieras. Sálvora
está conformada casi enteramente por
roca, a excepción de tres playas. Hubo una
pequeña colonia de habitantes en ella y
una fábrica de salazón, pero la última
persona se marchó en 1972. Hoy en día
solo viven allí el guarda de la isla y el
farero, que cambia cada dos meses. La
zona es un gran vivero natural de mariscos,
especialmente percebes, y la flora y la
fauna permanecen prácticamente intactas
gracias al escaso impacto del ser humano
en la isla. Algo similar ocurre en la isla de
Cortegada, en Carril, la isla de los laureles,
junto con sus pequeños islotes colindantes,
ya que es el único lugar de Europa donde
se puede estudiar la recuperación del
laurel de forma natural. Además es
también un gran vivero de mariscos,
especialmente de berberechos y almejas.
EN EL PARQUE NACIONAL NO
ESTÁ PERMITIDO:
-Encender fuego u hogueras.
-Verter cualquier tipo de residuos al
mar y dejar basura en tierra.
-Acceder a las zonas prohibidas.
-Recolectar, destruir o alterar
elementos arqueológicos, históricos
o geológicos.
-Coger conchas.
-Molestar o herir a los animales.
-Estropear o arrancar vegetación.
-Desembarcar animales domésticos,
excepto perros lazarillo.
Hasta principios del siglo XX había
en Cortegada una aldea de colonos, y se
pueden observar hoy día restos de las
casas, una iglesia y un monasterio, cuadras,
un pozo y un cruceiro donde tenían lugar
varias romerías. También aparecen los
restos de un hospital que fue construido en
el siglo XVII y que después se convirtió en
lazareto. A mediados de los años 50 del
siglo XX se pretendió construir una
urbanización de lujo, pero los vecinos
protestaron y ello nunca llegó a término,
consiguiendo en su lugar que la isla entrase
a formar parte del ya famoso Parque
Nacional de las Islas Atlánticas.
Después de este recorrido por la
costa gallega parece que el paraíso esté
más cerca. No hace falta irse al trópico;
muchas veces el viajero tiene a su alcance
islas de ensueño más cerca de lo que cree,
y las Rías Baixas gallegas son un buen
ejemplo de ello. Es por ello que la gaviota
patiamarilla alzó el vuelo, para poder
seguir disfrutando de cada rincón de sus
preciadas islas.
Descargar