ONÍRICA Una exploración por el mundo de los sueños Ricardo Ferreira Los sueños como fuente de creatividad “Lo que me ha aterrorizado a mí, aterrorizará a los demás. Tan solo he de describir al espectro que se me ha aparecido esta noche en la cama.” De la Introducción a Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary Shelley Los siguientes ejemplos constituyen demostraciones claras de que el cerebro continúa activo durante el sueño, y así como las conexiones interneuronales envían mensajes diferentes, por lo general absurdos y kafkianos, también terminan de resolver un problema, dando la respuesta frecuentemente en forma metafórica. Imagen de Frankenstein. Dirigida por James Whale, en 1931. 70 Los sueños como fuente de creatividad Creatividad de los sueños en el terreno de las ciencias Friedrich Kekulé Friedrich Kekulé (1829-1896). El químico alemán Friedrich Kekulé hacía tiempo que se devanaba los sesos tratando de descifrar la estructura molecular del benceno. Según relata en sus memorias, al regresar a su casa, con la fatiga del día, se quedó dormido en el sofá del living. Empezó a soñar con átomos que colisionaban y se volvían a separar hasta que un grupo de ellos se unieron formando una cadena sinuosa con forma de serpiente. Súbitamente, el ofidio se mordió la cola formando un anillo y, en ese instante, Kekulé se despertó y descubrió que la molécula del benceno era un compuesto cíclico. Otto Loewi En el impulso nervioso a través de las neuronas, hay una fase eléctrica que es la que recorre la ramificación de la célula o axón, pero el científico alemán Otto Loewi sostenía que, al pasar el estímulo a otra célula con la que está interconectada a través de la sinapsis, la transmisión era química. Pero esto era una hipótesis que debía ser demostrada y Loewi no imaginaba el modelo biológico para sustentar su idea. Una noche de 1921 soñó que realizaba un experimento que daba validez a su hipótesis. Se despertó en el medio de la noche y escribió en el papel lo que había soñado, pero al despertar, ante su desazón, comprobó que eran garabatos ilegibles. Sin embargo, la noche siguiente el sueño volvió a repetirse y esta vez logró registrar todo correctamente. Otto Loewi (1873-1961). 71 Onírica. Una exploración por el mundo de los sueños El modelo biológico consistía en dos corazones de rana sumergidos en solución fisiológica. Al estimular eléctricamente el nervio vago de uno de ellos, se producía la bradicardia esperada, pero lo mismo ocurría en el otro corazón. Loewi dedujo que la estimulación del primero liberaba una sustancia química que, difundiendo por la solución fisiológica, actuaba sobre el segundo corazón. Más tarde, se identificó a dicha sustancia como la acetilcolina y, en 1936, en pleno régimen nazi le fue otorgado el Premio Nobel. Este galardón y su fama lo salvaron de la muerte por su condición de judío, pero perdió el cargo universitario, fue encarcelado y finalmente el régimen, ante los reclamos internacionales, lo liberó, pero antes de exi- Hermann Vollrath liarse en Londres tuvo que transferir a los nazis el dinero que le otorgó la comisión del Premio Nobel. Otto Loewi está considerado como el padre de las neurociencias. Hermann Vollrath Hilprecht El destacado arqueólogo germano-estadounidense, especializado en arqueología asiria, resolvió a través de un sueño el contenido de dos fragmentos de escritura cuneiforme. Estuvo trabajando horas en el tema hasta que finalmente cayó dormido. Entonces, soñó que un sacerdote asirio de alto rango se le aproximó y le dijo que había clasificado incorrectamente los fragmentos que eran parte de un homenaje al dios Ninib, y agregó que el tercer fragmento nunca sería encontrado. Cuando Hilprecht se despertó y examinó los fragmentos, comprobó que el sueño estaba en lo cierto y el tercer fragmento nunca se halló. Hilprecht (1859-1925). Creatividad de los sueños en el campo de las letras Samuel Taylor Coleridge En la literatura inglesa, hay varios casos de escritores que se inspiraron gracias a sueños que tuvieron. Aquí conviene dar la palabra a quien, dentro de sus múltiples inquietudes, escribió una fascinante antología sobre el sueño. Jorge Luis Borges, una de las máximas autoridades sobre literatura inglesa, escribió El sueño de Coleridge, en el cual narra que en unos días del verano de 1797, Coleridge sufrió una descompostura que lo obligó a tomar una fuerte dosis de láudano. Comenzó a leer un libro que ha- 72 Los sueños como fuente de creatividad blaba de un emperador llamado Kublai Khan, pero por acción del opio, al poco tiempo se durmió profundamente. En sueños vio la construcción de un palacio que se erigía al ritmo de una extraña melodía que sonaba en el aire, mientras una voz atravesaba el cielo entonando unos versos. Al despertarse, anotó rápidamente aquellas estrofas y escribió setenta renglones antes de ser importunamente interrumpido por un intruso. Cuando Coleridge pudo retomar el poema, el hilo conductor se había perdido y el final quedó olvidado. Veinte años después de su muerte, un traductor ruso descubrió un viejo manuscrito persa, donde se habla del palacio encantado de Kublai Khan, cuyo diseño se le había revelado al emperador en un sueño. Samuel Taylor Coleridge (1772-1834). Retratado por Washington Allston (1814). National Portrait Gallery, Londres, Inglaterra. Robert Louis Stevenson También fueron sueños los que inspiraron varias de las novelas del autor de La isla del tesoro. Según relata el propio escritor, su pasión por escribir a menudo interactuaba con su subconsciente durante el sueño. Solía soñar historias completas, muchas de las cuales volcaba en el papel. Se refería a los sueños diciendo que eran “un pequeño teatro dentro del cerebro, que se mantenía brillantemente activo durante toda la noche”. Con este comentario, Stevenson se había adelantado más de un siglo a los investigadores en neurociencias, quienes, gracias a los sofisticados estudios por imágenes, demostraron que el cerebro cambia de actividad, pero no descansa mientras dormimos. Stevenson relata que en una oportunidad estuvo varios días devanándose los sesos Robert Louis Stevenson (1850-1894). Obra de Girolamo Nerli (1892). Galería Nacional Escocesa, Edimburgo, Escocia. 73 Onírica. Una exploración por el mundo de los sueños para el argumento de una nueva novela hasta que una noche soñó la escena del hombre que se transformaba en monstruo después de beber una poción que él mismo había elaborado. Así nació El extraño caso del doctor Jekyll y Mister Hyde. Mary Shelley Mary y su futuro esposo Percy Shelley visitaron durante una temporada en Suiza al amigo común Lord Byron. Durante una noche de tormenta, Byron los desafió a que escribieran una novela de terror. Esa noche Mary soñó con un personaje que un científico hacía volver a la vida y que después se transformaba en un ser peligroso al que no podía controlar. Se despertó estremecida por el miedo, pero con la idea que necesitaba para escribir su novela. “Lo que me ha aterrorizado a mí, aterrorizará a los demás”, musitó. De esta forma surgió Frankenstein, uno de los clásicos más famoso del género gótico. Henry Graham Greene Este autor inglés, fallecido en 1991, en una ocasión manifestó: Cuando un obstáculo parece imposible de resolver, leo antes de dormir lo que escribí durante el día y dejo que el inconsciente haga su trabajo. Al despertarme a la mañana siguiente, surge la respuesta, que entonces me resulta obvia. Según Graham Greene, varias de sus novelas, entre ellas, El cónsul honorario, fueron inspiradas por sueños. Creatividad de los sueños en el mundo de la música Paul McCartney Mary Shelley (1797-1851). Retratada por Richard Rothwell (1840). National Portrait Gallery, Londres, Inglaterra. 74 Cuenta el famoso compositor y cantante de The Beatles que, en una ocasión, soñó una melodía mientras se hallaba en la casa de su novia. Al despertarse, se dirigió inmediatamente al piano y empezó a tocarla. Al principio, estaba convencido de que, al haberla soñado, se debía a que en algún momento había escuchado esa canción. Estuvo varias semanas contactando gente del negocio de la música y preguntándoles si conocían la melodía. Cuando se convenció de que era producto de su sueño, le puso letra y la balada se convirtió en Yesterday, una de las piezas musicales más tocadas en el mundo entero. Además, es la más versionada en la historia del cancionero popular con unas mil seiscientas interpretaciones diferentes. Los sueños como fuente de creatividad Paul McCartney en 1976. Giuseppe Tartini Dos siglos antes que el famoso Beatle, el violinista y compositor barroco Giuseppe Tartini soñó, cuando tenía veintiún años, que había vendido su alma al diablo. De pronto, el maléfico, provisto de un violín, comenzó a tocar una melodía de una belleza sin par. Tartini relata que entró en éxtasis y se sintió transportado hacia un mundo maravilloso. Cuando despertó, tomó el violín y trató de remedar aquella música celestial, pero no la pudo imitar. Sin embargo, aquella experiencia le sirvió para escribir la partitura cuyo nombre es La sonata del Diablo. “Esa pieza fue la mejor que escribí en toda mi vida, pero estaba lejos de ser la belleza que escuché en aquel sueño”, manifestó Tartini. Giuseppe Tartini (1692-1770). Grabado de la Enciclopedia Británica Infantil. 75 Onírica. Una exploración por el mundo de los sueños Sueños e invenciones Elias Howe (1819-1867). Grabado en madera del Harper’s Weekly (1867). Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Elias Howe Pasando al terreno de las invenciones, se destaca el sueño singular de Elias Howe (18191867), quien ingresó en la historia por inventar la máquina de coser, la cual aumentó exponencialmente la velocidad para confeccionar ropa y que formó parte del mobiliario de cientos de millones de hogares. Howe estaba empeñado en elaborar un prototipo que pudiera acelerar la tarea de coser, pero estaba atascado en resolver el detalle de la aguja. Había diseñado agujas con dos puntas y un orificio en el medio, pero resultó un fracaso. Una noche soñó que un grupo de indios atacaba de sorpresa a una tribu enemiga arrojando flechas sobre sus carpas. Las flechas poseían la particularidad de que, próximo a la punta, tenían un orificio y, al ser extraídas, arrastraban un hilo del género de la carpa. Howe había encontrado la solución y, en cuanto se despertó, diseñó una aguja con un orificio en el extremo por el cual pasaba el hilo de coser. En poco tiempo se transformó en el segundo hombre más rico de los Estados Unidos. Stephen King, un reconocido escritor estadounidense del género del terror, en una ocasión señaló con acierto que: El sueño es el mejor y más fácil creativo y la ciencia nos dice que impacta en todas las funciones de nuestro organismo, desde nuestro estado de ánimo hasta el desarrollo de nuestro cerebro y en las ideas que se nos aparecen cuando despertamos. 76 Los sueños a la luz de la ciencia “El sueño es el cumplimiento (disfrazado) de un deseo (reprimido)”. De La interpretación de los sueños de Sigmund Freud La interpretación de los sueños Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, revolucionó el estudio de los sueños con su libro La interpretación de los sueños (1899). En esta obra, Freud los analiza y desmenuza para comprender los aspectos de la personalidad en la medida en que se relacionan con la patología. Considera que lo que ocurre no está librado al azar y que cada acción y pensamiento fueron motivados en alguna medida por el inconsciente. Sigmund Freud (1856-1939). 77 Onírica. Una exploración por el mundo de los sueños como la vía privilegiada de acceso al inconsciente. Son los sueños, entonces, la vía regia de conocimiento del inconsciente dentro de la vida anímica. Este capítulo por necesidad se limita a una selección de pasajes del volumen 4 de la obra mencionada de Freud. Portada de la tercera edición de La interpretación de los sueños (1911). Relación del sueño con la vida de vigilia Debido a que vivimos en una sociedad “civilizada”, tenemos la tendencia a reprimir nuestras mociones pulsionales. Sin embargo, estas represiones deben ser liberadas de alguna forma y surgen a la superficie, pero suelen hacerlo disfrazadas o camufladas. Una de las formas en que se expresan los impulsos reprimidos es a través de los sueños y, debido a que el contenido del inconsciente puede ser extremadamente perturbador, Freud consideraba que se expresa en forma metafórica o con un lenguaje simbólico. Desde la primera edición de La interpretación de los sueños, Freud plantea los sueños como realización alucinatoria de deseo y 78 Han transcurrido varios milenios y ha sido escaso el avance de la comprensión del mecanismo de los sueños. Aristóteles fue el primero en quitarles su carácter divino y sugirió la hipótesis de que los sueños amplifican pequeños estímulos de nuestro cuerpo mientras dormimos. Por lo tanto, podrían revelar al médico los primeros indicios de una alteración incipiente de alguna parte del organismo. Existe un consenso general de que el sueño prosigue la vida de vigilia y que una observación sagaz suele hallar el hilo conductor por el cual el sueño se conecta con episodios vividos el día anterior y la experiencia sugiere que frecuentemente soñamos con nuestras pasiones más ardientes. Los llamados restos diurnos son sucesos menores o inadvertidos que durante la vigilia rozan representaciones conectadas con mociones de deseo inconscientes y conducen a la elaboración onírica. El material del sueño Freud sostenía que el material onírico procede en alguna forma de vivencias previas, aunque a menudo no podamos relacionar en forma inmediata lo que soñamos con situaciones vividas. Sin embargo, después de Los sueños a la luz de la ciencia un tiempo, a veces prolongado, una nueva vivencia nos devuelve el recuerdo que habíamos perdido de la vivencia primaria y así descubrimos la fuente del sueño. Las experiencias de la infancia juegan en los sueños un rol tan importante que el soñador nunca hubiese supuesto. Así, el deseo actual representado en el sueño deriva de un deseo infantil. Sobre este aspecto de las vivencias previas, se cita la experiencia del psicólogo y filósofo belga Joseph Delboeuf, quien vio en sueños el patio de su casa cubierto por nieve y había dos lagartijas semicongeladas. Las trasladó a un sitio cálido y les puso unas hojas del helecho Asplenium ruta muralis, para que se alimentaran. El sueño terminó con que toda una procesión de lagartijas se dirigía al lugar donde había puesto las hojas del helecho. Delboeuf no conocía nombres botánicos de plantas, sin embargo, confirmó la existencia de un helecho llamado Asplenium ruta muraria. El sueño solo había desfigurado parte de la última palabra. Dieciséis años después, descubrió en casa de unos amigos un álbum con figuras de plantas y, al pie de una de ellas, con el nombre escrito con su propia letra estaba el Asplenium de su sueño. Dos años antes de este episodio, se había encontrado con la hermana de su amigo, que tenía el álbum en sus manos y Delboeuf en esa ocasión se había tomado el trabajo de escribir al pie de cada figura el nombre botánico correspondiente. Años después, encontró una revista que contenía el dibujo de una procesión de lagartijas y recordó que, tiempo atrás, él había estado suscripto a esa publicación. Joseph Delboeuf (1831-1896). En su libro, Freud cita numerosos ejemplos de este tipo donde señala lo extraordinaria que resulta la memoria generada durante los sueños y esto sugiere que hay centros o territorios de la memoria que son inasequibles durante la vigilia, pero que se activan durante el sueño a los cuales denomina “hipermnésicos”. Esta memoria onírica tiene la capacidad de recoger imágenes y vivencias que tuvimos y olvidamos, pero puede ahondar aun con mayor profundidad, ya que conserva recuerdos que en el momento en que ocurrieron tenían tan escaso valor que no fueron retenidos por nuestras funciones cognitivas. No obstante, quedaron guardados en alguna parte del cerebro. La otra peculiaridad de este tipo de memoria es que registra hechos triviales, no se nutre de acontecimientos mayores que sucedieron el 79 Onírica. Una exploración por el mundo de los sueños día anterior, sino de cosas accesorias que, al percibirlas, no les dimos mayor importancia, pero quedaron en terrenos de la memoria que solo el sueño, en forma simbólica o metafórica, logra hacer surgir mientras dormimos. Este concepto de Freud representa una revolución dentro del conocimiento de los mecanismos de la memoria que aún no están dilucidados. Estímulos y fuentes del sueño Estímulos sensoriales externos. Los estímulos sensoriales que nos llegan durante el dormir pueden convertirse en fuentes de sueños. El sonido del despertador se puede transformar en una llamada telefónica, el canto de un gallo en el grito de angustia de una persona y, si nos destapamos durante la noche, soñamos que estamos desnudos o que nuestro cuerpo está sumergido en el agua. O sea que mientras dormimos, el cerebro registra los estímulos externos y les da su propia interpretación, que se manifiesta en la manera de estas imágenes oníricas. Estímulos corporales internos (orgánicos). Mientras dormimos, la conciencia alcanza una capacidad sensorial mucho más profunda y vasta que en la vigilia y registra estímulos provenientes de alteraciones de los distintos aparatos del organismo de los que nada se sabía mientras estábamos despiertos. Existe una abundante bibliografía que señala la existencia de sueños de angustia y pesadillas en personas con enfermedades cardíacas, pulmonares o digestivas. Más aún, cuando un órgano se encuentra durante el dormir en estado de perturbación, el sueño aporta representaciones relacionadas con la función que cumple ese órgano. 79 Fuentes psíquicas del estímulo. Tanto los investigadores más antiguos como los más recientes coinciden en que los seres humanos sueñan con aquello en que se afanan durante el día y que les interesa en la vigilia. Sin embargo, muchos sostienen que el sueño aparta al soñador de sus intereses diurnos, por lo tanto, en la vida onírica no pueden establecerse reglas universales. Finalmente, se puede decir que la sumatoria de estímulos externos, orgánicos y psíquicos no alcanza para explicar numerosos sueños que se nos presentan. ¿Por qué olvidamos el sueño una vez despiertos? La mayoría de los sueños no se recuerdan al despertar o se olvidan inmediatamente en la vigilia. Para el olvido de los sueños valen los mismos motivos por los que nos olvidamos de muchos hechos durante la vigilia: porque son demasiado débiles y la excitación psíquica asociada con ellos fue de grado muy bajo. Además, cuando despertamos, la diversidad de estímulos que recibimos ocupa nuestra atención y la imagen onírica se esfuma, así como la luz del día extingue el resplandor de las estrellas. Asimismo, muchos de los sueños que recordamos no son exactos porque solemos completar las lagunas que faltan o agregarles el proceso de conexión lógica que está ausente en los sueños. Desde la teoría freudiana, el olvido de los sueños es considerado como una resistencia ante la vida pulsional con sus deseos inconscientes. Cabe destacar que, en 1895, Freud escribe la primera parte del Proyecto de una psi- Los sueños a la luz de la ciencia cología para neurólogos y encontramos allí las primeras aproximaciones a una teoría de los sueños. Aparece la función de cumplimiento de deseo de estos y su carácter alucinatorio con el funcionamiento regrediente de la psique. Esta impronta del neurólogo que fue Freud en sus inicios hace al proyecto importante para la lectura de La interpretación de los sueños. Pero en el proceso de investigación de Freud, los sistemas de neuronas fueron reemplazados por “sistemas o instancias psíquicas”. Una hipotética “investidura de energía psíquica” reemplazó a la cantidad física y el “principio de inercia” del proyecto devino en “principio del placer”. Particularidades psicológicas del sueño Mientras que en la vigilia la actividad del pensamiento se cumple en conceptos, en los sueños se piensa principalmente por imágenes, se trabaja en menor grado con sensaciones auditivas y con ausencia casi total de los demás sentidos. Otra característica psicológica del sueño es que alucina porque es inconexo, no le afecta reunir las contradicciones más ásperas, admite cosas imposibles y nos encontramos embotados en lo ético y lo moral. Se calcula que de cada diez sueños, nueve son totalmente irracionales. El tema de la memoria ya fue señalado incluyendo un ejemplo y que demuestra que el sueño puede retener hechos triviales, incluso muy antiguos, que la memoria de vigilia no registró. Como característica final, el soñar recorre libremente el tiempo, pudiendo comprimir en un corto lapso un contenido perceptivo mucho mayor del que nuestra actividad psíquica de vigilia puede dominar. Los sentimientos éticos en el sueño Algunos aseguran que el sueño desconoce las exigencias morales, mientras que otros sostienen que la naturaleza moral del hombre se conserva también en la vida onírica. Sin embargo, la primera aseveración deja menos dudas que la segunda, ya que la conciencia moral parece acallarse en los sueños y se perpetran los más graves delitos con total indiferencia y sin arrepentimiento posterior. También se puede producir un desenfreno en materia sexual. El método de la interpretación de los sueños El mundo de los profanos se empeñó en interpretar los sueños y para ello evaluó la interpretación simbólica, donde se toma todo el contenido onírico y se le atribuye un determinado significado según lo que vienen trabajando paciente y analista. Este método fracasa en los sueños que aparecen incomprensibles y confusos. Freud aprendió de los pacientes que un sueño puede insertarse en el encadenamiento psíquico que ha de perseguirse retrocediendo en el recuerdo a partir de una idea fuente. Entonces, decidió tratar al sueño mismo como un síntoma y aplicarle el método de interpretación elaborado para los síntomas. En el trabajo del sueño se ponen en juego mecanismos y operaciones (condensación, desplazamiento, representatividad, elabora- 81 Onírica. Una exploración por el mundo de los sueños ción secundaria) que realiza el aparato psíquico para traducir pensamientos latentes en simbolización onírica. El ejercicio interpretativo consiste en develar mociones de deseo que se ocultan tras el contenido manifiesto del sueño. En el proceso de la cura, los sueños sirven a la reconstrucción de la historia del sujeto en sus aspectos infantiles e inconscientes, esclareciendo dicha historia. Las principales características del método son: • El paciente debe intensificar la atención para sus percepciones psíquicas y suspender la crítica con que acostumbra expurgar los pensamientos que le afloran. • Tiene que comunicar todo lo que recuerde del sueño, sin omitir ningún detalle, porque lo que parece trivial puede conducir a una interpretación importante. Estas dos premisas hacen a la regla fundamental en psicoanálisis que es la llamada “asociación libre”. • El sueño se debe analizar en fragmentos, ya que preguntarle “¿Qué se le ocurre acerca de este sueño?” no logrará que el paciente capture algo en su campo de visión mental. Después de un trabajo de interpretación completo y analizando cada aspecto, “el sueño se da a conocer como un cumplimiento de deseo”. Freud sostiene que aquí radica la esencia de todos los sueños y expande la frase diciendo: “El sueño es el cumplimiento (disfrazado) de un deseo (reprimido)”. 82 Freud va más allá al decir que no hay sueños inocentes; los sueños con esta apariencia resultan maliciosos si nos empeñamos en interpretarlos: “son lobos con piel de cordero”. Avances actuales en el conocimiento del mecanismo de los sueños Los sueños, definidos como percepciones, pensamientos y emociones que ocurren mientras dormimos, son hechos y sensaciones registradas durante la vigilia, pueden ser fragmentados, desconectados e ilógicos, pero si no son recordados al despertar, es como si no hubieran existido. Originariamente, se pensó que los sueños ocurrían durante la etapa del movimiento rápido de los ojos (rapid eye movement, REM), mientras dormimos. En la actualidad, se acepta que se pueden presentar en cualquier momento del dormir. Es frecuente no recordarlos y asegurar que no los hubo, pero no necesariamente significa que no tuvimos sueños, simplemente la experiencia onírica no logró fijarse en la memoria o resulta inaccesible para recuperarla. Bases físicas de los sueños Una rama de las neurociencias se dedica a mapear las zonas del cerebro relacionadas con el pensamiento. Todo lo que vemos, imaginamos o pensamos está vinculado a respuestas neurales en alguna parte del cerebro y los sueños también tienen su ubicación. La actividad neuronal en las zonas primarias del neocórtex dispara señales visuales y auditivas que crean ilusiones de personas, objetos y lu- Los sueños a la luz de la ciencia gares. Si estas señales se generan al azar, las percepciones no tienen sentido y se transforman en alucinaciones y, cuando se unen para crear una alucinación más compleja, se constituyen los sueños. El descubrimiento de los REM durante el sueño fue el punto inicial para el enfoque neurofisiológico de los sueños. Esto generó una euforia inicial que pronto se estancó porque las determinaciones de REM se realizan mediante electroencefalograma y electrooculograma, que son métodos fisiológicos, mientras que los sueños se encuentran en el ámbito de la psicología. Se trata de diferentes niveles que no comparten funciones similares. En 1966, un grupo de investigadores realizó una extensa pesquisa que llegó a recopilar alrededor de mil experiencias oníricas y les permitió formar un sistema muy completo de codificación de los sueños. La principal ventaja de este método es que permite cuantificar las características específicas de los sueños de manera de probar hipótesis mediante la estadística. Por ejemplo, mostraron que los hombres sueñan con mayor frecuencia que Imagen de resonancia magnética del cerebro. 83 Onírica. Una exploración por el mundo de los sueños las mujeres con agresiones físicas y con sexo. Los estudios posteriores permitieron corroborar estos hallazgos. ¿Tienen los sueños algún propósito? Para qué dormimos es una pregunta que parece haber encontrado una respuesta fisiológica. Ciertos estudios recientes sugieren que durante el período de sueño se produce una especie de lavado de sustancias tóxicas, especialmente la proteína beta amiloide. Algunas experiencias en roedores mostraron que, mientras dormimos, el cerebro reduce su volumen un 60%, lo que permite al líquido cefalorraquídeo circular diez veces más rápidamente que cuando el animal está despierto. Este cambio produce una mayor depuración de proteínas tóxicas, un hecho que también fue demostrado. Hasta aquí hemos logrado, al menos parcialmente, esclarecer la función de dormir. Pero esto no resuelve la pregunta que filósofos y científicos se vienen haciendo desde hace siglos: ¿para qué sirven los sueños? Para algunos investigadores, los sueños cumplen una función importante. Como vimos, según Freud, expresan deseos prohibidos o reprimidos, pero hay muchas otras teorías, algunas con respaldo empírico más sólido que el de Freud. Por ejemplo, los sueños, aunque no los recordemos, permitirían la formación de una realidad virtual simulada con la que podemos reproducir situaciones amenazantes. Se especula que este mecanismo permite ensayar nuevamente la situación para lograr mejores respuestas en la vida real; se trataría, por lo tanto, de un ensayo de adaptación. Esta hipótesis se res- 84 palda en la gran proporción de sueños que incluyen situaciones amenazantes, que llegan a más del 70% en algunos estudios. Ciertos estudios de niños de dos zonas diferentes de Palestina mostraron que quienes vivían en ambientes más vulnerables a ataques tenían mayor incidencia de sueños con amenazas. Otra teoría sostiene que los sueños influyen sobre nuestra conducta y estados de ánimo durante el día siguiente. También, existe evidencia de que los sueños pueden adaptar el estado de ánimo para acomodarse mejor a una situación no deseada. Algunos estudios en mujeres divorciadas mostraron que aquellas que soñaron con sus exmaridos se adaptaron mejor a la situación generada por el divorcio. Algunas personas tienen la capacidad de controlar sus sueños y esta técnica se puede aprender a través de un entrenamiento intenso. Esto permite que tengamos experiencias placenteras mientras dormimos pero, además, la técnica se puede aplicar para mejorar trastornos del estado de ánimo, fobias y otras alteraciones psicológicas. Las pesadillas De acuerdo con la Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño, las pesadillas son experiencias mentales perturbadoras que a menudo hacen despertar a la persona durante el sueño tardío de movimientos rápidos de los ojos o REM. La asociación de las pesadillas con síntomas psicopatológicos generó la hipótesis de que las pesadillas, cuando se presentan repetidamente, son secundarias a un trastorno mental subyacente. Otros investigadores sostie- Los sueños a la luz de la ciencia nen que constituyen un trastorno del sueño independiente en sus orígenes de otras alteraciones mentales. Los estudios de polisomnografía recientes mostraron que, en las personas que sufren de pesadillas, se observaron reducción de la eficiencia del dormir, mayor número de interrupciones de este y disminución en el electroencefalograma de las ondas lentas. En las personas que sufren pesadillas, también se observó un aumento de la duración del sueño REM. La memoria en los sueños El proceso mediante el cual se genera la memoria de largo plazo se encuentra prácticamente inactivo mientras dormimos, por eso los sueños son difíciles de recordar, en especial si terminan antes del despertar, en cuyo caso seguramente no quedan en la memoria. De hecho, la noradrenalina, un neuro- transmisor que participa de manera activa en el sueño, reduce en forma considerable sus niveles mientras dormimos y lo mismo sucede con la actividad eléctrica en zonas clave relacionadas con la memoria a largo plazo, como la corteza prefrontal. Si nos despertamos inmediatamente de ocurrido el sueño, se empiezan a activar los procesos de la memoria a largo plazo y aumentan las probabilidades de registrar los sueños, especialmente en las personas que tienen mayor actividad de ondas theta en la corteza prefrontal. Pero hay que tener en cuenta que cualquier cosa que distraiga nuestra atención al despertarnos atenta contra la retención de los sueños. Como es sabido, los sueños con fuerte contenido emocional y con un guión mejor estructurado, y en especial las pesadillas, son más fáciles de retener porque nos hacen despertar mientras ocurren. 85 Epílogo Los sueños han fascinado a los seres humanos desde los tiempos más remotos. Las civilizaciones antiguas consideraron que eran mensajes divinos, con lo cual, al imponer el dogma sobre la ciencia, resolvían casi todas las dudas sobre esta temática. El Antiguo Testamento es claro en este aspecto y, con excepción de los sueños de José, en su mayoría eran instrucciones del dios de los judíos a los patriarcas y a los reyes. Los filósofos griegos, y más tarde los romanos, comenzaron a cuestionar este paradigma y se afanaron en resolver los misteriosos mecanismos oníricos. Comenzaron descartando el origen divino de los sueños y el concepto de Hipócrates de que “al dormir se libera la mente”, y que metafóricamente expresaba un deseo o una necesidad, fue una hipótesis que hasta ahora se mantiene vigente. Por su parte, Artemidoro de Efeso, y estamos hablando del siglo II de la era cristiana, ejerció una importante influencia en los trabajos de Sigmund Freud y Carl Jung sobre la interpretación de los sueños. Los fenómenos oníricos fueron fuente de inspiración en todas las disciplinas del arte y la cultura y, son pocos los artistas y escritores que eludieron incorporar temas sobre el sueño en sus novelas, cuentos, dramaturgia y pintura. En esta obra se realizó una selección, inevitablemente sesgada por razones de espacio, de la participación de los sueños en todos los terrenos de la creatividad humana. Indudablemente, la literatura fue la disciplina que más aportó en este aspecto y, en nuestro país, se destaca la inquietud de Borges, quien plasmó los sueños en cuentos, ensayos y poemas y del cual solo rescatamos “El otro”. El cine, con su poder audiovisual, fue una herramienta perfecta para desarrollar la temática onírica y grandes cineastas, como Bergman, Kurosawa y Buñuel, tuvieron el talento de alejarse de la secuencia de las imágenes en una forma lógica para eliminar todo ordenamiento, dejando a criterio del espectador el sentido de la trama. Es por ello que aquí se eligieron sus obras entre la abundante oferta que el cine brinda sobre los sueños. Actualmente, los científicos, a través de las neurociencias, han tratado de dilucidar los mecanismos del sueño. Los interrogantes son numerosos: ¿para qué sirve el sueño?, ¿por qué se presenta con características tan extravagantes?, ¿por qué puede resolvernos problemas utilizando simbolismos y metáforas? Y, finalmente, ¿cómo hace para traernos recuerdos de personas, objetos o episodios que no figuran en la memoria, pero que estaban guardados en alguna parte de nuestro sistema nervioso central? Todos estos aspectos y muchos otros de las funciones cerebrales aún quedan por develar porque, pese al avance de las neurociencias, el cerebro es el mecanismo más complejo del universo y recién estamos explorando su superficie. 87 Bibliografía LOS SUEÑOS EN LAS ANTIGUAS CIVILIZACIONES DE MEDIO ORIENTE • British Museum. The Dream Book. <http://www.britishmuseum.org/explore/highlights/highlight_objects/aes/t/the_dream_book.aspx>. • Corner D. Dreams in the Bible. <http://www.evangelicaloutreach.org/dreams.htm>. • Hughes JD. Dream interpretation in ancient civilizations. 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