ONÍRICA

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ONÍRICA
Una exploración por
el mundo de los sueños
Ricardo Ferreira
Los sueños
como fuente
de creatividad
“Lo que me ha aterrorizado
a mí, aterrorizará a los
demás. Tan solo he de
describir al espectro que
se me ha aparecido esta
noche en la cama.”
De la Introducción a Frankenstein o el
moderno Prometeo, de Mary Shelley
Los siguientes ejemplos constituyen demostraciones claras de que el cerebro continúa activo durante el sueño, y así
como las conexiones interneuronales envían mensajes diferentes, por lo general absurdos y kafkianos, también terminan de resolver un problema, dando la respuesta frecuentemente en forma metafórica.
Imagen de Frankenstein.
Dirigida por James Whale, en 1931.
70
Los sueños como fuente de creatividad
Creatividad de los sueños
en el terreno de las ciencias
Friedrich
Kekulé
Friedrich Kekulé
(1829-1896).
El químico alemán Friedrich Kekulé hacía
tiempo que se devanaba los sesos tratando de
descifrar la estructura molecular del benceno. Según relata en sus memorias, al regresar a su casa, con la fatiga del día, se quedó
dormido en el sofá del living. Empezó a soñar con átomos que colisionaban y se volvían
a separar hasta que un grupo de ellos se
unieron formando una cadena sinuosa con
forma de serpiente. Súbitamente, el ofidio se
mordió la cola formando un anillo y, en ese
instante, Kekulé se despertó y descubrió que
la molécula del benceno era un compuesto
cíclico.
Otto Loewi
En el impulso nervioso a través de las neuronas, hay una fase eléctrica que es la que
recorre la ramificación de la célula o axón,
pero el científico alemán Otto Loewi sostenía que, al pasar el estímulo a otra célula con
la que está interconectada a través de la sinapsis, la transmisión era química. Pero esto
era una hipótesis que debía ser demostrada y
Loewi no imaginaba el modelo biológico
para sustentar su idea. Una noche de 1921
soñó que realizaba un experimento que daba
validez a su hipótesis. Se despertó en el medio de la noche y escribió en el papel lo que
había soñado, pero al despertar, ante su desazón, comprobó que eran garabatos ilegibles. Sin embargo, la noche siguiente el sueño volvió a repetirse y esta vez logró registrar
todo correctamente.
Otto Loewi
(1873-1961).
71
Onírica. Una exploración por el mundo de los sueños
El modelo biológico consistía en dos corazones de rana sumergidos en solución fisiológica. Al estimular eléctricamente el nervio
vago de uno de ellos, se producía la bradicardia esperada, pero lo mismo ocurría en el
otro corazón. Loewi dedujo que la estimulación del primero liberaba una sustancia química que, difundiendo por la solución fisiológica, actuaba sobre el segundo corazón.
Más tarde, se identificó a dicha sustancia
como la acetilcolina y, en 1936, en pleno régimen nazi le fue otorgado el Premio Nobel.
Este galardón y su fama lo salvaron de la
muerte por su condición de judío, pero perdió el cargo universitario, fue encarcelado y
finalmente el régimen, ante los reclamos internacionales, lo liberó, pero antes de exi-
Hermann
Vollrath
liarse en Londres tuvo que transferir a los
nazis el dinero que le otorgó la comisión del
Premio Nobel. Otto Loewi está considerado
como el padre de las neurociencias.
Hermann Vollrath Hilprecht
El destacado arqueólogo germano-estadounidense, especializado en arqueología
asiria, resolvió a través de un sueño el contenido de dos fragmentos de escritura cuneiforme. Estuvo trabajando horas en el tema
hasta que finalmente cayó dormido. Entonces, soñó que un sacerdote asirio de alto rango
se le aproximó y le dijo que había clasificado
incorrectamente los fragmentos que eran parte de un homenaje al dios Ninib, y agregó que
el tercer fragmento nunca sería encontrado.
Cuando Hilprecht se despertó y examinó
los fragmentos, comprobó que el sueño estaba en lo cierto y el tercer fragmento nunca se
halló.
Hilprecht
(1859-1925).
Creatividad de los sueños
en el campo de las letras
Samuel Taylor Coleridge
En la literatura inglesa, hay varios casos
de escritores que se inspiraron gracias a
sueños que tuvieron. Aquí conviene dar la
palabra a quien, dentro de sus múltiples inquietudes, escribió una fascinante antología sobre el sueño. Jorge Luis Borges, una de
las máximas autoridades sobre literatura
inglesa, escribió El sueño de Coleridge, en el
cual narra que en unos días del verano de
1797, Coleridge sufrió una descompostura
que lo obligó a tomar una fuerte dosis de
láudano. Comenzó a leer un libro que ha-
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Los sueños como fuente de creatividad
blaba de un emperador llamado Kublai
Khan, pero por acción del opio, al poco
tiempo se durmió profundamente. En sueños vio la construcción de un palacio que se
erigía al ritmo de una extraña melodía que
sonaba en el aire, mientras una voz atravesaba el cielo entonando unos versos. Al despertarse, anotó rápidamente aquellas estrofas y escribió setenta renglones antes de ser
importunamente interrumpido por un intruso. Cuando Coleridge pudo retomar el
poema, el hilo conductor se había perdido y
el final quedó olvidado. Veinte años después de su muerte, un traductor ruso descubrió un viejo manuscrito persa, donde se
habla del palacio encantado de Kublai
Khan, cuyo diseño se le había revelado al
emperador en un sueño.
Samuel Taylor
Coleridge
(1772-1834).
Retratado por
Washington Allston
(1814). National
Portrait Gallery,
Londres, Inglaterra.
Robert Louis Stevenson
También fueron sueños los que inspiraron
varias de las novelas del autor de La isla del
tesoro. Según relata el propio escritor, su pasión por escribir a menudo interactuaba con
su subconsciente durante el sueño. Solía soñar historias completas, muchas de las cuales volcaba en el papel. Se refería a los sueños
diciendo que eran “un pequeño teatro dentro
del cerebro, que se mantenía brillantemente
activo durante toda la noche”. Con este comentario, Stevenson se había adelantado
más de un siglo a los investigadores en neurociencias, quienes, gracias a los sofisticados
estudios por imágenes, demostraron que el
cerebro cambia de actividad, pero no descansa mientras dormimos.
Stevenson relata que en una oportunidad
estuvo varios días devanándose los sesos
Robert Louis
Stevenson
(1850-1894). Obra
de Girolamo Nerli
(1892). Galería
Nacional Escocesa,
Edimburgo,
Escocia.
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Onírica. Una exploración por el mundo de los sueños
para el argumento de una nueva novela hasta que una noche soñó la escena del hombre
que se transformaba en monstruo después
de beber una poción que él mismo había elaborado. Así nació El extraño caso del doctor
Jekyll y Mister Hyde.
Mary Shelley
Mary y su futuro esposo Percy Shelley visitaron durante una temporada en Suiza al
amigo común Lord Byron. Durante una noche de tormenta, Byron los desafió a que escribieran una novela de terror. Esa noche
Mary soñó con un personaje que un científico hacía volver a la vida y que después se
transformaba en un ser peligroso al que no
podía controlar. Se despertó estremecida por
el miedo, pero con la idea que necesitaba
para escribir su novela. “Lo que me ha aterrorizado a mí, aterrorizará a los demás”, musitó.
De esta forma surgió Frankenstein, uno de los
clásicos más famoso del género gótico.
Henry Graham Greene
Este autor inglés, fallecido en 1991, en una
ocasión manifestó:
Cuando un obstáculo parece imposible de
resolver, leo antes de dormir lo que escribí
durante el día y dejo que el inconsciente
haga su trabajo. Al despertarme a la mañana siguiente, surge la respuesta, que entonces me resulta obvia.
Según Graham Greene, varias de sus novelas, entre ellas, El cónsul honorario, fueron
inspiradas por sueños.
Creatividad de los sueños
en el mundo de la música
Paul McCartney
Mary Shelley
(1797-1851).
Retratada por
Richard Rothwell
(1840). National
Portrait Gallery,
Londres, Inglaterra.
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Cuenta el famoso compositor y cantante de
The Beatles que, en una ocasión, soñó una melodía mientras se hallaba en la casa de su novia.
Al despertarse, se dirigió inmediatamente al
piano y empezó a tocarla. Al principio, estaba
convencido de que, al haberla soñado, se debía
a que en algún momento había escuchado esa
canción. Estuvo varias semanas contactando
gente del negocio de la música y preguntándoles si conocían la melodía. Cuando se convenció de que era producto de su sueño, le puso
letra y la balada se convirtió en Yesterday, una
de las piezas musicales más tocadas en el mundo entero. Además, es la más versionada en la
historia del cancionero popular con unas mil
seiscientas interpretaciones diferentes.
Los sueños como fuente de creatividad
Paul McCartney
en 1976.
Giuseppe Tartini
Dos siglos antes que el famoso Beatle, el
violinista y compositor barroco Giuseppe
Tartini soñó, cuando tenía veintiún años, que
había vendido su alma al diablo. De pronto, el
maléfico, provisto de un violín, comenzó a
tocar una melodía de una belleza sin par. Tartini relata que entró en éxtasis y se sintió
transportado hacia un mundo maravilloso.
Cuando despertó, tomó el violín y trató de remedar aquella música celestial, pero no la
pudo imitar. Sin embargo, aquella experiencia le sirvió para escribir la partitura cuyo
nombre es La sonata del Diablo. “Esa pieza fue
la mejor que escribí en toda mi vida, pero estaba lejos de ser la belleza que escuché en
aquel sueño”, manifestó Tartini.
Giuseppe Tartini
(1692-1770).
Grabado de la
Enciclopedia
Británica Infantil.
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Onírica. Una exploración por el mundo de los sueños
Sueños e invenciones
Elias Howe
(1819-1867).
Grabado en madera
del Harper’s Weekly
(1867). Biblioteca
del Congreso de
Estados Unidos.
Elias Howe
Pasando al terreno de las invenciones, se
destaca el sueño singular de Elias Howe (18191867), quien ingresó en la historia por inventar
la máquina de coser, la cual aumentó exponencialmente la velocidad para confeccionar ropa
y que formó parte del mobiliario de cientos de
millones de hogares. Howe estaba empeñado
en elaborar un prototipo que pudiera acelerar
la tarea de coser, pero estaba atascado en resolver el detalle de la aguja. Había diseñado agujas con dos puntas y un orificio en el medio,
pero resultó un fracaso.
Una noche soñó que un grupo de indios
atacaba de sorpresa a una tribu enemiga
arrojando flechas sobre sus carpas. Las flechas poseían la particularidad de que, próximo a la punta, tenían un orificio y, al ser extraídas, arrastraban un hilo del género de la
carpa. Howe había encontrado la solución y,
en cuanto se despertó, diseñó una aguja con
un orificio en el extremo por el cual pasaba
el hilo de coser. En poco tiempo se transformó en el segundo hombre más rico de los
Estados Unidos.
Stephen King, un reconocido escritor estadounidense del género del terror, en una ocasión señaló con acierto que:
El sueño es el mejor y más fácil creativo y
la ciencia nos dice que impacta en todas
las funciones de nuestro organismo, desde
nuestro estado de ánimo hasta el desarrollo de nuestro cerebro y en las ideas que se
nos aparecen cuando despertamos.
76
Los sueños
a la luz de
la ciencia
“El sueño es el cumplimiento
(disfrazado) de un deseo
(reprimido)”.
De La interpretación de los sueños
de Sigmund Freud
La interpretación de los sueños
Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, revolucionó el
estudio de los sueños con su libro La interpretación de los sueños (1899). En esta obra, Freud los analiza y desmenuza para
comprender los aspectos de la personalidad en la medida en
que se relacionan con la patología. Considera que lo que ocurre no está librado al azar y que cada acción y pensamiento
fueron motivados en alguna medida por el inconsciente.
Sigmund Freud (1856-1939).
77
Onírica. Una exploración por el mundo de los sueños
como la vía privilegiada de acceso al inconsciente. Son los sueños, entonces, la vía regia
de conocimiento del inconsciente dentro de
la vida anímica.
Este capítulo por necesidad se limita a una
selección de pasajes del volumen 4 de la obra
mencionada de Freud.
Portada de
la tercera
edición de La
interpretación
de los sueños
(1911).
Relación del sueño
con la vida de vigilia
Debido a que vivimos en una sociedad “civilizada”, tenemos la tendencia a reprimir
nuestras mociones pulsionales. Sin embargo,
estas represiones deben ser liberadas de alguna forma y surgen a la superficie, pero suelen
hacerlo disfrazadas o camufladas.
Una de las formas en que se expresan los
impulsos reprimidos es a través de los sueños
y, debido a que el contenido del inconsciente
puede ser extremadamente perturbador,
Freud consideraba que se expresa en forma
metafórica o con un lenguaje simbólico.
Desde la primera edición de La interpretación de los sueños, Freud plantea los sueños
como realización alucinatoria de deseo y
78
Han transcurrido varios milenios y ha
sido escaso el avance de la comprensión del
mecanismo de los sueños. Aristóteles fue el
primero en quitarles su carácter divino y sugirió la hipótesis de que los sueños amplifican pequeños estímulos de nuestro cuerpo
mientras dormimos. Por lo tanto, podrían
revelar al médico los primeros indicios de
una alteración incipiente de alguna parte del
organismo.
Existe un consenso general de que el sueño
prosigue la vida de vigilia y que una observación sagaz suele hallar el hilo conductor por
el cual el sueño se conecta con episodios vividos el día anterior y la experiencia sugiere que
frecuentemente soñamos con nuestras pasiones más ardientes. Los llamados restos diurnos son sucesos menores o inadvertidos que
durante la vigilia rozan representaciones conectadas con mociones de deseo inconscientes y conducen a la elaboración onírica.
El material del sueño
Freud sostenía que el material onírico
procede en alguna forma de vivencias previas, aunque a menudo no podamos relacionar en forma inmediata lo que soñamos con
situaciones vividas. Sin embargo, después de
Los sueños a la luz de la ciencia
un tiempo, a veces prolongado, una nueva
vivencia nos devuelve el recuerdo que habíamos perdido de la vivencia primaria y así
descubrimos la fuente del sueño.
Las experiencias de la infancia juegan en
los sueños un rol tan importante que el soñador nunca hubiese supuesto. Así, el deseo
actual representado en el sueño deriva de un
deseo infantil.
Sobre este aspecto de las vivencias previas, se cita la experiencia del psicólogo y filósofo belga Joseph Delboeuf, quien vio en
sueños el patio de su casa cubierto por nieve
y había dos lagartijas semicongeladas. Las
trasladó a un sitio cálido y les puso unas hojas del helecho Asplenium ruta muralis, para
que se alimentaran. El sueño terminó con
que toda una procesión de lagartijas se dirigía al lugar donde había puesto las hojas del
helecho. Delboeuf no conocía nombres botánicos de plantas, sin embargo, confirmó la
existencia de un helecho llamado Asplenium
ruta muraria. El sueño solo había desfigurado
parte de la última palabra.
Dieciséis años después, descubrió en casa
de unos amigos un álbum con figuras de
plantas y, al pie de una de ellas, con el nombre escrito con su propia letra estaba el Asplenium de su sueño. Dos años antes de este episodio, se había encontrado con la hermana
de su amigo, que tenía el álbum en sus manos y Delboeuf en esa ocasión se había tomado el trabajo de escribir al pie de cada figura
el nombre botánico correspondiente.
Años después, encontró una revista que
contenía el dibujo de una procesión de lagartijas y recordó que, tiempo atrás, él había estado suscripto a esa publicación.
Joseph
Delboeuf
(1831-1896).
En su libro, Freud cita numerosos ejemplos
de este tipo donde señala lo extraordinaria que
resulta la memoria generada durante los sueños y esto sugiere que hay centros o territorios
de la memoria que son inasequibles durante la
vigilia, pero que se activan durante el sueño a
los cuales denomina “hipermnésicos”. Esta
memoria onírica tiene la capacidad de recoger
imágenes y vivencias que tuvimos y olvidamos, pero puede ahondar aun con mayor profundidad, ya que conserva recuerdos que en el
momento en que ocurrieron tenían tan escaso
valor que no fueron retenidos por nuestras
funciones cognitivas. No obstante, quedaron
guardados en alguna parte del cerebro.
La otra peculiaridad de este tipo de memoria es que registra hechos triviales, no se nutre
de acontecimientos mayores que sucedieron el
79
Onírica. Una exploración por el mundo de los sueños
día anterior, sino de cosas accesorias que, al
percibirlas, no les dimos mayor importancia,
pero quedaron en terrenos de la memoria que
solo el sueño, en forma simbólica o metafórica,
logra hacer surgir mientras dormimos. Este
concepto de Freud representa una revolución
dentro del conocimiento de los mecanismos de
la memoria que aún no están dilucidados.
Estímulos y fuentes del sueño
Estímulos sensoriales externos. Los estímulos sensoriales que nos llegan durante el dormir pueden convertirse en fuentes de sueños.
El sonido del despertador se puede transformar en una llamada telefónica, el canto de un
gallo en el grito de angustia de una persona y,
si nos destapamos durante la noche, soñamos
que estamos desnudos o que nuestro cuerpo
está sumergido en el agua. O sea que mientras dormimos, el cerebro registra los estímulos externos y les da su propia interpretación,
que se manifiesta en la manera de estas imágenes oníricas.
Estímulos corporales internos (orgánicos).
Mientras dormimos, la conciencia alcanza
una capacidad sensorial mucho más profunda y vasta que en la vigilia y registra estímulos
provenientes de alteraciones de los distintos
aparatos del organismo de los que nada se sabía mientras estábamos despiertos. Existe
una abundante bibliografía que señala la existencia de sueños de angustia y pesadillas en
personas con enfermedades cardíacas, pulmonares o digestivas. Más aún, cuando un
órgano se encuentra durante el dormir en estado de perturbación, el sueño aporta representaciones relacionadas con la función que
cumple ese órgano.
79
Fuentes psíquicas del estímulo. Tanto los investigadores más antiguos como los más recientes coinciden en que los seres humanos
sueñan con aquello en que se afanan durante
el día y que les interesa en la vigilia. Sin embargo, muchos sostienen que el sueño aparta
al soñador de sus intereses diurnos, por lo tanto, en la vida onírica no pueden establecerse
reglas universales. Finalmente, se puede decir
que la sumatoria de estímulos externos, orgánicos y psíquicos no alcanza para explicar numerosos sueños que se nos presentan.
¿Por qué olvidamos el sueño
una vez despiertos?
La mayoría de los sueños no se recuerdan
al despertar o se olvidan inmediatamente
en la vigilia. Para el olvido de los sueños valen los mismos motivos por los que nos olvidamos de muchos hechos durante la vigilia:
porque son demasiado débiles y la excitación psíquica asociada con ellos fue de grado muy bajo. Además, cuando despertamos,
la diversidad de estímulos que recibimos
ocupa nuestra atención y la imagen onírica
se esfuma, así como la luz del día extingue
el resplandor de las estrellas.
Asimismo, muchos de los sueños que recordamos no son exactos porque solemos
completar las lagunas que faltan o agregarles
el proceso de conexión lógica que está ausente en los sueños.
Desde la teoría freudiana, el olvido de los
sueños es considerado como una resistencia
ante la vida pulsional con sus deseos inconscientes.
Cabe destacar que, en 1895, Freud escribe la primera parte del Proyecto de una psi-
Los sueños a la luz de la ciencia
cología para neurólogos y encontramos allí
las primeras aproximaciones a una teoría
de los sueños. Aparece la función de cumplimiento de deseo de estos y su carácter alucinatorio con el funcionamiento regrediente
de la psique. Esta impronta del neurólogo
que fue Freud en sus inicios hace al proyecto
importante para la lectura de La interpretación de los sueños. Pero en el proceso de investigación de Freud, los sistemas de neuronas fueron reemplazados por “sistemas o
instancias psíquicas”. Una hipotética “investidura de energía psíquica” reemplazó a la
cantidad física y el “principio de inercia” del
proyecto devino en “principio del placer”.
Particularidades psicológicas
del sueño
Mientras que en la vigilia la actividad del
pensamiento se cumple en conceptos, en los
sueños se piensa principalmente por imágenes, se trabaja en menor grado con sensaciones auditivas y con ausencia casi total de los
demás sentidos.
Otra característica psicológica del sueño
es que alucina porque es inconexo, no le
afecta reunir las contradicciones más ásperas, admite cosas imposibles y nos encontramos embotados en lo ético y lo moral. Se
calcula que de cada diez sueños, nueve son
totalmente irracionales.
El tema de la memoria ya fue señalado incluyendo un ejemplo y que demuestra que el
sueño puede retener hechos triviales, incluso muy antiguos, que la memoria de vigilia
no registró.
Como característica final, el soñar recorre
libremente el tiempo, pudiendo comprimir
en un corto lapso un contenido perceptivo
mucho mayor del que nuestra actividad psíquica de vigilia puede dominar.
Los sentimientos éticos en el sueño
Algunos aseguran que el sueño desconoce
las exigencias morales, mientras que otros
sostienen que la naturaleza moral del hombre se conserva también en la vida onírica.
Sin embargo, la primera aseveración deja
menos dudas que la segunda, ya que la conciencia moral parece acallarse en los sueños
y se perpetran los más graves delitos con total indiferencia y sin arrepentimiento posterior. También se puede producir un desenfreno en materia sexual.
El método de la
interpretación de los sueños
El mundo de los profanos se empeñó en interpretar los sueños y para ello evaluó la interpretación simbólica, donde se toma todo el
contenido onírico y se le atribuye un determinado significado según lo que vienen trabajando paciente y analista. Este método fracasa en los sueños que aparecen incomprensibles
y confusos.
Freud aprendió de los pacientes que un
sueño puede insertarse en el encadenamiento psíquico que ha de perseguirse retrocediendo en el recuerdo a partir de una
idea fuente. Entonces, decidió tratar al sueño mismo como un síntoma y aplicarle el
método de interpretación elaborado para
los síntomas.
En el trabajo del sueño se ponen en juego
mecanismos y operaciones (condensación,
desplazamiento, representatividad, elabora-
81
Onírica. Una exploración por el mundo de los sueños
ción secundaria) que realiza el aparato psíquico para traducir pensamientos latentes en
simbolización onírica. El ejercicio interpretativo consiste en develar mociones de deseo
que se ocultan tras el contenido manifiesto
del sueño.
En el proceso de la cura, los sueños sirven
a la reconstrucción de la historia del sujeto en
sus aspectos infantiles e inconscientes, esclareciendo dicha historia.
Las principales características del método
son:
• El paciente debe intensificar la atención
para sus percepciones psíquicas y suspender la crítica con que acostumbra expurgar los pensamientos que le afloran.
• Tiene que comunicar todo lo que recuerde del sueño, sin omitir ningún detalle, porque lo que parece trivial puede
conducir a una interpretación importante. Estas dos premisas hacen a la regla fundamental en psicoanálisis que es
la llamada “asociación libre”.
• El sueño se debe analizar en fragmentos, ya que preguntarle “¿Qué se le ocurre acerca de este sueño?” no logrará
que el paciente capture algo en su campo de visión mental.
Después de un trabajo de interpretación
completo y analizando cada aspecto, “el sueño se da a conocer como un cumplimiento de
deseo”. Freud sostiene que aquí radica la esencia de todos los sueños y expande la frase diciendo: “El sueño es el cumplimiento (disfrazado) de un deseo (reprimido)”.
82
Freud va más allá al decir que no hay sueños inocentes; los sueños con esta apariencia
resultan maliciosos si nos empeñamos en interpretarlos: “son lobos con piel de cordero”.
Avances actuales en
el conocimiento del
mecanismo de los sueños
Los sueños, definidos como percepciones,
pensamientos y emociones que ocurren
mientras dormimos, son hechos y sensaciones registradas durante la vigilia, pueden
ser fragmentados, desconectados e ilógicos,
pero si no son recordados al despertar, es
como si no hubieran existido. Originariamente, se pensó que los sueños ocurrían durante la etapa del movimiento rápido de los
ojos (rapid eye movement, REM), mientras
dormimos. En la actualidad, se acepta que
se pueden presentar en cualquier momento
del dormir. Es frecuente no recordarlos y
asegurar que no los hubo, pero no necesariamente significa que no tuvimos sueños,
simplemente la experiencia onírica no logró
fijarse en la memoria o resulta inaccesible
para recuperarla.
Bases físicas de los sueños
Una rama de las neurociencias se dedica a
mapear las zonas del cerebro relacionadas
con el pensamiento. Todo lo que vemos, imaginamos o pensamos está vinculado a respuestas neurales en alguna parte del cerebro
y los sueños también tienen su ubicación. La
actividad neuronal en las zonas primarias del
neocórtex dispara señales visuales y auditivas
que crean ilusiones de personas, objetos y lu-
Los sueños a la luz de la ciencia
gares. Si estas señales se generan al azar, las
percepciones no tienen sentido y se transforman en alucinaciones y, cuando se unen para
crear una alucinación más compleja, se constituyen los sueños.
El descubrimiento de los REM durante el
sueño fue el punto inicial para el enfoque
neurofisiológico de los sueños. Esto generó
una euforia inicial que pronto se estancó
porque las determinaciones de REM se realizan mediante electroencefalograma y electrooculograma, que son métodos fisiológicos, mientras que los sueños se encuentran
en el ámbito de la psicología. Se trata de diferentes niveles que no comparten funciones
similares.
En 1966, un grupo de investigadores realizó una extensa pesquisa que llegó a recopilar
alrededor de mil experiencias oníricas y les
permitió formar un sistema muy completo de
codificación de los sueños. La principal ventaja de este método es que permite cuantificar las características específicas de los sueños de manera de probar hipótesis mediante
la estadística. Por ejemplo, mostraron que los
hombres sueñan con mayor frecuencia que
Imagen de
resonancia
magnética
del cerebro.
83
Onírica. Una exploración por el mundo de los sueños
las mujeres con agresiones físicas y con sexo.
Los estudios posteriores permitieron corroborar estos hallazgos.
¿Tienen los sueños algún propósito?
Para qué dormimos es una pregunta que
parece haber encontrado una respuesta fisiológica. Ciertos estudios recientes sugieren
que durante el período de sueño se produce
una especie de lavado de sustancias tóxicas,
especialmente la proteína beta amiloide. Algunas experiencias en roedores mostraron
que, mientras dormimos, el cerebro reduce
su volumen un 60%, lo que permite al líquido cefalorraquídeo circular diez veces más
rápidamente que cuando el animal está despierto. Este cambio produce una mayor
depuración de proteínas tóxicas, un hecho
que también fue demostrado.
Hasta aquí hemos logrado, al menos parcialmente, esclarecer la función de dormir.
Pero esto no resuelve la pregunta que filósofos y científicos se vienen haciendo desde
hace siglos: ¿para qué sirven los sueños?
Para algunos investigadores, los sueños
cumplen una función importante. Como vimos, según Freud, expresan deseos prohibidos o reprimidos, pero hay muchas otras
teorías, algunas con respaldo empírico más
sólido que el de Freud. Por ejemplo, los sueños, aunque no los recordemos, permitirían
la formación de una realidad virtual simulada con la que podemos reproducir situaciones amenazantes. Se especula que este mecanismo permite ensayar nuevamente la
situación para lograr mejores respuestas en
la vida real; se trataría, por lo tanto, de un
ensayo de adaptación. Esta hipótesis se res-
84
palda en la gran proporción de sueños que
incluyen situaciones amenazantes, que llegan a más del 70% en algunos estudios.
Ciertos estudios de niños de dos zonas diferentes de Palestina mostraron que quienes
vivían en ambientes más vulnerables a ataques tenían mayor incidencia de sueños con
amenazas.
Otra teoría sostiene que los sueños influyen
sobre nuestra conducta y estados de ánimo durante el día siguiente. También, existe evidencia de que los sueños pueden adaptar el estado
de ánimo para acomodarse mejor a una situación no deseada. Algunos estudios en mujeres
divorciadas mostraron que aquellas que soñaron con sus exmaridos se adaptaron mejor a la
situación generada por el divorcio.
Algunas personas tienen la capacidad de
controlar sus sueños y esta técnica se puede
aprender a través de un entrenamiento intenso. Esto permite que tengamos experiencias
placenteras mientras dormimos pero, además, la técnica se puede aplicar para mejorar
trastornos del estado de ánimo, fobias y otras
alteraciones psicológicas.
Las pesadillas
De acuerdo con la Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño, las pesadillas son experiencias mentales perturbadoras que a menudo hacen despertar a la
persona durante el sueño tardío de movimientos rápidos de los ojos o REM. La asociación de las pesadillas con síntomas psicopatológicos generó la hipótesis de que las
pesadillas, cuando se presentan repetidamente, son secundarias a un trastorno mental subyacente. Otros investigadores sostie-
Los sueños a la luz de la ciencia
nen que constituyen un trastorno del sueño
independiente en sus orígenes de otras alteraciones mentales.
Los estudios de polisomnografía recientes
mostraron que, en las personas que sufren de
pesadillas, se observaron reducción de la eficiencia del dormir, mayor número de interrupciones de este y disminución en el electroencefalograma de las ondas lentas.
En las personas que sufren pesadillas, también se observó un aumento de la duración
del sueño REM.
La memoria en los sueños
El proceso mediante el cual se genera la
memoria de largo plazo se encuentra prácticamente inactivo mientras dormimos, por
eso los sueños son difíciles de recordar, en especial si terminan antes del despertar, en
cuyo caso seguramente no quedan en la memoria. De hecho, la noradrenalina, un neuro-
transmisor que participa de manera activa en
el sueño, reduce en forma considerable sus
niveles mientras dormimos y lo mismo sucede con la actividad eléctrica en zonas clave
relacionadas con la memoria a largo plazo,
como la corteza prefrontal.
Si nos despertamos inmediatamente de
ocurrido el sueño, se empiezan a activar los
procesos de la memoria a largo plazo y aumentan las probabilidades de registrar los
sueños, especialmente en las personas que
tienen mayor actividad de ondas theta en la
corteza prefrontal. Pero hay que tener en
cuenta que cualquier cosa que distraiga nuestra atención al despertarnos atenta contra la
retención de los sueños.
Como es sabido, los sueños con fuerte contenido emocional y con un guión mejor estructurado, y en especial las pesadillas, son
más fáciles de retener porque nos hacen despertar mientras ocurren.
85
Epílogo
Los sueños han fascinado a los seres humanos
desde los tiempos más remotos. Las civilizaciones
antiguas consideraron que eran mensajes divinos,
con lo cual, al imponer el dogma sobre la ciencia,
resolvían casi todas las dudas sobre esta temática. El
Antiguo Testamento es claro en este aspecto y, con
excepción de los sueños de José, en su mayoría eran
instrucciones del dios de los judíos a los patriarcas y
a los reyes.
Los filósofos griegos, y más tarde los romanos, comenzaron a cuestionar este paradigma y se afanaron en resolver los misteriosos mecanismos oníricos. Comenzaron descartando el origen divino de
los sueños y el concepto de Hipócrates de que “al
dormir se libera la mente”, y que metafóricamente
expresaba un deseo o una necesidad, fue una hipótesis que hasta ahora se mantiene vigente. Por su parte, Artemidoro de Efeso, y estamos hablando del siglo II de la era cristiana, ejerció una importante
influencia en los trabajos de Sigmund Freud y Carl
Jung sobre la interpretación de los sueños.
Los fenómenos oníricos fueron fuente de inspiración en todas las disciplinas del arte y la cultura y,
son pocos los artistas y escritores que eludieron incorporar temas sobre el sueño en sus novelas, cuentos, dramaturgia y pintura. En esta obra se realizó
una selección, inevitablemente sesgada por razones
de espacio, de la participación de los sueños en todos los terrenos de la creatividad humana.
Indudablemente, la literatura fue la disciplina
que más aportó en este aspecto y, en nuestro país, se
destaca la inquietud de Borges, quien plasmó los
sueños en cuentos, ensayos y poemas y del cual solo
rescatamos “El otro”.
El cine, con su poder audiovisual, fue una herramienta perfecta para desarrollar la temática onírica
y grandes cineastas, como Bergman, Kurosawa y
Buñuel, tuvieron el talento de alejarse de la secuencia de las imágenes en una forma lógica para eliminar todo ordenamiento, dejando a criterio del espectador el sentido de la trama. Es por ello que aquí se
eligieron sus obras entre la abundante oferta que el
cine brinda sobre los sueños.
Actualmente, los científicos, a través de las neurociencias, han tratado de dilucidar los mecanismos
del sueño. Los interrogantes son numerosos: ¿para
qué sirve el sueño?, ¿por qué se presenta con características tan extravagantes?, ¿por qué puede resolvernos problemas utilizando simbolismos y metáforas?
Y, finalmente, ¿cómo hace para traernos recuerdos
de personas, objetos o episodios que no figuran en la
memoria, pero que estaban guardados en alguna
parte de nuestro sistema nervioso central?
Todos estos aspectos y muchos otros de las funciones cerebrales aún quedan por develar porque,
pese al avance de las neurociencias, el cerebro es el
mecanismo más complejo del universo y recién estamos explorando su superficie.
87
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Este libro se terminó de imprimir en mayo de 2015 en los talleres de Gráfica Pinter S.A.
Diógenes Taborda 48, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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