5 PRINCIOS BASICOS DEL REINO DE DIOS Por. Lic. Julio César Pérez A. Sto. Dgo. Rep. Dom. [email protected] ¿Quiénes entrar en el Reino de Dios? Aquellos que no se conforman con mirarlo de lejos y, abiertos al obrar de Dios permiten que el Creador ejerza gobierno en su corazón. Todo comienza con una sincera búsqueda de Él. No podemos conformarnos con ser parte del "común" de cristianos que van al templo y regresan vacíos a sus casas, a vivir una vida vacía. Además de anhelarlo, el Reino de Dios amerita que en el cristiano haya compromiso de recibirlo en el corazón y ajustar sus principios a los que Dios traza en la Palabra, es hacerlo en la medida en que mantenemos íntima comunión con Él. Por supuesto, muchos creyentes no entenderán nuestro propósito ya que el Reino de Dios no tiene ubicación en espacio sino que es ante todo, el gobierno divino desde el plano espiritual hacia el plano material. Lo más apasionante del Reino de Dios es que quienes entran en él ven obrar milagros en su existencia. I.- Es necesario no solamente "ver" el Reino de Dios sino "entrar" en el Reino de Dios (Juan 3:1-15). Para "entrar" en el Reino de Dios se requieren personas que anden en una sincera búsqueda de Dios, como lo fue Nicodemo (v. 1). Características de Nicodemo: - Era Fariseo. - Era un hombre importante entre los judíos. - Era un hombre con una profunda inquietud por conocer la verdad de Dios. - Era un hombre temeroso del "qué dirán" (v. 2a). 1- Para "entrar" en el Reino de Dios se requiere nacer de nuevo (v. 3) De nuevo – Gr. "De lo alto". a.- Es necesario nacer de nuevo, debido a que el género humano con el pecado de Adán incurrió en muerte espiritual (Génesis 2:17). b.- Es necesario despojarse de todo concepto religioso preconcebido. Nicodemo todavía estaba influenciado por el tradicionalismo religioso (v. 4). c.- Nacer del agua simboliza la renuncia a la vida de pecado. Nacer del Espíritu es abrirnos a su gobierno en nuestro ser (v. 5). 3.- Para entrar en el Reino de Dios nuestro espíritu debe estar en íntima comunión con el Espíritu Santo(vv.6-8; Cf. 1 Corintios 2:12, 13). 4.- Para entrar en el Reino de Dios es necesario que Jesucristo sea exaltado (vv.9-15). 5.- El Reino de Dios no tiene una ubicación de lugar o espacio. Es un estado en el que un ser humano reconoce, acepta y se somete al señorío único y soberano de Dios. 6.- Nicodemo llegó a ser creyente, como se deduce de su actitud referente al Señor Jesús (Juan 19:38-40). II.- Permanecer en el Reino de Dios es un proceso que implica perseverancia. Aceptar al Señor Jesús como único y suficiente Salvador solamente es el comienzo del proceso. En el Reino de Dios aprendemos, asimilamos y vivenciamos el Evangelio. 1.- El proceso de entrar en el Reino de Dios implica extenderlo entre las almas. 2.- Hay cristianos que han "visto" pero no han entrado en el Reino de Dios. Así como a moisés, Dios le permitió ver la tierra de lejos, pero no entro en ella mucho menos la conquisto. De la misma manera hay personas que han oído del reino, han visto el reino, pero no han entrado en el reino de Dios. 3.- Permanecer en el Reino de Dios implica hacernos como niños (Mateo 18:13). 4.- Permanecer en el Reino de Dios implica anidar la humildad en nuestro corazón (Mateo 18:4, 5). 5.- Permanecer en el Reino de Dios implica hacer Su voluntad (Mateo 7:21). III.- El Reino de Dios tiene un Rey: es el Señor Jesucristo (Juan 18:33). El Señor Jesucristo dejó claro que el Reino de Dios no es de este mundo. Es espiritual (vv.33-36 a). 1.- El Señor Jesús declaró que es el Rey (v. 37). 2.- Dentro del Reino de Dios se produce una transformación y crecimiento personal y espiritual (Ezequiel 36:26, 27). a.- El Reino de Dios lo recibe un grupo reducido de personas (Mateo 13:1113). Debemos sentirnos gozosos si hemos tenido el privilegio de recibir el Reino de Dios en nuestras vidas. b.- El propósito del Creador es que el reino de Dios rinda fruto en nuestras vidas (Mateo 13:3-9). - En aquellos que están sometidos a la soberanía de Dios se produce un crecimiento personal y espiritual. - Es necesario abrirnos al trato de Dios y permitirle que Él haga su obra en nosotros. IV.- Quien recibe el Reino de Dios, aplica el principio de la oración (Marcos 11:23). El Señor Jesús enseñó la importancia que tiene la oración en quienes están dentro del Reino de Dios (Marcos 11:23, 24). 1.- La oración nos permite conocer lo secreto de Dios (Jeremías 23:18). a.- Durante la oración abrimos nuestro corazón a la voz de Dios. b.- Durante la oración nos despojamos de los prejuicios humanos para dejar que sea Dios quien nos hable y nos guíe. V.- Quien recibe el Reino de Dios aplica el principio de la fe (Marcos 11:22-24). Si recibimos el Reino de Dios obraremos confiados en que todo cuanto pidamos en la dimensión espiritual, ocurrirá en la dimensión física (Marcos 11:12-14; 20, 21). 1.- Si recibimos el Reino de Dios nos moveremos en la dimensión de la fe porque agrada, honra y glorifica a Dios (Marcos 11:22). 3.- Si recibimos el Reino de Dios daremos pasos de fe (Mateo 11:23). a.- Con nuestras palabras transferimos al mundo visible la voluntad del mundo invisible. b.- Con la oración avivamos la fe para recibir milagros en el Reino de Dios (Marcos 11:24). c.- La fe es tener el título de propiedad de cosas que no podemos ver. d.- La incredulidad y la impaciencia son los mayores enemigos de la fe (Santiago 1:6-8). Conclusión: La actitud del creyente es fundamental en el Reino de Dios. Si hay oración y fe, sin duda se avanzará con firmeza hacia el crecimiento personal y espiritual. El Reino de Dios es apasionante. Es para aquellos que están dispuestos a recibir lo mejor, porque en sus corazones anida la confianza de que nuestro amado Creador quiere para cada uno de sus hijos la excelencia. Estar dentro del Reino de Dios obliga que nos despojemos de toda sombra de incredulidad que levanta una barrera entre el Creador y nosotros. También que aprendamos a esperar en el tiempo divino, porque de lo contrario nos embargará la impaciencia. Usted ha recibido este articulo porque pertenece a la red del evangelista Lic. Julio Cesar Perez [email protected]