"No saben lo que piden", Mt 20, 20

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"No saben lo que piden",
Mt 20, 20- 28” .
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
LECTIO DIVINA
Mirar al mundo con los ojos de Dios y amar lo que vemos con el corazón de Dios, alejarnos
paulatinamente de nuestros propios esquemas y abrirnos a lo que Dios nos quiere decir.
Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino
En aquel tiempo: La madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró
ante él para pedirle algo. "¿Qué quieres?", le preguntó Jesús. Ella le dijo: "Manda que mis dos hijos se
sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda"
Puede parecer triste que después de vivir bastante tiempo juntos al Maestro, esto es unos tres años,
Santiago y Juan aún no lograban entender a Jesús, él ya les había dicho: “que él debía ir a Jerusalén y
sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al
tercer día. (Mt 16, 21), también les había dicho que: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, tome su cruz y sígame. (Mt 16,24), sin embargo, estos dos discípulos, parecían mas preocupado
de sus propios intereses, de sus propias ambiciones personales. Esto me hace meditar sobre las
tensiones que se producen hoy en nuestras comunidades, algo también muchas veces repetitivo en el
ambiente parroquial, ¿Estaré yo dentro de esas tensiones?
No saben lo que piden", respondió Jesús.
"¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?". "Podemos", le respondieron. "Está bien, les dijo Jesús, ustedes
beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino
que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre".
El cáliz, es el trago amargo del sufrimiento. Jesús sabiendo de que cáliz se trata, quiere ahora una
confesión de estos dos íntimos amigos y pregunta: "¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?" y ello les
responden con mucha sinceridad, “Podemos” y el Señor, que les conoce no les cuestiona esta respuesta,
por eso les dice: "Está bien…ustedes beberán mi cáliz”. ¿y si nos preguntara esto mismo a nosotros, que
diríamos?. Sabemos que la respuesta de ellos fue precipitada porque luego en los días de sufrimiento
abandonaron al Señor y ni siquiera lo acompañaron en la oración. ¿Conque no habéis podido velar una
hora conmigo? Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne
es débil. (Mt 26,40). ¡Y yo, acompaño al Señor en todas las circunstancias?
Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos.
Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los
poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así.
El Señor pone como ejemplo lo que hacen los jefes de las naciones, a fin de decirles algo importante:
“Entre ustedes no debe suceder así”. Y luego les dice (y nos dice ahora): Al contrario, el que quiera ser
grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga su esclavo: como el
Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".
Este es el compendio que debemos comprender sobre la vida de nuestro Señor Jesucristo, el es el
Mesías Servidor de los demás. La Madre de nuestro Señor, comprendió muy bien esto: Dijo María: He
aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. (Lc 1,38).
¿Pueden?, ahora nos corresponde dar una respuesta no precipitada, que salga de nuestro mas profundo
interior y sincera para que Cristo nos crea.
Cristo viva en nuestros corazones
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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