Antología sin prejuicios 'Mil bosques en una bellota' mezcla autores consagrados con otros de prestigio en sus países pero con poca resonancia internacional Winston Manrique Sabogal Madrid 25 JUN 2012 - 22:05 CET Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Ana María Matute, Ricardo Piglia o Javier Marías son algunos de los escritores consagrados que están junto a otros menos conocidos en esta antología con 28 autores de Mil bosques en una bellota (Duomo), de Valerie Miles. Surge así la pregunta a la autora del libro: ¿Por qué he añadido a algunos autores menos conocidos? "Esta antología sugiere una lectura sin prejucios, como dice Virginia Woolf. A veces es interesante escuchar lo que dicen de los autores en otros países, obliga a revisitar lo propio a través de los ojos del otro. En Estados Unidos Paul Auster está considerado un autor de tercera fila pero su consolidación en países como Francia y España nos obliga a releerlo. Quizás hay algo que no percibimos, quizás tenemos algún prejuicio que no logramos superar. El primer libro de Edgrado Cozarinsky, Vudú urbano, recibió los elogios de Guillermo Cabrera Infante y de Susan Sontag y La novia de Odessa, publicada por Farrar Straus & Giroux en Estados Unidos y recibió elogios de primeras plumas en todo el mundo. A veces en español, no se le permite a uno ser bueno en más de una disciplina y el hecho de ser un cineasta hace que quizás a Edgardo no se le ha prestado la atención que merece. A partir de entonces su obra ha sido traducida a las más importantes lenguas europeas (inglés, alemán , italiano y francés) y a más de uno asiático, y siempre en las editoriales de más prestigio. Con gran dominio de la economía narrativa y de sus materiales, es un narrador muy eficaz, profundamente original, y a ratos inclasificable. Alberto Ruy Sánchez es otro caso de un narrador de una obra muy original, casi diría que única en lengua española por sus temas y sobre todo por su mirada, con una técnica narrativa que participa del poema en prosa. Es un ensayista también muy destacable. Desde el ponderado elogio de Octavio Paz, su prestigio no ha hecho sino crecer, y ha tenido una de sus culminaciones en la semana que el prestigioso Festival de las Letras de Montauban en Francia dedicó íntegramente a su obra 2010, con especialistas venidos de todo el mundo. Fue la primera vez que se dedicó a un escritor extranjero. Cuando Roberto Bolaño comenzó a publicar nadie prestaba atención, tuvo que sobrevenir la consagración internacional, tras el Rómulo Gallegos, en Nueva York y póstumamente. Podría citar muchos casos semejantes, el de Javier Marías, consagrado en Berlín, el de Fernando Vallejo, en París, y así sucesivamente. Los caminos del reconocimiento son misterioros (piénsese en Aurora Venturini, por ejemplo.). En mi opinión Cozarinsky y Ruy Sánchez, ajenos a la superstición de lo prolijo y la abundancia, merecen estar en esta antología tanto como cualquiera de los otros. Basta desarrollar la sensibilidad. He querido añadir la obra de autores menos conocidos también como una manera de desarreglar de alguna manera, de ofrecer una lectura nueva. Ya he recibido muchos comentarios de personas que me han felicitado al ver a Hebe Uhart y Aurora Venturini allí, otros de México encantados de ver a José de la Colina. Quizás son autores más secretos, pero por ello no menos interesantes. Es una manera muy emersoniana de ofrecer una lectura nueva y por eso hay una tercera lectura del título también. Es una cita de Ralph Waldo Emerson, un hombre extremadamente anti-establishment".