1 IEGO ¡A la era Sengoku! Capítulo 1 En un abrir y cerrar de ojos todo el equipo Raimon go se había reunido en la sala de futbol del instituto. Habían perdido a su entrenador Endou Mamoru y pronto perderían el futbol gracias a Protocolo omega, pero eso no los detendría. En breve la piedra chrono Stone, teniendo dentro el alma del abuelo de Endou, dio una solución: Viajar por el tiempo y buscar a los once que los harían más fuertes, con el propósito de salvar el deporte que tanto amaban y a su querido entrenador. Una parte del equipo subió a la caravana inazuma, ya que no era necesario que todos fueran, dirigida por un oso azul llamado Wandaba. Se encendieron los motores de dicho vehículo y este comenzó a levitar, empezando el viaje en el tiempo. Ya hemos llegado. – Dijo el oso azul, dejando que todos salieran de la caravana. El equipo se quedó mirando el paisaje: un cielo de un azul jamás visto antes, un enorme pasto verde miraras donde miraras. Preciosas casas de madera se veían a lo lejos y un largo camino que no quedaba muy lejos. Ahora solo falta pasar desapercibidos. – Termino de hablar Wandaba, haciendo que el vehículo se volviera invisible y las ropas de los jugadores cambiara radicalmente. Que bonito. – Hablo Mizu, una joven de cabello largo azul oscuro. Mirando su kimono con un tono similar a su cabello, haciendo sonrojar a un castaño que no se encontraba muy lejos. Otra chica de cabello rosado miro a sus compañeras. – Estáis preciosas. – Se acercó a una de ellas. – Hey, no es por decir nada Ada, pero creo que Fey te está mirando. – Sonrió al ver como su amiga de cabello moreno se sonrojaba. No, no digas eso, no creo que él… - Hablo Ada avergonzada, se veía a primera vista que estaba enamorada de Fey, y también se veía que el otro estaba enamorado de ella. No perdamos el tiempo. – El capitán del equipo hablo serio. Shindou era una persona responsable y sabiendo que no quedaba mucho para que el futbol desapareciera no quería perder tiempo. Miro de reojo a Sui, una chica de cabello rubio largo hasta la cadera y ojos violetas, y luego a Kori, la segunda tenía el cabello corto de color azul clarito y ojos verdes. El pobre chico tenía un problema amoroso como una casa, quedando confuso sin saber a qué chica escoger, sabiendo que iban detrás de él. – Tenemos que coger el poder de Nobunaga e irnos. Sui miro a Shindou preocupada. – Shindou…- Dijo para si misma. Lo mejor será separarnos en grupos y buscar a Nobunaga. – Explico Kori con su voz suave, tranquila, sin poder saber bien lo que sentía. Está bien. – Wandaba conto a todos los del equipo. – Iremos en equipos de tres. Primer equipo: Fey, Ada y yo. Segundo: Mizu, tenma y Shinsuke. Tercero: Sui, Shindou y Kori. Y cuarto: Kyosuke , Mira y Nishiki. 1 2 IEGO ¡A la era Sengoku! ¡¿Qué?! ¡Espera! – se quejó Kyosuke. - ¡No pienso ir con esa acosadora! La peli rosa se lanzó sobre el chico. – Venga no digas eso. – Kyosuke intento quitársela de encima. – Sabes que en el fondo me quieres. – Siguió la chica hablando de forma cariñosa. Los dos en dos segundos montaron una escenita, que no duro mucho, ya que al parecer el capitán tenía demasiada prisa en encontrar al hombre. - ¡Parad de quejaros y en marcha! Los grupos se separaron por todo el pueblo, el más cercano, que había. Todos buscaron información en cualquier parte, por donde pasaban preguntaban a todo el mundo. La morena se sentó un momento en lo que parecía ser un banco de piedra. – Esperad un momento. – Le dijo a Fey y Wandaba, que se pararon al escucharla. El peli verde se sentó al lado de Ada. – Nosotros vamos a sentarnos un rato, tú puedes seguir buscando un poco más sin nosotros. El oso hizo un gesto con su cabeza para luego alejarse del lugar, aunque no parecía muy seguro de lo que estaba haciendo. Quería hablar contigo. – El chico miro a Ada con un leve sonrojo. La chica aparto la mirada. – Yo también quería decirte algo. Entonces dilo tu primero. – Dijo Fey, dejando que hablara la chica. No, dilo tú. – Se sonrojo más. No, mejor tú. – Respondió el otro. Y así estuvieron un rato hasta que la paciencia de Ada se agotó. - ¡Te he dicho que hables tu primero! – Insistió alzando la voz. Fey poso su mano sobre la de la chica, que se encontraba apoyada en el banco. – Yo quería decirte… - Dejo un pequeño silencio, acercándose al rosto ruborizado de la morena. - … que tú. – Se acercó aún más, casi rozando sus labios. ¡¡¿¿Qué estáis haciendo??!! – Pregunto Wandaba apareciendo de la nada, haciendo que los dos enamorados se alejaran el uno del otro a la velocidad de la luz. – Os dejo unos minutos solos y esto es lo que encuentro. Venga a seguir buscando y vosotros delante de mí. Ada y Fey suspiraron y reemprendieron su búsqueda, junto a la mirada del oso. Uff – Suspiro Kori un poco alejada de sus dos compañeros. Sentía algo en el corazón, algo que no entendía o no sabía explicar, pero dolía. – Se está haciendo tarde. – Desvió sus pensamientos. Shindou y Sui se pararon. – Tal vez tendríamos que volver con los demás en el sitio acordado. – Hablo la rubia. – Si no se nos ara muy tarde. – Cogió al joven de una de sus mangas. 2 3 IEGO ¡A la era Sengoku! Aún no. – Se negó el capitán del equipo rompiendo el agarre. – Solo un poco más. – Continúo caminando. Shindou, no deberías ir en esa dirección. – Hablo Kori, dejando un poco confusa a Sui. La rubia miro a su compañera. - ¿Por qué no? – Pregunto aun con la duda, no se veía nada raro. Entonces se escuchó un golpe y ya se había montado otra escenita. – Mi ropa. – Dijo Shindou al ver que al tropezar con una chica había quedado su atuendo mojado. Lo, lo siento mucho. Ha sido culpa mía, ven limpiare tus ropas. – Dijo la chica arrepentida. No hace falta. – Intento alejarse de la chica, pero la otra insistió más. Al final los tres junto a la nueva chica entraron en una de las casas que había en esa zona. La chica hizo cambiar las ropas de Shindou, dejándolo con un kimono un poco corto. Sui y Kori salieron de la casa, no se sentían muy aceptadas porque toda la atención iba hacia el chico y había que reconocer que algo de celos sí que había en esa situación. ¿Y si seguimos buscando por nuestra cuenta? – Pregunto Kori a su amiga. La otra dio unos pasos hacia delante. – Mejor que estar pardas sin hacer nada. – Suspiro. – No me siento muy a gusto con Okatsu. – Comenzaron a caminar. Ya. – Kori miro hacia el suelo. – No le des mucha importancia. ¡Hey, Tenma, espera! – Se escuchó el grito de Mizu mientras perseguía al castaño. Al parecer Tenma y Shinsuke al ver como un grupo de niños jugaba a algo similar al fútbol se habían emocionado y a toda velocidad se habían acercado. – Estos chicos nunca cambiaran. – Se paró al lado de sus compañeros. ¿Queréis jugar? – Pregunto uno de los niños que había jugando y la repuesta era obvia, aceptaron. – Bien. Yo me llamo Tasuke. En cuanto terminaron de las presentaciones todos se pusieron a jugar con el balón, a excepción de Mizu que se sentó a observar el juego. En uno de los muchos pases el balón fue lanzado a una zona con inclinación, haciendo que el balón se moviera hasta llegar a una superficie llana. – Ya voy yo. – Dijo Mizu yendo en dirección del balón, bajando la pequeña cuesta. – Aquí está. – Cogió el balón. Hey, niña. Te vas a venir con nosotros. – Dijeron unos hombres que no parecían muy amistosos. Tenma se puso delante de la peli azul. – No le vais a hacer nada a Mizu. – Dijo, mientras los demás niños se acercaban para ver qué es lo que estaba pasando. Continuara… 3