Revista Sistemas Ambientales, Vol. 4, No. 1, 2011, p. 21-33 RELACIÓN ENTRE LA LONGITUD Y PENDIENTE CON EL COEFICIENTE LALT EN LAS BARRANCAS DE LA SIERRA DE GUADALUPE, DISTRITO FEDERAL Cedillo Acosta Olga Leticia(1) y Rivas Sepúlveda Miguel Ángel(2 (1.2) Laboratorio de Ciencias de la Tierra, Departamento de Ingeniería en Sistemas Ambientales, Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional. Av. Wilfrido Massieu s/n, Del Gustavo A. Madero, CP 07738. México D.F., México. RESUMEN La relación entre las longitudes de las barrancas y las pendientes que presentan, está íntimamente relacionada con la velocidad de los escurrimientos, de tal manera que a menor longitud y mayor pendiente, la velocidad de los escurrimientos es mayor. En la Sierra de Guadalupe, ubicada en el Distrito Federal, se localizan catorce barrancas de importancia por los volúmenes de sus caudales, en las cuales se presenta un Coeficiente Lalt (relación entre longitud y deferencia de altitudes), que permite determinar la velocidad y volumen de los caudales con el tipo de obra a realizar para cubrir alguno de tres grandes objetivos, que se ubican en 1) disminuir la velocidad de los caudales, 2) disminuir la velocidad de los caudales, permitir la infiltración y almacenar temporalmente volúmenes importantes de agua y 3) disminuir la velocidad de los caudales, permitir la infiltración y almacenar volúmenes importantes de agua por mayor tiempo. Reconocimientos: Este trabajo fue realizado con el apoyo del Instituto de Ciencias y Tecnología del Distrito Federal y del Instituto Politécnico Nacional 1 Revista Sistemas Ambientales, Vol. 4, No. 1, 2011, p. 21-33 INTRODUCCIÓN La Sierra de Guadalupe se encuentra en el centro de la Cuenca de México, y es considerada como Área Natural Protegida (ANP), la cual forma parte del Suelo de Conservación (SC) del Distrito Federal. La Sierra se constituye como el último reducto de extensión considerable de recursos naturales y áreas cubiertas de vegetación al norte de la Ciudad de México y forma una barrera natural contra la contaminación y degradación del ambiente, ya que interrumpe áreas con usos urbanos, industriales, explotación de minerales y áreas deforestadas, cuyos terrenos se encuentran, en parte de la Delegación Gustavo A. Madero en el Distrito Federal y en los Municipios de Ecatepec, Coacalco, Tultitlán y Tlanepantla del Estado de México, la cual por sus características morfológicas, geológicas y ecológicas la convierten en una de las más importantes reservas bióticas del Valle de México. La Sierra presenta áreas alteradas por la presencia de usos inconvenientes o por el manejo indebido de los recursos naturales y que requieren acciones para restablecer en lo posible su situación original ya que existe una gran presión debido al crecimiento desordenado de la mancha urbana, lo que ha provocado una degradación de los recursos suelo, agua, flora y fauna, Sin embargo, no existen suficientes estudios de suelos que sirvan de base en la elaboración de los programas de reforestación. Se estima, que en los últimos 20 años más del 20% del área de la Sierra de Guadalupe se ha deteriorado en forma acelerada como resultado del crecimiento de la mancha urbana y la inexistencia de un plan de manejo de los recursos naturales remanentes. El crecimiento de la mancha urbana se manifiesta por el surgimiento desordenado de los asentamientos humanos en las partes limítrofes, e incluso en el interior del área, los cuales incluyen tanto asentamientos irregulares, como otros autorizados, que en conjunto propician un crecimiento súbito de las demandas de servicios urbanos difíciles de satisfacer por las autoridades, como consecuencia se tiene una presión sobre los recursos naturales y trae problemas de salud pública. El agravamiento de los problemas ambientales del área metropolitana de la Ciudad de México, que entre sus causas se encuentra la degradación acelerada y pérdida de porciones importantes de la cubierta forestal de la Sierra de Guadalupe, que forma parte restricciones que establece su ubicación geográfica y topográfica; vandalismo y delincuencia que daña a la población y la infraestructura urbana, así como la continuación de los intentos por invadir nuevas áreas para uso habitacional. La fuerte presencia de los habitantes aledaños en el área natural es fuente de origen de incendios forestales con daños consecuentes a la flora y fauna silvestre, la utilización inadecuada de la vegetación forestal para uso doméstico y leña combustible, la perturbación y hasta desaparición de la cubierta forestal, que da pie a la presencia decreciente de aguas superficiales e incremento de las velocidades de escorrentía, provocando erosión y obstrucción en el drenaje urbano, así como la aparición de tiraderos de desechos sólidos que impactan de la desaparición de un 73% de los bosques de la ciudad, hacen evidente la necesidad de implantar un proceso de reordenamiento de actividades humanas y de manejo de los recursos naturales que aún existen al norte de la Ciudad de México. LOCALIZACIÓN La Sierra de Guadalupe, se localiza al norte de la Ciudad de México, en los límites entre el Distrito Federal y el Estado de México. Geográficamente se ubica entre los 19°37' y 19°29' de latitud norte y a los 99°12' y 99° 02' de longitud oeste (Figura 1). La superficie de la zona en estudio son 1,251.60 ha de las cuales 220 ha corresponden al parque nacional El Tepeyac y 1,031.60 ha están consideradas como Suelo de Conservación (SC). Croquis de localización de la Sierra de Guadalupe Por su ubicación en el interior de la Cuenca de México, la Sierra de Guadalupe es un centróide que recibe la confluencia de las carreteras que unen a los estados de Querétaro, Hidalgo y Estado de México con el Distrito Federal GEOLOGÍA La Cuenca de México es una altiplanicie lacustre a 2,240 msnm rodeada de montañas. Mooser (1975), propuso una actividad en siete fases que formaron la cuenca, las cuales se describen a continuación. 2 Relación entre la longitud y pendiente, Coeficiente Lalt, Sierra de Guadalupe En la primera de fines del Cretácico al Eoceno, se plegaron los sedimentos que constituyen la base. En la segunda fase en el Oligoceno medio, surgen los primeros complejos volcánicos al norte de la cuenca, con lavas de composición intermedia y ácida con abundantes tobas e ignimbritas. La tercera fase corresponde al Oligoceno tardío, cuando surgen las estructuras dacíticas como el Peñón de los Baños, los cerros Tigre y Zacatenco, este último hace 16 millones de años. La cuarta fase fue en el Mioceno y se originó el complejo principal de la Sierra de Guadalupe, que se caracteriza por lavas intermedias y ácidas. Se formaron grandes domos dacíticos, como los cerros Tenayo, Chiquihuite y Tepeyac, entre otros. La quinta fase se inicia a fines del Mioceno y es cuando se forman las sierras mayores, las cuales fijan los límites de la cuenca al poniente y al oriente; a estas pertenecen las Sierras de Las Cruces, Río Frío y Nevada, constituidas por lavas andesíticas y dacíticas con estructura porfirítica. Este vulcanismo domina en el Terciario tardío y perdura hasta el Cuaternario. La Sierra de Guadalupe se formó esencialmente de dos tipos de actividad volcánica. Una en que los procesos explosivos fueron de gran intensidad y representan las etapas iniciales de los edificios mayores, los cuales culminaron con procesos extrusivos. El otro tipo de derrames de lava (procesos efusivos), escasos de corta extensión. Los volcanes principales de la Sierra de Guadalupe son de tipo compuesto, originados por poderosas erupciones explosivas, que culminaron con la actividad extrusiva y efusiva. Ejemplo de ello son los volcanes Vicente Guerrero, Zacatenco, Jaral, María Auxiliadora, Los Díaz, Tres Padres y Moctezuma; otras elevaciones menores se formaron casi exclusivamente por la actividad extrusiva, y es el caso de los domos volcánicos que están en la periferia de la sierra (Gordo, Chiquihuite, Tenayo y Tepeyac). Lozano (1968), reportó los fechamientos de dos rocas de la sierra en Barrientos y en la Fosa de Cuautepec, del orden de 14-15 Ma (mioceno), determinados por K-Ar. En el mapa geológico de la Cuenca de México, Mosser (1975), atribuye una edad a la sierra principalmente del Mioceno temprano, y posteriormente en 1990 Mosser y colaboradores, con base en un conocimiento mejor del subsuelo de la cuenca, la consideran del Plioceno en su mayor parte, especificando una edad Oligocénico-Miocénica para la zona de Barrientos y Pliocénica al oriente de ésta. Con base en los mismos autores, Cedillo y Rivas siguió la formación de la Caldera de Cuautepec (Plioceno temprano) y posteriormente, la fosa del mismo nombre. Asociados a ésta, los volcanes compuestos y domos volcánicos de la periferia meridional: Tepeyac, Guerrero y Chiquihuite. En el núcleo de la sierra, se aprecia un mayor grado de fractura, intemperismo avanzado, hidrotermalismo, presencia de diques con orientación casi E-W , escarpes de falla, una mayor concentración de corrientes fluviales y anomalías morfométricas (Salinas, 1994). La Sierra de Guadalupe antiguamente estaba rodeada en su base por el Lago de Texcoco, sepultando el piedemonte, por lo que actualmente sólo pueden observarse las laderas montañosas de la sierra, la planicie lacustre y sólo en algunas áreas un piedemonte estrecho (Lugo y Salinas, 1996). La Sierra de Guadalupe presenta un escudo de origen volcánico con suelo de rocas ígneas extrusivas, que muestran dos horizontes minerales que descansan sobre rocas riolíticas y andesíticas, consolidadas o con diverso grado de intemperismo o sobrematerial detrítico o aluvial, y cuenta con un área importante de captación de agua que filtran y abastecen a los mantos acuíferos de la zona metropolitana de la Ciudad de México. En la parte de la Sierra que corresponde al Distrito Federal, existen cuatro fracturas geológicas, que se localizan dentro del polígono de aplicación del Programa Parcial y en donde no deberán permitirse los asentamientos humanos. El crecimiento urbano en el polígono de aplicación del Programa Parcial se ha expandido en terrenos no aptos para el desarrollo urbano, como son las altas pendientes. La dotación de servicios de infraestructura, la accesibilidad y comunicación, el riesgo en las construcciones por adaptaciones al relieve del terreno sin las condiciones técnicas adecuadas y, el elevado costo económico de las construcciones por obras adicionales, son algunos de los problemas que se presentan en los asentamientos sobre terrenos con estas características, considerando que sólo el 41.53% de la superficie de suelo urbano en el polígono de aplicación del Programa Parcial tiene pendientes de 0 a 15%, mientras que el 43.04% tiene pendientes del 16% al 30%, y el 15.43% cuenta con pendientes de más del 31%. La Sierra de Guadalupe se une al occidente con la Sierra de Las Cruces y de Monte Alto a través de algunas elevaciones. Entre estas hay 3 diferencias petrológicas que hacen referencia a que la Sierra de Las Cruces y Monte Alto se encuentran constituidas por andesitas y traqueandesitas hasta los límites con la Sierra de Guadalupe, particularmente en la zona de Barrientos, donde predominan las andesitas de hornblenda; mientras que más al oriente, en lo que es propiamente la Sierra de Guadalupe, dominan las dacitas y andesitas. Estas andesitas se caracterizan por tener un alto contenido de sílice, frecuentemente con feldespato (Ordoñez, 1985). Campa (1965), indica que las rocas que conforman la Sierra de Guadalupe son principalmente andesitas, y en cantidades menores riolita y dacita. Por su parte Lozano (1968), considera que predominan las andesitas, lo que incluye brechas, porfidos y vitrófidos. Básicamente, en su mayor parte predominan las lavas, por la actividad volcánica de tipo dómico1 que la originó y por los procesos denudativos que han removido los materiales menos resistentes del tipo de los piroclastos. Lugo y Salinas (1996), reportan 11 diversos tipos de materiales no consolidados de origen lahárico y de flujo piroclástico; detritus de lava intemperizada ; cenizas; arenas; pómez; brecha; arena y ceniza; pómez con arena y ceniza; conglomerado y depósitos de ladera. Las lavas, representan en general, la culminación de la actividad volcánica, donde los materiales como pómez, ceniza y arena volcánica, corresponden a las etapas iniciales de las erupciones, observándose los mayores grosores en las grandes canteras. TOPOGRAFÍA El relieve es muy importante en la distribución y formación de los suelos, ya que controla muchas de sus características tipogenéticas (color, espesor, contenido de materia orgánica, etc), además de ser responsable de las variaciones de los meso y microclimas, por el efecto altitudinal o de pendiente. El efecto de la pendiente sobre los suelos provoca una variabilidad en las propiedades, la cual ha recibido el nombre de catena o toposecuencia. La Sierra de Guadalupe, presenta un desnivel general de 300 a 400 metros sobre el nivel de la planicie de la Cuenca. La elevación más alta corresponde al Picacho Moctezuma con una altura de 2,900 msnm y el Chiquihuite con 2,740 msnm. A partir del cerro Picacho con un rumbo general norte-sur y que continúa por numerosos picos y cerros como El Jaral, Tlacomulco, El Fraile, etc., hasta llegar al cerro Chiquihuite (Figura 2). Al sureste del Chiquihuite, separada por un valle de la sierra general, se encuentra la pequeña cordillera llamada del “Tepeyac”, formada por cuatro cerros que son: Santa Isabel o Zacatenco, Gachupines, Vicente Guerrero y el Tepeyac. En el Cuadro 1 se presentan las principales elevaciones de la zona en estudio. Principales elevaciones Elevación Altitud Elevación (msnm) Picacho 2,900 El Fraile Moctezuma Chuquihuite 2,740 Tlalayotes 2,720 Picacho Grande El Jaral 2,700 El Fraile 2,660 2,700 Altitud (msnm) 2,660 Picacho Tlacomulco Santa Isabel ó Zacatenco Tenayo 2,620 Vicente Guerrero El Fraile 2,440 2,500 2,480 2,660 El relieve se eleva a partir de la cota 2,240 hasta los 3,000 msnm que alcanza el núcleo de la sierra. La disección se manifiesta por barranco, circos de erosión y valles. Algunos considerablemente anchos en forma de herraduras, como la fosa de Cuautepec con una dirección al noreste (Lugo y Salinas, 1996). El límite de la planicie lacustre se localiza entre los 2,240 y 2,250 msnm de ahí hasta la base de las laderas volcánicas se extiende una planicie inclinada de 1 a 6°, en toda la margen de la sierra el -piedemonte- generalmente hasta los 2,240 msnm y tiene una anchura que varía de algunos cientos de metros hasta los 2 kilómetros. La red fluvial está controlada esencialmente por las grietas en las rocas, fenómeno favorecido por la casi total ausencia de una capa superficial gruesa de material no consolidado (Lugoy Salinas, 1996). El vulcanismo como proceso fundamental, originó algunos estratovolcánes, como los cerros Guerrero, Zacatenco, Moctezuma, El Jaral, María Auxiliadora y la Cruz, de dimensiones considerables en la zona estudiada y construidos por derrames de lava andesítica y piroclastos. Los domos volcánicos se formaron alineados sobre las antiguas fracturas por las que ascendió el magma. Con esto están relacionadas las fallas que han sido cartografiadas por diversos autores. Durante el Plioceno, los procesos volcánicos extrusivos fueron los dominantes en la Sierra de 4 Relación entre la longitud y pendiente, Coeficiente Lalt, Sierra de Guadalupe Guadalupe. Los domos principales representan la actividad volcánica de tipo central que fue dominante y con éstos se alinean domos menores, parte del mismo proceso, pero de menor intensidad. Ambos domos están, en su mayoría unidos por crestas de lava que constituyen las divisorias de aguas. Cedillo y Rivas incluso lacustres en su porción inferior. La erosión en la Sierra de Guadalupe ha sido fundamentalmente vertical y es más intensa a lo largo de fracturas, fallas y contactos litológicos, lo que fundamentalmente se aprecia en la fosa de Cuautepec (Lugo y Salinas, 1996). HIDROLOGÍA Las laderas convexas son las mejor conservadas y bien expuestas en la periferia de la sierra. Los domos volcánicos, por su forma y constitución homogénea de lavas muy compactas, son muy resistentes a la erosión y a diferencia de otras estructuras geológicas, pueden permanecer algunos millones de años, mientras que las laderas cóncavas son la forma dominante en la Sierra y representan la modificación de las convexas por una prolongada etapa de intemperismo, y erosión por procesos de ladera y fluviales, que han removido un volumen considerable de material rocoso (Lugo y Salinas, 1996). EDAFOLOGÍA Existen dos tipos de suelos predominantes en la Sierra de Guadalupe según las unidades de suelo de Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la alimentación /Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas (FAO/UNESCO) versión 1988; son de tipo Feozems háplico y Leptosol lítico, y en menor escala el Fluvisol éutrico. Estos tipos de suelos presentan un espesor menor de 40 cm de profundidad, con una pendiente mínima de 15% a más de 45%, con una pedregosidad de regular a abundante, y una erosión de ligera a severa. La Sierra de Guadalupe en su fracción correspondiente a la Delegación Gustavo A, Madero, se ubica en la Cuenca Hidrológica del Río Moctezuma, Unidad de Manejo P, correspondiente a la Región Hidrológica No. 26 “Alto Río Pánuco” (RH26), según la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH). La serranía se caracteriza por una red hidrológica de tipo exorréico (zona terrestre con abundante circulación de agua de superficie), con dominancia de corrientes estacionales, sujetas al régimen de la temporada de lluvias. El polígono de aplicación del Programa Parcial se ubica dentro de la Unidad de Manejo Peña Gorda (C-10), y presenta cuatro arroyos principales denominados Microcuenca del Arroyo: La Armella, El Tejón, El Grande y El Panal, los cuales son alimentados por afluentes de baja consideración. Todas estas corrientes son de carácter intermitente, de bajo caudal y presentan un patrón de drenaje de tipo dentrítico. Estos arroyos se fusionan en la zona urbana y forman un sólo cauce denominado Arroyo Peña Gorda y posteriormente Arroyo Xochitlán, para desembocar en el Río San Javier, hasta el Río de los Remedios. CLIMATOLOGÍA Por su origen volcánico extrusivo, los suelos son poco profundos compuestos por andesitas, arenisca y brecha volcánica, con diversos grados de intemperismo y material aluvial, cuya permeabilidad va de moderada a rápida; predomina el tipo Feozem Háplico, que se localiza en lomeríos con declives de moderados a suaves, es de color oscuro y rico en materia orgánica y nutrientes. En menor proporción, en zonas escarpadas o con pendientes mayores a 50°, se encuentran los litosoles o suelos de piedra, constituidos por andesitas, tepetate o caliche duro, poco profundos y bien drenados. El piedemonte es la superficie de inclinación menor de 8°, que constituye la base de la sierra, casi en su totalidad de material volcánico, lo que es común para estratovolcanes. Se formó por derrames de lava y materiales de caída, como pómez y piroclastos. En menor proporción hay depósitos exógenos: de ladera, fluviales e Según la clasificación climática de Köppen, modificada por E. García (1968), el clima en la zona es C(Wo)(w)(i´), templado subhúmedo con lluvias en verano; la precipitación media anual alcanza los 627 mm, siendo enero el mes más seco, con 30 mm y julio el mes más húmedo, la temperatura media anual es de 16.7°C, siendo enero el mes el más frío con 13.1oC y junio el más cálido con 18.8°C. Los vientos dominantes provienen del NW y NE, entre septiembre y diciembre y febrero a marzo con una velocidad máxima de 11 km/hr, además de la presencia de vientos alisios provenientes del NW y vientos locales denominados brisas montaña-valle. La oscilación térmica entre los valores extremos promedios fluctúa alrededor de los 24°C mientras que para las temperaturas medias mensuales, tan solo es de 5.5°C en promedio anual, lo que se considera como poca oscilación. 5 Las temperaturas máximas y mínimas absolutas registradas en la zona, varían de 32 a 37°C durante la temporada más cálida entre los meses de abril a mayo y de -1.0 a 11.5°C que se llegan a observar entre enero y febrero respectivamente. VEGETACIÓN El crecimiento urbano ha generado un grave deterioro sobre tres de los componentes principales del equilibrio ambiental del área: el suelo, la vegetación y el agua. A lo anterior se suma particularmente la carencia de recarga de los mantos acuíferos. Específicamente en las porciones altas de los piedemontes, la carencia de vegetación natural en las áreas cuyos suelos son vulnerables a los procesos de escurrimiento laminar y concentrado ha generado erosión hídrica que se ha manifestado por la presencia de erosión acelerada de suelos agrícolas y formación de cárcavas (Lugo y Salinas, 1996). Actualmente, la vegetación de la Sierra de Guadalupe esta caracterizada principalmente por una comunidad arbórea basada en plantaciones, con eucalipto Eucalyptus sp; casuarina Casuarina equisetifolia; cedro blanco Cupressus lindleyi; ciprés panteonero Cupressus sempervirens y diversas especies de pinos, entre las que se encuentran el Pinus cembroides, P. montezumae, P. patula y P. radiata (Bopp, 1955; Rzedowski y Rzedowski, 1979; Vela y Flores 2000). En la Sierra de Guadalupe, las mayores superficies están ocupadas por pastizales inducidos, matorrales y áreas con bosquetes plantados, teniendo menos cobertura los bosques naturales de encino y las nopaleras, fenómeno indicador de que las formaciones de vegetación primaria se han reducido sensiblemente dando lugar a asociaciones vegetales derivadas de las perturbaciones y la introducción de especies exóticas, mediante plantaciones forestales con fines de restauración y conservación. Los sembradíos de maíz han influido mucho en el cambio fisonómico de la Sierra, al igual que el pastoreo excesivo, ya que ha exterminado plantas o facilitado el crecimiento de otras, particularmente de las gramíneas, mismas que se han establecido en pequeñas planicies o pendientes poco pronunciadas, donde cubren el suelo totalmente. Un ejemplo de estas lo integran el Cynodon dactylon, Bouteloa bromoides Muhlenbergia alamosae y M. elata, Chloris virgata, Triodia atenacea, Hordem vulgare y Avena fatua entre otras (Bopp, 1955). En la Sierra el Schinus molle o pirul es muy frecuente, tanto así que se le puede considerar como una especie subdominante en algunas zonas, particularmente se encuentra formando parte de algunas cercas de piedra y/o linderos de parcelas agrícolas, al igual que diversas especies de Agaves sp (Bopp, 1955) La vegetación nativa del parque ha desaparecido casi en su totalidad pero aún existen algunos ejemplares de encinos como Quercus rugosa, Q. deserticola; palo dulce o palo cuate Eysenhardtia polystachya; cuajilote amarillo Bursera sp; casahuate Ipomea sp; mezquite Prosopis juliflora; huizache Acacia farnesiana; sangregado o torote Jatropha spathulata; tepozán Buddleia americana; palo de muerto Ipomea murucoides, yerba del negro Gaudichaudia cynanchoides, chilillo Poligonum glabrum, cholla Puntia cholla; biznaga Mammilaria sp; nopales como Opuntia streptacantha, O. lasiacantha y O. imbricata; yuca Yucca filifera; y membrillo cimarrón Cotoneaster sp (Bopp, 1955; Vargas, 1982; Vela y Flores 2000). 6 Relación entre la longitud y pendiente, Coeficiente Lalt, Sierra de Guadalupe Cedillo y Rivas INVENTARIO DE BARRANCAS EN LA SIERRA DE GUADALUPE (D. F.) Las Áreas Naturales Protegidas “Sierra de Guadalupe” y “La Armella”, que constituyen la Sierra de Guadalupe en el Distrito Federal, se encuentran inmersas en el Norte de la Delegación Gustavo A Madero, en donde el desarrollo urbano de las zonas de Cuautepec barrio bajo y Cuautepec barrio alto, se encuentran colindando con estas áreas y en muchos casos dentro de las mismas. Es por esto que el inventario de barrancas solamente incluye a las que se encuentran en estas áreas naturales protegidas y no se incluye la parte urbana. El trabajo para elaborar este inventario se hizo con recorridos de campo, en donde se recorrió cada barranca y se tomaron los datos que las caracterizaban. Se identificaron 14 barrancas que se muestran en la siguiente imagen satelital en escala 1:12000, obtenida del Simulador de Flujos de Agua de Cuencas Hidrográficas de INEGI, Figura 1 2 1 3 6 7 8 5 4 9 10 11 14 12 13 Figura 1.- Ubicación de las principales barrancas en la Sierra de Guadalupe, D. F. Las coordenadas geográficas de las barrancas en la Sierra de Guadalupe, D. F. se citan en el CUADRO1, en donde también se señalan las altitudes máximas y mínimas de las mismas. CUADRO 1.- COORDENADAS GEOGRÁFICAS DE LAS BARRANCAS EN LA SIERRA DE GUADALUPE, D. F COORDENADAS ALTITUD MÁXIMA COORDENADAS ALTITUD MÍNIMA BARRANCA LATITUD LONGITUD LATITUD LONGITUD 1 19°35'25.38'' 99°07'09.32'' 19°34'27.95'' 99°07'36.70'' 2 19°35'30.54'' 99°07'23.19'' 19°34'27.95'' 99°07'36.70'' 3 19°34'27.95'' 99°07'36.70'' 19°35'03.04'' 99°07'32.34'' 4 19°35'03.04'' 99°07'32.34'' 19°34'45.68'' 99°07'48.08'' 5 19°35'09.53'' 99°07'07.12'' 19°35'03.04'' 99°07'32.34'' 6 19°35'11.63'' 99°07'42.83'' 19°35'03.04'' 99°07'32.34'' 7 19°35'08.04'' 99°07'55.60'' 19°34'45.68'' 99°07'48.08'' 8 19°34'54.70'' 99°08'09.92'' 19°34'41.50'' 99°07'57.55'' 9 19°34'54.19'' 99°07'19.80'' 19°34'27.95'' 99°07'36.70'' 10 19°34'23.85'' 99°07'22.71'' 19°34'27.95'' 99°07'36.70'' 11 19°34'27.95'' 99°07'36.70'' 19°33'51.37'' 99°07'22.96'' 12 19°33'49.06'' 99°06'34.50'' 19°33'48.55'' 99°07'12.15'' 13 19°33'28.67'' 99°06'52.16'' 19°33'48.55'' 99°07'12.15'' 14 19°34'27.95'' 99°07'36.70'' 19°33'39.82'' 99°07'43.49'' Las características en longitud y altitudes de las barrancas en la Sierra de Guadalupe, D. F, muestran una gran variación, lo que hace adoptar una estrategia diferente para el estudio de cada una de ellas. Por otra parte el área de captación de agua de lluvia para cada una de las barrancas permite determinar cuales se encuentran en una mayor situación de peligrosidad para las partes bajas de la Sierra. 7 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 LONGITUD… LONGITUD (METROS) ALTITUD MÍNIMA (msnm) 2000 1800 1600 1400 1200 1000 800 600 400 200 0 ALTITUD MAXIMA (msnm) LONGITUD DE LAS BARRANCAS EN EL ANP SIERRA DE GUADALUPE (METROS) CUADRO 2.-. LONGITUD Y DIFERENCIA DE ALTITUDES EN LAS BARRANCAS DE LA SIERRA DE GUADALUPE, D. F. BARRANCA La longitud de las barrancas es variable y no tienen correlación con la altitud (-0.04833807), de tal manera que la barranca 11 es la de mayor longitud con 1769.92 metros y la de menos longitud es la barranca 2 con 428.18 metros, siendo el promedio de longitud en todas ellas de 806.86 metros, como se muestra en la Gráfica 1. 1 621.29 2931 2644 287 2 428.18 2859 2644 215 3 758.73 2644 2482 162 4 512.85 2482 2426 56 5 1004.97 2752 2488 264 6 547.75 2592 2488 104 7 748.52 2594 2426 168 8 533.19 2566 2425 141 9 850.16 2633 2424 209 10 447.55 2488 2424 64 11 1769.92 2580 2496 84 DIFERENCIA DE ALTITUDES (metros) 12 1240.25 2617 2401 216 Gráfica 1.- Longitud de las barrancas en la 13 758.89 2564 2401 163 Sierra de Guadalupe, D. F. 14 1073.87 2401 2359 42 Las características en longitud y diferencia de altitudes de las barrancas en la Sierra de Guadalupe, D. F, se muestran en el Cuadro 2, en donde notamos diferencias de altitud que van desde los 42 metros en la barranca 14, hasta 287 metros como en la barranca 1, a pesar de que la longitud de la barranca 14 es de 1073 metros contra los 621 metros de la barranca 1. La longitud promedio de las 14 barrancas es de 806 metros, mientras que la diferencia de altitudes promedio es de 155 metros. Con respecto al área de captación de agua de lluvia en la Sierra de Guadalupe, en el D. F., notamos diferencias de acuerdo a cada una de las barrancas, como se aprecia en la Gráfica 2. ÁREA DE CAPTACIÓN DE AGUA DE LLUVIA EN LAS BARRANCAS EN EL ANP SIERRA DE GUADALUPE (METROS CUADRADOS) 700,000 600,000 500,000 400,000 300,000 200,000 100,000 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 ÁREA (METROS CUADRADOS) Gráfica 3.- Área de captación de agua de lluvia en las barrancas en la Sierra de Guadalupe, D. F. La correlación que se presenta entre la longitud de las barrancas y el área de captación de agua 8 Relación entre la longitud y pendiente, Coeficiente Lalt, Sierra de Guadalupe de lluvia es de 0.824, de tal manera que 13 de las 14 barrancas presentan una relación directa entre la longitud y el área de captación de agua de lluvia, excepto la barranca 14 que tiene una de las mayores longitudes y de las menores áreas de captación (CUADRO 3). Este coeficiente Lalt nos permite evaluar la velocidad de los escurrimientos en estas barrancas y sus posibles impactos en las partes bajas de la Sierra de Guadalupe. (Gráfica 5). Lalt = Diferencia de altitudes máxima y mínima / longitud CUADRO 3.-. LONGITUD Y ÁREA DE CAPTACIÓN DE AGUA DE LLUVIA EN LAS BARRANCAS DE LA SIERRA DE GUADALUPE, D. F. BARRANCA 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 LONGITUD (METROS) 621.29 428.18 758.73 512.85 1004.97 547.75 748.52 533.19 850.16 447.55 1769.92 1240.25 758.89 1073.87 ÁREA DE CAPTACIÓN DE AGUA DE LLUVIA (METROS CUADRADOS) 114,421.82 81,700.21 147,385.69 104,431.61 355,263.74 195,688.00 242,463.33 167,827.61 230,122.67 100,113.89 589,937.47 397,925.34 387,406.11 107,355.90 La diferencia de altitudes que se presentan en estas 14 barrancas es variable (Gráfica 4), de tal forma que se propone analizarlas mediante el coeficiente de relación entre longitud y diferencia de altitudes máxima y mínima (Lalt), propuesto para este trabajo, en donde se define como la relación entre la diferencia de altitudes con respecto a la longitud de la barranca estudiada. 400 DIFERENCIA DE ALTITUDES DE LAS BARRANCAS EN EL ANP SIERRA DE GUADALUPE (metros) Cedillo y Rivas COEFICIENTE DE RELACIÓN ENTRE LA LONGITUD Y DIFERENCIA DE ALTITUDES EN LAS BARRANCAS DE LA SIERRA DE GUADALUPE, D. F. 0.6 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 Gráfica 5.-Coeficiente de relación entre la longitud y diferencia de altitudes en las 14 barrancas de la Sierra de Guadalupe, D. F. De manera detallada en al Cuadro 4, observamos los diferentes valores del Coeficiente Lalt en las 14 barrancas, notando que las barranca 1 y 2 presentan los valores más altos, clasificándolas como las que presentan mayor velocidad en sus escurrimientos. Las obras que se recomiendan en este trabajo en las barrancas 1 y 2 deben tener como objetivo fundamental el de reducir estas velocidades. En cambio en las barrancas 3, 5, 7, 8, 9 y 13 presentan velocidades medias en los escurrimientos y por la tanto las obras que se recomiendan son de triple propósito, tanto para disminuir velocidades de escurrimientos, propiciar infiltraciones y para almacenamientos de agua en volúmenes seguros y controlables. Por último, las barrancas 4, 6, 10 y 12 presentan las menores velocidades en sus escurrimientos y las obras que se recomiendan son principalmente para almacenamiento y filtración de agua al subsuelo. 300 Las barrancas 11 y 14 presentan un valor bajo en el coeficiente Lalt y requieren ser estudiadas más detalladamente. 200 100 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 Gráfica 4.-Diferencia de altitudes en las 14 barrancas de la Sierra de Guadalupe, D. F. 9 CUADRO 4.- COEFICIENTE DE RELACIÓN LALT PARA LAS BARRANCAS DE LA SIERRA DE GUADALUPE, D. F. Las barrancas de poca pendiente son recomendadas para hacer obras que puedan almacenar e infiltrar agua de los escurrimientos. Las barrancas de moderada pendiente son recomendadas para hacer obras que permitan la infiltración y almacenamiento temporal del agua de los escurrimientos. BARRANCA COEFICIENTE DE RELACIÓN LONGITUD Y DIFERENCIA DE ALTITUDES (Lalt) 1 0.461942088 2 0.502125274 3 0.213514689 En las barrancas de alta pendiente se recomienda hacer obras que disminuyan la velocidad de los escurrimientos a las partes bajas. 4 0.109193721 5 0.262694409 6 0.18986764 7 0.224442901 8 0.26444607 9 0.245836078 10 0.143000782 11 0.047459772 12 0.174158436 13 0.214787387 14 0.039110879 En las barrancas de gran pendiente no se recomienda hacer obras, en todo caso debe aumentarse la cobertura vegetal en las laderas. Con respecto al Coeficiente Lalt de cada uno de los tramos de las 14 barrancas, se muestran en el Cuadro 5, en donde podemos establecer que cada barranca debe recibir un tratamiento diferente CONCLUSIONES En este Coeficiente Lalt observamos que los valores pueden ir de 0 a 1, pues en la relación Lalt = Diferencia de altitudes máxima y mínima / longitud, el valor de 0 se da cuando no hay diferencia de altitudes, mientras que el valor de 1 se da cuando la diferencia de altitudes es igual a la longitud de la barranca en estudio, lo que nos daría una pendiente de 45°. Ésta pendiente es la máxima permitida para hacer algún tipo de obra para el manejo de los escurrimientos, por arriba de 45° no es recomendable ningún tipo de obra por el gran riesgo que existe de colapso ante grandes escurrimientos. En las 14 barrancas de estudio, encontramos que los valores del Coeficiente Lalt van desde 0.039 hasta 0.502, lo que nos permite plantear los siguientes intervalos ante escurrimientos de agua. 0.01 a 0.19 0.20 a 0.39 0.40 a 0.59 Mayor de 0.60 poca pendiente moderada pendiente alta pendiente gran pendiente 10 Relación entre la longitud y pendiente, Coeficiente Lalt, Sierra de Guadalupe Cuadro 5.- COEFICIENTE DE RELACIÓN LALT PARA LOS TRAMOS DE LAS LA SIERRA DE GUADALUPE ALTITUD ALTITUD DIFERENCIA BARRANCA TRAMO LONGITUD MÁXIMA MÍNIMA DE ALTITUDES 1 A 166 2940 2830 110 B 262 2830 2690 140 C 191 2690 2630 60 2 A 154 2860 2734 126 B 157 2734 2650 84 C 153 2650 2615 35 3 A 363 2620 2550 70 B 156 2550 2520 30 C 234 2520 2488 32 4 A 483 2488 2433 55 5 A 215 2750 2650 100 B 165 2650 2600 50 C 167 2600 2576 24 D 342 2576 2509 67 E 181 2509 2470 39 6 A 173 2616 2555 61 B 198 2555 2510 45 C 168 2510 2486 24 7 A 368 2600 2465 135 B 374 2465 2420 45 8 A 158 2580 2525 55 B 261 2525 2448 77 C 152 2448 2420 28 9 A 186 2655 2610 45 B 152 2610 2570 40 C 219 2570 2508 62 D 331 2508 2430 78 E 168 2430 2420 10 10 A 170 2526 2516 10 B 160 2516 2500 16 C 150 2500 2433 67 11 A 372 2650 2545 105 B 244 2545 2500 45 C 200 2500 2485 15 D 188 2485 2460 25 E 151 2460 2445 15 F 159 2445 2435 10 G 184 2435 2405 30 H 254 2405 2356 49 12 A 261 2640 2532 108 B 344 2532 2486 46 C 204 2510 2445 65 D 167 2455 2420 35 E 152 2425 2418 7 F 153 2418 2380 38 13 A 333 2580 2473 107 B 430 2473 2405 68 14 A 319 2417 2360 57 B 384 2360 2330 30 C 397 2330 2309 21 Cedillo y Rivas 14 BARRANCAS EN Lalt 0.6626506 0.53435115 0.31413613 0.81818182 0.53503185 0.22875817 0.19283747 0.19230769 0.13675214 0.11387164 0.46511628 0.3030303 0.14371257 0.19590643 0.21546961 0.35260116 0.22727273 0.14285714 0.36684783 0.12032086 0.34810127 0.29501916 0.18421053 0.24193548 0.26315789 0.28310502 0.23564955 0.05952381 0.05882353 0.1 0.44666667 0.28225806 0.18442623 0.075 0.13297872 0.09933775 0.06289308 0.16304348 0.19291339 0.4137931 0.13372093 0.31862745 0.20958084 0.04605263 0.24836601 0.32132132 0.15813953 0.17868339 0.078125 0.05289673 11 BIBLIOGRAFÍA Bopp, O. 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