Después del primer cigarro, ¿qué?

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OPINIÓN
MARTES
31 DE MAYO DE 2016
juventud rebelde
FRENTE
AL ESPEJO
Después del primer cigarro, ¿qué?
por ANA MARÍA DOMÍNGUEZ CRUZ
[email protected]
A propósito de este 31 de mayo,
Día Mundial de la Lucha contra el
Tabaquismo, me convierto en una
ciberpolilla con el afán de encontrar en Internet información novedosa y numéricamente argumentada en relación con este mal hábito,
sus costos sociales y económicos,
y las iniciativas que se despliegan
en el mundo para contrarrestar su
nocividad en la salud de fumadores y no fumadores.
Ansío sorprenderme con el
hallazgo de alguna noticia en la
que se anuncie la aprobación de
una ley antitabaco en Cuba, normativa que espero se aplique con
rigor como no sucede actualmente
con los acuerdos adoptados sobre
el tema por el Consejo de Ministros, las regulaciones complementarias de la Ley 109, Código de Seguridad Vial, y las resoluciones de
los ministerios de Salud Pública,
Educación, Comercio Exterior e
Inversión Extranjera; Industria Básica; Transporte, Cultura, y el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, documentos que en cada uno de los sectores prohíben el acto de fumar en
determinadas circunstancias.
Frustrada mi búsqueda en lo
concerniente a nuestro país, encuentro entonces una vez más los
llamamientos mundiales a instar a
los fumadores a que saquen sus
cuentas para que abandonen un
vicio que les «chupa» el bolsillo y
que reflexionen en torno a los gastos ocasionados a los gobiernos.
De hecho, los ingresos a instituciones hospitalarias por enfermedades asociadas al tabaquismo son
cada vez más crecientes.
En mis constantes clics en
hipervínculos que despiertan mi
atención, llego a leer que la Organización Mundial de la Salud y la
Secretaría del Convenio Marco de
esta organización para el Control
del Tabaco convocan en este año a
todas las naciones a alistarse para
el empaquetado neutro de los productos de tabaco.
Plantean que esta es una
importante medida de reducción
de la demanda, pues disminuye el
atractivo visual de estos productos, restringe el uso de los paquetes como soportes para publicitar
y promover el cigarrillo, limita el etiquetado engañoso y aumenta la
eficacia de las advertencias sanitarias.
Algo similar tenemos ya en
Cuba, pues podemos leer mensajes de promoción de salud en
las caras de las cajetillas. Sin
embargo, ello no reduce su compraventa, ni siquiera ahora que
aumentaron los precios de los
cigarrillos, en las tiendas recaudadoras de divisa.
Si de reducir el atractivo de los
productos del tabaco se trata,
¿cómo pudiéramos triunfar en
esa batalla en nuestro país, si las
reflexiones sobre las consecuencias negativas del hábito de fumar
se circunscriben, la mayoría de las
veces, al día de hoy.
Persisten incongruencias… Se
expenden cajetillas de cigarros en
los servicentros Cupet, cuando
una imprudencia minúscula pudiera ocasionar un incendio de grandes dimensiones. He visto a algunos dependientes de cafeterías
y puntos de venta no tomar en
cuenta la minoría de edad del comprador, quien en no pocos casos
pide también unas cuantas cervezas o una botella de ron, «para el
fiestón que vamos a tener ahora».
Si sigo enumerando, no faltan
quienes conciben en el discurso
visual de un videoclip, un teleplay,
una telenovela o una obra de teatro personajes que, cigarro en
mano, denotan sensualidad y erotismo en sus maneras, en su gestualidad en escena.
¿Cómo lograr, entonces, que el
mal hábito no se enraíce en los
menores? Si aquel ve al padre o a
la madre fumar en cualquier lugar,
lanzar el cabo en las esquinas y de
inmediato tener el otro a la mano,
o si es precisamente el padre o la
madre quien le pide que le busque
una cajetilla en la bodega o en la
casa de la esquina.
¿Cuántas veces un maestro
aprovecha oportunidades en el
horario escolar o en actividades
extracurriculares para hablarles a
sus alumnos del tema, invitarles a
escuchar el testimonio de quien
dejó de fumar y hoy se siente bien
de salud o simplemente pedirles
que escriban lo que saben y piensan al respecto para propiciar el
debate? Puede que también el propio maestro fume y, entonces,
¿con qué ejemplo predicaría?
Un adolescente que crece en
una casa donde no existen ceniceros tiene pocas probabilidades de
iniciarse en el consumo de esta
droga (porque el tabaquismo es
una adicción como otras), pero aun
así no estaría de más que sus
familiares le «inyectaran» la información necesaria sobre el vicio
para lograr en él el autoconvencimiento que le permita permanecer
inmune ante cualquier invitación a
fumar de un amigo, una novia, un
colega.
Al final del rastreo digital me
resisto a pensar que iniciativas globales como la de promover hoy 24
horas sin fumar surtan efecto.
¿Cuántas personas responderán a
ella y cuántas superarán el lapso
de tiempo pedido?
¿Qué hace falta entonces? Dignos ejemplos de imitar, cero doble
discurso, más ingenio al servicio
de lo que no puede convertirse en
un sermón, pues será ignorado
con certeza… Hace falta tener
delante la verdad de alguien que
sucumbió ante esta adicción para
estar seguros de que no queremos
tener el mismo destino.
Pensemos más y mejor en lo
que podemos hacer para evitar
que se multiplique el número de
personas que no imagina qué
será de su vida justo después de
colocar el primer cigarro en sus
labios.
YOERKY SÁNCHEZ CUELLAR
[email protected]
Un hombre
verdaderamente
increíble
«EUSEBIO Leal es un patriota de la
dimensión de aquellos que aparecen en los libros de historia y que
trascienden a su tiempo (La voluntad de prevalecer, Mario Cremata
Ferrán, 29 de mayo). Creo firmemente que es una de las personas que hacen que me sienta
orgulloso de ser cubano». (Dwdm)
«Este es un hombre verdaderamente increíble. Es casi una enciclopedia andante a la que todo el
tiempo quieres poder acceder. Creo
que el título de Historiador de la
Ciudad le queda pequeño, cuando
es un hombre que conoce de la historia de toda Cuba: de los hombres
que hicieron por Cuba, de los lugares donde se hizo por Cuba, de
toda nuestra riquísima historia. Él
es la historia hecha persona. Mis
respetos para él». (Anáili)
«Eusebio es leal a todo lo que significa la conservación de la historia
de nuestro país, no solo es preocupado por La Habana Vieja, sino que
vive en sistemática preocupación
por el cuidado del patrimonio nacional. Hombre afable, educado; quienes tropezamos con él al caminar
por nuestra ciudad, sentimos al amigo, al maestro. Solo le pido que cuide de su salud, que no abuse de largas caminatas y se proteja del sol.
Nosotros los habaneros, somos
también leal a usted». (LP)
ACUSE
DE RECIBO
JOSÉ ALEJANDRO RODRÍGUEZ
[email protected]
NEREIDA Argudín Landa (calle 92-C, No. 6121,
entre 61 y 63, Pogolotti, Marianao, La
Habana) sigue aguardando por que la
Empresa de Gas Manufacturado le haga
justicia y se pregunta si es una verdadera clienta de esa entidad, con todo lo que
debía representar, o un destino inseguro
para aquella.
Cuenta la lectora que desde julio de
2015 hasta mayo del presente año ningún
cobrador de esa empresa ha visitado su
vivienda para leer el reloj contador del gas y
verificar el consumo que ha tenido en cada
mes, ni para entregar el aviso de pago.
Por tal motivo, desde julio hasta diciembre de 2015 ella estuvo sin pagar el consumo de gas manufacturado, porque sencillamente no fueron a cobrárselo. Pero en ese
mes de diciembre se personó una cobradora
con un aviso de cobro por valor de 52,80
pesos. Y le explicó que era el consumo de
cinco meses, de julio a noviembre.
En la misma factura, aparecía escrito a
mano un importe adicional de 10,56 pesos
¿Hasta cuándo?
que, según la cobradora, correspondía a
diciembre de 2015.
Nereida le preguntó de dónde había sacado dicho consumo, pues en su casa no se
había personado ningún cobrador en todos
esos meses a leer el reloj contador. Y la
empleada le respondió que se calculaba por
un promedio histórico del último mes que
había pagado.
La clienta no estuvo de acuerdo, y en ese
momento no liquidó el importe. Estaba muy
molesta. Y el 3 de mayo de 2016 pagó parte de la deuda: los 52,80 pesos correspondientes al período comprendido desde julio
hasta noviembre de 2015. Y ya el 30 de abril
le habían dejado en el portal de su casa otro
aviso de pago por 84,48 pesos, que incluía
el importe de los seis meses atrasados,
más el importe de enero y febrero de 2016,
cuando tampoco ningún cobrador se personó en su vivienda para leer el reloj.
«Por todo lo antes expuesto, señala,
mi reloj no se ha leído desde julio de
2015 hasta mayo del 2016. Y me están
DIRECTORA: Marina Menéndez Quintero
SUBDIRECTORES EDITORIALES: Herminio Camacho
DIARIO DE LA JUVENTUD CUBANA
Fundado por Fidel el 21 de octubre de 1965
Eiranova, Ricardo Ronquillo Bello y Yailin Orta Rivera
Yurisander Guevara
Zaila
SUBDIRECTOR DE DESARROLLO:
cobrando un importe de un consumo que
no es real».
El 13 de mayo, Nereida preguntó al jefe
comercial el porqué hacía un año no le leían
el reloj contador. Y este le respondió que en
esa ruta no había personal. «No entiendo
cómo es posible que desde hace un año no
han podido buscar a una persona para que
realice ese trabajo», manifiesta la clienta.
Al preguntarle por qué no se habían entregado los avisos de pago o facturas desde junio
de 2015 hasta mayo de 2016, el funcionario
contestó que entre julio y diciembre de 2015
no tenían papel para imprimir la factura. «¿Por
qué, entonces, de enero a esta fecha tampoco me han entregado los avisos de pago de
enero, febrero, marzo, abril y mayo de 2016?»,
cuestiona en su carta Nereida.
Y en su conversación entonces con el
comercial, le hizo también la pregunta más
importante: «¿Por qué el cliente es quien tiene
que pagar la culpa de los problemas que tienen en la oficina?». Y no obtuvo respuesta.
Nereida solicitó un inspector para que
SUBDIRECTOR ADMINISTRATIVO:
Enrique Saínz Alonso
REDACCIÓN: Territorial y General Suárez,
Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba.
APARTADO: 6344
viniera a la casa y verificara si el reloj funciona o no. Y le llenaron un documento, del cual
no le dieron copia. Le pidieron el número de
su teléfono y le explicaron que debía esperar
la llamada del inspector.
El 20 de mayo, ella fue de nuevo a la oficina comercial, pagó diciembre de 2015 y
preguntó cuánto tiempo demoraba en pasar
el inspector por la casa. Le respondieron que
estaba de vacaciones y se había incorporado
el día anterior. Que en esos días la llamaría,
que no se preocupara.
El 26 de mayo pasó un empleado cobrando el consumo de los meses de enero,
febrero y marzo. Y tampoco había leído el
reloj contador.
Con razón, Nereida cuestiona: «¿Hasta
cuándo voy a tener que pagar un importe de
10,56 pesos que no es real, porque la oficina comercial no manda a un compañero
mensualmente a leer el reloj de mi vivienda,
como es lo lógico? ¿Cuánto tiempo más tengo que esperar por que vaya un inspector a
verificar si mi reloj funciona o no?».
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