Los archivos en el regimen franquista. La memoria historica de una

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LOS ARCHIVOS EN EL RÉGIMEN FRANQUISTA. LA MEMORIA HISTÓRICA
DE UNA ETAPA POLÍTICA
ARCHIVES IN THE FRANCOIST REGIME. THE HISTORICAL MEMORY OF
A POLITICAL AGE
Mariona Corominas Noguera∗
(Archiveros Sin Fronteras)
[email protected]
Resumen
El artículo resume las actuaciones en política de archivos que impulsó el gobierno franquista durante los casi cuarenta años de dictadura militar. Como resultado del desinterés que mostraron los responsables políticos y la falta
de inversión pública hacia los centros archivísticos durante tantas décadas, los ciudadanos y el gobierno de la transición política heredaron durante la etapa democrática un legado desolador. El debate que surgió en la sociedad
española en la etapa de la transición y la decisión política de impulsar una acción de gobierno del olvido de la historia del pasado conllevó a que muchos ciudadanos tuvieran que recorrer un periplo para encontrar en los archivos
los testimonios o las pruebas documentales que demostraban que fueron víctimas de la represión franquista. Los
muy afortunados encontraron respuesta a sus peticiones, pero en muchísimos otros casos no tuvieron tanta suerte. Si los gobiernos de la etapa democrática hubieran apostado por una política de reconocer a las víctimas de la
represión franquista sus derechos como ciudadanos, hubieran favorecido la búsqueda de la verdad sobre los hechos ocurridos e impulsado la restitución de la dignidad de los afectados, seguramente hubiera invertido en los
centros de archivo del país, con más recursos económicos y más personal fundamentalmente, con el fin de organizar y tratar archivísticamente los fondos documentales que allí se custodian y poner la información al servicio de
los ciudadanos. Los archivos son centros donde se custodia la documentación de las instituciones públicas y a su
vez, son el reflejo documental de las actividades que han desarrollado los organismos públicos en su acción hacia
la ciudadanía, por lo que conservan las pruebas documentales de la identidad de las personas, los bienes patrimoniales y, en general, las actividades públicas que han desarrollado los ciudadanos. Los archivos son la memoria
histórica de la ciudadanía y así mismo son la garantía de sus derechos.
Palabras clave: España, archivos, política de archivos, memoria histórica, fascismo, guerra civil, derechos humanos.
Abstract
The article summarizes the performances that the Franco government in relation to the policy of archives impelled
during almost the forty years of military dictatorship. As a result of the lack of interest which showed their political
people in charge and the lack of public investment towards the archivist centers during so many decades, meant
that the government of the political transition and those of the later democratic stage they inherited a devastating
legacy. The debate that arose in the Spanish society during the stage from the transition and the political decision
to impel a government forgetfulness action of the past history entailed that many citizens had to cross a long way to
find in the archives the testimonies or the documentary evidences that showed the Franco repression they had
suffered. The very lucky ones found answer to their requests, but in very many other cases they did not have as
much luck. If the governments of the democratic stage had bet a policy to recognize the victims of the Franco repression their rights as citizens, the search of the truth on the happened facts and the restitution of their dignity,
surely they would have invested in the centers of the country’s archives with more economic resources and of fundamentally personnel, with the purpose of organizing the documentary assets that are kept there and enabling the
information at the service of the citizens. The archives are centers where the documentation of the public institutions is kept and are the documentary reflection of the activities that the public institutions have carried out in their
action towards the citizenship, by which they keeps the documentary evidences of the people’s identity, properties
inherited from parents an in general, the public activities that the citizens have developed. The archives are the historical memory of the citizenship and at the same time of the guarantee their rights.
Keywords: Spain, archives, archival policy, historical memory, fascism, civil war, human rights.
* Presidenta de Archiveros Sin Fronteras [http://www.arxivers.org].
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«Todo individuo tiene derecho a una identidad, y por consiguiente, derecho a tener acceso a su patrimonio documental, lo que comprende
saber que éste existe y donde se encuentra»1.
L
a sociedad concibe los archivos como centros donde se custodia el patrimonio documental
de los organismos públicos y privados que por su interés histórico es necesario conservar.
Su finalidad está estrechamente vinculada a su uso al ser los documentos los testimonios
documentales de las acciones realizadas por las administraciones a lo largo de los años,
constituyendo así la memoria histórica de la sociedad. En este sentido, los documentos originales de los archivos pueden ser utilizados como pruebas documentales ante cualquier administración pública del estado y así mismo ante el poder judicial, razón por la cual se puede
afirmar que los archivos defienden los intereses de los ciudadanos y les dan la garantía y el
respeto de sus derechos.
A lo largo de centenares de años los archivos han ocupado un lugar importante en la
historia de nuestro país al conservar y atesorar una riqueza documental que ha permitido el
estudio y la investigación de nuestra historia. Pero sí analizamos un poco más minuciosamente la evolución de los archivos en el curso del tiempo y le aplicamos una visión actual, podemos apuntar que la ciencia archivística ha cumplido diferentes roles a lo largo de los años. A
grandes rasgos podríamos resaltar tres importantes funciones:
a. Los archivos al servicio de las administraciones públicas
b. Los archivos al servicio del estudio y la investigación histórica
c. Los archivos al servicio de la democracia
De forma preeminente los archivos siempre han estado al servicio de la actividad desarrollada por una persona pública o privada en el ejercicio de su actividad. Desde su creación ya fuera en la época de las cancillerías reales en la edad media, las instituciones de gobierno del Antiguo Régimen o los distintos gobiernos que se han sucedido a lo largo de estos
últimos siglos en la historia de España, los archivos siempre han conservado la documentación producida y recibida por las instituciones de gobierno con la función de dar testimonio de
las actividades y los acuerdos tomados en la gestión administrativa y por lo tanto siempre han
estado al servicio de las administraciones públicas2.
Así mismo durante las dos últimas centurias la sociedad se ha interesado por el estudio de nuestra historia e identidad y debido a ello los archivos fueron abiertos a la consulta de
los investigadores3. Hay que apuntar también que la política de las desamortizaciones de los
1 Programa “Memoria del Mundo. Directrices para la salvaguarda del patrimonio documental”, patrocinado por la UNESCO. División de la Sociedad de la Información. Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (CII-95/WS-11Rev ).
2 Los archivos no se pueden crear artificialmente, surgen de forma natural y espontánea como
resultado de las funciones y las actividades que realizan los organismos públicos, las entidades privadas o bien, en el caso de los archivos de particulares, son el fruto de las actividades que realizan los
ciudadanos. En este sentido los archivos de las instituciones públicas españolas se conforman por el
conjunto de documentos que han producido o recibido fruto de las actividades que han desarrollado a
lo largo de su gestión administrativa. Por lo tanto, antes que los archivos se conviertan en históricos tienen un rol a cumplir en las propias administraciones públicas como archivos administrativos. En los archivos sólo se conservan documentos originales y únicos, que a su vez constituyen las pruebas jurídicas o los testimonios de los actos o acciones que ha realizado una institución, puesto que cualquier decisión política o acto jurídico o administrativo que se realiza en una institución o entidad tiene su reflejo
documental. De esta manera los acuerdos, las normativas, las directrices, las instrucciones, los programas, los proyectos, los comunicados,.... conforman el archivo de una institución.
3 R.O. Circular de 20 de abril de 1844 en la que el Ministerio de Gobernación fija la entrada de
personas estudiosas en los archivos. CRUZ HERRANZ, L. M., “Panorama de los archivos españoles
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bienes de la iglesia y ordenes monásticas benefició el estudio y la investigación histórica al
poner a disposición de los investigadores el patrimonio documental; ello propició que se crearan los grandes archivos históricos de España con la finalidad de conservar la documentación
y facilitar su estudio4.
En el mismo marco y en estas últimas décadas la democracia ha establecido un régimen político basado en el estado de derecho que ha favorecido una mayor transparencia de
las administraciones públicas, al regularse el derecho constitucional de los ciudadanos a consultar los registros y archivos públicos. Es en esta reciente etapa que la archivística ha cambiado substancialmente y ha potenciado una nueva metodología más próxima a las necesidades de las administraciones públicas y de los ciudadanos. Los factores que han propiciado
este cambio han sido varios, entre ellos, el gran volumen de producción documental que generan las instituciones públicas, la complejidad de los procedimientos administrativos y, sobretodo, la necesidad de consultar la información que contienen los documentos de una forma
rápida y segura. La nueva concepción de la archivística actual trata la producción documental
de cada organismo público a partir de una visión única y global en la que el ciclo de vida es la
base de la organización de un Sistema de Gestión Documental. Solamente aplicando esta
metodología de trabajo los archivos pueden estar al servicio de la democracia o, lo que es lo
mismo, al servicio de las administraciones públicas, de los investigadores y de todos los ciudadanos en general.
Pero además de los roles clásicos que se acaban de reseñar, hay también otro aspecto a tener en consideración y que incide directamente en la política de archivos que aplicó el
régimen franquista. Los archivos conservan información muy valiosa, tanto como para que algunos gobiernos dictatoriales la utilicen en su beneficio. Y así fue en el régimen franquista.
Aquel gobierno, consciente de que la información era poder, se apoderó de los archivos de
muchas instituciones españolas con el objeto de utilizarla con un fin represivo. Pero este hecho conllevó muchas consecuencias, no sólo contra las libertades de los ciudadanos, sino
también una importante desorganización de los fondos documentales de los archivos españoles que aún hoy día estamos padeciendo.
Política de archivos en los procesos políticos de transición de gobiernos dictatoriales a
gobiernos democráticos. Algunos ejemplos
A lo largo de estas últimas décadas hemos podido contemplar como se han resuelto
bastantes procesos políticos de transición de regímenes dictatoriales a gobiernos democráticos, los cuales se han gestionado de una forma u otra atendiendo a las coyunturas políticas
de cada país. Pero en todos los casos los archivos han tenido un rol muy significativo puesto
que en ellos se conserva la memoria escrita de las acciones realizadas y los acuerdos y pactos políticos establecidos por los gobiernos.
En la actualidad podemos analizar algunas de las actuaciones que se han realizado en
distintos países. Así por ejemplo es emblemático el caso de Alemania5, que optó por una soludurante el siglo XIX y primer tercio del siglo XX” en GENERELO, J. J. & MORENO, A. (Coords.), Historia de los Archivos y la Archivística en España. Valladolid, Universidad de Valladolid, 1998.
4 En 1858 se crea el Archivo General Central situado en Alcalá de Henares y años más tarde, en
1866 el Archivo Histórico Nacional en Madrid. CRUZ HERRANZ, L. M., “Panorama de los archivos españoles durante el siglo XIX y primer tercio del siglo XX” en GENERELO, J. J. & MORENO, A. (Coords.), Historia de los….
5 En la República Democrática Alemana, tras la caída del muro de Berlín y la posterior reunificación, se abrieron a la consulta pública los archivos de la STASI (policía política de la antigua República
Democrática de Alemania), los cuales se conservaron casi en su totalidad gracias a que los responsables de la política archivística de la Alemania Federal actuaron muy rápidamente para proteger los más
de 200 kilómetros de documentación. El impacto de los ciudadanos hacia la apertura de los archivos
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ción de ruptura con el pasado y de pacto con la sociedad al decidir la apertura de sus archivos
y facilitar así toda la información sobre el régimen fascista a los ciudadanos. Pero en otros países los cambios de régimen se produjeron de forma muy distinta, por ejemplo en Rodesia6 el
gobierno destruyó durante los años 1979 y 1980 los documentos producidos por los cuatro organismos represivos más importantes de aquella etapa política. Asimismo en Grecia7, pusieron fin a la dictadura militar de los coroneles a partir de la incoación de procedimientos de
compensación a las víctimas y la exigencia de responsabilidades a partir de la documentación
de los órganos represivos, pero después de ello, el nuevo poder legislativo consideró que
para cerrar esta etapa de la historia era conveniente destruir los archivos y registros donde
aparecían los represaliados o desafectos al régimen. Debido a ello el patrimonio documental y
la memoria histórica de Grecia quedó mermada irreversiblemente.
En Sudamérica, en los países que padecieron las dictaduras militares del cono sur, en
el llamado “Operativo Cóndor”8, tampoco cerraron bien sus crisis, uno de los obstáculos fue
que en muchos casos los archivos gubernamentales o de sus centrales de inteligencia habían
desaparecido. Este fue el caso de Chile, donde fue necesario crear la Comisión de la Verdad
y la Reconciliación (1990) para reconstruir la historia del país; de este modo la participación
de miles de testimonios de víctimas y la ayuda de la historia oral pudo recomponer buena parte de la historia. Pero a veces las circunstancias cambian situaciones que parecen inamovibles, así por ejemplo, el hecho de que al cabo de los años se descubrieron algunos archivos
directamente relacionados con el poder de las dictaduras militares cambió sustancialmente la
situación de algunos países; este ha sido el caso de Paraguay9 y de Guatemala10, donde el
descubrimiento de los archivos de las policías militares posibilitó que los ciudadanos pudieran
conocer la verdad y reclamar justicia social ante los poderes del estado.
En todos los procesos de transición política procedentes de regímenes dictatoriales y
de conflictos bélicos o sociales, los archivos han tenido y tienen un papel preponderante. Tal
como se ha visto, en algunos casos la documentación se ha puesto a disposición de la ciudadanía y en cambio en otros no se ha favorecido su utilización, pero en todos los casos es imprescindible que durante y después de etapas políticas de dictaduras u otros conflictos se
conserve y proteja la documentación como un bien común11, tal y como se acordó en la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de conflicto Armado y reglamenfue tan grande que en pocos meses hubo más de trescientas mil solicitudes de acceso. Los archivos de
la STASI puestos al servicio de los nuevos representantes de la soberanía popular sirvieron para depurar la presencia de antiguos responsables de la represión en la nueva administración. FUGUERAS, A.
R. & CRUZ MUNDET, J. R., ¡Archívese! Los documentos del poder. El poder de los documentos. Madrid, Alianza, 1999, p. 61.
6 GONZALEZ QUINTANA, A., Los archivos de la seguridad del estado de los desaparecidos regímenes represivos. París, UNESCO, 1997 [http://www.unesco.org/webwold/ramp/security.htm/].
7 GONZALEZ QUINTANA, A., Los archivos de…, op.cit..
8 Para más información sobre los archivos del Operativo Cóndor, véase la publicación, JELIN, E.
& DA SILVA CATELA, L., Los archivos de la represión: documentos, memoria y verdad. Madrid, Siglo
XXI, 2002. Además desde Archiveros sin Fronteras se está realizando la elaboración del censo de los
archivos relacionados con el Operativo Cóndor; veáse la ponencia COROMINAS NOGUERA, M., Proyecto de recuperación de archivos y documentos de las dictaduras militares de Iberoamérica en
SEMINARIO: ARCHIVOS Y DERECHOS HUMANOS: LOS CENTROS DE LA MEMORIA. Cuenca, 10
al 14 de julio de 2006, que organizó la Subdirección General de Archivos del Ministerio de Cultura.
9 En diciembre del 1992, los jueces José Agustín Fernández y Luis María Benítez Riera descubrieron los archivos del terror (o del horror), en la ciudad de Lambaré, en Paraguay, que hoy día se custodian en el Centro de documentación y archivo para la defensa de los derechos humanos.
10 El Archivo Histórico de la Policía Nacional de Guatemala fue descubierto en 2005. En la actualidad se están organizando gracias a la voluntad de la Procuradoría de los Derechos humanos y la colaboración de varios paises y el asesoramiento de un Consejo Consultivo Internacional.
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to para la aplicación de la Convención (La Haya, 14 de mayo de 1954) y el Segundo protocolo
de la Convención de la Haya (1999) y otras disposiciones internacionales.
El Consejo Internacional de Archivos [ICA] se ha ocupado a lo largo de estas últimas
décadas de la protección del patrimonio documental en casos de conflictos armados. En el
marco de las normas internacionales que emanan de la UNESCO, especialmente las convenciones y recomendaciones aprobadas sobre los bienes culturales12, la comunidad archivística
internacional ha estudiado desde el ámbito profesional las repercusiones que conllevan estos
conflictos en los archivos. Como resultado ha aprobado en varias conferencias de la Mesa
Redonda de los Archivos13 distintas resoluciones dirigidas a sensibilizar a políticos y a la ciudadanía de la necesidad de proteger y conservar los archivos como bienes que forman parte
de la memoria histórica de la humanidad. Así mismo ha alertado a las instituciones internacionales, a los gobiernos y a los ciudadanos de los peligros que conlleva el hecho de que los archivos se conviertan en objetivos de guerra en caso de conflictos armados, conflictos étnicos
o sociales u otros casos de identidad nacional. Los archivos se han de proteger y conservar
para el bien común de la sociedad y, al margen de cualquier conflicto político o social, han de
estar al servicio de las administraciones y de los ciudadanos como pruebas o testimonios documentales de los actos jurídicos y de las acciones realizadas. Los documentos que se conservan en los archivos públicos son la garantía de los ciudadanos de sus derechos, son las
pruebas documentales de su identidad, de sus bienes patrimoniales y de las relaciones que
han mantenido con las administraciones de la comunidad a la que pertenecen.
Asimismo debido a la importancia de los archivos en los cambios de gobierno de regímenes dictatoriales hacia los de transición democrática, el Consejo Internacional de Archivos
encargó un informe a un grupo de archiveros, que coordinados por Antonio González Quintana, realizaron el estudio que lleva por título Los archivos de la represión en los procesos de
transición política: dimensión de un problema social que supera los limites de la archivística14.
En él se analizan las diferentes situaciones en que se encontraban los archivos de distintos
países, especialmente de África, América del sur y Europa, después de padecer gobiernos
militares durante los años 1974 a 1994. Entre las conclusiones de este informe destaca la necesidad de conservar los archivos de los órganos represivos de los gobiernos dictatoriales
con el objeto de facilitar los procesos de transición política y garantizar la restitución de los derechos individuales y colectivos de la ciudadanía15.
11 Son muchos los casos que se conocen de destrucción de documentos con el fin de eliminar la
memoria histórica de un pueblo, así sabemos que Hitler hizo destruir 10 Km de documentos del Archivo
Central de Documentos Antiguos de Varsovia. Asimismo hace pocas décadas pudimos ver como se
destruían muchos documentos de los archivos de Bosnia-Herzegovina (1991-1995) y posteriormente
los de Kosovo, donde el ejército serbio planificó además de la destrucción de las viviendas y propiedades de las familias, la eliminación de los archivos públicos con el fin de destruir cualquier prueba o testimonio de las propiedades de los kosovares y convertirles en apátridas, sin hogar y sin memoria. También en los últimos años hemos visto como se destruían con el mismo fin los archivos administrativos
de Ramala y Nablus en Palestina (2002).
12 Véase http://portal.unesco.org.
13 Especialmente las Mesas Redondas de Archivos celebradas en Tesalónica y en Washington.
CONFÉRENCE INTERNATIONALE DE LA TABLE RONDE DES ARCHIVES, “Interdépendence des Archives à l’Êre de l’Information”, XXX CITRA Tesalónica, 1994; CONFÉRENCE INTERNATIONALE DE
LA TABLE RONDE DES ARCHIVES, “Guerre, Archives et les Concert des Nations”, XXXI CITRA,
Washington, 1995.
14 GONZÁLEZ QUINTANA, A., Los archivos de la represión en los procesos de transición política: dimensión de un problema social que supera los límites de la archivística. Buenos Aires (Argentina),
1997 [http://www.comisionporlamemoria.org] [Nota del editor].
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Política de archivos durante el régimen franquista
El gobierno franquista no fue especialmente sensible con el patrimonio documental y la
organización de los archivos del país. Por aquel entonces la cultura archivística del país era
heredera de la tradición del s. XIX16 donde los archivos eran apreciados especialmente por su
valor cultural al servicio de la historia y de la construcción de la identidad nacional. Los archivos eran frecuentados por historiadores y otros eruditos que apreciaban el patrimonio documental y lo utilizaban como una fuente de información de primera magnitud para la investigación y el estudio de la historia. Así mismo los archiveros solían ser también historiadores que,
además de realizar las tareas propias de un centro de archivo, elaboraban sus propios trabajos de investigación sobre el patrimonio documental que custodiaban.
En cuanto a la organización y el funcionamiento de los archivos tuvo una gran importancia durante la primera mitad del s. XX el Reglamento de Régimen y Gobierno de los Archivos del Estado17, aprobado en 1901, puesto que fue la primera norma que regulaba de forma
detallada la organización de los centros, las funciones del personal y el tratamiento de los fondos documentales. Muchos años más tarde y ya en la época franquista, el gobierno aprobó el
Decreto de 24 de julio, de 1947, sobre Ordenación de los Archivos y Bibliotecas y del Tesoro
histórico-documental y bibliográfico18 que ordenaba la política archivística a partir de la creación de un incipiente sistema de archivos que se estructuraba con la creación de órganos rectores (dirección del sistema, órganos consultivos, técnicos, asesores y colaboradores) y la organización de los centros de archivo, entre otros. Estas dos normas, es decir, el Reglamento
de 1901, que no fue derogado por ninguna ley o decreto posterior, junto con el Decreto del
1947 fueron las bases en que se fundamentó la política de archivos durante la etapa franquista, la cual se complementó con otras normas de rango menor que a lo largo de los años se
15 En este informe se definen dos tipos de derechos: los individuales y los colectivos. Entre los
derechos individuales cabe señalar: el derecho a conocer el paradero de familiares desaparecidos en el
periodo represivo, el derecho al conocimiento de los datos existentes sobre cualquier persona en los
archivos represivos, el derecho a la investigación histórica y científica, el derecho a la amnistía para
presos y represaliados políticos, el derecho a la compensación y reparación de daños sufridos por las
víctimas de la represión y el derecho a la restitución de los bienes confiscados. Asimismo entre los derechos colectivos se relacionan: el derecho de los pueblos y naciones a elegir su propia transición política, el derecho a la integridad de la memoria escrita de los pueblos excluye la destrucción de los documentos de los archivos, el derecho a la verdad y el derecho a conocer a los responsables de crímenes
contra los derechos humanos.
16 La política de archivos que se impulsó a mitad del s. XIX tuvo una importante repercusión en
la organización de los archivos durante muchas décadas después. La Ley de Instrucción pública, de 9
de septiembre de 1857, conocida como “Ley Moyano” fue la norma que propició la organización de los
archivos y su desarrollo posterior a lo largo de los años siguientes. Esta norma fue la solución que propuso el gobierno al voluminoso desorden de los fondos documentales que existían en España debido,
en parte, a la desorganización que produjo la Guerra de la Independencia y también, las leyes de las
desamortizaciones del patrimonio de la Iglesia y ordenes monásticas, las cuales establecían que los
fondos documentales debían ingresarse en los archivos del Estado. Gracias a esta ley se estableció
una incipiente organización de un sistema de archivos del estado español en el que se crearon algunos
de los archivos más importantes del estado, además de la creación del cuerpo facultativo de archiveros, entre otros. También tuvo una importante repercusión la creación de la Escuela de Diplomática y
Paleografía (1856-1900), de un verdadero prestigio en el ámbito profesional y cultural del país, sobre
todo en las primeras décadas de su funcionamiento y a la cual se le ha de agradecer la formación de
un buen número de archiveros durante la segunda mitad de aquel siglo y primeras décadas del XX.
17 Reglamento para el Régimen y Gobierno de los Archivos del Estado, cuyo servicio está encomendado al Cuerpo facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. Gaceta de Madrid, nº 330,
26 noviembre de 1901, tomo IV, p. 823
18 Decreto de 24 de julio de 1947, sobre Ordenación de los Archivos y Bibliotecas y del Tesoro
histórico-documental y bibliográfico. BOE, nº 229, 17 agosto de 1947.
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fueron aprobando, como por ejemplo la creación de la Junta Técnica de Archivos, Bibliotecas
y Museos19.
Pero esta política de archivos no estuvo acompañada de los recursos necesarios para
impulsar un funcionamiento correcto, sino todo lo contrario. Durante toda la etapa franquista la
política de archivos que se fomentó fue una política de mínimos; a lo largo de los años las inversiones en los archivos fueron las mínimas para que se pudiera conservar el patrimonio documental del país (entendiendo conservar como un sinónimo de guardar la documentación en
grandes depósitos). En este sentido se continuó la política de creación de archivos históricos
provinciales que inició el gobierno de la República20 y años más tarde, en 1969, se creó el Archivo General de la Administración Civil21, dando así una solución de urgencia a los miles de
metros lineales de documentación que albergaban en aquellos momentos los distintos Ministerios del estado. Pero en ningún caso se potenció la inversión en personal técnico especializado, sobretodo en facultativos de archivo, y tampoco hubo presupuestos para administrar la
gestión corriente de los centros archivísticos. A lo largo de la etapa franquista los archivos
fueron gestionados con el personal mínimo para que funcionara un centro, pero en ningún
caso este personal era capaz de dar respuesta al tratamiento archivístico de multitud de fondos documentales que se conservaban en los centros al no disponer de los recursos adecuados. La falta de acción de gobierno en el ámbito de los archivos produjo una continua degradación del patrimonio documental de forma que al final de esta etapa había graves deficiencias en la organización y el funcionamiento de los centros archivísticos del país. Y esta herencia es la que ha determinado la política de archivos en la etapa de la transición política de la
democracia y de los gobiernos de estas últimas décadas.
Con el fin de valorar la evolución y el resultado de esta política de archivos caben señalar algunos elementos que han propiciado estas disfunciones y el déficit actual de los archivos del país:
Falta de acción de impulso del gobierno
En los primeros años de la etapa franquista se aprobó el Decreto de 24 de julio, de
1947, sobre Ordenación de los Archivos y Bibliotecas y del Tesoro histórico-documental y bibliográfico que conjuntamente con la herencia de normas reguladoras aprobadas en antaño
hubiera sido posible gestionar una política de archivos, pero la falta de acción de impulso del
gobierno y de planificación impidió que se sentaran las bases de una organización y un funcionamiento común para todos los archivos españoles. Esta falta de planificación supuso que
en muchos casos se tomaran decisiones sobre la custodia de fondos documentales procedentes de instituciones públicas o entidades totalmente aleatorias22.
19 El artículo 12.a del Decreto del 1947 establece como órgano asesor, consultivo, técnico o colaborador la Junta Técnica de Archivos, Bibliotecas y Museos, aunque este órgano ya había sido creado en el 1939 (Orden de 19 de septiembre de 1939, de creación de la Junta Técnica de Archivos, Bibliotecas y Museos. BOE, nº 265, 22 septiembre 1939).
20 Decreto disponiendo que los Protocolos de más de cien años de antigüedad queden incorporados al servicio del Cuerpo facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos para reorganizarlos
como Archivos históricos. Gaceta de Madrid, 13 noviembre de 1931.
1969.
21 Decreto de creación del Archivo General de la Administración Civil. BOE, nº 125, 26 mayo de
22 Véase el resultado de MINISTERIO DE PRESIDENCIA, “Informe sobre archivos”. Madrid,
2006 [http://www.mpr.es] en el que se citan varios fondos documentales que de una forma aleatoria se
conservan en distintos archivos (Real Decreto 1891/2004, de 10 de septiembre, por la que se crea la
Comisión Interministerial para el estudio de las víctimas de la guerra civil y del franquismo. BOE, nº
227, 20 septiembre del 2004).
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Política de dejación en los archivos históricos
El gobierno franquista impulsó una política para los grandes archivos históricos que
podríamos definirla como una política de mínimos, tanto en inversiones, como en recursos
económicos para la gestión de los centros como en personal. Aplicó una política de dejación,
aunque estos centros cumplieron con su función de custodia y atención a la consulta de la documentación, atendiendo a los investigadores y eruditos con los medios que tuvieron a su alcance. Los archivos se convirtieron en centros de cultura donde se propiciaba el estudio de la
historia del país sólo para los eruditos.
Política inexistente en los archivos administrativos
Tampoco tuvo interés el gobierno franquista en los archivos administrativos, aunque es
cierto que aprobó el Decreto del 1947 en el que se creaban y organizaban los archivos administrativos de los organismos públicos. Pero la realidad fue muy distinta, puesto que no se
hizo nada para que realmente pudieran organizarse y funcionar como un servicio útil a las
propias administraciones. La falta de sensibilidad de los políticos responsables y la inexistencia de recursos económicos y de personal cualificado propiciaron que a lo largo de los años
los archivos administrativos se convirtieran en meros depósitos donde se custodiaba la documentación, así como otros enseres y trastos viejos de las administraciones. Además no hay
que olvidar que estos depósitos se encontraban generalmente en muy malas condiciones, con
mucha humedad, polvo e incluso había algún que otro roedor o bicho. A todo ello hay que sumarle el hecho que, en muchas ocasiones, los archivos administrativos se convirtieron en el
lugar de castigo para aquel funcionario incómodo de las instituciones públicas al que se debía
apartar y aislarlo de los demás, a pesar que estos no tenían ningún tipo de formación especializada en archivística.
Desorden en los archivos como consecuencia de la guerra civil
Ya se ha comentado que la falta de concienciación de los responsables políticos sobre
la planificación e impulso de los archivos españoles supuso la dejadez del patrimonio documental español. Pero además de esta falta de sensibilidad hacia la documentación que conformaba la memoria histórica del país hay que añadirle un problema muy grave ocasionado
como consecuencia de la guerra civil española, que fue debido al desorden que produjo la incautación, la dispersión y la eliminación de algunos fondos documentales. Este caos del patrimonio documental nunca se planteó como un problema de primer orden en toda la etapa franquista (aunque tampoco en la etapa democrática) y tuvo unas consecuencias importantes
para la organización y el funcionamiento de los archivos y en consecuencia para la consulta
de la documentación.
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Falta de formación especializada en archivística
La falta de formación en archivística23 y la poca relación de los archiveros con el resto
de colegas de otros países propició que, en tanto en aquellos territorios la archivística iba evolucionando y adaptándose a las necesidades de la administración pública y de la sociedad, en
España el panorama archivístico continuó en la misma dirección de estancación durante toda
la etapa franquista. A ello hay que sumarle que tampoco se crearon muchas plazas de técnico
superior de archivos o del cuerpo facultativo de archiveros del estado, lo cual tampoco propició las condiciones idóneas para impulsar una formación especializada.
Falta de regulación específica para el acceso a la documentación
La falta de una norma general que posibilitara la consulta de la documentación dejó en
manos de los Reglamentos específicos de cada archivo la consulta de los fondos documentales. De esta manera la discrecionalidad de cada responsable de un centro posibilitaba o dificultaba la consulta de la documentación. Ciertamente el Decreto de 1947 regulaba la consulta
de los fondos documentales de los archivos y establecía como norma general el posible acceso a los documentos anteriores al siglo XX, es decir, casi de 50 años de antigüedad. Sin embargo esta regulación también estaba limitada por el mismo decreto que preveía la clasificación de la documentación en archivos públicos y privados y hacia una remisión a los reglamentos específicos de cada centro. Esta discrecionalidad en la consulta de los fondos documentales seguro que no favoreció a los investigadores.
Imagen de los ciudadanos hacia los archivos públicos
Como resultado de estas décadas de inexistencia de política de archivos en España y
de propiciar sólo una política de mínimos para conservar la documentación, la sociedad ha
concebido una imagen de los archivos como depósitos documentales repletos de papeles viejos, llenos de polvo y dirigidos por archiveros de avanzada edad con manguitos incluidos. Y
esta imagen es difícil de cambiar hoy día.
Repercusiones en los archivos derivadas de la guerra civil y el exilio
A la falta de una política de archivos durante el régimen franquista hay que sumarle las
consecuencias producidas por la guerra civil y la post-guerra, ya que incidieron directamente
en el funcionamiento de los archivos y en la conservación del patrimonio documental español.
Fundamentalmente fueron dos los factores que contribuyeron a la dispersión de los fondos
documentales:
1- La política de incautación de archivos que realizó el gobierno franquista durante y después de la contienda militar en las regiones que iba venciendo.
23 Desde que en 1900 se fusionó la Escuela Superior de Diplomática y Paleografía (creada en
1856) en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid, en España ha habido un vacío
muy importante en cuanto a la formación universitaria en archivística. Para suplir este vacío se creó la
Escuela Técnica de Archivos, Bibliotecas y Museos (véase Decreto del 1947) adscrita a la Universidad
de Madrid que formaría sólo a los archiveros que hubieran superado la oposición del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. Años más tarde, en 1964, se creó la Escuela de Documentalistas bajo la tutela de la Dirección General de Archivos y Bibliotecas y con sede en la Biblioteca
Nacional (Orden Ministerial de 23 de septiembre de 1964. Gaceta de Madrid, 13 octubre del 1964). El
problema de la falta de unos estudios universitarios especializados en archivística es uno de los graves
problemas que aún falta por solucionar en España.
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2- La retirada de las tropas republicanas y el exilio de sus dirigentes junto con la actividad
de los organismos y entidades que actuaron fuera de España.
a. La política de incautación de archivos: el Archivo de la Guerra Civil de Salamanca
La política de archivos durante la etapa franquista ha sido una etapa gris y oscura para
la archivística de este país. Si bien a lo largo de los años aquel gobierno ignoró a los archivos
históricos dejándolos con los recursos mínimos para que no tuvieran que cerrar, a su vez el
mismo gobierno tuvo un interés muy claro y decidido por algunos archivos administrativos,
concretamente por los de las instituciones públicas del gobierno republicano que estaban situados en la zona roja. En ellos se practicó un pillaje indiscriminado de documentos que por
su interés se trasladaron a Salamanca. En este caso sí que el gobierno militar invirtió en recursos económicos y en personal con el fin de conseguir extraer la información necesaria de
aquella documentación facticia que había recolectado en su afán de control y represión.
En este sentido desde el mismo momento en que se estaba debatiendo la contienda
militar el gobierno franquista fue consciente del valor de la información que contenían los archivos administrativos y los utilizaron sin ningún tipo de reparo en beneficio propio y con una
finalidad totalmente represiva. Pero en su afán de controlar toda la información se hizo un pillaje y un uso indiscriminado de los documentos que, consecuentemente, conllevó a una importante disgregación, desorganización y mezcla de fondos documentales.
Su objetivo era luchar contra dos enemigos claramente identificados, el comunismo y
las logias masónicas. El término comunismo se empleaba en un sentido amplio, no sólo significaba luchar contra los partidarios de la ideología comunista sino contra todos los desafectos
al régimen franquista y falangista. En cuanto a las logias masónicas su propósito era aniquilar
a las personas adeptas a esta “secta” y sobretodo evitar que pudieran volver a adquirir el poder que habían tenido en la etapa del gobierno republicano. En este entorno ya desde el inicio
de la guerra civil se planeó la lucha en dos ámbitos de actuación, en primer lugar, la derrota
del gobierno de la República como finalidad principal para ganar la contienda militar y en segundo lugar, la persecución y represión de todas las personas que habían colaborado con las
instituciones o entidades republicanas.
Después de los primeros meses de planificación del proceso de incautación pasaron a
la acción. En septiembre del 1936, desde el Cuartel General de Franco se decretaba la ilegalización de los partidos políticos contrarios al Movimiento Nacional y se les confiscaba su documentación. Meses más tarde, en abril del 1937, la Secretaria General del Jefe del Estado creaba la Oficina de Investigación y Propaganda Antimarxista (OIPA) con el objeto de recoger y
analizar la documentación producida como propaganda comunista con la intención de planear
la mejor estrategia de lucha contra las organizaciones comunistas. En abril del 1938 se creaba la Delegación Especial para la Recuperación de Documentos (DERD), órgano que tenía
como función la recogida de documentación sobre las actuaciones de los enemigos del Estado de las poblaciones liberadas.
A lo largo de los siguientes meses los equipos de recuperación de documentos de la
DERD se fueron apoderando de la documentación de su interés en las poblaciones que el
ejército franquista iba conquistando de las regiones de Asturias, Cantabria, Euskadi, Aragón,
Catalunya, Valencia, Andalucía, Extremadura.... Su interés residía sobretodo en la documentación de las instituciones públicas (los gobiernos de Catalunya y el Vasco, los gobiernos civiles, los ayuntamientos,...), los partidos políticos, los sindicatos, las entidades de movimientos
sociales,.... y también de personalidades relevantes del ámbito de la política, la cultura o de la
sociedad en general, con el propósito de obtener la máxima información posible sobre los
nombres y cargos de personas que hubieran ostentado alguna responsabilidad durante la etapa republicana. De la documentación incautada seleccionaron solamente la que era de su utilidad y la demás, bien la destruyeron o bien la abandonaron en los mismos edificios donde la
encontraron. La documentación recogida fue trasladada al antiguo Colegio de San Ambrosio,
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en Salamanca, sede del actual Archivo General de la Guerra Civil24, donde se trabajó intensamente desde el 1937 elaborando fichas individuales de cada una de las personas que constaban en los documentos incautados con la finalidad de ser utilizadas como antecedentes en el
Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, además de otros usos
informativos, de control y represión.
De esta manera durante cuarenta años esta documentación permaneció en manos de
personal no cualificado y al servicio de la dictadura, lo que produjo un gran desorden y mezcla
de los fondos documentales, hasta que en 1977 el gobierno decidió traspasar esta competencia al Ministerio de Cultura. Durante estas últimas décadas esta documentación ha sido tratada por archiveros, quienes se han ocupado de clasificar e inventariar esta documentación con
la finalidad de ponerla a disposición de los ciudadanos y ha sido utilizada, especialmente,
para reconocer los derechos de las víctimas que fueron represaliadas por el franquismo.
Asimismo en esta etapa democrática una de las primeras reivindicaciones que hizo, en
1979, el Gobierno de la Generalitat de Catalunya, heredera de la misma institución de la época republicana, fue la de solicitar en el Congreso de los Diputados, la devolución de la documentación incautada por la DERD en 1939. El fondo documental25 de la administración del gobierno de Catalunya que se conservaba en el Archivo de la Guerra Civil de Salamanca era
sólo una pequeña parte del conjunto del fondo documental de la Generalitat republicana,
puesto que la documentación que no fue incautada ya se conservaba en el Arxiu Nacional de
Catalunya. Esta reivindicación ha conllevado a un dilatado y complejo debate en la sociedad
sobre la legitimidad del retorno de estos documentos a sus titulares. Después de veinticinco
años, a finales del 2005, las Cortes españolas aprobaron la ley de retorno de la documentación a la Generalitat de Catalunya y también aprobó la devolución de los documentos incautados en Catalunya a las personas físicas y jurídicas titulares de la misma. Posiblemente si se
hubiera realizado una transición política del régimen franquista hacia la democracia con la voluntad de cerrar bien aquella etapa política, esta restitución de bienes documentales a sus
propietarios se hubiera hecho de una forma menos traumática en los primeros años de la democracia y se habría evitado toda esta crispación social que ha conllevado.
b. La retirada de las tropas republicanas y el exilio de sus dirigentes junto con la actividad de los organismos y entidades que actuaron fuera de España
A medida que iban avanzando las tropas franquistas, las instituciones y las entidades
políticas y sindicales republicanas se fueron retirando hacia las regiones sin ocupar y, más
tarde, hacia el extranjero. Esta retirada produjo que muchos de sus dirigentes se llevaran consigo en la marcha hacia el exilio los documentos que consideraron más valiosos de sus archivos, mientras que el resto de la documentación fue abandonada o bien destruida. De este
modo en los últimos meses de la guerra civil hubo bastante movimiento y dispersión de fondos documentales de los archivos con el fin de proteger los intereses del gobierno legítimo, de
los partidos políticos y del movimiento obrero, entre otros. La documentación que pudo salvar24 Para ampliar la información sobre la configuración del Archivo de la Guerra Civil de Salamanca, véase el artículo de GONZÁLEZ QUINTANA, A., “Avatares de los fondos militares y político-sociales españoles en el siglo XX” en CORTÉS ALONSO, V. [et al.], Los archivos españoles en el siglo XX:
Políticas archivística y producción bibliográfica. II tomos, Madrid, ANABAD, 2006.
25 De acuerdo con la doctrina archivística contemporánea emanada del Consejo Internacional de
Archivos es prioritario mantener la unidad del fondo documental, manteniendo así el principio de procedencia. Este principio básico de la archivística actual aboga por la unidad del conjunto de los documentos producidos por un mismo organismo -o fondo documental– y defiende que todos los documentos de
la misma naturaleza o procedencia han de mantenerse unidos. Pero la unidad de un fondo documental
no es lo mismo que la unidad de archivo. La única unidad que hay que mantener en un archivo es la
unidad de cada uno de los fondos documentales, es decir, de cada uno de los conjuntos documentales
que conforma de forma natural y propia cada institución pública.
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se ha permanecido durante muchos años en otros países, hasta que la llegada de la democracia ha propiciado que algunos fondos documentales fueran devueltos a España o bien se
haya potenciado su microfilmación con el objeto de tener una copia en España. Aún así, queda todavía documentación relacionada con la república, la guerra civil y el exilio fuera del
país.
Los archivos al servicio de la democracia: el acceso a la documentación pública
En España la transición política no cerró correctamente la etapa del régimen franquista, el miedo al pasado y los recuerdos de la etapa dictatorial propiciaron que los políticos de la
transición impulsaran en consenso un cambio hacia el futuro intentando “olvidar” y pasar de
largo esta etapa. Pero las heridas de la guerra, los recuerdos de los familiares ausentes, las
injusticias sociales cometidas, el desconocimiento de la verdad y la falta de restitución de los
derechos de las víctimas no se olvidaron, ni dieron por cerrada esta etapa. El nuevo régimen
político democrático prometía un estado de derecho en el que la ciudadanía era la base del
sistema constitucional y en el que se propugnaban como valores preeminentes la libertad, la
justicia, la igualdad y el pluralismo político. Pero la fragilidad de este nuevo sistema político, la
latente amenaza que imponían los militares del régimen anterior y la voluntad política de impulsar una democracia contribuyeron a cerrar la etapa franquista con una ley de amnistía general y la necesidad de olvidar los cuarenta años de dictadura militar. En aquel momento la
decisión política fue la de luchar para conseguir consolidar una democracia en España, dejando para una etapa posterior la restitución de los derechos y bienes de los que sufrieron la
guerra civil y las consecuencias del franquismo. Y en este nuevo sistema democrático fueron
miles los ciudadanos que vieron mermados sus derechos por el “obligado olvido” del pasado.
Una comunidad tiene derecho a decidir el proceso de transición política que desea realizar para superar una etapa de política dictatorial. En este marco en el caso que la ciudadanía decida hacer una ruptura con el pasado y con el fin de consolidar un estado de derecho
democrático es conveniente tener en cuenta tres factores que con prelación han de sucederse
en el tiempo:
a) Pacto social
Es necesario que haya un pacto social entre el estado y la ciudadanía. En el caso de
España, de una parte el estado debería pedir perdón al conjunto de los ciudadanos por haber
arrebatado el poder legítimo del gobierno republicano con las armas y por otra, debería pedir
perdón públicamente a las víctimas, a los afectados o en su defecto a los familiares por el
daño que les ocasionó. Además los ciudadanos tienen derecho a conocer la verdad sobre los
hechos ocurridos, a saber como se desarrollaron los acontecimientos y a conocer el nombre
de los responsables. Asimismo es importante el derecho a no olvidar, ya que esta triste etapa
de la historia forma también parte de la memoria histórica de la sociedad.
b) Medidas gubernamentales y jurídicas
Es imprescindible que el gobierno apruebe normas jurídicas y medidas gubernamentales adecuadas para que se pueda restituir a los ciudadanos sus derechos y sus bienes patrimoniales, repararles los daños ocasionados como víctimas o, en su defecto, a sus familiares y
además, si es el caso, que se les restituya la dignidad que se les arrebató como ciudadanos.
Para ello el gobierno debería promover actuaciones concretas para conseguir un resultado
eficaz mediante la creación de comisiones de la verdad, aprobación de leyes u otras normativas legales, revisión de causas judiciales, obertura de fosas comunes, entre otras medidas.
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c) Archivos: acceso a la documentación pública
El acceso a los archivos y registros administrativos es un derecho constitucional que
ha de facilitar a los ciudadanos los documentos que les sirvan de pruebas documentales ante
las administraciones públicas y ante el poder judicial. No olvidemos que estos documentos reproducen las actuaciones, los acuerdos, las normas u otras actividades realizadas por los organismos públicos, de forma que la documentación es el reflejo de la relación que ha habido
entre la administración y los administrados a lo largo del tiempo. Pero para poder tener acceso a la documentación pública es imprescindible que se haya realizado un tratamiento archivístico, es decir, la organización y la descripción de cada fondo documental, puesto que difícilmente se puede consultar una documentación si no se sabe ni que existe, se desconoce donde se halla ubicada o bien no se puede asegurar que sean todos los documentos que forman
parte de un mismo expediente. En este sentido es necesario que los responsables políticos o
las personas con competencia sobre la documentación de las instituciones públicas se responsabilicen de ella con el objeto de ponerla a disposición y al servicio de la ciudadanía.
El desorden que originó la posguerra junto con la falta de una política archivística durante el franquismo, produjo graves consecuencias en el funcionamiento de los archivos españoles. Este desorden fue el que heredó el gobierno en el régimen democrático español en las
últimas décadas del siglo XX. Para superar este período era necesario planificar y definir una
política de archivos a corto y medio plazo con el fin de conseguir sentar las bases de un sistema archivístico común que posibilitara una estructura y una organización de los archivos españoles; pero para ello era preciso que el gobierno hubiera apostado por una buena inversión
en política de archivos que habría permitido restablecer y superar los graves problemas derivados de aquella época.
Fueron cientos de miles los ciudadanos que en este régimen democrático intentaron
buscar información y pruebas documentales de las víctimas y de los represaliados de la guerra, pero sus peticiones a las instituciones públicas y a los archivos del país dieron en algunos
casos el resultado esperado, pero en muchísimos otros no tuvieron respuesta, puesto que las
consecuencias del importante desorden documental que se produjo en España condujo a una
desorganización de los archivos que aún hoy día no se ha superado. Si bien a “grosso modo”
conocemos cuáles son los archivos españoles más importantes donde se conserva documentación relacionada con la guerra civil y la postguerra, ello no es suficiente, puesto que es imprescindible conocer el centro archivístico donde se conserva el fondo documental de nuestro
interés, las condiciones físicas de conservación y, sobretodo, que el fondo documental en
cuestión se le haya dado un tratamiento archivístico adecuado y se haya inventariado (identificación, clasificación y descripción de la documentación); si estas condiciones no se dan, no
es posible consultar los fondos documentales de los archivos.
El acceso a los archivos ha sido y es uno de los obstáculos que han tenido que superar los ciudadanos represaliados de la guerra civil y el franquismo. No es fácil buscar una solución a corto plazo, pero una de las prioridades era conocer la situación en que se encuentran los archivos españoles. En este sentido y como consecuencia del debate que existe actualmente en la sociedad española sobre la memoria histórica, el Gobierno creó una Comisión
Interministerial26 con el propósito de elaborar un estudio sobre el derecho de las víctimas de la
guerra civil y los represaliados por el régimen franquista, en el que una de las prioridades era
estudiar el régimen jurídico de acceso a los archivos públicos. El resultado de este estudio27
pretende ser una primera aproximación de la situación en que se encuentran los archivos españoles que conservan fondos documentales relacionados con la represión franquista, después de una dilatada etapa de abandono y de aplicación de una política de mínimos por parte
de los diferentes regímenes políticos.
26 Real Decreto 1891/2004, de 10 de septiembre, por la que se crea la Comisión Interministerial
para el estudio de las víctimas de la guerra civil y del franquismo.
27 MINISTERIO DE PRESIDENCIA, “Informe sobre archivos…”.
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Como primera reflexión y valoración del resultado de este informe hay que decir que
ha sido muy positiva su realización. Es la primera vez que disponemos de un estudio que nos
indica de una forma aproximada la situación en que se encuentran los fondos documentales
de los archivos españoles relacionados con la guerra civil y el franquismo y eso es muy valioso. Se han contabilizado como mínimo unos 765 fondos documentales de esta época y el Ministerio de Cultura ha empezado el proceso de informatización con una descripción sumaria
de los fondos documentales. Por otra parte si analizamos el contenido del mismo informe podemos afirmar que el resultado ha sido rotundo. La dejadez de acción política con la que se
ha actuado en los archivos del país ha producido que hoy día haya importantes y profundas
disfunciones. Entre las cuestiones que sobresalen cabría apuntar una falta de control por parte de sus responsables, puesto que en varias ocasiones no se conoce ni donde se encuentra
ubicada la documentación, este sería el caso, por ejemplo, de algunos fondos documentales
de los archivos judiciales28. Además hay documentación perteneciente a un mismo fondo documental que está disgregada, como por ejemplo la del Tribunal de Orden Público29 que se
encuentra en varios archivos y asimismo el mismo informe refleja la situación de muchos fondos documentales sin inventariar debido a la falta de recursos económicos y, especialmente,
de personal cualificado30. Además hay que resaltar las pésimas condiciones de conservación
de algunos documentos31, lo cual aconseja la necesidad de aplicar medidas especiales de
preservación y restauración, así como la conveniente digitalización de los documentos con el
objeto que se puedan consultar.
A pesar del resultado que emite este informe, hay que valorar muy positivamente el
hecho de que se haya realizado, puesto que nos permite una primera aproximación sobre la
situación de los fondos documentales de esta época. Asimismo es muy esperanzador que en
las recomendaciones finales del mismo informe se apunten diversas consideraciones como
objetivos prioritarios a realizar para mejorar estas condiciones. Las propuestas que se señalan son realmente importantes y pueden permitir empezar a superar esta larga etapa de dejación de los archivos. Sólo cabe esperar que al titular responsable de los archivos del Ministerio de Cultura se le den los recursos económicos y de personal necesarios para llevar a cabo
estas propuestas, pero, aún así, uno de los problemas que no resuelve las recomendaciones
finales es el de la organicidad de la política de archivos, es decir, es muy difícil dirigir y coordinar bajo las mismas directrices generales y criterios todos los archivos de las instituciones de
Gobierno y de la administración General del Estado si la acción de impulso de la política de
archivos hoy día se realiza desde el Ministerio de Cultura.
La función que se desarrolla en los archivos no es únicamente de Patrimonio Documental, es una función mucho más amplia puesto que abarca la gestión documental y los archivos, es decir, abraza desde la gestión de los procedimientos administrativos hasta la finalización y archivado de los expedientes, lo que en términos archivísticos llamamos el ciclo de
vida de los documentos. Con esta visión global de concepción de los archivos y teniendo en
28 Véase en el mismo informe el caso, por ejemplo, de los archivos de las Audiencias Provinciales y Territoriales, p. 24.
29 El fondo documental del Tribunal de Orden Público [TOP] se conserva hoy día entre el Archivo
General de la Administración, el Archivo General de la Guerra Civil y el Archivo General del Ministerio
de Asuntos Exteriores, véase p. 7, 24 y 27.
30 La falta de personal cualificado, archiveros, que realicen las tareas de organización e inventario de los fondos documentales es uno de los problemas más importantes que se apunta a lo largo del
informe. Es especialmente grave la falta de archiveros en el Ministerio de Defensa, el cual tiene bajo su
responsabilidad a algunos de los archivos más importantes para que las víctimas o los represaliados de
la guerra civil y el exilio puedan ejercer sus derechos mediante la localización y presentación de pruebas documentales ante los poderes del estado, véase pp. 17 a 21. También es bastante significativo el
caso de los archivos de la Administración de Justicia, pp. 23 a 26.
31 El fondo documental de la Causa General, conservado en el Archivo Histórico Nacional, está
muy deteriorado debido al uso y consulta de esta documentación, p. 9.
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cuenta que la función archivo atañe por igual a todos los órganos del gobierno y las administraciones del estado sería necesario que la responsabilidad de la política de archivos no estuviera adscrita orgánicamente en el ámbito de la cultura, sino que recayera en un órgano de
carácter central e interdepartamental que tuviera ascendencia a toda la administración del estado. En este entorno, este órgano central debería tener competencias en la regulación de políticas de gestión documental y archivos de estos organismos, además de coordinar las políticas de los órganos de calificación y valoración de documentos de los distintos ministerios y
las políticas de impulso y control del acceso a la documentación pública.
Situación actual de los archivos españoles que conservan documentación de la época
republicana y el franquismo
Con carácter general hay que decir que todas las instituciones, entidades o particulares que desarrollaron actividades durante el período de la guerra civil y del franquismo conservan documentación que sirve para el estudio de la historia de este período. En este sentido
las administraciones de las instituciones del gobierno, de los ministerios, de los gobiernos regionales, de los municipios, entre otros muchos, produjeron documentación relacionada con
este período y en sus archivos puede consultarse hoy día esta documentación, a excepción
de aquellos fondos documentales que hayan sufrido algunas destrucciones o desordenes
como resultado de la guerra. Por ello si un ciudadano desea consultar cierta documentación
tendrá que dirigirse al archivo de la institución que haya generado esta documentación de
acuerdo con las competencias que tenía atribuidas.
Sin embargo son los archivos32 dependientes de las instituciones del gobierno y de los
ministerios los que conservan una mayor cantidad de fondos documentales relacionados con
la guerra civil y el franquismo, además de la documentación de mayor importancia para las
víctimas o los afectados por la guerra civil y el exilio debido al rol y las funciones que desarrollaba el estado. Entre los archivos más importantes destaca el Archivo General de la Guerra
Civil Española, el Archivo General de la Administración, el Archivo Histórico Nacional, los archivos generales militares de Defensa, los archivos de la administración de Justicia, los archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores, entre otros.
Entre la documentación más importante que se conserva en los archivos relacionada
con las víctimas de la guerra civil destacan algunos fondos o series documentales. Así en el
Archivo General de la Guerra Civil Española33, se puede consultar entre otra documentación
la Sección Político-Social que agrupa los documentos incautados a las instituciones, las entidades y los particulares de los territorios que iban conquistando las tropas franquistas; y los
expedientes del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo. En el
Archivo General de la Administración se conservan las series documentales de Responsabilidades Políticas y de Expedientes de Depuración, la documentación del Tribunal de Responsabilidades Políticas, el Tribunal de Orden Público, los Juzgados de Orden Público, los expedientes de vagos y maleantes, entre otros; y en el Archivo Histórico Nacional destacan los expedientes de la Causa General. En los archivos del Ministerio del Interior se conserva la documentación de las instituciones penitenciarias, los expedientes policiales, los expedientes de la
guardia civil y, en especial los referidos a los “maquis y resistentes”. En los archivos del Ministerio de Defensa son importantes sobretodo los archivos generales militares de Ávila y Guadalajara. En el primero se conserva la documentación de las Unidades de la llamada Zona
Nacional y las Unidades de la Zona Republicana, además de la sección del Ministerio del
32 En los archivos españoles se conservan muchos y diversos fondos documentales debido fundamentalmente a decisiones políticas tomadas a lo largo de la historia, especialmente del siglo pasado,
aunque también debido a donaciones o cesiones de documentos producidos por entidades privadas o
por los ciudadanos.
33 Véase el cuadro de fondos documentales y colecciones del Archivo de la Guerra Civil en http://
www.cultura.mecd.es/archivos/docs/MC/AGC_cuadroFondoDocs.pdf.
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Ejército y en el segundo, se custodia la documentación de la Comisión Central de Penas, las
Prisiones militares y los Campos de concentración. En los archivos de la administración de
Justicia destacan los archivos de los juzgados de instrucción, de las Audiencias provinciales y
territoriales, el Archivo del Tribunal Supremo y el Registro Civil. En el Ministerio de Asuntos
Exteriores se conserva la documentación producida por el Ministerio de Estado y también del
Gobierno de Burgos, entre otros.
Cabe señalar también muchos otros fondos documentales producidos por la actividad
de multitud de organismos y entidades fuera de España que tuvieron cierta relación con el gobierno de la República con el exilio o con el régimen franquista. La importancia de estos fondos documentales ha impulsado que durante estos últimos años el gobierno socialista haya
realizado una política de recuperación de la información con el propósito de facilitar el estudio
y la investigación de esta etapa política a través de la creación del Centro Documental de la
Memoria Histórica34. Con esta intención el Ministerio de Cultura35 ha potenciado la copia de algunos fondos documentales para ponerlos a disposición de los investigadores; de este modo
en la actualidad se puede consultar en el Archivo General de la Guerra Civil 36, en Salamanca,
los microfilms de los fondos del archivo de la Fundación Francisco Franco y la digitalización
de varios fondos documentales como son, los de la Komintern37, de los brigadistas internacionales y de la Cruz Roja Internacional en Suiza, que conserva los fondos documentales de la
guerra civil española y de los refugiados españoles, entre otros. Además se ha firmado un
convenio con los Archivos Rusos (Rosiarkiv) para la digitalización de algunos fondos documentales relacionados con la guerra civil española o el exilio, caso de la documentación de
los niños de la guerra, el Ejercito del Norte, la Toma de Madrid o el Comisariado Político.
Igualmente se ha firmado un convenio con el Ministerio de Cultura de Francia para reproducir
la documentación sobre la guerra civil que se encuentra en los archivos franceses. Y en la actualidad se está digitalizando la documentación del Ateneo Español de México, las fichas de
los exiliados españoles del Archivo Nacional de la República Dominicana y también, de políticos muy destacados como es el caso del archivo personal de Manuel Azaña, Dolores Ibarruri,
entre otros.
Asimismo el Ministerio de Cultura ha llegado a acuerdos puntuales con entidades para
la donación de su documentación al Archivo de la Guerra Civil Española, este sería el caso de
los documentos de la Federación Española de Deportados e Internados Políticos [FEDIP],
que donó las actas de la federación, fichas de deportados, listas de desaparecidos... También
ha adquirido las fotografías de Erich Andrés y se ha aceptado la donación de los dibujos de
Heinz Raebiger que muestran de forma gráfica los avances del ejército franquista. Además
han ingresado también en el mismo archivo varias donaciones, entre ellas destaca la documentación de los Exiliados españoles en Nantes, varios fondos documentales de los exiliados
españoles en Argentina, los fondos documentales de muchas personalidades españolas en el
exilio y diversas colecciones de fotografías.
34 En la actualidad se está tramitando el Proyecto de Ley por el que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la
guerra civil y la dictadura, en el cual y concretamente en el artículo 22 se crea el Centro Documental de
la Memoria Histórica y le otorga funciones. Boletín Oficial de las Cortes Generales Congreso de los Diputados, VIII leg, Serie A: proyectos de ley, 8 de septiembre de 2006 [Ley 52/2007, de 26 de diciembre,
por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron
persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura. Nota del editor].
35 Véase MINISTERIO DE PRESIDENCIA, “Informe sobre archivos…”.
36 Para más información véase la Noticia publicada el 19 enero de 2007 en http://www.ciudadrodrigo.net.
37 Para más información, véase artículo “Los archivos de la Komintern se reúnen en versión electrónica”, El País, 28 junio de 2003.
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También la vuelta de personalidades políticas del exilio significó el retorno de algunos
fondos documentales a España. Así, en 1978, José Maldonado y Fernando Valera, presidentes del Gobierno en el exilio cedieron el Archivo de la República Española de los años 1945
hasta 1977 a la Fundación Universitaria Española. En el mismo sentido el regreso de Joan
Tarradellas, presidente de la Generalitat de Catalunya en el exilio, significó la donación de la
documentación producida a lo largo de aquellos años en el Monasterio de Poblet y que hoy
constituye el Arxiu Montserrat Tarradellas i Macià. Asimismo destaca la documentación del
Gobierno Vasco de la época republicana que permaneció durante muchos años escondida en
el sur de Francia y que, hoy día, se puede consultar en la Fundación Sabino Arana. Junto a
esta documentación, los nacionalistas vascos conservaron también la documentación producida por el presidente del Gobierno de la Generalitat Republicana de Catalunya, Lluis Companys, que fue devuelta en 2001 y en la actualidad se puede consultar en el Arxiu Nacional de
Catalunya.
Asimismo los partidos políticos y los sindicatos -mediante sus fundaciones 38- se preocuparon a lo largo de las últimas décadas del retorno de sus documentos en el exilio y de la
producción documental de la larga etapa de la clandestinidad. Es de resaltar la devolución de
los fondos documentales de las comisiones ejecutivas del PSOE, las Juventudes Socialistas,
la UGT y el Partido Comunista de España, que en la actualidad se custodian en los archivos
de las fundaciones de los partidos políticos o sindicatos.
Por otra parte conocemos también algunos casos en los que los titulares de la documentación la cedieron para su conservación y consulta a instituciones extranjeras, este sería
el caso de la documentación de la CNT, de la Federación Anarquista Ibérica, de la Resistencia española, además de algunas personalidades políticas que cedieron sus documentos al
Instituto Internacional de Historia Social de Ámsterdam39, uno de los centros archivísticos privados de mayor raigambre de Europa que conserva la documentación de entidades privadas
y de personalidades políticas, científicas y culturales.
Retos actuales de la política archivística: los archivos al servicio de los ciudadanos
Es necesario que el gobierno dé alguna solución en el actual panorama político y
apueste por una archivística contemporánea y moderna para superar el déficit que arrastramos desde hace muchos años. Los archivos públicos han de estar al servicio de las administraciones públicas y de todos los ciudadanos, pero para que puedan cumplir con las funciones
que les son propias es necesario que se apueste por una buena política de archivos y se invierta en los recursos económicos adecuados para superar esta etapa.
Sin pretender enumerar exhaustivamente las necesidades de los archivos españoles,
se apuntan algunos de los elementos más importantes que debería tener en cuenta una política de archivos en la España actual:
Sistema de Archivos del estado español
Es necesario crear el sistema de archivos del estado español que coordine la política
de archivos del Estado con la creación de unos órganos que regulen la dirección y coordinación del sistema y una normativa que establezca la organización y el funcionamiento de toda
la red de archivos estatales, teniendo en cuenta que debería integrar a todos los archivos de
los ministerios e instituciones del estado40. Por otra parte la dirección del sistema de archivos
del estado tendría que estar adscrito en algún ministerio de carácter central e interdeparta38 Véase el artículo de GONZÁLEZ QUINTANA, A., “Avatares de los fondos militares y políticosociales españoles en el siglo XX” en CORTÉS ALONSO, V. [et al.], Los archivos españoles….
39 Para información sobre este instituto http://www.iisg.nl.
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mental y con una dirección única y global, que posibilitara la aplicación de las mismas directrices, normas y criterios similares para todos los archivos del estado.
Legislación
Hoy en día, después de más de tres décadas de política de archivos de la etapa democrática, el balance de la política de archivos es aún muy pobre, puesto que si bien es cierto
que en 1985 el gobierno socialista aprobó una buena ley de archivos41, después, no impulsó
su desarrollo reglamentario no cohesionó un sistema archivístico en el estado español. Es necesario que se elabore una nueva ley de archivos con una concepción integral de la organización de la documentación de las instituciones públicas de forma que contemple la producción
documental a lo largo del ciclo de vida de los documentos e integrando todos los soportes y
formatos de información que se utilizan en la actualidad. Además debería regular la preservación de los documentos electrónicos originales -firma electrónica- para su conservación a lo
largo del tiempo. También sería muy interesante que en la nueva legislación se relacionaran
las referencias de toda la normativa que conforma el ordenamiento jurídico actual sobre la
gestión documental y los archivos con el objeto de facilitar el conocimiento y la aplicación de
la legislación a todos los profesionales.
Ley de acceso a la documentación pública
El acceso a los archivos y registros públicos ha sido uno de las actuaciones más importantes que ha establecido el gobierno democrático. Si bien en la época franquista sólo se
podía acceder a los documentos de los archivos históricos, el cambio de sistema político posibilitó el acceso a los documentos administrativos. Y este fue un gran avance para la ciudadanía, ya que le permitió tener información y conocimiento de los acuerdos y las actividades de
los responsables políticos. A pesar de este cambio substancial para los ciudadanos y la vida
política del país el gobierno ha regulado el acceso a la información pública por sectores de
competencia específica de cada ámbito ministerial. Debido a ello es necesaria una regulación
que ordene en una ley refundida el acceso a la documentación pública y que abrace de una
forma global todos los ámbitos del ordenamiento jurídico español. Ello contribuiría a dar publicidad de los documentos regulados de libre acceso y, a su vez, los restringidos y, sobretodo,
dar a conocer los que afectan a la intimidad de las personas. El acceso a la documentación es
un elemento prioritario que atañe por igual a todos los ámbitos de la administración y que convendría regular normativamente con una ley específica.
Censo de los archivos públicos y privados
Es necesario realizar un censo de los archivos públicos y privados que existen en España con la finalidad de conocer la relación de centros y de fondos documentales que custodian los archivos españoles en la actualidad. En este sentido hay que valorar muy positivamente el Informe elaborado por la Comisión Interministerial para el estudio de las víctimas de
40 Los archivos de los ministerios deberían depender funcionalmente del mismo organismo y evitar una organización segmentada en ámbitos de la administración, tal y como ocurre hoy día con los archivos de los Ministerios de Cultura, Interior, Defensa, Justicia y de Asuntos Exteriores. La política del
gobierno en materia de archivos debería ser única y global, y dirigida por un órgano de carácter transversal.
41 Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español. BOE nº 155, de 29 de junio
1985. En la actualidad es necesario modificar esta ley y adaptarla a los cambios y nuevas necesidades
de las administraciones públicas, así como las demandas de la sociedad, teniendo en cuenta sobretodo
el rol que desarrollan las tecnologías de la información y comunicación entre la transparencia de las administraciones públicas y el derecho de los administrados.
Entelequia. Revista Interdisciplinar: Monográfico, nº 7, septiembre 2008
Mariona Corominas Noguera
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la Guerra Civil y del franquismo puesto que ha sido la primera aproximación de la situación en
que se encuentran los fondos documentales relacionados con las víctimas o represaliados de
esta etapa política, pero es necesario continuar con esta acción y dar publicidad de los avances que se vayan realizando en la descripción de los fondos documentales. Asimismo sería
muy conveniente elaborar un estudio mucho más amplio -Libro Blanco de los Archivos Españoles- donde se analizara el estado actual en que se encuentran todos los fondos documentales de los archivos en España. Este estudio podría permitir dar a conocer, además de la producción documental producida por las administraciones públicas, la documentación que se
conservan en los archivos procedentes de donaciones o cesiones de entidades privadas o de
particulares. El censo de archivos debería ser un instrumento público y accesible a todos los
ciudadanos.
Recursos económicos y de personal
El gobierno debe invertir en una política de archivos del estado para paliar el déficit
que arrastramos desde hace muchísimos años con el objetivo de organizar los fondos documentales de los archivos y que la información esté al servicio de los ciudadanos. Sólo con
más personal, técnicos superiores de archivo, y más recursos económicos es posible poner a
disposición de los ciudadanos los miles de fondos documentales que existen hoy día en España.
Formación de los archiveros
Los estudios universitarios en archivística es una de las necesidades más importantes
de la profesión archivística actual en España. La formación y el continuo reciclaje de los archiveros en conocimiento y experiencias en el ámbito de los archivos y la gestión documental es
la base para mantener una metodología archivística contemporánea y de acorde con las tendencias más modernas que emanan del Consejo Internacional de Archivos.
Los archivos: la memoria histórica de la ciudadanía
Los archivos han sido hasta ahora los grandes olvidados de nuestro país y es necesario darles un impulso para ponerlos al nivel de las necesidades que demanda la sociedad. En
los archivos se conservan los testimonios de las actividades y las relaciones que han mantenido los ciudadanos que conviven en una misma sociedad, puesto que custodian la documentación producida por las instituciones públicas, las entidades jurídicas y las personas físicas a lo
largo de los años. La información que contienen los documentos de los archivos es única y
irreemplazable y conforma la memoria escrita de la ciudadanía. El derecho a la información es
un derecho constitucional en el que los ciudadanos podrán tomar sus decisiones en la medida
que tengan acceso a los archivos, pero para ello los fondos documentales han de estar íntegros, organizados e inventariados con el objeto que puedan ser consultados por la ciudadanía
y les aporten la garantía y el respeto de sus derechos como ciudadanos. Es responsabilidad
del gobierno facilitar que los ciudadanos puedan acceder a la información que contienen los
documentos de los archivos mediante una política de archivos activa y los recursos necesarios para llevarla a cabo.
El patrimonio documental es un bien de todos los españoles y por ello es una responsabilidad colectiva. El conjunto del patrimonio documental de nuestros archivos conforma la
memoria histórica de la ciudadanía y en ella se refleja nuestra identidad colectiva como personas que pertenecemos a una misma comunidad y que compartimos una historia y una cultura
común.
Entelequia. Revista Interdisciplinar: Monográfico, nº 7, septiembre 2008
Mariona Corominas Noguera
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