Año Jubilar de la Misericordia catequesis con la parábola del buen samaritano (Lc 10, 29-37) i m s e n é “Y, ¿qui ” ? o m i j ó r p Delegación de Catequesis de Santiago Antes de comenzar la catequesis y leer la Palabra de Dios, saludamos cariñosamente a Jesús haciendo juntos la señal de la cruz. Podemos cantar alguna canción que sepamos, acompañada de gestos o palmas. Nos preparamos para la catequesis Jesús, para explicar como Dios nuestro padre es misericordioso, utilizó unas narraciones sencillas. En la parábola se nos menciona a un sacerdote, a un levita y a un samaritano. Les explicamos brevemente lo que significa cada uno: Sacerdotes: Jerusalén. De la tribu de Leví. Ofrecían sacrificios en el Templo de Levitas: También eran de la tribu de Leví. Si los sacerdotes eran los encargados de ofrecer sacrificios, ellos ayudaban en los demás aspectos de la adoración. Samaritanos: Los samaritanos no eran propiamente judíos. (Los samaritanos y los judíos se odiaban). Tenían su propio templo en Garizín (no iban al de Jerusalén) y utilizaban sólo el Pentateuco, es decir, los cinco primeros libros de la Biblia. ¿Os sonaban estos personajes? ¿Alguna vez habíais oído hablar de un levita, por ejemplo? Lectura de la Parábola “Un maestro de la Ley, que quería ponerlo a prueba , se levantó y le dijo: «Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?» Jesús le dijo: «¿Qué está escrito en la Escritura? ¿Qué lees en ella?» El hombre contestó: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón , con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.» Jesús le dijo: «¡Excelente respuesta! Haz eso y vivirás.» El otro, que quería justificar su pregunta , replicó: «¿Y quién es mi prójimo?» Jesús empezó a decir: «Bajaba un hombre por el camino de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos, que lo despojaron hasta de sus ropas, lo golpearon y se marcharon dejándolo medio muerto. Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote; lo vio, dio un rodeo y siguió. Lo mismo hizo un levita que llegó a ese lugar: lo vio, dio un rodeo y pasó de largo. Un samaritano también pasó por aquel camino y lo vio, pero éste se compadeció de él . Se acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se las vendó; después lo montó sobre el animal que traía, lo condujo a una posada y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente sacó dos monedas y se las dio al posadero diciéndole: «Cuídalo, y si gastas más, yo te lo pagaré a mi vuelta.» Jesús entonces le preguntó: «Según tu parecer, ¿cuál de estos tres se hizo el prójimo del hombre que cayó en manos de los salteadores?» El maestro de la Ley contestó: «El que se mostró compasivo con él .» Y Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo»”. Compartimos lo que nos sugieren las imágenes Nos fijamos bien en los dibujos y lo que expresan a la luz del texto de la parábola. ¿Qué sentimientos se producen en nosotros al contemplar estas imágenes? Nos identificamos con alguno de los personajes. Es seguro que nosotros no somos “bandidos”, “personas indiferentes”, “personas agredidas” ó “samaritanos”... Pero ¿nos hemos portado alguna vez como alguno de ellos? ¿Cuándo? ¿Con quién? Con esta parábola Jesús nos está diciendo que el amor a Dios pasa por el amor a los demás: “No puedes amar a Dios, a quien no ves, si antes no amas a tus hermanos, a quienes sí ves”. Hoy, aquí se cumple esta Palabra Se trata de mostrarles a los niños que la Palabra de Dios, escrita hace miles de años, sigue siendo algo totalmente actual: Palabra que nos interpela, nos habla... El samaritano, al ver al hombre herido, se paró, le curó las heridas con aceite y vino y luego lo llevó hasta una posada, donde le procuró la ayuda necesaria que le hacía falta para terminar de recuperarse. ¿Hemos hecho nosotros, alguna vez, algo parecido a lo que hizo el buen samaritano? ¿Lo hizo alguien con nosotros? El samaritano utilizó aceite y vino para curar las heridas del hombre herido. ¿Qué podemos utilizar nosotros, hoy en día, para curar las heridas de los que nos necesitan? Buscamos noticias en periódicos, que previamente hemos llevado a nuestra sesión de catequesis, que nos muestren cómo diferentes personas hacen de samaritanos en nuestros entornos. (A los más grandes, les podemos pedir que busquen las noticias en internet a través de sus móviles, por ejemplo). Luego las recortamos y las pegamos en una cartulina o en un pliego de papel manila o similar para hacer murales, con las que haremos un gran mural, que podemos acompañar con dibujos hechos por los niños/as. Oración Por los que, al ver las necesidades de los demás, pasan de largo... Por los que, al ver las necesidades de los demás, se vuelven insensibles... Por los que, al ver las necesidades de los demás, se ríen de los que los ayudan... Querido Jesús, te doy gracias por... Por los que están atentos a las necesidades de los demás… Por los que procuran ayudar a los que lo necesitan… Actividad para compartir en familia En un folio dibujamos una silueta de un niño/a. Durante la semana, con la ayuda de nuestra familia, vamos escribiendo -o dibujando- en esa silueta, escenas en las que, durante la semana, cualquier miembro de la familia actuó como el samaritano, es decir, ayudó a alguien, sin importar lo que tenía que hacer en ese momento. Ahora... ¡Vamos a jugar! El texto del Evangelio que acabamos de leer (Lc 10, 29-37), es una historia escueta contada por el propio Jesús, basada en la experiencia cotidiana de la vida, clara y sencilla, cuya finalidad es la de transmitir una enseñanza del modo más comprensible y fácil de recordar. Este tipo de narraciones tienen un nombre común. Para averiguarlo, coloca en orden las letras de esta palabra y escríbelo al final. Tras este revoltijo de letras se esconden unas palabras. Ordena las letras y descubrirás esas palabras. Luego, intenta formar una frase con estas palabras -o con las máximas posibles-. En la parábola, el samaritano al ver al hombre herido no dudó en ayudarlo. Luego, de darle los primeros auxilios lo cogió en brazos y lo llevó a una posada para que se terminara de recuperar. Ayúdale a llegar cuanto antes a la posada para que el hombre pueda descansar y ponerse bien lo antes posible. Mm.. Veamos... El samaritano fue el que ayudó al hombre herido. No sabemos a dónde iba. No sabemos qué tenía que hacer. Sin embargo, lo dejó todo, para ayudar al hombre. Estos días, yo también tengo muchas cosas que hacer: los deberes, estudiar, ayudar a mi familia en casa,... pero, si veo a alguien que necesita mi ayuda, procuraré dársela. Escribo aquí lo que puedo hacer. En la parábola se nos mencionan tres hombres que pasaron junto al hombre herido. Ordena las letras y recordaremos quienes eran. Escríbelas al final correctamente. rm t a s r o i n a s r o a e c d e t t i l a e v Si te fijaste, en los dibujos que tiene nuestra parábola, hay siete escenas que ya hemos visto y comentado. Dibuja ahora dos escenas más, una para el principio y otra para el final. Explica por qué las dibujaste así.