Cristologia en Flp 2

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Introducción
Este trabajo intenta reunir algunos datos, primeramente, de la Cristología de Pablo para
luego pasar al análisis más concreto del texto de Flp 2, 1-18. La cristología de Pablo es muy
rica en significados, los aspectos que tomo en este trabajo, intentan dar un trasfondo al
trabajo que he querido realizar, pues tocan los temas de la divinidad de Cristo, Jesús como
Señor, Hijo de Dios y la imagen de Dios, todos en relación a la divinidad y exaltación de
Jesucristo.
Con estos puntos de apoyo paso luego a ver la manera en que Pablo invita a los filipenses
con una breve exhortación a imitar los sentimientos de Cristo en la comunidad (Flp 2,1-5),
concluyendo que en el fondo Pablo tiene la intención de relacionar la fe con la vida,
dejando el mensaje del v.5 con una versión diferente en forma, pero de trasfondo, con el
mismo sentido: “Sed en la Iglesia lo que sois en Cristo Jesús. Sentid en la Iglesia lo que
sentís en Cristo Jesús”. Luego en el mismo apartado del trabajo situamos la forma en que
se debe imitar a Cristo, realizando un análisis del Himno Cristológico (Flp. 2, 6-18), pues si
hay que imitar a Cristo hay que hacerlo según su manera de proceder, es decir en la actitud
que tomo ante el proyecto de Dios.
Por último coloco unos puntos de actualización de este pasaje, que nos pueden ayudar en la
experiencia de fe, sobre todo en la experiencia de comunidad, más aun cuando tenemos un
servicio que nos confiere algún “poder”.
1
Cristología de la Carta a los Filipenses en el pasaje de Flp 2,1-18
1. La Cristología en San Pablo.
a. La divinidad de Cristo.
Cuando leemos textos de las cartas de Pablo en los que la cruz es escandalo para los judíos
(1 Cor 1, 23; Ga 5,11) pensamos inmediatamente que, para los judíos, no fue fácil aceptar
el anuncio de Jesucristo como Hijo de Dios, y más aún, las implicaciones que este título
traía consigo, pues predicar a un Cristo, Hijo de Dios, crucificado, es predicar a un Dios, el
Dios de la vida, que ha muerto como un ladrón en una cruz, lo cual es inconcebible para las
creencias judías. Este fue realmente el reto lanzado por el cristianismo al judaísmo, no tanto
el mesianismo de Jesús, sino su divinidad.
Toda la fe de la comunidad cristiana fue dirigida por la certeza de la divinidad de Cristo:
Cristo es el Señor, él será en adelante el centro del culto y origen de toda santidad, porque
él ha realizado la obra de la salvación. San Pablo toma, como parte de su fe y doctrina, esta
premisa de la comunidad, a tal grado que se puede afirmar de Pablo, que lo que el enseña lo
enseña también la comunidad apostólica.1 La certeza de que Cristo se halla colocado en la
esfera divina, es importante para explicar su teología y su pensamiento en relación a la
persona de Cristo-Dios, en relación a los siguientes tres aspectos2:
1) La obra de la salvación por Cristo ha sido la de Dios. Su muerte y resurrección
cumplimentan3 los designios de Dios. El mismo se identifica con estos designios:
Dios le entregaba por amor y él se entregaba por el mismo amor. El llevara a cabo el
juicio de Dios en su parusía; su gloria es la gloria de Dios. La sabiduría con la que
Dios ha realizado la creación, con la que le ha dado unidad, se ha manifestado en
1
Cerfaux L.; Jesucristo en S. Pablo; Desclee de Brouwer; Bilbao 1967; Pp. 462
Estos aspectos no los desarrollo, solo los menciono como parte importante de la teologia, soterologia,
cristologia, eclesiologia y escatologia paulina; pues son motivo para realizer otro trabajo, que por falta de
tiempo no se puede realizer aqui.
3
Porner en ejecución los despachos u ordenes superiors.
2
2
Cristo por medio de su intervención. Cristo realiza la obra de la Sabiduría, por lo
que podemos afirmar que él mismo es la sabiduría de Dios.
2) El don que Cristo aporta al mundo, hecho ya sabiduría, justicia, santidad, vida, es un
don divino y se identifica con su persona.
3) Los nombres, los títulos, las funciones de Cristo nos obligan a precisar sus
relaciones trascendentales con Dios.4
b. “Señor”
Pablo hace una distinción entre los términos
y
a diferencia de Filón o del
judaísmo rabínico, quienes sugieren que estos términos son solamente Potencias de Dios,
mientras que Dios, inaccesible, permanece más allá de las Potencias. 5 En toda la teología
paulina el nombre de Theos no designa a una Potencia, sino la “persona” de Dios, que
también se llama Padre. “Dios” o el “Padre” son la misma persona, según la visión de Dios
del Antiguo Testamento. Pero Kyrios, “Señor”, otra persona, aparece al lado de Theos, este
Kyrios misterioso Jesucristo, la segunda persona de la Trinidad.
“En nuestro Señor Jesucristo” o bien “por nuestro Señor Jesucristo” son las fórmulas más
comunes en el epistolario paulino, ya sea al inicio o al final de sus cartas. En contraposición
al mundo pagano, los cristianos reconocen que hay un solo Dios y un solo Señor (Kyrios),
Jesús (1 Cor 8,6; 1 Cor 12,3; Rom 10,9). Pablo designa la comida eucarística como la “cena
del Señor”, en la que se anuncia su muerte en espera de su venida (1Cor 11,20.26),
podríamos afirmar que el título de “Señor”, es de uso prepaulino y va ligado al culto
litúrgico de las comunidades primitivas, y por lo tanto Pablo lo ha heredado y utilizado en
su teología. En la carta de Pablo a los fieles de Filipos, el título Kyrios, que la tradición
solamente atribuía a Dios, ahora es referido a Jesucristo, el cual teniendo la naturaleza
4
5
Este punto es el que quiero tratar de una manera más amplia en este apartado del trabajo.
Cerfaux L.; Jesucristo en S. Pablo; Desclee de Brouwer; Bilbao 1967; Pp. 463
3
gloriosa de Dios, se sumergió en la historia de los hombres con una total fidelidad, vivida
incluso en la humillación extrema de la muerte (Flp 2, 6-11).6
c. Hijo de Dios.
Este es el título que puede asociarse inmediatamente a Jesucristo, el mesías, puesto que, en
la tradición bíblica, el descendiente davídico, el rey ideal, es aquel que participa de manera
particular del estatuto de la alianza: “Yo seré para él un padre y él será para mí un
hijo”(2Sam 7,14). Este título es preponderantemente de tradición paulina, ya que aparece
20 veces en todo su epistolario, seguido por la tradición joanea, 10 veces en el cuarto
evangelio y 15 veces en la primera carta. El título “Hijo de Dios”, lo mismo que el de
“Cristo”, no se encuentra en labios de Jesús en la tradición de los evangelios.
Para Pablo, el Hijo de Dios es engendrado en las moradas inaccesibles a las criaturas, en la
eternidad. San pablo expresa esta idea en la fórmula: “Primogénito antes de toda
criatura”(Col 1,15). San Pablo reserva para Cristo la noción de “generación”, mientras que
para el cosmos reserva el término de “creación”. El que en la eternidad se halla ante el
Padre, no puede ser creado, puesto que la idea de creación supone principio, introducción
en el tiempo. Si Cristo es principio,
lo es en cuanto se vuelve hacia el tiempo. Pero lo
que le permite ser en forma activa el iniciador del tiempo, es precisamente su presencia en
la eternidad. Por lo que podemos afirmar que para pablo el ser Hijo de Dios implica poseer
la naturaleza de Dios Padre y ser diferente a las creaturas.
d. Imagen de Dios.
La fórmula “Imagen de Dios” es propia de San Pablo, desconocida de la primera tradición
cristiana, esta afirmación se insertara en la teología y se identificara poco más o menos con
el Logos. San pablo orienta ya la cristología hacia especulaciones más o menos filosóficas.
El tema del a imagen de Dios toma dos caminos ascendentes:
6
P. Rossano, G. Ravasi, A. Girlanda; Nuevo diccionario de Teologia Biblica; Edit. San Pablo; Madrid España
1990; Pp. 890
4
1) Del Cristo glorificado al Cristo preexistente, o mejor dicho, eterno, el que es imagen
de Dios, con poder para transformar, en la gloria de su elevación y de su
entronización celestial, lo es también y sobre todo por derecho de nacimiento
eterno. Las expresiones “subsistir en la forma de Dios” y “ser semejante a Dios”
(Flp. 2,6), en realidad son poco más o menos sinónimas y se refieren al estado de
Cristo anterior o superior a su encarnación.
2) San Pablo coloca también el tema de la imagen en la cima del movimiento
ascensional a partir de la creación. Todas las cosas han sido creadas en Cristo, que
antes de toda creación es imagen de Dios (Col 1, 15ss).
e. Conclusión a la Cristología de Pablo
Por tanto, Pablo en su Cristología considera a Jesús, no solo desde su ser hombre, sino
también desde su divinidad, es por ello que a la hora de poner a Cristo como modelo de
todo hombre no duda en situarlo como paradigma de la comunidad, principalmente cuando
se trata de problemas y conflictos, ya que si Cristo es el modelo de comunidad, por su
relación intratrinitaria con el Padre, es también la solución y la respuesta a los conflictos
humanos, como lo veremos más adelante. La vida cristiana será entonces una vida dirigida
por el señorío de Cristo en su comunidad y por la nueva configuración ontológica que él
nos ha concedido de ser hijos en el Hijo, reflejando así la imagen del Dios invisible que se
nos ha manifestado en “Cristo Jesús para la gloria de Dios Padre”.
2. Cristología en Flp 2, 1-18.
a. El problema de la comunidad: la falta de amor y la rivalidad.
En la comunidad de Filipos se dieron casos de falta de amor. Pablo ha oído hablar de ellos.
La falta de amor se evidencia en la rivalidad y en la vanagloria. El amor es humilde. Tiene
en más a los otros que a sí mismo. La humildad era algo con lo que el hombre pagano no
sabía hacer demasiadas cosas. Ya la palabra misma tenía en el ámbito griego un matiz
5
peyorativo. Equivalía a mentalidad servil, servilismo, adulación. Semejante conducta era
ajena al hombre libre que la despreciaba. Pero la humildad cristiana no es una humildad
esclava. El cristiano es ante todo humilde delante de Dios, porque sabe que de Dios lo ha
recibido y lo recibe todo. Y por el camino de Dios alcanza la humildad auténtica ante los
otros hombres, ante sus hermanos, en cuanto reconoce en ellos el resplandor de Dios.7
Este era básicamente el problema, había quienes, ejerciendo su autoridad o servicio en la
comunidad, abusaban de él y maltrataban a los demás, el amor se fue haciendo a un lado y
comenzaron a existir conflictos internos, debido a la manera de entender la humildad según
el pensamiento griego, eh ahí la importancia de resaltar la imitación de Cristo, pues hay que
considerar “a los demás como superiores a uno mismo, sin buscar el propio interés sino el
de los demás. Teniendo entre todos los mismos sentimientos de Cristo” (Flp 2, 3-5). Estos
conflictos aparecen con mayor claridad en 4, 2-3 donde Pablo ruega a Evodía y a Síntique,
dos señoras sin duda influyentes en la comunidad, a que vivan en armonía.
b. Exhortación a la concordia y humildad (2,1-5)
Así pues si hay una exhortación en nombre de Cristo, un estímulo de amor, una comunión
en el Espíritu, una entrañable misericordia, colmad mi alegría, teniendo un mismo sentir,
un mismo amor, un mismo ánimo, y buscando todos lo mismo. Nada hagáis por ambición,
ni por vanagloria, sino con humildad, considerando a los demás como superiores a uno
mismo, sin buscar el propio interés sino el de los demás. Tened entre vosotros los mismos
sentimientos de Cristo.8
a)
Exhortación a la unidad y a la humildad.
En este pasaje, Pablo ruega, solicita, estimula y conjura a los filipenses. No se trata de un
llamamiento ético ni de una corrección basada en un “mejor” de tipo moral, sino de una
exhortación en Cristo, donde toda vanidad humana resulta imposible ya que acaece en
7
Joachim Gnilka; Carta a los Filipenses, El Nuevo Testamento y su mensaje, comentario para la lectura
espiritual; HERDER; Barcelona 1971. Pp. 37
8
Biblia de Jerusalén; Desclée de Brouwer; Bilbao 1998.
6
Cristo y es a la vez aliento y consuelo. El propio Cristo es quien habla en ella y no el
apóstol (Rom 12,1; 15,30; 1Cor 1,10; 2Cor 5,20; 10,1; 1Tes 4,1; 5,14; 2Tes 3,12), ni el
profeta (1Cor 14, 3. 31) o cualquier otro que diga la exhortación (1Tes 5, 12). Por eso tal
exhortación en Cristo no es mera palabra, sino palabra actuante.9
Esta exhortación (2,4) comienza con cuatro premisas:10
1) Se puede traducir Si cristo me permite una exhortación. Cristo es quien ha dado la
misión de anunciar el evangelio, es quien le da su autoridad y quien continuamente
lo sostiene en su trabajo. Por otra parte, la fe en Cristo y la unión con él es el
vínculo que lo une a la comunidad.
2) Se funda en el amor que une a Pablo con la comunidad y que le permite dirigir
estas palabras de ánimo: Si nos mueve la fuerza del amor.
3) Esta está basada en la participación (Koinonia) de un mismo Espíritu (1Cor 12,13;
Ef4,4)
4) Esta última premisa habla de entrañas y compasión. Son cualidades propias de Dios,
pero de las que el hombre puede también participar. Aquí se refiere tanto a la actitud
de Pablo como a la de los filipenses.
Puesto que esas condiciones se verifican, puede Pablo exhortar a vivir todos en concordia y
humildad. Así como había comenzado con cuatro premisas, propone la exhortación en
cuatro fases:
1) Vivir en concordia.
2) Estar animados por un mismo amor.
3) Vivir unánimes.
4) Tener unión de sentimientos.
Con estas cuatro frases Pablo quiere invitar a la comunidad a algo muy simple, a vivir la
concordia en las relaciones comunitarias, fundadas siempre en la invitación que viene de
Cristo a vivir conforme al evangelio, y el evangelio exige el amor mutuo. La comunidad de
Filipos tenía necesidad de esta exhortación. Pues la mayoría de los casos vividos en la
9
H. Conzelmann, G. Fiedrich; Epistolas de la cautividad texto y comentario; Actualidad Biblica 29;
Ediciones FAX; Madrid 1972. Pp.125
10
Comentario Biblico Latinoamericano, Nuevo Testamento; Edit. Verbo Divino; España 2003. Pp.941
7
comunidad expresaban una dificultad de asuntos personales entre sus integrantes,
realizando lo que Cristo les solicita por medio del apóstol, harán que Pablo alcance la
alegría completa.
Al final de la exhortación (v.4) completa San Pablo otro aspecto, el de la humildad. Primero
en forma negativa invitando a dejar las obras que se realizan por rivalidad o por vanidad, y
luego en forma positiva: humillarse, dar preferencia a los demás, no buscar los propios
intereses sino los de los demás (Cf. Rom 15,1-4; 1Cor 10,24).
Termina con una motivación cristológica: invita a adoptar unos con otros (o tambien
“adoptar dentro de ustedes) una determinada actitud (que incluye pensamientos y
decisiones): esa actitud queda remarcada con la frase “en Cristo Jesús”.
Esta expresión que utiliza el apóstol, puede entenderse en dos sentidos, que considero
importantes para el planteamiento de la imitación de Cristo:
1) Sentido ejemplar: se entiende la frase como “la actitud que tuvo Cristo Jesús” es la
interpretación tradicional de los Padres y la más utilizada en las traducciones. Por
ejemplo en relación a como lo entendían los padres, veamos el ejemplo de Juan
Crisóstomo: “Nuestro Señor Jesucristo, exhortando a sus discípulos, se puso a sí
mismo de ejemplo…Y este bienaventurado (Apóstol) actúa igual: ciertamente,
exhortándoles a la humildad, pone en medio a Cristo…Pues ninguna otra cosa
levanta igual al alma a la más alta filosofía, y a la práctica del bien, como el
comprender que tenemos que hacernos semejantes a Dios”.11 Este versículo en
donde Cristo se pone como ejemplo, sirve por el hecho de que “en Cristo Jesús” se
une directamente 2,6-8, donde aparece Cristo como sujeto de los verbos que siguen
y que hablan de su humillación (en los vv. 9-11 ya no es Cristo el sujeto). Hay que
resaltar que el apóstol no quiere que la comunidad imite a Cristo en su
preexistencia, sino en su “actitud” de humillarse, es por ello que invita en el v.5 a
tener sentimientos y actitudes de amor, a semejanza de Cristo.12
11
Thomas C. Oden, Marcelo Merino Rodriguez; La Biblia comentada por los padres de la Iglesia, Nuevo
Testamento 8: Galatas, Efesios, Filipenses; Ciudad Nueva; Madrid 2001. Pp.291
12
Comentario Biblico Latinoamericano, Nuevo Testamento; Edit. Verbo Divino; España 2003.Pp. 941
8
2) El otro sentido en que se puede entender este estar “en Cristo”, es un sentido más
reciente, pero igualmente valido, es el sentido de unión con Cristo: el cristiano por
el bautismo y la fe comienza una relación con y en Cristo, y que determina toda su
existencia, por la que Cristo mismo se convierte en el principio de su sentir y actuar.
Esta frase se podría traducir de acuerdo a esta interpretación como: “adopten unos
con otros la actitud que debe tener quien está unido a Cristo Jesús”.
Es interesante, en relación a la manera de entender e interpretar el texto del v.5, que
podamos sacar algunas conclusiones del sentido con que Pablo quiso escribir este pasaje, la
revista Reseña Bíblica en su número 53 nos ofrece las siguientes paráfrasis de este texto,
que creo yo, nos ayudan a comprender mejor el mensaje del apóstol:
-
Texto de la Biblia de Jerusalén: Tened entre vosotros los mismos sentimientos que
Cristo.
-
Revista Reseña Biblica13: Vivid entre vosotros esto que sois en Cristo Jesús. Sentid
entre vosotros esto que sois en Cristo Jesús, Pensad entre vosotros esto que sois en
Cristo Jesús. Quered entre vosotros esto que sois en Cristo Jesús.
Vivid entre vosotros lo mismo que sois en Cristo Jesús. Sentid entre vosotros lo
mismo que sois en Cristo Jesús. Pensad entre vosotros lo mismo que sois en Cristo
que Jesús. Quered entre vosotros lo mismo que sois en Cristo Jesús.
Vivid entre vosotros lo que ya vivís en Cristo Jesús. Sentid entre vosotros lo que ya
sentís en Cristo Jesús. Pensad entre vosotros lo que ya pensáis en Cristo Jesús.
Quered entre vosotros lo que ya queréis en Cristo Jesús.
Vivid entre vosotros lo mismo que vivís en Cristo Jesús. Sentid entre vosotros lo
mismo que sentís en Cristo Jesús. Pensad entre vosotros lo mismo que pensáis en
Cristo Jesús. Quered entre vosotros lo mismo que ya queréis en Cristo Jesús.
Con esta multiplicidad de significaciones, podemos concluir con una exhortación del
apóstol aclarada, interpretada y actualizada para la comunidad invitándola a “Sed en la
13
Omito el análisis gramatical que viene en la revista, solo tomo las conclusiones a las que llega el autor, si a
alguien le interesa revisar el articulo lo puede encontrar en: Reseña Biblica, La carta a los filipenses; Verbo
Divino, primavera 2007, Numero 53; Moreno García Abdon; Articulo: Vivid entre vosotros lo que sois en
Cristo: La tarea brota del don (Flp 2,5); Pp.19
9
Iglesia lo que sois en Cristo Jesús. Sentid en la Iglesia lo que sentís en Cristo Jesús”. Con
esta significación del texto nos podemos dar cuenta que en la comunidad debe haber
correlación entre lo que se cree y lo que se vive.
c. El ejemplo de Cristo (2,6-18)
Hemos visto como San Pablo exhortaba a los filipenses a la imitación de Cristo, buscando
tener entre ellos los mismos sentimientos de Jesús, al grado de lograr vivir lo que creen.
Ahora nos centramos en la exigencia de la imitación de Cristo, la cual entre las notas más
características de la imitación se encuentra la humillación por la obediencia. Comencemos
leyendo el himno Cristologico.
El cual siendo de condición divina, no codició el ser igual a Dios sino que se despojó de sí
mismo tomando condición de esclavo. Asumiendo semejanza humana y apareciendo en su
porte como hombre, se rebajó a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y una
muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó y le otorgó el Nombre, que esta sobre todo nombre.
Para que al nombre de Jesús toda rodillo se doble en los cielos, en la tierra y en los
abismos, y toda lengua confiese que Cristo es el SE ÑOR para gloria de Dios Padre.
a)
El himno Cristológico
Este himno probablemente no procede del mismo Pablo, ya que en él figuran una serie de
palabras que el Apóstol no suele usar. Por lo que al contenido se refiere también se acusan
diferencias respecto a la teología paulina. No se realiza el “para nosotros” de la
significación salvífica de la muerte de Jesús, como suele hacer Pablo en otros pasajes; ni se
cita para nada la resurrección de Jesús que ocupa un puesto central dentro de la predicación
paulina.
Ya en el v.5 se exhortaba a tener un mismo sentir, exhortación que luego es puntualizada:
“aspirando a sentir lo mismo”, indicando la actitud básica que deben tener los filipenses.
Según la tradición de Lutero son invitados a sentir lo mismo que sintió Jesucristo. Pero, si
10
Cristo hubiese de ser puesto tan solo como ejemplo de un sentir desinteresado, bastarían los
versículos 6-8. Pablo había advertido a sus filipenses que deben estar orientados en su
comunitariedad y en todos sus pensamientos, igual que como se piensa en la existencia
escatológica de la comunión con Cristo. Y para mostrar cómo se obtiene esa nueva
situación del ser en Cristo, escribe el himno.
Con este himno san Pablo no pone a Cristo como ideal inalcanzable, sino que habla
primeramente de la mutación del mundo desencadenada por Cristo, de modo que ahora hay
un nuevo ser y otro pensar distinto. Para él cristología y exhortación están
estrechísimamente ligadas. La historia de Cristo no es un hecho aislado e individual, sino
un acontecimiento final que determina la vida y la actuación del hombre (1Tes 5,9s; 2Cor
5,15.21; Gal 3,13s; 4,4s). Este himno se cantaba muy probablemente al administrar el
bautismo y debió recordarles a los filipenses una nueva existencia por Cristo.14
El himno contempla a Cristo aquí en la Tierra pero presuponiendo su existencia. El himno
sirve enormemente para inculcar la humildad, porque ve a Cristo, Dios y hombre
verdadero, renunciando constantemente a mostrar su divinidad. Y luego, después de treinta
y algún año de ser visto como un hombre más, tomando el camino de la obediencia y la
humillación infrahumana como es la muerte de Cruz. La respuesta del Padre es dar a
“Jesús/Jesucristo” (es decir incluyendo su realidad humana) todos los honores que, según el
antiguo testamento correspondían a Yahaveh. De tres maneras:15
1) Por medio de la expresión “el Nombre”, que significa “el Nombre sagrado”.
2) Por la alusión a Is 45, 23 (toda rodilla se doble y toda lengua confiese), que se
refiere indudablemente a Yahveh.
3) Con el título de Señor, entendido como “un solo Señor”(1Cor 8,6), a la luz del Semá
(Dt6,4)
Con la frase “hecho a semejanza de los hombres y habiendo aparecido en su aspecto
exterior como un hombre (cualquiera)” Pablo requiere expresar que Cristo se hizo igual a
14
H. Conzelmann, G. Fiedrich; Epistolas de la cautividad texto y comentario; Actualidad Biblica 29;
Ediciones FAX; Madrid 1972. Pp.130
15
Sánchez Bosch Jordi; Escritos Paulinos, introduccion al studio de la biblia; Verbo Divino; España 2009;
Pp.380.
11
todos los hombres, tomo las apariencias de un hombre cualquiera. Aquí ciertamente se
habla del Cristo terreno pero se supone el resultado de una acción anterior. Pero la
humillación llegó hasta el extremo: “se hizo obediente hasta la muerte de cruz”. El texto
resalta el carácter libre de esa acción: se humillo a si mismo haciéndose obediente. La
obediencia es obediencia al Padre. La muerte en la Cruz es la humillación suprema de la
humillación, especialmente para los ciudadanos romanos, pues era la muerte propia de
esclavos y extranjeros.16
Dios no dejo a Cristo en su abajada situación, sino que lo enalteció. Con eso no solo volvió
a su condición anterior, no solo recibió su condición divina precedente, sino que fue
exaltado por encima de todos los hombres, siendo ahora el sumo. Al serle dado el Nombre
que está por encima de todos los nombres, al entregarle Dios su propio nombre, recibe una
condición y dignidad que nadie más tiene.
Al dársele el nombre se anuncia su entronización a todo el mundo, de modo que éste
conoce lo acontecido; se revela la importancia salvífica del acontecimiento Cristo.17
El himno va concluyendo con la importancia del nombre de Jesús, y culmina con la
aclamación del Señorío de Cristo, donde toda la creación en los cielos, en la tierra y en los
abismos lo proclaman y lo reverencian como Señor.
3. Pistas de actualización.
Sin duda la interpretación Cristológica de este pasaje podría darnos material para múltiples
reflexiones acerca de lo que implica ser en Cristo, pues la invitación que Pablo hace a la
comunidad a tener los mismos sentimientos de Cristo es la invitación a reproducir en ellos
la persona de Cristo Jesús.
El punto psicológico de partida del himno es el hecho real e indudable de que “Cristo es el
Señor”. La idea y expresión de Señor va unida, en la mentalidad de Pablo, al triunfo
obtenido por Cristo sobre la muerte, a su glorificación actual y a su innegable dominio
16
Comentario Biblico Latinoamericano, Nuevo Testamento; Edit. Verbo Divino; España 2003.Pp. 943
H. Conzelmann, G. Fiedrich; Epistolas de la cautividad texto y comentario; Actualidad Biblica 29;
Ediciones FAX; Madrid 1972. Pp.133
17
12
sobre la Iglesia y, a través de ella, sobre la creación que lentamente va avanzando hacia una
“liberación propia” (Rom 8,21).
Por consiguiente los dirigentes de la Iglesia, que participan de este “señorío” o “dominio”
de Cristo, como lugartenientes suyos, no pueden menos que seguir el mismo proceso
personal de Cristo.
Este proceso tiene como tres momentos fundamentales, que se siguen en una especie de
ritmo ternario.
1) La posesión previa de un “plus”: “Cristo estaba en condición de Dios”; no
solamente era Dios, sino que, como hombre-Dios, estaba totalmente exento de toda
miseria humana. Pablo parte siempre del hecho de la humanización de Dios. Como
los demás autores del Nuevo Testamento, él no se asombra de que Dios se haya
hecho hombre, sino de que este hombre-Dios, se haya despojado de los privilegios
que le correspondían.
2) Este es el segundo momento de la “encarnación sociológica”: Cristo se despoja
voluntariamente de esos privilegios. La palabra usada por Pablo para expresar esta
idea –kenosis - ha sido excesivamente sobada por ciertas corrientes teológicas, que
no repararon en el sentido puramente “sociológico” de la expresión. Pablo no quiere
decir que Dios, al hacerse hombre, como que “se despoje de su divinidad. Ni mucho
menos. Él siempre está pensando en Jesús de Nazaret, el hombre-Dios, que bien
pudo haber aparecido en la historia con la “gloria” de que ahora goza en su estado
definitivo. Por el contrario Jesús, despojándose de sus privilegios se ha sumergido
totalmente en la corriente humana. Se ha hecho un hombre cualquiera, sometido a
todas las alienaciones humanas, incluso la muerta, y no cualquier muerte, sino la
muerte de cruz, el “garrote vil” de aquella época.
3) El tercer momento es la “redención”, después de haberse humillado, al grado de
hacerse a sí mismo “pecado” por los hombres: “por lo cual Dios lo exalto” Siendo
así que Cristo se había manchado misteriosamente de la miseria humana, necesitaba
personalmente una redención: “fue exaltado”. Ya en este himno hay una alusión
implícita a Cristo como segundo Adán, que, a la inversa del primero, “no considero
como una presa el ser Dios”(Gn 3, 5).
13
Este es el ejemplo que Pablo propone a los dirigentes comunidad de Filipos, y que tiene
de suyo una proyección universal a todos los cristianos. El cristiano, en efecto, es un
“redentor”: “Hijos de Dios irreprensibles en medio de una generación desviada y
pervertida, en cuyo seno brilláis como antorchas en el mundo, llevando levantada en
alto la palabra de la vida” (Flp 2, 15-16).
El cristiano debe ir, en primer lugar, cargado de ese “plus” que, como vamos viendo a
través del pensamiento paulino, abarca todos los valores positivos del hombre,
coronados por la infusión evangélica. La humildad no es la ignorancia; la sencillez no
es la ingenuidad; la “necedad de la cruz” no deja de ser una sabiduría altísima sólo
captable para los maduros.
Pero la comunicación de este “plus” a los hombres no se puede hacer desde una postura
aséptica y desencarnada: hay que sumergirse en el seno de esa existencia tarada. El
cristianismo opera desde dentro por contagio. El amor al prójimo no puede ser
únicamente el tema de una predicación; tiene que convertirse en auténtica epidemia de
salvación y liberación. Solamente así el cristiano – y sobre todo los dirigentes
eclesiales- podrán participar del “señorío” de Cristo, del verdadero “señorío” redentor y
liberador.18
Conclusión
Este pasaje de la carta de Pablo es una invitación a todos los cristianos a vivir la
comunión eclesial a través de la humildad, en profunda unión con Cristo, para poder
nosotros también reproducir su pensar, su actuar y su vida, no como simples marionetas
dirigidas por una mano, sino que optando libre y consciente mente, reproduzcamos en
nosotros la imagen de Cristo. De este modo, como vimos en la cristología paulina, Jesús
nos hace participes de su filiación, y por lo tanto podemos ser también hijos de Dios en
el Hijo, que se sometió libremente a la voluntad de su Padre, no deseando privilegio,
sino más bien, cumplir el proyecto que Dios le había encomendado, eso le gano la
exaltación de parte de Dios y su Señorío sobre la creación.
18
José Ma. González Ruiz; El Evangelio de Pablo; Edit. Sal Terrae; Colección presencia teológica; España
1988. Pp.100-103
14
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