UNIDAD IV - El Matrimonio

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DERECHO DE FAMILIA
UNIDAD 4: EL MATRIMONIO
Lic. Francisco Javier Sosa Santana.
UNIDAD III.
LOS
ALIMENTOS
Y
LA
OBLIGACION ALIMENTARIA
CONTENIDO:
4.1. CONCEPTO
4.2. NATURALEZA JURÍDICA
4.3. REQUISITOS DE FONDO PARA CONTRAER
MATRIMONIO.
4.4. REQUISITOS
DE
FORMA
PARA
CELEBRACION DEL MATRIMONIO
4.5. DERECHOS Y OBLIGACIONES
4.6. EL RÉGIMEN PATRIMONIAL
A)
LA SOCIEDAD CONYUGAL
B)
LA SEPARACIÓN DE BIENES
C)
EL SISTEMA MIXTO
LA
OBJETIVOS DE LA UNIDAD IV:
1.- Manejar los elementos del concepto de
matrimonio, diferenciar la naturaleza jurídica
del
matrimonio,
delimitar
los
derechos
y
obligaciones dentro del matrimonio y cuales son
los
requisitos
esenciales
para
contraer
y
celebrar el matrimonio.
2.- Definir que es el régimen patrimonial, así
como
diferenciar
los
distintos
tipos
de
regímenes patrimoniales que se pueden dar en
el matrimonio.
4.1. CONCEPTO.
Para comprender la definición de matrimonio
es necesario tener presente que este término implica
fundamentalmente dos aspectos:
1.- El de su naturaleza como acto jurídico, que
constituye un acto voluntario efectuado en un lugar y
tiempo determinados, ante el funcionario que el Estado
ha designado para realizarlo (la manifestación de la
voluntad sancionada por el derecho para generar
consecuencias jurídicas).
2.- El de su condición como estado matrimonial, que
atribuye una situación general y permanente a los
contrayentes, y que se deriva del acto jurídico, el cual
origina
derechos,
deberes
y
obligaciones
que
se
traducen en un género especial de vida (una comunidad
de vida, situación permanente que coloca a los casados
en ese estado frente a la sociedad).
Si consideramos que del acto jurídico emana el estado
matrimonial,
lo
que
convierte
a
las
partes
en
indisociables e integrantes de una sola institución, que
el matrimonio, en términos generales, éste puede
definirse como el acto jurídico complejo, estatal, cuyo
objeto es la creación del estado matrimonial entre un
hombre y una mujer.
Hoy
en
día,
se
puede
definir
al
matrimonio como la unión libre de un
hombre y una mujer para realizar la
comunidad de vida, en donde ambos
se procuran respeto, igualdad y ayuda
mutua con la posibilidad de procrear
hijos de manera libre, responsable e
informada. Debe celebrarse ante el
juez del Registro Civil y con las
formalidades que ley exija.
Del anterior concepto se desprenden las siguientes
hipótesis sobre el matrimonio:
a) La unión libre de un hombre y una mujer.
b) La unión cuyo objeto es realizar la comunidad de
vida.
c) Los casados se procuran respeto, igualdad y ayuda
mutua.
d) La posibilidad de procrear hijos de manera libre,
responsable e informada.
e) Su realización tendrá lugar ante el juez del Registro
Civil
con las
formalidades
que
exige
la
Ley
(solemnidades).
4.2. NATURALEZA JURÍDICA.
Llegar al concepto del matrimonio implica la
revisión de diversos conceptos vinculados a él, como
son la voluntad de los contrayentes y los diversos
momentos y hechos históricos que lo han determinado
en el tiempo y que, en conjunto, conforman la
explicación sobre su naturaleza jurídica.
En todos los casos de matrimonio celebrado en
nuestro sistema jurídico mexicano, el papel de la
voluntad de los contrayentes ha sido determinante, lo
que no ocurre en otros sistemas, ajenos al que nos rige,
en los que se dan matrimonios por “venta” (de la mujer),
rapto (también de la mujer) y por acuerdo de los
progenitores.
En lo s sistemas jurídicos de occidente,
siempre ha sido indispensable la manifestación de la
voluntad de los contrayentes ante el ministro de la
Iglesia o ante el juez del Registro Civil. Por esta
circunstancia se ha llegado a la conclusión de que el
matrimonio es un acuerdo de voluntades y, por lo tanto,
constituye un contrato.
En
nuestro
país,
la
promulgación
y
publicación de leyes como del 27 de enero de 1857, que
establecía para toda la República Mexicana el registro
del estado civil, y la del 27 de julio de 1859 sobre el
matrimonio, le dieron por primera vez a éste el carácter
de acto laico, por completo ajeno a la autoridad
eclesiástica, y lo denominaron contrato, concepto por el
que pasó a la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos de 1917.
El concepto de matrimonio
como contrato tiene una
larga tradición doctrinal y
cuenta
con
defensores
importantísimos,
quienes
se
Planiol,
quien
entre
halla
lo
Marcel
definió
como:
“La unión sexual del hombre y la mujer,
elevada a la dignidad del contrato por la Ley, y de
sacramento por la religión.”
Sin embargo, en fechas
autores
han
objetado
el
mas recientes otros
carácter
contractual
del
matrimonio, sin desconocer por supuesto el papel que
la voluntad de los contrayentes juega en su celebración.
Entre estos autores figuran:
a) León
Duguit,
quien
sostiene
que
el
matrimonio constituye un acto jurídicocondición: es acto jurídico porque es una
declaración de voluntad a la que el derecho
otorga determinados efectos; es condición en
tanto que resulta indispensable para el
nacimiento
de
un
estado
previamente
establecido,
jurídico
con
derechos,
deberes y obligaciones , que no pueden ser
alterados por las partes.
b) Antonio
Cicu,
quien
manifiesta
quien
manifiesta que el matrimonio no es un
contrato, ya que no es la sola voluntad de
los contrayentes lo que lo crea. Para que
exista matrimonio se requiere que éste sea
declarado por el juez del Registro Civil. Por
tanto,
aunque
haya
acuerdo
de
los
interesados, éste no es suficiente, puesto
que sin la declaración del juez del Registro
Civil no hay matrimonio. Así el matrimonio
es un acto complejo de poder estatal que
requiere la voluntad de los contrayentes y la
del Estado.
c) Hauriou
sostienen
situación
y
Bonnecase,
que
el
jurídica,
por
su
matrimonio
ya
que
por
parte,
es
ella
una
se
entiende una organización de reglas de
derecho unidas por un fin común y a la que
se someten los esposos al declarar su
voluntad en el acto de celebración.
4.3. REQUISITOS DE FONDO PARA CONTRAER
MATRIMONIO.
Al hablar de los requisitos de fondo para
contraer matrimonio implica ubicarnos en la segunda
etapa del matrimonio, así como en el ámbito de los
requerimientos imprescindibles para su realización
legal.
Los
requisitos
indispensables
que
deben
cubrirse para la celebración del matrimonio se agrupan
en requisitos de fondo y requisitos de forma.
Los
requisitos
para
la
celebración
del
matrimonio no deben confundirse con los elementos de
existencia o validez, pues aunque la falta de alguno de
ellos puede producir la inexistencia o la nulidad del acto
matrimonial, su división no coincide con la clasificación
de
los
elementos
esenciales
del
acto
jurídico
matrimonial.
Los requisitos de fondo son las características
que atañen a los sujetos o a las circunstancias en las
que ellos se encuentran y de las que depende la
posibilidad
de
realizar
un
matrimonio
valido.
Actualmente son:
a) DIFERENCIA DE SEXO.- La ley exige que el
matrimonio sólo se dé entre un hombre y una
mujer (con excepción de legislaciones como la del
Distrito Federal que rige ya matrimonios entre
seres del mismo sexo), ya que se trata de una
institución creada, entre otros fines, para regular
la relación sexual entre personas de distinto sexo,
encaminada a la probabilidad de la procreación.
b) MAYORÍA
DE
EDAD.-
La
edad
para
el
matrimonio implica el concepto de pubertad,
porque supone que las personas ya cuentan con
la aptitud para mantener relaciones sexuales y
procrear. En la actualidad la pubertad legal en
nuestro sistema jurídico mexicano se contempla
bajo
una
edad
mínima
para
celebrar
un
matrimonio en los 16 años cumplidos por parte
de ambos contrayentes, al ser considerada esta
edad como físicamente aptos para la procreación.
c) CONSENTIMIENTO.- En nuestro tiempo y dentro
de nuestra cultura, el matrimonio no se concibe
sin el consentimiento de los contrayentes, pues se
trata de un acto jurídico que, por lo mismo,
requiere la manifestación de la libre voluntad,
certeza y capacidad de los contrayentes, es decir,
de la manifestación de la voluntad libre de todo
vicio para que pueda expresarse de manera
válida.
d) AUTORIZACION
PARA
MENORES.-
En
la
actualidad nuestro sistema jurídico, para la
celebración
de
matrimonio
se
requiere
el
consentimiento del padre, la madre o, en su
defecto, del tutor, en el caso de los menores de 18
años que hayan cumplido los 16 años, tanto para
los hombres como para las mujeres, y a falta o
negativa
o imposibilidad, el juez de lo familiar
será quien por ley consienta, en suplencia.
e) AUSENCIA DE IMPEDIMENTOS.- El concepto
impedimento reviste una importancia especial en
la
institución
determinadas
celebración
del
matrimonio
situaciones
y,
en
otros
cuando
obstaculizan
casos,
hasta
su
su
permanencia. Para efectos del matrimonio, por
impedimento debe entenderse toda prohibición
establecida por la ley para su celebración, esto es,
toda circunstancia de tipo biológico, moral o
jurídico
por
la
cual
se
considera
que
el
matrimonio no debe llevarse a cabo.
4.4.
REQUISITOS
DE
FORMA
PARA
LA
CELEBRACION DEL MATRIMONIO.
Dentro de la segunda etapa del matrimonio,
que hace a la celebración propia del acto matrimonial,
los requisitos de forma que deben satisfacerse se
dividen en previos y concomitantes, o propios de la
celebración y corresponden a dos momentos de la
misma. Ambos constituyen el conjunto de formalidades
que hacen que el matrimonio como acto jurídico se
tenga por celebrado válidamente.
PREVIOS A LA CELEBRACIÓN
Trámites
previos
a
la
celebración
del
matrimonio. Consisten básicamente en satisfacer los
requisitos que atañen a la solicitud que los interesados
deben presentar ante el juez del registro civil, y en la
que manifiestan:
1. Sus nombres, edad, domicilio y ocupación;
2. Los de sus padres;
3. Que no tienen impedimento para casarse, y
4. Que es su voluntad unirse en matrimonio.
A
la
solicitud
deberán
acompañar
los
siguientes documentos:
I. En acta de nacimiento o dictamen médico
que compruebe que tienen la edad mínima para
contraer matrimonio. Este documento no es necesario si
por su aspecto físico es notorio que los contrayentes
cumplen con el requisito de pubertad legal.
II. Constancia de que los padres, tutores o
autoridades autorizan el matrimonio, en el caso de que
alguno de los contrayentes sea menor de edad.
III. Declaración de dos testigos a quienes, por
conocer a los futuros esposos de tiempo atrás, les
consta que no tienen impedimento para casarse.
IV. Certificado médico prenupcial en el que
conste que no tienen ninguna de las enfermedades que
constituyen obstáculo para el matrimonio.
V. Documento en el que conste el convenio que
sobre los bienes de los futuros esposos se haya
celebrado. En nuestro Código Civil este documento
recibe
el
nombre
de
contrato
de
matrimonio
o
capitulaciones matrimoniales.
VI. Comprobante de la disolución de un
matrimonio anterior, si lo hubo, por muerte, nulidad o
divorcio (acta de defunción, sentencia de nulidad o
sentencia de divorcio)
VII. Certificado de dispensa, si es que existió
impedimento dispensable.
PROPIOS DE LA CELEBRACIÓN
El acto de la celebración está rodeado de
formalidades concomitantes a la misma.
1. El lugar, día y hora para la celebración del
acto matrimonial, deberán estar previamente señalados
y en él estarán presentes ante el juez del registro civil:
Los pretendientes.
Dos testigos de identidad, para
hacer notar que los pretendientes son
quienes ellos
dicen ser, y que no tienen impedimento legal para
casarse. Los padres o tutores, si se trata del matrimonio
de menores.
2. Previa ratificación de las firmas de la
solicitud (de los contrayentes, testigos y ascendientes o
tutores, si alguno es menor de edad), el juez Leerá en
voz
alta
la
solicitud
y
los
documentos
acompañan; Preguntará si los contrayentes
mismas personas a que se refiere la
que
la
son las
solicitud;
Preguntar a cada contrayente, si es su voluntad unirse
en matrimonio; En caso afirmativo, declararlos casados
en nombre de la ley de la sociedad.
3.
El
juez,
posteriormente:
Procederá
de
inmediato a la redacción del acta en las formas
especiales que, foliadas y por triplicado, harán constar
todas las formalidades verbales anteriores, en los
términos que la ley fije; Firmará el acta, junto con los
contrayentes, los testigos y los padres o tutores, en su
caso;
Imprimirá
las
huellas
digitales
de
los
contrayentes; Entregará de inmediato una de las copias
del acta a los ahora esposos.
4.5. DERECHOS Y OBLIGACIONES.
Tradicionalmente, los efectos del matrimonio
que hacen al estado matrimonial se han dividido en:
— Efectos respecto de las personas de los cónyuges,
— Efectos respecto de los bienes de los esposos y
— Efectos respecto de las personas y bienes de los hijos.
Respecto de los cónyuges, los derechos y
obligaciones que nacen del matrimonio son iguales para
ambos, y recíprocos. Los principales se agrupan en:
Deber de cohabitación, deber de ayuda mutua, débito
carnal y deber de fidelidad.
El deber de cohabitación constituye la-esencia
del matrimonio; implica un género de vida en común
que no podría realizarse si cada esposo pudiera vivir por
separado. Obliga a que ambos vivan bajo el mismo
techo y compartan mesa y lecho, hechos que ponen de
manifiesto la convivencia conyugal.
El deber de ayuda mutua es correlativo al
deber de convivencia. Implica el deber de socorro que
ha de existir entre los esposos. El contenido primordial
del deber de socorro reside en la obligación alimentaria
recíproca.
Para cumplir con él, los cónyuges deben
contribuir económicamente al sostenimiento del hogar,
de la forma que libremente establezcan según sus
posibilidades.
El
monto
de
lo
aportado
a
tal
sostenimiento no altera la igualdad que debe existir en
relación con la autoridad familiar, aun en el caso de que
uno solo de los esposos aporte la totalidad de los gastos,
por convenio o por encontrarse el otro imposibilitado de
trabajar y no contar con bienes propios. La ley concede
derecho preferente a los cónyuges sobre los ingresos del
otro para el sostenimiento de la familia.
La
ayuda
mutua
igualmente
implica
la
administración de bienes comunes, según lo establecido
en las capitulaciones matrimoniales; y sólo requerirá el
administrador la autorización del otro para los actos de
dominio, disposición y gravamen. Cada uno es libre
administrador de sus bienes propios sin que puedan
cobrarse los servicios que al efecto se presten.
Dentro del matrimonio, los esposos gozan de
autoridad, derechos y obligaciones iguales, por lo que
en nuestro sistema jurídico actual se desconoce la
autoridad familiar que en otros sistemas se concede al
marido. Cualquiera de los cónyuges puede oponerse a
las actividades del otro cuando vayan en contra de la
moral y estabilidad de la familia.
4.6. EL RÉGIMEN PATRIMONIAL.
De la naturaleza del matrimonio como un
género de vida en común se desprende que los efectos
del mismo se reflejen en los bienes de los esposos; de
allí la necesidad de regular esos efectos, regulación que
ha sido efectuada por todos los sistemas jurídicos.
Los bienes de los esposos constituyen su
patrimonio y la base económica del matrimonio; así
dicho patrimonio y los efectos del matrimonio sobre éste
se encuentran organizados y regulados dentro de los
diversos sistemas legales de los países. En nuestro
derecho, el patrimonio de los cónyuges está regulado
por un conjunto de normas dentro del Código Familiar,
que constituyen el régimen patrimonial del matrimonio.
De esta manera, por régimen
patrimonial
del
matrimonio
debemos entender el conjunto
de normas que regulan todos
los
asuntos
pecuniarios,
propiedad, administración y disposición de los bienes
de los cónyuges, así como los derechos y obligaciones
que al respecto se generen entre ellos, y entre los
cónyuges y terceros, tanto al momento de celebrarse el
matrimonio,
mientras
dure
y
cuando
llegare
a
disolverse.
4.7. SOCIEDAD CONYUGAL
En lo que concierne a la naturaleza de la
sociedad conyugal, algunos autores -entre nosotros el
doctor Rojina Villegas- han pretendido ver en ella una
verdadera sociedad creadora de personalidad jurídica,
distinta
de
los
cónyuges,
con
patrimonio
y
representación propios.
Sin embargo, la casi totalidad de la doctrina
nacional y extranjera no está de acuerdo con ello. La
familia no es una persona moral; considerar a la
sociedad conyugal con personalidad jurídica propia,
permitiría el absurdo de que cuando los esposos
pactaran el régimen de sociedad conyugal, la
familia
tendría personalidad jurídica, y cuando optaran por el
régimen de separación de bienes, carecería de ella.
La
sociedad
conyugal
debe
reunir
los
siguientes requisitos para su constitución:
1. Otorgarse en escrito privado, pero cuando a
ella se aporten bienes inmuebles que requieran de
escritura
pública
para
su
transmisión,
las
capitulaciones deberán hacerse en escritura pública,
además de inscribirse en el Registro Público de la
Propiedad para que tenga efectos respecto de terceros.
2. Puede constituirse antes de la celebración
del matrimonio o durante éste, modificando el contrato
mediante el cual se hubiere constituido otro régimen: de
separación de bienes o mixto. Para ello deben llenarse
las mismas formalidades que para celebrar el contrato
antes del matrimonio, además de la autorización
judicial para que los esposos puedan contratar.
3. El contrato de sociedad conyugal debe
contener:
a) Lista de avalúo de los bienes muebles e
inmuebles;
b) Lista de las deudas de que deba responder
la sociedad;
c) Indicación expresa de que se trata de una
comunidad absoluta; es decir, que todos los bienes
presentes y futuros de ambos pasarán a constituir el
patrimonio común; asimismo, de si la sociedad se
contrae por la propiedad o sólo por los productos de los
bienes;
d) Indicación expresa del destino de los
productos del trabajo de cada esposo;
e) Indicación expresa de cómo se dividirán las
utilidades, ya sea que uno reciba una cuota fija, o bien
que las ganancias se repartan en proporción a sus
aportaciones.
4.8. SEPARACIÓN DE BIENES
Por lo que respecta al régimen de separación
de bienes, éste pertenece al grupo de los sistemas de
separación absoluta, ya que en este régimen cada
cónyuge
conserva
la
propiedad,
usufructo
y
administración de su patrimonio, sin intervención del
otro. La separación de los bienes normalmente es total,
como también lo son los productos de los mismos y los
bienes que se adquieran durante el estado matrimonial;
de aquí que cada cónyuge pueda disponer de ellos sin
necesidad de licencia o autorización del otro. En este
régimen, la situación matrimonial de los cónyuges
respecto a su patrimonio es la misma que tenía antes
del matrimonio, exceptuando las obligaciones derivadas
de éste para el sostenimiento económico del hogar y
para darse alimentos en caso necesario.
La separación de los bienes puede establecerse
antes del matrimonio y durante el matrimonio.
1.
Antes
del
matrimonio,
el
pacto
de
separación de bienes se establece en las capitulaciones
como requisito formal para la celebración del mismo.
2. Durante el matrimonio, la separación de
bienes puede pactarse de común acuerdo cuando los
cónyuges decidan cambiar su régimen de sociedad
conyugal por el de separación de bienes o bien
modificarlo en su alcance,
de separación absoluta a
separación parcial o viceversa, para constituir un
sistema mixto.
En caso de terminación de la sociedad por
culpa del administrador, el matrimonio continuará con
régimen de separación.
4.8. SISTEMA MIXTO.
Cuando el régimen de separación de bienes no
es absoluto sino parcial; esto es cuando sólo parte de
los bienes y derechos de los cónyuges se ha convenido
se rijan por separación, y la otra parte sea materia de la
sociedad conyugal, da origen a un régimen patrimonial
mixto para regir la vida económica del matrimonio.
De aquí que el sistema mixto sea aquel en el
que ni la sociedad ni la separación involucra la
totalidad de los bienes de los esposos, ya que una parte
corresponde a la sociedad y la otra se mantiene en
separación.
El sistema mixto puede ser tan amplio como la
imaginación
o
conveniencia
de
los
cónyuges
lo
consideren: en él caen todas las graduaciones de la
sociedad conyugal. Por ejemplo la sociedad puede
comprender los bienes futuros, pero no los presentes;
puede comprender los productos
las donaciones
del trabajo pero no
y herencias, etc.; en fin puede
comprender cualquier forma en que coexistan sociedad
parcial y separación parcial.
En este régimen la voluntad de las partes es
soberana, con las solas limitaciones de todos los
contratos -interés público y derechos de terceros- así
como las señaladas por la ley para la sociedad conyugal
en particular.
Lic. Francis Sosa Santana.
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