R e v i s t a F o r o d e e d u c a c i ó n s u p e r i o r e l e c t r ó n i c a d e l P r o g r a m a d e E s t u d i o s U n i v e r s i t a r i o s C o m p a r a d o s Las intervenciones profesionales del psicólogo político Abraham Quiroz Palacios Resumen En el presente trabajo partimos de algunas interrogantes que, suponemos, se hacen todos los psicólogos políticos, por ejemplo: ¿qué aspectos de la realidad deben ser estudiados e intervenidos?, ¿con qué criterios hay que seleccionarlos?, ¿dónde trabajan los colegas, qué actividades desarrollan y a quién están sirviendo?, ¿qué metodologías emplean y de qué manera construyen sus teorías?, ¿cuáles son y cómo seleccionan sus fuentes?, ¿qué objetivos persiguen y qué impacto buscan en la sociedad?, de entre otras muchas. Sostenemos que ninguna de las descripciones acerca de lo que hacen estos profesionales es completa, pues el campo de aplicación es vasto y creemos difícil encontrar a alguien que maneje toda la información; sin embargo, para el caso de México, podemos intentar un juicio clasificatorio, consistente en afirmar que -con la salvedad de los académicos críticos y de los que, con su trabajo profesional, hacen conciencia para cambiar el orden social-, la mayoría de los psicólogos políticos desempeñan un rol parecido al del intelectual orgánico, en tanto que su actividad la centra en cuidar “el orden de las cosas”, buscan los argumentos para justificar los planes y las acciones del poder; diseñan y aplican estrategias de influencia o de control psicológico sobre la opinión pública o la sociedad civil; usan la teoría de la conspiración e inducen conflictos políticos (para luego reabsorberlos mediante la negociación con el propio poder; Las intervenciones profesionales del psicólogo político | Abraham Quiroz Palacios R e v i s t a F o r o d e e d u c a c i ó n s u p e r i o r e l e c t r ó n i c a d e l P r o g r a m a d e E s t u d i o s U n i v e r s i t a r i o s C o m p a r a d o s o, llegado el caso, linchar biológica, sociológica y psicológicamente a los enemigos -reales o imaginarios- del sistema). Se encarga pues de la guerra psicológica en tiempos de paz; se aplica también en el campo electoral, cuidando la buena imagen de los candidatos e institutos políticos, etc. Además, ¿pueden haber intervenciones alternativas de esto?, y ¿cuál es la perspectiva a seguir? Palabras clave: intervención psicológico-política, intelectual orgánico, guerra psicológica. Las intervenciones profesionales del psicólogo político | Abraham Quiroz Palacios R e v i s t a F o r o d e e d u c a c i ó n s u p e r i o r e l e c t r ó n i c a d e l P r o g r a m a d e E s t u d i o s U n i v e r s i t a r i o s C o m p a r a d o s Introducción Los portadores sociales de la transformación -y esto es ortodoxia marxista- sólo se forman en el proceso mismo de transformación Marcuse, H., El fin de la utopía Conviene precisar de inicio lo que aquí entendemos por psicología política para tratar de responder a las preguntas que nos hacemos en el resumen o, por lo menos, para encontrarle los significados a la palabra intervención. Sabiendo que la disciplina tiene múltiples apreciaciones acerca de lo que ella misma es (una rama de la psicología social -Quiroz, 1995-; una herramienta que permite al psicólogo poner en contacto a ciudadanos y políticos –Garzón, 2008-; un momento de la psicología social –Fernández; un conjunto de conocimientos especializados, etc.) y de los objetos que analiza, quizá podamos convenir con Knutson (1973) que sus saberes resultan del análisis acerca de cómo los factores psicológicos influyen o determinan la conducta política, de cómo los sistemas políticos afectan los procesos psicológicos (Knutson, 1973, en Dávila et al, 1998, 25); postura con la cual nos identificamos plenamente porque con ella “se matan dos pájaros de una sola pedrada” pues, por un lado, se ahorra la discusión de Billig (en Sabucedo, 1996, 19) acerca de que si es psicología política, o es psicología de la política (inclinándonos por la primera dado el argumento de que a la disciplina no le es ajena la política, ni está al margen de la psicología), por otro lado, se refuerza la idea de que la propia psicología política es “un campo de intervención de la psicología, centrado en estudiar las relaciones entre los procesos psicológicos y los fenómenos políticos” (Garzón, 2008, 11-12). Más claro todavía, y en ese mismo sentido lo dice Hermann: “la psicología política debe concebirse como el área de intersección de los procesos políticos y los psicológicos” (Hermann, 1986, en Garzón, 2008, 12), área en la cual quedan contempladas incluso las perspectivas psicologistas como la de Lasswel, que para muchos es el creador de la psicología política, porque “proporcionó desde el psicoanálisis, una perspectiva psicológica de la misma, estudiando el papel que la percepción, la motivación y la personalidad: factores psicológicos partícipes en el comportamiento de líderes (…), Las intervenciones profesionales del psicólogo político | Abraham Quiroz Palacios R e v i s t a F o r o d e e d u c a c i ó n s u p e r i o r e l e c t r ó n i c a d e l P r o g r a m a d e E s t u d i o s U n i v e r s i t a r i o s C o m p a r a d o s considerando los acontecimientos de los años treinta (fascismo, revueltas, guerras, irrupción de los mass media y su influencia en la opinión pública), que pusieron el resto (de los factores) sin descartar los ambientales y los procesos políticos que moldean a su vez las actitudes y creencias de los ciudadanos y políticos” (Garzón, op. cit., p. 11). Así pues, teniendo un campo de estudio y un nivel de análisis propio: “la psicología política –concluye Sabucedo- consiste en el estudio de las creencias, representaciones o sentido común que los ciudadanos tienen sobre la política, y los comportamientos de éstos que, ya por acción u omisión, traten de incidir o contribuyan al mantenimiento o cambio de un determinado orden socio-político” (Sabucedo, 1996, 22). De hecho, en la historia de la disciplina, encontramos que las observaciones sistematizadas y las sugerencias de aplicación, acerca de la influencia recíproca entre factores psicológicos (individuales o colectivos) y sistemas políticos datan de muy lejos, y no precisamente, por cierto, de psicólogos sociales, sino de teóricos de la política, de la filosofía política, de la sociología, así como de otros campos. Dorna (2003) por ejemplo, cita las obras de Maquiavelo, Pareto y Weber, entre otras, como las que mejor ilustran “la imbricación de los aspectos psicológicos y sociológicos de la autoridad carismática: los rasgos de la personalidad en cuestión y sus relaciones con los seguidores. El hombre, cuyo renombre y notoriedad se basan en la „gracia‟, establece una asombrosa relación de seducción con sus semejantes. Es una especie de „don Juan‟ político: Nadie se le escapa…como líder no se deja encandilar por el narcisismo. Su actitud no es la del zorro sino la del león, según una imagen zoológica apreciada por Maquiavelo y Pareto” (Dorna, 2003, 23). Hablando de la intervención y de las aplicaciones que se hacen en psicología política, es importante aclarar también que no es una disciplina dividida en dos, tal como se ha pretendido ver, por ejemplo, a la psicología social desde la óptica de los dualismos cartesianos: teoría versus aplicación; explicación versus comprensión; individualismo versus colectivismo, etc., algo que aquí es inadmisible, toda vez que, de acuerdo con la información existente, y mucho antes de que se constituyera formalmente en un campo sistematizado de conocimientos, ella nace al calor de una serie de trabajos que realizan los psicólogos en distintas regiones del mundo, para tratar de describir, explicar, Las intervenciones profesionales del psicólogo político | Abraham Quiroz Palacios R e v i s t a F o r o d e e d u c a c i ó n s u p e r i o r e l e c t r ó n i c a d e l P r o g r a m a d e E s t u d i o s U n i v e r s i t a r i o s C o m p a r a d o s comprender e intervenir en los problemas sociopolíticos de cada una de las épocas que les tocó vivir, bajo un claro compromiso de tipo teórico-práctico. Compromisos del psicólogo, ¿con quién, o quiénes? No hemos dicho, en efecto, con quién o quiénes tuvieron el compromiso de hacer investigación e intervenciones prácticas los diferentes psicólogos a lo largo de la historia; sin embargo, la respuesta se intuye en los mismos términos que lo dice Rodríguez (2011): “el quehacer psicológico siempre ha estado comprometido ya sea con los poderes hegemónicos o con los agraviados por éstos de manera consciente o inconsciente” (Rodríguez, K.,2011); posición irreductible que no deja opción a una supuesta “tercera vía”, como así lo sugirió para la política el sociólogo británico A. Guidens (1999). Hablando de estos compromisos ideológico-políticos, es bueno recordar que en la historia de la psicología colectiva, fácilmente se pueden ubicar a los primeros estudiosos de las masas -tanto italianos, como franceses-, como los casos que mejor ilustran los propósitos de estudiarlas, observándolas in situ, sí, pero buscando el lado patológico de las mismas y endosándoles los atributos más negativos posibles: v. gr., reunión de imbéciles, proclives al mal, irracionales, destructivas, criminales, femeninas, subversivas, animales humanos liberados de su correa, conservadoras, volubles, lo más inferior en la escala de la evolución humana, “quien quiera gobernar debe conocer su psicología para por lo menos no ser gobernado por ellas”, etc., todo lo cual prueba la inclinación política que sus autores tenían y las razones por las cuales querían investigarlas. Este hecho, por cierto, es el que hace decir a Pablo Fernández que “la psicología colectiva empieza desde su mismo origen siendo una psicología política” (Fernández, 1994, 37), más si añadimos que tanto Orano como le Bon, hicieron intervenciones prácticas, mediante diálogos y asesorías con los respectivos líderes del fascismo italiano –Benito Mussolini- y del nacional socialismo alemán –Adolfo Hitler-. No obstante, por fortuna no todo fue así; en el lado contrario del compromiso ideológico político de los psicólogos, encontramos a lo largo de la historia, una cantidad considerable de ellos que llevaron a cabo investigaciones y aplicaciones de sus Las intervenciones profesionales del psicólogo político | Abraham Quiroz Palacios R e v i s t a F o r o d e e d u c a c i ó n s u p e r i o r e l e c t r ó n i c a d e l P r o g r a m a d e E s t u d i o s U n i v e r s i t a r i o s C o m p a r a d o s conocimientos, en las perspectivas de mejorar los sistemas políticos democráticos, de lograr cambios de actitud dentro de las comunidades y grupos vulnerables, así como demostrar sus saberes útiles para contribuir a la liberación de los estados de enajenación de los pueblos, de la opresión política y de la explotación laboral, pero también para hacer conciencia de los derechos humanos, de la necesidad de defender y cuidar de la ecología, y de afrontar con éxito los muchos problemas locales y regionales que la globalización en los últimos tiempos ha venido generando. Siendo así entonces, cabe preguntarnos ahora: ¿Dónde y cómo han sido las intervenciones de los psicólogos políticos? Por la pluralidad de objetos y de teorías que caracterizan a la disciplina –sostiene Garzón (2008, 15)- es difícil hacer una clasificación de las áreas de intervención que genere consenso entre los psicólogos políticos; con todo, la propuesta que ella hace esclarece mucho el panorama: “Principales áreas de intervención de los psicólogos políticos: Ideologías y actitudes políticas Personalidad política y liderazgo Participación política Movimientos de protesta Poder y relaciones internacionales Socialización política Medios de comunicación y opinión pública” (Garzón, 2008, 15). Sin embargo, más allá de esta visión por áreas, vale la pena, como dice Jiménez (1986), examinar qué hacen los psicólogos políticos, qué explican, de qué temas discuten y qué investigaciones publican, lo cual lleva a un catálogo de temas –extraídos de Congresos, Revistas y Manuales- sobre los asuntos que trata la psicología política, a saber: Las intervenciones profesionales del psicólogo político | Abraham Quiroz Palacios R e v i s t a F o r o d e e d u c a c i ó n s u p e r i o r e l e c t r ó n i c a d e l P r o g r a m a d e E s t u d i o s U n i v e r s i t a r i o s C o m p a r a d o s “Papel de la familia en la identificación del niño con los partidos políticos: La psicohistoria y el holocausto Estudio psicológico de las élites Causas de la guerra Salud y participación política Aspectos psicológicos del paro Psicología social del terrorismo El concepto de eficacia política Sobre la utilidad de la teoría de los rasgos en ciencia política La televisión y el aprendizaje político Barreras psicológicas en las negociaciones árabe-israelíes La psicología del burócrata La psicología política de Alejandro Magno Aspectos psicológicos de la revolución Iraní El fascismo contemporáneo Teoría de la atribución y relaciones internacionales Implicaciones psicológicas en el desarrollo infantil en la era nuclear” (Jiménez, 1986, 2). Esto es sólo un botón que muestra cuán flexible y vasto es el campo de esta disciplina, dicho de otra manera, de lo difícil de presentar un panorama articulado de su producción; sin tomar en cuenta todavía lo que se hace en América Latina –incluido México-, donde, de igual modo, campean la pluralidad de posturas y sobran los compromisos políticos e ideológicos encontrados, pues es harto conocido que algunos psicólogos políticos se desempeñan como intelectuales orgánicos del sistema, defendiendo su estabilidad y su orden (el ejemplo más conocido -quizá por el contexto político en el que se dio-, es el caso de quienes estuvieron al frente de la comisión gubernamental en las negociaciones de San Andrés Larráinzar, Chiapas, en 1994, frente al insurgente Ejército Zapatista de Liberación Nacional). Los hay también que por pura convicción (y, por supuesto, un modesto salario para subsistir), trabajan sirviendo a objetivos democráticos y usan técnicas persuasivas (subrayamos esto) para modificar actitudes o convencer a la población de las virtudes y elementos positivos que tienen los programas que sustentan los partidos, los grupos, los propios candidatos democráticos, e incluso los gobiernos de este tipo; fomentando la participación y organización ciudadanas a fin de facilitar la autogestión de los habitantes Las intervenciones profesionales del psicólogo político | Abraham Quiroz Palacios R e v i s t a F o r o d e e d u c a c i ó n s u p e r i o r e l e c t r ó n i c a d e l P r o g r a m a d e E s t u d i o s U n i v e r s i t a r i o s C o m p a r a d o s de las colonias, barrios y comunidades. Pero, vale admitir críticamente que también estos psicólogos hacen uso del marketing para tratar de fortalecer la percepción o la imagen que los ciudadanos tienen sobre la fracción parlamentaria, los dirigentes, o, en el caso del Distrito Federal, del jefe de gobierno y de los jefes delegacionales emanados de la denominada izquierda electoral. Una tercera categoría de psicólogos políticos está conformada por aquellos que han venido desarrollando actividades de investigación y de docencia, generando un conocimiento básico sobre temas que son clave para entender y modificar la realidad política que vivimos en el país, tales como el acarreo político, el voto del miedo, la manipulación informativa, la corrupción, la guerra de opinión, el conformismo, la sumisión de los propios psicólogos políticos, posturas críticas y compromisos claros con las viejas y nuevas demandas de los grupos subalternos de esta sociedad civil que tiene ya muchas décadas luchando por cambiar al sistema político, por volverlo democrático, por fundar una cultura de tolerancia y un mundo, como dijera el Sub Marcos “donde quepan todos los mundos”, la diversidad pues. En estas dos últimas opciones (la primera simplemente no lo es) es donde nosotros vemos la posibilidad de trabajar con dignidad, no únicamente contribuyendo, sino siendo incluso piezas importantes en los cambios que reclaman nuestras sociedades de México y de América Latina –como lo fueron Ignacio Martín-Baró en la revolución salvadoreña, o Paulo Freire en las transformaciones pedagógicas de Brasil-. De esta tercera categoría de psicólogos políticos en México, hacemos en seguida un resumen –por temas- de los trabajos más significativos que se han publicado o presentado en congresos académicos, en las últimas dos décadas (si hacemos alguna omisión es completamente involuntaria y ofrecemos por ello una disculpa anticipada). Tema Autores Violencia, poder y cultura Política Democracia Socialización política Guerra psicológica Mass media, Opinión Pública, Imagen Revueltas A., Araujo G.; Quiroz, P.. Ramos, L. Uribe, J. y Acosta, T., Mota, G. Cisneros P., Nateras O., Cárdenas, V.G Quiroz, A., Rodríguez, C. González, N., Bautista, A., Mendoza, G., González Las intervenciones profesionales del psicólogo político | Abraham Quiroz Palacios R e v i s t a F o r o d e e d u c a c i ó n s u p e r i o r e l e c t r ó n i c a d e l P r o g r a m a d e E s t u d i o s U n i v e r s i t a r i o s C o m p a r a d o s P., M.A. Identidad y carácter nacionales Cappello H., Béjar, N., Juárez, J R. S. sobre movimientos sociales Rodríguez, O., Sánders, B., etc. Memoria colectiva Fernández, P., Mendoza, J Psicología de la religión Tinoco, J. Conflicto y negociación Guerrero, A., Del Valle, J., Acosta, T Participación política González, M.A., Molina, J., Meza, H Género y política Bustos, O., Conde, E. Psicología de Masas Arciga, S., Fdez. P., Polanco, F. Imaginario Social Manero, R., Mota,B. Conducta electoral Manero, R., Glez. M., Quiroz, P. Cuestiones Teóricas Delahanty,G., Fernández, Ch..y otros Derechos humanos Vázquez, O., J. Análisis del Discurso Lozada, M., Quiroz, P. Corrupción Martínez, J.M., Liderazgos carismáticos Quiroz, P., Poder e intervención comunitaria Flores, J., M., y otros Cuadro núm. 1, Elaboración propia con base en libros, revistas y congresos de psicología política. Consideraciones finales Si bien es cierto que en las últimas dos décadas nuestra América Latina ha vivido experiencias democráticas extraordinarias que la han hecho avanzar por ese mismo sendero donde los psicólogos políticos no han sido ajenos a ese proceso, dado que su ocupación teórico-práctica -tal como se puede ver en el cuadro anterior-, casi indica un boom de la psicología política, reflejado no sólo en la creciente ocupación y reclutamiento de psicólogos políticos en los gobiernos establecidos, sino también en la convergencia que aquellos tienen con la sociedad civil, con las Organizaciones No Gubernamentales y con los partidos políticos de oposición a fin poder construir una sociedad más justa e igualitaria, pese a todo el marcaje que tienen por parte del neoliberalismo globalizado; debemos ser conscientes de que la psicología política no siempre ha trabajado ni los mismos temas, ni los mismos problemas. Por ejemplo, cuando oficialmente se establece en Estados Unidos (en 1970), se asume como “un área de estudios multidisciplinaria, constituida por trabajos previos en áreas tales como la psicología, las ciencias políticas, la historia, la sociología y la antropología, entre otras. Algunas de sus principales contribuciones se relacionan con el estudio de la personalidad política, actitudes políticas, conducta electoral, efectos de los Las intervenciones profesionales del psicólogo político | Abraham Quiroz Palacios R e v i s t a medios de F o r o d e e d u c a c i ó n s u p e r i o r e l e c t r ó n i c a d e l P r o g r a m a d e E s t u d i o s U n i v e r s i t a r i o s C o m p a r a d o s comunicación en procesos políticos, ideología política, conflictos internacionales y movimientos sociales” (Iebra Aizpurúa, 2002: 137), sin embargo, y pasados ya algunos años, en América Latina, a lo largo de las décadas de los sesenta y setenta, la psicología política se ocupó más bien -al igual que lo hicieron la sociología, la economía, la historia y otras disciplinas sociales-, de los fenómenos y temas que tuvieron que ver con los procesos de liberación nacional, a raíz de la revolución cubana. Los psicólogos sociales de entonces empezaron a trabajar temas como el de la conciencia e identidad nacionales, el cambio y desarrollo comunitarios, los asuntos de la concientización, por un lado, y del psicólogo social como agente de cambio, por otro; así como el tema de la militancia (Mota Botello, 2002: 196), o el del compromiso político de los científicos sociales, etc. En cada movimiento popular, correctamente, se veían las variables o factores psicológico sociales presentes: la memoria colectiva, los referentes identitarios, los liderazgos carismáticos, el carácter levantisco de las masas explotadas y otros más que recuerdan lo que Steinsleger afirma a propósito del triunfo de Tabaré, a saber: Si “dicen los cristianos que los caminos del señor „son inescrutables‟, ¿qué decir entonces de los que han empezado a recorrer los pueblos latinoamericanos? En México, Zapata retornó para quedarse; en Colombia y Venezuela, Bolivar dicta cátedras de liberación y, en Río de la Plata, el pueblo uruguayo votó a favor del legado ético y político de José Artigas” (La Jornada, 03/nov/2004: 23). En la década de los ochenta, en cambio, Martín Baró decía que “la psicología popular reclama una psicología política que tome en consideración el poder social”, esto es, que es necesario examinar “la política de la psicología, es decir, el impacto de la psicología en cuanto actividad científica y profesional tiene en cada sociedad; la psicología de la política, el análisis e intervención psicológica en los procesos y comportamientos políticos que tienen lugar en una sociedad” (1988: 82). Creo que todo esto los psicólogos políticos en México y en América Latina de alguna manera lo estamos cumpliendo, haciendo uso, exactamente como lo hacía el propio Baró, no sólo de los saberes teóricos y técnicas que creó la psicología funcionalista, esto es, las escalas de actitud, las encuestas de opinión, etc., sino también de los enfoques crítico-dialécticos. Las intervenciones profesionales del psicólogo político | Abraham Quiroz Palacios R e v i s t a F o r o d e e d u c a c i ó n s u p e r i o r e l e c t r ó n i c a d e l P r o g r a m a d e E s t u d i o s U n i v e r s i t a r i o s C o m p a r a d o s Por último, habrá que retomar lo que García y D‟Adamo (1999) afirman, en el sentido de que la psicología política es finalmente una psicología social aplicada, y se hace necesario que en el marco de una transición definitiva hacia la democracia, y “considerando (otros) posibles escenarios futuros” formulemos una agenda de trabajo de investigación y de intervención donde vinculemos los fenómenos psicológicos con los económicos, atendamos los procesos de transición y consolidación democrática, el tema de la memoria social, los asuntos de la corrupción y la comunicación política, aparte de los que ya hemos citado aquí y de los que, por supuesto, están en curso de investigación. 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Disponible en http://lodel.irevues.inist.fr/cahierspsychologiepolitique/index.php?id=1587 ; tomado el 07/09/2011. - Sabucedo, C., J., M., (1996), Psicología Política, Síntesis Psicológica, Madrid, España. Las intervenciones profesionales del psicólogo político | Abraham Quiroz Palacios