Preguntas de Jesús ¿Quien dice la gente que soy yo?

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Preguntas
de Jesús
REFLEXIONES
E
n el corazón de los
evangelios de Mateo, Marcos y Lucas,
Jesús formula a sus discípulos esta pregunta que en verdad es central. "¿Quién dice
la gente que soy yo?" El
Maestro quiere conocer qué1
piensan de El los hombres
de su tiempo. Desea también contrastar la opinión de
la multitud con aquella de ios
discípulos que lo han acompañado paso a paso... "¿Y
ustedes quién dicen que
soy?".
La multitud ha seguido a
Jesús con entusiasmo, ha
contemplado los prodigios,
le ha extendido sus llagas
para que El las cure; ha es*
cuchado sus palabras... pero
ese pueblo que necesitaba ía presenciadel Mesías, hasido incapaz
de llegar al fondo del misterio y por
eso no ha sabido reconocer al que
esperaba. El 'Vino a los suyos y los
suyos no lo recibieron" (Jn. 1.11).
Las ideas que tenían, los prejuicios impresos en la imaginación
impidieron a ese pueblo descubrir
¡a novedad sobrecogedora de la
presencia de Dios. Jesús fue un
misterio insondable para sus contemporáneos. Lo más que podían
entonces aceptar era que volviera
a la vida Elias, Juan Bautista o alguno de los profetas (cf.Mc. 8,28).
No podían, sin embargo, creer ni
aceptar que Dios se hiciera parte
de la historia humana; que el
Mesías compartiera palmo a palmo nuestras penas y grandezas;
no podían comprender que Dios
se hiciese un hombre libre, humilde y manso, amigo de publícanos
y pecadores. Mucho menos podían entender que el Señor marchara por el camino de la cruz y
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¿Quien dice
la gente que
soy yo?
(Me. 8, 28)
FERNANDO MONTES, S. J .
que fuera un servidor sufriente.
En vano había anunciado eso la
escritura. Ese escándalo ni los
discípulos podían aceptarlo. ¿Estamos hoy mejor?
La pregunta de Jesús conserva su vigencia y los cristianos,
llamados a evangelizar el mundo,
debemos también preguntarnos
qué piensa de Jesús la gente de
estos días.
"¿Quién dice ta gente que soy
yo?"
Muchos ya no se ocupan de El
o acallan su llamado. Para otros
El es tan sólo un recuerdo del pasado, una etapa superada de la
cultura. Algunos lo actualizan diciendo que es un revolucionario,
un "se busca" intransigente; un
maestro de moral; o u no más de la
larga lista de gurúes y maestros
que jalonan la marcha del espíritu.
Otros lo ven como un Dios lejano
REFLEXIONES
y espiritual.
"¿Quién dice la genteque
soy yo?
¿Qué piensan los científicos de hoy, aquellos que
esperan dominar un día tos
secretos de la vida y transformar el mundo? ¿Qué
piensan los economistas
que, seguros de su saber,
ubican el progreso humano
en la cantidad de dólares
que producimos per cápita?
¿Qué piensan de Jesús ios
pragmáticos.que mirancon
desdén, como algo anticuado, las consideraciones éticas? ¿Qué piensan ios que
por razones de estado y seguridad torturan y matan? ¿Qué
piensan de El aquellos religiosos
que han hecho de su vocación
sólo una profesión o un camino de
promoción burocrática? ¿Qué
piensan los artistas que buscan la
belleza fuera de Dios? ¿Qué piensan de Jesús los deportistas que
en el desarrollo físico adoran a su
Dios?
Como los contemporáneos de
Jesús, los hombres de este tiempo han pasado a su lado sin comprender su misterio y siguen hoy
buscando a un salvador.
Puede hacernos sufrir el saber
que esa respuesta insuficiente la
dan también ahora muchos que se
dicen cristianos... Tal vez sin
quererloy sin saberlo, pienso yo lo
mismo que la gente piensa.
"¿Quién dice la gente que soy
yo?". Respondiendo esta pregunta se puede hacer un diagnóstico
de la humanidad que andaerrante
en bxrscade un Pastor... y se puede
abrir para mí una misión en el
mundo de hoy. o
MENSAJE N° 394, NOVIEMBRE 1990
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