116 PASÓ VOLANDO EN SILENCIO, LA TESTARUDA, VOLANDO CONTRA EL VIENTO LIBRE EL ALA, FUERTE, MIRANDO AL SOL. 117 LA TESTARUDA ESPERANZA Pasó volando un águila por mis ojos, por mi frente. Pasó volando en silencio, la testaruda, volando contra el viento, libre el ala, fuerte, mirando al sol. Pasó volando sobre mi humillado pueblo. ¡Y ese camino invisible! ¡Y esa bandera de alas! ¡Y ese coraje de esperanza! 118 CASCABEL95 Y este cascabel se ha vuelto loco, este cascabel de libertad en mi cabeza. Para que todos oigan mis palabras, estas breves palabras de profeta. He de hacerlo sonar por las mansiones duras, he de sacudirlo en las guaridas ciegas. ¿Pero que no ven el viejo dolor de mi pueblo? Los niños no tienen pan; la mujer espera el regreso vacío del hombre y su amarillo ojo delirante de esperanzas muertas... ¿Pero que no saben ustedes que hoy no comerán mis hijos? ¡Hoy no comerán mis hijos... hoy no comerán! Que no se note el llanto, dicen ustedes, que no se note, aunque se mueran... Pero este hambre un día será libertad, estas esperanzas muertas volverán a vivir «se los aseguro», dice Dios; y en el corazón de mi pueblo el cascabel de fiesta volverá a reír. (Tocó el cascabel un niño y se derrumbó la montaña) 95 Publicada en Canto desde el centro p. 207; y en Testigo p.196. 119 CINCO DE OCTUBRE96 Aquí adentro estaba Chile con su traje de pobre endomingado, formando la ordenada cola por las escalas de los liceos, con su voto silencioso marcado en las entrañas, eligiendo su libertad. Y toda esta espera, esta larga esperanza subterránea y el costo del dolor de todo el pueblo cruza una simple línea con la punta de un lápiz, venciendo al miedo, al dinero y a la espada. Quince años se demora la palmera para celebrar el triunfo de la paz: al final de las avenidas el pueblo canta y abraza. Todas las lágrimas formaron un río: un cinco de octubre brotó la tierra regada. Tuvo razón la razón... ¡el hombre y su derecho fue la gota callada que desbordó necesaria libertad! Ahora, niño, al final, otra vez la mañana con su rostro verdadero. Aprende: ¡la verdad es más fuerte que el dinero! En el fondo de su alma el pueblo sabe su camino. Vamos a las orillas de los arroyos, a lavar la ropa de todo Chile, ¡a jugar al aire incontenible!... 96 Publicado en Canto desde el centro p. 213; y en Testigo p. 141. Fechado el 6 de octubre de 1988, al día siguiente del Plebiscito del “Sí” y el “No”. El triunfo del “No” significó el comienzo del fin de la dictadura militar en nuestro país. 120 DE ARRIBA PARA ABAJO97 Era bueno que los pobres hablaran de su pobreza con palabras de pobre y los Obispos y los maestros de la Fe les escucharan a libro cerrado. Y el Evangelio todo lo da vuelta de arriba para abajo; de abajo para arriba. Y todos vieron que lloraba un Cardenal98, que lloraba lágrimas de hombre. Entonces comprendieron los pobres y los niños que estaba Dios cerca, que también los cardenales son hermanos. Y el Evangelio todo lo da vuelta de arriba para abajo; de abajo para arriba. En el lugar donde vive la gente hay cosas que no se ven. Y Dios, que es invisible, se las cuenta a favor de sus pobres. Y el Evangelio todo lo da vuelta de arriba para abajo; de abajo para arriba. Oh Dios, venimos a ayudarle a Usted con nuestras armas, dijeron los poderosos. Tengo malas experiencias, dijo Dios; prefiero el agua, el pan, el techo, la paz. Y el Evangelio todo lo da vuelta de arriba para abajo; de abajo para arriba. Con poco se hace una fiesta entre los sencillos; con mucho se hace una guerra para tener más. La Muerte encierra su dinero; la Vida sólo quisiera dar. 97 Fechado en agosto de 1983. Publicado en Escritos p. 64. Se refiere al Cardenal Raúl Silva Henríquez (1907-1999), quien jugó un activo rol en medio de las convulsiones políticas y sociales de las décadas de 1960 y 1970. Su meta fundamental fue lograr el respeto por la persona humana y por los más necesitados, lo que le valió ser considerado “el cardenal del pueblo”. A la iniciativa de Silva Henríquez se debe la creación, en 1974, del Comité Pro Paz, una organización multiconfesional que procuraba lograr el respeto a los Derechos Humanos en Chile y que con el correr del tiempo se transformó en la Vicaría de la Solidaridad (1976)(ver nota 46). 98 121 Y el Evangelio todo lo da vuelta de arriba para abajo; de abajo para arriba. 122 LA ESPERANZA SIEMPRE99 No se escribe de antemano nuestra historia, ni se canta sin trabajo la victoria. Y Dios nos quiere libres, sin cadenas, al precio del valor y de la pena. Y hay que liberarse, y hay que levantarse, todos juntos como pueblo, tirando la cuerda; uno y uno, dos y dos, rompiendo las cadenas, uno y uno, mil y mil volviendo a comenzar; todos juntos como pueblo, arando los futuros sembrados de la historia. Con el sudor de los hombres, a lo largo del camino, iba Dios a la cabeza, revelado en Jesucristo. Escribiremos en letras de luz la historia comenzada en la sangre y en la sed de un Viernes en la cruz. Y veremos brillar sobre la tierra la esperanza de los pobres y oprimidos. Uno y uno, millones y millones, pequeños pueblos y naciones gritando sin odio su justicia; un pueblo, un solo pueblo, bien plantado, un pueblo bien unido que no baja los brazos, caminante de la aurora; un pueblo de un solo corazón y una sola palabra, que busca cada día la parte de su pan en libertad. Y en el centro de la vida Jesucristo va llamando, uno a uno, pueblo a pueblo tomados de la mano, a tirar de la cuerda, a ponerse en la tarea, como hermano. 99 Publicado en Escritos p. 74; y en Testigo p. 140.