Mi querida bicicleta

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Mi querida bicicleta
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA • MI QUERIDA BICICLETA
Miguel Delibes
Este es un documento complementario generado a partir de la unidad digital por un programa informático en fase beta.
Los créditos pueden consultarse en la unidad correspondiente.
Nombre y apellidos .................................................................................................... Curso .............
Fecha .........................
En esta unidad aprenderemos a...
Disfrutar de la lectura de una narración.
Interpretar el sentido del texto.
Identificar recursos propios del lenguaje literario.
Crear textos literarios.
Expresarnos oralmente.
Expresar nuestras ideas en un debate.
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LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA • MI QUERIDA BICICLETA
1. Antes de leer
◗ Interpretación de la imagen. Observa la ilustración y lee el título de la lectura. A continuación
responde las siguientes preguntas.
a.
b.
c.
d.
e.
¿De qué crees que puede tratar el texto?
¿Cuántos personajes aparecen en la ilustración?
¿Qué relación dirías que hay entre ellos?
¿Qué está haciendo el más joven? ¿Y el mayor?
¿Dónde crees que se encuentran? ¿Cómo describirías el lugar?
◗ Interpretación de la imagen. Fíjate en el personaje más joven y responde las siguientes
preguntas.
a. ¿Cuántos años debe de tener?
b. Por la expresión de su cara, ¿crees que lo está pasando bien?
c. Observa cómo va vestido y la bicicleta que lleva. ¿Dirías que el dibujo ilustra una escena
actual, o más bien una escena del pasado?
◗ Introducción al tema. Responde las preguntas siguientes.
a.
b.
c.
d.
e.
¿Sabes montar en bicicleta?
¿A qué edad aprendiste?
¿Te enseñó alguien? ¿Quién?
¿Cómo recuerdas ese momento?
¿Cómo era tu bicicleta?
◗ Investigación. Busca información sobre el escritor Miguel Delibes en esta página web y escribe
una breve ficha con los siguientes datos.
a.
b.
c.
d.
e.
Nombre y apellidos del escritor.
Lugar y fecha de su nacimiento y de su fallecimiento.
Estudios terminados.
Principales novelas que escribió.
Oficio al que se dedicó, además de la escritura de novelas.
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LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA • MI QUERIDA BICICLETA
Lectura
Mi querida bicicleta
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—Bueno, vamos allá.
Temblando, enderecé1 la bicicleta. Mi padre me ayudó a encaramarme2
en el sillín, pero no corrió tras de mí. Sencillamente me dio un
empujón y voceó cuando me alejaba:
—Mira siempre hacia delante; nunca mires a la rueda.
Yo salí pedaleando como si hubiera nacido con una bicicleta entre las
piernas. En el extremo del jardín, doblé con cierta inseguridad y, al
llegar al fondo, volví a girar para tomar el camino del centro, el del
cenador3, desde donde mi padre controlaba mis movimientos. Así se
entabló entre nosotros un diálogo intermitente, interrumpido por el
tiempo que tardaba en dar cada vuelta.
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—¿Qué tal marchas?
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—Bien.
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—¡No mires a la rueda! Los ojos siempre adelante.
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Pero la llanta4 delantera me atraía como un imán y había de esforzarme
para no mirarla. A la tercera vuelta reconocí que aquello no encerraba
mayor misterio y en las rectas, junto a las tapias5, empecé a pedalear
con cierto brío6. Mi padre, a la vuelta siguiente, frenó mis entusiasmos.
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—No corras. Montar en bicicleta no consiste en correr.
10
—Ya.
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Le cogí el tranquillo y perdí el miedo en menos de un cuarto de hora.
Pero, de pronto, se levantó ante mí el fantasma del futuro. Al pasar
ante mi padre se lo hice saber en uno de nuestros entrecortados
diálogos.
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—¿Qué hago luego para bajarme?
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—Ahora no te preocupes por eso. Tú, despacito. No mires a la rueda.
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Daba otra vuelta pero en mi corazón ya había anidado el desasosiego7.
Las ruedas dejaban su huella en la tierra recién regada pero la
incertidumbre8 del futuro ensombrecía el horizonte. Daba otra vuelta. Mi
padre me sonreía. Yo me mantenía en mis trece.
—Y cuando me tenga que bajar, ¿qué hago?
—Muy sencillo; frenas, dejas que caiga la bicicleta de un lado y pones el
pie en el suelo.
Rebasaba9 el cenador, llegaba a la casa, giraba a la derecha, encarrilaba el
paseo junto a la tapia, aceleraba, alcanzaba el fondo del jardín y
retornaba por el paseo central. Allí estaba mi padre atento. Yo insistía
tercamente:
—Pero es que no me sé bajar.
—Es bien fácil, hijo. Dejas de pedalear y pones el pie del lado que caiga
la bicicleta.
Me alejaba de nuevo, sorteaba10 el cenador, topaba con la casa, giraba a
la izquierda, recorría el largo trayecto junto a la tapia hasta alcanzar el
fondo del jardín para regresar al paseo central. Mi padre iba ya
caminando lentamente hacia el porche.
—Es que no me atrevo. ¡Párame tú! —supliqué al fin.
Las nubes sombrías nublaron mi vista cuando oí la voz llena de mi
padre a mis espaldas:
—Has de hacerlo tú solo. Si no, no aprenderás nunca. Cuando sientas
hambre sube a comer.
Y allí me dejó solo, entre el cielo y la tierra, con la conciencia clara de
que no podía estar dándole vueltas al jardín eternamente, de que en uno
u otro momento tendría que apearme11; es más, con el convencimiento
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de que en el momento en que lo intentara me iría al suelo. Entre las
ramas se oían los gorjeos12 de los gorriones y los silbidos de los mirlos
como una burla, mas yo seguía pedaleando como un autómata,
bordeando la línea de la tapia, sorteando las enredaderas colgantes del
cenador. ¿Cuántas vueltas daría? ¿Cien? ¿Doscientas? Es imposible
calcularlas pero yo sabía que ya era por la tarde. Oía jugar a mis
hermanos en el patio delantero, la voz de mi madre preguntando por
mí, la de mi padre tranquilizándola, y convencido de que únicamente la
preocupación de mi madre hubiera podido salvarme, fui adquiriendo
conciencia de que no quedaba otro remedio que apearme sin ayuda, de
que nadie iba a mover un dedo para facilitarme las cosas.
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Movido por este convencimiento, pensé que el lugar más adecuado para
el aterrizaje era el cenador. Debería llegar hasta él muy despacio, frenar
junto a la mesa de piedra, afianzar13 la mano en su superficie y, una
vez seguro, levantar la pierna y apearme. Pero el miedo suele imponerse
a la previsión y, a la vuelta siguiente, cuando frené e intenté sostenerme
en la mesa, la bicicleta se inclinó del lado opuesto, y yo me vi obligado
a dar una pedalada rápida para reanudar la marcha. Luego, cada vez que
decidía detenerme, me asaltaba el temor de caerme y así seguí dando
vueltas incansablemente hasta que el sol se puso y ya, sin pensármelo
dos veces, arremetí14 contra un seto de boj, la rueda delantera se trabó
con las ramas y yo me apeé tranquilamente. Mi padre ya venía a
buscarme.
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—¿Qué?
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—Bien.
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—¿Te has bajado tú solo?
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—Claro.
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Me dio en el pescuezo15 una palmada cariñosa.
Miguel Delibes, La vida sobre ruedas, Planeta, 2010
Glosario:
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enderezar: poner derecho lo que está inclinado.
12
encaramar: subir en un lugar alto.
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cenador: en un jardín, espacio de recreo cercado y revestido de plantas.
14
llanta: cerco metálico exterior de las ruedas de algunos vehículos.
15
tapia: muro.
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brío: energía y decisión.
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desasosiego: falta de sosiego o de tranquilidad.
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incertidumbre: duda que puede provocar inquietud.
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rebasar: sobrepasar un límite.
10
sortear: esquivar.
11
apear: bajar de un medio de transporte.
12
gorjeo: canto de algunos pájaros.
13
afianzar: apoyar.
14
arremeter: embestir con fuerza.
15
pescuezo: parte del cuerpo que va desde la nuca hasta el tronco.
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1. Después de leer
◗ Comprensión lectora. Indica qué tipo de texto acabas de leer.
Un poema
Un cuento fantástico
Una fábula
Una noticia
Un relato
◗ Comprensión lectora. Responde las siguientes preguntas.
a. ¿Qué explica este relato?
b. ¿Quién lo narra?
b. ¿Quién es el protagonista? ¿Qué sabemos de él?
c. ¿Es la primera vez que el protagonista monta en una bicicleta?
d. ¿Quién le ayuda a aprender a montar en bicicleta?
e. ¿Qué es lo que realmente le da miedo al protagonista?
f. ¿Cómo consigue al fin bajarse de la bicicleta?
◗ Comprensión lectora. Indica cuánto tiempo transcurre desde que el protagonista empieza a
dar vueltas con la bicicleta hasta que baja de ella. Después, explica cómo sabes el tiempo que
ha transcurrido.
Media hora
Varias horas
Una hora
Cinco minutos
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◗ Comprensión lectora. Indica si son verdaderas o falsas las siguientes afirmaciones.
v
f
El protagonista tiene varios hermanos.
El protagonista aprende a montar en bicicleta por las calles del
pueblo.
La madre del protagonista se preocupa al ver que su hijo no está
con el resto de la familia.
El protagonista aprende a montar en bicicleta en el interior del
jardín de su casa.
El padre obliga a su hijo a bajarse de la bicicleta para ir a comer.
◗ Comprensión lectora. Indica en qué momento el protagonista empieza a tomar confianza con
la bicicleta.
En la segunda vuelta.
No toma confianza en ningún momento.
En la primera vuelta.
En la tercera vuelta.
◗ Comprensión lectora. Ordena los siguientes párrafos según ocurren los acontecimientos en el
relato.
El protagonista intenta apearse
agarrándose a la mesa del cenador.
El chico pide a su padre que le pare, porque
él no sabe cómo apearse.
El protagonista monta en la bicicleta con la
ayuda de su padre.
El padre se va a comer y le deja solo en el
jardín.
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◗ Interpretación. Lee el siguiente fragmento. ¿Qué palabra te hace pensar que el protagonista
tiene miedo de montar en bicicleta? Selecciónala.
―Bueno, vamos allá.
Temblando, enderecé la bicicleta. Mi padre me ayudó a encaramarme en el sillín, pero
no corrió tras de mí. Sencillamente me dio un empujón y voceó cuando me alejaba:
―Mira siempre hacia delante; nunca mires a la rueda.
◗ Interpretación. Explica qué significan la palabras en negrita del siguiente fragmento: «Las
nubes sombrías nublaron mi vista cuando oí la voz llena de mi padre a mis espaldas:
—Has de hacerlo tú solo.»
Se distrajo mirando las nubes.
Sintió pánico.
La nubes taparon el sol y no veía bien.
Empezó a notar que los ojos le dolían.
◗ Interpretación. Responde las siguientes preguntas.
a. ¿Está tranquilo o intranquilo el padre del protagonista ante el hecho de que su hijo no
sepa cómo bajarse de la bicicleta?
b. ¿Qué actitudes o comentarios del padre te hacen pensar que está tranquilo o
intranquilo?
◗ Interpretación. Por parejas, responded las siguientes preguntas.
a. Por la manera en que está escrito el texto, ¿diríais que el autor narra la escena de
manera dramática o más bien cómica? Razonad vuestra respuesta.
b. ¿Qué palabras o fragmentos del texto os hacen pensar que está escrito de una manera
u otra?
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◗ Léxico y semántica. Busca las siguientes expresiones en la lectura. A continuación relaciónalas
con el significado que les corresponda.
Mantenerse en sus
trece.
Coger habilidad en hacer algo.
Coger el tranquillo.
No tomarse ninguna molestia.
No encerrar
ningún misterio.
No mover un dedo.
Ser fácil de realizar.
Persistir, mantener una idea.
◗ Apunte científico. En la lectura se nombran dos especies de pájaros: los gorriones y los mirlos.
Busca información sobre estos animales y relaciona cada nombre con la imagen que le
corresponda.
a. Mirlo __• __b. Gorrión
◗ Expresión oral. Por parejas, responded las preguntas y realizad la siguiente actividad.
a. Al final de la lectura, una vez que el protagonista ha conseguido apearse de la bicicleta,
su padre le pregunta cómo le ha ido. ¿Qué le contesta el chico?
b. ¿Creéis que dice la verdad? Razonad vuestra respuesta.
c. ¿Por qué a veces nos cuesta admitir que hacer algo nos ha resultado difícil?
¿Deberíamos decir la verdad y reconocerlo? Debatidlo en clase.
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◗ Taller de escritura. Realiza la siguiente acividad.
La lectura «Mi querida bicicleta» es un texto autobiográfico, es decir, que describe una
experiencia vivida por el propio autor y narrada por él.
Intenta recordar un hecho autobiográfico que sea especial para ti. Después escribe un
texto describiéndolo.
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