Distintas presentaciones del virus de la influenza

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I+D EMPRESAS I IDT BIOLOGIKA
Distintas presentaciones del
virus de la influenza porcina
Carlos Casanovas Granell
Responsable técnico IDT Biologika SL
Imágenes cedidas por los autores
El virus de influenza porcina, swine influenza virus (SIV) en inglés, es un virus
con una cadena simple de ARN recubierto
de una envoltura lipídica perteneciente a la
familia Orthomyxoviridae. Sus proteínas
externas hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N) son las responsables principales
de la infección, la patogenicidad, así como
del desarrollo de la respuesta inmunitaria
por parte del huésped. Estas proteínas
también se emplean para clasificar al virus
de la influenza en diferentes subtipos. En
Europa los tres principales subtipos involucrados en la enfermedad en porcino son
el H1N1, el H1N2 y el H3N2. En España
los tres subtipos se encuentran presentes
con una elevada prevalencia.
EL GENOMA DEL SIV
El genoma de los virus que contienen
ARN de polaridad negativa, está estructurado en complejos ribonucleoproteicos.
En los virus de la influenza A (como el
SIV), el genoma se encuentra dividido en
ocho complejos independientes. Esta naturaleza segmentada del genoma permite
que dos (o más) virus distintos que infecten al mismo tiempo a un huésped intercambien libremente sus ocho segmentos
de ARN durante la replicación (lo que
se denomina reordenamiento genético o
shift). Estos cambios pueden incluso generar la aparición de nuevos subtipos.
Variabilidad antigénica
El genoma también puede sufrir sustituciones de nucleótidos (deriva genética o
drift) que ocasionalmente pueden llevar a
cambios en la secuencia de aminoácidos.
Estos cambios pueden desencadenar variaciones importantes dentro de un subtipo (deriva antigénica), hasta el extremo
de permitir al virus mutado la infección
de huéspedes con inmunidad previa.
Todo esto lleva a que el SIV esté en evolución constante y que tenga una elevada
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variabilidad antigénica, con cepas de distinta similitud incluso dentro de un mismo subtipo. La protección cruzada entre
distintos subtipos suele ser baja y en ocasiones incluso entre las distintas cepas de
un mismo subtipo puede ser parcial.
Evolución del SIV
Es probable que esta evolución constante del SIV, la elevada diversidad entre
subtipos y la posibilidad de coinfecciones con más de un subtipo sea en parte
el responsable del cambio en el patrón
de presentación de la gripe en las explotaciones porcinas en los últimos años.
Cada vez más se observa la forma endémica de la infección de este virus y se
cree que incluso puede ser más frecuente
que la forma epidémica. Este cambio en
la presentación también está probablemente influenciado por la evolución de
las estructuras de producción actuales
(granjas de mayor tamaño, tasas de reposición altas, áreas de alta densidad
porcina, etc.). No está demostrado, pero
incluso es posible que el cambio de alojamiento de las cerdas (de jaulas a patios)
debido a la aplicación de la Ley de Bienestar Animal también haya jugado un
papel importante en el cambio del comportamiento de la enfermedad porque el
contacto entre animales hocico con hocico facilita la transmisión.
FORMA EPIDÉMICA
(CLÁSICA)
Tradicionalmente, se asume que el SIV se
comporta de forma epidémica dentro de
las explotaciones porcinas. En esta forma,
los brotes aparecen de forma periódica,
afectando a un elevado porcentaje de los
animales al mismo tiempo.
El SIV se replica y transmite rápidamente
entre los 1 a 8 días posinfección. El pico de
carga viral ocurre tan solo a las 24 horas
posinfección y normalmente el SIV aún es
detectable en bronquiolos y alveolos entre
las 48 y las 72 horas posinfección. Este
corto periodo de incubación sumado a la
rápida transmisión a través de secreciones
nasales y aerosoles de corto alcance hacen
que la mayoría de los animales se muestren afectados de forma simultánea.
Sintomatología
Los cerdos afectados suelen mostrar una
respuesta inmunitaria rápida y eficiente
que resulta en la eliminación completa del
virus del tracto respiratorio en tan solo
una semana, por lo que la recuperación
también suele ser simultánea al cabo de
aproximadamente 1-2 semanas. Los animales recuperados desarrollan inmunidad y el virus es eliminado, sin permanecer animales portadores. De esta forma la
enfermedad es prácticamente eliminada y
los animales desarrollan protección frente
a la cepa causante del brote.
Todos los grupos de edad pueden verse
afectados por igual. La infección suele ser
benigna y breve, con una morbilidad alta
(puede alcanzar el 100 % en granjas susceptibles) y una mortalidad habitualmente
baja. No suelen producirse grandes pérdidas a no ser que se produzcan infecciones
secundarias de tipo bacteriano (Mycoplasma hyopneumoniae, Actinobacillus pleuropneumoniae, Pasteurella multocida,
Haemophilus parasuis, Streptococcus suis
tipo 2) o víricas (PRRS, PCV2).
Los animales afectados muestran los
síntomas de una infección respiratoria
aguda, con hipertermia (41 ºC), tos, disnea, conjuntivitis, descarga oculonasal,
letargo, postración, anorexia y reducción
del consumo de agua. Las cerdas pueden
mostrar infertilidad, abortos y camadas
pequeñas y débiles con un aumento de los
nacidos muertos. Toda esta sintomatología hace que la forma clásica sea bastante
evidente y fácil de detectar.
FORMA ENDÉMICA
O RECURRENTE
Sin embargo, hoy en día cada vez vemos
con más frecuencia una presentación que
se corresponde a una forma mucho menos evidente de la enfermedad. En esta
forma el SIV recircula dentro de la explotación, causando una lenta propagación
de la infección. Ésta tiene un curso endémico y en algunos casos subclínico o con
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clínica poco aparente que a pesar de ser
menos agresivo, tiene el problema de ser
recurrente.
Sintomatología
Cuando hay variabilidad en la inmunidad, el curso de la influenza es menos
brusco y más prolongado porque la presencia de anticuerpos en parte de la población mitiga la gravedad y la rapidez de
la diseminación. En estos casos, el cuadro
clínico típico se suele caracterizar por
problemas respiratorios poco específicos,
una reducción de la vitalidad de los lechones y la aparición de desórdenes de tipo
reproductivo. El SIV suele mantenerse en
las cerdas, aunque estas suelen mostrar
signos clínicos poco claros (con frecuencia no dejan de comer ni tienen fiebre o
tos), pero se pueden apreciar problemas
reproductivos continuados. La sintomatología habitualmente está más concentrada en cerdas jóvenes (primerizas).
Los síntomas más visibles muchas veces
se centran en transición, donde los lechones también suelen mostrar una sintomatología leve debida a la interferencia
de los anticuerpos maternales y la menor
tasa de exposición. En esta forma, algunos de los lechones recién destetados o de
más días de edad suelen mostrar una tos
leve esporádica, pero persistente. Todos
los lotes pueden verse afectados. Cuando
estos animales son sometidos a un estrés
(reagrupamientos, ventilaciones y temperaturas deficientes, altas densidades, etc.),
el cuadro clínico puede agravarse y los
Toma de muestras mediante hisopo nasal.
síntomas se parecen más a los “clásicos”.
Además cuando esta infección coincide
con la recirculación de otros agentes patógenos (como por ejemplo PRRS), los
problemas se agravan notablemente. Lógicamente, todos estos problemas pueden
trasladarse al engorde, donde el SIV puede acabar formando parte del complejo
respiratorio porcino (CRP).
tos casos los análisis laboratoriales para
detectar la presencia del virus y las serologías para detectar anticuerpos y para
identificar los subtipos de SIV presentes
serán de gran ayuda.
FACTORES QUE AFECTAN
A LA PERSISTENCIA DEL
SIV EN LAS EXPLOTACIONES
El SIV puede permanecer en una explotación generando una situación endémica.
Ya en 1980 algunos estudios describieron
la capacidad de SIV de persistir de forma
enzoótica entre dos brotes dentro de explotaciones de ciclo cerrado (2). Desde
Diagnóstico y control
En la forma endémica el SIV es difícil de
detectar en cerdas y bastante complicado
en lechones, por lo que su diagnóstico y
control pueden ser un gran reto. En es-
Resumen de las características de las formas de SIV
Forma epidémica (clásica)
Forma endémica o recurrente
Brotes de forma periódica
Problemas recurrentes con clínica poco aparente
Elevado porcentaje de animales afectados al mismo tiempo
Problemas respiratorios poco específicos
Todos los grupos de edad pueden verse afectados por igual
Desórdenes de tipo reproductivo.
Recuperación simultánea al cabo de 1-2 semanas
Signos clínicos poco claros en cerdas, habitualmente
más concentrados en primerizas
Síntomas de infección respiratoria aguda, hipertermia (41 °C),
tos, disnea, conjuntivitis, descarga oculonasal, letargo, postración,
anorexia y reducción del consumo de agua
Síntomas más visibles en transición: tos leve esporádica
pero persistente que puede afectar a todos los lotes
Infertilidad, abortos y camadas pequeñas y débiles con un aumento
de los nacidos muertos en cerdas
Síntomas más graves en situaciones de estrés/coinfección con otros
patógenos (ejemplo: PRRS)
Sintomatología evidente y fácil de detectar
Síntomas persistentes en engorde: agravamiento del complejo
respiratorio porcino (CRP).
Forma menos evidente de la enfermedad, necesidad de análisis
para diagnosticar
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El aborto es una de las problemáticas reproductivas más
importantes.
entonces, esta forma recurrente ha ido en
aumento a lo largo de los últimos años.
Aunque la dinámica de infección en estos
casos es bastante desconocida, es probable que esta nueva presentación se deba a
la combinación de varios factores:
■■ La falta de homogeneidad de la inmunidad de los animales de la explotación
favorece la aparición de subpoblaciones.
Es muy probable que junto con las características propias del SIV, el aumento del
tamaño de las granjas y de la tasa de reemplazo y la continua exposición al virus en
zonas de alta densidad jueguen un papel
muy importante en la generación de subpoblaciones y en el mantenimiento de for-
mas de gripe endémica. En esta situación
el SIV es capaz de permanecer durante un
largo periodo en la granja, aunque a nivel
de individuo este tiempo pueda ser corto.
■■ La falta de desarrollo de una inmunidad eficiente contra los subtipos (e incluso de cepas particulares dentro de cada
subtipo) también contribuye a mantener
la enfermedad de forma persistente. Las
cerdas vacunadas con cepas antiguas de
H1N1 y H3N2, no obtendrán una suficiente protección contra el subtipo H1N2
que apareció por primera vez a mediados
de los años 90 y empezó a diseminarse en
la población porcina Europea. La mayor
parte de la respuesta inmunitaria del animal va dirigida hacia la hemaglutinina.
Sin embargo, en el caso del H1N1 esta
hemaglutinina es de origen aviar, mientras que en el caso del H1N2 su procedencia es humana. Esto provoca que los
animales inmunizados contra H1N1 no
reaccionen eficientemente contra H1N2.
Esta situación genera la posibilidad de
nuevas infecciones, pero posiblemente
con unos signos clínicos menos notorios.
■■ En los casos de gripe recurrente, los lechones lactantes pueden actuar de reservorio. El SIV ya empieza a recircular en los
lechones lactantes, una proporción relativamente alta de lechones ya son positivos
a las pocas semanas de nacer. Estos brotes infecciosos son probablemente desencadenados por lechones provenientes de
cerdas que ofrecen una inmunidad pasiva
escasa (3). El problema puede amplificarse al emparejar camadas en lactación, al
mezclarlas al destete y al menospreciar las
normas básicas de manejo todo dentro–
todo fuera y de mezcla de distintas edades
porque los lotes de animales más jóvenes
mantienen la continuidad de la infección
llevando a una desestabilización permanente de la sanidad de la explotación.
■■ La posible circulación de distintos subtipos simultáneamente dentro de un lote
de animales o de diferentes variantes de un
mismo subtipo (3), también debe jugar un
papel importante. Existe una elevada variabilidad de las cepas, especialmente dentro del subtipo H1N1. Un estudio de hace
pocos años realizado en España (1) demuestra la circulación endémica de distintas variantes de H1N1 dentro de un mismo lote de animales a lo largo de su fase de
crecimiento en una granja de ciclo cerrado.
En este mismo estudio también se detectó
la infección por un subtipo distinto (en este
caso un H3N2) al final del engorde. Esto
demuestra que las situaciones de excreción
constante de virus durante toda la fase de
engorde (principalmente en granjas grandes o de ciclo cerrado) pueden ser bastante
frecuentes. Esta circulación simultánea de
varios subtipos y cepas de SIV aumenta las
posibilidades de aparición de nuevos virus
tras su reordenamiento genético.
epidemical phases. Comp Immunol Microbiol Infect Dis
1985, 8:247–258.
3. Nicolas Rose N et al. Dynamics of influenza A virus
infections in permanently infected pig farms: evidence of
recurrent infections, circulation of several swine influenza
viruses and reassortment events. Veterinary Research
2013, 44:72.
Zimmerman J et al. Diseases of Swine 10th EDITION.
Wiley-Blackwell, 2012.
http://www.swine-influenza.com
CONCLUSIONES
El virus de la influenza porcina siempre
ha sido un patógeno a tener en cuenta en
la problemática respiratoria de las explotaciones porcinas. Como consecuencia de
la naturaleza cambiante del SIV, la introducción de nuevos subtipos, la falta de
homogeneidad en la inmunidad y la evolución de las estructuras productivas, su
comportamiento está cambiando, pasando de una forma epidémica a una recurrente. En este nuevo panorama, el diagnóstico y control puede ser más difícil y
las pérdidas más complicadas de valorar.
BIBLIOGRAFÍA
1. Simon-Grifé et al. Swine influenza virus infection
dynamics in two pig farms; results of a longitudinal assessment. Veterinary Research 2012 43:24.
2. Madec F et al. Study of the persistence of activity of
the H1N1 Influenza virus in swine intensive units out of
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