REFLEXIONES CATÓLICAS SOBRE LA BIBLIA Arquidiócesis de

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REFLEXIONES CATÓLICAS SOBRE LA BIBLIA
Arquidiócesis de Miami - Ministerio de formación cristiana
6 de junio de 2010
Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Ciclo C)
Lectura del Evangelio según san Lucas 9:11-17 [Léase en voz alta]
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar a la gente del Reino de Dios, y devolvió la salud a los que
necesitaban curación. El día comenzaba a declinar. Los Doce se acercaron para decirle: “Despide a la
gente. Que vayan a las aldeas y pueblecitos de los alrededores en busca de alojamiento y comida, porque
aquí estamos en un lugar solitario”. Jesús les contestó: “denles ustedes mismos de comer”. Ellos dijeron:
“No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a menos que fuéramos nosotros mismos a comprar
alimento para todo este gentío”. Porque había unos cinco mil hombres. Pero Jesús dijo a sus discípulos:
“Háganlos sentarse en grupos de cincuenta”. Así hicieron los discípulos, y todos se sentaron. Levantó los
ojos al cielo, dijo la bendición, los partió y se los entregó a sus discípulos para que se los distribuyeran a la
gente. Todos comieron cuanto quisieron y se recogieron doce canastos de sobras.
Comentario breve:
Esta lectura contiene gestos realizados por Jesús que hoy asociamos con la Eucaristía: “Tomó
el pan, lo bendijo, lo partió y lo dió a sus discípulos”. En la última cena, Jesús compartió con sus
amigos el “Pan de Vida”; en esta escena, instruye a sus discípulos a que ellos alimenten a la
multitud. Cuando Lucas escribió su Evangelio (80-85 A.D.), el gesto de Jesús alimentando a la
multitud tenía un doble mensaje: 1) La Eucaristía era una fuente inagotable de alimento; 2) los
líderes de las comunidades tenían la responsabilidad de alimentar al pueblo, especialmente con la
prédica y la Eucaristía.
Este ritual también nos recuerda que, en el Padre Nuestro, pedimos el pan cotidiano; le
rogamos a Dios que nos de lo que necesitamos para poder seguir trabajando por el Reino.
Nosotros también somos enviados hoy a alimentar a los que tienen hambre corporal y espiritual.
La lectura de hoy nos presenta tres ideas importantes:
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Todo pan que se comparte solidariamente se multiplica por el poder de Dios.
Jesús tenía una fe firme en Dios Padre, y por eso ordenó repartir los escasos alimentos.
Las palabras de Jesús a sus discípulos se nos dicen hoy a nosotros: “¡Denles ustedes de
comer!”
Para la reflexión personal o comunitaria:
Después de una pausa breve para reflexionar en silencio, comparta con otros sus ideas o sentimientos.
1.
¿Cómo vivo el sentido eucarístico de mi vida: ofrecerme en servicio a Dios y a los demás?
Explica.
2.
¿Cómo puedo “alimentar” a los que están cansados y decaídos a mi alrededor? ¿Qué estoy
haciendo por ellos?
Lecturas recomendadas: Catecismo de la Iglesia Católica, párrafos 787; 1328-1329; 1333-1344;
1355; 1380-1381; 1397; 1406.
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