"La economía colaborativa: un nuevo modelo de percepción y gestión de los recursos abundantes. Su aplicación en comunidades de prácticas de la cultura de red". Por: La Usina Cultura de Chascomús1. La Usina Cultura es un proyecto que propone la revitalización de la actividad artístico cultural en la ciudad y en la región del Salado de la Provincia de Buenos Aires, desde una perspectiva de colaboración y gestión asociada entre el sector independiente, privado y público. Así mismo trabaja a escala latinoamericana siendo Cultura de Red, plataforma de articulación regional. La Usina Cultura parte de la iniciativa de un grupo de personas de conformar un espacio que, anclando en un lugar físico, genere programas de acción en distintas áreas: programación artística, formación, consultoría, economía colaborativa, diseño y comunicación, favoreciendo el intercambio de experiencias, saberes y tecnologías sociales con proyectos y organizaciones de Iberoamérica. Se hace necesario propiciar esta nueva cultura colaborativa entre los sujetos involucrados con arte y cultura, estimulando cada vez más el trabajo asociativo, colectivo y en red. En este sentido, estamos experimentando nuevas maneras de entender y gestionar nuestros recursos desde una perspectiva amplia, entendiendo que la economía no sólo moviliza recursos financieros sino también culturales, sociales y tecnoambientales. Este flujo multidimensional es lo que activa procesos y posibilita concretar proyectos en el territorio. Tal es el caso del Festival Internacional de Teatro y Títeres (FITT), las Ferias de Arte y Diseño Arte Botic, las intervenciones fotográficas en vía pública y las campañas de diseño y comunicación social. Esta perspectiva está siendo aplicada por varias organizaciones en Latinoamérica, confluyendo en proyectos de escala regional como el Banco de las Redes Minka, la Universidad de las Culturas Unicult, Festivales en Red y Emergencia, agenda de incidencia política por una cultura libre, abierta y en red. Un horizonte compartido 1 Los autores del texto plasman un proceso colectivo de producción de conocimiento desarrollado por La Usina Cultura de Chascomús. Soledad Giannetti. Licenciada en Periodismo, Universidad del Salvador (Argentina). Realizó estudios de grado en Comunicación Social y Medios Masivos en la Universidad de Wisconsin, La Crosse, USA. También acredita Curso de Postgrado en Gestión Socio-Urbana, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y Curso de formación en didácticas para el Desarrollo Local (UNSAM, Programa Conecta DEL). Coordinó el Complejo Cultural Chacra de los Remedios de Parque Avellaneda y en la actualidad trabaja en el Programa Inclusión Cultural, Ministerio de Cultura, GCBA y fue socia fundadora de Cultura Senda, emprendimiento que impulsa proyectos colaborativos en Latinoamérica. Coordina junto a Luis Quintana y Julieta Spina el área de Gestión y Sustentabilidad, y junto a Fernando Jeger y Angela Martí el área de Comunicación y Diseño. Fernando Jeger. Diseñador Gráfico graduado en la Universidad de Buenos Aires. Es Jefe de trabajos prácticos de la cátedra de diseño gráfico de Daniel Wolkowicz (FADU, UBA). Socio del Estudio de Diseño Proyectar http://www.proyectar.net/. Con formación artística en Clown. Comprometido con una mirada de Diseño Social, desarrolla la estrategia de comunicación visual de La Usina y coordina los contenidos de las Residencias de Diseño Social: Colaboratorio 4D, que forman parte de la oferta de formación libre de la UNICULT (Universidad de las Culturas). Junto a Soledad Giannetti, coordina el área de Diseño y Comunicación de La Usina. 1 Hoy somos muchas las organizaciones y personas que nos cuestionamos el modelo económico vigente, y que buscamos experimentar otras alternativas. Economía solidaria, creativa, social, del bien común, cosmovisión del buen vivir, procesos p2p. Desde distintos enfoques, todos compartimos el deseo de un cambio de paradigma. En el cual la producción, la distribución y el consumo de bienes y servicios sea diferente. En el cual la economía incorpore otras variables además de la financiera, sumando variables culturales, ambientales, sociales y buscando la equidad y el bienestar general. Donde el ser humano vuelva a entenderse necesariamene como parte de una comunidad y en relación con la naturaleza. Teniendo como marco estos valores, La Usina Cultura prioriza enfocar en la economía colaborativa, como modelo desde el cual entender el flujo de recursos que nos permiten materializar los proyectos. Y adoptamos el modelo en 4D (entendiendo recursos y resultados en las dimensiones financiera, cultural, ambiental y social), como brújula de trabajo2. Por su parte, trabajar desde la economía colaborativa, en la cual administramos recursos abundantes, propios y de otros, implica entendernos como comunidad. Y nuestra comunidad es la red. La red es el modelo de organización y la lógica desde la que generamos comunidad, tomando y aportado recursos múltiples que nos permiten avanzar y seguir regenerando más riqueza para el colectivo. Trabajar en red implica estar conectados, generar flujo de información, de recursos, entre nodos. La red es multiescala, porque nos pone en contacto simultáneamente con socios y nodos locales, microregionales y regionales. Por eso nuestras prácticas de economía colaborativa son funcionales tanto a la ciudad de Chascomús como a Latinoamérica. Buscamos que haya esta coherencia entre el hacer, entendiéndonos en lo “glocal”, accionando para que nuestro trabajo impacte positivamente en nuestro territorio físico pero también en el territorio 2 Desarrollado por Lala Deheinzelin, de Enthusiasmo Cultural. Con background en los artes escénicos, cine y televisión, es una de las pioneras de la economía creativa en Brasil. Su trayectoria pasa por corporaciones, tercer sector, gobiernos locales e instituciones de fomento, organismos multilaterales y redes colaborativas. Su trabajo actual tiene foco en futuros y es realizar charlas, talleres y consultorías, en países de cuatro continentes, sobre (1) Porque la combinación de Economía Creativa y Colaborativa es estratégica el siglo XXI, cuáles las oportunidades que ellas ofrecen y las condiciones necesarias (2) cómo aplicar en iniciativas, desarrollo local o nacional la sistematización que desarrolló. http://laladeheinzelin.com.br/ Se trata de un abordaje reconocido internacionalmente por la rara combinación de desarrollo sostenible a través de economía creativa y procesos colaborativos en red. Una parte importante de esta metodología es la Matriz 4D: herramientas para trabajar con concepto ampliado de riqueza y calidad de vida que va además del financiero y permite mapear, generar resultados y flujos de recursos simultáneamente en las cuatro dimensiones de la sostenibilidad: Ambiental, Social, Financiera y Cultural (las 4D). Algunos experimentos de aplicación de esta Matriz están siendo realizados en ámbito iberoamericano. 2 amplio de conexiones, con otras ciudades de la región. “Estamos siendo” simultáneamente Chascomús en red y Cultura de red. 1. ¿Colaborar cómo? Creando una comunidad de prácticas de red El mundo global, que hoy es nuestro contexto, impacta a un nivel muy personal y modifica nuestra capacidad de coordinar acciones con semejantes dispersos en el globo. Los autores del libro Funky Business proponen una nueva forma de entender la generación de comunidades. Hablan de “territorios Funky”, los cuales se estructuran biográficamente. En ellos, las nuevas tribus son internacionales y se forman con la gente que es importante para cada uno sin importar dónde se encuentren. Debido a la globalización y digitalización, el lugar deja de ser totalmente relevante. Aún cuando decidamos accionar en un ámbito local, lo global nos atraviesa, nos conecta, nos re-vincula, nos proyecta, nos encuentra. El trabajo local, en una ciudad o microrregión, está en principio relacionado con situaciones presenciales, ya que por una proximidad geográfica es más fácil que los actores de un proceso puedan juntarse. Sin embargo es innegable el impacto de las TICS en este plano, ya que estas siguen presentes y activas, aún para el encuentro con aquellos más próximos físicamente. Es por eso que La Usina Cultura propone una mirada multiescalar sobre cada proceso. El pensarnos en una realidad-virtualidad –a la vez latinoamericana, nacional, regional y local- nos permite complejizar y enriquecer la mirada que tenemos sobre nuestra organización y sobre nuestros proyectos, ya que pone en perspectiva la diversidad de recursos y vínculos posibles, con otros grupos, organizaciones y propuestas ancladas territorialmente o no. Nos pensamos RED, pero para que la red exista no podemos ser, simplemente, puntos, nodos, ocupantes de un lugar, una base de datos estanca, un evento. Debemos ser actores, ser la conexión, las mediaciones, el trazo que pone en red a los dispersos, distintos y alejados, debemos ser las líneas que tejen un mapa. La red es la energía, el movimiento que somos capaces de generar. El trabajo en red no es sólo un manifiesto, es también una manifestación. Red es lo que ocurre mientras mantenemos una conexión activa. Si los procesos de red existen en la medida en que existen procesos de articulación y asociación entre personas, podemos decir que las redes existen siempre y cuando compartimos un proceso de trabajo y cuando hay flujo de intercambio y comunicación. Proponemos espacios y proyectos que generen aprendizaje. Creamos excusas para agruparnos y funcionar como comunidad. Salir del individualismo para transitar colectivamente un camino vivo, que muta, donde surgen imprevistos, se transforma, crece, se ramifica, un camino que se convierte en autopista con múltiples entradas, salidas y conexiones. Dijimos que nuestra comunidad es la red. Decimos además que esta comunidad se construye a través de prácticas. Porque las prácticas compartidas son donde ponemos en juego valores, estrategias, herramientas, conceptos y, a través de este andar, generamos confianza. Muchas comunidades de prácticas distribuidas, con un concepto en común, genera la potencia del rizoma, puesto en acto. La masa crítica, la inteligencia colectiva, el campo morfogenético necesario para que la cultura de red se expanda. En este sentido, las 3 comunidades de práctica son la manifestación de la cultura de red. Dentro de la red somos interfaz ● Accesores que favorecemos rutas de ingreso Canales de ingreso elásticos para para permitir que grupos provenientes de múltiples espacios socio culturales se sumen. Teatro, cortometrajes, espectáculos, artes visuales, ferias de diseño, ferias de colaboración, murales…. ● Atractores para generar espacios de encuentro Los encuentros presenciales son los momentos clave para lograr empatía y así la motivación y el deseo de participación desde un lugar genuino. Sin convencer ni arrastrar. Sólo entusiasmando. En estos espacios de encuentro se teje la trama. Proponemos, escuchamos, tomamos del grupo, reciclamos propuestas, volvemos a proponer, nos sumamos a las propuestas de otros. ● Articuladores de contenido en un almacén de código abierto Producciones propias y de otros, disponibles para el resto de los grupos. Los contenidos y producciones son código abierto lo cual permite ser intervenidos o reinterpretados por otros productores de comunicación. Aquí, las redes sociales nos ofrecen espacios útiles y atractivos de trabajo on line que hacen posible lo colaborativo del proceso. Oficinas virtuales, páginas de archivo fotográfico, documentos en línea. ● Vidriera en tiempo real Plataformas presenciales y virtuales donde puedan confluir y revelarse todas las propuestas, acciones, proyectos, productos, que se van generando. Redes sociales, canales de tv y radios comunitarias, espacio público, web, galerías de arte. 2. Economía colaborativa: colaborar+administrar recursos abundantes Colaborar es la conjunción entre la acción de laborar, trabajar, y el prefijo co que denota convergencia, reunión. Colaborar es trabajar unos junto con otros. Colaborar es una modalidad de trabajo que existe en todas las culturas. Ayni, minga, minka, cayapa, son distintas maneras de nombrar procesos a través del cuales miembros de una comunidad trabajan en forma cooperativa en una tarea, bien sea para satisfacer una necesidad individual o colectiva. 4 Una de las acepciones de Economía (definida por la Real Academia) es la ciencia de la administración de los recursos escasos. Nosotros queremos disputar este sentido, y proponer que la economía es otra cosa, si la pensamos desde la colaboración. Definimos economía colaborativa como la economía de la administración de los recursos abundantes propios y de otros, ya que la colaboración implica trabajar con otros. Desde esta nueva perspectiva: qué recursos administramos, cómo, entre quienes y para qué. Son las preguntas que ordenan esta nueva manera de entender los flujos y la distribución de la riqueza. Qué: recursos abundantes Cómo: desde el paradigma de la colaboración: p2p, distribuido, circulación, horizontalidad, inteligencia colectiva, descentralizado Entre quiénes: redes y organizaciones diversas. Todo lo multidisciplinario e intersectorial posible. Definiendo roles, responsabilidades. Aprendiendo a tomar decisiones desde el colectivo. Para qué: para disputar sentidos, para instalar un nuevo paradigma de cultura de red, para repensar la distribución de la riqueza, para sentirnos ricos, para generar más valor a lo que hacemos, para generar otras prácticas posibles más solidarias y justas. La economía colaborativa, una tendencia creciente en estos tiempos, es uno de los tantos fenómenos emergentes que es necesario debatir y analizar. Hablar de economía colaborativa es comprender nuevas formas de generación de valor y de disputa de sentidos y paradigmas. Los procesos colaborativos generan hoy mucha más riqueza de la que comprendemos o valoramos. Y esto no es casual. Sucede porque mucho de lo que circula, en término de recursos y resultados, son intangibles. Por ende, muchas veces no visibles, no revelados, y por ende, no valorados económicamente. Una de las claves para entender este modelo, es que se basa en distintos caminos para crear valor, utilizando fórmulas del compartir (viejas y nuevas), transfiriendo la valoración ya no al tener sino al usar, repensando los sistemas de circulación y redistribución que no generen nuevas fórmulas de acumulación y explotación. Por eso el foco en lo colaborativo, en cómo la cultura de red permea en estas formas de relación. Pero sería utópico pensar que este modelo va a primar por sobre el modelo de mercado fácilmente. Y justamente es el mercado el que primero entiende procesos de colaboración y muchas veces volvemos a ser funcionales a él. El mercado se asocia, crea pools de siembra, cadenas de empresas transnacionales, genera en las empresas sistemas de voluntariado que muchas veces cohesiona a los empleados pero no genera trama social ni red. Usan excelentemente las nuevas tecnologías para generar nuevos sistemas de comercialización de productos, usan muy bien la comunicación y el marketing para entusiasmar, para crear nuevas necesidades, para generar públicos deseosos de consumir un nuevo producto o servicios. Siempre desde una mirada vertical y de acumulacion del capital. A partir de esta emergencia, estamos aprovechando para generar formas novedosas y alternativas de cooperación P2P - par a par. Es un reto que tenemos y que podría permitirnos adquirir nuevas formas y medios de organización social. Existe la P2p Foundation, que 5 investiga todas estas formas emergentes de colaboración, y que ha editado un manual compilándolas, muy interesante y revelador. Pero para no caer en meras declaraciones de interés, es necesario generar espacios de trabajo que proyecten cómo serán construidos esos cambios. ¿Qué saberes es necesario incorporar y compartir. ¿Qué sabemos sobre economía colaborativa? ¿Sabemos cuánta riqueza generan los intercambios entre redes? ¿Cómo comprender el valor de los recursos no monetarios? Vamos a compartir algunas ideas más sobre economía de la colaboración, para que luego se entienda de dónde provienen varias herramientas y proyectos que intentan dar respuesta concreta a este cambio de modelo de trabajo. El primer cambio conceptual, si queremos pasar del tener al usar, y de un modelo de competencia a uno de colaboración, es entender que manejamos recursos abundantes e infinitos. Nos ayuda pensar en una “Economía de abundancia”. Lala Deheinzelin, una colega brasilera dedicada a la economía creativa, desarrolló una propuesta 4d, que es entender nuestros recursos desde una perspectiva multidimensional. Ella plantea estas gafas 4D como una “brujula” para detectar y revelar nuestros recursos. Desde que la conocimos en el año 2012 hemos iniciado varios experimentos, colaboratorios, ejercicios, herramientas, tratando de seguir pensando su propuesta inicial y generar nuevos conocimientos, ligados a la sustentabilidad. Este enfoque nos invita a ampliar nuestra percepción, ganar profundidad, de forma análoga a lo que ocurre en un cine 3D. Nuestros anteojos para identificar futuros sustentables son anteojos 4D, es decir, se apoyan en 4 pilares que corresponden a 4 infinitos. Condición de posibilidad para que un modelo de economía de la abundancia florezca. 1. Recursos intangibles, que no se agotan, sino que se renuevan y multiplican con el uso. 2. Pero, si los átomos de la tierra son finitos, los bits de las nuevas tecnologías son nuestro segundo infinito. Con ellos podemos crear muchos mundos virtuales e infinitas formas de potencializar, conectar, recrear e interactuar. 3. Infinitas formas en que la sociedad en red se organiza , produce, reinventa. Los ejemplos son muchos: nuevos modelos de producción colaborativa como el circuito Fora do eixo, movimientos cívicos organizados en red, las centenares de sites de crowd sourcing surgidos en pocos años, los negocios mesh http://meshing.it/ originados al compartir, la producción colaborativa de conocimiento como Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Portada 4. El cuarto pilar es clave para que de hecho sea posible revelar y actuar con los pilares anteriores: una visión multidimensional de riqueza, que hemos llamado Economía 4D, porque considera recursos y resultados no apenas en la dimensión financiera, más también ambiental, social y cultural. Nuestro mirar 4D considera recursos (lo que tenemos) y resultados (lo que ganamos) en las cuatro dimensiones de la sustentabilidad (y por lo tanto de la economía): ambiental, financiero, simbólico-cultural, socio-político. Lala Deheinzelin explica que, cuando nos colocamos otros lentes, se tornan visibles riquezas (recursos, resultados y valor) en al menos cuatro dimensiones. En la coordenada de lo tangible tenemos las dimensiones financiera y ambiental y en la coordenada de lo intangible tenemos las dimensiones simbólico-cultural y socio-política. Normalmente vemos que el 6 patrimonio monetario se refiere apenas a lo financiero, como inversión, financiamiento, mercados, trueques, banco de horas o monedas complementarias. Pero también existe patrimonio en la dimensión socio-política: el tejido social, las redes, la representación política, la articulación, la acción coordinada, la reputación, entre otros. Patrimonios en la dimensión simbólico-cultural son el conocimiento, los saberes y haceres, atributos, historia, lenguajes artísticos. Y patrimonios ambientales son, no sólo el ambiente natural (biodiversidad, las materias primas, nuestro cuerpo y salud) sino también el tecnológico (los espacios, estructuras y equipamiento). Corrientemente hablamos de varias formas de capital: capital humano, capital social, capital cultural, capital ambiental. Usamos todo el tiempo esas expresiones pero aun no reconocemos que valor es mucho más que valor financiero. Reputación (una de las pocas cosas que no es posible copiar) por ejemplo, es un valor que tiende a ser de los más importantes. El tiempo, el espacio, lo exponencial Es interesante percibir que mucho de lo que hacemos en cuanto humanidad, hasta ahora, estaba enfocado a la conquista del espacio. Y de hecho ganamos espacio pero perdemos tiempo. Y eso es no sustentable. ¿Y si el tiempo es el único recurso de hecho no renovable, como hacer para no perderlo o hasta ganarlo? La producción colaborativa, el crear y trabajar a partir de aquellos que ya existen (potencias), los nuevos modelos que la sociedad en red permite son las claves para multiplicar tiempo, conocimientos, recursos, calidad de vida. En el campo del diseño, por ejemplo, el diseñador sabe de antemano con cuanto tiempo objetivo cuenta para el desarrollo del proyecto y en base a esto se organiza para cumplir en tiempo y forma con la entrega de las diferentes piezas comunicacionales. Sin embargo, si diseñamos interfaz armando equipos con la gente, ya no es sólo nuestro tiempo el que se pone en juego. En este caso, el tiempo se vuelve relativo, ya que se extiende o multiplica de acuerdo a la sumatoria de horas hombre que comienzan a articularse a partir del trabajo colaborativo y en red. El potencial de activación de cada elemento, o el valor de la circulación Hasta el año pasado, cuando definíamos nuestra meta hablábamos de desarrollo cultural desde una perspectiva de tangibles. Mejorar los barrios, generar nuevas infraestructuras culturales, fortalecer procesos de economía creativa, en red. Pero nos dimos cuenta que el proceso es mucho más profundo y que lo que nos estamos proponiendo es, a través de propuestas atractivas, a través de la repetición del proceso de colaboración, ir fortaleciendo un nuevo campo, que habla de una identidad enriquecida desde procesos culturales, aplicando creatividad y nuevos “cómos”, entendiendo el sentido de la abundancia 4D. Y empezamos a profundizar sobre el círculo virtuoso del 4D: REVELAR INTANGILES > CONECTAR APROVECHANDO LAS TICS > COLABORAR EN REDES Y PROCESOS COLECTIVOS > SISTEMATIZAR PROCESOS Si no revelamos nuestros recursos y resultados, no hacemos visible y valorable nuestros intangibles. Una vez revelado un recurso y su potencial de generar resultados, es 7 posible conectar (comunicar nuestros proyectos, vincularnos con posibles socios, iniciar una narrativa que potencie lo que hacemos). Ahí es posible plasmar procesos de colaboración en colectivos y redes, haciendo sinergia. Y sistematizar para producir conocimiento y favorecer nuevos procesos en red. 3. La Usina y su red territorial: una comunidad de prácticas colaborativas en red La Usina está en un proceso de transformación, buscando cada vez una mayor coherencia entre el pensar, el sentir y el practicar. El período 2012-2014 fue una etapa de construir conceptos, de aplicar modelos de economía colaborativa a los proyectos que desarrollamos, de construir nuestros espacios para hacer y usar. Realizamos festivales, ferias de diseño, talleres. Inauguramos el espacio Paseo la Botica, formamos parte de Colaboratorios 4D, participamos de encuentros de formación libre con la red Reevo y Cultura de Red. 2015 nos inspira para vivir y experimentar forjando comunidad. Es el momento de USAR conceptos, espacios, activar la confianza, formar multiplicadores. Ej: Arte Botic. Es una feria de arte y diseño pero sobretodo es una vivencia. Generó en 2014 una comunidad de diseñadores y artistas que antes no se reconocía como tal. Para el 2015 el deseo es que sea una vivencia permanente, a través de las ferias y un taller colectivo de diseño socioproductivo. Ej: El Paseo La Botica. El espacio se transforma de centro cultural a Casa taller. De un espacio mas compartimentado, en ejes y áreas (programación, formacón, comunicación, gestión) a un lugar para vivirlo. Cada uno, desde una mayor cotidianeidad y deseo. Que se transforme en la casa de cada uno, el lugar donde hacer lo que más nos gusta: pintar, actuar, ensayar, montar un taller de diseño, editar videos. Una casa a puertas abiertas, donde arte, cultura y comunicación se piensa, produce, distribuye y comercializa. La crisis nos devuelve preguntas sobre qué, cómo, con quién, para quién. Cómo viven mis hijos, donde juegan, cómo se educan, qué comparto con mis amigos. Trabajo y vida. Ej: Elencos artísticos en la Sala Teatral. Hubo una conexión entre los elencos que participaron en 2013 del FITT y los que volvieron a la Sala en el 2014. El link ahí fue volver por la vivencia, volver con sus familias, para compartir en 4D: recurso cultural (sus obras, nuestras experiencias), recurso social (nuestra red de organizaciones, espacios), recurso tecnoambiental (el Paseo, Akapacha, la naturaleza, la laguna) y recurso financiero. 2015: La Multiversidad El fruto del trabajo compartido a través de prácticas de red en 2014 da como resultado la activación de la multiversidad. Un laboratorio de vivencias de formación libre donde experimentar otros modelos de vivir, interactuar, compartir conocimientos y saberes. La 8 multiversidad es nuestra herramienta multiplicadora. Es un espacio que crea flujo y circulación entre distintos actores: Vecinos de Chascomús + Alumnos de La Usina, integrantes de Chascomús Orgánico, Vivir en la Tierra, Namasté Masajes, etc (proyectos y organizaciones parte de Chascomús en Red) + Voluntarios internacionales que llegan a Chascomús a través de la plataforma Woofing La Mutiversidad, en consonancia total con Unicult, activa Cultura de Red. Cultura de Red “esta siendo”, es un presente contínuo, una construcción, un movimiento de ideas que inspiran, guían, aplican, abren horizontes. La Multiversidad surge luego de dos años de trabajo de articulación, porque hay confianza y hay evidencia de que juntos nos potenciamos. Decidimos articular dos procesos: el de La Usina (cultura+arte+comunicación) con el de Akapacha (permacultura). Integramos dos espacios: Paseo de la Botica, donde hay una Sala de Teatro Independiente, salas de ensayo y taller, pantalla y cañon de video, espacio de plástica y departamento de hospedaje solidario. Akapacha, donde hay ecobabañas, cocina vegana, huerta, talleres de construcción en barro, escuela de formación libre y almacén orgánico. Mapeamos el conocimiento que ponen a rodar ambos proyectos y los organizamos en cátedras, las cuales están disponibles para los tres tipos de aprendices que antes mencionamos: el vecino de la ciudad, los alumnos, los voluntarios internacionales. Y surge la siguiente organización de contenido en cátedras: - Cocina Abierta (cocina vegana) - Manos a la huerta - Salud/Bienestar: parto respetado, nutrición, plantas medicinales, lecturas de aura, bioneuroemoción, masajes, yoga, reiki, astrología, gong - Artes Escénicas y Visuales: teatro, clown, teatro fusión, improvisación, plástica, fotografía, cerámica, música - Comunicación y Diseño Social: campañas de comunicación participativas, visitas guiadas - Construcción natural - Economía Colaborativa - Diseño socioproductivo: jabones, esculturas, plantines, gígolas, diseño de indumentaria, objetos, textil - Enlazamientos: cátedra interfaz, de redes y articulaciones - Organización y gestión: logística, hotelería, voluntariado, turismo cultural y permacultural 9 Laboratorio de prácticas colaborativas de La Usina - período 2012-2014 Prácticas promovidas por La Usina ● Hospeda Cultura Chascomús ● Cenas Colaborativas Circuito Cultural 10x10 ● Intercambio de espacio Sala Usina + equipamiento con otros actores culturales de la ciudad. ● Espacio Abierto a la Comunidad en el Paseo La botica ● La Usina Hace Escuela (formación a través de asistencias técnicas y pedagógicas + talleres+Gustoch/espacios de formación libre) ● Campaña Comunidad Usina (2x1 para alumnos y docentes en espectáculos, seminarios especiales y puestos en feria Arte botic) ● Entradas solidarias ● Sponsoreo 4D ● Distribución Eco-Sensible (distribución económica entre miembros del proyecto) ● Laboratorio FITT: CURADURIA COLECTIVA, CAMPAÑA DE DISEÑO SOCIAL y BALANCE 4 Prácticas de Chascomús en Red. La Usina se asocia a otros actores de la ciudad ● Multicine ● Mingas de trabajo en la escuela de Formación LIbre de Chascomús Orgánico ● Proyecto multimedia de comunicación: 7130 Cultura código abierto ● Arte botic: Ferias Arte Botic con diseñadores locales; Tienda Arte botic, espacio de gestión colectiva; Escenario abierto, artistas locales se muestran ● Colectivo Fotográfico VER, Laboratorio 4D 2014: revelando recursos y resultados en 4D Prácticas de Cutlura de Red (CDR). La Usina se suma a la plataforma Cultura de red CDR es un espacio que crea y comparte aplicativos que cualquiera puede utilizar y aplicar para mejorar su proyecto- idea- red. Estos aplicativos son herramientas libres y abiertas desarrolladas para atender necesidades comunes, y son disponibilizadas a través de plataformas digitales para facilitar -también- encuentros presenciales y procesos de gestión colaborativa. ● Unicult- frente de formación ● Minka- frente de sustentabilidad ● Emergencia- frente de incidencia ● Circula Cultura- frente de circulación + Festivales en Red ● Facción- frente de comunicación ● Red de Colaboratorios 4D 4. Qué es lo que activa todo este movimiento y flujo de recursos? El detrás de escena de nuestros procesos de red 10 Nos estamos pensando desde el concepto de “fractales”, cuya característica es la autosimilitud: cuando se cambia de escala en la representación de algún fractal la imagen que resulta es de gran similitud a la imagen de origen. Por tanto, se puede decir que los fractales son autorecurrentes. Nos orienta esta idea, porque entonces, toda transformación profunda, basada en la confianza, que se produce en cada individuo de una red, fractalmente impacta y modifica a la red en su conjunto. Nos entendemos dentro de un proceso activo: 1. Cada individuo “estamos siendo” cultura de red, de colaboración, en la medida en que nos entendemos como seres articulados, interdependientes, confiables y afectivos. 2. Un primer paso de construcción colectiva es La Usina. Donde nos juntamos 15 individuos con valores y mirada común, que nos entendemos como un entramado inicial. 3. Se dió luego la integración de dos espacios y organizaciones: La Usina + Akapacha. Integramos personas, recursos y saberes, lo cual generó nuevos proyectos (entre ellos la Multiversidad), nuevos imaginarios, una mayor innovación en los procesos. Fue una necesidad integrarnos, porque era tal la abundancia de recursos que sólos, no estábamos pudiendo activar. Necesitamos hacer causa común para mejor aprovecharlos y ponerlos en flujo. 4. El desafío es seguir sumando actores que puedan generar este salto de confianza, para activar mas flujos. Esto es Chascomús en Red, que tímidamente va cobrando forma. Ejercicios de visiualización de las organizaciones y la red, a partir de la idea de fractales: Nos pensamos dentro de la brújula 4D propuesta por Lala Deheinzelin. Pensando nuestro sistema de organizaciones desde las cuatro dimensiones, quién necesariamente tiene que estar participando, para que la red esté equilibrada? quien aporta, esencialmente, desde su hacer, a cada una de las dimensiones? Nos pensamos Chascomús en Red como un cuerpo, equilibrado según sus chakras. Si un individuo se equilibra abriendo sus chakras, lo mismo debería suceder en un organismo colectivo. Quién, dentro de la organización en red, vela por el chakra base, por el contacto con la tierra, las raíces, la materialidad? quíen aporta el vuelo creativo, la energía de lo reproductivo, de la multiplicación, quién aporta el poder, el empoderamiento colectivo, quién inspira, abre, genera confianza, entrama? quién mira más allá del presente, planifica, proyecta, visualiza futuros deseables? 11 Todo este movimiento de entendernos como personas, como organizaciones, como red, sabemos que impacta profundamente en nuestro sentido de pertenencia e identidad. Quiénes somos, qué reconocimiento pretendemos, en qué nos queremos fundir y en qué no nos queremos fundir, son preguntas que reiteradamente aparecen, tensiones del proceso. Lo que entendemos es que la confianza es la llave, porque sin confianza es imposible entregar parte de lo que somos, de nuestra identidad, a un proceso colectivo. Confiar en las personas con las que nos vinculamos Confiar en que, si todo es fractal, lo que hacemos por la red lo hacemos por nosotros mismos y viceversa Confiar en que cada uno preservará al otro, su reputación, su reconocimiento, su sensibilidad, su trayecto Consideramos que una clave es asumir que, si deseamos trabajar en red, nuestras identidades deben ser flexibles, blandas, para “soportar” la red. Soportar en el doble sentido de aguantar y sostener. La identidad se mezcla, se transforma, pero el adn de cada parte sigue preservado. La identidad sólo soporta un entramado en red si hay verdad y autoconocimiento. Si sé para qué soy y estoy en red, cuál es mi aporte original y único al sistema, qué es lo que me define y hace necesario dentro del sistema. Porque si esto está claro, el día que la red, o el proceso colaborativo termina, mi identidad queda intacta, libre para reconfigurarse en nuevos procesos de ensamble. En cambio, si esta identidad primaria es débil, poco clara, es vulnerable a ser disuelta en un proceso de red. Y ahí no prima la confianza sino el miedo. Pero porque no hay en primera instancia, confianza hacia el propio proceso. Todo vuelve al mismo lugar: sin un proceso de autoconocimiento, entrega y confianza personal, cualquier otra construcción más compleja será vulnerable. Entonces, es necesario un doble trabajo, de autoconocimiento y ajuste colectivo. En el cual la confianza es no sólo la llave sino además el resultado de las vivencias que surgen en nuestras comunidades de prácticas, genuinos escenarios de entrega, trabajo, experimentación, vivencia. Confiar es, en primera instancia, un ejercicio de la razón. Yo decido que alguien me parece confiable. Pero luego, tengo que atravesar la sensación de confiar, lo cual sólo es posible en una práctica concreta. LA RED ES ENTONCES MANIFIESTO Y MANIFESTACIÓN Es construcción política, es identidad para la incidencia, es un movimiento de código abierto, con reciprocidad, donde nos preguntamos cómo cada uno tributar al sistema. Y también es una manera de ser y estar en red, más ligado a la física cuántica, donde más que organización es un estado, la percepción que como individuos y organizaciones tenemos del flujo de las cosas. La red pensada como fractales, rompe con la dicotomía local/global, porque en la medida en que se trabaja la parte, se trabaja el todo. Recordamos la frase “pensar global para actuar local”. Y la aplicamos a: 12 “Pensar en colectivo para accionar individual”. Es una apuesta a la pérdida de control, a la autonomía de cada uno. Una vez que se activa el sentido del beneficio colectivo, del procomún, de la inteligencia colectiva, es muy difícil volver a “pensar en individual”. Entonces, confiamos en que la mínima expresión de la red es el individuo que, reconocido como fractal, construye red. “Pensar global para actuar local” “Pensar en colectivo para accionar individual” o simplemente, “Reconocerse fractal” BIBLIOGRAFÍA Y LINKS RECOMENDADOS PARA AMPLIAR LA INFORMACIÓN: CULTURA DE RED: MODELOS Y PROCESOS DE COLABORACIÓN. Por Soledad Giannetti, María Claudia Rossell y Adriana Benzaquen. Curso Virtual REM 2.0 Red en Movimiento Economía creativa y desarrollo territorial. Por Lala Deheinzelin Proceso de articulación y conexión latinoamericana de Cultura de Red Experiencias Colaboratorio 4D Chascomús: EL FITT Documentos de trabajo de La Usina Cultura Festivales en Red, presentación en Bolivia, articulación Telartes 13