Clases de Residentes 2009 Metrorragias ginecológicas en la adolescencia Servicio de Obstetricia y Ginecología Hospital Universitario Virgen de las Nieves Granada METRORRAGIAS GINECOLÓGICAS EN LA ADOLESCENCIA Inmaculada González Pérez 21/05/09 INTRODUCCIÓN Habitualmente, la mujer presenta desde la menarquía a la menopausia un sangrado menstrual más o menos predecible en cuanto al momento, intensidad y duración. Sin embargo, con cierta frecuencia se produce un sangrado uterino inesperado o diferente, que constituye, por tanto, una Hemorragia uterina anormal (HUA). Dicho sangrado suele alarmar a la mujer y constituye un frecuente motivo de consulta ginecológica tanto en la práctica diaria como en los servicios de urgencias. Casi todas las mujeres presentan a lo largo de su vida algún episodio de HUA, que en la mayoría de los casos refleja una disfunción ovárica puntual que raramente constituye un problema serio. En otros casos la disfunción y la hemorragia son más severas. En cualquier caso, el término de Hemorragia Uterina Disfuncional hace referencia al sangrado de origen uterino, excesivamente intenso, prolongado o frecuente, que no se debe a embarazo o enfermedad pélvica o sistémica reconocible. En otras mujeres, la HUA se produce por la existencia de una patología orgánica- benigna o maligna- que debe ser diagnosticada y oportunamente tratada. MENSTRUACIÓN EN ADOLESCENTES Aunque la aparición del sangrado menstrual es reconocida como un hito puberal, el eje hipotálamo-hipófiso-gonadal continúa madurando después de la menarquía a lo largo de los 5 años siguientes (Chuong&Brenner). Cerca del momento de la menarquía, la influencia del feed back positivo del estradiol está ausente, así que la ovulación no ocurre. Lemarchand et al investigaron a 90 chicas sanas en torno a los primeros 5 años tras la menarquía. Encontraron que los valores de estrógenos, progesterona, LH y FSH estaban por debajo de los del adulto. Hacia el quinto año, la FSH y LH se incrementaban gradualmente cerca de los del adulto, pero los niveles séricos de progesterona suponían todavía un pequeño porcentaje de ciclos anovulatorios. El calendario de ciclos menstruales es inicialmente irregular de forma frecuente pero Dra. González / Dr. Parrilla -1- Clases de Residentes 2009 Metrorragias ginecológicas en la adolescencia adquiere periodicidad con el tiempo. McDonough y Grant encontraron que del 55-82% de los ciclos eran anovulatorios y que la hemorragia por anovulación era la causa del 50-74% de las hospitalizaciones por sangrado. CONCEPTOS El patrón menstrual definido por la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia es: • Cantidad: límites 50-100 ml; ó 3-6 apósitos bien empapados • Duración: 2-7 días • Intervalo: 21-35 días. En adolescentes se considera un rango normal entre 21 y 45 días durante el primer año tras la menarquía. • Aspecto de la sangre: rojo oscuro incoagulable Como se ha indicado, la HUA es aquella que por el momento de producirse o por sus características queda fuera del patrón menstrual habitual, teniendo lugar durante varios ciclos y encontrándose una causa subyacente, frecuentemente a nivel endometrial. Esta situación, aunque puede encontrarse en otros períodos de la vida si bien es más frecuente en la adolescencia. Es importante, ante todo, definir una serie de conceptos que permiten reconocer las distintas alteraciones que se pueden producir en el patrón de sangrado: TIPO DE ALTERACIÓN MENSTRUAL Menorragia/ Hipermenorrea Metrorragia CARACTERÍSTICAS Sangrado uterino prolongado (>7 días)o excesivo (>80 ml, o >7 apósitos ) que se presenta a intervalos regulares Sangrado menstrual irregular o sangrado entre períodos regulares Polimenorrea, Proiomenorrea Sangrado menstrual frecuente, que ocurre cada <21 días Menometrorragia Sangrado menstrual frecuente que es excesivo e irregular en cantidad y duración EPIDEMIOLOGÍA La HUA es la segunda causa más frecuente de consultas ginecológicas, precedida por la leucorrea. El sector adolescente ocupa el 20% de las consultas debidas a este motivo, de las cuales el 85% se realizan en el primer año tras la menarquía, y el 15% restante en los 4 años sucesivos a la misma. (J.L. Strinckland, J.W.Wall) Las Hemorragias uterinas disfuncionales representan el 15% de las consultas ginecológicas, y son más predominantes en adolescentes; de hecho el 90% de transtornos menstruales en la adolescencia, es producido por ciclos Dra. González / Dr. Parrilla -2- Clases de Residentes 2009 Metrorragias ginecológicas en la adolescencia anovulatorios. (ProSEGO, Diagnóstico y tratamiento de la menorragia en la adolescencia). ETIOPATOGENIA Algunas de las alteraciones menstruales son comunes en los distintos períodos de la vida de la mujer. Sin embargo existen diferencias etiopatógenicas en las distintas etapas de la vida, que hay que tener en cuenta por la repercusión que tienen en la orientación diagnóstica de cada caso. Genéricamente pueden dividirse en dos grandes grupos, uno que engloba transtornos orgánicos (más frecuentes en la madurez reproductiva, en la menopausia y en la senectud) y otro, que engloba transtornos de carácter funcional (predominantes en la adolescencia y en el climaterio premenopaúsico) A. CAUSAS ORGÁNICAS Destacamos en la adolescencia: 1. Relacionados con la gestación • Embarazo ectópico • Amenaza de aborto • Embarazo molar 2. Endocrinopatías: • Cushing • Hipotiroidismo • Hiperplasia Suprarrenal Congénita • Tumores secretores de andrógenos 3. Alteraciones de la coagulación • Púrpura Trombocitopénica Idiopática • Enf de Von Willebrand • Enf de Glanzman • Anemia de Fanconi • Talasemia • Leucemia 4. Iatrogenia • Cosméticos • Anabolizantes • Contraceptivos • hormonas esteroideas. 5. Tumores de Ovario • Tecomas • tumores de la granulosa. 6. Traumas (se incluyen abusos sexuales) 7. Infecciones Dra. González / Dr. Parrilla -3- Clases de Residentes 2009 Metrorragias ginecológicas en la adolescencia 8. Alteraciones del tracto genital • Leiomiomas • Endometriosis • Anomalías congénitas • Pólipos cervicales B. FUNCIONALES A todas ellas se las engloba bajo el término de Hemorragia Uterina Disfuncional (HUD), que incluye a un conjunto de alteraciones menstruales por exceso originadas fundamentalmente por la existencia de ciclos anovuladores o alteraciones en la función del cuerpo lúteo. Dado que no se sustenta sobre ninguna patología orgánica, su diagnóstico será de exclusión. Así, atendiendo a su etiología, las HUD pueden clasificarse en: • Anovulatorias Suelen ser secundarias al transtorno del normal funcionamiento del ejehipófiso-ovárico por madurez insuficiente (Chuong&Brenner, 1996): el ciclo ovulatorio normal supone la producción cíclica de estradiol, en primer lugar, que inicia el crecimiento folicular y la proliferación endometrial. Posteriormente tras la ovulación, aumenta la progesterona, mientras continúa la producción de estradiol, que contribuye a estabilizar el endometrio. La ausencia de embarazo y la lisis del cuerpo lúteo suponen la disminución de estradiol y progesterona y la descamación periódica endometrial que se objetiva en forma de sangrado al exterior. Cuando no sucede la ovulación, se produce un estado de hiperestronismo mantenido o no contrarrestado, con dilatación de las arterias espirales endometriales, crecimiento endometrial y grosor anormal sin el soporte estructural adecuado, lo que conduce a rupturas espontáneas superficiales con sangrado asincrónico. En algunos casos, la elevación estrogénica ejerce un efecto negativo en hipotálamo e hipófisis, con descenso de la Progesterona, FSH y LH y finalmente estradiol. Esto lleva a vasoconstricción y colapso de la mucosa endometrial hiperplásica, con sangrado abundante y frecuentemente prolongado. • Ovulatorias La hemorragia es causada habitualmente por una insuficiencia del cuerpo lúteo. La reducción de estrógenos y progesterona en la segunda mitad del ciclo menstrual, condiciona también una duración de éste anormalmente corta. Clínicamente se suele manifestar como un acortamiento del ciclo, precedida o no por un pequeño sangrado (spotting) pre-menstrual. Suele presentarse con frecuencia en la adolescente una vez alcanzado ciclos ovulatorios. Dra. González / Dr. Parrilla -4- Clases de Residentes 2009 Metrorragias ginecológicas en la adolescencia EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA Anamnesis Es básica para orientar las distintas posibilidades diagnósticas. Se debe considerar la situación de angustia y ansiedad de la adolescente por lo que debemos reservar un tiempo para hablar con ellas a solas y asegurarles confidencialidad y que algunos temas se tratarán con sus padres y/o acompañantes sólo si ellas lo desean. En caso de la existencia de algún problema grave, debemos comentarle que el tema será tratado con los adultos responsables. A veces una buena anamnesis es suficiente para realizar un diagnóstico definitivo, y en cualquier caso debe permitirnos formar una serie de hipótesis que podamos confirmar con una adecuada exploración y pruebas complementarias. Debe comprender: Tipo de alteración menstrual: comienzo, duración, periodicidad, repercusiones hemodinámicas, personales y en la calidad de vida; factor desencadenante Síntomas acompañantes: fiebre, dolor, dismenorrea, dispareunia, alteraciones digestivas o urinarias, pérdida de peso, etc. Antecedentes Personales: en relación a edad, menarquía, fórmula menstrual, antecedentes médicos (coagulopatías, patología tiroidea, hepática, enfermedad renal, patología sistémica) y quirúrgicos. Pueden orientar hacia la existencia de una coagulopatía la presencia de una menorragia desde la menarquía y existan antecedentes familiares o personales de hematomas, sangrados frecuentes o cualquier manifestación de diátesis hemorrágica. Antecedentes Familiares Tratamientos consumidos: anticoagulantes, antiagregantes, psicofármacos, quimioterapia, hormonas. Actividad sexual y contraceptivo utilizado (en relación con ETS y cáncer de cérvix). En este aspecto especialmente es necesario garantizar discreción. Podemos aprovechar para otorgar información sobre las repercusiones que pueden tener estas infecciones y la forma de prevención de las mismas. Así mismo deberemos considerar e indagar sobre la posibilidad de abusos sexuales subyacentes. Exploración clínica Es fundamental para el diagnóstico. No obstante debemos tener presente siempre las normas fundamentales de conducta debiendo actuar con gran prudencia y cuidado en el examen ginecológico, ya que si no se realiza de forma adecuada y con el material específico puede tener grandes consecuencias psicológicas, incluso en una percepción negativa de la propia sexualidad. La exploración clínica comprenderá: Estado general: tensión arterial, pulso y temperatura; peso y talla; nivel de consciencia. Inspección general: palidez cutánea, existencia de marcadores de coagulopatía (petequias, equimosis o hematomas) Dra. González / Dr. Parrilla -5- Clases de Residentes 2009 Metrorragias ginecológicas en la adolescencia Inspección genital: valorar vulva, vagina y cérvix, para descartar lesiones traumáticas, cuerpos extraños, atrofia, colpitis, cervicitis, pólipos cervicales o masas exofíticas. Palpación: general (abdomen, hígado y tiroides) y genital. Se realizará de forma cuidadosa tacto bimanual, describiendo características de útero, presencia de masas anexiales, movilidad cervical y ocupación de fondo de saco de Douglas Exploraciones complementarias -Especuloscopia: sólo en pacientes que han mantenido relaciones sexuales y en casos excepcionales. -ECO: transvaginal (nivel 2 de evidencia), transabdominal o transrectal. Indicada para evaluar la cavidad uterina de forma inicial, pues aunque el diagnóstico como sabemos son sobre todo HUD, son un diagnóstico de exclusión, por lo que se debe buscar una causa orgánica. La biopsia de endometrio y la histeroscopia no son adecuadas para la evaluación diagnóstica de la menorragia o la HUD en la adolescente (Dueñas y col 2001). Podrá considerarse su realización en adolescentes con HUD no tratadas durante 2-3 años, especialmente si son obesas, por el riesgo de carcinoma de endometrio (0,1 por 100.000 en mujeres de 15-19 años, ACOG 2001). Determinaciones analíticas -Hemograma completo: incluyendo plaquetas (nivel 2 de evidencia). Se prestará atención al valor de Hb que en 66% de los casos será menor de 12 g/dL. -Test de gestación: algunos autores lo consideran preceptivo en todas las pacientes en edad reproductiva, aunque nieguen matener actividad sexual. (Adams-Hillard 2002) -Analítica hormonal: FSH, LH, Progesterona, Estradiol, Perfil androgénico -Valoración de la hemostasia: en el 11% de las menorragias existen alteraciones de la hemostasia (Muram y cols, 1994). El transtorno hemorrágico más frecuente en la adolescencia es la Púrpura Trombocitopénica, aunque también se puede deber a enfermedad de Von Willebrand. Así junto con el hemograma y plaquetas, debemos solicitar tiempo de protrombina (TP), tiempo parcial de tromboplastina (TTP) (Nivel de evidencia 3). No es necesario realizar de forma sistemática, pero puede ser útil en algunos casos analizar: -Función hepática y renal: sólo cuando tras la anamnesis y exploración sospechamos de su afectación -Función tiroidea (nivel de evidencia 3) Dra. González / Dr. Parrilla -6- Clases de Residentes 2009 Metrorragias ginecológicas en la adolescencia TRATAMIENTO Durante la adolescencia, las alteraciones menstruales son disfuncionales y transitorias en la mayoría de los casos. La intervención médica se puede limitar a veces a explicar y tranquilizar tanto a la madre como a la paciente, tras descartar alteraciones orgánicas y hematológicas. Es fundamental determinar el estado hemodinámico de la paciente para decidir el tipo de tratamiento a llevar a cabo, debiendo tener en cuenta para casos crónicos además, los deseos reproductivos de la paciente. Dependiendo de los hallazgos de la exploración y la repercusión hemodinámica, distinguimos tres grados de menorragia/HUD: • Leve, Hb>12: se recomienda, asesoramiento, medidas higiénicodietéticas, tratamiento médico ambulatorio. Nuevo control en 3 meses. • Moderada, Hb 10-12: Ídem, añadiendo ferroterapia vía oral diaria. Nuevo control en 3 meses. • Severa, Hb<10: Se administrarán estrógenos o anticonceptivos orales a altas dosis. Puede ser necesaria la hospitalización y reposición de la volemia. Opciones de tratamiento Episodio agudo: 1. Estrógenos equinos 2. ACOs Menorragia/HUD leve-moderada; mantenimiento 1. ACOs (Nivel 1) 2. Gestágenos (Nivel 2) 3. Ácido tranexámico (Nivel 1) 4. AINEs (Nivel 1) 5. SIU-LNG (Nivel 1) 6. Acetato de Medroxiprogesterona (Nivel 3) 7. Implante (Nivel 3) Tratamiento hormonal Se emplea en HUD con ciclos ovulatorios y anovulatorios, tanto para el control del sangrado agudo como para evitar recidivas. Distinguimos: 1. Estrógenos solos 2. Gestágenos 3. Anticonceptivos orales combinados 4. Sistema de liberación intrauterino de Levonorgestrel (SIU-LNG) 5. Gestágenos de depósito 6. Danazol, análogos de la GnRH y Gestrinona Dra. González / Dr. Parrilla -7- Clases de Residentes 2009 Metrorragias ginecológicas en la adolescencia 1. Estrógenos solos De primera elección para el episodio de sangrado AGUDO, por favorecer el rápido desarrollo de tejido endometrial, que cubre la superficie epitelial denudada. Se ha visto que el tratamiento con estrógenos equinos (Premarin®) vía i.v interrumpe la hemorragia aguda en el 72% de sujetos. Su efecto parece ser debido a acción sobre la coagulación, entre ellos producción de fibrinógeno, factor V, y IX actividad, y agregación de plaquetas. Además, a largo plazo inducen la proliferación del endometrio denudado. Se administrará 10mg/día repartidos en 4 dosis (v.o) o 25mg/día cada 2-4 horas durante 24 horas (i.v). La terapia iv se asocia con nauseas y vómitos que pueden contrarrestarse con antieméticos, siendo conveniente asociarlos desde el principio. Controlado el sangrado, se mantendrán a dosis de 10mg/día durante 21-25 días, añadiendo medroxiprogesterona 10mg/día los últimos 7-10 días. De forma alternativa, podrá comenzarse el tratamiento con ACOs de forma cíclica tras terapia i.v. Cuando se interrumpen ambas hormonas se puede producir un sangrado por deprivación que puede ser intenso, pero que rara vez es prolongado. En mujeres jóvenes con alteraciones hemorrágicas conocidas puede ser necesario añadir acetato de desmopresina o antifibrinolitos. 2. Gestágenos Los gestágenos se utilizan cuando los estrógenos están contraindicados como por ejemplo en el caso de las trombofilias (se emplearán a altas dosis) o en aquellos casos en los que la paciente tiene deseos genésicos, dado que no actúan como anticonceptivo. La administración cíclica de progestágenos se realiza para contrarrestar el efecto que ocasiona sobre el endometrio el exceso de estrógenos. En algunos casos se produce falta de adherencia terapéutica a los gestágenos además de por su posología por los efectos secundarios que pueden aparecer, destacando edema, sensación de hinchazón, cefalea, depresión y disminución de la libido. • Noretisterona: 5 mg/8 horas desde el 2º hasta el 25º día del ciclo, tres ciclos consecutivos. Poca adherencia terapéutica. (Primolut-Nor®) • dihidrogesterona: 10-20 mg/día desde el 12º hasta el 25º día del ciclo. (Duphaston®) • Progesterona natural micronizada: 100-200 mg por v.o o v. vaginal del 14º al 26º día del ciclo. Especialmente útil en el tratamiento de HUD leve-moderada. (Progeffik®, Utrogestan®) 3. Anticonceptivos orales combinados Comparados con asociación de dos inhibidores de la síntesis de prostaglandinas, producen una reducción del 43% del sangrado (Fraser et al, 1991) (Nivel evidencia 1) por lo que mejorarían los parámetros hematimétricos derivados de la pérdida sanguínea. Son el tratamiento de elección para adolescentes que no presenten deseos reproductivos. Dra. González / Dr. Parrilla -8- Clases de Residentes 2009 Metrorragias ginecológicas en la adolescencia Su efecto probablemente se debe a que inducen una atrofia endometrial, menor proliferación de tejido glandular y por tanto reducción de la cantidad de sangrado. En general, se combina Etinil Estradiol a dosis de 30µg y un gestágeno, habiendo resultado eficaces levonorgestrel, desogestrel y más recientemente norgestimato (Davis y cols, 2000) En episodios agudos, se utilizan de manera exitosa, con disminución paulatina de la dosis, comenzando por tres comprimidos diarios durante hasta inhibir el sangrado, continuando con un comprimido diarios durante 21 días. posteriormente se puede continuar con un tratamiento diario de mantenimiento, para evitar recidivas. Resultan especialmente útiles en pacientes con Enfermedad de von Willebrand, porque estimulan la producción de dicho factor de la coagulación. 4. Sistema de liberación intrauterino de levonorgestrel (siuLNG) Se trata de un dispositivo de plástico, en forma de T (DIU Mirena®), con un depósito que contiene 52 mg de LNG, con una tasa de liberación diaria de 20mcg de LNG directamente en la cavidad uterina, durante al menos 5 años. Puede emplearse como alternativa en el tratamiento médico de la HUD de la mujer joven ya también proporciona anticoncepción eficaz y disminución de la dismenorrea. 5. Gestágenos de depósito No son muy susceptibles del tratamiento de la menorragia, como consecuencia de las alteraciones que ocasionan en cuanto al patrón de sangrado (desde sangrado irregular y continuo hasta amenorrea) • acetato de medroxiprogesterona (MDPA, Depo-Progevera 150®) Preparado de administración trimestral, con gran eficacia anticonceptiva, que favorece reponer los depósitos de Hb ante HUD. Ocasiona amenorrea en el 45% de las pacientes tras un año de utilización. Puede producir un sangrado irregular en los primeros meses. 6. Implantes: etonorgestrel (Implanon®) Alta eficacia anticonceptiva, al igual que el anterior, aunque con los mismo problemas asociados en cuanto al sangrado y amenorrea. Se introduce de forma subcutánea en la cara interna del brazo y tiene una utilidad de 3-5 años. 7. DANAZOL, ANÁLOGOS DE GnRH, GESTRINONA Eficaces para reducir la cantidad de sangrado menstrual, pero de uso limitado por sus efectos a largo plazo. Dra. González / Dr. Parrilla -9- Clases de Residentes 2009 Metrorragias ginecológicas en la adolescencia Tratamiento no hormonal Se recomiendan a pacientes sin patología orgánica objetivable, con ciclos Ovulatorios y sin metrorragias ni manchado intermenstrual, especialmente para controlar el episodio de sangrado agudo. Distinguimos: AINEs, antifibrinolíticos agentes protectores de la pared vascular 1. AINEs Reducen el sangrado menstrual entre el 20-25% y disminuyen las dismenorrea. Tienen un efecto directo sobre el endometrio al inhibir la secreción de PG, aumentando el Tromboxano A2 q es un potente vasoconstrictor Los más usados son: ibuprofeno, ácido mefenámico (COSLAN®) y naproxeno (ANTALGIN®). Ocasionalmente de forma anómala, pueden incrementar el sangrado menstrual. En la reciente revisión Cochrane, se concluye no obstante que en el tratamiento de las menorragias ovulatorias son más efectivos que placebo, pero menos que antifibrinolíticos. No obstante, son más eficaces, aunque de forma no significativa, que el tratamiento con progesterona oral en fase lútea. 2. Antifibrinolíticos Son fármacos que inhiben la activación del plasminógeno en plasmina (la cual aumenta sus niveles en mujeres con menorragias). Ejercen así un efecto hemostático reduciendo el sangrado en más de un 50%. El más usado es el ácido tranexámico (Amchafibrin 500®) que a pesar de ser eficaz, su empleo está relegado a una segunda o tercera línea de tratamiento. Las reacciones adversas derivadas de su uso, son raras. 3. Agentes protectores de la pared vascular (Ethamsylato) Actúan reforzando la pared capilar, reduciendo el sangrado por una actividad antihialuronidasa y acción antiprostaglandínica, corrigiendo una acción plaquetaria anómala. Tratamiento quirúrgico Empleado para aquéllos casos refractarios al tratamiento farmacológico. La técnica de elección es el legrado hemostático. CONCLUSIONES 1. La hemorragia uterina anormal es un motivo de consulta muy frecuente en la práctica clínica ginecológica diaria. 2. En la adolescencia las hemorragias uterinas anormales suelen ser de tipo funcional, debidas en gran parte a inmadurez insuficiente del eje hipotálamo-hipófiso-ovárico. 3. Las HUD de la adolescencia suelen ser de tipo anovulatorio. 4. Se debe garantizar confidencialidad y discreción a este tipo de pacientes, puesto que una adecuada anamnesis puede facilitar el proceso diagnóstico. Dra. González / Dr. Parrilla - 10 - Clases de Residentes 2009 Metrorragias ginecológicas en la adolescencia 5. La exploración debe ser generalizada y lo menos invasiva posible. Sólo se reservarán los procedimientos invasivos para casos excepcionales. 6. En el tratamiento debemos considerar la repercusión hemodinámica de la hemorragia y deseos reproductivos de la paciente. 7. En casos severos se emplean Estrógenos Equinos o ACOs a altas dosis. 8. En casos moderados-leves los ACOs y Progestágenos, son de elección, dependiendo de si la paciente tiene deseos reproductivos o no, respectivamente. BIBLIOGRAFÍA 1.Berenson A. Dysfunctional uterine bleeding in adolescence. Postgr Obstet Gynecol 2001; 21:1-4 2. 2 Dueñas Diez JL, López-Arregui E, Gonzalez Navarro Jv, Ordás Santo Tomás J, Sánchez Borrego R. Alteraciones Menstruales Por Exceso. Manual de Salud Reproductiva en la Adolescencia Sociedad Española de Contracepcion 2001. pp. 217-230. 3Hatasaka H. The evaluation of abnormal uterine bleeding. Clin Obstet Gynecol 2005; 48: 258-73 4.Hickey M, Balem A . Menstrual disorders in adolescence: investigation and management. Human Reprod Update 2003; 9: 493-504 5.Lyubov A. Matytsina, MD, PhDa,b,*,Elena V. Zoloto, MD, PhDa,b,Lyudmila V. 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