TIANANMEN: ENTRE EL TABU Y LA CEGUERA El pasado 4 de

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TIANANMEN: ENTRE EL TABU Y
LA CEGUERA
Por RICARDO ALBERTO BAQUEROi
El pasado 4 de junio se celebró
el aniversario número 25 del incidente
en la Plaza de Tiananmen, ubicada en el
corazón de Beijing, capital de China. La
imagen del individuo parado frente a los
tanques es un ícono del periodismo
fotográfico, de la defensa de las
libertades individuales y de los alcances
del poder de la convicción humana.
Muchos medios de comunicación a
nivel internacional dedicaron páginas a
lo sucedido antes, durante y después de
lo que revistas como Time denominaron
masacre, e hicieron perfiles de los
estudiantes
universitarios
que
protagonizaron una de las rebeliones
más famosas del siglo XX, quizás e
irónicamente, porque no tuvo mayores
repercusiones.
Las protestas empezaron en el
mes de abril de 1989 con la muerte de
Hu Yaobang, respetado líder del Partido
Comunista Chino, partidario de
reformas políticas al interior del país y
gran defensor de los derechos de los
estudiantes, quienes al saber de su
muerte no solamente se reunieron en la
famosa plaza para rendirle honores
fúnebres, sino que empezaron a hacer
públicas todas aquellas demandas de las
cuales Hu era partidario, entre ellas las
libertades de prensa, de asociación y de
expresión.
Con el paso de los días, los
cánticos, letreros y ánimos fueron
enfocándose gradualmente hacia la
lucha por la democracia y contra la
corrupción, resaltando los efectos no
deseados de las reformas de Deng
Xiaoping y demostrando descontento
porque los cambios prometidos por el
“Opening and Reform” no eran tan
evidentes. Todo esto llevó a que la
percepción del gobierno hacia el
movimiento estudiantil empeorara por
su alteración del orden y la armonía
nacional, elementos esenciales para
cualquier país, pero aún más para el más
poblado del mundo. En la noche del 3
de Junio y después de multitudinarias
manifestaciones, huelgas de hambre y el
apoyo de varios sectores de la
población, entre 10.000 y 15.000
soldados entraron en la plaza y
diezmaron a los manifestantes. Las
cifras de muertos y desaparecidos
varían según las fuentes pero podrían
rondar en 5.000.
Tiananmen es un lugar de gran
simbolismo lingüístico y político.
Literalmente la expresión traduce
“Puerta de la Tranquilidad Celestial” y
la plaza ha sido el escenario no de una
sino de dos grandes protestas
estudiantiles, siendo la primera de ellas
la ocurrida en 1919 y considerada como
uno de los momentos fundacionales del
Partido Comunista China. La plaza hoy
en día está rodeada de barrotes que más
que controlar logísticamente el ingreso
de visitantes, vigila el movimiento de
quienes la visitan. Sacar cualquier
bandera o reunirse durante mucho
tiempo levanta sospechas de los
numerosos policías activos y de
incógnito que caminan por el lugar.
Un cuarto de siglo después, el
gobierno sigue tomando medidas para
evitar que se festeje o se recuerde lo
sucedido durante esas semanas y que
desembocó en los controvertidos hechos
de aquella noche. Los profesores
universitarios casi no tocan el tema, y si
lo hacen es por fuera del salón de
clases. Redes sociales como Facebook y
Twitter, y la página de videos YouTube
llevan años bloquedas. Palabras como
“Tiananmen”, “Plaza” y “lamentar”
también se bloquean de los buscadores
de internet durante estas fechas.
Y este año, dichas medidas han
sido inusualmente más notorias. Los
estudiantes
extranjeros
de
una
universidad en Beijing fueron llevados a
un viaje sorpresivo y de carácter
obligatorio antes y después del 4 de
Junio. El buscador de internet Google
presenta fallas desde hace varios días, al
igual que su proveedor de correo
electrónico GMail. Incluso la red social
con fines laborales LinkedIn se vio
sujeta a las políticas de censura chinas.
La fuerza de bomberos de Beijing
anunció la planeación de “trabajos
especiales para la preservación de la
estabilidad”.
Y
las
autoridades
detuvieron el mes pasado a los
asistentes de una reunión que
precisamente giraba en torno a las
protestas, entre los cuales se encontraba
un famoso abogado especializado en
Derechos Humanos.
Si bien en la parte continental de
China no se hace mención del incidente,
en la Región Administrativa Especial de
Hong Kong las cosas son diferentes. Por
su estatuto único, que va hasta el año
2047, esta ciudad-región goza de ciertas
libertades que las otras partes de China
no, como lo son la entrada libre de visa,
el acceso sin censura a internet y la
libertad de reunión. Una marcha y una
vigilia, a las que asistieron más de
150.000 personas, sirvieron para
demostrar ciertas demandas de la
población, entre ellas que el gobierno
chino reconozca su responsabilidad en
los acontecimientos de esa noche y que
termine con el sistema unipartidista. Sin
embargo, la acción más importante ha
sido la apertura hace un par de meses
del primer museo dedicado a
documentar lo sucedido el 4 de junio de
1989.
Para muchos chinos, lo sucedido
en la Plaza de Tiananmen es tan solo un
recuerdo distante de algo de lo que no
saben mayor cosa. Y a muchos parece
que no les importa. El nacionalismo
promovido por el Partido Comunista
Chino y el éxito económico del país
sobrepasan cualquier preocupación y
demanda que tengan. Muchos podrían
llamarla una actitud cínica. Otros
pueden denominarla una expresión más
del materialismo creciente en la
sociedad urbana china. Incluso las
respuestas de algunos chinos a quienes
se les pregunta por lo sucedido dejan
ver cierta incredulidad, argumentando
que no hay razones para hablar del
asunto porque ya han pasado muchos
años, y que son los medios de
comunicación extranjeros quienes traen
a colación lo sucedido para atraer mala
prensa sobre China. Los chinos saben
que el incidente sucedió, pero parece
que pocos quieren reconocer su
significado y simbolismo, y mucho
menos hablar de ellos.
El final de la primavera y el
inicio del verano parece ser un periodo
de tiempo sensible para China. Y por
ello,
cualquier
manifestación
o
representación de activismo que suceda
entre estas semanas es visto con mayor
recelo por su capacidad para crear
problemas de seguridad. Suficientes ya
tiene el país gracias a un grupo
separatista de la minoría étnica Uigur, al
que se le adjudican recientes ataques
terroristas al interior de China.
i
Profesor de las Facultades de Ciencia Política y
Gobierno y de Relaciones Internacionales de la
Universidad del Rosario.
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