RECETA DE MIGAS MANCHEGAS Como no podía ser de otra manera, llegando el otoño, la temporada en la que el transcurso del año nos lleva a la caída de la hoja, el cambio del tiempo y el frio va ganándole el terreno al calendario, en una zona como la nuestra tradicional de pastoreo, las migas manchegas toman protagonismo como una comida nutritiva, rica y práctica. Desde los grupos de cazadores hasta las salidas al campo de amigos comienzan con la elaboración y degustación de unas buenas migas manchegas. La otra particularidad de las migas es que son económicas, nos sirven para gastar las sobras de pan duro de una manera natural y sabrosa y además su forma de cocinar es dinámica desde que empezamos su elaboración hasta que probamos el primer bocado. Espero que os gusten QUE NECESITAMOS. Hacer unas migas para menos de 10 personas no suele ser corriente, ósea que marcaremos los ingredientes para ese número. Una cazuela de base ancha, si vamos a trabajar con gas o vitro y la típica cazuela para migas si vamos a hacerlo sobre el fuego de leña. 800 gramos de miga de pan duro troceado o hecho migas. 300 gramos de panceta ibérica. 300 gramos de chorizo para freír. Dos cabezas de ajo. Un pimiento verde y otro rojo. Dos pimientos secos. Un buen aceite de oliva. Sal y agua para humedecer las migas COMO COCINAMOS. La noche anterior humedecemos las migas y las dejamos en una bandeja con un trapito tapadas a temperatura ambiente. Vertimos un poco de aceite de oliva, del bueno, y de eso los manchegos saben mucho, en la cazuela de base ancha y a fuego lento echamos los dientes de ajo, sin pelar y aplastados para que suelten buen sabor, antes de que tomen color echamos el pimiento verde, rojo y seco, troceados en cortes pequeños. A continuacón introducimos en la cazuela el chorizo y la panceta troceadita y que se vaya haciendo, removemos de forma continuada para que se haga todo a la par. Una vez los ingredientes hasta ahora usados hayan soltado su jugo, unos 20 minutos a fuego lento, introducimos las migas que tienen que estar húmedas pero escurridas. Desde este momento hasta que las migas estén sueltas, no debemos parar de moverlas a fuego lento para que no se quemen y cojan el sabor del sofrito, añadiendo sal al gusto. Estas migas se llaman también “ruleras”, porque sabremos que están hechas cuando resbalan en el plato y no se pegan al mismo. COMO CONSEJO. Humedecer las migas y no empaparlas, dependiendo del tipo de pan podríamos hacer una pasta de harina difícil de secar, por tanto bien húmedas pero no hechas sopa. BUENA COCINA AMIGOS