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¿Sabe usted de qué murió Jesucristo en realidad?; por
Samir Kabbabe
Samir Kabbabe · Wednesday, April 1st, 2015
1. ¿En qué consistía esta forma de ejecución?
La crucifixión fue un terrible método de ejecución que se practicó durante ocho siglos
y por el cual murieron decenas de miles de personas. Instituida en la época de los
romanos, no sólo era aplicada a criminales, sino también en ejecuciones masivas y a
prisioneros de guerra, como sucedió con los seis mil seguidores de Espartaco.
Sin embargo, hay que decir que no había sólo una forma de crucifixión: podía hacerse
con los brazos amarrados a la porción horizontal de la cruz que cargaba previamente
el condenado o clavando las extremidades por las muñecas. Las palmas de las manos
no tienen huesos que den apoyo a los clavos, así que si se colocaran allí los clavos
(como en los referentes de la pintura universal) se desgarrarían las carnes,
desprendiéndose el crucificado.
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Además, los pies podían ser amarrados o clavados por separado, uno a cada lado, con
largos clavos que atravesaban el calcáneo, el hueso del talón. No parece que fuera
práctica clavar un pie sobre otro ni encima de un segmento de madera que sirviera de
apoyo.
A algunos prisioneros de guerra los crucificaban en árboles de diversas formas, según
se le ocurriera a la soldadesca. Lo cierto es que una vez crucificada la persona, y
dependiendo de la forma de crucifixión, la muerte sobrevenía en unas tres horas.
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Y cuando los suplicios se prologaban, se añadían otros suplicios para apurar la
muerte, como fracturar las piernas con una mandarria.
Las hipótesis más aceptadas de las causas de muerte de los crucificados son la asfixia
y el shock por hipovolemia (acentuada pérdida del volumen sanguíneo).
Sin embargo, también se mencionan el shock por taponamiento del corazón y el shock
neurogénico por dolor, pero muy probablemente en el deceso de los crucificados había
una combinación de varias de estas causas.
2. ¿Es posible sudar sangre ante un temor inminente?
Desde su captura hasta su muerte, durante esas aproximadamente dieciocho horas,
Jesucristo debió recorrer a pie unos cuatro kilómetros.
Ajustado a los Evangelios, el caso de la Pasión y Muerte de Jesucristo inició en el
Monte de los Olivos, en Getsemaní, donde estuvo Jesús con sus discípulos después de
La Última Cena y se retiró a orar. Y mientras oraba, sudó sangre, según el relato
motivado porque sabía lo que afrontaría y aceptaba su muerte.
La hematidrosis o sudor con sangre se ha descrito en medicina como un fenómeno
raro que ocurre en personas bajo una insoportable angustia, un enorme estrés, como
se han registrado casos en algunos bombardeos.
En la hematidrosis hay sudoración exagerada con ruptura de los capilares de las
glándulas sudoríparas, mezclándose la sangre con el sudor y se acompaña de profunda
fatiga.
3. ¿Cómo pudo afectar a Jesús la tortura?
Ya capturado y mientras los soldados y la turba de seguidores de Caifás, el Sumo
Sacerdote y líder de la conspiración lo llevaban al Templo, Jesucristo comenzaba a ser
golpeado. En el Templo de Caifás es acusado de blasfemia y condenado, tras una
secuencia de vicios de procedimiento e ilegalidad, yendo de Caifás a Pilatos, de Pilatos
a Herodes y de vuelta a Pilatos, donde se le sentencia a muerte por crucifixión, previa
flagelación.
El flagelo, con tiras de cuero que tenían pequeñas bolas de plomo o fragmentos
agudos de hueso en sus extremos, se tiraba con fuerza contra su espalda, hombros y
piernas mientras estaba atado, sostenido por sus muñecas. La flagelación comienza
produciendo traumatismos y hematomas, luego va rompiendo piel y el tejido
subcutáneo, desgarra los músculos, macera los tejidos y expone los músculos. El dolor
es extremo y la pérdida de sangre copiosa.
Según el relato, las flagelaciones fueron detenidas en 39. Luego le colocaron una
corona de espinas (cada espina de unos 2,5 a 5 cm de largo) que le insertaron contra
su frente y cuero cabelludo, tejidos que sangran abundantemente. Este sangramiento
debió continuar por mucho tiempo, puesto que impregna y fija su imagen en el paño
de La Verónica. Además, el paño púrpura que le colocaron sobre la espalda debió
adherirse a la sangre y el suero que rezumaban las heridas de la espalda, para luego,
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al retirarla, desprender las costras y reavivar las heridas.
4. El Vía Crucis hacia la asfixia.
Desde el Palacio de Pilatos al Monte Gólgota son unos 600 metros en pendiente
empinada. Tan mal estaba físicamente Jesús que es llamado un tal Simón de Cirene
(un norafricano) para que lo ayudara con la cruz.
Al llegar a la punta del Gólgota lo acuestan y le clavan las muñecas y los pies con
clavos rudimentarios de no menos de 10 centímetros de largo, perforando huesos y
nervios. Jesús no aceptó la mezcla analgésica de mirra y vino, así que una vez en la
cruz, tras apoyar su cuerpo en unos pies atravesados por clavos, el dolor sería
espantoso.
Ese mismo dolor activaría la tendencia a flexionar las rodillas y sostener el cuerpo con
los clavos que atraviesan las muñecas, lo cual también sería espantosamente doloroso.
En resumen: era imposible apoyar y erguir el cuerpo, era imposible estar quieto, era
imposible moverse.
Con dolor extremo, extenuado del cansancio, desangrado, sin probar líquido,
abandonado el cuerpo a su propio peso sostenido por brazos extendidos y clavados,
descendido el tórax, insuflado el tórax, más expandido de lo usual y con poca
capacidad para respirar lo necesario, se añade la asfixia.
5. La Muerte. Finalmente Jesús expiró. Perdió el conocimiento y murió
inmediatamente después de anunciar el fin y encomendar su espíritu. Para verificar su
muerte, le dieron el lanzazo en el costado que habría desinflado y colapsado el pulmón
derecho y que pudo haber llegado hasta el corazón. Si Jesucristo tenía una severa
hipovolemia, entonces del costado debió salir sangre acuosa.
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Así fue la muerte de Jesucristo, admirado, venerado y seguido por tantos, quien en
vida predicara amor, justicia, libertad y no violencia. Las escrituras dicen que aceptó
su muerte para la permanente liberación o perdón de los pecados y para la
permanente redención o renovación. Así debió ser la muerte de quien estableció una
moral en comunidad y permanente superación basada en el amor al prójimo y la
solidaridad, por encima de las leyes y preceptos represivos “del poder en este mundo”.
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on Wednesday, April 1st, 2015 at 7:00 am and is filed under
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