Happy Birthday, Elliott Carter!

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 www.fbbva.es www.neos‐music.com COLECCIÓN FUNDACIÓN BBVA ‐ NEOS Happy Birthday, Elliott Carter! Eliott Carter (*1908) New Chamber Works SWISS CHAMBER SOLOISTS EDITION VOL. 2 CONTENIDO DEL CD: 01 Mosaic En su juventud Carter tuvo ocasión a menudo de tratar al compositor y arpista Carlos Salzedo, figura mayor de la música americana de vanguardia en los años veinte y treinta, amigo de Charles Ives y Edgard Varèse, quien jugaría un papel fundamental en la evolución de la técnica interpretativa del arpa. El joven compositor quedaría impresionado por el abanico de nuevas sonoridades que el virtuoso lograba extraer de un instrumento hasta entonces limitado a los tópicos heredados del Romantiscismo. Mosaic supondría para Carter, pues, ocasión de expresar su admiración por este adalid de la música moderna e instrumentista de excepción. En esta obra despojada de solemnidad y énfasis, caracterizada por la ligereza, la gracia y una vibrante energía, Carter disfruta utilizando toda la paleta sonora descubierta por el maestro. Con malicioso placer convierte el arpa en doble personaje, por una parte pletórico de poesía y por otra deseoso de “liarla” con los demás instrumentos. El arpa se renueva de este modo con el espíritu del impresionismo, desplegando largos glissandi, o se deja llevar por la ensoñación, desgranando delicadamente algunas notas repetidas. Pero Carter sabe también desarrollar otras facetas musicales por medio de sonidos percusivos, de efectos de frotamiento o silbido, de sonoridades que imitan el timbre del tambor o del trueno. Claro que si en esta fantasía concertante, en este mosaico de ricos y variados acontecimientos, el arpa juega una baza de primer orden –en especial en los tres pasajes similares a cadencias, el trío de maderas y el cuarteto de cuerdas con los que dialoga no se comportan como meros acompañantes. Estos instrumentos se muestran más bien como individualidades capaces de imponerse en un momento u otro. Pero al margen de sus “golpes de timón”, los siete instrumentos mantienen ricas relaciones dialécticas con el arpa. Ésta parece inspirarse, en efecto, en las sonoridades y actuaciones de sus compañeros para reformularlos con sus propios medios. 02 Figment IV En el Cuarteto nº 2 para cuerda (1959) la viola aparecía como un personaje de elevado lirismo y elegante rubato que aportaba “sentimentalismo” al grupo. Alrededor de cuatro décadas más tarde el instrumento sigue manteniendo esta tendencia en lo que se refiere a las líneas melódicas amplias y cantábiles. Éstas evolucionan aquí a lo largo de todo el registro entre la dulzura meditativa y la expresividad más intensamente sostenida. Pero como sucede a menudo en Carter la concepción musical revela cierta naturaleza errante, caprichosa, incapaz de realizarse en una sola dirección. De esta forma la viola se entrega a fugaces cambios de humor marcados por la velocidad y la ligereza. Pero es sin duda el final de este Figment IV, de este “fruto de la imaginación”, lo más sorprendente por su carácter agresivo cincelado a base de rápidos cambios de cuerdas y de acordes fuertemente acentuados. Con espíritu travieso, Carter termina la pieza transformando la imagen convencionalmente “meditativa” y melancólica de este instrumento, al igual que hiciera con anterioridad Luciano Berio en Sequenza VI. 03 Enchanted Preludes El título de esta pieza para flauta y violonchelo proviene de un poema de Wallace Stevens, The Pure Good of Theory, “All the Preludes to Felicity”, el pasaje número 7: 1
Felicity, ah! Time is the hooded enemy, The inimical music, the enchantered space In which the enchanted preludes have their place. Carter ha comparado Enchanted Preludes con un scherzo de Mendelssohn, compositor de quien admira particularmente la elegancia de su escritura musical. El refinamiento se advierte en esta obra tanto en la búsqueda de sonoridades sutiles como en la exploración de las relaciones instrumentales que, aun mostrando a veces ciertos deseos de independencia, manifiestan claramente un deseo de diálogo. Ambos protagonistas parecen estar a menudo a la escucha el uno del otro, esforzándose por combinar los efectos sonoros y los modos interpretativos. Así, los armónicos del violonchelo o las sonoridades flautando flotan en ocasiones por encima de la línea melódica de la flauta, y sus numerosos pizzicati y notas destacadas discurren en paralelo con el staccato del instrumento de viento. Los dos protagonistas comparten igualmente el mismo “espacio encantado” tejiendo un contrapunto de líneas melódicas muy expresivas o se unen en algunas notas sostenidas. Enchated Preludes parece evocar la felicidad de un dúo de amor mantenido entre dos personajes/instrumentos. 04‐11 Tempo e Tempi Obra compuesta para soprano y cuatro instrumentos (oboe/corno inglés, clarinete/clarinete bajo, violín y violonchelo), Tempo e Tempi demuestra el interés de Carter por la cultura italiana y por su poesía. El ciclo se compone de ocho melodías a partir de poemas de Eugenio Montale, Salvatore Quasimodo y Giuseppe Ungaretti. La primera pieza, Tempo e Tempi para voz, violín, corno inglés y clarinete bajo, refleja a la perfección la concepción del tiempo musical propio de Carter. Montale evoca en efecto un tiempo múltiple cuyos diferentes estratos evolucionan en direcciones opuestas y que sólo raramente se cruzan. La música se hace eco de las palabras del poeta por medio de un canon en movimiento retrógrado entre la voz y el violín y un segundo canon aumentado e invertido entre el clarinete bajo y el corno inglés. En la segunda pieza, Ed è subito sera (Quasimodo), la voz evoluciona libremente mientras el acompañamiento se apoya, también en este caso, sobre un doble canon (invertido) entre el corno inglés y el clarinete y entre el violín y el violonchelo. En Oboe sommerso (Quasimodo), dedicado a Heinz Holliger, la voz se ve acompañada sólo por el oboe. En la primera parte el instrumento se expresa, esencialmente, por medio de stacatti que sirven reforzar la declamación silábica del texto. Ya en la segunda parte la línea vocal se hace más amplia y legato sin que, no obstante, el oboe abandone totalmente su estilo «declamatorio». En Una Colomba (Ungaretti) el aforismo poético, que se desarrolla en una única frase vocal, está acompañado por el delicado arrullo del clarinete. La quinta pieza, Godimento (Ungaretti), está dedicada al compositor Roman Vlad y a su esposa. El acompañamiento se apoya en un polirritmo en el que cada uno de los cuatro instrumentos desarrolla sus propios grupos rítmicos interpretados en stacatissimo. La voz despliega amplias frases melódicas que flotan libremente por encima de la agitación instrumental. L’Arno a Rovezzano (Montale) es la pieza más intensamente dramática del ciclo. El acompañamiento instrumental agitado, intempestivo, unas veces de carácter virtuosístico y otras lírico discurre parejo a este poema en el cual el paso del tiempo, simbolizado por los afluyentes y por su “nulidad inexorable”, suscita sentimientos confusos de donde emergen a veces la nostalgia y la inquietud. La pieza siguiente, Uno (Ungaretti), cuenta con acompañamiento del violonchelo. Entre las dos únicas frases cantadas el instrumento realiza una larga transición con aspecto de cadencia, sin duda para rendir homenaje a su dedicatario, el violonchelista Fred Sherry, ferviente defensor de la música de Carter. El ciclo termina con Segreto del poeta (Ungaretti), poema sobre la nocturnidad cuya última palabra es “luz”. La música se despliega en largos acordes que cambian lentamente y que se desarrollan sutilmente entre la sombra y la claridad. Un sentimiento de serenidad y de profunda intimidad se desprende de este fascinante epílogo. 12 HBHH Pianista de formación, Elliott Carter estudió también oboe durante su periodo de formación en Harvard. En parte como Mozart en el caso del clarinete, el compositor demostrará siempre su querencia por este instrumento del que se acordará en muchas ocasiones y del cual Heinz Holliger, apreciado compañero y fiel amigo, uno de los intérpretes más devotos de su música, será a menudo inspirador y dedicatario, estrenando muchas de sus composiciones. HBHH, para oboe solo, es hasta la fecha su último “regalo” al célebre oboísta. Las cuatro enigmáticas letras del título son de hecho abreviación del mensaje “Happy Birthday to Heinz 2
Holliger”, expresado musicalmente en el primer compás por las notas si (H) y la sostenido (B) y en el último por la repetición de la nota si (HH). En la primera parte de esta breve pieza el instrumento, que parece dejarse llevar por la ensoñación, desarrolla principalmente amplias cantilenas expresivas. En la segunda parte se presenta bajo los rasgos de un personaje “ondulante y versátil”, para servirnos de esa expresión de Montaigne que Carter a menudo gusta de citar. El discurso se hace locuaz y virtuoso con rápidas volutas melódicas, fragmentándose después en una sucesión de notas aisladas, o células de algunas notas, antes de transformarse en fluctuación sonora configurada por una sucesión de trinos. 13‐14 Fragment I y Fragment II Si la composición de sus cinco cuartetos de cuerda se ha demostrado fundamental en la trayectoria de Carter constituyendo cada uno una clave de vuelta de su ideario musical, el autor ha expresado igualmente su interés por esta formación escribiendo los dos Fragments que, como su mismo título indica, son de dimensiones modestas, aunque no es menos cierto que se revelan piezas altamente elaboradas y de gran refinamiento sonoro. Fragment I recuerda al “Adagio Sereno” del Cuarteto nº 5 (1995) donde los cuatro instrumentos hacen sonar principalmente armónicos. Sin embargo aquí la exploración tímbrica es llevada más lejos todavía gracias a sutiles variaciones en la posición del arco. La textura sonora se ve esporádicamente “atravesada” por pizzicati que alteran la pureza translúcida de la obra. Fragment II presenta simultáneamente dos formas musicales de carácter opuesto. Mientras dos instrumentos, el primer violín y el violonchelo y después el segundo violín y la viola, se unen para desplegar como telón de fondo largos sostenidos interpretados con gran dulzura, el dúo restante actúa de modo intempestivo ofreciendo sonoridades intensamente líricas, agitadas o también de un fluido virtuosismo. Este contrapunto de presencias antagónicas, que superpone el tiempo “superior” de una eterna meditación con un tiempo “inferior” representado por breves acciones dispersas, parece evocar el “Adagio” del Cuarteto nº 1 (1951). 15 Cuarteto para oboe y cuerdas El cuarteto con oboe remitirá de inmediato al melómano a la atmósfera del Cuarteto con oboe KV 370 de Mozart. Carter afirma que al componer para esta combinación instrumental no sintió especial necesidad de estudiar esta obra de referencia. La escritura de las dos piezas tiene en común, sin embargo, la misma tendencia al refinamiento, lo que se manifiesta tanto en la originalidad expresiva como en el gusto por las relaciones concertantes entre los instrumentos. En el Cuarteto para oboe y cuerdas de Carter, estrenado por Heinz Holliger, el instrumento de viento aparece como un personaje de voz singular y naturaleza caprichosa, personaje que necesitaba según el compositor una parte “de carácter en extremo virtuosístico y brillante, que exige del intérprete los más extremos cambios de registro, desarrollándose los movimientos más rápidos a la mayor velocidad. Heinz Holliger sabe explotar todas las posibilidades de su instrumento, que, como se sabe, en sus manos no parece tener límite; por eso, y una vez más, he querido sacar partido de todas sus capacidades”. La obra se estructura en ocho movimientos encadenados, en el curso de los cuales se suceden seis dúos relativamente breves que cubren la totalidad de combinaciones instrumentales: 1. Moderato; 2. Maestoso (dúo violín‐viola); 3. Moderato leggiero (dúo oboe‐viola); 4. Andante appassionato (dúo oboe‐violonchelo); 5. Tranquillo; 6. Allegro agitato (dúo viola‐violonchelo); 7. Andante (dúo violín‐violonchelo); 8. Allegro fantástico (dúo oboe‐violín). La necesidad que muestran los instrumentos de colaborar entre sí estableciendo constantemente dúos se ve equilibrada por la tendencia, en especial por parte del oboe, a emanciparse por medio de breves escapadas libres o de solos más desarrollados, plasmados particularmente al principio y al final de la obra. Max Noubel Traducción del francés: Javier Palacio 3
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