Reforma en regulación de venta de medicamentos

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LATERCERA Sábado 15 de junio de 2013
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EL HUMOR DE HERVI
Director: Cristián Bofill Rodríguez
Subdirector: Felipe Contreras Pedreros. Editor General: Víctor Cofré Soto
Representante Legal: Francisco Sánchez Barros
Reforma en regulación de
venta de medicamentos
Se deben reincorporar al proyecto de ley los cambios que facilitan la
competencia y benefician a los consumidores.
L
A CAMARA de Diputados aprobó en
segundo trámite el proyecto de ley
sobre venta de medicamentos, pero
rechazando la norma que permitiría
el expendio de aquellos que no requieren receta (OTC) en supermercados u otros establecimientos comerciales. Asimismo, se desestimó la regulación que
obligaría a los médicos a incorporar en la receta el
nombre genérico del medicamento que prescriban,
aunque subsiste la facultad del paciente a sustituirlo por uno bioequivalente. Finalmente, se contempló el fraccionamiento de los remedios, lo que implica que las farmacias podrían vender dosis unitarias, en función de las necesidades del tratamiento
y no envases con cantidades predeterminadas.
Este proyecto busca, acertadamente, adecuar la regulación de la venta de medicamentos para que
existan más alternativas a disposición del público,
favoreciendo así la competencia y la posibilidad de
obtener menores precios. Sin embargo, su contenido ha estado cruzado por múltiples controversias,
en que las posiciones muchas veces no se justifican
debidamente y más bien apuntan a proteger intereses sectoriales y no el beneficio general. Ampliar
la oferta no pude sino tener beneficios para el consumidor, porque la competencia siempre es la base
indiscutible para que disminuyan los precios y se
optimicen la calidad y el servicio. Si hay medicamentos que se pueden vender sin receta, nada debería obstar a que sean adquiridos en cualquier establecimiento comercial que cumpla con un determinado estándar sanitario, como ocurre, por
ejemplo, con los locales que expenden alimentos.
El riesgo de automedicación existe en la medida en
que hay medicamentos que se venden sin receta y
no se incrementa porque haya una mayor variedad de locales donde adquirirlos. Es posible que
aprobar esa liberalización haga subir el valor de
los remedios de venta bajo receta -la restricción
actual a favor de las farmacias permite compartir
los costos-, pero esto transparentaría el mercado y
el saldo debería ser ampliamente positivo a los
consumidores, particularmente en los remedios
de uso más frecuente.
Por su parte, la venta por dosis apunta en la misma
dirección, pero su alcance puede ser limitado, debido al costo que implican las regulaciones y resguardos para ponerla en práctica. Una medida complementaria a considerar son fórmulas para la venta de
envases con menor cantidad, que permita un ajuste
más preciso a la dosis prescrita. Resulta también un
avance abrir la posibilidad de que el consumidor
pueda optar por un medicamento bioequivalente al
recetado, lo que incorpora más competencia entre
laboratorios. Sin embargo, la reglamentación deberá ser muy rigurosa a este respecto y prever la entrega de información detallada y accesible, sobre
todo en los casos en que el resultado terapéutico
pueda no ser idéntico y donde la sustitución puede
afectar la eficacia de los tratamientos.
El gobierno ha anunciado que insistirá en tercer
trámite en la propuesta de venta en establecimientos distintos de farmacias, que es un estándar de
competencia en países desarrollados, lo que supone convocar voluntades en el Senado para rechazar el cambio de la Cámara y discutir el punto con
fundamento en comisión mixta. Para que esta solución se logre, se requiere la disposición de todos
los sectores al diálogo y evitar las descalificaciones
que han entorpecido el debate.
Acuerdo sobre energías renovables
E
L CONGRESO y el gobierno alcanzaron
un acuerdo para destrabar el proyecto
de ley sobre concesiones y servidumbres, a cambio de que la autoridad estuviera dispuesta a flexibilizar la meta que se ha
establecido en el proyecto de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), que originalmente establece que al 2020 el 20% de la matriz
corresponda a este tipo de energía. La autoridad
se mostró dispuesta a ello y se estableció que la
nueva meta será de 20%, pero al 2025.
Resulta altamente valorable la voluntad de alcanzar este tipo de acuerdos legislativos, el que debería
ser emulado en otras iniciativas de alto interés para
el país, y que por distintas razones su tramitación
se ha entrampado. Sin embargo, conviene analizar
con más profundidad la conveniencia de amarrarse
a una meta específica de generación, ya que ello
puede conllevar una serie de dificultades. El propio
gobierno ha tenido que cambiar su postura en esta
materia, pues inicialmente esta administración fue
partidaria de acelerar la vigencia del 20%, pero con
el tiempo retrocedió y buscó ampliar el plazo, pues
se vio que era inviable. El hecho de que en virtud
del acuerdo el plazo se haya extendido en cinco
años respecto de la meta original, si bien quita algo
de presión sobre las empresas de generación, igualmente representa complejidades y es poco explicable desde una perspectiva técnica, como han advertido diversas voces del sector.
Sería conveniente que la ley no contemple metas que, aunque comunicacionalmente atractivas, no tienen mayor justificación y cuya imposición puede terminar por aumentar los costos de
generación, y en cambio introduzca incentivos y
facilidades para la instalación de energías “limpias”, permitiendo que las señales del mercado
definan las nuevas inversiones. En ese plano, resulta inexplicable que la generación hidroeléctrica a gran escala aún no sea plenamente considerada como “renovable”, lo que debería ser corregido en el actual proyecto sobre ERNC.
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HOY EN LA HISTORIA
Carta Magna de Inglaterra. Juan I (también llamado Juan Sin Tierra, pues no recibió herencia de su
padre Enrique II) tuvo que defender su posición
como monarca tras la muerte de Ricardo Corazón
de León en 1199. Durante los primeros años de su
reinado perdió todos los dominios ingleses en
Francia (incluida Normandía) y a las tensiones que
mantenía con la nobleza (que veía como legítimo
heredero a su sobrino, Arturo de Bretaña) se agregaron una serie de desencuentros con el clero.
Juan no vio otro modo de legitimar su autoridad
sino mediante una serie de acciones tiránicas, entre las que se incluyó elevar los impuestos y confiscar propiedades feudales con el objeto de financiar una invasión a Francia que fue un rotundo fracaso. Este fracaso, sumado a los elevados impuestos
(asociados con crueles represalias contra quienes
no pagaban) y el abuso de sus privilegios, provocó la rebelión definitiva de los barones, entre quienes si bien había reclamaciones de índole personal, en su mayoría se trataba de una voluntad mancomunada para defenderse de los abusos del poder
absoluto del monarca.
En enero de 1215, la nobleza exigió al monarca una
carta de resguardos. Esta fue redactada por los barones y ante la negativa de Juan a firmarla, amenazaron con levantarse en armas, apoyados por
el clero y el rey de Francia. Al monarca no le quedó otra alternativa que firmar la Carta Maga, a través de la cual aceptó una serie de derechos de los
nobles, el clero y los ciudadanos, y limitó su autoridad en la fijación de impuestos y en la administración de justicia.
Este documento se transformó en la base de la institucionalidad inglesa, siendo considerado también
uno de los antecedentes más importantes de los
sistemas políticos modernos. (VVD)
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