Tiempo de verano Ahogamiento y semiahogamiento M. Barón Romero y J.M. Carballo García Médico UVI Móvil. E n nuestra cultura habitualmente se relaciona el ahogamiento con una persona que no sabe nadar y que agita los brazos pidiendo socorro. Pero esta situación se presenta en un porcentaje mínimo. Por ejemplo, los niños se suelen ahogar con extraordinaria rapidez y de forma silenciosa; por este motivo, los socorristas y los padres deben extremar su atención cuando hay niños. Se habla de 150.000 ahogamientos por año en el mundo. Una gran salpicadura (1963), David Hockney. Terminología Existen múltiples términos para definir esta patología. En este apartado, entre otros, se citan los siguientes: – Ahogamiento (drowning): muerte por asfixia causada por inmersión. – Semiahogamiento (near drowning): personas que sobreviven, al menos temporalmente, tras un episodio de inmersión. – Síndrome de inmersión: muerte súbita debido a la parada cardiopulmonar (PCP) tras inmersión en agua helada. – Síndrome postinmersión/ahogamiento secundario. Episodio de semiahogamiento con recuperación inicial y seguido de un cuadro de insuficiencia respiratoria grave pasadas 6-24 h del suceso. – Ahogamiento húmedo: cuando en el contexto del ahogamiento se produce aspiración de líquido en los pulmones (90% de los ahogamientos). – Ahogamiento seco: cuando se produce un laringospasmo y un cierre de la glotis con pérdida de la conciencia debido a la hipoxia, secundaria a la apnea (10% de los ahogamientos)1. En nuestra cultura habitualmente se relaciona el ahogamiento con una persona que no sabe nadar y que agita los brazos pidiendo socorro. Pero esta situación se presenta en un porcentaje mínimo. Por ejemplo, los niños se suelen ahogar con extraordinaria rapidez y de forma silenciosa; por este motivo, los socorristas y los padres deben extremar su atención cuando hay niños. Se habla de 150.000 ahogamientos por año en el mundo. Etiología Sólo en un pequeño porcentaje conocemos la causa que desencadena el ahogamiento o semiahogamiento; ahora bien, hemos de tener en cuenta las causas más frecuentes, que son: – Traumatismo craneoencefálico (TCE) y traumatismo medular por práctica de saltos al agua, surfing, motos acuáticas, etc. – Ahogamiento en la infancia por falta de supervisión de adultos. – Intoxicación por alcohol o drogas. – Enfermedad preexistente como epilepsia, accidente cerebrovascular (ACV), hipoglucemia aguda y enfermedad coronaria. Publicado en JANO 7-13 Marzo 2003. VOL. LXIV N.º 1.466 (437) – Hiperventilación voluntaria en los buceadores. – Hipotermia. – No saber nadar. – Accidentes marítimos2-4. Clínica Las características clínicas tras un ahogamiento son variables y dependen de múltiples factores, como la cantidad y tipo de agua aspirada, la rapidez y la eficacia del rescate, y el tratamiento. Los principales problemas relacionados con el ahogamiento son la insuficiencia respiratoria y la lesión neurológica por hipoxia. Una vez bajo el agua, en el ahogamiento húmedo, la respiración involuntaria se reanuda, determinada por la hipoxia y la hipercapnia, JANO 4-10 JULIO 2003. VOL. LXV N.º 1.484 63 Figura 1. Actitud ante el ahogamiento. provocando vómitos y aspiración de agua y contenido gástrico. En el ahogamiento seco, sin aspiración, el mecanismo inicial es el laringospasmo y el cierre de la glotis; de cualquiera de las dos formas, la hipoxemia profunda es la vía final común. Se ha comprobado que en el 85% de las víctimas de semiahogamiento se aspira alrededor de 22 ml/kg o menos de agua. El agua de mar causa hipovolemia y hemoconcentración, y el agua dulce provoca hipervolemia, pero con la rápida redistribución de líquidos y la presencia del edema pulmonar agudo (EPA) incluso las víctimas de agua dulce llegan con hipovolemia al hospital. La hipoxemia debida a la alteración de la relación ventilación/perfusión está presente en todas las víctimas de ahogamiento; sin embargo, la hipercapnia no es tan frecuente y está relacionada con la apnea y/o hipoventilación. Ésta se corrige mejor que la hipoxemia con asistencia ventilatoria y, por tanto, no suele presentarse en las primeras gasometrías. La acidosis metabólica persiste en la mayoría de los pacientes, aun estando correctamente ventilados. La hipotermia parece ejercer un efecto protector; sólo si se produce precozmente permite más resistencia a la hipoxia aguda y la parada cardiorrespiratoria, pero también puede desencadenar arritmias mortales per se. 64 JANO 4-10 JULIO 2003. VOL. LXV N.º 1.484 Alteraciones pulmonares Pueden ser leves, presentándose tos y ligera taquipnea, o muy graves, manisfestándose con edema pulmonar (EP) no cardiogénico y síndrome de distrés respiratorio del adulto (SDRA) por lesión pulmonar directa (al perderse el factor tensoactivo, por rotura de la membrana alvéolo-capilar y EP neurogénico por hipoxia). Una parte importante de estos pacientes requerirán intubación orotraqueal (IOT) y asistencia ventilatoria. Otras complicaciones frecuentes son las atelectasias regionales y las neumonías bacterianas (por aspiración de materias sólidas). La radiografía inicial de tórax puede ser normal en un 25% de los casos. Alteraciones neurológicas Las manifestaciones neurológicas pueden ser convulsiones (en especial durante la reanimación), alteraciones del estado mental, que incluyen agitación, obnubilación o coma, y otros déficit neurológicos, como alteraciones del lenguaje, motoras, etc. Se recomienda evaluar el estado de los pacientes mediante la Escala de Glasgow, que según algunos autores tiene valor pronóstico. (438) Alteraciones cardiovasculares Las víctimas de un semiahogamiento precisan con frecuencia reanimación cardiopulmonar (RCP); si ésta se realiza con éxito, los pacientes presentarán pocos problemas cardiovasculares adicionales: a) arritmias supraventriculares, que se corrigen al tratar la hipoxia y la acidosis; b) insuficiencia cardíaca (IC), poco frecuente debida a la isquemia miocárdica o a la expansión aguda de volumen; c) EP y bajo gasto secundario a las lesiones pulmonares que produce la aspiración del agua con extravasación de líquidos al pulmón, dando lugar a hipovolemia, y d) en las hipotermias aparecen las alteraciones del ECG típicas (alargamiento del PR, ensanchamiento del intervalo QRS, descenso del ST y elevación del pun-to J). Otras alteraciones Éstas son: necrosis tubular aguda secundaria a la hipoxia, rabdomiólisis, fiebre de 38 °C no relacionada con infección en las primeras 24 h, leucocitosis hasta 40.000 µl, coagulación intravascular diseminada (CID), poco frecuente pero muy relevante clínicamente, y distensión gástrica2-6. Actitud ante el ahogamiento En todo ahogamiento hemos de seguir la siguiente secuencia de actuación (fig. 1): 1. Rescate de la víctima con ventilación boca-boca y protección de la columna cervical lo antes posible. 2. Poner en práctica el ABC de la RCP, no realizando la maniobra de Hemlich salvo si existe una obstrucción de la vía aérea por materias sólidas. 3. Administrar oxígeno al 100%, con el soporte ventilatorio que se precise: mascarilla, presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) o IOT (intubación orotraqueal), evaluando continuamente el patrón ventilatorio y la pulsioximetría. 4. Canalizar la vía venosa, administrando coloides/cristaloides. 5. ECG de 12 derivaciones, y monitorización del ritmo cardíaco. 6. Temperatura rectal y tratamiento de la hipotermia, si se precisa, por medios externos. 7. Evaluación de la puntuación mediante la Escala de Glasgow. Es obligado el traslado del paciente a un centro hospitalario para su observación y tratamiento, realizándose en UVI móvil, si la gravedad del cuadro lo precisa4-8. TABLA I. Atención hospitalaria a víctimas de semiahogamiento Descartar lesión de columna Estudios de laboratorio: Hematología completa, electrólitos, glucosa, pruebas de coagulación, análisis general de orina, cultivo de esputo si hay infección Sostén pulmonar: oxígeno 100%, mascarilla, IOT, CPAP, PEEP según se precise Sonda nasogástrica Sonda de Foley Monitorizar: Oxigenación Equilibrio ácido-base Temperatura Balance hídrico Valorar y tratar: Lesiones relacionadas Situaciones específicas: hipoglucemia, hipotermia, etc. 2. Paciente con aspiración y ventilación adecuada que permanece asintomático. Se debe mantener en observación, y efectuar un control analítico, una gasometría y una radiografía. Se pueden dar de alta si su situación social permite un control adecuado. 3. Pacientes con hipoxemia leve-moderada, que se corrige mediante oxigenoterapia. Estos pacientes se internan y luego son dados de alta si la hipoxemia desaparece y no presentan complica-ciones. 4. Pacientes que requieren intubación y ventilación mecánica, cuyo pronóstico por lo común depende más de su estado neurológico que de la lesión pulmonar, a no ser que exista una neumonía grave o una lesión pulmonar progresiva e irreversible4,8. Algunos factores pronósticos que influyen negativamente en la evolución del paciente son: inmersión prolongada, retraso en la iniciación de la RCP eficaz, acidosis metabólica grave (pH < 7,1), existencia al llegar al hospital de pupilas midriáticas arreactivas y con una puntuación en la Escala de Glasgow menor de 5. Sin embargo, ninguno de estos parámetros de predicción tiene un valor absoluto y se ha observado supervivencia normal en presencia de alguno de estos criterios aislados7. Atención hospitalaria La valoración y el tratamiento de las víctimas de ahogamiento y semiahogamiento se centran en la reanimación inicial, si no ha sido efectuada, y la atención a la insuficiencia respiratoria y las alteraciones neurológicas (fig. 1 y tabla I)4,8. Existe el temor de que el paciente sobreviva en estado vegetativo persistente; sin embargo, numerosos pacientes –sobre todo niños que requirieron RCP al llegar al hospital– sobrevivieron con una buena evolución posterior. El médico debe recabar información suficiente para formular un pronóstico y valorar las reacciones de los pacientes a los esfuerzos de reanimación. Los pacientes se pueden clasificar en cuatro grupos: 1. Pacientes con aspiración improbable. Si el enfermo permanece asintomático, se mantendrá en observación con control oximétrico y tratamiento de la hipotermia si lo precisa; pueden ser dados de alta con rapidez pero la radiografía de tórax y la gasometría pueden repercutir en la decisión. (439) Bibliografía 1. Modell JH. Drow versus near drow: a discussion of definitions. Crit Care Med 1981:9:351-2. 2. Haynes BE. Semiahogamiento. En: Tintinalli HE, Ruiz E, Jerome RL, editores. Medicina de emergencias. 4ª ed. McGraw-Hill, 1967; p. 1092-5. 3. Wallace JF., En: Braunwald, Isselbacher, Petersdorf, editores. Harrison. Medicina interna. 12.a ed. Madrid: Interamericana McGraw-Hill, 1991; p. 2556-8. 4. Modell JH. En: Fauci, Braunwald, Isselbacher, editores. Harrison. Medicina interna. 14.a ed. Madrid: Interamericana McGraw-Hill, 2000; p. 2910-3. 5. Cabrera JE. Ahogamiento. Máster de emergencias del Hospital Clínico de San Carlos. Cap. 59. 6. Cabrera Frangelo F. El traumatizado en urgencias. En: Rodríguez Rodríguez JC, editor. Díaz Santos Importador, p. 203-6. 7. Safar P, Bircher NG. Reanimación cardiopulmonar y cerebral. Interamericana McGraw-Hill, 1990; p. 337-40. 8. Huertos Ranchal, Rodríguez Yáñez, Saldaña González. Principios de urgencias, emergencias y cuidados críticos. Ahogamiento y cuasiahogamiento. Disponible en: http://www.uninet. edu/tratado/c.0906i.tlml JANO 4-10 JULIO 2003. VOL. LXV N.º 1.484 65