184-418-1-RV - Revistas de Investigación UGC

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PONENCIA:
RUTAS COMPETITIVAS PARA EL DESARROLLO
ECONOMICO LOCAL EN COLOMBIA
Joel Hernando Cruz Díaz1
RESUMEN
El desarrollo económico territorial depende de la capacidad para introducir
innovaciones al interior de su base productiva y tejido empresarial, lo cual exige
actuaciones a nivel macroeconómico y cambios en el microeconómico, es decir, en la
actividad productiva, laboral y de gestión empresarial; así como transformaciones en la
actuación de las administraciones públicas y la concertación estratégica con los agentes
socioeconómicos.
El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo Colombiano, está implementando el
“Programa Rutas Competitivas”, como una estrategia de desarrollo económico local que
pretende construir capacidades locales para el análisis y fortalecimiento competitivo de
clústeres, a través de un entorno favorable para la innovación y desarrollo de las
empresas y lograr mejores condiciones de vida para los habitantes del territorio.
En el marco del programa anterior y ante la crisis de la industria cafetera, la Cámara de
Comercio de Armenia y del Quindío conformó un equipo local, que de la mano con los
empresarios y la institucionalidad pública y privada, analizaron estratégicamente los
desafíos de esta industria a nivel local y estructuraron un plan de acción que tiene como
objetivo reforzar la competitividad y lograr mejores niveles de empleo e ingresos de la
población. Esta iniciativa de desarrollo económico local se denomina la “Ruta
Competitiva Kaldia”.
1
Docente Investigador - Universidad La Gran Colombia – Armenia. [email protected]
INTRODUCCION
Las teorías del desarrollo económico local (D.E.L.) vienen emergiendo en el campo de
la ciencia económica, como una visión alternativa al enfoque que las escuelas ortodoxas
tienen del concepto y su forma de aplicación. El desarrollo económico territorial
depende de la capacidad para introducir innovaciones al interior de su base productiva y
tejido empresarial, pero tradicionalmente se tiende a simplificar el concepto al señalar
que éste depende exclusivamente de la inversión de recursos financieros, los cuales en
muchas ocasiones se canalizan hacia actividades de carácter especulativo.
La introducción de innovaciones incluye el resultado de la investigación y el desarrollo
tecnológico realizado por las grandes empresas o los principales laboratorios públicos o
privados, pero también que los usuarios de las mismas, es decir, los agentes productivos
y empresariales establecidos en un territorio, se involucren en la adaptación y
utilización de los resultados de las actividades para la innovación en los diferentes
procesos productivos.
Cuando se plantea el tema territorial o regional, el enfoque ortodoxo lo hace desde una
lógica asistencialista, tratando de acortar la distancia entre los indicadores promedio de
una región respecto a otras, interesándose más por la posible convergencia o
divergencia de situaciones, que por intentar entender las potencialidades de cada
territorio. El desarrollo exige actuaciones en el nivel macroeconómico, pero también
incluye mejoras y cambios en el plano microeconómico, es decir, en el seno de la
actividad productiva, laboral y de gestión empresarial; así como reformas y cambios en
la actuación de las administraciones públicas y la concertación estratégica con los
agentes socioeconómicos.
En Colombia
se está implementando en 18 departamentos, el “Programa Rutas
Competitivas”, como una estrategia de D.E.L. local basada en la construcción de
capacidades locales para el análisis y fortalecimiento competitivo de clústeres, con el
objetivo de crear un entorno favorable para la innovación y desarrollo de las empresas y
lograr
mejores
condiciones
de
vida
para
los
habitantes
del
territorio.
1. ANTECEDENTES DEL DESARROLLO ECONÓMICO LOCAL
Los fundamentos del desarrollo local son de principios del siglo XX, cuando se
iniciaron las reflexiones acerca del concepto de desarrollo y cómo promoverlo y su base
teórica dentro de la economía se relaciona también con el surgimiento y
posicionamiento de los conceptos de territorio, región y espacio, cuando se trata de
explicar los factores que determinan la localización de las actividades productivas.
De acuerdo con Blanes & Pabón (2004), este desarrollo teórico ha tenido diferentes
matices y grados de evolución. Los trabajos de Weber en 1929 que sentaron las bases
para estudio desde la economía y la geografía de lo regional en las décadas de los
sesenta y setenta. También es referente la vertiente desarrollada por el trabajo de
Marshall en 1920, con su teoría de la organización industrial, la que está centrada en la
concepción de las interdependencias de las partes de un organismo como parte
constitutiva de su existencia y evolución, cuyo enfoque aportó elementos de discusión
respecto a los factores que inciden en la aglomeración industrial y avances posteriores
en conceptos como entornos competitivos, clúster, industrialización flexible, nuevos
distritos industriales o regiones de aprendizaje, la noción de organización como
interdependencia entre partes y el conocimiento como la fuente más valiosa de
producción.
El significado de lo “local” también ha sido debatido ampliamente y su definición se
puede considerar dentro del ámbito territorial, cuando se definen aspectos de procesos
que se realizan en un determinado escenario por los diferentes agentes y actores
establecidos en él. En lo local confluyen los cambios estructurales tecnológicos y
organizativos que repercuten la producción, distribución y consumo, así como la
concepción del estado resultante del proceso de globalización económica. Es en este
nivel donde es necesario buscar y aplicar transformaciones productivas, que
potencialicen los recursos endógenos del territorio y generen un entorno institucional
articulado para fomentar empleo y mejoras en las condiciones de vida de la población.
La visión del desarrollo endógeno se contrapone con el modelo keynesiano que plantea
la intervención estatal mediante el diseño de políticas económicas diferenciadas
sectorial y territorialmente y con el modelo neoclásico que plantea que el libre mercado
y la acción regulatoria del estado propiciaría la convergencia territorial, porque el
progreso tecnológico es exógeno y se puede distribuir homogéneamente por todos las
regiones.
A partir de los años 90as, los modelos de crecimiento endógeno comienzan a
reconsiderar los modelos planteados anteriormente y estructuran funciones de
crecimiento y producción basadas en los stocks de capital físico, humano y
conocimiento, como producto de las decisiones tomadas en un entorno económico
determinado, lo cual ha permitido entender procesos diferenciados de crecimiento a
nivel regional, con base en las diversas percepciones que tienen los agentes económicos
establecidos. Según Pérez (2000, p48), el desarrollo económico local se define como:
“aquel proceso reactivador de la economía y dinamizador de la sociedad local, que
mediante el aprovechamiento de los recursos endógenos existentes, es capaz de estimular y
fomentar su crecimiento económico, crear empleo, renta y riqueza y sobre todo, mejorar la
calidad de vida y el bienestar social de la comunidad local”
1.1 NATURALEZA DE LAS INICIATIVAS DE DESARROLLO LOCAL
La naturaleza de las iniciativas de D.E.L. responden principalmente a dos tipos de
tensión: La primera, desde abajo, por las manifestaciones de las demandas de las
comunidades, ante las crisis económicas locales y sectoriales que no son atendidas
adecuadamente por las políticas gubernamentales de los distintos niveles del estado,
presionando a los empresarios privados a realizar acciones de mejoramiento e
innovación para responder a las exigencia competitivas de los mercados. La segunda se
origina desde arriba, como consecuencia de la implementación de los procesos de
descentralización administrativa y desconcentración institucional que se vive en algunos
países, que exigen la conformación de equipo locales para gestionar proyectos de
desarrollo que tratan de traducir los requerimientos de los agentes y actores proactivos
del territorio, los cuales se enfocan a mejorar infraestructuras físicas, sociales y
económicas que impacten el sistema productivo y apoyen la generación de empleo e
ingresos en la población.
1.2 OBJETIVOS DEL DESARROLLO ECONÓMICO LOCAL
• Impulsar actividades de fortalecimiento empresarial y productivo local.
• Organizar redes locales entre actores públicos y privados para promover la
innovación productiva y empresarial.
• Explorar nuevas fuentes de empleo e ingresos a nivel local.
• Promover actividades de desarrollo científico y tecnológico a nivel territorial.
• Diseñar instrumentos locales de desarrollo empresarial.
• Cambiar la visión asistencialista de los fondos de inversión social
1.3 ELEMENTOS BASICOS DEL DESARROLLO ECONOMICO LOCAL
Promover el D.E.L. requiere la concertación de voluntades y la facilitación de diálogos
para definir y coordinar agendas públicas y privadas que permitan construir redes de
trabajo territoriales, y definir planes de acción con responsables específicos, es decir, la
promoción económica local requiere además de la eficiente utilización de los recursos,
una gran inversión de capital social e institucional que posibiliten procesos
participativos articulados para alcanzar los objetivos propuestos.
Según Alburquerque (2004), las iniciativas de desarrollo económico contienen
elementos básicos para el logro de sus propósitos, los cuales deben ser conocidos y
potenciados por todos los actores existentes en el territorio, para que la participación y
aportes de cada uno de ellos en los procesos de desarrollo, creen las sinergias suficientes
para que los objetivos individuales y sociales de los actores y agentes económicos
confluyan. Estos elementos se expresan en el gráfico anterior.
Un elemento fundamental para el D.E.L. es la construcción de capital social que
fomente la cultura proactiva y emprendedora autónoma, al igual que una actitud
proactiva del gobierno en sus diferentes niveles con relación al desarrollo productivo y
la generación de empleo, para que la gestión pública local trascienda la concepción
tradicional de prestadores de servicios sociales y urbanísticos. La identidad regional y el
capital social son el resultado de la conjunción de elementos históricos, culturales y
geográficos que se van construyendo localmente, a partir de la participación, el diálogo,
la confianza y la concertación de los actores y agentes cuando se enfrentan a situaciones
comunes.
Los procesos de D.E.L. son promovidos generalmente por actores no gubernamentales
tales como gremios, asociaciones, comités entre otros, pero a mediano plazo la
presencia del gobierno se vuelve fundamental para darle institucionalidad a las
iniciativas que se desean impulsar. Los gobiernos locales tienen la legitimidad para
convocar a los agentes y actores para generar los espacios de discusión y concertación
público-privada, animando la movilización y conformación de equipos que permitan
ejecutar las acciones estratégicas definidas, con el objetivo de optimizar los recursos
endógenos y diversificar la estructura productiva local mediante la innovación en los
procesos productivos, de gestión y de las adaptaciones sociales.
Los requerimientos de innovación del sistema productivo local obligan al talento
humano local y a las micro y pequeñas empresas, a realizar cambios sustanciales en sus
estructuras, que deben ser incluidas en las estrategias y en la oferta territorial de
instrumentos de desarrollo empresarial, que les permita enfrentar los retos, lo cual
implica tener una capacidad de observación permanente de las necesidades reales y
potenciales del sector empresarial y de las características del mercado de trabajo local.
El éxito de las iniciativas de D.E.L. se logra cuando se institucionalizan mediante
acuerdos de carácter suprapartidista y con la mayoritaria participación de actores
territoriales, ya que esto permite generar propuestas con mayor nivel de certidumbre
ante eventuales cambios políticos. El sector privado empresarial dentro de la
institucionalidad reduce la incertidumbre de los cambios políticos locales, pero también
la presencia de los entes públicos en la institucionalidad le da al proceso una perspectiva
territorial de mediano y largo plazo.
El D.E.L. requiere entonces de acciones públicas locales que deben ser incorporadas y
fortalecidas en los planes y programas que vienen ejecutando, al igual que dentro de los
procesos de descentralización se deben incorporar las gestiones necesarias y articuladas
para promover el desarrollo local, a partir de la construcción de un entorno innovador
que permita transformaciones productivas y sociales.
Dada la trascendencia en materia de producción, empleo e ingresos de las micro y
pequeñas empresas, las políticas de fomento empresarial deben incorporar una
dimensión territorial que incluyan su importancia cuantitativa y cuantitativa en cada
sector, para evitar el diseño genérico de medidas e instrumentos de carácter masivo que
no tienen en cuenta especificidades económicas, territoriales o productivas para su
focalización.
1.5 PRINCIPIOS PARA ACCIONAR EL DESARROLLO ECONOMICO
LOCAL
Servicios territoriales para el desarrollo empresarial: El D.E.L. requiere la construcción
de una oferta adecuada de instrumentos de desarrollo empresarial para micro y pequeñas
empresas, que brinden apoyo, formación e información tecnológica, comercial,
financiera, de innovación productiva y de procesos, de gestión y cooperación
empresarial, de control de calidad, etc. Esta oferta debe atender no solo las demandas
expresadas por los empresarios del sector productivo, sino también las señales de los
mercados estratégicos.
Las políticas de fomento empresarial deben incorporar una dimensión territorial y
selectiva, porque las características y condiciones diferentes dentro de los segmentos
empresariales y sus encadenamientos productivos, expresan la necesidad de diferenciar
y focalizar los instrumentos de desarrollo empresarial.
Recursos endógenos y exógenos para el Desarrollo local y municipal: El
D.E.L.
además de utilizar eficientemente los recursos endógenos, también debe aprovechar las
oportunidades que se pueden presentar a partir del dinamismo económico externo, es
decir, endogenizar territorialmente los efectos resultantes de dichas oportunidades, a
partir de estrategias específicas y acordadas por los actores locales. Por ejemplo los
contratos entre grandes empresas con las micro y pequeñas empresas locales, pueden
impulsar las relaciones de cooperación económica entre los agentes y actores del
sistema productivo local.
Las políticas de D.E.L. pueden incluir varios municipios que posean similares
características, por lo cual en los estudios y análisis de los sistemas productivos no se
tendrían en cuenta los límites municipales y se requiere la identificación de las acciones
clave con el fin de crear un sistema territorial de información que permita estudiar las
cadenas productivas y la ubicación física de sus empresas en el territorio, para conocer y
comprender las relaciones económicas de la estructura de la cadena de valor actual
(Proveedores, comercializadores, clientes, instituciones de apoyo). De esta manera se
pueden abordar las acciones de mejoramiento por parte de los actores públicos y
privados.
Apoyo y asociatividad para las micro, pequeñas y medianas empresas: En el desarrollo
local se reconoce la importancia que tienen las micro y pequeñas empresas, pero
igualmente su fragilidad organizacional y la necesidad de transitar hacia modelos
efectivos de gestión productiva, financiera y de mercados acordes con las dinámicas
económicas, por lo cual se deben generar instrumentos específicos para el fomento,
desarrollo y consolidación de las micro, pequeñas y medianas empresas, enfocados a
realizar mejoras en la productividad y la competitividad.
En necesario crear fondos locales para el fomento y fortalecimiento de los pequeños
productores con criterios flexibles y esquemas de capacitación y acompañamiento
técnico que permitan eliminar los obstáculos para acceder a la oferta tradicional de
líneas de financiamiento de mediano y largo plazo, que tienen exigencias difíciles de
cumplir.
La dimensión limitada de la mayoría de las empresas locales, el bajo nivel de
asociatividad de los empresarios y la desconfianza habitual hacia la institucionalidad
pública local, son elementos que dificultan su participación en los proyectos territoriales
de cooperación público-privada. La incorporación apropiada de los empresarios en las
iniciativas locales de desarrollo económico se debe realizar a partir de tres aspectos
fundamentales: El fortalecimiento de la representación gremial en las instancias
institucionales, el convencimiento de cambiar el enfoque sectorial hacia un enfoque
sistémico de encadenamientos productivos y sustituir la visión asistencialista del estado
hacia el fomento de la productividad y la competitividad.
Las universidades y centros de investigación vinculados a los sistemas productivos: Las
universidades y sus centros de investigación deben formar recursos humanos capaces de
responder a los requerimientos del medio, para lo cual deben ajustar sus propuestas
curriculares y académicas para adaptarse a las realidades que los contextos están
demandando. Para este caso, es necesario que las Universidades se vinculen a las
iniciativas de desarrollo local, mediante el apoyo y orientación de los procesos de
innovación productiva y de gestión que se deben realizar en la estructura empresarial
locales, para lograr productos y servicios con mayor valor agregado.
Además las Universidades y centro de investigación pueden aportar al conocimiento
profundo de las diferentes características de las sociedades locales, como un elemento
fundamental en este enfoque, porque pueden liderar la realización de estudios
específicos mediante esfuerzos sistemáticos y continuos de investigación rigurosa, que
suministre información confiable y pertinente sobre el territorio, con el fin de elaborar
mapas y líneas base para las diferentes variables necesarias en los análisis que realizan
los responsables de gestionar el desarrollo local.
Infraestructura legal, jurídica y administrativa básica: El papel del Estado central en el
contexto específico de las iniciativas de desarrollo local se relacionan con el impulso y
fomento de las mismas, pero también generando verdaderos procesos de
descentralización que permitan adecuar el marco jurídico, normativo y regulatorio para
llevar a cabo proyectos articulados que impacten la base económica, social y ambiental
de los territorios.
Toda iniciativa de desarrollo local debe contar con indicadores cuantitativos de
evaluación, al igual que indicadores cualitativos como los de construcción del capital
social e institucional, que se aproximan a comprender dimensiones institucionales,
políticas y culturales del desarrollo local. Promover económicamente lo local no
depende exclusivamente de altos resultados en los indicadores de eficiencia, sino que
requiere procesos con alta inversión de capital social e institucional.
Coordinación interinstitucional eficiente con enfoque al sistema productivo: Dentro de
las dificultades más sobresalientes de las iniciativas de D.E.L. es lograr coordinar la
institucionalidad pública (Nacional, departamental y municipal), al igual que las
actuaciones dispersas de los gremios, organizaciones no gubernamentales o la
cooperación nacional e internacional, movidas en la mayor parte de los casos por la
perspectiva asistencial. El D.E.L. es también desarrollo social o solidario, pero se
fundamenta en la innovación de los sistemas productivos locales desde la perspectiva
tecnológica, de gestión social e institucional, para generar condiciones de creación de
empleo e ingresos de forma viable y sostenida.
Es por ello que el apoyo prioritario a la micro, pequeña y mediana empresa y el
fortalecimiento de los gobiernos locales deben incorporarse como una estrategia de
desarrollo territorial, para lograr resultados que estimulen la actividad empresarial y su
impacto en la generación de mejores condiciones sociales para la población. Por lo tanto
deben existir instituciones con capacidad para coordinar las acciones dispersas de los
diferentes actores existentes en el territorio.
Los recursos destinados a la inversión social y los destinados para el desarrollo de los
sistemas productivos son complementarios, porque los primeros dotan a la población de
servicios fundamentales para la vida como la salud, la educación el deporte, la
recreación entre otros, mientras que los segundos dan oportunidades a los individuos
para generar ingresos a partir de la participación en las diferentes etapas de los procesos
productivos, por lo cual, las inversiones sociales deben abordarse de forma integral e
incorporar el enfoque de desarrollo económico local.
La institucionalidad pública local hace siempre un gran despliegue de su capacidad de
gestión mediante instrumentos de desarrollo social asistencialista, pero en una menor
escala en el desarrollo de instrumentos de fomento del desarrollo empresarial
productivo. La escasez de recursos para apoyar iniciativas de D.E.L. que sean
complementarias de los recursos de inversión social, son características en América
Latina, lo cual discrepa con los fondos estructurales establecidos en países del mundo
desarrollado, que consideran este enfoque, como una alternativa a las políticas
asistenciales de superación de la pobreza.
Este enfoque parte de la necesidad de transitar de las estrategias asistencialistas, hacia
estrategias articuladas de desarrollo económico basadas en instrumentos que impulsen el
desarrollo empresarial del territorio, no con visión sectorial, sino con visión sistémica
integrada de los actores y el capital social que caracteriza el territorio. La oferta
adecuada de instrumentos para fomentar transformaciones en la estructura productiva
local, son el producto de las decisiones y los requerimientos de renovación de los
empresarios que hacen parte de las cadenas productivas existentes.
2. RUTAS COMPETITIVAS Y DESARROLLO ECONOMICO
LOCAL EN COLOMBIA
Con base en la fundamentación teórica del desarrollo económico local se pueden
comprender y sustentar las acciones y esfuerzos que desde algunos agentes públicos y
privados colombianos, se vienen realizando con el objetivo de reforzar la
competitividad de las industrias estratégicas regionales, que han sido identificadas y
priorizadas en los diversos ejercicios de planificación territorial que se realizan en el
país y que buscan mejoramientos productivos, económicos y sociales.
Es el caso del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, entidad que
en cumplimiento de su función de fortalecer y consolidar el desarrollo empresarial del
país, apalancado en la innovación, el emprendimiento y los ecosistemas regionales,
viene promoviendo el “Programa Rutas Competitivas” como un modelo para potenciar
las economías regionales y locales, mediante las construcción de capacidades locales
para el análisis y fortalecimiento de clústeres con iniciativas de refuerzo a la
competitividad
empresarial.
Este
programa
pretende
potencializar
para
18
departamentos, estrategias de innovación que impulse a las empresas de industrias
estratégicas a un mayor nivel de productividad, competitividad, sostenibilidad y
rentabilidad.
Este programa plantea que los departamentos o regiones de un país serán competitivos
en la medida que tenga muchas empresas competitivas, que estén en capacidad de tener
altos niveles de productividad e innovación para competir con éxito en mercados
nacionales e internacionales, lo cual se logra mediante un proceso riguroso y continuo
de acciones articuladas entre los empresarios que forman parte de los clústeres y las
instituciones de apoyo local.
Según Emiliano Duch (2013), CEO de la empresa consultora Competitiveness que
ejecuta el proyecto a nivel nacional, los clúster no se crean, sino que son realidades
económicas que existen en el territorio y que una vez identificadas pueden ser objeto de
intervención a través de una “Ruta Competitiva”, para mejorar su competitividad,
fomentando la innovación y el crecimiento de los emprendedores. El papel del Estado
en estas iniciativas es fundamental, pero no como agente asistencialista, sino como
agente que lidera un diálogo público- privado para desarrollar la competitividad local.
El entorno que favorece la innovación y por ende la creación de ventajas competitivas
en un clúster, es la rivalidad y la sana competencia entre las empresas, pero también hay
ocasiones que la colaboración y el trabajo conjunto ayuda a construir fuentes de ventaja
competitiva. Competir con base en innovaciones constantes es el gran reto para todas las
empresas y no solo para las que exportan, porque la apertura de los mercados hace
difícil mantenerse en el mercado doméstico.
El programa rutas competitivas se fundamenta en la conformación de equipos locales,
que reciben la formación metodológica para elaborar la hoja de ruta que propone un
plan de acción para fortalecer los clúster priorizados, a través de la definición de una
visión que desarrolla una programa de mejoramiento competitivo de las empresas en
segmentos de negocios estratégicos, pero que además cuentan con el apoyo institucional
y empresarial local para lograr los objetivos del programa mediante la ejecución de tres
fases básicas del proceso.
2.1 Objetivos del Programa Rutas Competitivas

Mejorar la competitividad de las empresas pertenecientes a un clúster a partir de
la redefinición de la estrategia de largo plazo.

Construir capacidades locales para el pensamiento estratégico, gestión del
cambio y la dinamización del clúster.

Incidir en la mentalidad de actores locales para el pensamiento estratégico y la
innovación como vehículo de la competitividad.
2.2 Los diez pasos genéricos para el análisis de la industria

Mapeo del clúster

Segmentación estratégica de la industria

El atractivo de la industria

Criterios de los compradores sofisticados

Opciones estratégicas genéricas

Factores clave del éxito

Cadena de valor ideal y análisis de las cinco fuerzas

Benchmarking de nuestra cadena de valor con la cadena de valor ideal

Opciones estratégicas factibles para las compañías del clúster

Áreas de mejora a nivel de empresa y a nivel de clúster
2.3 Fases del proceso
Identificando los desafíos del clúster. En esta primera fase se quiere conocer a los
empresarios involucrados desde su día a día, entender su negocio, las estrategias que
han adoptado de acuerdo con su entorno y de esta manera tener un conocimiento mayor
de la industria local. También se analizan estudios, documentos y estadísticas existentes
a nivel mundial, nacional, regional y local. Se realizan actividades tales como:

Identificación de actores con información actualizada

Determinación del tamaño y características del clúster

Tipología de los empresarios y las relaciones entre ellos

Entrevistas con empresas, instituciones y gremios

Análisis de documentos y estudios e investigaciones previos

Estadísticas de la industria a nivel mundial, nacional, regional y local

Mapeo de los actores del sector a nivel local
Generando la estrategia. En esta fase se hace una reflexión estratégica de la industria y
se realizan actividades tales como:

Identificación y análisis de la cadena de valor actual

Tendencias de la industria

Análisis del diamante de Porter

Definición de los retos estratégicos de la industria

Benchmarking a partir de un viaje de referencia.

Segmentación estratégica de la industria

Análisis de las cinco fuerza para cada segmento estratégico

Criterios de compra avanzados para cada segmento. Entrevistas

Opciones estratégicas y factores claves de éxito

Definición de la cadena de valor ideal
Lanzamiento de las acciones. En esta fase se hace una identificación y definición de
las acciones específicas a realizar para fortalecer la cadena de valor actual y lograr
mejoras que permitan hacer el tránsito hacia una cadena de valor con oportunidades de
competir en segmentos más rentables. En esta fase es fundamental la participación de
los empresarios y entidades de apoyo. Las actividades que se realizan son:

Conformación de grupos de trabajo

Áreas de mejora a nivel empresarial y de clúster

Elaboración del plan de acción

Ejecución de las acciones de mejora
2.4 LA RUTA COMPETITIVA KÀLDIA, UNA OPCION PARA LA INDUSTRIA
CAFETERA Y EL DESARROLLO ECONOMICO DEL QUINDIO.
La Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío como actor de primera línea en la
región y promotor de iniciativas de D.E.L. que fortalezcan la base productiva y
empresarial, atendió la convocatoria realizada por el Ministerio de Comercio, Industria
y Turismo, a través de Innpulsa Colombia, para conformar un equipo local que se
apropiara de la metodología de trabajo para construir con los empresarios, gremios y
demás instituciones de apoyo, “Rutas Competitivas” que viabilizan la identificación de
segmentos estratégicos de negocio con mayores niveles de rentabilidad y definir las
líneas de acción fundamentales para que los empresarios transformen sus empresas y
puedan competir en dichos mercados.
Igualmente la Cámara de Comercio convocó a otros actores públicos, privados y
académicos del Departamento, para que conocieran los alcances y objetivos del
programa que desde el gobierno nacional se estaba ofertando y para que participaran en
las diferentes etapas del mismo, al igual que para determinar las dos industrias o clúster
que serían priorizadas de acuerdo con las apuestas productivas relacionadas en el Plan
Regional de Competitividad.
De este proceso se concluyó que ante la crisis que viene sufriendo la industria del café
en el departamento del Quindío en particular y en el país en general, ésta sería la
primera ruta competitiva que se debería seleccionar, ya que es una industria en declive
pero importante para la región por su alta sensibilidad económica y social. Al mismo
tiempo se conformó el equipo local con un consultor senior y dos consultores junior
liderado por la Cámara de Comercio y con el acompañamiento de dos docentes
investigadores de la Universidad La Gran Colombia y dos docentes de la Corporación
Universitaria Alexander Von Humboldt, quienes recibieron la formación en la
metodología enunciada y simultáneamente iniciaron el proceso con los empresarios y
los agentes públicos y privados locales que hacen parte del clúster.
Se ejecutaron las tres fases establecidas en la metodología en aproximadamente ocho
meses y se contó con la activa participación de aproximadamente 120 empresarios y el
acompañamiento de 30 representantes de la institucionalidad pública y privada local. De
acuerdo con la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío (2013), se identificaron
las siguientes áreas y actividades de mejora de corto, mediano y largo plazo, las cuales
quedaron plasmadas en un plan de acción que actualmente está guiando y permeando
las agendas, los planes y presupuestos de los empresarios comprometidos de la industria
y de las instituciones de apoyo que participaron del proceso:
La primera línea de acción se denomina “Programa para la mejora de los procesos en
finca” y su objetivo es generar las capacidades de gestión del cultivo en finca, de
manera que se garantice una trazabilidad del proceso y continuidad de la calidad en el
tiempo, que permita incursionar en mercados especializados que demandan variedades
de café con características de calidad diferenciadas.
La segunda línea de acción se denomina “Generación de capacidades de exportación y
vinculación con compradores especializados” y su objetivo es fomentar puntos de
encuentro entre empresarios, donde se puedan conocer casos exitosos para generar
nuevas relaciones empresariales y capacidades alrededor de la logística y exportación.
También se desea crear capacidades locales en la prestación de servicios de asesoría y
acompañamiento a los empresarios en inteligencia de mercados, trámites y legislación
para exportar.
La tercera línea de acción se denomina “Piloto de inteligencia Comercial” y su objetivo
es ampliar el conocimiento comercial y fortalecer la cadena de valor, mediante la
especialización de los empresarios en la identificación de gustos y preferencias de
mercados sofisticados, que les permita adaptarse a sus requerimientos, además de
conocer in situ la cadena de valor del segmento atractivo, con el fin de aprender a
desarrollar canales de comercialización propios.
La cuarta línea de acción se denomina “Programa de incentivo a la demanda del café de
calidad” y su objetivo es generar conocimiento, cultura e interés por el consumo de café
de calidad en la demanda local, por medio de capacitación continua en barismo y la
participación en eventos relacionados con la preparación de café o exhibiciones en
puntos estratégicos a nivel local y nacional.
La ejecución de estas líneas de acción por parte de los empresarios de la industria
cafetera Quindiana y de la institucionalidad de apoyo, buscan fortalecer su
competitividad y generar empleo e ingresos que mejoren las condiciones económicas y
sociales de los pobladores locales.
3. CONCLUSIONES
En Colombia, el programa rutas competitivas se está implementado como un
instrumento estratégico para introducir trasformaciones estructurales en la base
productiva y el tejido empresarial territorial y lograr los objetivos propuestos de acuerdo
con principios de las teorías D.E.L.
El proceso de construcción de una ruta competitiva cambia la lógica asistencialista de la
acción del estado hacia los micros y pequeños empresarios, por un enfoque sistémico de
encadenamientos productivos y competitivos basado en las potencialidades endógenas y
la construcción de capital social, lo cual contrasta con los supuestos de las teorías y
modelos económicos neoclásicos y keynesianos.
Tradicionalmente en el Quindío, la institucionalidad pública local ha direccionado su
gestión con instrumentos de desarrollo social asistencialista, pero en una menor escala
en el desarrollo de instrumentos de fomento empresarial productivo. Este nuevo
enfoque visualiza como complementarios los recursos públicos destinados a la inversión
social y el desarrollo de los sistemas productivos locales, porque su fin es generan
empleo e ingresos para la población.
La formulación de una iniciativa de desarrollo local se fundamenta en la creación de un
sistema territorial de información que permita estudiar las cadenas productivas y la
ubicación espacial de sus empresas en el territorio (mapeo), para conocer y comprender
las relaciones que subyacen en la estructura de la cadena de valor actual. También es
importante tener un sistema de indicadores cuantitativos y cualitativos como los de
construcción del capital social e institucional, los cuales facilitan la comprensión de las
dimensiones institucionales, políticas y culturales del desarrollo local.
Utilizar eficientemente los recursos endógenos y aprovechar las oportunidades que
presenta el dinamismo económico externo, requiere la construcción de una ruta con
acciones estratégicas específicas que deben ser acordadas por los actores del sistema
productivo local, lo cual impulsa las relaciones de cooperación entre ellos.
La iniciativa de D.E.L. denominada Ruta competitiva Kaldia para reforzar la
competitividad de las empresas de café en el Quindío, responde a dos tipos de tensiones.
La primera se relaciona con la evidente crisis económica y social que sufre la industria
cafetera regional (desde abajo) y la segunda como resultado de políticas de
desconcentración institucional del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo
Colombiano (desde arriba).
La concertación de voluntades y la facilitación de diálogos que promueve el programa
rutas competitivas en el Quindío, deben permitir la construcción de redes de trabajo
territorial y la coordinación de agendas públicas y privadas, para darle una mayor
eficiencia a los recursos existentes y lograr progresivamente los objetivos propuestos.
La institucionalización de acuerdos políticos suprapartidistas en el departamento del
Quindío ha sido una limitante de las iniciativas de desarrollo local, debido a los
conflictos entre los representantes de la clase política y al afán de protagonismo que se
presenta al interior del territorio, lo cual genera incertidumbre en las acciones de
mediano y largo plazo propuestas en una ruta competitiva.
Los acuerdos de mejoras en la competitividad local en el departamento del Quindío,
requieren la ejecución de acciones estratégicas y de innovaciones en la institucionalidad,
a partir de organizaciones mixtas de actores que superen la separación entre lo público y
lo privado.
Las líneas de acción que se identifican en una ruta competitiva, se convierten en
requerimientos de productividad y competitividad para la industria o clúster objeto de
estudio, por lo cual todos los actores relacionados con su cadena de valor quedan
comprometidos a realizar cambios sustanciales en sus estructuras.
Una parte importante de las líneas de acción definidas en una ruta competitiva, necesita
contar con el apoyo decidido y articulado de acciones públicas locales, regionales y
nacionales, que deben ser incorporadas en los planes y programas que vienen
ejecutando para lograr transformaciones productivas y sociales locales.
Una ruta competitiva permite diseñar y ofrecer instrumentos de desarrollo empresarial
que reconocen las señales del mercado, las especificidades económicas, territoriales,
productivas y organizacionales de las micros y pequeñas empresas pertenecientes a un
clúster, al igual que su impacto en materia de producción, empleo e ingresos.
Las universidades y los centros de investigación de la región deben incorporar en sus
propuestas académicas, curriculares e investigativas, los requerimientos de los contextos
locales y vincularse activamente a las iniciativas de desarrollo que buscan promover
trasformaciones innovadoras en el sistema productivo. También pueden aportar al
conocimiento profundo del territorio y la caracterización de las sociedades locales,
liderando estudios específicos mediante esfuerzos sistemáticos de investigación
rigurosa, que suministren información confiable y necesaria para el análisis que realizan
los gestores del desarrollo local.
Las rutas competitivas permiten a los agentes productivos locales reconocer la
importancia y la necesidad de comprometerse con la adaptación y utilización de los
resultados de las actividades de investigación, innovación y desarrollo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Latina”. Revista Cepal No. 82. Santiago de Chile.
Blanes, J. & Pabón, E. (2004). “Los proyectos y el desarrollo local. Guía para la
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