ARTE MUSICAL - Hemeroteca Digital

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Madrid, 31 de Julio de 1915.
ANO 1.,
NÚM. 14.
ARTE MUSICAL
REVISTA IBEROAMERICANA
SUSCRIPCIÓN
España y Portugal, ano
Los demás países, año
j
12 pesetas, j
lüfrancos •
DIRECTOR
MailUel
i
F. FeFllándeZ NÚñeZ
\x Obras de l ogelio lar n el fxtiaira
No es el maestro Villar uno de los compositeres menos conocidos en el Extranjero, principalmente en Francia.
He aquí alg-unos sitios en que se han ejecutado obras suyas.
En la Sala Gaveau, de París, el 29 de Marzo
de 1911 tocó el distinguido violinista Telmo
Vela la sonata en re, para vioün y piano, en un
concierto patrocinado por la Embajada espafiola.
En el salón de la importante revista Le Monde Musical, que se publica en París, interpretó
el cuarteto «Renacimiento», de Barcelona, el
cuarteto en la menor, y en el número 20 de la
citada revista (30 de Abril de 1913), dedicaron
juicios críticos muy halagüeños para la obra de
Villar y sus intérpretes.
En la sala de Agricultura, de París, en Abril
de 1913, el irlo Pitchot-Costa interpretó obras
de Villar.
En la sala Pleyel, la Sociedad Musical Independiente, el grupo más avanzado de la música
francesa, el 14 de Mayo de 1914 celebró un concierto dedicado á los compositores españoles,
tocando un cuarteto de Villar, el cuarteto «Renacimiento», ocupándose de esta obra la S IM
(Junio de 1914), órgano de la Sociedad Internacional de Música.
En los conciertos de música española verificados en Tolouse en la Sociedad Filarmónica
(30 de Enero de 1910), organizados por los musicólogos Collet y Aubry, de la. S 1M, entusiastas hispanófilos, se interpretaron entre otras
composiciones de Villar, Suite Leonesa y dos
lieder, Ojos que habéis hecho llorar á mis ojos
y Elegía de otoño, ocupándose la crítica francesa en forma laudatoria.
En la 5 i M, número correspondiente al 15
de Abril de 1910, se ocupa Henri Collet con elogió de la Suite Leonesa; en La Guide Musical
(8 de Agosto de 1909), dedica el insigne crítico
francés Henri de Courzon, una entusiasta nota
crítica á las canciones leonesas; el número 9
de la misma revista (15 de Mayo de 1907) se
ocupa también de la Suite Romántica, y en L'
Espagne (4 de Diciembre de 1913), dedica Co •
llet frases muy lisonjeras á la obra de Villar.
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ADMINISTRACIÓN
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dedicada á los nuevos compositores españoles,
dice: «Rogelio Villar es muclio más aplaudido
aquí en pleno bulevar, que en su tierra»; y hablando de él, escribe Collet: «Es el Grieg español y nos agrada mucho más que cualquier otro
de los maestros compatriotas suyos. Si hubiera
escrito alguna ópera, su nombre sería hoy igual
al del autor de Peer Gyiit. Lo malo es que se
consagra á la mtísica de cámara, y sólo los delicados pueden saborear la embriaguez profunda de su obra.»
En Bruselas (2S de Abril de 1913) se celebró,
en la Sala Patria, un concierto de música española organizado por el violinista Blanco Recio,
en el que este llorado artista tocó obras de violín y piano de Villar. Al concierto precedió una
conferencia de Rene Lyr sobre los nuevos compositores españoles.
Se han tocado obras de Villar en Ei Havre
(Palacio de Regatas, 30 de Octubre de 1910); en
Berlín, en el concierto de música española
organizado por la malograda pianista María
Cervantes, con la cooperación del cuarteto
«Renacimiento», celebrado en la Sale Berliner
Tonkünstler Verein (31 de Enero de 1914), ocupandóse de este concierto la revista Sígnale (14
de Febrero de 1914) y algunos críticos musicales de la Prensa diaria de Berlín; en San Petersburgo, Moscou, Oporto (Sociedad de Conciertos
sinfónicos Portugueses, 24 de Mayo de 1915), el
cuarteto español interpretó la Suile Leonesa;
en el Salao de Festas (11 de Febrero de 1913) y
en laSociedad Filarmónica(Noviembre de 1914)
el cuarteto «Renacimiento» tocó el cuarteto en
/a we/íor; en la Sala Viener Tonkünstler Vereine, de Viena (30 de Marzo de 1914), interpretó
el mismo cuarteto, el cuarteto «Renacimiento»;
en Berna, Roma, Dresde (Palmengarten, 12 de
Marzo de 1914), Leipzig (Stüdtisches Kanfhans,
16 de Marzo de 1914), Hamburgo (Keine Musikhalle 14 de Marzo de 1914), La Haya (Buitengewoon Kerkonzert, 15 Mayo de 1914), Nueva
York, se han ejecutado obras de piano, de canto
y piano y de orquesta del compositor leonés.
Han dedicado críticas á sus obras, entre
otras revistas. Palestras Musicales (Oporto),
La Revista Musical Italiana (Turín), Monthly
Musical Recor (Londres), el Rjetsch (San Pe-
ARTE MUSICAL
tersburgo) y Musical American (Nueva York).
Las composiciones de Villar han merecido
elogios de Grieg, Vincent d'Indy, Massenet, Teresa CarreRo, Moreira de Sa y otras eminencias musicales.
Historias de R í a p parecen cuentos.
No eran puntuales las gentes de la época
para acudir á la hora señalada á las puertas del
celebérrimo teatro de X, y, no obstante, aquel
día, tiempo antes de comenzar la función, aglomerábase el público en grupos diversos y con
desusada agitación á la entrada de la sala. Indudablemente algo extraordinario barruntábase, á juzgar por las disputas, escándalos y rumores que partían de los grupos allí reunidos.
Los italianos, apartados á uno de los extremos
de la plaza, aseguraban que en la noche estallaría el motín con g r a v e s consecuencias, pues
como nunca lá rivalidad de Mariana Alcázar y
la Ladvenant subiría de punto con tonadas intencionadas, coplas depresivas para flamencos españoles y capones, y bailes desaprensivos
que herían la susceptibilidad de cierta parte
del público,
. Ya en días anteriores, choriaos y polacos habían mostrado su disgusto con voces, protestas
y acaloramientos impropios del lugar. La A l cázar hubo una tarde de inventar la disculpa
«de g r a v e indisposición quela impedía acudir al
teatro», y con tales precedentes y los augurios
que profetizaban los bien enterados, era muy
seguro el escándalo, inevitable y preciso, á fin
de borrar diferencias intolerables.
Abriéronse las puertas del templo de Talía,
y en confuso tropel penetraron los soliviantados espectadores en el famoso corral. No llegaba el momento de aparecer las celebradas y
aplaudidas tonadilleras; al público se le entretuvo con la graciosa que entonó la copla
liúdamente, y repitió, á requerimiento de los
aplausos que la tributaron.
Pero ni las danzas de bajo en qus guitarras y
violines hicieron gala de sus primores artísticos, ni los estribillos de las damas de canto divertían á la gente. ¿Por qué no cantó la Alcázar? Chorisos y polacos comenzaban á protestar. No podía tolerarse que las tonadilleras de
más celebridad no actuasen precisamente un
día en que el público todo esperaba sorpresas,
y los partidarios de una y otra asistían al teatro dispuestos á reñir seria batalla.
Bien pronto corrió la noticia por la sala.
La Alcázar habíase negado á representar su
papel; la Empresa, cansada de a g u a n t a r sus
impertinencias, avisó al señor corregidor, y
éste, con buen golpe de alguaciles presentóse
en el teatro, y apoderándose de la artista condújola á prisión sin escuchar sus descargos.
Al enterarse los chorisos de aquel estupendo
trance, su indignación estalló. El escándalo
formidable que se produjo obligó a l a autoridad á suspender las representaciones, y entonces el público, con descompasados gritos, organizóse en actitud rebelde, tomando el camino de la casa del corregidor para lograr la libertad de la tonadillera.
Reducidos los amotinados por la fuerza, hubieron de disolverse pacíficamente, pero no
desistieron de su actitud; antes bien, á la mañana siguiente lograron la promesa formal de
que la Alcázar saldría del lugar donde fué recluida, para permanecer sufriendo el arresto
en su domicilio.
Y así se efectuó. Mariana Alcázar fué sometida á la acción implacable de la justicia por su
genio irascible y sus infantiles caprichos. Custodiada por guardias de vista permaneció varios días arrestada, y á consecuencia de aquel
proceder y de este castigo, la despidieron de la
Compañía á que venía perteneciendo desde
hacía algún tiempo.
Z.
Lo que dicen los músicos.
TEODORO S a X JOSÉ
Noticiosos de que el popular maestro pensaba organizar la compañía de ópera que durante el otoño actuará en el teatro de Price, hemos visitado al compositor
en su estudio. Nosotros, lector, no intentamos presentarte al maestro San José, porque las zarzuelas de que
es autor han colocado á respetable altura su nombre, y
como director hace muchos años que logró fama justa
de excelente músico.
Nos ha recibido con la amabilidad en él característica, y su conversación culta nos entretuvo cerca de una
hora.
— He trabajado mucho. Todos mis ideales los cifraba
en una empresa de gran dificultad, pero no de imposible realización y desenvolvimiento; la ópera española.
He visto, efectivamente, que la mayoría de los esfuerzos intentados para conseguir hacer óperas y público
que las escuchase resultaban infructuosos, tenían por
coronamiento un fracaso ruidoso. Yo, sin embargo, no
he desconfiado nunca de poder obtener favorables resultados, por la sencilla razón de que he atribuido el
fracaso á las Empresas en ciertos momentos, y á defectos en la organización del asunto casi siempre. Y como
uno de los elementos para cultivar el género ópera es
teatro con subvención, antes de cuidarme de apoyar
con todo el entusiasmo que requiere el asunto aquella
idea, he procurado trabajar sin descanso hasta llegar á
tal fin. Tenemos teatro y subvención; nos falta público,
que se conquistará, porque alternaremos en la campaña representando zarzuela y género serio. Ya dispone
la Empresa de óperas de los mejores autores españoles:
Bretón, Vives, Usandizaga, etcétera.
—¿Y su ópera, maestro?-hemos preguntado.
—¿Se refiere usted á Don Quijote?
— En efecto.
•—Don Quijote es una zarzuela de E. Barriobero que
ARTE MUSICAL
yo, encariñado con ella, tuve la intención de convertir en
ópera. Hace ya bastantes años, mi amigo el Sr. Barriobero me entregó el libro; créame usted que me asustaba el asunto, y tentado estuve de abandonarlo. Comencé el primer número, y yo no sé si porque puse mi
cariño en él, no me desagradó; continué los sucesivos...
y lo concluí.
—¿Su forma?
—Redúcese á llevar las aventuras del loco inmortal á
escena. Se omiten algunas, porque resultarla interminable; pero las que se llevan á escena no hacen más que
trasladarse fidelísimamente, como usted podrá apreciar
examinando el libreto.
El maestro nos ofrece el libro que seguramente nos
deleitará, porque de la pluma de Barriobero asi hay que
esperarlo.
—Pues bien; la zarzuela ha estado sin estrenarse varios años después de terminada. Yo no la pondré en el
cartel hasta final de Enero, y claro está que, agradando,
se representará también durante las fiestas del centenario.
— ¿Qué otros trabajos prepara usted?
—Dos óperas que tengo concluidas y algunas zarzuelas de menos importancia. En la temporada de Price
pienso presentar escenas con prbyecciones de fiestas,
canciones y bailes populares. Es preciso conceder al
folk-lore español toda la importancia que tiene. Y créame usted, yo, que soy muy aficionado al estudio, lamento que lo nuestro se olvide para pregonar la transcendencia de obras extranjeras, muydignas de elogio, pero
sin merma de lo que por aquí guardamos. Victoria,
Morales, Guerrero, Cabezón, toda la pléyade de músicos españoles del siglo dieciséis que levantaron el edificio de la cultura musical religiosa, no solamente en España, sino fuera de la Península..., han sido tan poco
estudiados...
—¿Alguna anécdota, maestro?
—Pues mire, tantas podría contarle que... no se cuál
elegir. De oportunidad, una relacionada con el Quijote.
Usted sabe que el manco de Lepanto no comió el dia
que puso la firma á su obra inmortal... Pues bien, aun
cuando usted lo dude, yo, tan modesto..., tan insignificante al lado de aquel inolvidable compatriota, tampoco comí cuando concluí la partitura del Ingenioso hidalgo, me desahuciaron de mi casa-habitación y pasé hambre y frió. ¿Tiene gracia...?
—Ahora, si...
—Pero entonces...
Estrechamos la mano del maestro después de envidiar á un hombre que sí no comió para su satisfacción el
dia que terminó el Quijote..., cena y almuerza actualmente excelentes menús, merced al dinero que le producen sus muchas y buenas obras.
EL
CURIOSO IMPERTINENTE.
MñDRID MUSICñL
Crónica d e la quincena.
No sé hasta qué punto es beneficioso para un
autor mostrar al público sus primicias, caso
únicamente admisible cuando ese autor, en
pleno é indiscutible triunfo, quiere hacer ver
que sus primeras creaciones eran dignas de él,
ó bien como dato para seguir el proceso evolutivo de su talento.
Pero llevar al escenario una obra concebida
en las fatigosas condiciones de una oposición
pública, tan poco favorables para la inspiración
á quien no solicita el desasosiego natural del
momento y la necesidad de trabajar de una manera forzad i sobre un libreto impuesto, es
arriesgarse á que el público forme idea errónea
TEODORO SAN JOSÉ
IXotable músico, autor de la comedía lírica «Don Quijote^',
que se estrenará la próxima temporada en el teatro de Price.
de los méritos de un artista y le califique ligeramente cimentando sus juicios en una obra ligera. Ese es á nuestro juicio el error del Sr. A n glada, presentando en Magic-Park su obra J^ayo
de Luna, que le sirvió hace años como testpiece en el concurso oficial al premio de Roma.
El libro, basado en una conocida poesía de
Becquer, padece, como todas las obras de circunstancia, una debilidad intensa que apenas le
permite sostenerse en pie. Su aspecto es de un
romanticismo de melena y pipa absolutamente
demodé, y á la legua se ve que el poeta redactor no h a tenido más interés que el salir del
paso de un encarguito, donde han de estar en
amigable consorcio un trozo para soprano, otro
ARTE MUSICAL
para tenor, otro ídem para voz más g r a v e ,
amén de unos coritos y bailables, rociado todo
ello con la salsa instrumental; en resumen, una
de esas cantatas profanas semejantes á las que
en el Castillo de Corapieg-ne hacen sudar á los
concursantes de allende el Pirineo. Comparado
con las infamias literarias que suelen servirse
en tales circunstancias, el libro de Fernández
Shaw es una obra maestra, y por lo menos tiene la ventaja de reunir eses fragmentos con
cierta lógica y algo que tiene la apariencia de
argumento.
En cuanto á la parte musical, es una cosa indiferente que apenas solicita la atención; música apacible, hija de un temperamento que no
debe sufrir grandes crisis espirituales, necesariamente sometida á correcciones escolásticas,
sin que ello implique perfección. La instrumen-.
tación, que abunda en lugares comunes como
medios de expresión y combinaciones de timbres, á veces es discreta y á veces se resiente de
espesor ó contrariamente de sutilidad excesiva.
La parte vocal es, en general, de una fatigosa monotonía á causa de lo inexpresivo de los
largos parlamentos; otros trozos, por ejemplo,
el de la becqueriana, en el que tanto se distingue la señorita Nieto, están más acertadamente conseguidos.
Tal vez el Sr. Anglada encierra dentro de sí
un músico notable, y es lastimoso—lo repetimos—que permitiendo la representación de una
obra primeriza, que como toda labor de preparación del compositor joven, debe guardarse
cuidadosamente aún de la vista de los amigos,
se exponga á un juicio erróneo sobre el verdadero alcance de sus facultades.
Añadamos que el programa indicaba tener
lugar la acción «en Castilla, alrededor de Soria
y á orillas del Duero, siglo XVI»; tal exactitud
local nos maravilla. {Aprendan los de <lugar y
época indeterminada»! Coros y danzantes, muy
decentitos; en total, un espectáculo lleno de tal
encantadora inocencia y candor, que nos creímos un momento en las fiestas solemnes de
distribución de premios de algún colegio de
monjas.
Felicitamos á la señorita Nieto y á los señores Marqués y Mossio, principales intérpretes
de la obra, en la que pusieron su cariño para
contribuir al éxito.
AD. S .
LA
PORNARINA
Cuando la fortuna le sonreía y, renunciando á los
azares de la vida teatral, pensaba esta inolvidable artista proporcionarse un rincón poético donde gozar la tranquilidad de una existencia consagrada por completo ai
descanso, lia sorprendido la muerte á Consuelito Vello,
la encantadora tonadillera que supo en España popularizar las canciones francesas, y en Francia entusiasmar
á los frivolos parisinos con la gracia de su voz insinuante y las bellezas de las melancólicas tonadas castellanas,
La Fornarina, de familia humilde y luchando con las
dificultades que encuentran los desheredados para lograr una educación artística necesaria á su profesión,
supo muy pronto vencerlas merced á sus cualidades
portentosas, que, granjeándole las simpatías del público, colocáronla en condiciones de adquirir una cultura nada común y muy vaeta. Ella contribuyó, además, á dar á conocer en París compositores españoles
que con su ayuda consiguieron entrada en teatros y
centros artísticos, en los que se aplaudieron sus obras,
algunas estrenadas en España; Valverde es un ejemplo.
La temporada de primavera actuaba siempre en Madrid. ¡Gustaba tanto de oirse aplaudir de sus compatriotas, á los que nunca olvidaba!
Al entierro de la célebre artista concurrieron multitud
de artistas y compositores.
Descanse en paz la desdichada tonadillera, y reciba
su familia la expresión de nuestro sentimiento.
LA lYlUSIQUEA
poeiYiA cómico
CANTO TERCERO
LA ÓPERA.
1
De músico, poeta y loco
todos tenemos un poco,
dice un antiguo refrán,
y otros que también invoco:
«ni son todos los que están»...
ítem: «un loco hace cien»;
y otro más: «genio y figura»...
La locura es'un edén,
¿Quién no hizo alguna locura,
de joven ó viejo, quién?
Todo loco es un vidente,
un profeta, un nazareno.
¿Fuera, de no ser demente,
pasmo de la humana gente
Alonso Quijano, el Bueno?
Tanto refrán castellano
viene á cuento y viene á mano
para decir en seguida,
que hoy ya todo fiel cristiano
guillado está de por vida.
Si no, vamos á pensar:
¿hay quién me pueda explicar
por qué en las obras teatrales
todo se vuelve cantar
cual si estuvieran mochales?
¿Sucede en la vida así?
Aunque es la vida muy varia,
¿hay algún ser por ahí
que muera cantando un aria
ó cante por decir «sí»?
La ópera en esto se basa,
y está tan falto de base
que ya pasa de la tasa,
y no paso porque pase
pues me pesa lo que pasa.
Pues es menudo tormento
que en cuanto se alza el telón
no han de dejar un momento
ARTE MUSICAL
sobre todas las cosas, y poniendo la mano en
mi conciencia, que vuestro hijo es el compositor más excelso que ha habido hasta el presente.»
Al morir Mozart, le lloró amargamente, exclamando: «Mi dulce, mi buen amigo ha muerto. ¿Cómo podré soportar la pena que en mí es.píritu causa tamaña desgracia?»
de lanzar voces al viento
cantando sin ton ni son.
Sé que en las obras teatrales
todo es convencionalismo;
mas cantar sufriendo males
y aun con las ansias mortales
es parejo de idiotismo.
Sabe el autor que es el coro
e! que al pueblo representa,—
soy yo ignaro y no lo ignoro.—
¡Y el pueblo rabia y revienta,
y ha de cantar como un loro!
¿Y á escena le han de sacar
por la más trivial escena?
¡Esto es ya mucho abusar!
¿Y cuándo ha de trabajar,
cuándo come, cuándo cena?
¿No ha de hacer cosas mayores
el pueblo, que cantar loores
al tenor que es un camueso,
ó á la tiple? Pues bien, eso
sería un pueblo, señores.
No se puede consentir
ese modo de abolir
la verosimilitud.
Pregunto á la juventud:
¿podemos así seguir?
Protesto y juro que no
ante Dios y ante la ley.
Y á esto Don Juan se atrevió,
porque yo, como aquel Rey,
digo que el pueblo soy yo.
Y protesto una vez más
por el sentido común
que hasta ahora estuvo demás.
¡¡Vlúsico, no abusarás
de coros al buen tum tum!
O te digo desde aquí
que te ha de salir un grano,
pues si estrenas por ahí
yo y el pueblo soberano
te silbamos. C'estfini.
Mozart es un ejemplo de precocidad artística
sorprendente. Compuso su primera obra á los
EIÍieRie YON STeFANlAI
VICENTE ESCOHOTADO.
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Una de las cualidades más hermosas del carácter de Haydn fué sin duda su bondad de corazón. Abandonado por Reuter y recogido por
Keller, con cuya hija contrajo matrimonio en
agradecimiento á la conducta noble de su protector, hubo de sufrir con estoica paciencia la
rebeldía é inconstancia de su esposa, sin proferir jamás la menor queja.
Sentía especial devoción artística por el entonces joven músico Mozart, y cuentan que en
cierta ocasión, interrogado por el padre del
compositor de Salzburgo sobre las condiciones
que para la música mostrara su hijo, Haydn
contestó: «Os juro por Dios, á quien quiero
Celebrado artista que ha obtenido un enorme éxito en dos
conciertos con la orquesta que dirige r.l maestro Arbós
en San Sebastián.
ocho años, y á los doce terminaba una ópera,
que no llegó á ponerse en escena en su época.
El carácter de Mozart es acomodado á su
música. Retozón, alegre y cómico en ocasiones
para los más graves asuntos.
Amaba con pasión á su esposa Constanza,
para la que reservaba los frutos más delicados
de su sutil ingenio.
En cierto momento Constanza rogó á su marido la complaciese obsequiándola con cerveza.
Inmediatamente escribió el músico á la baronesa de Waldstein suplicándola el envío de
una botella de la mejor marca. Despedíase el
maestro de la baronesa en latín con estas palabras:
<Mosart tnagnus (corpore parvus) et Constansa omnium uxorum pulcherrima et pru-
ARTE MUSICAL
dentissima.»
(El gran Mozart, pequeño de
cuerpo, y Constanza, la más pulcra y prudente
de las mujeres.)
Un amig'o, que visitó á Mozart en su despacho, le encontró entregado al baile en brazos
de su mujer, danzando con vertiginosa rapidez
por su cuarto de estudio. Como el amigo se
admirase de tan inopinada danza, Mozart le
manifestó: «No creas otra cosa sino que tenemos frío los dos, y como en mi casa no hay estufas ni otro medio de calefacción, nos hemos
entregado á este ejercicio por ver si entramos
en calor.»
Distinguióse Beethoven por su carácter grave, sombrío y misantrópico. Tan súbitamente
brotaba la ira en su espíritu, que, estando un día
estudiando el violín, posóse sobre el instrumento una araña que el gran maestro miró, por un
exceso de sentimentalismo, con dulzura. Advirtió la madre del miísico que estaba presente
esta incidencia, y, juzgando que le haría un favor, golpeó el violin para que la araña cayese
al suelo y estrujarla con el pie, como lo efectuó.
Beethoven, ciego de cólera, lanzó el violín
contra la pared, haciéndole pedazos.
E n un concierto que dio en casa del conde
de Braune, observó el íjran músico que uno de
los aristócratas concurrentes á la reunión, lejos de escuchar su música, distraíase en amena
conversación con Una dama que se sentaba á
su lado.
Rápidamente levantóse Beethoven del piano
exclamando: «No continúo, porque hombres
tan cochinos como vos n o merecen oír rni música.»
ÍDi opinión sobpe el Consepvatofio
(CONTINUACIÓN)
E s indudable que los compositores, ó profesores ó maestros del Conservatorio que carecen
de autoridad musical, la tienen y muy bien conquistada en el orden social, porque saben presentarse con sus títulos de excelencia, sus batutas de nácar y brillantes y su presencia g a llarda y altiva. Es cierto que cuando se trata de
corregir una fuga á cuatro voces propuesta
como modelo á los alumnos, pierden las gracias
conquistadas por milagro de la impecable levita, y como se encuentran con todas las galas de su notable ignorancia, resulta un desastre la corrección de la fuga y la brava gallardía personal.
. Con estos títulos, que son acreditativos de
suprema insuficiencia, presentan á alumnos libres, discípulos algunos del profesor numerario. Y merced á la competencia que supone el
ser preparado por un señor que da clase en el
Conservatorio, como quien da expresiones á la
familia, se logra la nota de sobresaliente y
premio. Pero es verdaderamente vergonzoso
y depresivo presenciar unos exámenes de solfeo, de piano, ó de solfeo y piano y lo demás.
Existe en ese Centró docente (sin ¿«j cierta
profesora que no asiste á cla.se tres veces en el
año. Esta profesora (para quien, como mujer,
guardamos los mayores respetos) no tiene ni
idea de lo qué es una corchea, ni mucho menos
de la forma en que se debe acompañar una lección de solfeo. No ingresó en el Conservatorio,
afortunadamente, por méritos, sino por recomendación de un paniaguado del ministro, profesor él, á no equivocarnos, y discreto servidor
de la pléyade de venerandos señores que continúan en aquel Centro docente {bis) su labor legendaria pedagógica. No es lamentable que la
profesora no conozca el solfeo, lo más lamentable es, que los examinandos se admiren de que
lo desconozca, y que sus discípulos dejen de
asistir á cátedra. Yo podría asegurar que en esa
cátedra no existen discípulos ni maldita la falta
que hace. ¿Se puede saber qué razón de ser ó
de no ser tiene ese cargo...? Si ninguna, debe
suprimirse, y si alguna, está demás el profesor
que lo desempeña.
Cuando á mediados de Enero, aproximadamente, hubo necesidad de colocar á otros dos
caballeros para explicar la cátedra de música
de cámara, la tal cátedra se dividió en dos secciones, con el fin de que los dos caballeros que
necesitaban atender á su subsistencia, encontraran el apetecido hueso. Parece que además
de proceder tan radicalmente, el señor ministro, desoyendo consejos y despreciando indicaciones de personas competentes, no sólo postergó á músicos de innegable competencia, que
hubieran desempeñado airosamente su cometido, sino que hasta manifestó que para ese cargo
estaban bien los elegidos. Estos elegidos son
una cosa bien... incomprensible.
U N EX .'V.LUMNO DEL CONSERVATORIO.
NOTICIAS DE TEATROS
EN EL RETIRO.-Baldar y sus muñecos continúan entusiasmando al público que durante la noche concurre
al Parque. Los Chimenti, que recientemente debutaron,
se aplauden y oyen con gusto, aunque bien sería que
cambiasen de repertorio. Las Malagueñitas se han despedido después de haber prorrogado por unos dias el
contrato, y Emilia Benito, que comienza ahora, es justo
consignar que ha logrado un éxito, y está bien de repertorio, voz y belleza.
—MARAVILLAS.—Con una sala linda, números de varietés envidiables y deliciosa temperatura, no es un milagro tener público, aunque se encuentre el teatro en la
calle de Bravo Murillo. Es nuevo el local, y nuevos los
números casi diariamente. Conque... no digamos más.
—MAGIC-PARK. - Damos cuenta del estreno de «Rayo
de luna» en otra sección de este número.
- ZARZUELA.-Continúa actuando la Compañía «Caramba». El último estreno «Las maravillosas», agradó al
público.
—BARCELONA: PARQUE.—La Compañía Granieri Mar-
chetti estrenó «Picólo Re», del maestro Kollman. La
obra agradó; aun cuando la crítica censura ej procedimiento orquestal del compositor.
Nuestro estimado colega Música da cuenta de la
Compañía que actuará en el Liceo durante la temporada de invierno. Cómo directores de orquesta figuran
Alfredo Padovani y Sabater para el repertorio italiano,
y el maestro Antonio Rivera, que se encargará de la dirección en el repertorio wagneriano.
—SAN SEBASTIÁN.—Lamote de Grignon ha dado varios conciertos en la capital donostiarra, siendo elogiada justamente su labor por la crítica.
—PORTUGAL.—La Prensa de la capital del vecino Estado, dedica calurosos elogios á la labor de nuestro
compatriota Pedro Blanco, por su acierto en la organización de conciertos de la Academia de Amadores, celebrados recientemente. Se ejecutaron, entre otras,
obras, «Los patinadores», de Liszt; «Himno á Venus»,
de D'Albert Manfredo (overtura); de Reinecke, y el «Capricho italiano», de Tschaikouski.
Imprenta Helénica. .Pasaje de la Alhambra, 3. Madrití;'
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