Mesa redonda Neurosis obsesiva Aspectos Adolfo Benjamín, teóricos y clínicos César Pelegr'ín, Andrés Rascovsky (coord.) . Benzion Wino~~rad y Sara Zusman de Arbiser A1\Dl{(:SR\SCO\'SKY (coordinador) -Ho\' continuamos con nucst 10 ciclo de mesas redondas para la Ri.v. nr: PSICO\:\L\I.ISIS. Esta vez el terna es clínico, prcponderantcmerue clínico: "neurosis obscsivu". una de aquellas neurosis que Frcud ubicó entre las de t ransfcrcncia. cnuc las analizables. Por lo tanto, el tema de la neurosis obsesiva es una buena oportunidad para hablar de los abordajes psicoanalíticos. Quedan entonces cambio de ideas, la discusión, abiertas las presentaciones que ascnturú individuales v el intcrsobre a qucl las. ¿Podrías, Sara, ser la que empiece? S,\R\ ZIS\1.\:\ DE ARlllSL!{-Dialogar (o presentar nuc-;t ra pos ur« P;,lI,\ dar pie a ese diálogo) Implica que nos replanteemos puntos tenidos por fundamentales en este tema, algunos de los cuales cnumcr.uc. evocándolos, antes de intentar su articulación. Les leo de mi ficha: doble estructura preconscicnte: mecanismos de defensa: problema del conocimiento (la pulsión de saber v las teorías sexuales infantiles}: sentimiento de culpa ~r ambivalencia; elección de objeto; cstructuru de la fantasía; hostilidad del Superyó (por deseos hostiles sofocados); constitución del Superyó: período de latencia; homosexualidad rcprimida (aspectos no resueltos del Edipo invertido); por lin. b unulida«]. la consabida analidad del neurótico obsesivo. í Precisamente la analidad será el comienzo del replanteo de que les hablaba. Primero, UIl repaso. En Tres eusavos d.: t co rl« SL'\'11ll1 cucou- 458 A. Bcniamin, C. Pclegrtn, A. Rascovsky, B. Winograd y S. Arbiser tramos conceptos como zonas erógenas y placer de órgano. Lo sexual ya no coincide con lo genital. Inclusive Freud escribe allí que el objeto de la pulsión sexual es contingente. No es posible una lectura naturalista del desarrollo humano, lo que no quiere decir que Freud describa un aparato de relojería. La apertura de las zonas erógenas, por ejemplo, la relaciona muy estrechamente con los cuidados maternos, con la limpieza del niño. (Estamos en 1905, mucho antes de sus escritos sobre el Edipo y sobre identificación.) Las pulsiones sexuales sólo secundariamente se vuelven independientes. Al comienzo se apoyan en las de autoconservación. Son diversas las zonas erógenas; diversas las fuentes de la pulsión. Diversas y anárquicas. En el adulto, en cambio, se ha producido una cierta síntesis, un cierto predominio de los órganos genitales. En Tres ensayos ... , aunque no habla de "identificación", Freud describe el fenómeno: la relación del niño con las personas que lo cuidan es para el niño una fuente inagotable de intercambios. Los adultos excitan al niño y lo satisfacen, al menos en parte. La madre atiende al niño con el sentimiento procedente de su propia historia. Lo acaricia, lo besa, lo mece. Lo quiere por lo que es y por lo que no es. A veces el niño llega a ser un verdadero sustituto de su objeto sexual. Paso ahora al momento de la primera prohibición, ya que hubo muchas primeras frustraciones o primeros desencuentros y no son hoy el tema. La primera prohibición es la de procurarse placer por medio de la actividad anal. Sería ingenuo pretender que el niño acepta sumiso esta prohibición o que la acepta de una vez para siempre. Aquí juegan los mecanismos de defensa (represión, dementido, etc.), que incluí en mi enumeración inicial de puntos a desarrollar y a integrar. La criatura confirma la existencia de un mundo externo, diferente de él, incluso hostil a él, hostil a sus impulsos. La represión del placer anal será la primera represión de sus posibilidades de placer. Lo anal pasa a constituir el símbolo de todo lo prohibido, de todo aquello que es preciso rechazar. La absoluta separación exigida más tarde entre los procesos anales y genitales estará en contradicción con las próximas analogías y rclaciones anatómicas y funcionales existentes entre ambos sectores. Freud nos dice, también en Tres ensayos de teoría sexual: Aquellos niños que utilizan la excitabilidad erágena de la zona anal lo revelan por el hecho de retardar el acto de la excreción hasta que la acumu[ación de las materias fecales produce violentas contracciones musculares, y su paso por el esfínter, una viva excitación de las mucosas. En este acto, y al lado de la sensación dolorosa, debe de aparecer una sensación de voluptuosidad. Uno de los mejores signos de futura anor- Mesa redonda: Neurosis obsesiva 459 ntalidad o nerviosidad es, en el Hiño de pecho, la negativa 11 verificar el acto de la excreción cuando se le sienta en el orinal, esto es, cuando le parece oportuno a la persona que está a su cuidado; reservándose el niño tal función para cuando a él le parece oportuno verificarla. Nat uralmeut c el niño 110 da iniportaucia a ensuciar su Cl/1Ia o SIlS vestidos, y sula tiene cuidado de que al defecar 1/0 se le escape la scnsacion de placer accesoria. Las personas que rodean a los niños sospechan también aquí la verdadera significación de ese acto, considerando COI//O 1lI1 'vicio' del niño la resistencia a defecar en el orinal. El contenido intestina! se conduce, pues, al dcsem pcñar la función de cuerpo excitante de tilla mucosa sexualmente sensible, C01110precursor de airo árgano que no entrará ell acción sino después de la il/fancia. Pero además entra/la para el inl ant il sujeto otras varias e importantes significaciones. EIIlÍ110 considera los excrementos COI//O una parte de su cuerpo, y les da la signijicacíon de 1111 'primer regalo', con el cual puede mostrar su docilidad a las personas que lo rodean o Sll negativa a complacerlas. Desde esta significación de 'regalo', pasan los excrementos a la signiiicacion de 'niño', esto es, que según una de las teorías sexuales injantiles representan 1111 /lÍ11o concebido por el acto de la alimentacion y parido por el recio. La retencián de las masas fecales intencionada, por tanto, al principio, para utilizarlas en calidad de excitación lilas turbadora de la zona anal o como U/1 medio de relación del niño, constituye además una de las raíces del estreñimiento tan corriente en los neurópatas. * Hacia el final del primer año, en el momento en que la madre trata de que las deposiciones del niño sean todas en la bacinilla, el niño vive una experiencia muy peculiar. Hasta entonces no experimentaba sino placer: sensaciones corporales (anales) y psíquicas (atención de la madre) . Este placer aparece ahora acompañado de angustia hasta la percepción de que es posible y hasta agradable impedir esta salida o al menos diferirla. Lo agradable de la sensación de dejar pasar las heces se transformará en lo desagradable de la pérdida: algo de él mismo parece abandonarlo. Se organizan las estructuras ulteriores de la angustia y en particular de la angustia de castración. El arreglo necesario para que el complejo de Edipo quede felizmente superado se ve pues predeterminado en parte por la organización de ese primer conflicto. Por otra parte, entrenar los esfínteres del niño moviliza en la madre -como antes la lactanciatendencias profundas. Eso obliga a reela* B.N. (edición de 1972), 4, pp. 1202-3. [A.E., 7, p. 169.] (N. de R.) 4(,(1 A. Benjamín, C. Pclcgrin, A. Rascovskv, B. lVil10grad y S. Arbiscr horur los rasgos definitivos de su propio carácter, .11 rccst ructurar-«: .' al afirmar lo que hasta entonces sólo era virtual. La madre transmite a su hijo su actitud profunda ante la materia [ccal y los pañales manchados, es decir, ante la suciedad. (Cuando digo "madre", me refiero no solamente a la madre figura femenina sinu también al padre en su función rnatcrnal.) Las deposiciones del recién nacido desencadenan reacciones mux diversas en la madre. Asumen distintos sentidos en función tanto de su vida pasada como de su vida actual. Es muv difícil disimular la repugnancia cuando ésta es muy intensa. Y el niño considerará buenas o malas (peligrosas) a sus deposiciones en función de la madre. Si el niñu ha establecido respecto a este punto una relación favorable con su madre, estará satisfecho por sentir materia fecal en él, por retenerla y después por regalarla. Por el contrario, si su relación es mala, se verá angustiado al sentirla en él y tenderá a ser destruido en su interior por su presencia. El placer que puede experimentar aumentad este temor, dándole la impresión de que retiene algo aterrador, que juega de esta forma con el peligro. O no se contiene en absoluto, v esto le parecerá un medio para ser agresivo con su madre v proyectar al exterior esta agresividad que ha percibido interiormente. Todos estos efectos mantienen y refuerzan angustias vinculadas al sentimiento de la omnipotencia atribuida a la madre. y al mismo tiempo enriquecen v refuerzan el vínculo erótico-anal que une al hijo cun ella. Se observa cómo las materias fecales y los diferentes componentes de las conductas de defecación de sus hijos suscitan en las madres mecauismos proyectivos que implican el cucstionamicnto de su erotismo anal v el desencadenamiento de defensas y racionalizaciones. Entendemos que esta conflictiva materna ~. su ambivalencia frente a sus propios deseos anales puede ser transmitida de inconsciente a inconsciente y percibida por el hijo aunque para la observación clircct a los medios educativos maternos no parezcan patológicos. La neurosis obsesiva plenamente desarrollada nu se presenta en los niños pequeños. No obstante, una conducta ritual v rígida (indicadora de tal estado) puede observarse ya en niños de menos de dos años. Cuando se intenta impedirla el niño se angustia o tiene rabietas. Un niño de un afio y medio se puede mostrar ansioso cuando una pizca de comida le mancha el babero: se trataría de una identificación temprana con los aspectos compulsivos restrictivos y con fijaciones anales de su medio familiar que manifiestan un interés exagerado en las funciones anales. Estas madres, además, restringen las actividades corporales de sus hijos y alientan la pasividad. El movimiento más prohibido sería el de acercarse al padre, con el que empieza el pro- Meso redonda: Neurosis obsesiva ceso de las identificaciones masculinas. Por supuesto, ello indicaría también que el padre no asume o asume dcfici tariamcntc la función paterna que podría rescatar a su hijo de la unión erótica anal con la madre. El exceso de limpieza y el lavado de manos ritual son formaciones reactivas contra los impulsos anales y constituyen una preocupación frecuente en estos niños. Estos, como el paciente obsesivo adulto, 1lL'cesitan -sobre todo en situaciones de tensiónuna descarga iumcdiata que los libre. De allí que sea frecuente la mezcla de síntomas psíquicos con síntomas psicosomáticos. Existen en ocasiones quebrantamientos de las formaciones reactivas. y un niño que había sido muy limpio puede volverse sucio e impúdico. En los casos en los que la magia atribuida a los pensamientos y los deseos es muy intensa, y la conducta ritualista se pone muy en evidencia, las defensas obsesivas encubren con frecuencia una estructura de personalidad psicótica. Las reacciones de conversión en estos niños son por lo general síntomas gastrointestinales tales como dolor de vientre, diarreas, varias formas de colitis y, en algunas ocasiones, el asrna v las alergias. Creo que es necesario puntualizado. En los niños en edad de latencia vemos a veces una mezcla de neurosis obsesiva con irrupciones episódicas de los impulsos anales. Estos niños sufren de una ansiedad crónica: el temor de que tal irrupción se produzca, provocada por el peligroso y reprimido impulso anal de carácter sexual y agresivo. Esta ansiedad entorpece la capacidad del niño para concentrarse y aprender. También padecen otras inhibiciones que obstaculizan su capacidad para expresarse y utilizar adecuadamente la agresividad. La conducta ritualista en los niños es un indicio de la utilización de mecanismos obsesivos para mitigar la angustia. Esta angustia es una consecuencia de los impulsos sexuales y agresivos reprimidos y del temor a caer en la tentación de masturbarse. Masturbación sen Iida peligrosa por causa de los impulsos destructivos y de la prohibición de la expresión abierta de la sexualidad y la agresión. Esta ansiedad puede acentuarse particularmente por la noche, cuand» el niño, a solas, queda librado a sus propios recursos. Algunos de estos niños desarrollan fobias al sueño y evitan ir a dormil'. Dicen que temen a los ladrones, o los monstruos, o lus asesinos. Como psicoanalistas sabemos qué encubren estos intrusos. En algunos casos necesitan colocar objetos según cierto orden. Recordemos el caso, descrito por Freud en una nota al pie de "Nuevas ohservaciones acerca de las neuropsicosis de defensa". de un mue hucho de 462 A. Benjamín, C. Pelegrut, A. Rascovsl:v, B. Winograd y S. Arbiscr once años que había introducido un ceremonial obsesivo a la hora de acostarse. Ceremonial dirigido a su madre. Se trataba, entre otras cosas, de contarle en detalle los pequeños hechos del día. Esas palabras tan exactas se aferraban desesperadamente a todo un contexto real que sólo adquiría importancia por el hecho de que ocupaba el puesto de lo que el niño deseaba confesar pero que no se atrevía a dejar oír: el acoso sexual de la sirvienta y las seducciones de que lo hacía objeto. Aunque la observación realizada por Freud es breve, podemos ver cómo se transforma en lo que cabría llamar un discurso sintomático. La descripción de Freud es ésta: "No se dormía hasta 110 haberle contado a Sll madre, presente, con los mínimos pormenores, todas las vivencias del día; sobre la alfombra del dormitorio 110 debía haber por la noche ni lIII papelito y ninguna otra clase de basura, la cama tenía que arrimarse por completo a la pared, debía haber tres sillas delante de ella)' disponerse las almohadas de tilla manera precisa. Y él mismo, antes de dormirse, tenía que entrechocar sus pie mas cierto número de veces y luego ponerse de costado." * De modo que el síntoma viene a ocupar el puesto de una palabra que falta. El niño introduce en el diálogo su posición respecto del deseo materno -limpieza del piso-, porque este deseo no tiene importancia, no es eso lo que está en juego. Ni uno ni otro, o sea, ni el niño ni su madre quieren o pueden acercarse a lo que está en juego. El síntoma se presenta como máscara o palabra cifrada. Es un buen ejemplo también de que el síntoma de un niño nunca es ajeno al síntoma de un adulto. Vemos el síntoma acompañado por la palabra engañadora. ¿ Por qué trata ese niño de darle a la madre una palabra falsa? ¿Acaso se trata de una expresión de lo que ella desea? ¿ Habrá alguna relación entre la historia de seducción que el niño arde de ganas de contar y el deseo incestuoso madre-hijo? Lo cierto es que carece de palabras para expresar lo que siente/piensa. En lugar de lo que tiene que decir, sólo encuentra el síntoma. Ese síntoma está dirigido a la madre, es decir que atañe a su posición personal frente a cierto conocimiento del sexo. El niño siente confusamente que no tiene derecho a comunicar a la madre cierto conocimiento del que ella nada quiere escuchar. Su disfraz-síntoma es la expresión de un lenguaje codificado creado pensando en el interlocutor. " A.E., 3, p. 173n. [B.N., 1, p. 291n.] (N. de R.) 463 M esa redonda.' N eurosis obsesiva A. RASCO\iSKY -Escuchemos ahora a Adolfo Benjamín. ADOI.roBENJAMÍN -Yo podría decir, para comenzar, cuál es mi interés en estos momentos alrededor de este tema para el que hemos sido convocados. Sería el siguiente: Hay toda una serie de hechos, hay toda una serie de descripciones, hay configuraciones sobre la neurosis obsesiva. Sobre ese invento de Freud ... Sí, es un invento de Freud: antes de él no estaba configurado. Mi idea es que, aunque Freud comenzó con la histeria, mento de su obra llega a decir que las neurosis obsesivas camino de acceso al inconsciente, mejor que la histeria nosis. Y que el psicoanálisis les puede estar mucho más las neurosis obsesivas que a las demás neurosis. en algún moson el mejor y que la hipagradecido a A esta altura de la evolución de mi pensamiento considero que una rígida clasificación psicopatológica desde el punto de vista psicoanalítico podría ser una perturbación para el entendimiento. Sin embargo, tiene su valor en el nivel de que se trate. Por ejemplo, nadie puede dejar de pensar en la histeria cuando se nomina neurosis obsesiva. Parece que formaran una pareja. Si forman una pareja, casi podríamos decir: forman la pareja metapsicológica: neurosis obsesiva-representación; histeria-afecto. Por lo tanto, forman las dos partes de un todo. ¿No dijo Freud que en el fondo de toda neurosis obsesiva hay una histeria? Me gustaría que discutiéramos acerca de si la psicopatología no crea rótulos que más bien tienden a oscurecer la estructura de que se trata, aun cuando en determinado momento pudo llegar a ser un fin para el mismo Freud. Es pura máscara, incluso aquello que se conceptual iza como más importante de lo que se llamaría características de la neurosis obsesiva, incluso del carácter anal, cuando se nomina la avaricia o la economicidad. En un punto del historial del "Hombre de los lobos", Freud dice que la avaricia es pura máscara para esconder la pasión homosexual por el padre. Otro tema que me interesa parte de "Nuevas aportaciones a las neuropsicosis de defensa", el artículo de 1896. (Sarita ya puntualizó algo acerca de las defensas.) Me parece que tiene una investigación semiológica de primer orden -lamentablemente un poco elíptica-, insuperable hasta el día de hoy. Conserva todo su valor pOlOel escaso contenido ideológico que posee. Es la organización de un gran observador, donde hay cosas sorprendentes. Sorprendentes digo para lo que uno puede tener como primer encuentro con un paciente. Por ejemplo, cuando conceptual iza las defensas secundarias, Freud habla de ellas como medidas preventivas contra los afectos obsesivos, -164 A. Benjaniin, C. Pelcgrin, A. Rascovskv, B. ~l/illogrCld y S. Arbiser e instituye medidas de penitencia, medidas de preservación, miedo a dclatarsc y la última (eso me llamó mucho la atención hace muchos años, en mis primeros contactos con el texto) son medidas de aturdimiento. Y -dice claramente-e- dipsomanía. Lo recuerdo porque por lo menos en Buenos Aires era corriente declarar incurable al toxicómano, etc. Pero ahora aquí ya Freud nos dice: si estamos frente a un dipsómano, ¡ojo!, puede ser una medida preventiva como manifestación de la defensa secundaria contra representaciones obsesivas. Por lo tanto yo esto lo valoro y me parece muy importante desarrollar, para una semiología -quien esté interesado en una semiología-, una particular forma de presentación psicológica, que Frcud aporta en 1896. Las otras obras que valoro para el estudio de la neurosis obsesiva son los historiales clínicos, los dos famosos historiales clínicos, y "Carácter y erotismo anal" (1908) por una razón que vaya decir ahora. Esto ya ha sido dicho en muchos lados en relación a otros temas. Pero se nota algo así como un síntoma entre el texto teórico de Freud y los historiales clínicos. Quizás hayan notado que muchas de las cosas más importantes Freud las escribe al pie de página. Y muchas -;1 mi modo de ver, más importanteslas ubica en los ejemplos clínicos. Por ejemplo, en "Carácter y erotismo anal" hay un ejemplo, breve, en el que muestra qué entiende él por analidad, cuestión que Sarita enfatizó en su exposición. Está aquí en la página 155, del tomo IX de Amorrortu ", Después de decir todo lo que nosotros sabemos sobre carácter y erotismo anal, Freud, en el pie de página, intercala el ejemplo de un paciente. Y dice: VI/a observación que daba uii paciente de gran inteligencia: UIl COlIOcido que ha leído su ensayo sobre teoría sexual, comenta el libro y lo acepta en todas sus partes. Sólo un pasaje de él -atll1qlle desde luego entiende v aplaude Sl/ contenido-s- le resultó tan gro/esto y cómico que hubo de sentarse y se rio durante un buen cuarto de hora. El pasaje en cuestión [que Sarita nos leyó antes] dice: 1lI1O de los mejores signos anticipatorios de rareza o nerviosidad posteriores es que ///1 lactante se rehúse obstinadamente a vaciar el intestino CU(/I/do lo ponen e11 la bucinilla; vale decir, cumulo la persona encargada de Sil crian:a lo desea, reservándose esta [uncion para cuando lo desea Ji mismo, o sea el lactante. Lo que le interesa desde luego no es ensuciar su cuna, sólo procura que no se le escape la ganancia colateral de placer que puede conseguir con la deiecacion. ~ En I3.N. (edición de 1972) es tomo 4, p. 1355. (N. de R.) Mesa redonda: Neurosis obsesiva 465 Lo que le provocaba tanta hilaridad era la imagen de ese lactante: sentado en la bacinilla, que reflexiona si debe consentir esa limitacion a la libertad de su albedrío personal, y además se preocupa de que 110 se le escape la ganancia de placer de la deiecacion. Unos 20 minutos después ... (De paso, [qué valor enorme tienen clínicamente los períodos de tiempo! En una paciente histérica indican que ahí está trabajando la represión. En un neurótico obsesivo, indican que ahí está operando un aislamiento, que está desconectando la causa del efecto). Unos 20 minutos después, a la hora de merendar, mi conocido me espeta repentina e inopidamente: escúcltame, justamente ahora viendo ante mí el cacao, se me ocurre una idea que siempre tenía de niño, imaginaba que era el fabricante de cacao, Van Hauten, y poseía un gran secreto para su preparación; toda la gente se empeñaba e11 arrancarme ese secreto de resonante éxito mundial que yo mantenía celosamente. No sé por qué había dado en Van Hallten, probablemente Sl/S avisos publicitarios eran los que más me impresionaban. Alzara contesta el que trae el ejemplo: riendo y eH verdad sin que me llevara un propósito más Izando yo apunté: (Vanhauscn¡ y (Mlltter), cuánto te cascaba tu madre. Sólo un rato después discerní que -de heclzo- mi chiste en una palabra contenta la clave de aquel recuerdo infantil íntegro, aflorando de una manera repentina que entonces concebi como un brillante ejemplo de fantasía encubridora, conservando el elemento fáctico genuino -proceso de la nutricióny sobre la base de asociaciones fonéticas: cacao - (Vanhausen}, la fantasía de mi amigo calmaba la conciencia de culpa mediante una como pleta subversion de los valores en el contenido mnémico". Este ejemplo clínico puede servirnos para plantearnos varias situaciones. Por un lado, la importancia del equívoco de la palabra para lograr una conexión que permita restablecer una serie de enlaces lógicos y entender el fenómeno de que se trata. Pero es interesante cuando se habla acá del lactante en la bacinilla. Nosotros también estaríamos tentados por lo menos a cierta risa. Porque Freud dice: "cuando la persona encargada de su crianza lo desea", y "cuando el niño lo desea". Por lo tanto podemos plantearnos si lo que primordialmente está en juego en la analidad depende de la Naturaleza, de una evolución que o marcha sin tropiezos o es perturbada, o si se trata de un encuentro o una lucha de deseos. CÉSARPEI.EGRfN-Primero haré un poco de historia. Hacia fines del siglo pasado, la neurosis obsesiva como tal no existía. Es un descubrimiento de Freud. Aún no habían aparecido ni el término ni la entidad. Krafft-Ebing había descrito un síntoma dentro de la neurosis 466 A. Beniamin, C. Pelegrin, A. Rascovskv, B. Wil10grad .v S. Arbiser neurasténica, al que llamó representaciones obsesivas. La neurosis neurasténica tenía varios nombres por esa época: para los alemanes era neurosis anancástica; para los franceses, psicastenia, y para los ingleses, neurastenia. Dentro de esta entidad, Freud empieza a tratar de comprender un síntoma de la neurastenia, en tanto mecanismo psíquico. En "Obsesiones y fobias: su etiología y su mecanismo psíquico" (1895), Freud define a la obsesión como neurosis obsesiva por primera vez, como una entidad nosológica: una psiconeurosis. En "Los actos obsesivos y las prácticas religiosas", en 1908, y después en 1917 en Introducción al psicoanálisis, da una descripción fenomenológica que quedó como clásica. Incompleta en 1908 y completa en el '17. Que dice que la neurosis obsesiva es una neurosis que tiene tres tipos de síntomas: representaciones obsesivas, compulsiones -es decir, ciertos mandatos a hacer cosasy rituales. La presencia de cualquiera de los tres basta para llegar al diagnóstico. Y la falta de estos síntomas impide hacer un diagnóstico de neurosis obsesiva. Además están los problemas de carácter conexo, etc. Pero creo que tenemos que recordar esa sintomatología o bien aclarar que se trata de otra conceptualización. Porque, por ejemplo, la escuela kleiniana habla de neurosis obsesiva pero los casos clínicos no traen ninguno de los tres síntomas de la neurosis obsesiva descrita por Freud. Presentan, sí, estereotipias, que no necesariamente pueden ser consideradas equivalentes a rituales. Es decir, la escuela inglesa amplía el concepto clínico de la neurosis obsesiva de Freud, e incluye cuadros en los cuales hay niños muy pequeños que tienen neurosis obsesiva sin ninguno de los tres síntomas en que Freud basaba el diagnóstico. Yo creo que es interesante considerar que son dos momentos, dos escuelas, que hablan de dos fenómenos distintos y los llaman con el mismo nombre. Dado que Freud fue el autor de este descubrimiento, yo preferiría darle la prioridad y seguir conservando su definición fenomenológica: que el hecho concreto, observable, al que podemos llamar neurosis obsesiva es el que Freud describió. Freud también dijo que ese fenómeno, tal como él lo entendía, aparecía solamente en niños mayores de 7 años, en general prepúberes, pero no antes. La relación (cuantitativa y cualitativa) entre neurosis obsesiva y analidad creo que es otro de los grandes temas para discutir. Para la escuela kleiniana, analidad y obsesividad no son diferenciables, pueden ser consideradas como un mismo fenómeno. Desde Freud, habría cier- M esa redonda.' N cu rosis obsesiva 4ó7 ta diferencia, aunque los dos fenómenos estén muy relacionados. Si bien en la neurosis obsesiva clásica -la descrita por Freud- está presente una regresión anal, en Inhibicion, sintonia y angustia define más bien la obscsividad a través de los mecanismos de defensa: la disociación entre ideas y afecto, el aislamiento y la anulación. Todos estos mecanismos tienen en común que el Yo -cuando ha fracasado en reprimirmaneja el impulso para impedirle que llegue al ob jeto. ¿ Y cómo? Básicamente a través de fenómenos de pensamiento, de pensamiento verbal. Para Frcud, el establecimiento de una neurosis obsesiva requiere un desarrollo considerable del pensamiento verbal. Por ejemplo, las compulsiones -uno de los tres síntomas básicosson mandatos. El acto motor es secundario a un cierto mandato verbal que está siempre detrás de cada mandato. El ritual realizado por el obsesivo no es comprensible a menos que lo traduzcamos a las palabras de las que es sustituto. Antes de que se establezcan los rituales, hay una serie de palabras que después serán representadas por ellos. Pero éstos, para ser comprendidos, deben ser retrotraídos hasta las palabras que les dieron origen. Entonces, otra cosa -a mi manera de ver- importante en las neurosis obsesivas es lo que Freud ya decía en una carta a Fliess: que la sintornatología obsesiva siempre irrumpe a través del pensamiento verbal. Es cierto que -en la neurosis clásica descrita por Freudestán presentes impulsos anales. Pero lo más específico es cierta forma de estructuración del pensamiento. A. RASCOVSKY -Ahora escuchemos a Bcnzion Winograd. B. WINOCRAD -Voy a referirme quizás a otro plano del problema. En primer lugar, trataré de definir algunas cosas desde la perspectiva clínica de la neurosis obsesiva. Después trataré de delimitar un poco los campos de reflexión. Me formularé en voz alta algunas preguntas, se las formularé a ustedes, para que las pensemos juntos. No por cortesía ni por retórica sino sencillamente porque no tengo las respuestas totales y absolutas. El primer punto de reflexión es cuál es el status actual, la problemát ica clínica actual, de la neurosis obsesiva, aunque naturalmente eso dependerá de la persona que analice el problema, de sus esquemas referenciales, de su propia experiencia. Pero creo que uno podría preguntarse si el tema es hoy el mismo que en 1909 y 1917, cuando Freud publicó los grandes historiales vinculados con esta problemática. Algunos sostienen que en la actualidad no hay personas que tengan el mismo tipo de padecimientos que el "Hombre de las ratas". Angel Garrna ya nos lo planteó hace muchos años. 468 A. Bcniamin, C. Pclegrin, A. Rascovsk:y, B. Willo~rad y S. Arbiser Entonces, cabe una primera diferenciación, una diferenciación clínica que trataré con grandes rasgos en tres planos, intentando evitar tanto los problemas psicopatológicos como las reflexiones mctapsicológicas demasiado ampulosas. Me pregunto si tiene sentido hablar en nuestra época de neurosis obsesiva enfermedad. Parece más provechoso plantear tres niveles de análisis: neurosis obsesiva estructura (no en términos de talo cual escuela o esquema referencial sino como sistema con toda una serie de relaciones interiores entre sí). Este sistema ha sido definido por el psicoanálisis de distintas maneras, v hablaríamos de estructura obsesiva. Otro nivel de análisis -el segundoes el de la relación entre la neurosis sintomática -o los cuadros sintomáticosy los cuadros de carácter. Y el tercero es el modo de la estructura. Cuando hablamos de estructura obsesiva en el plano clínico, ¿ estamos hablando de una estructura de superficie, o lo que pudiéramos llamar una superestructura, una forma de presentación de determinados problemas, o estamos hablando de una estructura de fondo, de una estructura dominante en una personalidad? Porque, por ejemplo, hay toda una tradición en psiquiatría dinámica -Bichovsky y otrossegún la cual la neurosis obsesiva sería una estructura de contención de fenómenos psicóticos. Todos recordamos el famoso párrafo de "Introducción al narcisismo" en que Freud, en una visión global de la personalidad, diferencia entre los fenómenos psicóticos y los que corresponden a la serie neurótica. Allí hablaba de la combinación mas paranoicos. entre neurosis obsesiva y ciertos sínto- Clínicamente y en un nivel de campo macroscopico, valdría la pena preguntarse si es operativo hablar hoy de estructura y no de neurosis típica a la manera an terior. ¿ Hay una estructura obsesiva? ¿ Esa estructura es dominante? ¿ Está funcionando en niveles sintomáticos (es decir, en distonía con el resto de la personalidad) ? ¿ O funciona en niveles de carácter con distintas gradaciones (es decir, sintónicamente con el resto de la persona) ? y en mi opinión habría que preguntarse si lo que llamamos obsesivo es nada más que una forma detrás de la cual se esconde un fenómeno de dcscstructuración, o si es una estructura dominante. (Creo que es importante pensarlo desde nuestras respectivas experiencias clínicas.) De estas preguntas dependerán, hasta cierto punto, los múltiples mat ices del abordaje de la neurosis obsesiva, entendida como estructura. Mesa redil/fria: Neurosis obsesiva y si "amos a hablar de problemáticas actuales, podríamos pensar en la influencia cultural sobre este tipo de estructura, y cómo incide en la situación clínica, algo sobre lo que volveré después, si ustedes quieren. Diré por ahora que, más allá de la nocion de analidad y de su status (de los que no me ocuparé}, entre los psicoanalistas hay cierto consenso en que la neurosis obsesiva tiene que ver con la patología de la culturalización. Desde" Actos obsesivos v prácticas religiosas" hasta "La disposición a la neurosis obsesiva", toda la serie de artículos de Frcud, en esa relación entre el ceremonial y los conjuntos de síntomas obsesivos está la idea de que el control de esfínteres es una imposición, una imposición cultural, la primera sobre el individuo. Este podía aceptarla o rechazarla a diferencia del nacimiento o del destete. Referirnos a las normas culturales a propósito de la problemática clínica de la neurosis obsesiva sigue siendo válido, a pesar de que los pat t crns hayan variado desde la época de Frcud. Es una problemática CITO muy particular estructuras que se están planteando. del terapeuta frente a las Otro problema que me parece más relevante todavía fue tratado en el Congreso de Arnstcrdarn de 1965, y las conclusiones a que entonces se llegó me parecen todavía actuales: ¿qué pasa con el abordaje de estos pacientes? (Estoy hablando de estructuras obsesivas dominantes v problemas de carácter y no de la obsesión como cobertura de los fenómenos psicóticos.) ¿Qué pasa con esos pacientes cuyos rcriómenos sintomáticos interfieren tanto con alguna de las reglas básicas del psicoanálisis? Anna Freud se preguntaba cómo se puede pedir a estos pacientes asociación libre cuando la dificultad estriba precisamcn te en que sus asociaciones están regladas por la obediencia a las normas. Yo no vov a sintetizar todas las polémicas que hubo con Nacht al respecto. En cambio, mencionaré un planteo suyo, aunque no comparta las soluciones de Nacht. El sugería romper con todos los "formalismos" del encuadre psicoanalítico para contrarrestar la gran rigidez formal de este tipo de pacientes. Sabemos ya, desde Bleger, cuánto fue cuestionada, y creo que con razón, esta solución en nuestro medio. Pero de todos 1I10dos el problema de la rigidez del paciente sigue en pie. Estas personas tienen un exceso de obediencia a todo lo que tiene que ver con la formalidad, llámese control csfinteriano. o pat tcrns culturales, o actitud anti-instintiva, o predominio de las estructuras supcryoicas (como postuló Freud en "La disposición a la neurosis obsesiva") _Uno podría pensar que estas personas toman la estructura '¡¡O /1. Bcu janriu, C. Pclcgriu, A. Ra')CU1',k,\', /J. Wi/lograd y S. Arbiscr formal del psicoanálisis v de muchos aspectos de la vida como un fin y no como un medio. Yeso plantea una seria dificultad a la teoría de la técnica. En mi impresión, el diagnóstico de Nacht no fue desacertado. y si uno no encontrara el modo de que este tipo de pacientes acceda a ciertas liberaciones afectivas, uno podría transformar el psicoanálisis en una prolongación de la obediencia, de la intclectualización y del aprcndizaje como modelo clínico de funcionamiento. Cabe aquí la pregunta que nos hacemos en algunos grupos que trabaiamos en psicoanálisis acerca de la teoría de la técnica sostenida por Frcud. En principio, concuerdo con Adolfo en que algunas cosas habría que buscarlas en los historiales más que en los textos específicos escritos por Freud sobre abordaje. En la teoría de la técnica freudiana hay un cierto déficit, que es no contemplar los matices psicopatológicos de cada cuadro v su incidencia en la teoría de la técnica. En el caso particular de la estructura obsesiva, creo que todas las reglas de la teoría de la técnica no han contemplado algo que Freud va planteó en sus primeros escritos psicopatológicos. Y me refiero tanto a las reglas de encuadre como la de los contenidos del campo clínico: transferencia, contratransfercncia, resistencia, regresión, v al instrumento del psicoanálisis, que es la interpretación, y a las teorías del cambio ("hacer consciente lo inconsciente") y muchas otras. No han contemplado que el paciente obsesivo tenía una problemática con el bloqueo del afecto. Llámese aislamiento, o formación reactiva, o anulación, era un paciente -lo decía Adolfo- que tenía mucha consciencia de sus contenidos idcativos, pero la represión actuaba sobre el enlace con el afecto. Yo creo que nunca ha dejado de ser así, incluso en las problemáticas obsesivas que observamos hov. ¿ Cómo conseguiremos recuperar ese afecto, que está bloqueado? Creo que es un problema central de la praxis psicoanalítica en la neurosis obsesiva. Y creo que hay que e111pezar a pensar que todos los parámetros de la teoría de la técnica tendrían que tener en cuenta este problema psicopatológico, acertadamente diagnosticado -insistopor Nacht. Quiero volver a expresar en esta mesa ideas que trabajo desde hace un tiempo. He tenido algunos pacientes obsesivos con buenos "logros" analíticos como para no compartir cierto pesimismo que parece inferirse de algunas conclusiones del Congreso de Amsterdam, donde se discutió bastante exhaustivamente la neurosis obsesiva, incluso la relación que había entre síntomas obsesivos y Fóbicos en el Caso Frankie ... Me parece que la neurosis obsesiva es uno de los campos más interesantes, Mesa redonda: Neurosis donde la creatividad ción analítica. obsesiva del terapeuta ·17/ puede traer cambios en la situa- "Creatividad" no es en este caso una palabra altisonante u una expresión de deseos. El terapeuta tiene que cuidar no solamente el contenido de las interpretaciones, no solamente conscientizar la problematica edípica de la analidad -conscientización que es fundamentalsino la forma de las interpretaciones a 10 largo de todo el proceso terapéutico. "Forma" nu implica solamente el tono de las interpretaciones sino también la actitud y el clima de las interpretaciones y el manejo de la contratransferencia. Implica sobre tudo tomar en cuenta un punto que señaló mucho Liberrnan entre nosotros: el paciente obsesivo repite en el campo clínico ciertos códigos internalizados en sus vínculos familiares. El paciente obsesivo impresiona corno una persona que, cun variantes v matices, ha tenidu tipos de padres -no sé si Sarita señalaba algu al respecto-, padres que siempre acentuaban el logro del objetivo en detrimento del placer del esfuerzo empleado en conseguirlo. Padres que -como dice Andre Green en su trabajo sobre metapsicologíaponían el acento en el "hacé", Green 10 dice en relación a la problemática anal, en el "hacé caca", etc. Pero si pensamos en parámetros más macroscópicos, más generales, el "hacé" no remite sólo al mumento del control esfinteriano sino a todo un códigu de funcionamiento familiar que observamos cuando tratamos de rearmar las historias de los pacientes obsesivos. Es precisamente en el campo clínico donde se juega la posibilidad de rever, de revisar y de transformar esa situación. Y una de las experiencia" más interesantes es descubrir el placer del análisis, que no se confunde ni con la palmo terapia ni con la descarga directa de impulsos libidinales. Placer del descubrimiento, aunque no tenga una traducción inmediata en la conducta. Creo que los pacientes obsesivos necesitan que el terapeuta los ayude a decodificar en el sentido de proceso terapéutico. Eso lo señalaba Liberrnan en el libro COI11WÚCaciÓIl el! terapéutica psicoanalitica. precioso instrumento para nuestra práctica clínica. El terapeuta les ayuda a descubrir que 10 que se les da no es una norma, que no siempre es necesario que las frases terminen, que uno puede interpretar en el medio si captó algo. Y que ese captar -tanto de ellos como del terapeutaes construir un camino. A. RASCOVSKY -Hemos escuchado exposiciones diversas y ricas, que brindan un panorama exhaustivo del problema de la neurosis obsesiva, tanto desde cierta perspectiva metapsicológica, desde la problemática de las fijaciones iniciales, del privilegio de ciertas zonas erógenas y 472 A. Beniamin, C. Pelegrin, A. Rascovskv, B. Wil10gmd y S. Arbisér pulsionales, así como del abordaje del paciente. Han hecho consideraciones clínicas y demarcado la importancia de la definición y de la distinción entre la fenomenología y la estructura ... Si bien quizá todavía podríamos trabajar el tema de la estructura :v la organización interna del fenómeno obsesivo. Les solicitaré que -para rio demarcado por cada de su presentación o los cipantes que contradigan continuarretomen libremente, del territouno, los puntos que consideren importantes puntos de la presentación de los otros part io refirmen aquéllos. A. BENJAMÍN -No por coincidir ni por privilegiar lo suyo comenzaría por lo de Winograd. Tampoco porque siendo el último que habló tenga más presentes sus ideas. Creo, en cambio, que al contestarle dialogaré con todos ustedes y también conmigo mismo. Empezó planteando una situación que siempre ha preocupado: el ayer y hoy de las neurosis obsesivas. Parecería ser un tema simple pero es de una alta complejidad. ¿ Cómo negar la influencia de los factores culturales en la formalización (o sea en aquello que le da forma) a una neurosis? Pero yo, con "estructura", me refiero a aquello que se descubre en el análisis. La estructura -parafraseando al Principitoes invisible a los ojos. Si nos encontramos de lleno en el método analítico, en el camino analítico, más bien nos encontramos con la particularidad de una determinada historia. Por lo tanto, si bien estoy de acuerdo en lo que Pelegrín nos ha recordado (que la neurosis obsesiva fue descubierta por Freud) creo que a partir de allí es legítimo plantearnos nuestra propia visión del asunto. Todo esto es muy útil pero sin olvidar la particularidad nos consulta y por lo tanto, su analizabilidad. del sujeto que Un modo, entonces, de abordar al tema de hoyes -valga la coincidencia- a través del problema del abordaje, el problema del por dónde entrar. Pregunta que desde la histeria tiene un contenido y desde la neurosis obsesiva otro. El paciente trae un discurso, el suyo. En este discurso nosotros tomamos para interpretar lo que podemos llamar formaciones del inconsciente: lapsus, sueños, chistes. transferencia. Pero no esperemos establecer con el neurótico obsesivo una discusión lógica porque siempre se nos escapará. Son hiperlógicoso Plantean un discurso sin fisuras ... sin fisuras aparentes. Por lo tanto, la escucha más bien debe atenerse (no digo "estar atento", porque eso iría en contra de la asociación libre) a determinadas fracturas del discurso que nos pueden llevar a lo inconsciente. "esa redonda: Neurosis oliscsiva ·fll Estos pacientes pueden decir rápidamente. sin que el analista se (k cuenta, frases como "Era de noche y sin embargo 1I0d.¡", que si las examinarnos detenidamente nos dejan ver una Iracturn. Quiero compartir un pequeño fragmento del historial de un paciente. un típico neurótico obsesivo. El fragmento pertenece a j.ma epoca en que al paciente le preocupaba su avaricia. Dice en una sesión que ante ciertos gastos de dinero él tenía la sensación de tomar una parte v tirar la cadena. Uno podía pensar en la defecación ", etc., y relacionar dinero con heces. Pero le pregunté también si tirar la cadena no podi;\ referirse a un ansia de liberación. Lo negó rotundamente. "No, no. Yo he hecho mi fortuna gracIas a los cuidados que tuve, y usted no sabe, doctor, cómo sufro cuando tengo que meter la mano en la lata". Entonces yo intervengo para decir que habitualmente "meter la mano en la lata" implica adueñarse de dinero ajeno y le pregunto si él está de acuerdo en esa expresión. El paciente, después de un rato, me dice que sí, que la había empleado para expresarse de alguna manera. De modo que podemos entender que la lata es el recipiente intestinal, etc. Pero también, .v es lo que prefiero entender, que el paciente me estaba diciendo que su [ortunn era en realidad de otro, no era 511 fortuna. El tenía un patrón. El era un simple tesorero, un administ rador dcl dinero, pero no podía disponer por cuenta propia. Por lo tanto, aqucJ10 que llamaba avaricia aparecía, desde esta perspectiva, como un disfraz. Me gustaría discutir este ejemplo clínico, porque a partir de aquí se abrió un panorama distinto en el análisis. Veamos el aburrimiento. Se ha descrito clásicamente el aburrimiento que produce el obsesivo. Aburrimiento, ante todo, porque el analista se coloca en espejo con su paciente ... Este es un tema que empalma con el problema que planteó Benzion. Paso ahora a la cuestión del ritual y la influencia cultural. Nadie nic¡!a la influencia cultural, la culturalización, pero vuelvo otra vez a la particularidad del sujeto en análisis. Y si algo sabemos dcl ritual obsesivo, es que es secreto, totalmente secreto. No solamente es secreto sino que en algunos momentos llega a hacerse -como se aborda desde una perspectiva de la escuela del Yo- egosintónico. Desde otra perspectiva, podríamos decir que llega un momento qUL' aquello que el sujeto llama Yo engloba a esto que nosotros llamaríamos -desde una perspectiva que corre el riesgo de ser ideológica-esíntoma, considerando como extraño algo que el sujeto siente corno propio. ;, Rclcrcucin a las dt.'sc:lJ'sas de agua de los inodoros :lIIliguos (N. de R.I. 474 A. Bcnianiin, C. Pclcgrin, A. Rascovsky, B. Wil10grad y S. Arbiser Este paciente, cierta vez, vino a sesión muy enojado contra un hotel. Tardé un tiempo en enterarme del porqué. Como otros obsesivos, hablaba de un modo muy difuso. En resumidas cuentas, lo había enojado el baño. Gran asombro para mí, porque se trataba de un gran hotel. Penosamente pudimos llegar a que ese baño no tenía bidet. Le pregunté: "¿Usted para qué quiere el bidet?" Me contestó enojado: "¿Y usted cómo caraja se limpia el culo?" El sujeto se encontró de pronto con que lo obvio no era tan obvio, que lo que él consideraba imprescindible quizá no lo era para otro. De repente, entonces, algo que era muv propio se le convirtió en ajeno. Este ajeno es lo que permitió considerarlo como síntoma. No porque el analista ideológicamente considere que sea un síntoma que un hombre utilice el bidet, sino la sensación de enojo que encubría la angustia que le producía no encontrar en determinado lugar este adminículo para su ritual. El ritual, al ser secreto v privado. adquiere para cada sujeto una particularidad tal que resulta muy difícil crear una serie de universales como hace la psicopatología. B. WINOGRAD -Creo que hav aquí muchas posturas, posturas que no podemos reseñar porque sería demasiado complicado, v entonces la salida parece ser que cada uno trate de categorizar sus propios conceptos. Adolfo tocó algunas cosas que también a mí me gustaría puntualizar en mi exposición, en torno de la cultura (que también trató César) , de la ideologización del síntoma y del discurso del obsesivo. Cuando hablamos de la importancia cultural. no se debería confundir con factores externos ni a la situación clínica ni a la dramática personal de los pacientes obsesivos. Se trata, en cambio, de distintos pasos v de distintos niveles que abordamos como psicoanalistas. La cultura familiar. que en estos pacientes se impregna con reglas que quedan registradas en su conducta y en su problemática conflictiva consciente-inconsciente, implica la cultura exterior al sujeto. pero también la interior, todos los patrones supervoicos que funcionan en el sujeto, y que hacen que sea una persona muv adaptada en determinados medios, vesta adaptación juega en el campo clínico, porque aparece como ventaja de la puntualidad compulsiva, del control v de una serie de otros fenómenos. La culturalización precoz que Freud describía diciendo que en estas personas se combinaba un gran desarrollo cultural con una defusión instintiva muy marcada ("La disposición ... ", "Carácter y erotismo anal", etc.) sigue teniendo vigencia aunque en este momento la sociedad pueda no tener exactamente los patterns culturales de la Viena Mesa redonda: Neurosis oliscsiva 475 victoriana. Y creo que es importante descubrir en el análisis cuáles son las identificaciones cun esas culturas Iamiliares v de la historia del sujeto para también conscientizarlas y tratar de encontrar caminos distintos en esa nueva cultura que se arma en la relación terapéutica. Y las posibles imposiciones, sometimiento y aprendizaje compulsivo que se pueden dar en ella. Un segundo problema es el problema del discurso. Aquí surgen muchas lecturas posibles que no se trata de unir ahora. Pero en cuanto a mí, ante un paciente obsesivo, tengo la noción de material, v jerarquizo en el material no solamente el texto verbal, sinu toda la fonuIogía, todas las situaciones extraverbalcs y la producción corporal del paciente. Entonces me parece que el paciente obsesivo, el vcro obsesivo -y quizás en esto podamos coincidir-, tiene centrada su tarea en la situación clínica en la obediencia formal a las leves del relato. Es decir, al comienzo, al desarrollo, al fin, a la no interrupción, de. Entonces la regla del juego de la asociación acrítica que le da el terapeuta no puede ser tomada ni ajustarse a ella porque su situación interna no lo permite. No es que él no quiera sino que no puede. Para él lu importante es la estructura del relato ... A. RASCO\SKY -(Cómo cntendés estructural o más metapsicológico, esta obediencia? (Cumo Icnórncno para hacer un abordaje ... ? B. WINOCRAI) -La obediencia está explicada por la teoría psicoanalitica. Porque si uno traslada -esto,! hablando de la psicopatología clásica- el problema de la analidad, el problema de la anti-inst intividad. el problema de la suciedad o de la limpieza, todos los conflictos que va Fcnichcl describe, si los traslada a la relación del sujeto con su formulación del material (o, si quieren, con su discurso) entonces uno puede pensar que en estos pacientes la lógica formal (es decir, el Supcrvó precoz) no obedece a la lógica de las emociones, que es la que se le propone a través de la asociación acrítica. Digo "asociación acrítica" para no llamarla "libre" porque justamente en estos pacientes no es para nada libre. Sin embargo, la regla de Frcud sigue jugando. Freud decía en "Lo inconsciente" v en "La represión" que de algún modo el salir del lenguaje convencional -lu que los franceses llaman la representación final- v plantear un relato acrítico pcrrni tía que ciertas formaciones preconscicntes que de algún modo tenían ramificaciones de los conflictos inconscientes se mostraran más en la situación. Creo que en ese sentido el obsesivo no es una excepción, A través de la obediencia, justamente a través del enojo cuando uno lu interrumpe, .J7() ..1. Benjamín, C. l'clegrin, A. Rascovskv, B. Irino,r..:rad y S. Arhiscr mostrando cuál es su conflicto Iundamcntal. Para él la situación analítica es una situación en la cual hav que obedecer, pero hay que obedecer a esa regla. cstú -Han presentado ustedes dos perspectivas. Bcnzion en/atizó un poco el tema del Supcrvó precoz. La otra linea ... En fin, va que planteamos el tema del Supervó o de la obediencia a las leves paternas, quisiera que dijeran cómo juega en este sentido la dificultad ... 1\. R.\SCO\ SK y B. WI:\(X;J{.\i) -A mí me interesa enfocar el campo clínico. El Supcrvo es un modelo explicativo, el control csf intcriano precoz es otro modelo, la culturalización es otro modelo explicativo. Pero si yo quiero crear un diálogo desde la situación clínica, trato de encontrar ciertos parámetros que puedan ser compartidos dramáticamente. Entonces, creo que es casi visible que un paciente obsesivo -obsesión \'eraestará preocupado por "parnr " al terapeuta. Su clásico "No terminé todavía". Esto es una característica clínica. Y los psicoanalistas tenemos un enorme arsenal para explicarla. Yo busco algunas fórmulas intermedias que puedan contener, por eso hablo de lógica formal que domina la lógica de las emociones. La lógica de las emociones tiene que ver con la instintividad, con cierta libertad expresiva, con un Supcrvó permisivo, con la analidad permitida, con un sinnúmero de parámetros. (Cómo se aborda eso clínicamente? Ahí no vamos a estar esperando la formación del inconsciente. Claro, también depende un poco de la definición de inconsciente que cada uno tenga y de qué relación establezcamos entre inconsciente y consciente desde el punto ele vista epistemológico. Pero creo que podemos compartir -hay cosas que no vamos a poder compartirque en la situación clínica se producen encuentros. Adolfo decía algo de no esperar el final del discurso. Yo, aunque quizás emplee otros términos, puedo estar de acuerdo. Si uno consigue enfrentar al paciente obsesivo con alguna de esas situaciones coufl ictivas, estará cumpliendo su tarea de clínico. Le mostrará al paciente que él está más pendiente del terminar que de lo que uno le va a decir, que no puede tolerar la sorpresa, que está intentando controlar ... Yo creo que ]0 que define la tarea del psicoanálisis clínico es el encuentro que hay entre paciente y terapeuta a través ele 1;.\ interpretación v las respuestas. El paciente ele Adolfo, por ejemplo, a través de sus respuestas muestra que este tipo de señalamiento de lo que él quería dejar o no dejar, de lo que él quería secretear, produjo transformaciones, nuevos afectos. Me parece que hay un campo transformacional. Pero creo que puede haber muchos otros abordajes. ,He.,>aredonda: Neurosis obsesiva 477 Ejemplificaré con un fragmento de Freud muy poco psicoanalíticu (en el sentido convencional del término) pero altamente transformador del campo. Sesión de noviembre 23 de ..El hombre de las ratas". La sesión siguiente estaba repleta de transferencias terribles cuya comunicación le resultaba muy difícil. "Mi madre estaba parada, desesperada, miel/Iras lacios SIIS litios eral/ ahorcados. Me recordó la profecía de su padre de que sería l/II gran criminal. No me fue posible adivinar la explicacián que dio COl1lCJ razon para tener la [antasia. El sabía, 1111.' comentó, que 1/11 gran ilI[ortunio había acaecido a mi familia cierta ve:: liIl hermano mío, que era camarero, había cometido WI asesinato en Budapcst y [tabla sido ejecutado por ello. Yo le pregunté riendo cómo sabía eso, con lo cual se demudá. Explicó que 511 cuñado, que COllOce a mi hermano, le había referido esto como evidencia de que la educación 1i0 representaba nada y que era la herencia lo único im portant e. Su cuñado -come/1tótenía el hábito de inventar historias v había hallado el párrafo el! l/ll viejo número de Presse. Se refería -seglÍn sé- II 1111 tal Leopold Freud, e! asesino de! tren, cuyo crimen data de mi tercer () cuarto mio de vida. Yo le aseguré (escribe Freud) que 110 t eniantos narientcs en Budapest . Estaba muy aliviado, y conl csá que habla uuciado Sl/ análisis COI1 gran desconjianra por este motivo", AqUÍ se expresa dramáricamcntc algo de lo que yo señalaba. Además tengamos presente que éste es uno de los casos sintomát icarncntc más exitosos de la casuística freudiana. Si uno hiciera una lectura tradicionalmente ortodoxa de este material, podría creer que Frcud no hizo ninguna interpretación, no señaló ningún conflicto. Hay. por supuesto, una historia previa y una historia posterior, o sea hay una transformación. Freud trabajó con construcciones la problemática del "Hombre de las ratas". Tuvieron lugar en ese tratamiento los que yo llamo encuentros dramáticos en el campo de la neurosis obsesiva, recursos que transforman el campo. Freud dice que el paciente tiene una información. Latentemente, creo, lo que tiene es una expectativa t ransfcrcncial persecutoria acerca de que Frcud es muy susceptible cuando le hablan de su familia, expectativa que se rumpe por la risa de Freud, por su actitud cordial, por su manejo de la situación clínica. y lus emergentes son los que da el paciente: se demuda, confiesa alivio y cambia totalmente su visión del análisis, empezado con mucha desconfianza. Creo que es así, hoy como ayer. Recuerdo una paciente que estuvo en tratamiento conmigo durante 12 años. Pensamos entonces que iban a pasar pocas cosas, que habría escaso cambio estructural. Pasaron los años y en una sesión me preguntó: "¿Por qué nu me pregunta nunca por la sexualidad?" Le contesté que no era del todo así, que yo había 478 A. Benjamin, C. Pelegrin, A. Rascovsky, B. Willograi! y S. Arbiser hablado mucho de la sexualidad, porque le había hablado de su falta de libertad, y que para mí sexualidad era libertad. Y en ese momento suspiró. Se revolvió en el diván. Fue una de esas sesiones que uno recuerda por su impacto dramático. N;;-;'e trata de las interpretaciones standard ni de las formaciones del inconsciente standard ni de lo que manifiestamente creemos que es el discurso standard. Sino que es los aspectos latentes del campo que en algún momento tiene que presentar una transformación. A. RASCOVSKY -Interesante B. WINOGRAD-Es de Freud. tu ejemplo ... El mío viene a propósito A. RASCO\'SKY- ... y el comentario A. BEN-TAMÍN-¿Por del de Freud, ... qué lo llarnás "no psicoanalítico"? B. WINOGRAD-Dije "aparentemente es profundamente psicoanalítico. no psicoanalítico". En realidad A. BENJAMÍN -Porque si hay algo ami-analítico es lo standard, justamente. Lo normal pertenece a la psicología, lo que no implica un juicio de valor. Yo, en la intervención de Freucl, pondría el acento en algo que he puntualizado: el elemento lógico en juego. El paciente dice: "Me he enterado de que usted ... " Pero Freud no le contesta: "Sucede que usted siente por mí tal cosa". Freud habitualmente no trabaja con interpretaciones, ya lo dijo en "Construcciones en psicoanálisis". Prefiere construir. O preguntarse. Una simple pregunta. Por ejemplo: "¿Cómo lo sabe?" Ante ellas, el paciente produce. Así queda demudado un paciente en el discurso cuando se le dice: "Ah, usted ha metido la mano en la lata, usted reconoce que meter la mano en la lata significa que no es el dinero propio, suyo, es decir ... " B. WINOGRAD-Creo que son dos lecturas absolutamente válidas. La lectura de Benjamín es que el paciente dice: cómo lo sabe. Mi lectura es que Freud, a través de la captación inconsciente de la sonrisa, del clima afectivo, crea un diálogo informal que cuestiona al Superyó arcaico. Ninguna de las dos es la verdadera. La respuesta del paciente muestra que hay un cambio transformacional: en eso nuestras posiciones pueden coincidir, pero en lo demás acentuaremos cosas diferentes. A. RASCO\'SKY-Quizá allí esté lo interesante ... Mesa redonda: Neurosis obsesiva 479 S. Z. DI: ARBTSI:R-Mientras Benjamín .Y Winograd dialogaban, me preguntaba si estaban hablando específicamente acerca de la neurosis obsesiva o si confundían neurosis obsesiva con carácter obsesivo, ya que en los ejemplos clínicos citados en ese diálogo no se observaba el sufrimiento del paciente, que es la situación esencial que diferencia a la neurosis obsesiva del carácter obsesivo. A. BEN.L\!\líN -Lo correcto sería presentar la primera entrevista, incluso para ver si estamos todos de acuerdo en que se trata de una neurosis obsesiva y asegurarnos de que no hacemos ideología ... S. Z. DE ARBISI:R-Winograd en su primera exposición planteó acerca de si el tema de la neurosis obsesiva es hoy el mismo que en 1909 y 1917, cuando Freud publicó los grandes historiales vinculados con esta problemática. Y se preguntó si tiene sentido hablar en nuestra época de neurosis obsesiva enfermedad. El diferenció tres niveles de análisis: 1] Neurosis obsesiva estructura. 2] La relación entre la neurosis obsesiva sintomática y los cuadros de carácter. 3] Distinguió entre la posibilidad de que fuera una estructura de fondo dominante de la personalidad o una estructura de superficie o fachada de contención de fenómenos psicóticos. Considero que esta diferenciación clínica es artificial. Así en "El Hombre de las ratas", que aparece como el historial clínico presentado por Freud de neurosis obsesiva por excelencia, en determinado momento y en la situación transferencial, aparece claramente una situación paranoica. El tema que planteaba y los rituales obsesivos encubrían una situación paranoide. A. BEN.JAl\,IíN -Creo que Freud no diría "paranoide" ... El hace una clara distinción entre neurosis obsesiva y paranoia ya en 1896. Paranoidc es un concepto kleiniano, creo ... B. WINOGRAD -Yo creo que no deberíamos superponer un momento persecutorio peculiar y microscópico con un funcionamiento cst ructural. La situación persecutoria de este paciente cede ante la información de Freud. Además, son comunes en los pacientes las expectativas ansiosas frente a una fantasía transferencial. S. Z. DE ARBTsER-No estaría tan segura de que 10 persecutorio cede, si cede quiere decir se desvanece. Hay -insisto-manifestaciones psicóticas más allá de lo que aparece como una neurosis obsesiva, escondidas detrás de los rituales obsesivos. 4110 A. Bcnianiiu, B. W]/\UCl{\1l -¿Lo típica. C. Pclcgrin, A. Rascovsl:y, B. Willograd ves así? Pura mí, tiene una estructura S. Z. DI: ARBISER=-Hasta cierto punto, porque cuando que decir: "Yo no sov el capitán", me parece ... y S. Arbiser obsesiva Frcud le tiene TI. W I\:OGR·\!) -y cede, ~. cambia ... S. Z. DE AIWISER-Pero C. PELEGRíl\-También tendencia a crueldad. ¿adónde apunta. ? en otro momento, cuando le dice que no tiene Las tres veces apunta a lo mismo ... B. WIl\:OGIL\D-No. Cada uno de nosotros acerca de hacia dónde apunta. tiene una respuesta distinta S. Z. DE AIH3ISER-Me gustaría terminar lo que empecé a decir a propósito del "Hombre de los lobos". Freud trabajó sobre una neurosis obsesiva y después, muchos años después, apareció la situación paranoica con Ruth Mack Brunswick. Quizá por eso en el texto la analidad aparece relacionada con la castración, y por eso yo mencioné en mi lista el problema de los mecanismos de defensa. B. WINOGRAU-El "Hombre de los lobos" es un caso más complicado, yo creo que sobre eso no podemos ponernos de acuerdo ... El "Hombre de las ratas" me parece que es un caso específico para nuestro tema tic hoy. A. BENJAMíN -Ya que Sara nombró al "Hombre tic los lobos", consideremos ese momento en que Freud le dice que curará en una semana su constipación pertinaz. ¿No está curando una conversión histérica en ese momento? Ese es uno de los inconvenientes de una problemática decididamente psicopatológica. Hay una neurosis obsesiva, y estoy de acuerdo en cómo la caracterizó Pclcgrín. Pero respecto de la fenomenología y sobre todo de la situación clínica, aparecen los momentos histérico, paranoidc, etc., que no cambian la situación básica. En ese sentido, es muy importante este ejemplu que trajo Winograd ... S. Z. DI, AIHllSt:R-Pero ahí Freud se plantea si rompía la estructura obsesiva o estaba actuando subre otro tipo de estructura. B. WI~OGJ{\J)-Si Freud consigue que este paciente se reconozca con sus afectos v con sus situaciones persecutorias, que pueda decir que Mesa redonda: Neurosis obsesiva 481 empezó el análisis con mucha desconfianza, que pueda conectarse con esa desconfianza inicial y verbalizarla en sesión, que pueda ... S. Z. DE ARIlISr:R-Pero ma obsesivo ... en ese momento ya no predominaría el sínto- B. WINOGRAD -No, pero no importa. A mí me preocupa que sea un paciente que tiene una estructura con bloqueo de afectos, al que le es muy difícil conectarse con sus defensas .. En este momento de sesión éste es un cambio en la estructura obsesiva ... A. BENJAMÍN-Este sin la menor duda. C. PELEGIÜr-.; -Las paciente tiene mandatos, tres condiciones compulsiones y rituales, de la neurosis obsesiva. B. WINOGRAD -y la estructura que está cambiando es la obsesiva, si la caracterizamos por: anulación, aislamiento, bloqueo y formaciones reactivas. Las formaciones reactivas tendrían que ver más con el aspecto caractcrológico que planteaba Sara Arbiser. Las otras tres (la anulación, el aislamiento y el bloqueo de afectos) se han roto en esta sesión a través del abordaje de Freud. Por supuesto que está toda la historia previa. En cuanto a la diferencia entre neurosis sintomática y neurosis de carácter, no me parece hoy muy clara. Según mi experiencia -ya que esto pone en juego la experiencia nosográfica de cada uno-, esa diferencia suele ser escasa. Son pacientes que tienen mucha estructura de carácter, si definimos por estructura de carácter que ya están sintónicos con todo eso: con la puntualidad, con la rigidez. Y alguna vez tienen algún ritual que los angustia -que yo podría llamar neurosis sintomática-o Para mí, la frontera decisiva pasa entre psicosis subyacente y estructura dominante. Pero en carácter yo no lo he visto, no sé si ustedes ... A. RASCOVSKY -En los desarrollos de ustedes se va planteando el problema de la estructura y de qué es lo que configura esta hipótesis de estructura obsesiva. Por momentos, Winograd parecía hablar de la modificación estructural en términos de modificación de los mecanismos de anulación, de una serie de mecanismos defensivos. En ese sentido, sería quizás importante tratar de categorízar o caracterizar qué entendemos por estructura obsesiva, cómo está en juego acá la regresión, que casi no ha sido mencionada, excepto por Sara, a pesar de ser lo que caracterizaría a la neurosis obsesiva. Quizá también podríamos plantearnos 482 A. Benjamin, C. Pelegrin, A. Rascovsky, las consecuencias de deslindar noico, obsesivo e histérico. B. Wil10grad y S. Arbiser entre los mecanismos de orden para- Seguramente resuenan aquí, aunque implícitamente, la nocion del Edipo y de estructura edípica. Están el campo clínico y las formas de abordaje, está la metapsicológica. Quizá podamos ir entendiendo mejor el uno y el otro, cualquiera que sea el campo por el que empecemos. C. PELEGRfN-Quiero hablar del tema de las estructuras u organizaciones, de la estructura neurótica, para diferenciarla de la estructura obsesiva y de la estructura anal. En la neurosis obsesiva clásica de Freud están las tres, pero creo que tenemos que diferenciarlas. Porque una cosa es la organización neurótica y otra cosa es una organización obsesiva. Si lo podemos diferenciar teóricamente, entonces podemos decir que una organización obsesiva puede coincidir con un carácter normal, con una psicopatía, con una neurosis, con una esquizofrenia. Pero como nuestro tema es el de neurosis obsesiva, me atendré a ella, reservando mis comentarios sobre otras estructuras. Para que un fenómeno sea neurótico, entiendo que debe haber ciertas relaciones estructurales, que yo pienso sobre la base de los trabajos de Freud sobre escisión del Yo. Es más, sin la noción de escisión del Yo se me hace difícil comprender la noción de neurosis. Freud habla de escisión cuando un sector del Yo trabaja en relación a una organización sexual reprimida anal, y otro sector del Yo se diferencia hacia un tipo de pensamiento regresivo del tipo de lo que puede ocurrir en un niño de siete años, yo diría que no mucho antes de la época de lo que Piaget llama las "operaciones concretas" en el pensamiento, que permiten, por ejemplo, la normatividad que Benzion subrayaba. La organización obsesiva incluiría este tipo de regresión en el pensamiento, pero lo característico de la neurosis sería esa escisión del Yo que permite que alguien funcione de manera múltiple: lógico y realista, pero también mágico, controlando una serie de impulsos que de otro modo llegarían a la acción. La posibilidad de alternarse distintas manifestaciones en muy poco tiempo caracterizaría lo neurótico. Pero lo obsesivo en sí tiene que ser separado de lo neurótico. Y además entiendo que la organización sexual tiene que ser separada así de lo obsesivo, de lo histérico, de lo fóbico, para que no haya confusiones; por ejemplo, la de superponer demasiado analidad con obsesividad o fálico con histérico. Sino que lo podemos ver como diferentes, como organizaciones con relativa autonomía. Mesa redonda: Neurosis 483 obsesiva Yo diría que la organización obsesiva es explicable por ... si lo entendemos como un tipo de vínculo (Pichon-Riviére) , como un tipo de regulación de las relaciones de objeto (Fairbairn). Por ejemplo separar, evitar el contacto con el objeto, para evitar un acto erótico o agresivo sobre el objeto. Ese es el aislamiento. En cuanto a la anulación, se busca borrar lo actuado sobre un objeto anteriormente o lo pensado sobre un objeto. Entre ambos, aislamiento y anulación, el tabú de contacto, de contacto con un objeto. En cambio, cuando pensamos en neurosis, debemos apelar a términos estructurales: de la conformación de un Yo, de las relaciones del Yo con el Ello y el Superyó, y no tanto con las relaciones con el objeto. y para mí lo más explicativo para comprender una estructura neurótica es la teoría de la escisión del Yo, de una escisión del Yo incompleta, que puede explicar los fenómenos de todas las neurosis: una separación incompleta, tipo fisura, como la describiera en el capítulo tercero de Inhibicián, sintoma y angust iu. Aceptada la separación entre neurosis y fenómenos obsesivos, podríamos decir que todos los fenómenos neuróticos (neurosis histéricas, Ióbicas u obsesivas) tienen algo en común, así como lo tienen todos los fenómenos obsesivos (caracteropáticos o neuróticos). Y creo que eso es lo que tenemos que ver como estructuras. Son, por supuesto, teóricas, como lo son, en medicina, el sistema nervioso y el aparato circulatorio. No se pueden separar en vivo pero es válido para estudiarlos. S. Z. DE AIH3ISER -Vos hablás de la escisión del Yo como característica de las neurosis, de tudas las neurosis. ¿Cuál sería en tu opinión la característica de las neurosis obsesiva? Freud, en "El Hombre de las ratas", la hace residir en la doble estructura del prcconsciente. C. PELEGHÍN-y una inconsciente. Eran tres personalidades ... S. Z. DE ARBISER -Sí, pero la inconsciente está en todos los intlividuos, ya que la represión actúa sobre los obsesivos, los histéricos, etc. Quizás a eso aludió Benjamín al hablar de estructura neurótica. Están el Edipo, lo anal, lo fálico. Habría que postular determinado interjuego de mecanismos de defensa, que caracterizaría cada cuadro clínico. Por otro lado, Lacan plantea que la modalidad específica de cada una de las neurosis, la diferencia entre neurosis obsesiva, fobia e histeria, tiene que ver fundamentalmente con la cuestión del deseo. Podríamos decir en forma general que lo que caracteriza en forma diferencial a la obsesividad es que en el obsesivo hay un deseo de no deseo; el obsesivo bajo la modalidad de su neurosis se niega a constituir el deseo en su fantasía. -+84 A. Beniamin, C. Pclegrin, A. Rascovsk v, B. Willograd y S.. Arbiser C. PEI.EGRÍN-En el caso del "Hombre de las ratas", formaciones reactivas y pensamiento mágico. Un sector adaptativo, realista v razonable, y otro, impulsivo y más regresivo. S. Z. DE ARBISER-Hasta que poco a poco lo va invadiendo la vida. (Esa permeabilidad, para mí, distingue a la neurosis obsesiva del carácter obsesivo.) El enfermo siente entonces una sensación siniestra: la de ser dos, la de no ser uno. C. PELEGRíN-En el ejemplo de Benjamín no podíamos saber (ya que, por tratarse de un fragmento, no había muestras de irrupción) si se trataba de una caracteropatía obsesiva o una neurosis obsesiva. S. Z. DE ARBISER-La sorpresa, en ese ejemplo, aparecía dada por el analista. O sea, como que ese aspecto dual estaba planteado por lo que Adolfo le decía al paciente. Lo de la mano en la lata, la angustia que eso le causaba, la angustia sentida por el gasto de dinero, todo eso, estaba muy ordenado, muy racionalizado, y en un solo preconscierue. El descubrimiento de que eso debe venir de otro lado lo hace el analista. Como que en ese momento no se tratara de entrar en la neurosis sino de un aspecto caracterológico. A. BENJAMÍ!\:-Este sujeto se halla en una relación de servidumbreseñorío o patrón-empleado, y oculto tras de eso el problema de la muerte: el anhelo de la muerte de aquel que lo tiene esclavizado. Por lo tanto puede ser otro camino: el camino de la muerte, a la cual este sujeto siempre estaba esperando sin saber que esperaba aquella muerte y que 10 mantenía siempre en vilo. Por lo tanto, ese orden que es característico del estadio anal muy bien podría tener el significado de poner las cosas en orden porque ya se viene la muerte ... Me llama la atención que aquí no haya aparecido el tema de la muerte. B. WINOGRAD -No entiendo la necesidad de postular una estructura obsesiva en el mismo nivel que la estructura neurótica. Admito, sí, que los fenómenos obsesivos se den en distintos contextos: neurótico, psicótico, cte. Pero de allí a una estructura obsesiva ... Tampoco creo que la noción de neurosis, para ser freudiana, tenga que basarse necesariamente en la noción de escisión del Yo. En Freud hay varias líneas, y la que elijamos dependerá de nuestro esquema referencial. Al contrario, me parece que la escisión del Yo es un modelo vinculado a la estructura perversa. Articularlo o intentar articu- Mesa redonda: Neurosis ,185 obsesiva larlo con un doble preconsciente cuenta. No está en Freud. corre, en todo caso, por nuestra La neurosis está planteada de distintas maneras en los distintos períodos de su producción. En la primera tópica, como conflicto instint ivo: libido objetal-libido narcisista, instintos sexuales - instintos del Yo. Esta dualidad implica el predominio de la represión sobre otros mecanismos de defensa. Conversión en la histeria, anulación y aislamiento en la neurosis obsesiva. En la segunda tópica se va a plantear toda la problemática cdípica. la regresión del Yo mucho más marcada que en la histeria. .. Adolfo planteaba algo antes que es una posición interesante, que es pensar que Frcud siempre describe la histeria como diferenciándola de la neurosis obsesiva. como una especie de par. y en otros modelos se podrá plantear el problema de la libido versus la no-libido. y en Más allá del principio de placer el problema de la influencia de Tánatos y la defusión instintiva, que en el caso de la neurosis obsesiva es mayor que en la histeria. y en otros modelos de Freud se podrá plantear, como lo hace Green en un cuadro creo que I11UV elocuente, que así C0l110 en la histeria el papel protagonice es de la libido erótica, en la neurosis obsesiva es de la libido agresiva, de la agresión. Si uno toma el modelo de la regresron, dirá que la neurosis obsesiva es la etapa sádico-anal y que el problema edípico está coloreado de una manera sádico-anal. Sé que no digo nada nuevo pero me pareció necesario el repaso. A. BF:\Ji\:\lÍ:\ -Está todavía la perspectiva lacaniana. Lacan habla de la escisión del sujeto, considerando que el Yo es una estructura imaginaria, sobre todo aquello que llamamos la unidad del Yo. Síntoma, para Lacan. es aquello que irrumpe resquebrajando la unidad imaginaria del Yo. (Me parece importante, incluso en la clínica.) Es decir, el paciente entra a la sesión como individuo, discurso -que es una cadena hablada-, la intervención consiste en determinado momento en que una parte de alcanza la catcgorfa significante. Entonces este sujeto de rece asombrado frente a una oscilación de significantes, sujeto escindido. Desde la perspectiva lacaniana la escisión produce un del analista su discurso repente apay sale C0l110 del sujeto es indudable. B. WINOGRAO -En la perspectiva lacaniana ya hay una lectura muy particular del concepto del Yo (Yo como ilusión del propio sujeto), 486 /1. RC/ljwI/Í/I, C. Pclcgriu, !l. Rascovsk y, B. Willograd que no es el concepto de Yo que nosotros manejamos zación de la segunda tópica, conjunto de funciones). y S. Arbiscr (Yo organi- A. BENJAMíN -A mí me gustaría tocar un tema que no va a quedar terminado ni mucho menos. .. Parecería que en la historia de todo obsesivo hay una historia de padres que se casaron no por amor sino por algún tipo de conveniencia. Entonces, muchas veces aparece en el material clínico la angustia del obsesivo. Que podría expresarse así: (a quién estaría mirando la madre en el momento en que lo concebía a él? ¿Hijo de quién se es? Hablaron también de pensamiento mágico. Eso me hizo acordar que en la ley española -no sé si también en la argentinase prohíbe la práctica de la magia. Sobre todo en dos aspectos: la interpretación de los sueños y la cura por las palabras. (Según esa lcv, los analistas ejercemos una acción mágica.) Quiere decir que el problema que se plantea al analista en su relación con el obsesivo es el problema del espejo. Porque en cierto sentido -v ahí concuerdo con Benzionla estructura obsesiva, si queremos llamarla así, sin dar determinadas precisiones, es la estructura de la cultura. S. Z. DE ARBISER-Se dijo también que los chicos no hacen neurosis obsesiva. Lo único cierto es que a los chicos obsesivos no se los trae a tratamiento, porque responden al canon cultural, realmente cumplen con lo que el Superyó exige ... A. BEN.TAJ\1 ÍN -Es una superlatcncia, S. Z. DE ARBISER-Sí, una superlatencia, una latencia que se instala muy tempranamente. Por lo general se pide tratamiento cuando, en una familia obsesiva, el chico se niega a ser obsesivo, no acepta el control de esfínteres, etc. Al chico que se niega a usar la bacinilla Freud le atribuye (como recordarán) un carácter obsesivo, cuando lo que hace es luchar contra la obsesividad. Neurótico obsesivo es el que finalmente se aviene a obedecer sin chistar, sin chistar explícitamente. La hostilidad que le despierta la sumisión da pie a la doble estructura preconsciente. El niño neurótico obsesivo, ya avanzada por los problemas de aprendizaje. A. BENJAMÍN -Estoy algo si no queremos la latencia, delata que lo es bastante de acuerdo, pero habría que agregar que nuestro pensamiento se convierta en sim- Mesa redonda: Neurosis 487 obsesiva plista. Hay que agregar la historia de los padres, esa historia de amor o de conveniencia, a lo que después también hay que agregar la historia de qué historia son los padres, porque ... S. Z. DE ARBISER-A eso iba. Es una historia donde el amor se expresa en un nivel anal. No es que no haya amor; lo hay pero con características regresivas anales, que se maneja ... C. PELEGRfN-De conveniencia, diría yu. S. Z. DE ARBISER-Sí, es de cunveniencia, pero ¿de conveniencia por qué? El amor al dinero será más importante que otros amores ... B. WINOGRAD -El riesgu creu que lo corremos permanentemente PUl'que como los factores que el psicoanálisis recorta -y todas las escuelas son variables infinitas-, siempre tenderemos a cierto reduccionismo. Yo estaba pensando un puco un problema en el otro campo, yéndome de la microscopía de la situación analítica, y yendo un poco a mi pregunta inicial: ¿cuáles son los factores culturales que en este momento pueden incidir como factor facilitador a los síntomas obsesivos de nuestra época? Alfredo Painceira, en un número de Imago dedicado a neurosis obsesiva, hablaba del erotismo de la obediencia. Y creo que es bastante actual en el sentido del aporte en la aplicación del psicoanálisis a ciertos fenómenos de la sociedad -digo ciertos para que no nos extendamos ni exageremos la cosa-o y es que en nuestro tiempo está en un primer plano el problema de la responsabilidad personal y de la obediencia. Y Painceira plantea cómo la personalidad obsesiva considerará siempre que es más importante obedecer que cuestionarse sobre el objetivo y el objeto al cual se obedece. La tortura, el asesinato, todos los fenómenos horribles de nuestra sociedad política reciente tienen algo que ver con esa hipertrofia de la obediencia formal sobre la necesidad del objetivo instintivo o libidinal o erótico. y creo que en ese sentido el psicoanálisis tiene algo que decir en cuanto a cómo ese tipo de estructuras, sometidas a lo cultural o hipertrofiando lo cultural, se transforman en personas que no cuestionan órdenes. S. Z. DEARBISER-y el obsesivo fijado a las órdenes de sus propios padres ¿ no busca en el análisis otro lugar donde recibir órdenes? Si viene al análisis ¿no es, en cierto modo, porque esos padres le fallaron? 488 A. Benjamín, C. Pelegrin, A. Rascovskv, B. Wi710grad y S. Arbiscr C. PELEGRÍN -Diría, aunque estamos sobre la hora, que para poder realmente ser un obsesivo hace falta realmente poder ser abstracto. Yeso no es posible hasta determinada edad. S. Z. DE ARBISER -En eso estoy totalmente de acuerdo. disposición a la obsesividad se gestó tempranamente. Pero la pre- Este es un punto importante que quiero retomar. En el momento del control de esfínteres, por supuesto que la neurosis obsesiva no puede estar estructurada, ya que es muy apresurado en dicho momento constituir un Otro bajo un cierto registro simbólico. En esta etapa el Otro omnipotente Otro de la neurosis obsesiva. Este momento posteriormente rcrnitc a la madre Fálica. sólo sería una referencia, un antecedente será la estructura obsesiva. No es el de lo que C. PELEGRÍN -Claro, empieza por una fijación anal, sobre la que después -cuando se agrega una cierta capacidad de pensamientose termina de configurar el renómeno. A. BENJAMÍN -La neurosis obsesiva del "Hombre de los lobos" empieza después de los cuatro años y medio, cuando la madre lo introduce en la historia sagrada. Freud ahí se contradice porque para él el período de maduración infantil se ubica hacia los siete años. Por eso yo planteaba la alternancia entre el caso clínico v la teoría. A. RASCO\'SKY -Es la hora. Seguramente habría aún muchos desarrollos posibles dentro de la exposición de cada uno, y muchos enfrentamientos teóricos que apenas comienzan. Un consuelo es que siempre sucede así en una mesa que no se proponga ni se anteponga un monolitismo en última instancia poco psicoanalítico. Les agradezco profundamente la participación. Hasta pronto. (Compaginación de Ricardo Bruno)