España busca su hueco en el arte contemporáneo

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ACTUALIDAD
España busca su
hueco en el arte
contemporáneo
arco
Con 294 galerías, la
27ª edición de Arco,
que se celebra
entre el 13 y el 18 de
febrero, será la más
internacional de
todas ellas, con Brasil
como país invitado.
Arco tiene un difícil reto: internacionalizarse y atraer
a coleccionistas de todo el mundo para recuperar
el terreno que le han arrebatado las nuevas ferias.
dólares. Se lo pueden permitir, como demuestra la cola de jets privados que se agolpa en el aeropuerto de Basilea. En la ciudad
no cabe ni un alfiler, por lo que si no se reserva hotel con más de un mes de antelación,
se corre el riesgo de acabar en una ciudad
cercana... pero en Francia o Alemania.
La opacidad rodea al negocio del
arte contemporáneo en España
La feria española es la más
visitada del mundo
A pesar de ser la feria más
importante, Art Basel no da sus
cifras de facturación.
FRIEZE
ART BASEL
La edición 39
de la feria de
arte contemporáneo por excelencia, en Basilea
(Suiza) congrega
a más de 300
galerías, 60.000
visitantes y unos
2.500 periodistas. Perteneciente al holding Mch
Messe Schweiz,
su capital es mitad público, mitad privado.
art basel miami
art basel
Ocho meses más tarde, en febrero de cada
año, tiene lugar la muestra española más
importante, Arco. Tras la de Basilea, se trata
de la feria más antigua –este año, del día 13
al 18 se celebra la 27 edición- pero, sin embargo, está a años luz de ser la segunda por
volumen de facturación ni importancia. Por
delante, Art Basel Miami, organizada por los
mismos empresarios de Basilea en la ciudad
de Florida desde hace seis años para atraer
al capital americano, y la londinense Frieze,
considerada una de las más innovadoras y
arriesgadas desde su creación en 2003. “Una
de las claves de nuestro éxito es que estamos
muy bien respaldados por el movimiento
cultural londinense”, explica su codirector,
Matthew Slotover. No importa que Arco sea
la más transitada, con casi 200.000 visitantes
el año pasado ni que, tras Basel, tenga el segundo mayor número de galerías -294 en
esta edición-. Su público mayoritario se compone por personas interesadas en las exposiciones, pero con pocas intenciones reales
de llevarse una obra a casa. “No compra ni
el 1% de sus visitantes”, analiza un experto
del sector. Algo que no cuadra con la verdadera intención de la muestra: vender las
ARCo
C
uatro de junio de 2007. Una muchedumbre vestida de Armanis, Guccis y
Dolce & Gabannas se agolpa ante las
instalaciones de Art Basel. El personal de seguridad abre las puertas y, en cuestión de segundos, los más ávidos compradores hacen un sprint para llegar a las muestras
de sus galerías favoritas, a por obras que ya
conocen como la palma de su mano. Por un
momento parece que la inauguración de la
feria de arte contemporáneo más prestigiosa
del mundo se convierte en el primer día de
rebajas de un centro comercial. Poco después
los nervios se apaciguan y reina el silencio
más absoluto, una calma sólo rota por murmullos y el sonido de las plumas firmando
cheques. Sólo en los cinco primeros minutos
se venden las piezas más importantes. No hay
tiempo para las dudas. “A uno de nuestros
clientes le pidieron que decidiese en sólo 15
minutos si quería comprar una pieza de
500.000 euros”, recuerda Pablo del Val, experto en arte contemporáneo desde su empresa ABV Arte.
Así, durante cuatro días, la pequeña y coqueta ciudad suiza de Basilea se convierte en
un hervidero de marchantes, coleccionistas
y amantes del arte dispuestos a pagar sumas
astronómicas por obras de sus artistas favoritos. “Son expertos en el sector que saben a
lo que van, no van a pasar el día como sucede a menudo en Arco”, añade Paloma Martín, visitante asidua de las principales muestras de todo el mundo y representante de la
galería neoyorquina Edward Tyler Nahem.
¿Sus presupuestos habituales? De media
dedican cada año entre 20 y 30 millones de
obras de sus artistas, no sólo invitar a verlas.
“Es normal ver a una familia entera que va
hasta con el bocadillo para dejarse sorprender por las locuras de algunos artistas, según
cuentan ellos mismos”, explica un galerista
que prefiere mantenerse en el anonimato.
Además, poco se sabe de cuál es el volumen real de facturación de Arco. Tan sólo,
que el año pasado “incrementamos las ventas en un 13%”, según explica a Capital su
ilusionada directora desde hace dos ediciones, Lourdes Fernández. Lo cierto es que
tampoco se conocen las cifras de ventas de
Art Basel ni de Miami Basel. “Es política de
empresa no hacerlo, como tampoco nos importa que tengamos una cifra menor de visitantes: lo trascendente es que los coleccionistas que acuden a Art Basel, lo hacen para
comprar, no para pasearse”, afirma categórico Peter Vetsch, su portavoz. Además de la
feria de Colonia -según sus datos, con alrededor de 80 millones de euros-, la londinense Frieze fue la única en revelar sus ventas
en 2005, con 47 millones de libras (alrededor
de 63 millones de euros), pero pronto se arrepintió. “Dejamos de hacerlo porque era una
cifra muy inferior a la real: sólo calculamos
las ventas del momento”, matiza Slotover.
En 2005 publicó unas ventas de 47 millones de libras.
FRIEZE DE LONDRES
Nacida hace sólo cinco años, ha logrado coronarse entre las tres primeras ferias mundiales.
Con 150 galerías y alrededor de 68.000 visitantes, en 2005 facturó al menos unos 47
millones de libras (63,2 millones de euros).
La muestra de Miami depende de la organización de Art Basel.
ART BASEL MIAMI
Visto el éxito de la muestra suiza, Mch Messe
Schweiz inauguró hace seis años la feria más
importante de Estados Unidos, por delante del
Armory Show de Nueva York. Cuenta con
43.000 visitantes y 200 galerías de 30 países.
Así, las cuentas de las ferias son totalmente herméticas. “No podemos obligar a los
galeristas a que nos las den, no somos una
auditoría. Sólo diez de 250 nos respondieron
a un cuestionario dándonos esa información”, explica Lourdes Fernández. Lo que sí
existe es un consenso de que Arco está lejos
de las grandes, a pesar de sus grandes progresos -cuando se inauguró en 1982 sólo
contaba con 25.000 visitantes-. “Aunque va
por una buena senda, las ventas suponen una
cantidad irrisoria con respecto a las demás”,
añade Efraín Bernal, director de la galería
madrileña La Fábrica. Una anécdota: “En
Basel Miami le pregunté a una galería que
si estaba interesada en acudir a Arco. Pero
cuando me dijeron que sólo la primera hora
habían facturado ¡30 millones de dólares!,
me quedé sin argumentos para convencerlos”, admite Fernández.
Para descargo de Arco, la opacidad que
rodea a sus resultados alcanza a todo el
mercado del arte contemporáneo en España, considerado por Samuel Keller, ex director de Art Basel, como el más floreciente de Europa. Al menos se sabe que España
se ha colocado entre las diez primeras plazas
de subastas del sector, con unas ventas de
dos millones de euros, según Artprice.
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Otra diferencia con las demás ferias es
que detrás de la española -con un presupuesto anual de siete millones de euros- se encuentra el consorcio público Ifema, cuyos
accionistas son la Cámara de Comercio de
Madrid, la Comunidad, el Ayuntamiento y
Caja Madrid. De ahí, las críticas que recibe
cuando incentiva a los coleccionistas extranjeros a acudir, incluyendo el pago de su estancia en hoteles como el Ritz o el Palace.
Para muchos, un peaje obligatorio para contar con más compradores y galerías internacionales que aporten prestigio y, sobre todo,
dinero. Y es que pese a quien pese, Arco
siempre ha sido una feria eminentemente
local. “Cuesta mucho convencer a las gale-
Ninguna de las grandes ferias -Art Basel, Miami,
Frieze o Arco- publica ya su facturación
rías internacionales de que vengan a España”,
explica Rocío Bardín. De ahí los esfuerzos
titánicos de su nueva directora, Lourdes Fernández, por internacionalizar la muestra y
apoyar el coleccionismo.
Una tarea que le ha granjeado sinsabores
y enemigos. ¿Los primeros? Las 26 galerías
españolas que, debido a los nuevos criterios
de selección, se han quedado fuera. “Si queremos competir tenemos que ser internacionales, no hay ninguna muestra en el exterior
donde predominen las galerías de su país,
salvo Colonia, y por eso es tan mala”, afirma
rotundo Pablo del Val, de ABV Arte.
Si no funcionan los remedios para relanzar
el mercado del arte contemporáneo en España, formuladas por Arco y por los nuevos
gurús del sector –como José Jiménez, director
general de Bellas Artes y Manuel Borja-Villel,
recién nombrado director del Museo Reina
Sofía y proveniente del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona-, es posible que
otras ferias, como la Fiac de París y el Armory Show de Nueva York, que ya pisan
los talones a la española, la superen. Sobre
todo, en un momento de desaceleración
económica. “Me temo que este año los resultados de Arco no van a ser tan buenos
como en 2007”, confiesa la galerista Helga
de Alvear. Y es que a España, el furor coleccionista no ha llegado... ni de lejos. “No
se nos puede cargar en las espaldas todo el
peso de reflotar el arte contemporáneo,
sólo somos una feria”, reflexiona su directora. Pero el sector tiene confianza en los
nuevos impulsos. “Vamos a posicionarnos
como una de las más importantes del mundo”, apuesta. Desafío complicado, pues las
recién abiertas ferias de arte contemporáneo de Shanghai y de Dubai, más las de
Berlín, México y Perú no van a quedarse
dormidas. Sólo hace falta que los inversores
se lo crean. Y que las recetas surtan efecto.
Pilar Pérez Ramírez  [email protected]
n maremágnum de inU
formes y planos se
agolpan en su mesa del
La calavera de Damien Hirst
tiene 8.601 diamantes.
Caballo disecado de Maurizio
Cattelan.
alternativas
Colección Helga de Alvear, Madrid
avestruz con la cabeza
UPapanaincrustada
en el suelo, el
Juan Pablo II caído en
Directora de Arco
despacho madrileño de
Ifema. Volcada en los
preparativos de la 27ª
edición, se muestra ilusionada por el testigo cedido hace dos años por
su antecesora, Rosina
Gómez-Baeza, que pilotó
la muestra durante 20
años. ¿Su objetivo?
Situar a Arco entre las
muestras más importantes del mundo, consciente de que tradicionalmente ha sido “el único motor del arte contemporáneo en España”. Para
lograrlo, sus armas son
atraer a “los coleccionistas y las galerías más
reputadas del mundo”.
los más cotizados
74 millones de euros por una ‘calavera-joya’
Lourdes Fernández
reuters
”
artistas
el suelo o un caballo disecado colgado del techo han sido algunas de las extravagancias de uno de los artistas
más cotizados, Maurizio Cattelan, cuyas obras alcanzan
fácilmente los 2,5 millones
de dólares –un caballo dise- Lona suspendida frente a una cala, una de
cado que cuelga del techo
las cotizadas fotos de Santiago Sierra.
fue adquirido por 1,2 millones-. Pero no es el único. Jeff Koons,
que su fortuna personal supere los
ex marido de la porno-star Cicciolina y
300 millones de euros. ¿Otros autoautor del famoso perro del Guggenres? Takashi Murakami y Richard Prinheim de Bilbao es otro de los más vace, cuyas obras oscilan entre los cinco
lorados en las subastas y por los exy los 15 millones de dólares. No es de
pertos, incluyendo la prestigiosa guía
extrañar, teniendo en cuenta que, en
Artprice. ¿Lo último? Su Hanging
Miami, un paquete de cigarrillos que
Heart fue vendido por 16,3 millones
daba vuelta por un stand se vendió el
de euros. Junto a él, las consabidas
primer día por 125.000 dólares. En
obras de Warhol, Bacon, Rothko, las
cuanto a los españoles, además de
del fotógrafo Andras Gursky, o del prolos tradicionales Picasso, Miró, Tapiès
vocador Damien Hirst. Su última extra- y Barceló, entre los más cotizados invagancia es una calavera de diamanternacionalmente se encuentran Juan
tes por la que se pagaron 74 millones
Muñoz, Cristina Iglesias, Juan Uslé,
de euros. No es de extrañar entonces
Jaume Plensa y Santiago Serra.
Art madrid
ART MADRID
Un presupuesto de siete
millones de euros
“
Queremos ser una
feria de referencia
en el panorama
internacional,
y para ello hay
que aplicar
criterios estrictos
de admisión
GUILLERMO NAVARRO
De la feria Art Madrid, celebrada desde
hace dos años por algunas de las galerías
rechazadas por Arco, también se conocen
cifras. “20 millones de euros en 2007”, asegura Gema Lazcano, su directora. Unos
datos que no todos creen, pero que Lazcano defiende a capa y espada. “No están
inflados, sino que son conservadores: sólo
calculamos el dinero que cuestan las obras
que se sacan de la feria, porque hay que
darle el dato al personal de seguridad. No
sabemos nada de lo que se manda al coleccionista ni de lo que se firma meses más
tarde”, añade. Porque según admiten todos
los expertos, el 60% o más del negocio de
una feria se hace seis meses después.
En España, la consigna es el silencio absoluto, a pesar de que hasta el director de
Frieze, Mathew Slotover, resalta los grandes
esfuerzos que se están haciendo. “Arco tiene
muy buena imagen en el exterior”, admite.
Todo ello, a pesar del misterio que rodea al
negocio en el país. “Aquí no sabemos quiénes son los grandes compradores”, se lamenta Pablo del Val. Otro problema añadido es
que es un mercado que aún está despuntando, con pocos españoles interesados en comprar obras. “En España hay muy pocos coleccionistas”, insiste la reputada galerista
Helga de Alvear. ¿Algunas excepciones?
Los premiados por Arco, como Pilar Citoler
o algunos organismos públicos y empresas
como Coca-Cola, que atesoran importantes
obras. Todo lo contrario a lo que ocurre fuera, donde “es normal que los compradores
abran sus casas para la gente disfrute de su
colección”, añade Rocío Bardín, de ABV
Arte. Aquí, ni tan siquiera se conoce en detalle cuáles han sido las obras más caras.
impulsada hace dos
Flosueaños
por algunos de
que no pudieron
–“o no quisieron”, matiza
su directora, Gema Lazcano- entrar en Arco. Con
siete millones de euros
de negocio en 2006 -con
50 galerías-, el año pasado alcanzó una facturación de “al menos 20 millones”, con 80 galerías,
Al menos 20 millones de euros de facturación
23.000 visitantes y un
día más de celebración.
¿Una queja? Tiene lugar
en el Pabellón de Cristal
de la Casa de Campo de
Madrid, un lugar bastante
alejado del Campo de las
Naciones -donde tiene lugar la feria decana de España-, pero a pesar de
coincidir los mismos días,
no tienen un servicio de
Gema Lazcano, directora de Art Madrid.
conexión entre ambas.
Eso sí, su enfoque es
bastante diferente: “se
nos puso la etiqueta de
que éramos la feria de los
rechazados, pero nada
más lejos, tenemos nuestro hueco”, se defiende
Lazcano. Sin embargo,
sus detractores la tachan
de “más comercial y menos artística”. De lo que
nadie duda es de que
una feria en paralelo
complementa la oferta
y es una práctica común en el extranjero.
Así, cerca de Art Basel
se organizan cinco
muestras más, al igual
que en Frieze y en Basel Miami, donde tienen lugar: ¡hasta 22
eventos en paralelo!
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