Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 177.726 REVISIÓN Relaciones entre epilepsia y psicosis: de la clínica a la neurobiología Amanda Rodríguez Urrutiaa, Luis Pintor Pérezb y Carlos Rejón Altablea aCentres Assistencials Emili Mira i López. Santa Coloma de Gramenet. Barcelona. España. de Psiquiatría. Hospital Clínic. Barcelona. España. bServicio El objetivo del trabajo es revisar las diferencias y similitudes entre psicosis en la epilepsia y las psicosis esquizofrénicas desde el punto de vista de la clínica, la neuroimagen, la neuropsicología, la genética, la electrofisiología, la neuropatología, y de sus mecanismos fisiopatológicos para intentar aclarar la compleja relación que hasta la fecha parece haber entre ambas, en concreto sus mecanismos etiológicos y si hay relación causa-efecto entre ambas. Los resultados muestran que la clínica y la neuropsicología no permiten diferenciarlas, en cambio la neuroimagen ofrece aspectos diferenciales; así la amígdala estaría agrandada en epilépticos psicóticos comparada con la de los esquizofrénicos. También hay diferencias en la neurofisiología, concretamente el componente N100 de los potenciales evocados auditivos que diferencian entre esquizofrenia y psicosis epiléptica. Las hipótesis fisiopatológicas que explican las psicosis epilépticas muestran un mayor nivel de complejidad que las de la esquizofrenia, al sumar a las alteraciones del neurodesarrollo y los traumas fisicoquímicos y ambientales posnatales, la existencia de anomalías neuroquímicas por alteraciones eléctricas repetidas (fenómeno kindling). Pese al avance de las técnicas de investigación en neurociencias, se necesitan más estudios que clarifiquen la etiopatogenia y la fisiopatología de las psicosis epilépticas y esquizofrenia, y también instrumentos clínicos más objetivos que ayuden a su diagnóstico diferencial. Palabras clave: Esquizofrenia. Psicosis epiléptica. Psicosis epiléptica esquizofrenialike. Kindling. Correspondencia: A. Rodríguez Urrutia. Centres Assistencials Dr. Emili Mirá i López. Prat de la Riba, 171. 08921 Santa Coloma de Gramanet. Barcelona. España. Correo electrónico: [email protected] Associations between epilepsy and psychosis: from clinical findings to neurobiology The present article aims to review the state of art in the medical literature concerning the differences and similarities between psychoses of epilepsy (POE) and schizophrenia. The perspectives of clinical features, neuroimaging, neuropsychology, genetics, electrophysiology, and neuropathology are taken into account to disentangle the complex relationship between the two disorders, more precisely their etiological mechanisms and whether there is a causeeffect relation between them. The results show that clinical evaluation and neuropsychology provide no basis for differentiation. In contrast, neuroimaging highlights several distinguishing features, i.e. the amygdala is larger in patients with POE than in those with schizophrenia. Neurophysiology shows significant differences in the N-100 component of auditory evoked potentials between POE and schizophrenia. The physiopathological hypotheses that address POE are more complex than those addressing schizophrenia since, in addition to the neurodevelopment disorder and the physical-chemical and environmental postnatal traumas, they add a new component, namely the presence of neurochemical disorders caused by repeated electrical disorders (kindling effect). Despite the progress made in research techniques in the neurosciences, more investigation is required to clarify the etiology and physiopathology of POE and schizophrenia. In addition, the development of further objective clinical tools would improve differential diagnoses. Key words: Schizophrenia. Psychoses of epilepsy. Schizophrenia-like psychoses of epilepsy. Kindling. Psiq Biol. 2006;13(6):211-9 211 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rodríguez Urrutia A et al. Relaciones entre epilepsia y psicosis: de la clínica a la neurobiología INTRODUCCIÓN La relación entre epilepsia y psicosis es una cuestión sin resolver. Prueba de ello es el gran número de publicaciones acerca de este tema, así como la falta de consenso entre sus autores, tanto en lo referente a la clasificación como a la etiología y al tratamiento de las psicosis epilépticas1. Ya desde la antigüedad, los trastornos neurológicos y psiquiátricos se relacionaron con dioses, demonios y otros fenómenos mágicos. Así, Hipócrates y Herodoto nos hablan de estos tipos de enfermedades. En los inicios de la modernidad, Pinel y Esquirol escribieron acerca de las relaciones entre la epilepsia y los trastornos psiquiátricos1. En la primera mitad del siglo xIx se consideraba a la epilepsia y la locura trastornos “neuróticos”. Posteriormente, con el deterioro del concepto de neurosis iniciado por Cullean2, la aparición de una nueva psicopatología descriptiva, la introducción de la estadística y la posibilidad de realizar estudios longitudinales de cohortes hospitalizadas, la epilepsia se redefinió como una enfermedad “neurológica”. La reacción de la psiquiatría a esta exclusión como trastorno mental estimuló la aparición de nuevos conceptos, como el de “epilepsia oculta”, que actualmente se corresponde con el de “borderland” o “equivalent”. La persistente incapacidad de encontrar un sustrato anatómico objetivo en las “neurosis” obligó a replantear el concepto de lesión; con las aportaciones de Laplace y Louis a la estadística en medicina, el redescubrimiento del arco reflejo y el rápido crecimiento de la fisiología, se llegó al desarrollo del concepto de “lesión funcional”. Éste fue uno de los momentos en que se produjo la escisión entre enfermedades neurológicas y psiquiátricas. Las “neurosis” con lesiones específicas y localizadas pasaron a formar parte de las enfermedades neurológicas. Así, se inició uno de los caballos de batalla de la psiquiatría con respecto de otras especialidades médicas: lo “orgánico” –lesión específica– frente o lo “psíquico” –sin lesión específica–. Otro de los problemas en la primera mitad del siglo xIx fue la aparición de una nueva psicopatología descriptiva, en donde la subjetividad del especialista tomó protagonismo. Los cambios “orgánicos” de las entonces enfermedades neurológicas escapaban de esa subjetividad. Éste fue otro de los principales factores de escisión de ambas especialidades: frente a la objetividad de la neurología, la psiquiatría pasó a tener un tinte subjetivo2. A finales del siglo xIx, gracias a las aportaciones de Morel y Falret, se volvió a los conceptos de “epilepsia larvada” o “epilepsia enmascarada”, y nuevamente se reclamó la epilepsia como trastorno psiquiátrico. Para ellos, la epilepsia era una enfermedad que podía expresarse tanto en forma de crisis como en forma de “locura”3. 212 Psiq Biol. 2006;13(6):211-9 A mediados del siglo xx vuelve a resurgir el interés por la relación entre epilepsia y psicosis. Kraepelin3 formula su hipótesis del antagonismo entre epilepsia y esquizofrenia. En 1955, Landolt4, basándose en el fenómeno de la normalización “forzada” del trazado electroencefalográfico durante el episodio psicótico en la enfermedad epiléptica, puso de manifiesto que entre las 2 enfermedades había una relación evidente en la presentación clínica, pero oscura fisiopatológicamente. En términos generales, podemos decir que hay 2 teorías en relación con ambas enfermedades: la hipótesis de afinidad, para la cual las crisis epilépticas predisponen a la psicosis5, y la hipótesis del antagonismo, de la que Landolt apuntó las primeras descripciones4. Objetivos Los objetivos de la presente revisión bibliográfica son: – Revisar la relación clínica entre la esquizofrenia y los fenómenos psicóticos en la epilepsia. – Analizar si hay una fisiopatología común entre esquizofrenia y psicosis epilépticas, evaluando los datos de la literatura médica en relación con los síntomas clínicos, la neuroimagen, la neuropsicología, la genética, la electrofisiología y el sustrato anatomopatológico de cada una de ellas. METODOLOGÍA Se efectuó una búsqueda en Medline. Se hizo una primera selección usando 2 términos principales ‘psychoses’ y ‘epilepsy’, y dada la enorme cantidad de artículos se acotó la búsqueda a relaciones entre ambos tipos de psicosis (esquizofrénica y epiléptica) sirviéndonos de los siguientes términos: schyzophrenia-like psychoses of epilepsy, epilepsy, psychoses, kindling, neuroimage. Los artículos seleccionados fueron los escritos en castellano y en inglés de revistas disponibles. Se excluyeron los que hacían referencia a técnicas quirúrgicas y hablaban únicamente de tratamientos, y se seleccionaron los que principalmente hacían referencia a las diferencias entre psicosis epilépticas y esquizofrenia, teniendo especialmente en cuenta la posible etiología común. RESULTADOS Parece que hay suficientes pruebas científicas que apuntan a que la relación entre epilepsia y psicosis no es sólo cuestión de azar6-8. Los fenómenos psicóticos en la epilepsia son de 6 a 12 veces más frecuentes que en la Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rodríguez Urrutia A et al. Relaciones entre epilepsia y psicosis: de la clínica a la neurobiología población general8. La población con epilepsia tiene casi 2,5 veces más riesgo de desarrollar esquizofrenia y casi 3 veces el riesgo de desarrollar psicosis epiléptica esquizofrenia-like (SLPE) si la comparamos con la población general7. No obstante, todavía hay dudas acerca de si los estados psicóticos interictales son una verdadera esquizofrenia, o tan sólo tienen algunos fenómenos clínicos comunes y/o un origen fisiopatológico común. Clínica La distinción entre la epilepsia y la esquizofrenia no supone dificultad en el momento actual, pues cada una tiene una entidad clínica ampliamente conocida. La epilepsia se define como el resultado de una descarga brusca, anormal por su intensidad e hipersincronía, de un agregado neuronal del cerebro que provoca episodios de movimientos corporales involuntarios y/o desconexión del medio9. La esquizofrenia se define como una enfermedad en la que se combinan episodios de alteración grave de la percepción, el pensamiento, la emoción, la motivación y la actividad motora con un trasfondo de deterioro psicosocial10. El problema surge al tener que filiar los síntomas psicóticos asociados a la epilepsia, porque son síntomas también presentes en la esquizofrenia. Además, resulta complejo saber hasta qué punto un síntoma psicótico en un epiléptico es parte de una esquizofrenia comórbida o forma parte de la misma epilepsia. Uno de los mayores problemas en el ámbito de las psicosis epilépticas es la falta de estandarización a la hora de definir qué se está estudiando8. Así, hay numerosa bibliografía publicada donde la información acerca del tipo de psicosis relacionada con la epilepsia es heterogénea3,4,11,12 y donde no queda claro si los síntomas psicóticos constituyen una parte de la enfermedad epiléptica o serían otro tipo de enfermedad psicótica como la esquizofrenia13-15, o en ocasiones se denominan los síntomas psicóticos como “psicosis”, “esquizofrenia” o “psicosis similar a esquizofrenia en epilepsia”, lo que origina una importante confusión terminológica8. A la hora de relacionar la epilepsia y la psicosis, varios estudios, desde los más clásicos16 hasta los más recientes, postulan que la epilepsia más asociada a psicosis es la epilepsia del lóbulo temporal (TLE)11,17, aunque otros hablan de formas generalizadas12, y otros no ven diferencias entre el tipo de epilepsia y los síntomas psicóticos7, con lo que se aprecia también la indefinición. Sin embargo, hay consenso en que las psicosis de breve duración y los síntomas abigarrados delirante-alucinatorios con ausencia de síntomas negativos-defectuales serían muy específicos de epilepsia frente a las psicosis esquizofrénicas14, más deteriorantes y crónicas. Uno de los cuadros clínicos más difíciles de distinguir es el definido por Slater como schyzophrenia-like psychoses of epilepsy (SLPE)6, dado que presenta muchas características clínicas comunes a la esquizofrenia. Sin embargo, muchos autores13,14,18,19 encuentran elementos para diferenciarlas, como por ejemplo la ausencia de síntomas negativos, un curso más benigno, mayor edad en el inicio de los síntomas psicóticos, baja incidencia familiar de esquizofrenia, elevados trastornos premórbidos de personalidad, afecto conservado, ausencia de defecto, así como ausencia de síntomas de primer nivel de Schneider20, que pudieran ser todos ellos peculiaridades de las psicosis epilépticas. Pese a esto, otros autores postulan que son trastornos muy similares21. En sus estudios clínicos, Méndez et al11 demostraron que, usando los criterios del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-III-R)22, las psicosis epilépticas podían ser diagnosticadas de esquizofrenia, lo cual parece demostrar la incapacidad del DSM para hacer correctos diagnósticos diferenciales de estos 2 cuadros psicóticos. Dada la dificultad de definir las psicosis asociadas a la epilepsia y diferenciarlas de la esquizofrenia, Matsuura et al23 proponen utilizar el sistema OPCRIT (operacional criteria checklist for psychotic ilness)24. El sistema OPCRIT es un cuestionario que proporciona un polidiagnóstico categorial y dimensional. Utiliza 90 ítems, teniendo en cuenta síntomas y datos demográficos, para llegar a un diagnóstico final basado en los 8 sistemas principales de clasificación para las enfermedades mentales de tipo psicótico: St. Louis Criteria, Taylor abd Abrams’ criteria, RDC, DSM-III, French classification, DSM-III-R, ICD-10, DSM-IV. El estudio de Matsuura et al confirma que, según el tipo de criterios diagnósticos utilizados, varía la frecuencia de esquizofrenia asociada a epilepsia. Los síntomas de primer rango de Schneider20 se han propuesto clásicamente como rasgos de las esquizofrenias nucleares y hay estudios más actuales en esa línea25. El estudio de Matsuura et al23 concluye que hasta los síntomas de primer nivel son algo limitados y actualmente controvertidos para la distinción de ambas enfermedades, y que, de hecho, no hay ningún factor clínico ni epidemiológico determinante que pueda distinguir ambas enfermedades, en línea con anteriores estudios26. Su conclusión final es que ambas comparten estructuras sintomáticas comunes y que sus diferencias radican más en términos cuantitativos que en cualitativos, lo que supondría hablar de un continuum dentro de las psicosis. Neuroimagen En los últimos años, las técnicas de neuroimagen han sido de gran ayuda para estudiar las enfermedades neuPsiq Biol. 2006;13(6):211-9 213 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rodríguez Urrutia A et al. Relaciones entre epilepsia y psicosis: de la clínica a la neurobiología rológicas y psiquiátricas, y han permitido observar anomalías estructurales en pacientes con epilepsia y esquizofrenia, y sus posibles interrelaciones. Los hallazgos neurobiológicos más significativos encontrados en la neuroimagen de pacientes con epilepsia y psicosis son las alteraciones del lóbulo temporal (las más frecuentes asociadas a epilepsia con psicosis interictales)6. Un aspecto no totalmente aclarado es si la patogenia de las psicosis interictales se centra únicamente en el lóbulo temporal o es algo más generalizada. Basándose en la fuerte asociación encontrada entre psicosis y TLE, Marsh et al27 realizaron un estudio con métodos cuantitativos en resonancia magnética (RM) para observar qué tipo de anormalidades cerebrales y qué localización presentaban 3 grupos de pacientes: esquizofrénicos, epilépticos con psicosis crónica interictal (POE) y TLE. El estudio reveló que la disminución de volumen de sustancia gris en TLE, epilepsia + psicosis y esquizofrenia, comparado con un grupo de controles sanos, se detecta no sólo en el lóbulo temporal, sino que está más extendido a lo largo de corteza extratemporal. Proponen que son las extensas alteraciones corticales en la epilepsia, y no el sitio de epileptogénesis en sí, lo que provoca la susceptibilidad a las psicosis crónicas. La neuroimagen propone 3 hipótesis que explicarían las relaciones etiopatogénicas entre ambas enfermedades27: 1. Que procesos independientes subyazcan en las alteraciones de volumen de ambas enfermedades, y al estar ambas presentes se adicionen. 2. Que compartan alteraciones del neurodesarrollo que afectarían a varias regiones cerebrales relevantes para la aparición de ambos trastornos. 3. Que haya desde respuestas neuronales aberrantes (alteraciones en la reorganización sináptica) hasta lesiones estructurales, daño cerebral adquirido, e incluso el efecto de la recurrencia de las crisis, que pueden llegar a generar psicosis. Los autores concluyen que la hipótesis más plausible es una combinación de los procesos 2 y 3. Las POE serían el resultado de la combinación de alteraciones en el lóbulo temporal y áreas extratemporales (proceso 3), y las alteraciones de volumen en la esquizofrenia y la epilepsia reflejarían alteraciones en los circuitos neuronales comunes que predispondrían a la epileptogénesis y a la psicosis (proceso 2). Cuando se estudian las alteraciones de la esquizofrenia, la neuroimagen ha encontrado pérdida de volumen en el lóbulo temporal, y más concretamente en el hipocampo y la amígdala28 y también disminución de sustancia gris cortical en regiones temporales29, prefrontales30 y parietales31. 214 Psiq Biol. 2006;13(6):211-9 A partir de la evidencia de pérdida de volumen en hipocampo y amígdala en esquizofrenia, Tebartz Van Elst et al13 compararon pacientes con TLE + POE, con pacientes con TLE para determinar si había diferencias en volúmenes hipocampales y amigdalares entre los grupos. Los resultados no sólo no revelan una disminución de volumen del hipocampo en pacientes con POE + TLE, sino que permiten observar un agrandamiento bilateral de la amígdala en estos pacientes. Hay pruebas científicas de agrandamientos de la amígdala en trastornos disfóricos asociados a la epilepsia frente a no disfóricos32. Parece, por tanto, que la POE podría ser una entidad distinta a la esquizofrenia, y que el agrandamiento de la amígdala apoyaría la asociación clínica entre trastornos disfóricos y epilepsia descritos hace más de 100 años por Kraepelin. Se sugiere incluso13 que el agrandamiento de la amígdala, junto con la disminución de volumen cerebral, podría ser específico para POE frente a esquizofrenia. La observación en la esquizofrenia de una disminución de la sustancia gris cortical en regiones temporales29, prefrontales30 y parietales31, ha llevado a estudiar si en la psicosis de la epilepsia también se observa esa disminución. Rüsch et al19 hicieron un estudio en el que compararon pacientes con LTE y psicosis epiléptica con pacientes que únicamente tenían LTE para ver si en la POE había, al igual que en la esquizofrenia, disminución de la sustancia gris en esas áreas. Utilizaron RM funcional usando el método voxel-based morphometry. No hallaron disminución de la sustancia gris en POE. Otro objetivo del estudio fue observar si esas diferencias de volumen se daban entre la psicosis interictal (SUPE) y psicosis postictal (PIP) comparado con un grupo control. No se obtuvieron diferencias. Estos resultados sugieren que la psicosis en la epilepsia es una entidad distinta de la esquizofrenia, dado que no hay diferencias entre PIP y SLPE, ambas serían 2 etapas distintas de un mismo trastorno: la SLPE sería una evolución de la PIP y no una psicosis esquizofrénica. De ahí la importancia de un diagnóstico precoz para evitar esa evolución. Neuropsicología Se han realizado numerosos estudios que analizan los déficit cognitivos en la esquizofrenia, y se observa una aportación predominante del lóbulo temporal a las anomalías cognitivas de la esquizofrenia, aunque se han encontrado lesiones en la totalidad del cerebro. FlorHenry, en 196916, concluyó que el daño cerebral temporal era un factor de riesgo para el desarrollo de esquizofrenia en pacientes epilépticos. Estudios más recientes obtienen los mismos resultados11. Otros estudios Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rodríguez Urrutia A et al. Relaciones entre epilepsia y psicosis: de la clínica a la neurobiología postulan el daño cerebral generalizado12; otros trabajos proponen la coexistencia de ambas33. Mellers et al34, en su estudio, intentaron averiguar si las anomalías de disfunción temporal en pacientes epilépticos eran suficientes para desarrollar esquizofrenia o no. Para ello compararon a pacientes esquizofrénicos con pacientes con SLPE desde un punto de vista neuropsicológico. Los resultados que obtuvieron son que los esquizofrénicos y los SPLE tienen prácticamente el mismo perfil neuropsicológico: ambos obtuvieron alteraciones de memoria, de atención y déficit generalizados. Mientras que los déficit de memoria podrían explicarse por alteraciones en el lóbulo temporal, el resto de déficit implican una alteración cerebral mucho más amplia. Los resultados apuntarían a que la patología del lóbulo temporal no es la única causa de psicosis similar a la esquizofrenia en pacientes epilépticos. Éste es uno de los motivos por los que creen que la asociación entre ambos trastornos se da en baja proporción: se necesitan la combinación de alteraciones del neurodesarrollo que impliquen alteraciones cerebrales temporales y otras generalizadas para que se produzca el trastorno. Para intentar clarificar los déficit cognitivos de cada trastorno, Nathaniel-James et al35 compararon a pacientes con SLPE, epilépticos sin psicosis, esquizofrénicos y controles sanos. El principal objetivo fue conocer qué proporción de alteraciones cognitivas se debían a la psicosis y cuáles a la epilepsia, para así poder comparar esquizofrénicos con SLPE. Los resultados obtenidos fueron déficit cognitivos en ambos grupos de psicosis, tanto esquizofrénicos como SLPE. Los déficit cognitivos en la esquizofrenia fueron los más pronunciados, con predominio en las funciones ejecutivas. Globalmente, el grupo SLPE puntuó en segundo lugar en las tareas ejecutivas, por detrás de los esquizofrénicos, y por delante de los grupos de epilépticos y controles. La conclusión a la que llegan es que en la esquizofrenia hay un declive cognitivo caracterizado por alteraciones de memoria y de funciones ejecutivas. En la SLPE el déficit tiene el mismo patrón, pero es menos pronunciado. Por lo tanto, estos hallazgos no apoyan el concepto de SLPE como entidad nosológica independiente y apuntan a la epilepsia como un factor de riesgo de desarrollar una forma exógena de esquizofrenia, relativamente benigna. Relación con la genética Hay un único estudio publicado en el que se presenta un paciente con síndrome cortical doble y SLPE15. El síndrome cortical doble es una alteración generalizada de la migración neuronal que se caracteriza por epilepsia intratable y disfunción intelectual, así como cuadros psiquiátricos asociados, entre ellos psicosis. Algunos de los casos están relacionados con mutaciones en el gen de la doblecortina (DCX) en la región Xq22.3-q23. En otros, no ha sido posible establecer la alteración genética existente. Alteraciones de la migración y citogenéticas se han observado ya en la esquizofrenia. Parece que la aparición de un cuadro psicótico esquizofrenia-like podría explicarse por las anormalidades de la red neuronal y las alteraciones citogenéticas en el caso reportado. De todas formas, perfilar si el cuadro es o no una esquizofrenia se escapa de las presunciones del estudio. En el futuro, deberán tenerse en cuenta las aportaciones de la genética al campo de las psicosis epilépticas y esperar que arrojen luz sobre su relación7. Electrofisiología Los potenciales evocados auditivos han servido también para intentar llegar a una fisiopatología y etiología comunes de ambos trastornos. Los componentes N100 y P300 son los que utiliza un estudio de Ford et al36, en el que se hace una comparación de esquizofrénicos con epilépticos, con y sin fenómenos psicóticos. Los resultados que obtuvo fueron igualdad en la P300 en esquizofrénicos y SLPE y diferencias en N100 entre esquizofrénicos y epilépticos con y sin psicosis. Parece que la P300 sería más indicadora de mecanismos fisiopatológicos comunes (vías cerebrales comunes) y que la N100 estaría más relacionada con mecanismos fisiopatológicos y etiológicos específicos de la esquizofrenia, especialmente los circuitos frontotemporales. Proponen que quizás la esquizofrenia y las psicosis epilépticas sean etiológicamente distintas, por eso difieren en la N100, mientras que los síntomas esquizofrenia-like serían fenocopias de la esquizofrenia, que compartirían vías cerebrales que provocarían los síntomas psicóticos. Por lo tanto, concluyen que la P300 no sería una buena candidata a estudiar como endofenotipo en la esquizofrenia, aunque sí la N100. Neuropatología Los estudios que se han hecho de neuropatología en las SLPE son limitados. Un estudio de Bruton et al33 comparó 3 grupos de pacientes: epilépticos, epilépticos + psicosis y epilépticos + SLPE. Observaron que los pacientes con psicosis y epilepsia presentaban mayor tamaño de los ventrículos cerebrales, mayor gliosis periventricular y mayor daño focal en comparación con los epilépticos sin psicosis. Los que tenían epilepsia + SLPE también presentaban más white matter softenings perivasculares. Las conclusión principal a la que llegan es que los epilépticos con psicosis tienen un Psiq Biol. 2006;13(6):211-9 215 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rodríguez Urrutia A et al. Relaciones entre epilepsia y psicosis: de la clínica a la neurobiología daño cerebral más extendido y severo en relación con los epilépticos sin psicosis, y no únicamente daño del lóbulo temporal, y que esas lesiones podrían deberse a cambios degenerativos y regenerativos cerebrales. Una revisión extensa de Sachdev8 ya sugería la presencia de disgenesias corticales y daño cerebral difuso en SLPE y apuntaba a estudios en donde se observaba que pacientes con SLPE tenían menor posibilidad de presentar esclerosis temporal mesial y más probabilidad de presentar lesiones tisulares como pequeños tumores, hamartomas y displasias focales. Mecanismos etiopatogénicos y fisiopatológicos de la psicosis en la epilepsia Uno de los grandes puntos aún en discusión se basa en los mecanismos etiopatogénicos y fisiopatológicos que subyacen en ambos trastornos y las relaciones causales entre ellas. Los 3 mecanismos que se han barajado como posibles propuestos por Bruens18 y discutidos en los artículos de Sachdev8 y Florez Menéndez y Gómez Reino37 son: 1. Predisposición genética a la psicosis precipitada por la epilepsia. Este mecanismo sólo tiene fundamento teórico, porque no se han encontrado más antecedentes de psicosis en los familiares de pacientes con ambas enfermedades comparados con la población general37. Sería una hipótesis de asociación causa-efecto, pero no una explicación etiológica. 2. Crisis epilépticas repetidas predisponen a la psicosis por las alteraciones eléctricas y el desarrollo de anormalidades neuroquímicas y neurofisiológicas que provocan. – Las psicosis como consecuencia directa de la epilepsia. Parece que la explicación de los síntomas psicóticos como consecuencia directa del trastorno epiléptico mediante actividad subictal continuada, mecanismos homeostáticos que reduzcan la excitabilidad epiléptica, y cambios neuroquímicos y neuroendocrinos, sí sería un modelo explicativo para las psicosis ictales y posictales directamente relacionadas con la crisis. Pero no es un modelo explicativo adecuado para las psicosis interictales por una razón temporal, pues la mayoría de series describen la aparición de este tipo de psicosis de 10 a 15 años posteriores a inicio aparición de la epilepsia1. – Kindling. El fenómeno kindling parece ser uno de los posibles factores que explican la aparición de psicosis en la epilepsia38. El kindling es uno de los fenóme216 Psiq Biol. 2006;13(6):211-9 nos que nos ha servido de modelo de investigación para entender los trastornos neurológicos y psiquiátricos; entre ellos la esquizofrenia, las crisis conductuales no convulsivas, etc.39, y consiste en la suposición de que la repetición de un evento favorece su nueva aparición, además, cada vez más temprano en las sucesivas generaciones de una estirpe o más grave dentro de un mismo sujeto. Aplicado a la epilepsia, es el resultado de múltiples descargas eléctricas cerebrales subumbrales, que finalmente facilitarían la propagación a lo largo de vías específicas hasta desarrollar lesiones mediante excitotoxicidad a través de receptores N-methyl-D-aspartate (NMDA), que generarían fenómenos psicóticos. Los aspectos clínicos que apoyan la hipótesis del kindling son37: la larga duración de la epilepsia previa al inicio de la psicosis; que los cuadros refractarios y con peor control de las crisis son más propensos a la psicosis; diferentes edades de inicio de la epilepsia y la psicosis, y diferentes tiempos de latencia en los distintos subtipos de psicosis epilépticas. Los aspectos neuroquímicos que apoyan la hipótesis del kindling son: crisis epilépticas generadas mediante kindling, que ocasionan hiperexcitabilidad dopaminérgica, y la dopamina (DA), que es un potente inhibidor de crisis conculsivas5. Esto podría explicar algunos aspectos de ambas relaciones como el antagonismo entre ambas enfermedades. Es decir, el efecto kindling mediante estimulación repetida provoca hiperreactividad dopaminérgica, que inhibe la aparición de las crisis y estimula la aparición de sintomatología psicótica40. En epilepsia se han utilizado como modelo experimental de kindling los ratones kainato. Los ratones kainato son animales de experimentación a los que se les inyecta kainato, que es un excitotóxico, en zonas corporales determinadas, para favorecer la aparición de epilepsia. Los receptores kainato son un subgrupo de receptores ionotrópicos del glutamato que se han implicado en la epileptogénesis. El mecanismo por el cual se explicarían los síntomas psicóticos en la epilepsia se deben a que el kainato provoca un estado de hipersensibilidad dopaminérgica. Se han usado modelos ratón kainato inyectando kainato intraperitoneal para el estudio experimental de LTE41. En un estudio reciente42, encaminado a evaluar las alteraciones de sistemas centrales dopaminérgicos como modelo explicativo de las psicosis en la epilepsia, se utilizó un modelo de ratón kainato. Se inyecta kainato a los ratones en la amígdala izquierda, el cual produce un estado epiléptico. Posteriormente se les administra un agonista dopaminérgico (metamfetamina), y se observa: Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rodríguez Urrutia A et al. Relaciones entre epilepsia y psicosis: de la clínica a la neurobiología a) Mayor actividad motriz en el grupo kainato que en el control, lo que demuestra que el kindling provoca hiperreactividad dopaminérgica. b) Concentraciones basales de DA extracelular menores en el modelo kainato que en controles, debido a aumento de la enzima dopa-descarboxilasa y a una menor concentración basal de DA (debido a la hipersensibilidad en los sistemas dopaminérgicos que origina el kainato). El estudio demuestra una hipersensibilidad en los sistemas dopaminérgicos, en la fase crónica del modelo TLE inducido por kainato, y concluye que podría ser esta hipersensibilidad dopaminérgica la explicación de las psicosis en la epilepsia. Otro estudio43 evaluó también la relación entre psicosis y epilepsia y propuso otro modelo explicativo de las psicosis periictales. Se estudiaron ratones a los cuales se les causó epileptogénesis límbica mediante la inyección de kainato, y posteriormente se observó el efecto producido sobre el umbral sensorial. Déficit en el umbral sensorial se han visto en varios trastornos psiquiátricos y entre ellos los pacientes esquizofrénicos44. Unos de los métodos utilizados para valorar alteraciones del umbral sensorial en humanos y en ratones es la medición del prepulso inhibitorio (PPI) del inicio de respuesta acústica (ASR). El ASR se reduce cuando el estímulo inicial es precedido por un estímulo “no sobresaltante”(non-startling), tanto auditivo como visual45. Los resultados que obtienen en el estudio43 son que la epileptogénesis química o la estimulación repetida de la amígdala per se no alteran el umbral sensorial, pero que la existencia reciente de crisis en ratas amígdala-kindled sí que lo compromete, y lo hace reduciendo el inicio de ASR de forma similar a estados psicóticos en humanos. Esto corroboraría la relación entre psicosis y epilepsia. 3. La epilepsia y la psicosis comparten vías neuropatológicas comunes que podrían ser localizadas (con énfasis en lóbulo temporal, frontal y cerebelo) o estar generalizadas por todo el tejido cerebral. – Anormalidades del neurodesarrollo que causan disgenesias corticales como factor común a ambos trastornos. El motivo de que cada una tenga edades de inicio distintas podría deberse a que cada una necesita un grado diferente de maduración o desarrollo del sistema nervioso central (SNC) para presentar síntomas. Además, se sugiere, por estudios realizados hasta la fecha, que la epilepsia exacerbaría disgenesias latentes, poniendo en marcha fenómenos psicóticos8. Parece, por tanto, que la epilepsia sería un primer nivel de disfunción y las psicosis un segundo nivel. Esta hipótesis no deja claro por qué no todos los pacientes con lesiones límbicas desarrollan ambas enfermedades y tampoco aclara la alter- nancia entre ambas ni por qué en algunos casos aparecen psicosis más graves que en otros37. – Daño cerebral difuso. Hay evidencia de que sujetos esquizofrénicos presentan alteraciones mucho más amplias que únicamente están localizadas en el lóbulo temporal46. Varios autores han encontrado relación entre psicosis epilépticas y alteraciones del lóbulo temporal11,16,17,43, aunque estudios posteriores indican que hay patología mucho más amplia que la localizada únicamente en el lóbulo temporal33, y que es similar a la reportada para esquizofrenia. Estos hallazgos proponen que la SLPE estaría relacionada con cambios cerebrales regenerativos y degenerativos no directamente relacionados con enfermedad epiléptica. Un cuarto mecanismo propuesto sería la combinación de neuropatología añadida a anormalidades neuroquímicas por alteraciones eléctricas repetidas. Esta hipótesis parece la más probable: epilépticos que desarrollan SLPE crónicas tienen una lesión cerebral que los haría vulnerables a la psicosis; esta lesión podría ser del neurodesarrollo, disgenesias corticales o por traumatismos, hipoxias, infecciones, etc. las anormalidades serían generalizadas, pero es particularmente probable que haya alteraciones de estructuras límbicas y, posteriormente, actividad ictal subumbral, fue mediante el kindling dañaría vías neurales que provocarían fenómenos psicóticos. Por último, tener en cuenta también el papel que juegan los fármacos antiepilépticos en la aparición de psicosis47. Uno de los posibles mecanismos que se ha sugerido es la reducción de los valores de ácido fólico. El ciclo del folato está implicado en la síntesis de neurotransmisores y neuromoduladores, por lo que alteraciones sanguíneas de ácido fólico podrían alterar su síntesis48. DISCUSIÓN Pese al avance de las técnicas de diagnóstico en neurociencias, no hay resultados claros y homogéneos para definir los límites entre psicosis epilépticas y esquizofrenia. El primer problema que se ha detectado es la heterogeneidad de síntomas clínicos o criterios diagnósticos empleados para definir ambas enfermedades. No se han encontrado criterios diagnósticos unívocos y que definan con precisión qué clase de enfermedades son objeto de comparación, y más concretamente sus subtipos. Esto empieza ya en el sistema de clasificación de las enfermedades mentales, tanto europeos (ICD10) como americanos (DSM-IV)22, donde se hace una división artificial dicotómica entre orgánico-no orgánico. Esto supone que la presencia de epilepsia automáticamente nos Psiq Biol. 2006;13(6):211-9 217 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rodríguez Urrutia A et al. Relaciones entre epilepsia y psicosis: de la clínica a la neurobiología llevaría al grupo de “trastornos mentales orgánicos”, excluyendo el diagnóstico de trastorno funcional, como el de esquizofrenia, aunque todos los criterios se cumplan1. El DSM-IV49 ha abandonado el término de orgánico, pero sigue requiriendo que el clínico juzgue si el trastorno es algo “primario” o “debido a enfermedad médica”, todo ello siembra mayor confusión a la hora de capturar la compleja sintomatología y la heterogénea etiología que entrañan las psicosis epilépticas. Un estudio reciente de Matsuura et al23 propone criterios más operativos (OPCRIT), pero que no son fáciles de administrar por el clínico. Uno de los grandes problemas aparece a la hora de diagnosticar la esquizofrenia. Hay criterios muy amplios y otros muy restrictivos. Estos últimos con la consecuente aparición de grupos poco claros como “trastorno psicótico no especificado” o “psicosis atípica” y con la consecuente heterogeneidad a la hora de establecer posibles relaciones causales con los fenómenos epilépticos. Otro de los problemas que hay es que los criterios operacionales no establecen la gravedad del síntoma, con lo que un trastorno psicótico leve puede caer bajo el mismo diagnóstico que una psicosis severa resistente al tratamiento. Dado que el resto de áreas de investigación son secundarias a la clasificación clínica, como se puede deducir, es difícil que surjan resultados discriminativos y que se clarifique la relación entre estas dos enfermedades. Las conclusiones principales de la revisión son: – La clínica no ofrece diferencias concluyentes y definitivas para hablar de entidades distintas y la neuropsicología tampoco. – Estudios de neuroimagen y neurofisiología concluyen mayoritariamente que los fenómenos psicóticos de la epilepsia (incluidos los interictales) son trastornos diferentes a la esquizofrenia. – Parece que hay evidencia de que las alteraciones de las psicosis epilépticas van más allá de alteraciones del lóbulo temporal y que presentan un daño cerebral más difuso. – También parece que las psicosis epilépticas son algo demasiado complejo como para poderse explicar tan sólo con un tipo de mecanismo y que los estudios apuntan a mecanismos fisiopatológicos varios para provocar finalmente el trastorno. En este punto, tanto desde la neuroimagen como desde la neurofisiología y la neuropatología, se sugieren 3 mecanismos. Parece que el mecanismo que conjuga el fenómeno kindling junto con vías neuropatológicas comunes a ambas sea el más plausible. Se prevé que los estudios con modelos animales sea una de las vías de investigación más importantes en el futuro para poder llegar a conclusiones más claras. 218 Psiq Biol. 2006;13(6):211-9 No se debe olvidar, al estudiar la relación entre la psicosis y la epilepsia, que no sólo se está ante un problema intrínseco a ambas enfermedades sino ante algo mucho más general que se origina de las siempre complicadas relaciones y escisiones entre la neurología y la psiquiatría a lo largo de la historia. Quizás no es sólo un problema de definición, clasificación, descripción, fisiopatología común, etc. Hasta que los conceptos objetividad-subjetividad, orgánico-psíquico, presencia de lesión-ausencia de lesión se clarifiquen y pasen a estar incluidos en un paradigma con fundamentos científicos bien establecidos, seguiremos en el camino de la, todavía hoy, controversia de las psicosis epilépticas2. BIBLIOGRAFÍA 1. Trimble MR. The psychoses of epilepsy. New York: Raven Press; 1991. 2. Berrios GE. Epilepsy and insanity during the early 19th century. A conceptual history. Arch Neurol. 1984;41:978-81. 3. Otto D. Psiquiatría antropológica. Santiago de Chile: Editorial Universitaria; 1993. 4. Hubert T. Estudios sobre la patogénesis de las perturbaciones psíquicas. México: Fondo de Cultura Económica; 1969. 5. Pollock DC. Models for understanding the antagonism between seizures and psychosis. Prog Neuropsychopharmacol Biol Psychiatry. 1987;11:483-504. 6. Slater E, Beard AW, Glithero E. 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