Conclusiones.

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Ide@s CONCYTEG 10(121): Julio, 2015
ISSN: 2007-2716
El activo y pasivo de los intangibles
menos los pasivos intangibles (Garcı́a y Simó, 2004; Harvey y Lusch, 1999; Caddy, 2000; Garcı́a,
Simó y Sallán, 2006).
Garcı́a, et al(2006) señalan que si la relación señalada en el párrafo anterior se cumple, entonces se
necesita construir una nueva metodologı́a, que permita identificar al menos la existencia de los pasivos
intangibles, para conservar el equilibrio entre los elementos del balance, por lo cual la presentación
contable mostrarı́a el equilibrio entre los activos, el pasivo y capital.
Otra visión interesante con respecto a este concepto es la propuesta por Caddy (2000), que establece
que el pasivo intangible es producto de una mala idea o decisión humana, que destruye la riqueza
presente o futura de la organización; el mismo autor ofrece un primer acercamiento a la medición
cuantitativa de este tipo de pasivos, que numéricamente puede ser muy sencillo al valuar una mala
idea y sus resultados en la empresa (Caddy, 2002), ejemplifica con un caso de un sistema de información fallido que requirió costos de desarrollo del mismo por una cantidad de dinero, ası́ los pasivos
intangibles se pueden calcular de la siguiente manera:
Pasivos Intangible = y + z + a
Donde “y” representa la determinación en términos monetarios de la factibilidad del proyecto mismo,
“z” equivale al costo de remplazo del sistema de información y “a” debe ser el costo de oportunidad
perdido como consecuencia de la falla del proyecto.
Por otro lado, entre los estudios que durante los últimos años se han desarrollado en torno a la conceptualización del término, se encuentran el de Harvey y Lusch (1999, citado en Chávez, Rivero, y De la
Torre 2012), que introducen la idea de que si una empresa se vende por menos del valor contable es
porque tiene algunos pasivos no registrados, pero que de alguna manera se proyectan al exterior dando
una imagen negativa de la organización, situación que genera una disminución en el patrimonio del
accionista y un efecto equivalente a un aumento del pasivo. Los autores coinciden con Caddy (2000)
al indicar que es necesario desarrollar los mecanismos y estrategias que permita a las organizaciones
prever y prepararse para gestionar adecuadamente dichos intangibles. Para este propósito elaboraron
un modelo que representa y ejemplifica las dimensiones que deben ser atendidas en la valoración de
los pasivos, integrando en un primer orden, las categorı́as de los intangibles relacionados con los procedimientos, con el desempeño humano, con de la información y con la estructura de la organización,
y por otro lado identifican que no solo actúan los pasivos que se generan en forma interna, sino que
estos últimos coexisten con los pasivos intangibles que provienen o se proyectan hacia el exterior.
En la tabla 1 se muestran estas relaciones y algunos de los eventos internos o externos que generan
pasivos intangibles.
Desde la perspectiva de Harvey y Lusch (1999), citado en Chávez, C. A., Rivero, V. M. y De la Torre,
H. T. (2012), aquellos directivos que se interesen por hacer crecer su competitividad y valor distintivo
manifiesto por el capital intelectual que poseen, deberán considerar el estudio no solo de sus activos
intangibles, sino también de sus pasivos para desarrollar estrategias que incremente la influencia de
los primeros y minorizar el efecto de los segundos.
Conclusiones.
En las últimas décadas ha tomado relevancia entre las organizaciones los estudios sobre intangibles
y capital intelectual, respondiendo a la preocupación de los directivos para lograr mejores posiciones
en los mercados y una valor distintivo mediante la generación de nuevos productos y/o servicios. Es
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