"El Templo del Cielo y el Palacio de Verano" son dos prodigios de armonía, en los que la arquitectura, dominada por la madera y el color, combina con la naturaleza, en esa sabia proporción que sólo los orientales han sabido crear para levantar estos monumentos a la sensualidad, el placer y la satisfacción de los sentidos. Y cómo olvidarnos de la única obra hecha por el hombre que se puede contemplar desde la luna simple vista: "La Gran Muralla". Esta gigantesca obra de siete mil kms de largo y 2500 años de antigüedad y una de las maravillas creadas por el hombre, no sólo servía de defensa, sino también de vía rápida de La Gran Muralla comunicación entre distintas partes del Imperio Chino.