Marcos 1, 6b - 11 En aquel tiempo proclamaba Juan: Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco ni agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo. Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: Tú eres mi Hijo amado, mi preferido. Para orar, meditar y vivir: Tú eres mi Hijo amado, mi preferido (comentario de Alberto Benito) Con este texto, comienza la noticia, difundida por Juan Bautista, de la llegada de alguien con más derechos que él. El segundo domingo de adviento tuvimos la ocasión de comentar esta noticia propagada por Juan. Veíamos entonces que desatar las sandalias a alguien es una imagen jurídica para simbolizar el derecho sobre alguien. Afirmando Juan que él no es digno de agacharse para desatar las sandalias del que está para llegar, está formulando su sumisión y dependencia del que está por llegar. La fuerza de éste radicará en su capacidad para introducir a las gentes en la genuina atmósfera de Dios. La segunda parte del texto (vs. 9-11) comienza con la noticia del bautismo de Jesús por Juan en el río Jordán. Para Marcos esta noticia no es significativa en sí misma, sino en cuanto ocasión para lo siguiente. En los dos versículos finales Marcos quiere dejar claro que Jesús es el más fuerte, cuya llegada ha sido anunciada por Juan. Para la descripción de esta llegada Marcos se sirve de imágenes y situaciones que la literatura judía, bíblica y no bíblica, relaciona con la venida del Mesías. Más allá del hecho, tal y como éste pudo tener lugar, el autor quiere ofrecer la realidad de un Jesús Mesías e Hijo de Dios. Esta realidad responde en parte a las expectativas judías y en parte las supera. Comenzando como estamos la andadura cristiana de este año litúrgico, bueno es conocer a quien va por delante marcando esa andadura. Se trata de uno que es fuerte. Cualidad imprescindible en un guía para que pueda ser seguido. Jesús posee la fortaleza capaz de generar seguridad en sus seguidores. Se trata de uno que responde a las expectativas de un pueblo ansioso de un mundo mejor. Esto viene a significar sustancialmente la afirmación de que Jesús es el Mesías. Se trata, por último, del Hijo de Dios. Es esta la razón última y fundamental de la fuerza de Jesús. La realidad divina de Jesús no es una impresión o un deseo de los seguidores; es algo que está en Jesús y que le hace ser Jesús; real con la realidad de lo divino y misteriosa con el misterio de lo divino. Esta realidad divina da sentido a todo lo que Jesús es y significa. Tarea: Durante esta semana, le propongo que consultemos, en varios textos y con los amigos el significado de la palabra “Bautismo”.