El Conde de Aranda y la Real Cerámica de Alcora

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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
El Conde Aranda y la Real Fábrica de Cerámica y Loza de L’Alcora.
Preámbulo.
Nací en l’Alcora hace sesenta y cuatro años, y desde que tengo uso de razón
recuerdo escuchar a las personas mayores hablar del conde Aranda, y de la fábrica de
cerámica artística de l’Alcora. Y yo siempre me hacia una pregunta: ¿por qué en
l’Alcora y no en otros pueblos vecinos u otras provincias o su Aragón natal?, o incluso
¿por qué no en el extranjero?. ¿Qué valoró en el año 1726 el Conde Aranda para
decidirse por nuestro pueblo?.
Son preguntas que me han acompañado al mismo tiempo que me hacia mayor.
Adulto a los 12.
Empecé a trabajar en lo único que había en mi pueblo, la cerámica, y después de
más de cincuenta años, siempre trabajando en fábricas, estoy empapado de todo el
proceso productivo de la cerámica y su evolución a lo largo de medio siglo. Es algo que
nunca se debería decir en voz alta, pero creo poder afirmar que de la cerámica y su
fabricación, lo sé casi todo.
Cuando comencé a trabajar contaba doce años y medio, o sea que fui muy poco
a la escuela, (cosa habitual en la época). Éramos una familia compuesta por cuatro hijos,
y por aquel entonces nuestros padres, como la mayoría, no le daban la importancia
adecuada a la educación. La tradición o costumbre hacía que comenzáramos a trabajar
lo antes posible con el fin de ayudar a la economía familiar, o como mi padre decía más
coloquialmente: “ meternos en la fábrica para tener un jornal más”.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Empezar a estudiar
Ahora, a mis sesenta y cuatro, estoy estudiando lo que de pequeño no pude, en
la Universidad de mayores. He podido aprender muchas cosas, para mi todas muy
interesantes. Estoy recuperando mi infancia.
Y ahora viene lo que considero mi “gran reto”, o preludio de otros muchos, o
uno de ellos. Voy a intentar contestar todas estas preguntas que me han acompañado
durante este medio siglo. Bueno, quizás no todas, pero sí las principales haciendo un
trabajo dentro del programa de tercer curso.
¿Quién era el Conde Aranda?, y ¿por qué eligió l’Alcora para su Real fabrica de
cerámica y loza?.
El trabajo.
Este trabajo lo voy a elaborar dividiéndolo en dos partes:
En la primera parte voy a intentar presentar al X conde Aranda, D.Pedro Pablo
Abarca de Bolea y Ximénez de Urrea, aunque el que fundó la fábrica fue su padre
D.Buenaventura Pedro Abarca de Bolea IX Conde de Aranda en el año 1726.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
En la segunda parte desarrollaré qué fue lo fundamental para que se inclinara
por l’Alcora y no por otras poblaciones para su Real fábrica de cerámica.
También en esta voy a hablar de la fábrica, ya que me toca de forma personal,
primero como trabajador, y después en mis últimos 26 años como empresario azulejero.
Siempre me atrajo todo lo que ellos hacían, las técnicas y métodos que ya
empleaban a principios del siglo XVIII, en el proceso de fabricación e incluso de
comercialización de sus productos.
La fabrica a principios del siglo XX
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Palacio del conde Aranda (Épila) X conde de Aranda Escudo Real de Felipe
(Zaragoza)
¿Quién fue D. Pedro Pablo Abarca de Bolea y Ximenez de Urrea X
Conde de Aranda?
Don Pedro Pablo X conde de Aranda nació el 1 de agosto de 1719 en Siétamo
(Huesca) y falleció en Épila (Zaragoza) el 9 de enero de 1798. Está enterrado en el
panteón de personajes ilustres en San Juan de la Peña (Huesca).
Monasterio antiguo de San Juan de la Peña(Huesca)
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
El epitafio que reza en la sepultura en San Juan de la Peña dice:
“Aquí reposan los restos mortales del Excmo. Sr. D. Pedro Abarca de Bolea, Conde
de Aranda, Grande de España, Capitán General de los Ejércitos y presidente del
Supremo Consejo de Castilla.”
Ilustrado promotor de todas las reformas útiles, hábil político, fiel consejero de la
corona y su digno representante en Lisboa, París y Varsovia. Se mostró digno de la
confianza de Carlos III, contribuyendo poderosamente al esplendor de su feliz reinado.
Con la tranquilidad y la Fe del cristiano, y la resignación del sabio, falleció en
Épila el 9 de enero de 1798.
La posteridad honra su memoria, la patria
le llora, le bendice agradecida.”
Estuvo casado en primeras nupcias con D.ª Ana María Pilar Silva y Portocarrero
Fernández de Híjar y en segundas nupcias, con Dª Maria Pilar Silva Fernández de Híjar
y Palafox (sobrina-nieta del conde) de este primer matrímonio, el conde tuvo tres hijos:
Su primer hijo, Luis Augusto, nace en Zaragoza el 26 de agosto de 1741.
contrajo la erisipela y falleció el 12 de noviembre de 1755, tenía 14 años.
Su segunda hija, María del Pilar Ignacia, nacida en Zaragoza el 17 de noviembre
de 1742. Se casó con D. Pignatelli de Aragón y fue la única hija que le dió
descendencia:
La tercera hija, Ventura María del Pilar, que llegó a contraer matrimonio,
falleció el 15 de noviembre de 1750, sin descendencia.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
De su Hija María del Pilar, tuvo 2 nietos Joaquina Pignatelli De Aragón y
Abarca de Bolea en 1764 y Luis Gonzaga Joaquín, que solo vivió tres años. O sea que
tuvo tres hijos y dos nietos, pero ni un solo heredero varón.
Vida.
Don Pedro Pablo Abarca de Bolea Ximénez de Urrea y Pons de Mendoza, era X
conde de Aranda con Grandeza de España de primera clase, IV duque de Almazán
igualmente con Grandeza, V marqués de Torres de Montes, IV marqués de Rupit y V
marqués de Vilanant, IV conde de Castellflorit, VI vizconde de Joch, XII vizconde de
Rueda y XI vizconde de Biota, XIX barón de Gavín, De Siétamo, de Clamosa,de Eripol,
XI barón de Trasmoz, de La Mata de Castilviejo,de Antillón y de La Almolda(en
Aragón),barón de Cortes de Arenoso y de Benilloba( en Castellón y Alicante), XIII
barón de Jorba y de San Genís, XV barón de Orcau y de Rabouillet,XXV barón de
Santa Coloma de Farners y de Taradell (en Cataluña y en el Rosellón), XIXseñor de la
Tenencia y Honor de Alcalatén, en Alcora (Castellón.)
Era asimismo, señor del valle de Rodellar, de los castillos y villas de Maella,
Mesones, Jarque, Tierga, Sestrica, Nigüella, Lucena de Jálon, Almonacid de la Sierra,
Salillas, Lumpiaque, Urrea de Jalón, Almazorre, Ola, Los Certales, y Puidecinca,
situados todos en Aragón. Señor de Tiurana, Vilaplana y Viladrau en Cataluña, y de
Mislata en Valencia.
En todos estos lugares y en muchos otros englobados en ellos
ejercía la plena jurisdicción civil y criminal, lo que le permitía nombrar a los alcaldes,
regidores, procuradores, escribanos y otros cargos subalternos.
Disfrutaba además de un número muy elevado de heredades y de tierras en
éstos y en otros lugares; Las casas de la calle San Pablo y el Coso en Zaragoza, más de
un centenar de casas en Barcelona con sus rentas, censos, y patronos y otros muchos
derechos señoriales distribuidos fundamentalmente en Aragón y Cataluña, pero también
en Valencia y en el Rosellón.(Francia)
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Poseía tambien la fábrica de cerámica de Alcora, la finca de Mareca con los
sotos de los Arbueses y de la Alberca (junto a la localidad de Salillas de Jalón), el
heredamiento del Olivar del Sotillo con una magnífica casa de recreo (en el término de
Rueda de Jalón) y casa adjunta, palacio de Madrid en los numeros 1 y 2 de La calle
Alta de Fuencarral, donde hoy se encuentra la sede del Tribunal de Cuentas.
El CONDE DE ARANDA COMO MILITAR.
El Conde de Aranda ingresó en el Ejército con
patente de capitán con sólo veinte años en 1740. En su
época la forma usual de hacerlo era comenzando como
cadete en un regimiento. Sin embargo, su caso, aunque
excepcional, no fue infrecuente en el siglo XVIII cuando
Busto del Conde
los monarcas usaban de su prerrogativa real para conceder
patentes de oficial incluso a menores de edad.
Lo mismo puede decirse de su ascenso a coronel dos años después, en 1742, con
el mando del regimiento de infantería de Castilla. Ese mismo año marchó Aranda con
su regimiento a Italia, participando así en la guerra de Sucesión de Austria. Fue herido
en la batalla de Camposanto en 1743, y posteriormente en la de Plaséncia en 1746. Su
comportamiento en la batalla de Camposanto le valió el ascenso a brigadier en 1743 y
más tarde en 1747 fue nombrado mariscal de campo con veintiséis años.
En 1754 conoció personalmente a Federico II de Prusia y presenció los
ejercicios de sus tropas en el campo de Postdam. Fue ascendido a teniente general en
mayo de 1755.
El conde de Aranda estuvo al servicio de cuatro Reyes; Felipe V, Fernando VI,
Carlos III y Carlos IV. Fue embajador en Portugal (1755-56) en Polonia (1760-62),
director general en Artilleria e Ingenieros , presidente del alto tribunal militar que juzgo
la perdida de La Habana en 1764, presidente del consejo de Castilla y capitán general de
Castilla (1766-73), fue capitán general de Valencia en 1764 y dos años más tarde
capitan general de Castilla la Nueva., embajador y ministro pleripontenciario en Paris
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
(1773-1787) y finalmente secretarió interino de estado o primer ministro de Carlos IV
en 1792, para luego continuar como consejero de Estado 1793,1794.
En 1767 Aranda volvería a presidir una nueva Junta de generales, esta vez con la
misión de terminar la redacción de las Ordenanzas generales del Ejército que debían de
sustituir a las promulgadas en 1728. La presidencia de Aranda se justificaba, decía la
orden de su nombramiento, “reconociendo que sólo bajo la actividad de V.E. puede salir
a la luz esa gran obra con el acierto y la brevedad que S.M. desea” Solamente
mencionar que estas ordenanzas estuvieron vigentes hasta el año 1978 en que su
publicaron las “Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas”.
Como combatiente, su comportamiento en la campaña de Italia permite
calificarle de valeroso. En una época en que la infantería combatía en orden cerrado y
así había de soportar las descargas de fusilería a corta distancia de los infantes enemigos
y las cargas de su caballería, se requería no sólo una fuerte cohesión en las formaciones,
que sólo podían proporcionar la instrucción y la disciplina, sino también el ejemplo y
ánimo de los jefes y oficiales.
Como organizador, desplegó una gran actividad en su cargo de director de
Artillería e Ingenieros. Sirva como ejemplo de su bien hacer en la variación en el calibre
del fusil reglamentario, cuyo error Aranda supo remediar a tiempo. En 1752 se había
propuesto y llevado a cabo la variación del calibre de 16 a 19. (Entiéndase en el siglo
XVIII por calibre el número de balas que se obténían de una libra de plomo).
Como táctico, sus conocimientos teóricos y prácticos fueron los de su
generación militar. En 1767 dirigió y ejecutó en parte, los importantes simulacros
militares que tuvieron lugar en los alrededores de Madrid de julio a septiembre de ese
año, con la presencia constante de Carlos III.
Como general en jefe, hemos de reconocer que la campaña de Portugal en 1762
no le proporcionó ciertamente la ocasión de un gran éxito. Dígase en su descargo que
hubo de ponerse al mando en una campaña ya empezada y que el ejército a sus órdenes
era el resultado de las economías y el abandono del reinado anterior
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Blasón X Conde de Aranda
EL CONDE DE ARANDA, EMBAJADOR Y POLITICO.
En la multifacética actividad del Conde de Aranda, caso de poner una escala de
valores, habría que empezar diciendo que por vocación fue militar antes que nada , si
bien se trata de una vocación frustáda y tan sólo practicada de forma directa en Italia
durante su juventud y en la breve y discutida campaña de Portugal de 1762.
El aspecto industrial, a pesar del especial interés que
siempre puso Aranda por su fábrica de loza fina de
l’Alcora, no pasó de ser una actividad secundaria,
hábilmente gestionada por fieles administradores bajo la
atenta mirada de Aranda y su mujer.
El empleo de embajador fue menos importante que el político. Y de las tres
embajadas que desempeñó tan solo la de París, por sus especiales características de
duración y por la importancia política de Francia en los años que precedieron a la
Revolución de 1789, es digna de destacarse.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
La embajada de París, que duró catorce años (1773-1787), reúne una serie de
características dignas de destacar. En primer lugar se trata más bien de un destierro
dorado que de un nombramiento político. Fue una salida “airosa” a su enfrentamiento
con Grimaldi y Campomanes, del que se hizo eco el propio Carlos III.
Tenido por Francés en España, fue español en Francia y combatió con tesón y
firmeza los prejuicios antiespañoles difundidos , entre otros, por Masson de Morvilliers
en el artículo “España, de la Nouvelle Encyclopédie” o por Fleuriot de Langle en su
“Viaje de Fígaro en España” libro que Aranda rebatió palabra por palabra y además
consiguió que fuera lacerado y quemado por mano de verdugo en el patio del Palacio
de Justicia de París como impío, sacrílego, blasfemo, destructor de las costumbres y de
la Religión, injurioso y calumnioso para con la Nación Española y su Gobierno.
Del Aranda político tres son también los momentos claves.
El más breve el de capitán general, presidente de la Audiencia y
gobernador del reino de Valencia, pues aunque en teoría estuvo
dos años, el primer año estuvo ocupado con la presidencia del
Tribunal Militar encargado de juzgar a los generales destacados
en La Habana en 1762. Sin embargo aunque fue breve, esta fue
muy intensa. Puso especial cuidado en restablecer el orden en la milicia, desarrolló el
sistema de riegos e incluso planificó el primer trasvase del Tajo al Júcar; fundó una
nueva población en Las Águilas, y se interesó por la justicia y la reforma educativa, en
íntima correspondencia con Mayans.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
El motín contra Esquilache y la huida de Carlos III a Aranjuez provocó, el
llamamiento urgente de Aranda a Madrid, siendo nombrado presidente del Consejo de
Castilla y capitán general de Castilla, con poderes e incluso sobre la guardia real, se
tuvo que enfrentar a un doble e inmediato objetivo. Poner orden en la capital del reino y
así tranquilizar al rey para su pronto retorno a Madrid.
Con habilidad y firmeza se ganó la confianza del pueblo, que acabó vistiendo la
capa corta y levantando las alas de los sombreros; desterró de Madrid a los sembradores
de especies sediciosas y procedio contra toda clase de personas sospechosas de haber
conspirado o participado en el motín, así fueran clérigos y jerarcas eclesiástico como
plebeyos o aristócratas de la más alta alcurnia.
Sería muy largo nombrar todos los decretos y reformas que hizo Aranda
encaminados a conseguir no sólo la paz interior sino la prosperidad agrícola, mercantil y
artística, no ya de la Corte sino de todo el reino.
Aranda suprimió la tasa de los granos e impulsó los movimientos de los baldíos,
a él se debe la Instrucción General para la iluminación de la Villa y Corte; dividió
Madrid en “ocho cuarteles” con sus barrios cada uno, y exigió a los alcaldes de cada
uno de los ocho cuarteles las normas relativas a la conservación del alumbrado, limpieza
y empedrado. Creó la popular institución de los serenos nocturnos y la de los diputados
y síndicos personetós del común de los pueblos con vistas al abastecimiento de los
mismos. Unió el Buen Retiro a la capital, intervino en la creación del actual Jardín
Botánico de Madrid y en el trazado del paseo del Prado. Es decir, sentó las bases
urbanísticas de Madrid, pero también cuidó de la construcción de buenos edificios
públicos en Zaragoza, Barcelona, Valencia, Sevilla y Cádiz.
Una de las cosas importantes del conde Aranda, en 1768 ser el primer industrial
de España que implantó en su empresa la jubilación retribuida.
Estableció varias colonias agrícolas en el centro de España y dictó leyes muy
acertadas para el desenvolvimiento de la producción nacional, la navegación de cabotaje
y la explotación hidrológica y de las cuencas mineras de España.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Fue una persona tan importante que se podía escribir todo lo que uno quisiera,
pero en mi modesto trabajo creo que todo lo explicado es suficiente para dar una imagen
de quien era el X conde de Aranda.
Si entrásemos en el tema personal, tengo una curiosidad que seguro llama la
atención: ¿podrían decirme quién es actualmente el heredero del conde de Aranda?
La respuesta es D.ª M.ª del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y De Silva
Fernández de Híjar y Abarca de Bolea XVIII. duquesa de Híjar, La XVIII condesa de
Aranda y XVIII Duquesa de Alba, entre otros títulos.
Contestada mi primera pregunta, voy por la segunda.
¿Por qué eligió l’Alcora para su Real Fábrica de Cerámica y loza?
L’Alcora. Real Fábrica de
Cerámica a principio de siglo
XX
La basa la vila y vista de
L’Alcora
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Planos de la real fábrica de cerámica de l’Alcora en 1805
¿Por qué eligió l’Alcora para instalar su Real fabrica de cerámica?. ¿Cuáles
fueron sus criterios o argumentos para decidirse por l’Alcora? Contestar a lo que el
conde pensó, creo que sería por mi parte demasiado pretencioso, pero la lógica que es
igual para todos, me da pistas sobre esos pensamientos.
El razonamiento lógico nos haría pensar en que antes de 1727 en l’Alcora había
21 talleres artesanos de alfareria tradicional, cantaros, ollas, etc…, por lo que la primera
conclusión es que las gentes de l’Alcora conocían dos cosas fundamentales en la
fabricación, el dominio del barro y la cocción de la cerámica. También en las cercanías
se encontraba arcillas de gran calidad, tanto en arcilla blanca muy moldeable y en color
rojo más dura, aunque menos moldeable.
Personalmente, como alcorino se me queda la duda, ¿ qué vería en las gentes de
l’Alcora?, porque el conocimiento de los procesos no lo es todo en un trabajador,
existen más variables a la hora de elegir al adecuado, como la honradez, la buena fe.
Siempre he pensado y deseado que una persona de la inteligencia del conde supo ver
esas características en nuestro pueblo, aunque como decía antes, siempre existirá la
duda razonable sobre sus pensamientos.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
La segunda conclusión es que el IX conde de Aranda era también décimoctavo
señor de Alcalaten, lo que era dueño del pueblo y podia instalar la fabrica en sus propias
fincas. La situación de l’Alcora tenía la ventaja de tener relativamente cerca el “
puerto,” salida de barcos mercantes, enlace a la exportación y comercialización de sus
productos.
A continuación voy a clasificar la historia de la Real fábrica de cerámica de
l’Alcora en cuatro épocas, que creó expresan con mayor fidelidad la trayectoria más
importante desde 1727 a 1895, ya que a partir de esta fecha hasta su cierre en 1940, la
firma Cristóbal Aycart, sería la última de todas, en los que la producción industrial
quizá fuera más comercial, además de que coincidía con la época del desarrollo
industrial y económico del siglo XX, época sobre la que no voy a incidir.
Cronología y descripción.
Octubre de 1726. Construcción de la fábrica. D. Buenaventura invierte para ello
más de 50.000 pesos. El conde estableció que todos los que entrasen a trabajar en ella
debían proceder de tierras del señorío, norma que no pudo mantener a la hora de
contratar el personal técnico.
1 de mayo de 1727. Comienza a funcionar la Real fábrica de loza y cerámica
bajo la advocación de san Pascual Bailón.
10 de mayo de 1729. El rey Felipe V concede, en la ciudad de Sevilla, una real
cédula por la que eximía de impuestos a la exportación de loza de l’Alcora y a la
importación de materias necesarias para la fabricación. Esta cédula se renueva
constantemente por los sucesivos monarcas: Fernando VI, Carlos III, y Carlos IV.
Este privilegio comportaba muchas cosas más, no solo la exención de impuestos
arancelarios. También los empleados quedaban libres de algunas obligaciones
contributivas y de cumplir en quintas ( líberados del servicio militar)
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Una de las primeras decisiones que tomo en la fábrica eran las primeras
Ordenanzas de 1727: “En el nombre de Jesús, Maria y Joseph. Y nuestro Patrón San
Pascual Baylon. D. Buenaventura Pedro de Alcantara, nombres ,apellidos, titulos etc.
Dice:
En continuación del zelo al servicio de su Majestad, al bien público de España,
y en especial a la conveniencia de nuestros Vasallos, con el que avemos mandado
construyr vna Fabrica de Loza, o Fayenza, En nuestra Villa de Alcora, y por el mes de
Octubre de mil setecientos veinte y seis; la qual de presente( por la gracia de Nuestro
Señor) se halla yá perficionada, y de buen quilates sus generos; Y como en ella residan
yá establecidos para sus manufacturas, poco menos de cien Oficiales, nos ha parecido
conveniente, para que tenga subsistencia, y no suceda desorden en vna Casa de tantos
habitantes, que cada dia se aumentan, dár, y mandar observar las presentes
Ordenanzas, que mirando ä los quatro objetos de la Justicia, Gobierno, Politica,y
Economia, constituyan en dicha Fabrica vn justo modo de obrar; un armonica
dependencia en los Ministros de ella, y demás empleados; vn adelantamiento de este
Comercio, y Policia dé trato; y vna ventajosa vtilidad de todos los interesados. “
A destacar: Nombra un jefe, que asume la gobernación de la fábrica, tanto
jurídica – Alcayde- como administrativa – director -.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Establece un territorio exento a favor de la fábrica, bajo la autoridad del alcaldedirector, con su correspondiente cárcel, para juzgar a los empleados, así como el
nombramiento de alguacil correspondiente. La jurisdicción queda limitada a la factoría,
pero obliga a las autoridades civiles de l’Alcora a que colaboren con el juez de la
fábrica, haciendo entrega inmediata a este de cualquier detenido por causas venidas de
aquella jurisdicción. Asi mismo, el Alcayde-Director, entregará “a los Ministros de
Justicia de nuestra Villa” cualquier reo que hubiese delinquido fuera y se hubiere
refugiado en la fábrica.
Nombra como sustituto durante las ausencias del Alcayde-Director al segundo
director, que identifica como Theniente. El Alcalde-Director y el Theniente prestarán
juramento antes de tomar sus cargos ante el conde o ante el gobernador de la Thenencia.
Crea la figura del Alguacil y pide se le respete como ministro de justicia, así
mismo, ordena se destine a cárcel un lugar seguro dentro de la fábrica. Deja muy clara
la separación de jurisdicciones, pues además de lo expresado añade:” no entrará en la
fábrica, ningún Ministro de la Villa con vara levantada.”
Crea las penas que se deben imponer a los infractores y establece que ninguna de
estas se ejecute fuera del recinto:
· Los sobornadores. Serán castigados a cuatro meses de Carcel, y cien ducados de
multa por la primera vez, y por la segunda con pena corporal á arbitrio del Juez, según
las circunstancias”
· A los que rompan unilateralmente su contrato de trabajo: Obligarle a cumplir su
contrata y castigado con un mes de Carcel.
· A los ladrones: Ponerlos a la vergüenza con el hurto al cuello por espacio de dos
horas, y pagar por vía multa el cuatro doblado del valor de lo que hurtáre.
·
A los que conspiren contra la fábrica (saboteadores): Pena de 200 azotes
irremisiblemente, y si hubiere sucedido daño, deba pagar todo el perjuicio causado”.
· A los amotinadores: A los que causaren inquietud, pendencia u oposición a lo que
mande el Director, o riñendo entre sí, sean castigadas por cada vez, con tener al más
culpado 15 dias en la Carcel. Si los empleados quieren elevar cualquier queja o
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
reclamacion al Director, no podrán presentarse ante la citada autoridad más de dos, de lo
contrario, serán castigados como tales amotinadores.·
Obliga a que los subordinados hablen a sus superiores gorra en mano, muestra de la
aplicación de su disciplina militar al mundo laboral.
La fábrica la pone bajo la protección de san Pascual, y en la capilla interna de la
fábrica se establece la celebración de dos fiestas religiosas. Una a expensas del conde, el
día del patrón y otra a expensas de los empleados, el domingo siguiente. Manda reunirse
en dicha capilla a rezar el rosario una vez terminados los trabajos, los sábados y vísperas
de fiestas. Los demás días dirigirá el piadoso ejercicio cada regidor de cuadra en la
última hora de trabajo de la tarde sin que cese en el trabajo.
Un apartado que nunca descuidó fue la formación. La primera ordenanza de
gobierno de la fábrica instituía la academia de aprendices de doce a dieciséis años, que
debían ser naturales de la comarca de Alcalatén. Desde entonces los maestros estaban
obligados a impartir clases formativas, como indica el contrato de Ochando en 1727.
Tampoco se descuidaba la formación general por técnicos especialistas; así hasta 1732
permaneció en la fábrica un maestro instructor en moldes de origen extranjero, que
formó a los cinco oficiales que la fábrica tuvo en el departamento hasta 1735.
Horario: manda trabajar 10 horas en invierno y 11 en verano. (curiosas las
ordenanzas vistas desde el siglo XXI)
Primera época:
La primera época de la fábrica, que tuvo una duración desde 1727 a 1749.
Mancerina de Soliva.
Bacias de barbero
Crespina de Alcora
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Cornucopia el aire
Mural ceramico Cornucopia el agua
Explicaré muy brevemente como era el proceso de fabricación, ya sabemos que
la cerámica consiste en el arte de fábricar y decorar objetos de barro y que la arcilla es
el material básico.
En la fábrica usaban la siguiente técnica: En primer lugar moldeaban las piezas
sobre barro, y se cocían a temperaturas desde 950 a 1000 grados, en primera cocción.
En segundo lugar se esmaltaban sobre blanco y se volvían a cocer otra vez 950
a 1000 grados. A esta fase se la llamaba segunda cocción.
En tercer lugar se imprimían los colores para la decoración y se volvía a cocer
por tercera vez a “petit feu”, ( término acotado entonces por técnicos de la fábrica, ya
que la gran mayoría provenía de Francia,) a 650 grados aproximadamente. Hasta el
momento todo el proceso es el mismo que hacemos nosotros en la actualidad, salvando
la diferencia que el proceso de cocción de ellos era en un ciclo de 40 horas, y dos días
de enfriado, en los hornos mayores se cargaban con 14000 piezas ( en la actualidad el
ciclo de cocción es de 12 horas en mufla para piezas grandes o con gran relieve y 40
minutos para piezas planas). Por lo demás todo sigue bastante igual.
Esta explicación es muy elemental tanto para los que trabajamos en la cerámica,
como para los ajenos a la materia, pero creo que es suficiente, pues mi intención, es
primordialmente, poderos contar la historia de la Real fabrica de cerámica y Loza de
Alcora.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
La instalación fabril comenzó como un pequeño edificio con dos hornos, un
molino de ocho muelas y dos balsas, que se amplió entre 1729 y 1735 cercando un
amplio espacio, construyendo una nave para almacenar tierra y leña, perforando un pozo
y añadiendo otra balsa, un horno, otro molino y una nave para almacenar loza. Entre
1743 y 1753 se añadieron a las instalaciones dos molinos de tahona, un molino para
refinar el barniz, dos hornos para dorar, nuevas balsas y nuevas naves de trabajo.
Existían varios tipos de hornos, desde los de loza a los de barniz o para realizar
fritas. En general eran hornos verticales de tiro directo por convección, En 1743 Y
1753 se mencionan pequeños hornos para cocer reflejo metálico al estilo de Manises.
Las pastas alcoreñas para mayólica se obtenían de las arcillas de sedimentación
formadas en las tierras triásicas de la zona, que según la documentación se extraían de
una mina del monte San Cristóbal. También se usaba la veta de tierra del lugar de la
Font de la Sardana, la arcilla roja de Olleros, y como desengrasante las rocas silíceas de
alcorna.
Inicialmente el conde contrato a un grupo de maestros franceses, José Olerys,
Eduardo Roux y Sebastián Carbonel, fueron contratados como dibujante, pintor, y
modelador, respectivamente. El español José Ochando (1746-51 se formó en la fábrica
como dibujante y maestro de talla, llego a ser maestro principal, también destacó el
aragonés Jacinto Causada y los modeladores Julián López y Joaquín Ferrer, además del
prestigioso dibujante Julián Más, también natural de l’Alcora, que después de haber
trabajado como dibujante en la fábrica adquirió por meritos la plaza de Director de
dibujo y Grabado de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos en Valencia. En
1736 la fábrica llegó a tener 136 empleados y una producción mensual de más de 25000
piezas, que se redujeron a 90 empleados y 17000 piezas en 1743, tras un periodo de
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
crisis de ventas y reivindicaciones laborales de los aprendices. (és curiosa cuando
menos la tendencia a repetirse que tiene la historia)
La crisis pudo ser laboriosamente enderezada en 1744 bajo la dirección de
Cayetano de Allué registrándose unas 300000 piezas anuales a pesar de que la media de
marzo, abril y junio no superó las 15000 piezas.
En la primera etapa la fábrica se componía de un director, un segundo director,
un tesorero, un guarda-almacén principal, un segundo guarda almacén y factor, sesenta
y seis pintores de los cuales había ocho maestros, cinco oficiales de moldes, cuatro
auxiliares para hacer el barro, dos molineros de barnices y colores, tres maestros de
hornos, nueve auxiliares de retoque y hornos, un portero, cuatro peones para cortar leña,
un carpintero y seis auxiliares de carpintería.
En 1726 el conde contrató al marsellés José Olerys quien trabajó como primer
dibujante y director de tornos con alguna intermitencia hasta 1737, cuando regresó a
Francia para instalar un taller en Moustiers.
Piezas decoradas al estilo Bërain.
Uno de los estilos que toma la fabrica en su primera época es el estilo Bérain,
¿Quién era Bérain?
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Jean Bérain fue diseñador en la corte de Luis XIV e inventor de unos diseños
inspirados en los grutescos, en los que mezclaba personajes mitológicos y animales
fantásticos con baldaquinos, vasos, y flores con cenefas como puntillas, etc.., todo ello
muy elaborado y de gran éxito no sólo en cerámica, si no en grabados, y otras artes. Las
puntillas Bérain no desaparecieron hasta bien pasado el siglo XVIII.
Algunas piezas pueden fecharse por estar firmadas por sus autores o pintores
cuyo periodo de servicio en la fábrica es conocido. Con seguridad, podemos incluir
entre los estilos decorativos de la primera época modelos que posteriormente perduraron
con más o menos cambios. Se atribuye a Olerys la introducción de las pequeñas
guirnaldas de flores, mientras a Roux se le considera el iniciador de las decoraciones de
encajes u orlas Bérain. Junto a ellos trabajaron los pintores franceses Pedro Maurissy y
M.Grass y los españoles José Calbo, el conquense y magnificó pintor Miguel Soliva,
Cristóbal Cros, Miguel Vilar, Francisco Grangel, Cristóbal Badenes, Vicente Ferrer,
Cristóbal Mascarós….. etc.
De Soliva se conservan mancerinas con guirnaldas florales y piezas con
chinescos y se atribuye a Mascarós una salvilla de tema báquico conservada en el
Instituto Valencia de Don Juan, pintada cuando aún era aprendiz en 1731.
Jean Bérain
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Piezas significativas de la primera época son la fuente mitológica de Apolo, la
bandeja con el triunfo de Alejandro, firmada por Miguel Soliva y se encuentra en
(Metropiltan Museum de Nueva York).
En esta época de hecho, la azulejería es escasa y no se fabricó en un tiraje
amplio. Se conoce un conjunto de placas para los Mercedarios del Desierto de las
Palmas, realizado en claroscuro azul en 1733, en el que se representa el tema de los
Siete Dolores de la Virgen. En la serie policroma se realizó una alegoría con santos y
santas y ángeles que representan los días de la semana, conservándose en Alcora una
placa de San Cristóbal fechada en 1740, Finalmente, las placas funerarias se iniciaron
en la primera época como demuestra la de la sepultura de D. Gregorio Castellanos, el
cuarto juez subdelegado de la fábrica y gobernador de Castellón fallecido en 1743.
El IX conde de Aranda unía lo útil a lo agradable fabricando platos que, aparte
educar el gusto nacional y dorar la dura píldora de la agricultura, convertida en moda,
proveían las mesas de sus palacios de vajillas que celebraban, en sus alegres decorados,
la grandeza de la agricultura”.
D. Pedro Pablo asume a los veintitrés años
la organización y dirección de la fábrica.
D. Pedro Pablo, al igual que su padre,
apenas vivió en Alcora pero sí mantuvo una
reiterada correspondencia con los maestros,
artistas y directores, que le iban informando
y consultando sobre la dirección y marcha de la empresa. Aprovechaba los viajes por las
distintas capitales europeas (1746) para visitar manufacturas de porcelana y de vuelta en
Zaragoza, donde permanece una temporada para ocuparse de sus propiedades (1747-
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
1750) hace pública el primero de enero de 1749, la modificación y ampliación de las
primeras Ordenanzas de 1727.
Su espíritu liberal y humanitario se refleja en los nuevos estatutos, que liberan a
sus empleados de las agobiantes prácticas religiosas impuestas por su padre, al mismo
tiempo que dispone premios a las mejoras técnicas, subsidios por enfermedad y
jubilaciones pagadas. (algo impensable en su tiempo)
Asimismo establece que el gobernador del estado del conde sea el director
general de la manufactura, nombra un tesorero como responsable de los asuntos
económicos y un director artístico. Otro estatuto obliga a los artistas a firmar todas sus
obras, normativa que se incumplió desde el primer momento, como también se infringió
la orden de 1784, dictada por la Junta General de Comercio y Moneda, que obligaba a
marcar con una A las piezas de Alcora para diferenciarlas de los productos de los otros
talleres o “ fabriquetes” ubicados en los alrededores. Estas ordenanzas se mantuvieron
vigentes hasta su muerte y fueron una vez mas modificadas en 1779 y 1810 por sus
herederos.
Segunda época
Antes de entrar en la segunda época de la fabrica, 1749 a 1798, solo comentar
que desde 1750 a 1754 el conde estudia tácticas militares en Prusia. En su lugar la
condesa, depositaria de sus plenos poderes, actúa como supervisora del patrimonio de
los Aranda y contando con el asesoramiento y plena confianza de su consorte firma los
documentos de 1752, 1754, 1765 y 1774, en los que se otorgan prórrogas o amplían las
gracias que la monarquía había concedido a la manufactura.
En esta época la manufactura seguía a un ritmo vertiginoso la producción de
vajillas y objetos ornamentales de loza. Era de una calidad tal que hoy en día se le
24
El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
considera la mejor loza europea del siglo XVIII. Las decoraciones seguían las modas
del momento: en las series de la primera época 1717-1749, Berain, Olerys, chinescos,
influencia de Rouen y rallado rojo., predomina el estilo afrancesado, el color azul, los
temas cultos y las formas barrocas.
En la segunda época destacaron Vicente Prats (activo entre 1750 -1789) que
llegó a maestro de la sección de pintura, debió tener un papel importante en la
renovación decorativa y en la difusión de la rocalla, al igual que Pastor y Álvaro. Éste
último pertenecía en 1789 al grupo de los pintores de porcelana, sección de la que fue
nombrado maestro y director en 1799 tras Pierre Cloostermans.
En 1787 se contrató en el mismo París a Pierre Cloostermans a Chirstoph Boull
y al suizo Petro Reinhart, que dieron impulsó a las pruebas.
Estos nuevos aspirantes debían de supervisar la producción de porcelana tierna
teñida al estilo de Wedgwood, la tierra de pipa, los esmaltes y los colores. A Pierre
Cloostermans, en 1788 se debe la construcción de un nuevo horno para la tierra de pipa
y en especial la forma de regular la combustión considerada revolucionaria ya que
consiguió reducir ampliamente los tiempos de cocción, de 40 horas a 24 horas, también
intervino en la creación y reforma de los modelos escultóricos con el fin de adaptarlos
al estilo fin de siglo.
¿Qué era la tierra de pipa?
Martín realizó una famosa tierra de pipa con arena de Fanzara
y del Mas de
Quaresma, tierra de Fansara , sal común y tierras de San Vicente Y Araya. Esta fórmula
era llamada pipa antigua y dio como resultado un cuerpo muy compacto de color
cremoso, que se acababa en bizcocho o con cubierta realizada con minio, sal, arena,
cristal, alumbre, potasio y barniz. Más tarde Pierre Cloostermans creó otra reduciendo
las operaciones a dos al eliminar la fríta, usando tierra de Araya, del Viso del Marqués,
piedra de la Jana calcinada y una cubierta de minio, cristal, sal marina y arena del Mas
de Quaresma.
El período en que coincidieron Pierre Cloostermans y Domingo de Abadía fue
muy positivo en cantidad y calidad de productos conseguidos, a pesar que coincidió con
la competencia de les” fabriquetes” y de las tensiones internas protagonizadas por
Pastor y Álvaro, maestros de torno y de decoración en porcelana y formulación de
colores respectivamente, celosos del poder de Abadía y Cloostermans. Las tensiones se
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
centraban en negarse a compartir sus fórmulas, criticar los nuevos hornos del segundo, y
quejarse de que se les negaran las tierras experimentales que usaba Cloostermans.
El modelado se realizaba a torno, pero es sabido que desde 1733 se empezaron a
fabricar los platos con moldes y se amplió la producción, hasta entonces la vajilla, con
los adornos escultóricos, de modo que se atendió a los propósitos del conde de “no
concretarse a la fabricación de vajillas, sino llegar a producir adornos de casas y
jardines a precios más económicos que los pagados por los artículos importados”
En 1789, bajo la gerencia de Domingo de Abadía y la dirección técnica de Pierre
Cloostermans, Habia en la fábrica 32 tornos o ruedas de loza, cuatro destinadas a
porcelana y cinco a tierra de pipa, y la producción anual alcanzó un centenar de
hornadas.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
La escultura se realizaba en la Quadra de Dibujantes Arquitectos y Tallistas, al
frente de la cual estaba el Regidor o maestro principal. Éste trazaba el esbozo sobre
papel y después ejecutaba la figura en tres dimensiones. Los oficiales estudiaban el
modelo, señalaban su despiece y creaban los moldes para conseguir los primeros
vaciados de escayola y de ahí sacar el molde de tiraje.
Existió desde siempre una intención de mejorar la producción y de dejar en
formularios los logros que se iban adquiriendo. Así se conserva el documento “ Recetas
de los colores que se usan en mi fábrica de Loza de Alcora” (1749), firmadas por
Olerys, Jacinto Causadas, Julián López y José Ochando, las “ Rezetas para Bernizes”,
los “Secretos de Christian Kniffer sobre la loza y porcelana” (1764) , y el Quaderno de
rezetas de vernizes y colores para cuarenta y ocho oras de fuego o cincuenta” También
las “ Prescripciones de cómo pintar en diferentes colores sobre porcelana” y la “
Preparación de colores metálicos y barnices” ( muy interesantes a mi parecer)
Los maestros poseían sus propios libros de notas, así Martín se queja del robo
del suyo, y Cloostermans hecha en falta el que tenía para gobierno de la fábrica a su
regreso de Cataluña en 1795.
Mientras el conde en sus viajes oficiales tampoco perdía la ocasión de visitar
colecciones de cerámica, y también de entrevistarse con artistas o inventores
relacionados con la cerámica.
Un dato que siempre me causó sensación es el siguiente: Tras haber visitado la
colección de veinte mil porcelanas orientales de Augusto III, príncipe de Sajonia,
expuestas en su Palacio Japonés de Dresde, y advirtiendo la pasión que don Pedro Pablo
tenia en conseguir porcelana dura, para ello contrata en mayo de1764 a Johan Christian
Knipffer de Meissen, quien acepta trabajar para él durante seis años enseñando sus
métodos, las fórmulas de la porcelana al estilo alemán y los esmaltes metálicos en oro y
plata. Knipffer no tuvo éxito en las investigaciones pero aún así, vendió sus secretos al
conde por doscientos pesos.
La segunda época de la fábrica (1749-1798) fue sin ninguna duda la de más
éxito, pues anticipándose a las modas de su tiempo, cambiando el estilo rococó francés
de la primera época, se fue introduciendo en el gusto a la italiana e implicaciones
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
holandesas. Triunfan las series de rocalla, flores naturalistas, trofeos militares, de
barcos, de la madamita, del cacharrero y de la pintura de ramito.
Bacoza de loza
alcoreña
Plato de loza
de Alcora
Manzerina
Sopera 2ª época
2ª época
En cuanto a la producción, los registros de la segunda época citan muchos más
modelos y variedad decorativa que con anterioridad, y se recoge incluso un molde de
pila bautismal en el informe de 1763. En esta época destaca la llamada “fauna de
Alcora” figurillas de animales en forma de salseras o soperas de brillante policromía
que se consideran modelos de Cristóbal Mas o Clemente Aicart. También son típicos
los llamados “platos de engaño”, tratados en policromía y con frutas o animales que
imitaban piezas naturales.
Destaca por su curiosidad la firma” Joaquín Saborit aprendis”, que consta en los
registros de 1783, en un plato con una alegoría de las ciencias en el que se representa a
Tales de Mileto.
Una pieza de importancia por su calidad y clarificadora de las tendencias
estéticas por estar muy bien documentada, es la pila bautismal de la Iglesia de San
Martín de Tours de Salillas de Jalón, adquirida en 1787. Por ella se pagó el elevado
precio de siete libras, ocho sueldos y doce dineros, cuando un plato grande de primera
valía una libra y cuatro sueldos en 1791.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Comentar que a pesar de la gran acogida de los productos dentro y fuera del
país, l’Alcora nunca obtuvo beneficios. Los propietarios habían invertido parte de su
patrimonio en la ampliación de las instalaciones – entre 1743 y 1753 se construyeron
naves con capacidad para tres mil operarios y balsas para el barro, en la construcción de
hornos específicos para cada tipo de arcilla, y sobre todó en la investigación de las
tierras con el único fin de descubrir el secreto de la composición de la pasta de
porcelana. (seguia el conde con su gran obsesión, la porcelana dura)
Otro de los muchos detalles que vuelven a llamar mi atención: El 12 de octubre
de 1751, en París, firma un nuevo contrato por doce años por 400 pesos (1600 francos)
con Francois Haly, quien debía trabajar en la búsqueda de la pasta de porcelana dura o
caolínica (este era el camino y el secreto que debía haber conocido el conde, y,
personalmente creo, que murió sin conocerlo). En el caso de que la obtuviera antes de
seis meses Haly recibiría un bono de mil francos franceses. La fórmula debía entregarla.
por escrito al notario Blay Ortells.
Maqueta de horno de Haly.
Haly no consiguió su propósito pero dejó la maqueta de un horno especial para la
porcelana natural, datado en 29 de junio de 1756 hecho a proposito para el conde, y que
se conserva en el Museo Nacional de Cerámica de Sévres (Francia). En la maqueta que
se exhibe se puede leer: Modele de four póur la Porselene naturele fait par Haly. Pour
Ms le Comte daranda. Alcora se 29 juin 1756.
Sin ninguna duda para mi, el Sr, Haly si que conocía el secreto de la porcelana,
pues conocía los dos elementos esenciales, la tierra caolinica, y la temperatura de
cocción adecuada, los 1400 grados.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Como curiosidad, o información: los chinos inventaron la porcelana dura en el
año 700 D.C.
El primer europeo que descubrió el secreto fue Johan Bötgger, un alfarero de
Meissen que trabajaba para el principe electo de Sajonia en 1703 y en 1756 Bernardo de
Palissy se instalo en Sevres y también descubrió como producir porcelana dura. Las
fuentes de información del conde no eran muy buenas, pues estuvo cerca sobre todo de
Bernardo, pero no lo conoció ¿Quizás Bernardo terminó lo que el Sr. Haly estuvo a
punto de conseguir? El año de su descubrimiento es el mismo del prototipo de la
maqueta de horno 1756. ¿Casualidad? Que cada uno saque sus conclusiones.
De todas maneras, a pesar de que no conseguia la porcelana dura, el conde
Aranda seguia en su proposito, todavía en 1786 el conde firmó un contrato con la
Fabrique á la Reine de la calle Thiroux de la ciudad de París, para que durante un año y
medio los artistas Vicente Alvaro y Cristobal Pastor, (para mi dos de los mejores
artistas ya salidos de la fábrica), para que aprendieran allí el arte de la verdadera
porcelana.
Todos estos ensayos resultaron muy costosos a los propietarios sucesivos y en
definitiva sólo se consiguió una pseudo porcelana o pasta tierna.
También en 1774 Aranda contrata en París a nuevo candidato para la
investigación, Francois Martín debía encargarse de la construcción de hornos y muelas
y fabricar porcelana, loza y por primera vez en España tierra de pipa. Martín fue víctima
del espionaje industrial y tuvo serios problemas con el director y otros artistas de la
manufactura, y así se lo hizo saber personalmente al conde en París en 1782. La
situación no mejoró y perseguido por sus fracasos y tal vez las tensiones en la fábrica,
puso fin a su vida en 1786, pero antes de morir había iniciado la producción de tierra de
pipa de estilo inglés.
Este nuevo material contó con una gran acogida en toda Europa donde se le
consideraba tan elegante como útil, además de ser más barato que la porcelana tierna y
más duradero.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Con estas piezas extraordinas de distintos estilos de cerámica doy por concluida
la segunda época, de la Real fabrica, destacando que fue sin ninguna duda la mejor, en
toda su larga existencia, también comentar que al principio dije que el conde Aranda
apenas estuvo en Alcora, pero hay una excepción. El 28 de mayo de 1790 vinieron a
esta villa los señores conde y condesa de Aranda, D.Pedro Pablo Abarca de Bolea y
Ximénez de Urrea, y su segunda esposa, D.ª María del Pilar de Silva Fernández de Híjar
y Palafox.
Por lo expuesto, los señores condes cuando vinieron a nuestra villa tenían 70 y
23 años respectivamente. El conde cumplió los 71 años de edad el 1 de agosto
encontrándose en la villa alcorina.
La estancia en L’Alcora debió de durar de cuatro meses a dos años, según se
desprende de la documentación realizada de su puño y letra, la cantidad de escritos y
órdenes que firma fechados en nuestra villa así lo atestiguan ( se conservan todos los
originales de los escritos y ordenes de este tiempo). La población recibió con bailes a
sus señores y la manufactura inmortalizó al conde mediante retratos en forma de bustos
y placas de varios tamaños y diferentes arcillas. Este tiempo lo empleó en solucionar
problemas y administrar personalmente la Real Fábrica, interviniendo en todos los
departamentos: gerencia, comercial, plantilla de personal…., y tratar de aplacar las
disputas entre directores y artistas y observar por sí mismo los experimentos científicos.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
El conde Aranda ya mayor
Busto policromado
Busto de tierra de pipa
También me llama la atención el anuncio que acompaña este escrito, pues como indica
en 1791, ya tenía una visión comercial como en la actualidad los grandes almacenes.
La recua arriera, sistema de transporte usado
para distribuir la cerámica, por España en 1727.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
La comercialización
Los sistemas de ventas y comercialización han sido descritos exhaustivamente
por Ximo Todoli. Los productos de Alcora eran vendidos incluso en Roma, Nápoles,
otras ciudades italianas, Francia y Portugal. En 1753 se solicitó la exención en la
exportación a América por el puerto de Cádiz, desde donde se remitieron piezas ya en
1733. En América ha sido hallada en abundancia en lugares tan remotos como Buenos
Aires. La venta se realizaba a través de los llamados depósitos o factorías, existiendo
una amplia red en 1730 tenía sedes en Madrid, Barcelona, Tarragona, Tortosa, Girona,
Toledo, Valencia, Murcia, Cartagena, Cádiz, Puerto de Santa María, y Palma de
Mallorca. Para ser vendida en éstas o a través de arrieros y al por menor en la misma
fábrica, la mercancía debía disponer de un certificado de procedencia firmado por el
gobernador de Castellón.
Formas. Las solicitudes de exenciones o privilegios fiscales a la Junta de
Comercio se acompañaba siempre del envío de una muestra de la producción. Así en
1736 ésta incluía escribanías, mancerinas, platos, jarras, teteras, pirámides, láminas,
salvillas y jícaras. En otra relación de 1753 la variedad es mucho más amplia e incluía
adornos de mesa, salvillas, cajas con figuras de animales,(perros, leoncillos), de reloj o
simples, tinteros, platillos, platos de de diferentes tamaños que se describen con la
terminología general valenciana ( de polla, de media polla), de concha(crespinas),
jícaras, estatuas, ensaladeras, escribanías, fruteros, vinagreras, velones, floreros, botes,
toneles, etc..
Alcora difundió en España el servicio de mesa “a la francesa” que incluía
azucareros, bandejas, botellas, cubos o refrescadores, mangos de cuchillo, cucharones y
cucharas de té o café, soperas, salseras, salvillas, zafas, vinagreras, terrinas, ensaladeras,
teteras y chocolateras, platos hondos y llanos, compoteras y ensaladeras etc. También
se introdujeron las piezas decorativas de fantasía, como los llamados platos de engaño
en los que las frutas compartían el plato con lagartos o reptiles, todo en cerámica de
acabado muy realista, y figurillas o centros de mesa, floreros, candeleros, bustos, placas
religiosas, o mitológicas, lámparas ornamentos para chimeneas, placas para mesas, junto
a piezas de tocador como las cajas de peines, etc.. (Como veis muy completa la lista de
productos que comercializaban)
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Plato con reflejo metalico
aguamanil
mancerina
Tercera época
La tercera época de Alcora fue desde 1798 a 1858 , dentro de los reinados de
Carlos IV, Fernando VII e Isabel II, con el intervalo de la guerra de la independencia, de
paralización nacional. Su nuevo dueño tras fallecer el conde X Aranda, por sucesión
hereditaria fue D. Pedro Pablo de Alcántara de Silva XI conde de Aranda, que continuó
la marcha de la empresa con la fabricación de modelos conseguidos por sus antecesores,
aunque evolucionando hacia un elegante neoclasicismo, de mayor austeridad.
Pzas producidas con tierra de pipa, tercera época.
Lo primero que hizo don Pedro Pablo, fue redactar las terceras ordenanzas el 19
de marzo de 1799.
Cuestiones a destacar:
· Se crea la intendencia General, que sustituye a la Dirección. LLevará la
correspondencia con el duque y le dará cuenta de entradas y salidas de loza y caudales.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
·
Se señalan las obligaciones del intendente de la fábrica, y que en sus ausencias le
sustituya el administrador del señorío. Así mismo, la intendencia estará compuesta por
un intendente y dos interventores (primero y segundo), con voz y voto, pero que no
tienen facultad para despedir a ningún maestro u oficial.
·
El intendente principal tendrá sujetos a todos los empleados, las facultades
correctivas y la jurisdicción. Así mismo manda que los interventores se presenten en la
fábrica elegantemente vestidos, con casaca de militar o frac.
·
No nombra ningún maestro principal de toda la fábrica, porque no siendo capaz de
hallar sujeto que entienda con perfección de todos ramos, sería dar motivo para
resentimientos, y que no obedeciesen al elegido en lo que mandare..
·
Nombra Maestros de Pipa y unifica a Christoval Pastor y Francisco Garcés, este
último como agregado, a fin de que se trabaje pipa y porcelana dura con abundancia.
·
Aprendices. No habrá más que el número que asignen los maestros. Por la mañana
realizarán sus estudios y las tres horas de la tarde en la Escuela de Dibujo, barrer y
limpiar. Los aprendices deberán saber la doctrina cristiana, leer, escribir y contar, para
ser admitidos como tales.
· Horarios: durante el invierno, de 7 a 12 de la mañana y desde la 1 hasta la puesta de
sol; durante el verano, de 6 a 12 de la mañana y de 2 a 6,30 de la tarde. Prohíbe, de
momento, que se trabaje en los días de media fiesta.
· Alguacil. Seguirá siendo el mismo que tiene el alcalde mayor de la tenencia, y le
obliga a que se presente ante el intendente dos veces al día, una por la mañana y otra por
la tarde.
· Ordena un día de cepo para el que pronuncie palabras iracundas, obscenas y
deshonestas, griterío…. Y el despido si reincide.
· No se llamará a nadie por su apodo o sobrenombre y mantiene la obligación a todo el
personal de descubrirse ante un superior.
El 15 de julio de 1800, añade a las anteriores ordenanzas unas modificaciones
que por su interés les muestro.
Aparte de que se guarden y cumplan los 23 capítulos de aquella, con las adiciones
siguientes.
· Señala el día de junta para los maestros, que se reúnan los sábados por la tarde, y
establece los asuntos que han de tratar en ellas.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
· Descarga al primer interventor de la obligación de presenciar y anotar la obra que entra
y sale de los hornos. Nombra para este cargo a Cristóbal Andrés, maestro de barnices.
· Al segundo interventor, Vicente Prat, lo nombra responsable de clasificación de
calidades, con la presencia del intendente.
· El señor duque se queja de que en el momento en que nombró a los maestros estos
dejaron de trabajar, y aparecían en la fábrica como hombres desocupados y no fue ni era
este su ánimo ni intención. Ordena que, verificadas las operaciones propias de cada uno,
se pongan a la cabeza de sus oficiales:
· Vicente Álbaro, maestro de pintura fina, tiene suficiente con un día a la semana para
preparar colores, así que se dispone que los cinco días restantes se ponga a la cabeza de
sus oficiales dándoles ejemplo. Continúa con Mariano Causada, Joaquín Ferrer,
Cristóbal Andrés, etc.
· Deja claro que la pipa y la porcelana quedan bajo el encargo del maestro Cristóbal
Pastor, y el Maestro Francisco Garcés, ayudado por un oficial, de las fritas.( curiosas
las ordenanzas)
Serie chinesca
aguamanil
fauna de alcora
Las formas sacadas durante este dilatado período predominantemente se
obtuvieron de modelos alemanes e ingleses; son de gran calidad las series de pequeñas
figuras religiosas y alegóricas, muy originales por su factura y colorido las de animales,
que se denominaron “ Fauna de Alcora”, del 1798 a 1815, de las que fueron artífices
importantes Cristóbal Mas y Clemente Aycart. Gran parte de la “Fauna”, la formaban
animales tan conocidos del hombre como ánades, gallos, reptiles, rumiantes…., de bello
modelado y pintura.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
. También se realizó con gran dignidad iconográfica la escultura cerámica dedicada a los
nobles personajes de la casa: es famoso el busto de loza blanco del X.º conde de Aranda
y también los de los nuevos dueños los duques de Híjar y algunas damas, entre otros.
En esta época, Los Álvaro y Pastor fueron excelentes directivos.
Por consejo del alcorino y conocedor de las cuitas de la fábrica Domingo
Mascarós, contrató como intendente a José Ferrer, el dueño de una de las fabriquetes
instalada en Ribesalbes. Con ello se hacía con un director pretendidamente inteligente y
capaz, y eliminaba parte de la competencia inmediata, ya que pactó en el contrató que
de las doce ruedas de Ribesalbes, ocho se trasladarían a Alcora, las otras cuatro
terminarían la producción en curso y después rompería los moldes de obra alcoreña y se
dedicaría Ribesalbes a realizar loza económica como la de Manises, Teruel o negra de
ollas, abandonando totalmente la tierra de pipa y la obra fina. Sin embargo no resultó
todo tan fácil. Al incorporarse a la fábrica el 28 de marzo de 1799, Ferrer se encontró
con la animosidad de sus maestros, así que sólo permaneció al frente hasta septiembre
de 1800, ya que tampoco había cumplido lo pactado con el Duque y además no le
satisficieron a éste las calidades conseguidas.
Plato de engaño Ceramica.
Busto de barro del conde
Estilo Berain.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Comentar solo como final de esta tercera época, que D. Pedro Pablo Alcántara
de Silva, tuvo
problemas con los vecinos de L’Alcora,
el pueblo se levantó en
septiembre de 1801 contra este duque en la llamada “Revolta dels Caragols” No le
respetaban como autoridad y se negaban a pagarle impuestos, L’Alcora siempre
perteneció a la casa de Aranda, no a la de Hijar que la consideraban extraña y ajena.
La cuarta Época
La cuarta época seria la última de todas y duró desde 1858 a 1895, en el reinado
de Isabel II, de su madre y regente doña María Cristina de Borbon, cuarta esposa de
Fernando VII .
D. Agustín Telmo, hijo del anterior, XII Conde de Aranda, realizó las cuartas
ordenanzas el 1 de enero de 1810.
Disponen que la intendencia general se compondrá de un intendente, un
contador, un tesorero y un interventor con voz y voto en su junta particular y general.
El intendente (principal jefe de la fábrica), a quien todos los empleados deberán
estar sujetos, tendrá todas las facultades correctivas y la jurisdicción. Llevará la
correspondencia con el duque y le dará cuenta y razón de las entradas y salidas de loza y
caudales. En su ausencia le suplirá el administrador de la tenencia de Alcalatén.
El contador es el administrador de la parte económica. Lleva el libro de caja y
además el control de producción (hornadas), También le suplirá en ausencias el
administrador de la tenencia.
Le confiere el cargo de interventor a Vicente Álvaro, manteniéndole el puesto
que tenía de maestro de pintura: guardará la llave del almacén, vigilará todos los talleres
y dependencias, el peso del plomo y estaño, de la leña y la paja, y la entrada de materias
en la fábrica. Nombra suplentes de Álvaro a los maestros Pastor y Causada, como para
el de maestro de pintura a Pascual Álvaro, hijo de Vicente.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Nombra maestro de la obra de pipa a Cristóbal Pastor y lo deja solo, sin
Francisco Garcés, que pasa a ser maestro de porcelana.
Pide la construcción de un horno especial para la porcelana dura.
El 1de enero de 1825 el XIII duque de Hijar, D.José Rafael Fadrique XIV conde
de Aranda dicta nuevo reglamento y las Quintas Ordenanzas que llevan incluida nueva
tarifa de precios fechada en Madrid, el 18 de febrero de 1825.
En estas quintas ordenanzas, crea la superintendencia general, que recae en su
apoderado general en Valencia. Este asume la jefatura superior de la fábrica y llevará la
correspondencia con el duque, así como todo el control administrativo. Además le
concede la facultad de poder despedir o admitir empleados.
Entre otras cuestiones, mantiene las mismas horas de trabajo de las anteriores
ordenanzas y los aprendices asistirán a la escuela de dibujo una hora diaria. De 5 a 6 en
verano, y de 4 a 5 en invierno.
D. Rafael intentó rehacer la fábrica con escaso éxito ya que finalmente ésta se
arrendaría a los hermanos Ramón y Matías Girona, en tratos desde 1842 y con arriendo
efectivo en 1851, terminando por vendérsela en 1858. No hay duda que la Guerra de la
Independencia y la inestabilidad del periodo afectaron la marcha de la fábrica. A buen
seguro que la distribución comercial se vió truncada y seguramente decayó la
producción.
Al frente de los talleres estuvieron Vicente Álvaro como maestro de pintura,
nombrando además Interventor en 1810 y que contó con su hijo Pascual Álvaro como
adjunto desde ese momento. Sin duda ayudó en la actualización de repertorios la
contratación de Luis Poggeti como maestro de dibujo entre 1815 y 1818, antes Director
de Laboratorio de Mosaico del Rey, y tambien de Domingo Palmerani, ambos con
experiencia previa en la fábrica del Buen Retiro. Francisco Garcés destacó en los jaspes
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
y se le encomendó desde 1810 la fabricación de la porcelana. A Cristóbal Pastor se le
encomendó la pipa. Y a Mariano Causada, tras su aventura en Onda, trabajó como
maestro colorista.
En esta época había bastante confusión en la fábrica, y problemas con las
calidades de algunas líneas de productos, como tierra de pipa o porcelanas. José
Delgado quería eliminar algunas producciones como la porcelana natural y la frita dura,
ya que consideraba que ello provocaba grandes dispendios y poco provecho económico.
También en esta época se fabricaron un juego de tocador para el Duque de Aliaga, y una
vajilla para su hijo, también se hicieron doce jofainas o lava-piés para la reina, con filete
azul y escudo real, y” botes para mantecas para la Botica del Rey “
Una de las innovaciones a destacar de este periodo fue la incorporación de la
loza estampada introducida por Francisco Rolandi en 1819, realizada por
procedimientos calcográficos. (otra curiosidad, este procedimiento lo empleamos en
nuestra fábrica actualmente)
La tarifa de 1825 nos ilustra de los productos del último periodo, tras una
gravísima caída de las ventas e ingresos que se registraron entre 1818 a 1822. La
producción comprendía porcelana, loza, pipa blanca y estampada, y otros tipos llamados
concha o rayados. A pesar de la decadencia, la Exposición de Industrias Españolas de
1827 premió a la fábrica en su centenario con medalla de oro, último dato anecdótico
antes de que el duque arrendara su fábrica.
La situación era insostenible y seguía empeorando por momentos. El duque, en
un desesperado intento de reflotarla, busca una salida, para lo cual intenta arrendarla,
con el ánimo de que alguien con posibilidades económicas y técnicas pueda devolverle
su esplendor, el anuncio, que a continuación transcribo es elocuente:
“Se arrienda una fábrica de porcelana y loza, sita en la villa de Alcora, conocida con el título de
Fabrica del Conde de Aranda, a tres leguas de Castellón de la Plana, en la provincia de Valencia, con
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
todas sus existencias de materiales y lozas, modelos, moldes, hornos, edificios, máquinas, molinos y
demás enseres para la fabricación, con uso de aguas propias, que está tasado todo, con exclusión de varias
cargas, en dos millones apróximadamente. Los sujetos que gusten interesarse en el arriendo pueden
acercarse a saber las condiciones en Madrid a la contaduría del Escmo. Sr. Duque de Híjar, dueño de
dicha fábrica, en Valencia a D. Joaquín Font, abogado, administrador general de los estados de S.E. en
esta ciudad.
Valencia, 6 de Mayo de 1834. Joaquín Font.”
Como he dicho anteriormente, en 1858 pasan a ser los propietarios los hermanos
D. Ramón y D. Matías Girona. Un largo y costoso pleito, que impidió el renacimiento
de la fábrica, tuvieron los nuevos propietarios con la Beneficencia valenciana, que era
propietaria de un censo de importancia y benéfico, que fundó sobre ella la casa de
Aranda.
Fue D. Cristóbal Aicart Moya, abogado alcorino, el que a partir de 1895 sucedió
a los Girona.
Todavía se conservan 3 hornos árabes de gran valor, y que l’Alcora quiere
declarar BIC la fábrica del Conde de Aranda, personalmente creo que seria un gran
acierto si se consiguiera y poder rescatar de la historia de l’Alcora, esta época tan
brillante de la Real Fábrica del Conde De Aranda.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
Conclusion
Creo que ya he llegado al final del reto que me propuse, solo deciros que no me
podía nunca imaginar todo lo que he disfrutado, pues aunque sabía algunas cosas, ahora
se que no sabía nada, pues es tan grande toda la historia de nuestro personaje y de la
Real fábrica, que se podían escribir, no este pequeño trabajo, si no un gran libro
.(Gracias UJI.)
En l’Alcora existe una Asociación de Jubilados y Pensionistas llamada “Conde
de Aranda” que realizó un magnificó viaje cultural, que un servidor tuvo el placer de
realizar, denominada RUTA DE LOS CONDES DE ARANDA.
En esta excursión de dos días, visitamos primero el pueblo de donde presta su
nombre al titulo: Aranda de Moncayo, Ubicada en el extremo oeste de la provincia de
Zaragoza, En una casa ubicada en una de las muchas calles estrechas y empinadas, se
encuentra incrustada en su frontal, una preciosa placa de cerámica de 40x40 con su
escudo nobiliario de los Urrea(Conde de Aranda), El alcalde nos recibió y atendió de
manera ejemplar y nos acompaño por su villa explicándonos la historia, nos regalo un
libro “reseña histórica de la Villa de Aranda de Moncayo” de 1878,
Después estuvimos en Épila, Feudo de los condes de Aranda, visitamos su
Palacio Condal, gran edificio medieval, enfrente de la escalinata que lo une a la
monumental Parroquia de Santa María la Mayor, es de una belleza y riqueza artística
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
extraordinaria. En la primera capilla de la derecha junto al presbiterio, reposan los restos
de D. Lope Ximen de Urrea, virrey de las dos Sicilias y padre del también llamado D.
Lope que fue el 1º Conde de Aranda en 1488. Por la parte posterior del Palacio, éste
queda unido mediante un portal (similar al portal de Marco en Alcora), al Convento
Claustro de las Concepcionistas (1623), en cuyo oratorio reposan los restos de los
Escmos. Sres. D.Antonio Ximénez de Urrea y Dª Maria Luisa de Padilla (V Condes de
Aranda). Estos Señores fueron los promotores del magnífico convento/ sepulcral y a su
vez grandes benefactores de l’Alcora, sufragando la construcción de la iglesia y
convento de San Francisco en l’Alcora (La iglesia se conserva extraordinariamente en la
actualidad, después de una remodelación)
Y finalmente visitamos San Juan de la Peña: lugar donde reposan los restos del
más famoso de los condes de Aranda el X Conde D. “Pedro Pablo Abarca de Bolea y
Ximénez de Urrea” nuestro persona de este trabajo.
Para finalizar este trabajó detallo una relación de museos donde se puede
contemplar y admirar la cerámica de la Real fábrica de cerámica y loza del Conde
Aranda:
-
Museos de Arte Moderno y Artes decorativas de Barcelona, ahora el Museo de
Pedralbes,
-
Arqueológico Nacional,
-
Museo Nacional de Cerámica,
-
Museu de Belles Arts de Castelló,
-
Museo de Alcora,
-
Museo Gonzalez Marti(Valencia) el Cau Ferrat de Sitges,
-
Museos de Villanueva y la Geltrú,
-
” Vicente Mallol Giner” de Alcora,
-
Arqueológico de Córdoba,
-
Provinciales de Lugo y Pontevedra,
-
Museos del Marqués de Cerralbo (Madrid)
-
Cerámica de Valencia en el palacio del marqués de Dos Aguas,
-
Museos Arqueológico y de Bellas Artes de Murcia,
-
Museo Provincial de Zaragoza,
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
-
The Hispanic Society of America.
-
Victoria And Albert Museum.
-
Metropolitan Museum(Nueva York).
BIBLIOGRAFÍA
Puchol Ten, Jose Manuel
De Urrea a l’Alcalaten
ARA 1719-1798
El Conde de Aranda
AA.VV.
El esplendor de Alcora,Cerámica del S XVIII
Baso Andreu, Antonio
El conde de Aranda,fundador de la Real Fäbrica.
La cerámica Valencia 1727-1858
La Real Fábrica de Alcora y sus imitadores.
Wikimedia, Inc.,
Porcelana de Alcora
Olucha, F.
Noves dades dades per l’historia de la cerámica
D’Alcora
Sánchez-Adell, J.,
Primeros años de la fabrica de cerámica de
L’Alcora
Todolí, X.,
El reflejo métalico en la cerámica de Alcora.
Escrivá M
Historia de la cerámica de Alcora
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
AGRADECIMIENTOS.
A mi amigo, Jose Manuel Puchol Ten, cronista oficial de la villa de l’Alcora,
por su magnifico libro de Urrea a l’Alcalaten, por la ayuda en la corrección de este
trabajo y resolverme las dudas que tenia y contrastar , datos y fechas de la historia.
A mi hijo David, por la ayuda en el montaje e impresión de este trabajo.
Y finalmente a mi esposa Conchita, por el tiempo que le he quitado de su compañía,
Gracias.
Escudo de la villa de L,Alcora.
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El conde Aranda y la Real Fábrica de L’Alcora
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