7 Intenciones del apostolado de la oración

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“Feliz encuentro con la palabra”.
Editorial Paulinas
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Intenciones del apostolado de la oración
Por la evangelización: Por todos los cristianos, para que, fieles
a las enseñanzas del Señor, contribuyan con la oración y la caridad fraterna, a restablecer la plena comunión eclesial, colaborando para responder a los retos actuales de la humanidad.
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mento de todo, por ello se necesita construir la propia
vida sobre cimientos sólidos, que permanezcan incluso
cuando las certezas humanas se debilitan. Quien construye sobre esta palabra edifica la casa de la propia vida
sobre roca (cf. Mt 7,24). (Documento Verbum Domine. 10).
Continúa el documento Post Sinodal, diciéndonos
que: “La Palabra divina nos introduce a cada uno en el
coloquio con el Señor: el Dios que habla nos enseña cómo
podemos hablar con Él”. (Verbum Domine 24)
Dejamos este año, bajo la protección de la Madre del
Verbo, de María, de hecho ella es dichosa porque tiene
fe, porque ha creído, y en esta fe ha acogido en el propio seno al Verbo de Dios para entregarlo al mundo. La
alegría que recibe de la Palabra se puede extender ahora
a todos los que, en la fe, se dejan transformar por la Palabra de Dios. El Evangelio de Lucas nos presenta en varios textos este misterio de escucha y de gozo. Jesús dice:
«Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan
la Palabra de Dios y la ponen por obra» (Lc 8,21), (Verbum
Domine, 124).
Domingo 1 - Santa María, Madre de Dios
Num 6,22-27; Sal 66; Ga 4,4-7; Lc 2,16-21
Encontraron a María y a José y al Niño. En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo
a Belén y encontraron a María y a José, y al niño
acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les
habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se
admiraban de lo que decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a
Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho. Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo
había llamado el ángel antes de su concepción.
a escena del evangelio se concentra alrededor de los
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pastores que reciben del Ángel el anuncio del nacimiento del Salvador. El itinerario que realizan aquellos pastores, se
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compone de tres pasos. Comienza con un éxodo: Ir, no solo
se quedan con el mensaje, sino que presurosos van a buscar
el Niño-Dios que ha nacido. Sigue con un alabar, no son visitantes curiosos, sino hombres que saben elevar a Dios sus
mejores plegarias de alabanza. Por último dar testimonio. El
portal de Belén, se convierte para ellos, en la Buena Noticia,
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Señor, te damos gracias por permitirnos iniciar el Nuevo Año
bajo la protección de Santa María la Madre de Dios.
Lunes 2 - Santos Basilio y Gregorio
1Jn 2,22-28; Sal 97,1-4; Jn 1,19-28
En medio de ustedes hay uno que no conocen
Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan
a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?». Él confesó y no
lo ocultó, sino que dijo claramente:«Yo no soy el Mesías».
Le preguntaron: «¿Entonces qué? ¿Eres tú Elías?». Él dijo:
«No lo soy». «¿Eres tú el Profeta?». Respondió: «No». Y le
dijeron: «¿Quién eres para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?». Él
contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanen
el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías». Entre
los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces,
¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el
Profeta?» Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; pero
en medio de ustedes hay uno que no conocen, que viene
detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de
su sandalia». Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del
Jordán, donde Juan estaba bautizando.
l pasaje bíblico que se nos ofrece hoy, nos presenta a
E
uno de los personajes más interesantes del Evangelio,
pues es llamado por Jesús como el último profeta del Antiguo
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Testamento, pero él, a su vez se presenta como el precursor
del Mesías. Por ello, a la luz de la Palabra, podemos describir
el perfil predicador de Juan el Bautista. Empieza por afirmar
su identidad, es el mensajero que anuncia a Israel la llegada
definitiva de la manifestación de Dios, a través de Jesús y a la
vez, despeja cualquier clase de dudas que se pudieran crear
alrededor de él, no es el Mesías, ni tampoco Elías. Continúa
ofreciéndonos las principales características de su misión:
su ministerio público fundamentalmente está alrededor del
bautismo, con una profunda espiritualidad, en la que él mismo se define como la voz que grita en el desierto, pero es
Jesús la Palabra que anuncia el reino de Dios a la humanidad.
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que no pueden callar, sino que deben anunciar a través de su
vida y mediante sus palabras.
Pidámosle a Dios, que a ejemplo de Juan Bautista, nuestra voz proclame las maravillas del Señor, que encontramos en el Evangelio.
Martes 3 - Santísimo Nombre de Jesús
1Jn 2,29-3,6; Sal 97, 1.3-6; Jn 1,29-34
Este es el Cordero de Dios
Al día siguiente, Juan el Bautista al ver que Jesús
venía hacia él, exclamó: «Este es el Cordero de
Dios, que quita el pecado del mundo. A él me refería
yo cuando dije: ‘‘Después de mí viene uno que es superior a mí, porque existía antes que yo’’. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que él fuera
manifestado a Israel». Y Juan dio testimonio diciendo:
«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como
una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el
que me envió a bautizar con agua me dijo: «Aquel sobre
quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el
que ha de bautizar con Espíritu Santo». Y yo lo he visto,
y he dado testimonio de que él es el Hijo de Dios».
n estrecha conexión con el relato del día anterior, apaE
rece el texto de hoy. El protagonista nuevamente es
Juan Bautista ofreciéndonos las características que descri-
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Señor, por tu preciosísima sangre, ten piedad de mí que
soy un pecador y dame la salvación.
Miércoles 4 - Santa Ángela de Foligno
1 Jn 3, 7-10; Sal 97, 1.7-9; Jn 1, 35-42
Hemos encontrado al Mesías
En aquel tiempo, estaba Juan Bautista con dos de
sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba,
dice: «Este es el Cordero de Dios». Los dos discípulos
oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió
y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscan?».
Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro),
¿dónde vives?». Él les dijo: «Vengan y lo verán». Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con
él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron
a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su her10 mano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías
(que significa Cristo)». Y lo llevó a Jesús. Jesús mirándolo le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa Pedro)».
na de las características inconfundibles de Jesús, es
U
su modelo discipular. Recordemos que en tiempos
del Evangelio, los maestros o rabinos, se colocaban en el
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ben al Mesías, como el Cordero de Dios. Recordemos que
para el Antiguo Testamento, el cordero cumple una función
sacrificial, y seguramente trajo a la memoria de los judíos
el recuerdo de sus muchas fiestas religiosas. El “Cordero de
Pascua”, indudablemente que ocupa un lugar central, pues
evoca la liberación de Egipto por iniciativa de Dios. Para Juan,
Jesús como Cordero que quita el pecado del mundo, nos está
introduciendo en el auténtico significado de la cruz del Señor, que no es la penumbra de las promesas como pensaron
los discípulos, ni tampoco la derrota a las búsquedas de dignidad, como pensaban algunos grupos sociales de la época,
sino que la sangre del cordero, es la prueba indeleble del
inmenso amor de Dios a la humanidad que envía a su Hijo
para redimirla de todo pecado.
sitio público —la plaza— para exponer allí sus doctrinas
y despertar admiración y posterior adhesión, de aquellos
que se convertirían más tarde en sus discípulos. Jesús, en
el Evangelio de Juan, rompe con los esquemas anteriores
y plantea una nueva dinámica de formar discípulos. Empieza por interpelar a los que le siguen, como la pregunta
fundamental de vida: “¿Qué buscan?”. Jesús no expone
doctrinas, ofrece respuestas a todo aquel que quiere cambiar de vida. Por eso, los invitará luego a que ellos mismos se cercioren del estilo de vida del Maestro: “Vengan
y vean”. A todo discípulo le corresponde hacer la praxis
del servicio aprendida del Señor. Posteriormente, y como
último paso, viene el testimonio: salir a contar lo que han
visto y oído en la convivencia con Jesús. Me agrada saber
que para el evangelio el primer anuncio se debe realizar
en el ámbito familiar: Andrés le comunicó a su hermano
Pedro, su encuentro con el Mesías.
Te consagro mi casa Señor, para que todos te podamos reconocer como el Mesías de nuestra vida.
Jueves 5 - San Juan Nepomuceno
1Jn 3,11-21; Sal 99,2-5; Jn 1,43-51
Tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel
En aquel tiempo, determinó Jesús salir para Galilea; encuentra a Felipe y le dice: «Sígueme».
Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. 11
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