Poder Judicial de la Nación //la ciudad de Buenos Aires, Capital Federal de la República Argentina, a los 8 días del mes de febrero de 2006, se reúne la Sala I de la Cámara Nacional de Casación Penal, integrada por la doctora Liliana E. Catucci como Presidente, y los doc-tores Alfredo H. Bisordi y Juan C. Rodríguez Basavilbaso como Vocales, a los efectos de resolver el recurso de casación interpuesto por el pretenso querellante en esta causa N° 6537, caratulada: “López González, Mirta y otro s/recurso de casa-ción”, de cuyas constancias RESULTA: 1°) Que la Sala V de la Cá-mara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó el fallo del titular del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 23 por el que desestimó, por inexistencia de delito, la denuncia incoada contra Mirta López González y Julio Pablo Quiñones (fs. 34/34 vta.). Contra esa decisión inter-puso el pretenso querellante recurso de casación; concedido, fue mantenido en la instancia (fs. 41/57, 59/59 vta. y 67). 2°) Que el recurrente cen-tró sus agravios en el inciso 1° del art. 456 del C.P.P.N., pues consideró que la decisión recurrida hubo “erróneamente aplicado el artículo 293 del Código Penal...”. Ello sería así -a su criterio-, no sólo por el hecho de que los imputados no hubieran estado presentes, cuando ello fue afirmado, al momento de llevarse a cabo tanto la declaración indagatoria ordenada en autos como la testimonial prestada por Horacio Cagide, sino porque “... la ausencia de la jueza de instrucción provocó un mal concreto en la pesquisa... (pues) al hacerse incorrectamente, de modo incompleto, provocó que hoy -su asistido- esté pagando la delegación prohibida con una condena -no firme-... que no se hubiera producido... si la persona que representó indebida e ineficazmente a la investigadora hubiese sido dirigida, al menos en los momentos cruciales de las diligencias cuestionadas, por quien tiene la exclusiva respon-sabilidad legal y técnica de encaminarlas”. Aquélla circunstancia -añadió-, violenta el derecho constitucional -//- del debido proceso legal (art. 18 de la C.N.). De otra parte, el impugnante señaló que en modo alguno puede recurrirse, en pos de declarar la atipicidad de la acción imputada a los funcionarios judiciales, al “... cúmulo de trabajo que el sistema judicial pone en manos de los magistrados... (ya que ello) atenta contra el espíritu y la letra del actual Código Procesal Penal...”. Agregó el pretenso querellante que la acción endilgada a los enjuiciados es típica, toda vez que entre los deberes a que se ve sometido el magistrado no existe conflicto alguno. Sobre el tópico -añadió- que en el supuesto de que hubiera tal cúmulo de tareas, “la prioridad es la presencia del juez en las diligencias en cuestión... y después la mantención del despacho al día”. Por último, el impugnante expresó que la desestimación de la denuncia que dio origen al sub lite, sin siquiera habérseles preguntado a los encausados “... cómo era la situación del Juzgado ni que pasó en cada una de las diligencias que se cuestionan...”, torna al fallo en arbitrario. Sustentó su postura con doctrina y jurisprudencia que la avalarían. 3°) Que, el señor Fiscal General ante este Estrado a cargo de la Fiscalía N° 1, refirió que el recurso en estudio debe ser rechazado. Ello es así sin perjuicio del tono de los agravios de fondo- porque “si el representante del Ministerio Público Fiscal no requiere la instrucción por considerar que la denuncia debe ser desestimada por inexistencia de delito, tal dictamen es vinculante para el juez si no lo invalida en función de lo dispuesto en el art. 69 del C.P.P.N.; consecuentemente está obligado a desestimar y archivar las actuaciones” (art. 120 de la C.N., Ley Orgánica del Ministerio Público N° 24.946 y normas procesales concordantes -arts. 180, 186, 188 y 198-). Sobre el tópico añadió que expedido el representante de la sociedad en ese sentido “el pretenso querellante, carece de autonomía para abrir el juicio por propia iniciativa, (dado que) no puede suplir la necesaria promoción de (ese) órgano... a través del pedido -vía recurso de apelaciónde control del Poder Judicial del ejercicio de la acción”. Ello resulta así -prosiguió- 2 -//- Causa N° 6537 -Sala ILÓPEZ GONZÁLEZ, Mirta y otro s/recurso de casación. Cámara Nacional de Casación Penal Reg. N° 8482 pues esto último “implicaría... la... afectación de la autonomía del Ministerio Público Fiscal ya que en definitiva aquel poder estaría determinando el contenido de un acto propio de otro. Por lo pronto -continuó- entonces, al caso deviene correcto la aplicación de lo decidido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación considerandos 33 y 34 del voto del juez Petracchi- en autos ‘Quiroga, Edgardo Oscar...’”. Siendo ello así, el Fiscal aseveró que “no corresponde la aplicación de la última parte del art. 180 del C.P.P.N....”. A todo evento, si lo antedicho no fuese compartido por el Tribunal, el Fiscal General apreció que resulta palmario que los enjuiciados no han cometido el delito que se les reprocha. Ello es así -a su entender- toda vez que “las actas que el pretenso querellante impugna son válidas a la luz de las normas procesales establecidas al respecto (arts. 138, 139 y 140) y como instrumento público -dada la intervención del actuario- hacen plena fe de los ‘actos cumplidos en su presencia’, en el caso, da(n) fe (de) que la indagatoria y la testimonial fueron recibidas por la magistrado interviniente. El contenido de tales instrumentos -añadió- de ningún modo resulta controvertido por el contenido de la escritura pública aportada por el presentante ya que no versan sobre la existencia del mismo hecho: en el caso del testimonio el actuario da fe que estuvo presente la Juez; en el acta notarial, el escribano da fe que ante su presencia declaró Cagide quien refirió que la Juez no estuvo presente en la diligencia judicial”. Asimismo, adujo el representante del Ministerio Público Fiscal que si se atiende a que tanto “el presentante como su defensor firmaron el acta de indagatoria sin vicio de la voluntad y sin objeción alguna... opera el modo de subsanación del acto previsto en el art. 171, inc. 2°, del C.P.P.N.”. Para finalizar, el Fiscal señaló que al sub examine le “... 3 -//- cabe la aplicación del principio ‘nemo auditur propiam turpitudinem allegans’ (nadie es oído al alegar su propia torpeza)” (fs. 71/74). 4°) Que, superadas las etapas procesales previstas en los artículos 465, 466 y 468 del Código Procesal Penal de la Nación -estadio este último en el que el recurrente, mediante la presentación de la breves notas que la norma le autoriza a acompañar, criticó la posición de tinte formal adoptada por el Fiscal General ante esta Cámara-, tras deliberar (art. 469 del mismo cuerpo legal), y sometido el recurso a consideración del Tribunal, se plantearon y votaron por unanimidad las siguientes cuestiones: PRIMERA: ¿Resulta vinculante para el juez instructor el dictamen del agente fiscal que insta la desestimación de las actuaciones por inexistencia de delito no obstante que la querella, en contrario, mantenga la convicción de su comisión?. SEGUNDA: Si la respuesta a la primera cuestión fuese la negativa ¿Podría entenderse que al momento de decidirse dicha desestimación se hubo incurrido en inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva?. TERCERA: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?. PRIMERA CUESTIÓN: Al sub examine, contra-riamente a lo que aseveraron el juez instructor y el repre-sentante de la sociedad ante este Estrado, no corresponde la aplicación de lo resuelto por el Máximo Tribunal al momento de expedirse en la causa “Quiroga” arriba citada. Y ello es así, porque a diferencia de lo que ocurría en aquel caso, en el presente, quien está en desacuerdo con las opiniones liberadoras propiciadas por el agente fiscal y los magistrados de las instancias anteriores no es otra que la parte denunciante. Siendo ello así y si se repara en que el Tribunal tiene dicho que “de acuerdo a los precedentes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación ‘Santillán’ y ‘Quiroga’, como así también de esta Sala ‘Eurnekian’ puede proseguirse con el avance del proceso a la etapa del juicio 4 -//- Causa N° 6537 -Sala ILÓPEZ GONZÁLEZ, Mirta y otro s/recurso de casación. Cámara Nacional de Casación Penal Reg. N° 8482 con el requerimiento de elevación del acusador particular, en ausencia de uno producido por el Fiscal...” (confr. causa N° 6031, reg. N° 7721, “Linares, Martín Maximiliano s/rec. de casación”, rta. el 6 de junio de 2005) con mayor razón resulta viable, pues los intereses de los imputados que podrían afectarse son, sin duda, de menor entidad, llevarse a cabo la instrucción sin la anuencia del Fiscal. Véase que si esto último no fuese así, sería un contrasentido que el código adjetivo (art. 180, in fine) le otorgara -como lo hace- a la parte que pugna por constituirse en querellante la potestad de recurrir ante la Cámara de Apelaciones respectiva con el objeto de que se ordene la realización de la instrucción. Además, es el modo en que la ley ha preservado la vigencia del principio según el cual le está vedado al juez proceder de oficio, desde que procederá por la instancia del particular ofendido. De la última apreciación del Tribunal se hace eco prestigiosa doctrina: “Si el juez dispone la desestimación, de conformidad con el pedido fiscal, el archivo es ineludible..., a menos que el querellante en cierne impugne, con miras a lograr la apertura del proceso por la cámara de apelaciones...” (confr. Francisco J. D’Albora, “Código Procesal Penal de la Nación, Anotado. Comentado. Concordado”, quinta edición, Ed. Abeledo-Perrot, Bs. As., 2002, pág. 365). De tal guisa, surge que la respuesta que se impone a este primer interrogante sometido al acuerdo es la negativa. SEGUNDA CUESTIÓN: 5 -//- El juez de instrucción (fallo que fue confirmado por la Alzada a fs. 34/34 vta.), describió los hechos que motivaron el sumario y fundamentó la inexistencia de delito en los siguientes términos: "sostiene el quejoso que dos son los hechos atribuidos. El primero, por la recepción de la declaración indagatoria de su asistido, Roberto Carlos Pérez Acuña, al asegurar en el texto del acta que la Magistrada con su firma participaba de la diligencia procesal cuando en realidad no lo hizo, ya que se limitó a suscribir la actuación con posterioridad a su ocurrencia. El segundo, relacionado con la declaración testimonial prestada... por el testigo Horacio Cagide, que al ser interrogado sobre el particular, ante escribano público, refirió que la doctora López González, no estuvo presente al momento de celebrarse esa actuación.... Coincido con la opinión del señor Fiscal, en cuanto a que no se patentiza en la especie trasgresión al precepto punitivo previsto en el art. 293 del Código Penal, por el sólo motivo de no haber estado presente en aquellas audiencias. La conducta del juez ausente en la audiencia en la que se deja constancia de su presencia ni siquiera es penalmente típica porque una tipicidad legal no pasaría la llamada tipicidad conglobante. Media un conflicto entre todos los deberes, pero un conflicto aparente porque siempre predomina un deber sobre otro y en el caso es superior el de mantener el despacho al día. Se trataría de un caso de atipicidad conglobante por cumplimiento de un deber jurídico preponderante...” (fs. 17/18). Habrá de señalarse que los agravios de la empeñosa querella, en cuanto al tema en estudio en la presente, no podrán recibir acogida favorable. Es que de la lectura del expediente no surge -en oposición a lo que afirmaron los magistrados de las instancias anteriores- que los denunciados hubieren ejecutado las conductas que se le achacan, presupuesto por cierto ineludible para determinar si ellas resultan o no constitutivas de delito. Es más, si nos atenemos a que, por un lado, la Sala tiene dicho en infinidad de oportunidades que “los requisitos establecidos para la confección de las actas por los arts. 138 y 139 del C.P.P.N. hacen a las formalidades de la que debe estar revestido el instrumento, y su nulidad en principio de carácter sólo relativo- es declarable en el caso de que se hubiesen omitido los que taxativamente enuncia el art. 140 del mismo código...” (confr. esta 6 -//- Causa N° 6537 -Sala ILÓPEZ GONZÁLEZ, Mirta y otro s/recurso de casación. Cámara Nacional de Casación Penal Reg. N° 8482 Sala in re: causa N° 405, reg. N° 520, “Trotti, Gustavo Rafael s/rec. de casación e inconstitucionalidad”, rta. el 23 de junio de 1995; causa N°1910, reg. N° 2276, “Lucero, Jorge Antonio s/rec. de queja”, rta. el 7 de julio de 1998, causa N° 4055, reg. N° 5147, “Iriarte, Zulema y otros s/rec. de queja”, rta. el 2 de julio de 2002; causa N° 5171, reg. N° 6398, “Pisano, Néstor y otros s/rec. de queja”, rta. el 11 de diciembre de 2003) y, por el otro, a que la nulidad de las audiencias en cuestión propiciada por el recurrente fueron rechazadas por los jueces de las instancias anteriores (ver fs. 34/34 vta.), corresponde concluir -como se anticipó- en que las acciones imputadas a López González y Quiñones, en principio, no se hubieron ejecutado. Corolario de cuanto precede es que la desestimación de la denuncia impetrada resulta ajustada a derecho. En consecuencia, habrá de darse también a esta segunda cuestión respuesta negativa. TERCERA CUESTIÓN: En atención a la forma en que fueron resueltas las anteriores, y de conformidad con los artículos 470, 471, 530 y 531 del C.P.P.N., corresponderá rechazar, con costas, el recurso de casación interpuesto. Por ello, y a mérito del acuerdo que antecede, el Tribunal RESUELVE: Rechazar con costas, el recurso de casación de fs. 41/57 y confirmar, por tanto, el pronunciamiento de fs. 34/34 vta.. Regístrese, notifíquese en la audiencia a designar y 7 -//- devuélvase a la Sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional. Fdo: Liliana E. Catucci, Juan C. Rodríguez Basavilbaso y Alfredo H. Bisordi. Ante mi: Elsa Carolina Dragonetti, Secretaria de Cámara. 8 -//-