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danses
del Rei Moro
les
más
que un rito en
Agost
Fotografías: Periplo, Ferran Bolta, Antonio Torregrosa y Museo de Alfarería de Agost
En la provincia de Alicante, formando parte de la comarca de L’Alacantí y enmarcado entre las sierras del Maigmó,
el Ventós, el Cid y Castellar, se ubica el municipio de Agost, tierra consagrada en el tiempo a la alfarería y la
música. La laboriosidad del agostense centrada en la agricultura, con uvas de mesa de excelente calidad, y en la
cerámica industrial consecuencia de su origen alfarero, obtiene merecido regocijo en las muchas y variadas fiestas
que durante todo el año se celebran y cuyos orígenes se pierden en el tiempo. En Enero su Patrona la Virgen de
la Paz es homenajeada. La serenata de la víspera de la fiesta, acompañada de dulzaina y tamboril, es un símbolo
que así lo atestigua.
El segundo Miércoles de Cuaresma, se celebra el Día de la Vella, en el que se colocan en las puertas de las casas
unos ninots que representan escenas y costumbres de Agost. De las Cruces de Mayo solo queda el adorno que se
hace a la cruz del Hospital y la situada en el paraje de la Serra de la Creueta, donde esa misma tarde los lugareños
acuden a comer l’empanaeta. En Junio, en honor a San Pedro, Patrón de la localidad, se celebran las fiestas de
Moros y Cristianos, las ultimas instituidas, siguiendo la tradición levantina. Las últimas hojas del calendario
resaltan desde el 26 de Diciembre hasta el 1 de Enero, momento en que tienen lugar les Danses del Rei Moro,
objeto de este reportaje, que rememora la convivencia y luchas, del siglo XIII, entre musulmanes y cristianos.
Su rica gastronomía se pone de gala cuando tocan a fiesta, pero sin lugar a dudas, cualquier día del año es propicio
para degustar su repostería y cocina tradicional ofrecida por los múltiples hornos y restaurantes. Una cita para
señalar en la agenda es, sin lugar a dudas, la semana del 9 de Octubre en la que se celebra la Feria Artesanal y
Gastronómica. Agost, abre así sus puertas al viajero amante de las fiestas y la buena mesa.
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L
as Danzas del Rey Moro, tienen sus orígenes
en la convivencia, incluidas luchas, que
mantuvieron musulmanes y cristianos por
estas tierras. Del 26 de Diciembre al 1 de
Enero de cada año, irrumpe esta celebración
popular llena de tradición donde els danseros
o ballaors, aquellos que alcanzan la mayoría de edad
durante el año, son los protagonistas y organizadores
de la fiesta. También participan los jóvenes de diecisiete
años, llamados naranjeros, los que han sido danseros
el año anterior conocidos por los quintos y los
acompañaors o defensores del Rey Moro.
El día 8 de Diciembre els danseros leen el pregón, donde
hacen una crítica humorística de todo lo que ha sucedido
en el pueblo durante el año. El pregón se repite tantas
veces como bares hay en el pueblo.
A partir del día 26, els danseros salen a bailar con
su pareja en la plaza con la indumentaria tradicional
de Agost. Els danseros se reúnen con el xirimiter
y el tabaleter y recogen a las bailarinas o ballaores
engalanadas con preciosos trajes claros de raso, tocado
de flores en la cabeza y peinetas tradicionales.
La noche del 27 se conoce como la noche de los
cohetes. Els danseros y todas las personas que lo
desean, recorren el pueblo tirando cohetes, petardos y
carretillas, y es también la noche en que se le hace
una serenata a la Reina Mora. Cuando finaliza, el Rey
Moro se sitúa debajo de un palio, estera con cuatro
palos, que es conducido por los danseros y protegido
por los acompañaors, y recorren el pueblo mientras
todos le lanzan cohetes, que son contestados por los
acompañaors y los danseros. Al terminar el recorrido, el
palio se quema y el Rey Moro se marcha. Los danseros
se suben a los árboles y balcones de la Plaza del
Ayuntamiento y cuelgan ristras de naranjas, que el día
1 de Enero deberán intentar descolgar los naranjeros
entrantes.
El día 28, cuando el Rey y la Reina Mora salen a bailar
a la plaza con els danseros, acompañados de la banda
de música, es sin duda uno de los momentos más
espectaculares y emocionantes de la fiesta. El Rey
Moro deberá bailar sin parar al son de la dulsaina i el
tabalet para demostrar su valor acompañado de la Reina
Mora y de las parejas de ballaors. Mientras baila, la
gente arroja sobre él cartuxaes o paperaes ­cartuchos
llenos de caramelos o peladillas y anises­, con el fin de
arrancarle el turbante y hacerlo huir. Los acompañaors
o defensores del Rey responden a la acción, con lo que
se inicia una verdadera batalla entre los dos bandos.
El último día, 1 de Enero, los naranjeros se suben a
los árboles y balcones de la Plaza del Ayuntamiento y
descuelgan las naranjas ganándose con ello el puesto
de organizadores y protagonistas de las fiestas del año
que entra.
En esta fiesta adquiere protagonismo la música de
dulzaina y tabalet, con un ritmo conocido como la
Taranina que marca el inicio y fin del baile.
Joaquín Castelló Castelló
Alcalde de Agost
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actos más
relevantes
8 de Diciembre
PREGÓN
Noche del 27 de Diciembre
SERENATA A LA REINA MORA
y NIT DELS COETS
28 de Diciembre
DÍA DEL REY MORO
1 de Enero
ENTRADA DE LOS NARANJEROS
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En el templo de barro
El Museo de Alfarería de Agost está ubicado en un antiguo
alfar de principios del siglo XX, que funcionó como tal hasta
1975. Este conjunto arquitectónico, supone un patrimonio único
y un testigo autóctono de una artesanía universal que cuenta
entre las primeras manifestaciones materiales del hombre.
El edificio ha tenido una intensa actividad desde que fue fábrica
de alfarería, a la que se le fueron añadiendo espacios como
antiguos corrales, pasando por una galería de arte, hasta
llegar a su último uso como Museo.
Este último fue inaugurado por Ilse Schütz en 1981. Toda
la labor recopilatoria e investigadora de su precursora ha
permitido conocer en profundidad un período que coincide con
el auge de la alfarería de Agost, desde finales del siglo XIX a
principios del XX.
En el año 2002 el Ayuntamiento de Agost adquirió el edificio y
se empezó a trabajar para poder rehabilitarlo. Durante 25 años
el Museo ha estado funcionando en un edificio, que a la vez
que ayudaba a explicar el proceso de elaboración de las piezas
hacía muy didáctica y comprensible la visita. En enero de 2007
comenzaron las obras de rehabilitación del Museo de Alfarería
de Agost, y durante su cometido puede visitarse la sede provi­
sional en la calle Teulería, nº 12, frente al Museo en obras,
en horario de Lunes a Viernes de 10:00 a 14:00. Domingos y
festivos cerrado.
Mª José Rodríguez-Manzaneque y Escribano
Directora del Museo de Alfarería de Agost
Alfarería,
del uso cotidiano al arte
El interés por la cerámica popular entre el público no especializado
es bastante reciente; podemos decir que estas jarras, cántaros y
vasijas sencillas nos atraen porque están a punto de desaparecer.
Las nuevas técnicas y la maquinaria de la gran industria han arrinco­
nado la alfarería al fondo de la historia y, en cambio, han abierto las
puertas al coleccionismo y a una cierta curiosidad. Tinajas, jofainas,
cántaros y botijos, que usábamos a diario sin reparar en ello, son
ahora piezas buscadas por los coleccionistas de todo el mundo. A buen
seguro porque sabemos que proceden de una sociedad agrícola que
ya no existe o ha sufrido una fuerte transformación.
En Alicante, en lo referido a este arte popular, sólo resta la produc­
ción de Agost, Orba y Biar como residuos sobrevivientes de treinta
pueblos con más de cien talleres de fabricación alfarera.
Cántaros y botijos, son objetos que, como testimonio de un tiempo
y un pueblo, tienen ahora una consideración artística. La pérdida de
su función reafirma su significado estético al mostrarlo tan sólo como
objeto testimonial, convirtiendo así la gran utilidad de la alfarería en
puro objeto de arte.
Emili Boix
Maestro alfarero
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Arte íbero
En diciembre de 1893, de forma casual, al excavar los cimientos de una construc­
ción en el Camp de l’Escultor aparecían dos esfinges y un toro descabezado. Las dos
primeras, datadas en el siglo VI a. C., son consideradas dos de las piezas capitales
del arte ibérico. La primera se conserva en la actualidad, muy próxima a las Damas
de Elche y de Baza, en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid. La segunda, fruto
de los avatares de la historia, permanece en Francia y pertenece al Louvre, que la
ha cedido al Museo de Antigüedades Históricas de Saint Germain­de­Laye. El toro
descabezado se encuentra desaparecido desde poco después de su hallazgo y se
ignora su ubicación.
Reproducción de la esfinge que
se encuentra en el Museo de Antigüedades
Históricas de Saint Germain-de-Laye
Las esfinges son animales mitológicos con cuerpo de león, alas y cabeza humana,
presentes en las culturas egipcia, siria y griega. Es en esta última donde pierden
ferocidad y se asimilan a los modelos humanos, convirtiéndose en un protector de
los difuntos, un genio guardián y benefactor.
El pasado mes de Julio se presentaron en la Casa de Cultura, donde permanecen
expuestas, las reproducciones de las esfinges realizadas por el escultor afincado en
Agost, Jorge Castro.
Antonio Torregrosa Beneyto
Reproducción de la esfinge que se encuentra
en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid
El pálpito del tiempo
La Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol es unos de los edificios más
destacados de la localidad. Aunque se hace referencia a 1584 como fecha
de su inauguración, el actual edificio data de mediados del siglo XVII, y no
se descarta que aprovechara estructuras de una edificación anterior.
Como la mayoría de las iglesias del ámbito levantino la Parroquial de Agost
es el fruto de varias y sucesivas intervenciones.
Hay que destacar el conjunto de campanas (Santa María, Santa Bárbara y
San José) realizado por Raimundo Rosses en 1791.
La Capilla de Comunión realizada por José Terol el Menor, en el primer tercio
del siglo XVIII, conserva pinturas murales atribuidas a Antonio Pérez. Junto
con la Iglesia de Santo Domingo de Orihuela está considerada como una
de las mejores muestras del Barroco Alicantino. La Cruz Procesional fue
realizada por el reconocido orfebre valenciano Gaspar Lleó entre 1729 y
1730.
Preside el Altar Mayor la Virgen de la Paz, talla en madera del valenciano Pío
Mollar (1940). Es la Patrona ­junto con San Pedro Apóstol­ de la localidad, y
Alcaldesa Honoraria. Se celebra su festividad el 24 de e nero.
A.T.
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La importancia de la música
Fue a principios de la pasada década de los 70 cuando la Unión Musical de Agost marcó realmente su
comienzo tal y como hoy se conoce, aunque el origen de la banda se sitúa en 1899, momento en que
contaba con treinta músicos y una media de edad de sesenta y cinco años.
D. Juan Manuel Molina Payá, quien ya venía ejerciendo como maestro de música de la antigua Unión
Musical, tuvo la brillante idea de recorrer todas y cada una de las aulas del colegio con atractivos
argumentos que hacían ver en los futuros alumnos la grandeza de la música. Así despertó el interés de
muchos jóvenes que desconocían esta materia en la que hoy, muchos de ellos, son consagrados profe­
sionales y Agost puede ser considerado lugar de músicos.
En la actualidad dos bandas continúan tan esencial labor: la Unión Musical y el Centro Artístico
Cultural Virgen de la Paz. Ambas formaciones continúan los pasos del profesor Molina Payá en un
municipio donde la música ya forma parte de su legado.
José Enrique Vicedo
Los sabores más buscados
Muchos son los que se desplazan a Agost en busca de la tradicional coca
amb oli (coca en aceite) acompañada de sardina. Harina, aceite y sal
conforman tan sencilla pero reclamada vianda, a la que, en ocasiones
se le añade manteca de cerdo que le confiere una textura crujiente.
Para disfrutar con la cocina del lugar podrá elegir entre la pericana,
arròs amb conill (arroz con conejo), gaspatxos (gazpachos) y
putxero amb fassegures (cocido con pelotas).
Entre los dulces degusten la tonyeta y los polvorones. La primera,
realizada con huevo y azúcar, recibe el punto magistral con unas gotas
de anís. Todavía con el calor del reciente horneado, son espolvoreadas
de canela. Ante los polvorones no hay posible elección; si buenos
los de almendra, también los de avellana. Tanto la tonyeta como
los polvorones, lejos de ser dulces navideños, son requeridos por
agostenses y forasteros en cualquier época del año.
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