“¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?”. Todos somos

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“¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?”.
Todos somos hijos de Dios y María es nuestra Madre y ejemplo a seguir, porque obedeció en todo la voluntad
del Padre, permitiendo la fecundación de Jesús en su Vientre Virginal, para entregarlo como Chivo expiatorio de
nuestros pecados.
¡Cuánto te debemos Madre por decirle Sí a Dios!
Lectura del libro del Éxodo (14,21–15,1):
En aquellos días, Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la noche un fuerte
viento del este, que secó el mar, y se dividieron las aguas. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto,
mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución,
entrando tras ellos, en medio del mar, todos los caballos del Faraón y los carros con sus guerreros. Mientras
velaban al amanecer, miró el Señor al campamento egipcio, desde la columna de fuego y nube, y sembró el
pánico en el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus carros y las hizo avanzar pesadamente. Y dijo Egipto:
«Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto.» Dijo el Señor a Moisés: «Extiende tu mano
sobre el mar, y vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes.» Y extendió Moisés su mano sobre
el mar; y al amanecer volvía el mar a su curso de siempre. Los egipcios, huyendo, iban a su encuentro, y el Señor
derribó a los egipcios en medio del mar. Y volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército
del Faraón, que lo había seguido por el mar. Ni uno solo se salvó. Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco
en medio del mar; las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el Señor a Israel de las
manos de Egipto. Israel vio a los egipcios muertos, en la orilla del mar. Israel vio la mano grande del Señor
obrando contra los egipcios, y el pueblo temió al Señor, y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo. Entonces
Moisés y los hijos de Israel cantaron un cántico al Señor. Palabra de Dios.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (12,46-50):
En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera,
tratando de hablar con él. Uno se lo avisó: «Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo.»
Pero él contestó al que le avisaba: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?» Y, señalando con la mano
a los discípulos, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése
es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.» Palabra del Señor
Oración y Petición
Señor Dios todo poderoso, te damos gracias por un día más de vida, por todas las bendiciones que derramarás
sobre todos tu hijos en este día, enséñanos a obedecerte como lo hizo la Santísima Virgen María, que renunció
hasta su propio hijo Jesús para cumplir en todo tu Santísima voluntad, concédenos los dones del Espíritu Santo
para discernir verdaderamente tu Palabra y convertimos en seres obedientes a tus designios. Amen.
Meditación y Reflexión
El poder de Dios es omnipotente, Él es misericordioso con quienes le aman y obedecen, Dios es un Dios justo,
libera a los buenos de las manos de los malignos y castiga a quienes contradicen sus Mandatos, dándoles siempre
la oportunidad de conversión. Quien obedece a Dios es libre de toda opresión del mal, aunque sea perseguido
y martirizado, al final será liberado de las garras de su opresor, quien le dará cuentas de sus malos actos y
discriminaciones en el juicio final.
«¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Esta frase nos permite reflexionar acerca de la entrega
total de nuestro Señor Jesucristo a la misión que Dios Padre le había encomendado por la humanidad, Él fue
creado por Dios en el Vientre Virginal de María por gracia del Espíritu Santo, para convertirse en el chivo
expiatorio de nuestros pecados. María Santísima fue la primera Discípula de Jesús, lo llevó en su Vientre, lo
amamanto y cuidó hasta llegar el momento de su auto revelación. Ella hizo y aceptó en todo la voluntad de Dios.
«¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Si seguimos el ejemplo de La Santísima Virgen María, que
escuchó y obedeció a Dios en todo, nos convertimos en los hermanos de Jesús porque procedemos de un mismo
Padre y una misma Madre, Ella se convierte en nuestra Madre de amor y misericordia, Cristo nos la entrega
como madre a través de San Juan al píe de la Cruz. María nos enseña a seguir a su amado Hijo Jesús, El Verbo de
Dios hecho hombre, a pesar de su dolor de madre, debe renunciar totalmente a su hijo para entregarlo a la
misión para la cual había sido creado.
No por estas palabras de Jesús un poco despectivas, debemos pensar que no amaba a su Amada Madre
Santísima, ¿Cómo imaginar que dio su vida por nosotros por amor, pero a su propia madre la ignora y discrimina?,
Él atreves de estas palabras nos invita a ser imitadores de La Santísima Virgen María, en obediencia, amor,
humildad servicio y entrega absoluta a la voluntad de Dios.
También nosotros digámosle a Dios como lo hizo La Santísima Virgen María “Hágase en mí según tu Palabra” y
así nos convertimos en una sola familia, cogidos de la mano de Jesús, José y María, para la gloria de Dios.
Propósito
Imitar a La Santísima Virgen María, ejemplo de amor, humildad y obediencia para aceptar en todo la voluntad
de Dios.
Frase del día
Sé humilde y pacífico y Jesucristo permanecerá contigo, pero sé violento e injusto y toda gracia desaparecerá de
ti.
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